No sé como llegué a mi casa
me hicieron bramar como una yegua. A tal punto que una noche, a pesar de la radio a todo volumen, me sintieron desde la vereda. Pensé dividirlo para que me dieran dos en lugar de uno, pero como demore en volver aquí va todo. Comenten no sean malos.
En mi relato….
Hoy se me hizo me dieron con Todo
https://www.todorelatos.com/relato/172806/
les decía “me hicieron bramar como una yegua. A tal punto que una noche, a pesar de la radio a todo volumen, me sintieron desde la vereda.”
Ahora llegamos
NOCHE 5
NO SÉ COMO LLEGUÉ A MI CASA
Si leyeron mi relato anterior, sabrán que los negros hijos de puta estuvieron un buen rato jugando al péndulo conmigo colgando de sus vergas, con el orto ensartado.
Al otro dia cuando llegue tan emputecida estaba, que cuando me arrime a darle un beso a Rosendo el me pregunto si me había quedado doliendo mucho, y yo le conteste unas bobadas y más bien lo desafié diciéndole, porque no me daban una probadita antes de que arrancara el desfile….
Yo ya tenía bien asumido mi rol, iba a eso, a que desfilaran los machos dandome guasca.
Yo creí que no, pero me aceptaron la propuesta y jugamos más de media hora al péndulo. Ellos con sus cipotes y yo con mis agujeros.
Habría pasado una hora del jueguito del péndulo,
ellos estaban cenando y yo reposaba un poco sentí voces que no eran de ellos y pensé que fueran clientes.
Pero enseguida escuche que le decian a Rosendo que un rato antes venían pasando y habian escuchado unos gritos o algo así, si sucedía algo.
Por el ruido sabía que eran más de uno, pero no cuántos. Yo escuchaba y pensaba, que no debían ni imaginarse lo que habían escuchado eran mis bufidos.Y ademas me parecio raro que entraran a preguntar como que hubiera que dar explicaciones.
Rosendo el negro de los 32 centímetros (medidos no inventados, doy fe y mi comilon mucho mas,) en lugar de simplemente decirles que no habia pasado nada, optó por explicarles la situacion y ademas lo hizo en voz alta, bien para que yo escuchara.
...No lo que pasa es que tenemos una porteñita tierna en la pieza, y nos la estamos garchando entre todos. Ustedes sintieron sus bufidos.
Escuchando al negro y sus explicaciones yo me estaba calentando y de pro0nto senti que les proponia garcharme, ...si tienen ganas, no hay problema.
Y agregaba, nosotros por un rato no la podemos atender y la guacha siempre quiere verga.
Sentir los pasos viniendo para la pieza, me terminó de calentar. Y aparecieron, eran cinco milicos de entre 30 y cuarenta (por mis cálculos).
Ahí estaba la explicación de sus averiguaciones.
La cuestion es que los cinco policias me dieron verga cerca de una hora y caliente porque el negro me habia usado de coima, se las goze bien a lo puta, mientras los locos aprovechan la oferta de ojete comilón que el negro les había hecho.
Tan caliente me tenían que, sí bien no tenían unas pijas como las que me estaba comiendo, se las disfruté mucho y en determinado momento se me ocurrió algo y sin dudar les pedí que me metieran dos en el culo. (nunca lo había hecho)
Así fue que al rato estaba con dos vergas en el orto, otra en la cajeta y las otras dos en mis manos mientras entre bramido y bramido se las mamaba.
En eso entró el negro y al verme con dos en el ojete, mando parar la joda, invitando a los tipos a terminar.
Mientras me pasaba un trapo por el orto secando un poco el embadurne de leche y mierda que tenía, el hijo de puta me miró y me dijo…
Así que dos por el culito, … hoy no te salvas amorcito, con mí hermano te las vamos a mandar guardar…
"Por el culo… pregunté…
"Claro putita, por ese ojete tragón que tenés"...
"Me lo van a partir dije, mirándolo a los ojos, y se ve que me leyó el pensamiento, pues me dijo…
Y…????
