No se lo digas a nadies (2)
Mis nalgas frotaban con su verga cubierta solo por sus calzoncillos, mi hermano comenzó a excitarse, se tomaba el pene y se lo apretaba y por ende su verga se endurecía y agrandaba, al poco rato se levantó exaltado y perturbado, me vio en una postura deseable y no se contuvo ante la tentación de tocar mis piernas, acariciando sin parar mis glúteos
Hola a todos los navegantes de esta linda Web, nuevamente vengo con la continuación de este relato que narra todos los sucesos de mi vida.
Como verán recién estoy narrando las etapas de mi vida hasta llegar a los verdaderos sucesos narrados día tras día.
Ahí les va:
2do. Capitulo: Mi hermano de héroe a villano.
Aquellos ojos de marco nunca los podré olvidar, tenia pesadillas y comportamientos agresivos con mis demás vecinos pero aquel horrible dio ya era parte del pasado y nunca volvió a ocurrir.
Mi padre había muerto un años después, víctima de un naufragio, donde mi hermano pudo sobrevivir, el había quedado como hombre de la casa, digo casa por que gracias a la póliza de seguro con la que contaba mi padre pudimos comprarnos una propia muy lejos de aquella pobre quinta.
Mi hermano mayor Carlos era para mí un héroe, siempre estaba a mi lado, cuidándome de todos, golpeándose con cuanto tipo se atreviera a molestarme. El era bien apuesto, heredo los ojos pardos de mi padre, su cabello era encrespado, un cuerpo atlético y era un buen futbolista, el había tomado para mi la figura paterna que me faltaba ya que mi padre en vida no le interesaba en lo mínimo; muchas veces mi hermano me llevaba a los campeonatos de fútbol de la localidad, yo gritaba sus goles con toda mi alma, era su fanático, el era mi ídolo.
En ese entonces el tenia 23 años y yo 18, el trabajaba de noche en la mar y estudiaba de día. Siempre me decía: "no te dejes agarrar el culo, eso es de maricas, tu no eres marica, si alguien te hace eso dímelo y yo lo gomeo (pegar)". Ese era mi hermano un verdadero hombre y mi héroe.
Pero sin embargo
-¡Carlos despierta hijo! Tienes que ir trabajar, ya son las 9 de la noche.* Era mi madre avisándole a mi hermano que se fuera a trabajar.
-Hoy no salen a la mar mama, así que me quedare en la casa, ándate a trabajar nomás. * Respondió soñoliento mi hermano.
-Cuida a tus hermanos hijo, regresare tarde del trabajo, chau, no salgas a la calle.*Dijo mi madre quien con un beso en la frente se despidió de mi y de mis dos hermanitos.
Era época de verano y aun de noche hacia calor y para colmo mi madre me había abrigado bastante por que pensaba que me iba a dar un resfriado, yo no soportaba mas, sudada muchos y encima esa frazada hermética, era un infierno; mi hermano dormía en el cuarto de al lado donde había ventilación por que dejaba la ventana, que daba al patio, abierta, yo me baje de mi camita y me dirigí a el.
-Carlos, Carlos despierta despierta. *dije palmeando el brazo musculoso de mi hermano.
-¿Qué quieres? * dijo de mala gana mi hermano.
-Tengo mucho calor. *Conteste
El se levanto y me vio sudado con toda esa ropa que me abrigaba hasta las orejas, me desvistió, aun la piyama me la saco, dejando solo mi camisa de piyama con un shorcito de seda cortito que me ponía como calzoncillo en las noches por lo suave que es, se notaba mis piernitas blanquitas, ese shorcito era apretado por ello delineaba mis redonditas y pulposas nalguitas, mi hermano al verme así note como sus ojos se agrandaron y que quien sabe que otra cosa mas, me acostó a su costado, estaba el solo con un calzoncillo(slip creo que se dice en otros países) de prenda, tenia la lámpara encendida, ¿seria que la oscuridad le daba miedo?, no se pero alumbraba todo su perfecto cuerpo, el se echo boca arriba mientras yo dormía boca abajo, la postura que mas me gustaba.
Esa noche estaba muy inquieto (Cuando duermo suelo moverme mucho en la cama), no paraba de rozar el cuerpo de mi hermano, mis nalgas frotaban con su verga cubierta solo por sus calzoncillos, mi hermano comenzó a excitarse, se tomaba el pene y se lo apretaba y por ende su verga se endurecía y agrandaba, al poco rato se levantó exaltado y perturbado, me vio en una postura deseable y no se contuvo ante la tentación de tocar mis piernas, acariciando sin parar mis glúteos, aprentando fuerte mis nalgas, eso ultimó hizo que me despertara
Mis ojos los volví a cerrar mientras Carlos apretaba más mis nalgas, pasaba su lengua por mi rayita, junto mis piernas para ver lo pulposa que se veía mi culito.
En ese momento me quede paralizado, no endurecí mis nalgas para que no notara que estaba despierto, tenia los ojos cerrados pero con un nudo en la garganta y con unas ganas enormes de llorar de amargura, no entendía como mi propio hermano me estaba haciendo eso, el era mas que un hermano, mas que un amigo, era como mi padre; sobretodo por que el mismo me dijo que eso no se hacían entre hombres, solo entre maricas, entonces ¿Por qué? Se mezclo el odio, resentimiento, impotencia, decepción y rabia dentro de mi infantil vida, ¡Era Carlos! era mi héroe era.
Sentí como un pedazo de carne caliente y dura se acomodaba entre mis nalgas, aquello hizo que presagiara algo que pude ver por el inmenso espejo que estaba al lado, mi hermano estaba con la truza abajo y se había sacado la polla y acomodado entre mis nalgas, no lo podía creer, cerré nuevamente mis ojos y sentía como escupía entre mis nalgas, su saliva la pasaba por toda mi rayita y nuevamente coloco su verga entre mis nalguitas, lo hacia suavemente para que, supuestamente no me despertara, y comenzó con un movimiento extraño para mi, en el espejo podía observarlo, jadeaba de arriba abajo, mientras su polla se friccionaba entre mis nalguitas, comenzó a gemir, sus ojos cerrados con fuerza, se mordía los labios de placer, comenzó a excitarse mas y mas al punto de aprisionarme mas ala cama, eso provoco que mi penecito se friccionara con la cama y produjera en mi cosquilleos, eso me gusto en ese instante, pero volvía a ver el espejo y allí estaba el rostro de mi hermano desnudo encima mió jadeando cada vez mas fuerte y mas rápido, sus movimientos se hicieron veloces y gemía mas, besaba mi cuello, sus latidos rápidos podía escucharlo por lo cerca que estaba su cuerpo del mió, cuando de pronto dijo: "ahhhhhhhhhhhhhh", grandes chorros de leche embarraron mi espalda, era calientito y espeso, el se echo con las manos extendidas al lado de la cama satisfecho por saciar su apetito carnal, mientras yo no concebía que diablos tenia en la espalda, el rápidamente se levanto y con u trapo me limpio todo, yo no suponía que cosa era eso, pero de pronto algo vi que se asomaba por la ventaba, y un fuerte ruido en la sala hizo que Carlos se cayera al piso del susto
Continuara
El siguiente capitulo lo traeré los mas pronto que pueda
Espero las mejores críticas de su parte.