No se bailar 2

La familia, es donde encontramos a quienes mejor nos conocen y comprenden ¿Por qué tratar de encontrar algo así fuera de ella? Pronto comprenderán que eso es lo mejor para todos.

Capitulo anterior. No se bailar 1

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Iñaqui ¿Ha llamado la chica?      .-Si claro, regresaremos juntos para comenzar las vacaciones, de hecho, este será el último viaje de la temporada, a nuestro regreso, desconectaré el móvil de empresa y se acabó hasta el mes próximo…

Al rato, apareció con una maleta y se despidió, en la puerta lo esperaba un taxi que lo llevo a la estación de tren.

Bueno, las cosas están saliendo a pedir de boca, nunca imagine verme en esta tesitura, ni en las más tórridas fantasías había imaginado algo semejante, pero lo voy a aprovechar, aunque no asista a la discoteca con mis amigos por el momento…

Quedaron en silencio, sumidos en sus pensamientos, Abel levantó la mirada y vio como el rostro de Leire se transmutaba, de inocente corderita a loba hambrienta; avanzando hacia él…

¿Me puedes acompañar?       .- Naturalmente…

Situada a su lado le tomo la mano, el joven se dejó guiar hasta la cercana habitación principal, Leire lo desnudó lentamente y apartó su delantal con presteza, se tendió en la cama y esperó. Abel no se hizo de rogar y se acomodó junto a ella, comenzó a besarle los ojos mientras sus manos acariciaban los duros pezones.

Ya está bien de tanto preliminar, necesito que me folles como a una perra ¡AHORA!…

¿Cómo a una perra? Lo que tú digas mamá, y después me la mamaras como yo te diga…

Abel se concentró en darle a su madre toda la caña de que fue capaz, en las siguientes dos horas Leire alcanzó al menos cuatro orgasmos a cual más satisfactorio, el sátiro Abel, se había ido reservando, para llegar a ese momento sin descargar ninguna vez, aunque ya le dolían los huevos de tanto aguantar...

Leire, ahora quiero que hagas tu magia...       .- Claro que si cariño, lo estoy deseando…

Apoyó parte de su cuerpo sobre él, y se dedicó en cuerpo y alma a satisfacer al joven, lamia lentamente su ciruelo, con la mirada chispeante fija en algún recóndito lugar de su imaginación, ninguno de los dos habría podido precisar cuánto tiempo duro eso, no terminó con una sola eyaculación.

Después de las primeras descargas que se estrellaron en el paladar de Leire, siguió con sus manejos, rebañando los restos, y degustando con placer todo lo que encontró, hasta que consiguió que Abel alcanzara otro orgasmo que le arrancó un penetrante bramido.

Al rato, cuando también ella estuvo satisfecha, se acomodó junto a Abel acurrucándose en su cuerpo, el joven pasó un brazo bajo su cuello y con la mano, le acariciaba distraídamente uno de los pezones.

Dime, como comenzó todo esto, ayer estuve viendo fotos antiguas, me llamaron la atención unas del verano de 1993, tenía entonces casi año y medio ya que en Febrero cumplí los 19, me sorprendió comprobar que entonces empleabas bañador completo, ni siquiera bikini; en las que encontré del verano siguiente hechas en Menorca, en la “Cala d'Es Talaier” aparecemos los cuatro en bolas…

¿A que de debió el cambio? No es que me importe pero siento curiosidad…         .-Nunca pensé que lo contaría de este modo, pero tienes derecho a saberlo todo.

Ese otoño, en octubre tuvimos un susto muy grande, estábamos dentro del coche besándonos como cuando éramos solteros al salir de un cine, vosotros estabais con Alejandra, la mujer que os cuidaba de pequeños, una bala perdida de un tiroteo entre la policía y unos chorizos nos pasó rozando a los dos. ¡Mira!

Se apartó el cabello, y le mostro una desdibujada cicatriz en el parietal izquierdo.

Fuimos a un hospital, a mí solo me hizo una rozadura, a tu padre se le llevo el pellejo, después que la policía nos tomara declaración, nos visitó un psicólogo que nos habló de tratarnos al menos durante cien sesiones, y eso porque según él, sufríamos un fuerte shock, al vernos tan frágiles ante las eventualidades que nos plantea la vida.

En el coche le hice una pregunta a tu padre. ¿Quieres acostarte con Gloria tu secretaria? Su respuesta fue muy clara.      .- ¡Con ella en concreto no!      .-Si me gustaría estar con alguna otra mujer aparte de ti, pero no quiero herirte y por eso nunca lo he hecho.

Sea, no podemos estar pendientes de cuánto tiempo viviremos, y un psicólogo no nos devolverá la paz interior que nos dará la libertad de disfrutar la vida.