"Y yo con el orto haciendo pucheritos…
Dije…
"Y me va a gustar que me lo rompan bien roto"
No pude sacarme la promesa del negro de la cabeza, y dos horas después, cerca de las tres de la madrugada, aparecieron los dos, en bolas con sus cipotes negros bamboleandose entre las piernas;
Traían un paquete grande de manteca, una botella de aceite y una pera de ducha intima bien grande que habían comprado en la farmacia de la esquina.
Yo, que los estaba esperando con una calentura brutal, y me había estado dando dedo de a tres y cuatro con el orto recaliente, al verlos entrar de inmediato me empecé a preparar, y les pregunté cómo me ponía para que me pudieran garchar cómodamente.
Me alcanzaron un vaso de vino, que me lo tomé de bebido, después dijeron, ponete en cuatro patas y métete un trapo en la boca porque hoy sí que vas a bramar a lo yegua.
Y si te vuelven a escuchar desde la vereda vas a tener que seguir haciéndote dar.
Yo dije… si, voy a morder un trapo por las dudas, aunque no estaría nada mal si me escucharan una buena cantidad de machos, todos bien vergudos y tú me hicieras garchar bien garchada por todos.
Pero que les cobraras unos pesos, para ti.
Pero bien barato nomás, cuánto, cuánto para que no sea de regalo.
Y además sin desperdiciar parte de la noche, que es cuando me garchan ustedes, que te digan a qué y dónde me encuentro con ellos al otro día, y me lleven a algún lugar que consigan para garchar a gusto un buen rato.
Entonces el negro Rosendo me dijo - no te preocupes te veo con tanta ganas de putear para mí que no precisa que te sientan de la vereda, mañana te empiezo a ofrecer y estoy seguro que enseguida te coloco. Ahora cállate y prepárate.
Mientras yo hablaba el hermano me había embadurnado bien el ojete que se abría cada vez más y el loco después de un par de jeringazos de aceite y bastante manteca ya me estaba enterrando cuatro dedos y mi orto solo se abría más y más.
El hijo de puta sabía preparar un ojete, después que tenía los dedos bien enterrados empezaba a abrirlos cada vez más hasta que en determinado momento sentí apenas un ardor y cuando quise acordar estaba con toda su mano ensartada en mi ojete.
Creo que antes de sacarme la mano, mientras yo le daba un polvo él llegó a meterme la mano y una parte del brazo.
Rosendo se echó en el colchón y yo me monte sobre su verga, acomodando mi ojete di una sentada y me enterré casi la mitad.
Cimbré mis caderas levantando el orto miré atrás y su hermano ya estaba pronto con su pedazo en la mano.
Lo miré y le dije..
Y… qué estás esperando .
Se arrodilló en el colchón me puso la cabeza de su guasca en el orto ya ocupado por la de Rosendo y me preguntó:
En serio las quieres las dos…
Estoy más que segura que su pregunta era solo para usarme, y yo le dí el gusto y le dije…
Sí…Papito
Las quiero las dos…
Que puedo decirles, que me rompieron el orto…
Claro que me lo rompieron y bien roto…
Si me dolió…
Si no hubiera sido por el trapo que tenía en la boca, creo que mis bufidos los hubieran sentido hasta mis viejos.
Pero eso sí, en los 20 minutos que me estuvieron dando sin asco, les dí tres o cuatro polvos del culo, y no cuento la leche que largo mí concha.
Entre el tiempo que se había tomado el hermano de Rosendo en prepararme el orto y el rato en que me estuvieron guasqueando ya eran las cuatro de la madrugada.
Cómo habrá sido de brutal aquélla culeada a dos vergones, que Rosendo me preguntó…si no quería irme más temprano…
Mi respuesta fue…
Los demás se van a enojar…
Bárbaro dijo el negro
Pero le sentí la voz cuando le decía a los otros
que esa noche me perdonaran el culo porque ellos me lo habían partido.
Así que el resto de esa noche mamé leche como una ternera y la boca me quedó acalambrada.
A las seis me vestí y me calcé las sandalias, me despedí y comenzé a cruzar la calle, apenas di un par de pasos tomé conciencia de cuánta verdad había dicho el negro al avisarle a los otros que me habían partido el ojete.
