No sabia que era bisexual
Mi mujer y yo disfrutando con Mario.
La primera vez .... con un hombre fue el pasado mes de abril, cuando mi mujer despues de un largo dia de trabajo y compras, habia caido rendida en la cama. Yo llevaba varios dias inquieto porque cuando ella se iba a la cama yo me ponía delante del ordenador y no paraba de buscar sexo a traves de la red. Me llegaba a quedar hasta las 5 de la mañana bajando fotos de todo tipo, y entrando en los chats de sexo. Pero un día, en uno de esos chats encontré a una persona que decía ocurrirle lo mismo.
Quedamos varias veces y al final cada noche nos calentabamos tanto que yo llegaba varias veces al orgasmo. Mis pajas eran abrasadoras, y cuando eran aliñadas con fotos intercambiadas, la leche me salpicaba hasta la boca y la bebía dulcemente.Me encantaba la situación, y entonces me di cuenta de que me gustaria beber su leche. La de él. Al día siguiente me decidí y quedé con Mario, que así se llamaba, y despues de una larga charla me dijo que se acostaría conmigo si también lo hacia mi mujeer. Ella tiene unas tetas extraordinarias. Me case con ella por sus tetas, aparte de otras virtudes, y tambien tengo que decir que la chupa de infarto, pero ultimamente estabamos un poco separados. Yo pensé que eso sería imposible, no me atrevería a proponerselo, pero el me dijo que le presentara en casa como un amigo de la infancia.
El en persona era mas cachas que en las fotos y yo me relamia, con lo cual, cedí para ver que nos ocurría. Esa misma noche nos presentamos en casa sin avisar y al abrir la puerta encontramos a mi mujer, Lucía, en bragas en el pasillo y con un cinturón de plumas que yo la había regalado por Navidad rodeandola el cuello. Me estaba esperando, porque por lo visto ella tambien pensaba que lo nuestro no iba bien. Quería sexo pero se llevó una sorpresa en principio desagradable, no así Mario que quedó petrificado al ver el cuerpo de Lucía. Sus caderas eran el asidero perfecto y sus curvas parecían sacadas de un videojuego. No parecían reales de tanta perfección.
Ella corrió a ocultarse al dormitorio, y ruborizada salió al minuto envuelta en una suave bata de seda que dibujaba sus ya para Mario conocidos pezoncitos. Presenté a Mario como un antiguo amigo que venia a cenar y quedarse la noche porque al día siguiente, partía de nuevo a su ciudad, eso la dije. Tras varias disculpas, que no hacían mas que sonrojar su rostro y erizar más aún sus pezones, se tranquilizó un poco. Cenamos y nos pusimos una copa, mientras charlabamos, y eso nos llevó a otra copa y a otra. No solemos beber, así que a la tercera, Lucía empezo a decir bobadas, y comentó que yo ya no la quería.
Tuve que consolarla porque se ponía mimosa y la abracé. Noté su pecho duro contra mí y vi como Mario se relamía, y entonces se acercó a nosotros y la acarició el pelo y la nuca. Yo me tensé pero enseguida me dí cuenta de que podríamos disfrutar los tres, y me relajé. Además el alcohol nos había atontado a los tres y yo estába como un potro pensando en lo que venía. Era muy consciente y no lo frené. Entonces Lucía se echó hacia atrás apoyando la cabeza en el hombro de Mario y yo la besé en el cuello. Se tensó y dió un gran suspiro mientras Mario atrapaba sus caderas y la besaba las orejas. Ella me miró y yo sonreí, lo que hizo las cosas mas fáciles. Entonces la abrí la bata y sus pechos se levantaron hacia el cielo al tiempo que ella doblaba la cabeza hacia Mario, que no dudo en meter su lengua en la boca carnosa de labios rojizos de ella.
Yo recorrí su vientre con mi lengua y lamí sus pezones. Cuando abrí los ojos, Mario no tenía camisa y mi polla me pedía paso a través de los vaqueros, así que la solte las bridas y me dispusé a cabalgar.Sin dejar de besarla, Mario bajó su mano hasta el clítoris y comenzo a dibujar nubes y pajaros en él. Lucía dió pequeños grititos, y yo me desnudé rapidamente, e incluso me sorprendí del tamaño que habían adquirido mis venas. Entonces Mario, mientras acariciaba a Lucia metió mi pene en su boca y durante unos instantes creo que perdí el conocimiento.Lo hacía fantásticamente. Lucia se percató y lejos de sorprenderse, decidió bajar a ayudarle. Nunca había gozado tanto, cuando ellos se besaban con sus lenguas rodeando mi glande.Entonces Mario decidio soltar su miembro y Lucia cogió los dos y los metió en la boca.
Dió una pequeña arcada, pero luego relajo la garganta y comenzó a mamarlas con un ritmo cada vez mas frenetico, mientras nosotros no dejábamos de tocarnos. Entonces decidí que Mario la penetrara, así que chupé su coñito dulce hasta ponerla en un punto de no regreso y con mis manos agitaba el enorme pene de Mario, que era al menos dos cm mayor que el mío. Y el mio está bien proporcionado. Agité el clitoris con un dedo y metí los testículos de Mario en mi boca. Eran suaves y carnosos. Me encanto notar como se movian sobre mi lengua.
Entonces lo ayudé a introducir aquel pene animal, como si fuera un mamporrero y comenzaron los movimientos con lo cual las tetas de Lucia que ahora parecían de una vaca, se agitaban en el aire. Yo gozaba infinito, y comencé a chupar sus cuerpos hasta llegar a sus culos.
Girábamos sin parar y yo casí estaba a punto de desvvanecerme por el alcohol y la lujuria cuando Mario saco su sable del tunel de Lucía y se acercó con él a mi cara, y en un instante, me llenó con su cálida leche toda mi frente y saque mi lengua para saborear lo que escurría. No dejé caer nada, y girándome metí mi polla en el cuerpo de Lucía que me sorbia los liquidos de la cara.
Erá un frenesí, cuando a punto de estallar, extraje mi pene y Mario acercó su cara a la de Lucía y ambos bebieron mi mermelada. Caimos rendidos, y a la mañana siguiente al despertarnos, Mario no estaba. Ni rastro de él. Nos miramos como si hubiera sido un sueño y sonreimos, pero creo que los dos palpitábamos aún. Desde entonces chateamos cada noche antes de hacer el amor, soñando con que Mario conecte y volvamos a hacer de la vida un sueño.