El fin de semana siguiente fuimos a Madrid, nos registramos en un hotel, y después de una cena ligera con bastante cava, acudimos a un club de intercambios de parejas, tu padre miraba, mientras me acostaba con seis hombres que me hicieron perrerías, llevándome todos ellos, a gozar de intensos orgasmos, fue cuando descubrimos que soy multiorgásmica, también me hizo gozar de forma magistral una mujer, era la primera vez que vivía algo tan intenso y desde entonces han sido unas cuantas. Tu padre estuvo con esa y otra, ambas bisexuales, que al terminar con él, continuaron solitas…

Llegamos al hotel sobre las cuatro de la madrugada, nos acostamos con prisas para hacer el amor, tu padre me hizo llegar al éxtasis en tres ocasiones antes de correrse, pero no salió de mí, y cada tanto me daba otros cuatro o cinco achuchones, eran suficientes, para prolongar los espasmos del orgasmo que tenía en marcha, o para provocar las primeras oleadas de calambres y temblores en todo mi cuerpo, y que propiciaban uno nuevo, eso duró hasta las ocho de la mañana, cuando sonó el despertador…

Regresamos a casa, sin agotar nuestra estancia prevista en Madrid, solo había sido la noche del viernes a sábado, pero nuestra vida había cambiado para bien. ¡Eso es todo! Te agradecería que no lo comentaras con nadie, ni siquiera con tu hermana, si ella alguna vez pregunta como lo has hecho tú, también se lo contaremos uno u otro…

Todo ese rato, la mano de Abel había estado acariciando un pezón a Leire, y ella sujetaba la polla del chico que reclamó acción, tardó poco en colocarse sobre él, para cabalgarlo como una valquiria, profería suspiros y jadeos a partes iguales, hasta que soltó una eyaculación que sorprendió a Abel; nunca antes había asistido a nada semejante, ver como se retorcía con el enésimo orgasmo del día le pareció precioso, reparó en que estrujaba entre sus dedos el enorme clítoris…

Se abatió sobre su amante, que rodó sobre la cama para quedar encima de ella, arrodillado en la cama y sin sacarla, siguió manchando de forma intermitente, consiguiendo mantener la excitación y un orgasmo casi continuo, hasta que Leire perdió el mundo de vista, entrando en un sopor próximo al desmayo…

Mucho rato después, la dejó descansar al colocarse a su lado y abrazarla, estaba del todo entregada y su voluntad era inexistente, lo cierto, es que ella nunca pensó que las cosas fueran de otro modo, si algo así se presentaba algún día.

Abel, ¿Qué piensas de nosotros, crees que somos abominables?         .- Para nada, creo que lo que tenéis es maravilloso, el sueño no cumplido de mucha gente, espero que me dejéis seguir participando en un futuro, y que esto no termine en mucho tiempo.

Sin pretenderlo, y queriendo hacerte un favor te hice sufrir, me refiero a la época en que estuviste empleando bañador, para que no se notaran las erecciones que te provocaba, vernos desnudas a tu hermana y a mí, recordarás que esos veranos, poco antes de pedirte que me pusieras crema, tu padre y hermana desaparecían de nuestro lado, a veces se iban a jugar al tenis, o se metían en la piscina a hacer carreras, eso era en respuesta, a una seña que le hacía a tu padre para que nos dejara solos.

Me ponías la crema, y después tenías que masturbarte para que bajara la erección, recuerdo algunas veces, que mostrándote una revista hacia que me pusieras crema incluso por delante con la excusa de no mancharla, en una de esas ocasiones, te asomó el capullo por la cinturilla del bañador y recuerdo que la boca se me hacía agua, pero nunca osé tocarte siquiera, era una de las normas que nos habíamos impuesto.

Tu padre tampoco tocó nunca a Eskarne y no por falta de ganas, lo tiene loquito como a mí, pero ambos nos aguantamos. ¿A ti también te atrae?           .-Claro que me atrae, pero no sé si ella sería capaz de entrar en este juego…

Cuando llegue, cuéntale todo lo sucedido desde que me hablaste del baile hasta el momento de su llegada, seguro que será una charla entretenida, y me consta que seguís siendo tan cómplices como siempre, desde que nacisteis y hasta los tres años, erais tan guapos y con el mismo color de cabello que nadie os distinguía, al comenzar a vestiros diferente ya era más fácil, pero los gemelos es lo que tienen, que incluso pueden compartir opiniones…

No estaría nada mal, tener a mamá y Eskarne como amantes, y todo con el conocimiento de papá.

Abel, estaba cada vez más animado a participar de esa maniobra, que le parecía simple y realizable, solo se trataría de jugar la carta de la sinceridad con su hermana.

Continuará.

© (

Pobrecain

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