En cada paso que daba sentía como que me estaban dando un vergazo en el orto.
Pero me dije mi misma, así se siente después de gozarse dos pijones con el orto.
Me imagino la cara de brisca recogida que debía llevar y justo con quién me encuentro en el garaje…
Exacto… adivinaron…
Con el sereno, el petiso que me había prometido que no me cogería nunca más…
El hijo de puta me miró y me dijo…
Viene bien cogidita la nena…
No molestes dije…
Arrímate un poco que quiero mostrarte algo, cuando ví que lo que tenía en las manos eran varias fotos ya imaginándome por dónde venía la mano…
Me acerque el loco tenía tres o cuatro fotos de la tardecita anterior cuando yo iba hacia la verdulería y otras cinco o seis de ahora en la madrugada, volviendo de la verdulería y con la cara que traía.
Como las fotos tenían fecha y hora y además una era justo cuando yo estaba entrando a la verdulería y otra justo cuando estaba saliendo, nadie podía dudar de la versión que el petiso pensaba dar.
Yo pregunté… qué piensas hacer con ellas y su respuesta solo confirmo lo que me esperaba…
Y… dijo… como tengo dos copias, voy a usar un juego para respaldar mi historia cuando le cuente a todo el mundo lo puta que eres.
Y la otra se la voy a hacer llegar a tu viejo…
Qué te parece mi amorcito…
Como puedo evitarlo pregunté, sabiendo cual sería la respuesta.
Porque no pasás a tomar algo me respondió, indicando la pieza, no tenía otra opción por lo que entré a la pieza del petiso, él cerró la puerta con ruido de cerradura, así que supe que la cosa venía muy en serio, estaba encerrada con llave.
Que tenés para tomar le pregunté,. Como me imaginé que me ibas a aceptar la invitación y que vendrías con mucha sed, tengo un par de cervezas bien frías.
Bueno, serví le dije...
Sabía bien que de allí no iba a salir sin haberle dado al petiso todo lo que él quisiera.
Así que mientras él servía las cervezas yo me volví a poner en bolas.
Cuando el loco se dio vuelta y me vió, dijo pa' que poquita resistencia puso la guacha.
Y sacando la verga para afuera, dura y grandota como la recordaba y hedionda como siempre, me dijo hoy llegarás al mediodía a tu casa.
Así que mientras me la vas mamando un poco anda pensando algún verso para tus viejos.
Silenciosa y ya algo excitada me arrodillé, iniciando la mamada de aquélla verga.
De inmediato me dije que debia pensar pronto una excusa para mis viejos, antes de que calentara del todo y ya no pensara en más nada que en hacerme garchar.
Saqué la guasca de mí boca y le pregunté al petiso si tenía teléfono, me dijo que si y entonces le pregunté si me dejaba hacer una llamada.
Cuando hayas desayunado y tengas la panzita llena con mi leche te presto el teléfono, levanté mis ojos y mirándolo le dije…
Genial Papito primero el desayuno…
Seguí mamando y poco después me estaba dando bruta acabada, tres o cuatro chorros de leche que tragué totalmente.
.
Tomé el teléfono y a pesar de que eran apenas las ocho de la mañana llamé a una amiga que me ayudaría.
Con una voz de dormida tremenda atendió.
Al reconocer mí voz, pregunto sobresaltada, te paso algo Fiorella.
Yo estaba parada, pero el petiso me había empujado contra la pared y me había ensartado su vergon en la cajeta.
No no pasa nada respondí, tratando de que no se notara que me estaban guasqueando.
Solo quería preguntarte si tienes algún problema en que yo le diga a mis viejos que me quedé a dormir en tu casa.
No que problema, ninguno, pero que te paso, nada, nada, después te cuento y colgué porque quería disfrutar los vergazos que me estaba dando el petiso hijo de puta .
Después de colgar el teléfono, me eché sobre la mesita dejándole al loco mucho más cómodo para seguir dándome verga.
Mirándolo le dije ya está todo arreglado, y entró a garchame con alma y vida.
Estuvo como 20 minutos dándome sin parar, me sacó dos polvos hermosos y después me llenó la concha de leche.
Tomamos unos buenos vasos de cerveza y cuando el estaba destapando la otra botella, despatarrado en la silla, con las piernas abiertas y la guasca pegoteada de leche y de mis jugos, yo me hinque y como si aquella verga hedionda y pegoteada fuera un sabroso postre, comenzé a pasarle la lengua llevando todo lo que recogía a mi boca y tragandome todo.
El habrá tomado un vaso más de cerveza, cuando yo con mi trabajito ya lo tenía con la verga dura de nuevo.
Quiere más la nena, me dijo…
Sí no vas a parar todavía le pregunté
Y como vi que se iba a poner de pie para seguir, yo absolutamente emputecida y sin pensar en nada, me volví a poner boca abajo sobre la mesita y se la pedí por el orto...
Muy bien guachita así me gusta, bien putita
Cuando me pinceleo el ojete con su tripon me acordé que lo tenía roto por las dos guascas que me había comido.
Resolví callarme y no decir nada sino el petiso tendría más con que chantajearme.
Pero cuando el loco me la enterró de un viandazo, no pude evitar largar un fuerte quejido de dolor que asustó al petiso y me la sacó.
Cuando me volvió la respiración después de aquél vergazo, miré atrás y el petiso me había abierto las nalgas y estaba mirándome el ojete, levanto los ojos y me dijo…
Que te comiste putona de mierda…
Y yo en el estado de emputecimiento en que estaba, queriendo verle la cara que pondría, le respondí…
Me hice romper el orto por Rosendo y el hermano a la vez…
Pero garchame igual, me dolió el guascazo, pero quiero verga en el ojete…
Cogemelo bien cogido,
Además ahora ya arreglé una excusa así que tienes hasta el mediodía para garcharme toda.
Y así lo hizo, salvo algunas paradas para tomar cerveza, el resto del tiempo me tuvo siempre embatatada.
Realmente no se de donde sacaba las fuerzas, pero me estuvo garchando como cuatro horas, me saco un montón de leche.
Los dos nos olvidamos de todo así que me hice dar por el orto como que no hubiera pasado nada extraordinario.
Cuando a las doce me empecé a vestir, tenía que mantener las piernas abiertas porque tenía la concha y el orto tan hinchados que sino los apretaba.
Me estás largando desarmada le dije…
Porque tu te hiciste desarmar me respondió..
Y como sigue ésto ahora…
Yo ya sabía que esa pregunta iba a llegar, y ya tenía la respuesta..
Mira petiso, no me gustó que me chantajearas, pero la verdad es que me garchas divino y quiero coger de vez en cuando.
Todos los días no puedo porque tengo otros compromisos, pero un par de veces e la semana puedo poner el mismo pretexto de hoy y me quedo contigo hasta el mediodía.
Te parece bien.
Y si me respondió, no puedo competir con cinco vergas yo solito.
Bueno papito, no te amargues, yo te prometo que esos dos días voy a hacer que me garches hasta que te aburras.
Y si querés traer algún amigo no hay problema.
Le dí un beso y marché a mí casa.
No podía caminar estaba desarmada a pija, pero. Sarna con gusto no pica
Entré a mi apartamento mis viejos ya estaban almorzando, le dí un beso a cada uno y me senté a la mesa.
Donde dormiste Fiorella pregunto mamá, me despaché con la mentira que había preparado, la ingenua de mí madre me dijo… se ve que bailaron toda la noche porque tienes una cara de cansada, yo asentí con la cabeza mientras decía para adentro, cara de cansada no mamá, cara de garchada.
Al rato cuando me levanté de la mesa, al verme caminar mi viejo dijo…
Mí amor no puedes ni caminar, no te aburres de tanto bailar…
No papito no me aburro de hacerme garchar…
Y ya entrando al dormitorio me dije…
Si supieras papito, como me dan guasca los otros papitos que tengo.
Otro día de playa perdido por puta.
Caí en la cama y quedé seca.
Cuando me desperté eran las siete de la tarde, como quién dice, hora de vestirme y partir rumbo a la verdulería.
BESOS