No Quiero Más Putas

Éste es un cuento que tenía guardado por allí y decidí publicarlo. Un poco de No Concentido, otro poco de Dominación

No Quiero Más Putas

Autor: Ricardo Erecto

El abogado Lucas Madariaga era un asiduo visitante del burdel “Ensoñación” dirigido por madame Ivette.

Madame Ivette era una antigua prostituta que conocía el oficio desde adentro y desde hacía unos años regenteaba una cadena de prostíbulos importantes y el más grande e importante era justamente “Ensoñación”

Allí se podían encontrar las mejores putas de todo el país y había para todos los gustos. Blancas, mulatas, negras, delgadas, entrada en carnes, de tetas chicas, de tetas grandes, muy jóvenes y no tanto, etc. Había de todo.

Lucas iba regularmente al burdel dos veces por semana y generalmente elegía la misma puta una vez que había seleccionado la que más se ajustaba a sus gustos. El problema era que Ivette no mantenía las mismas putas en el mismo lugar por más de seis u ocho meses, cambiándolas a otro de sus locales.

Si bien éste era un inconveniente para Lucas, otros clientes concurrían asiduamente  en busca de nuevas caras (o mejor dicho, nuevas conchas).

Decidido a modificar esta situación pensó en tener una puta propia, quizás pagando un extra, pero que Ivette no la cambiara. La propuesta recibió un rotundo nopor parte de la madama.

La posibilidad era entonces en tener una puta en su casa y comenzó a buscar y consultar entre sus amigos. Recordaba que una vez una de las putas de Ensoñación le había comentado que ella había sido comprada por Ivette en el “hotel” de Santos Valenzuela, que se dedicaba a la venta de mujeres.  Luego de meditarlo llegó a la conclusión que visitaría a ese tal Santos Valenzuela y que era mejor disponer de una esclava en lugar de una puta en su casa, estaría a su entera disposición, sin posibilidades de dejar su “puesto de trabajo”

Así planteado, el punto era dónde conseguir esclavas y dónde encontrar el “hotel” de Valenzuela. Buscó a ese tal Santos Valenzuela, y encontró que regenteaba el Hotel “Vidas Paralelas”  En su condición de abogado tuvo acceso a información respecto de tan curioso personaje y del hotel.

Así se enteró que todas sus operaciones eran perfectamente legales, de acuerdo a usos, costumbres y leyes vigentes. Efectivamente cada mes se procedía a una subasta de mujeres cuyo origen se evitaba dar a conocer. Tuvo algunas evidencias de ciertas “atenciones” que tenía con la policía para que no lo molestaran. Consultó con otros abogados al respecto y le mencionaron leyes por las cuales podían esclavizar algunas muchachas y mediante un trámite ante el juzgado correspondiente, se lograba que los jueces las declararan esclavas de por vida. En estas condiciones la mujer en cuestión no tenía otra alternativa que someterse a su dueño, perdiendo todos sus derechos. Obviamente entre esos derechos que perdía estaba el de negarse a ofrecer su cuerpo en el momento y circunstancia en que su dueño lo requería.

Sabiendo entonces que se harían las cosas de acuerdo a derecho se dirigió al “hotel” para hablar con su dueño. Allí lo recibió Santos Valenzuela. El diálogo que se desarrolló fue el siguiente:

-Señor Santos, quiero hablar claro para que nos entendamos desde el comienzo. Quiero comprar una esclava. Soy abogado y deseo que todo se haga de acuerdo con las leyes.

-Señor Madariaga. Nuestra empresa tiene inspecciones periódicas de las autoridades competentes y nunca han encontrado nada fuera de la ley. Puede estar seguro de eso. Las mujeres que vendemos están todas registradas como esclavas o putas, con certificados médicos de salud ¿Qué es lo que busca?

-Soy asiduo concurrente del burdel  Ensoñación. Es el mejor lugar para buscar una buena puta. He encontrado allí mujeres con destacados cuerpos que han aceptado todos mis caprichos.

-Ya lo creo que es el mejor burdel, señor Madariaga. Periódicamente le vendo las mejores mujeres a Ivette, la regente del lugar.

-Ocurre que cuando encuentro la puta con la cual me siento a gusto, ella la cambia de destino y debo comenzar nuevamente a probar varias hasta que encuentro la que me gusta y luego de un tiempo, otra vez la cambia de destino y volver a empezar.

-Es una costumbre que ella tiene. Por eso me compra putas nuevas. No quiere que los clientes se aburran cogiendo siempre en un plantel que no se renueva. ¿Qué tipo de esclava busca?

-Fundamentalmente para poder cogerla en el momento que quiera, de la manera que quiera y por el agujero que quiera. Complementariamente deberé hacer las cosas de la casa. Limpiar, ordenar, cocinar, etc.

-Por lo que me dice no está pensando en someterla a vejaciones fuertes, “bondage” o castigos severos.

-Solamente la castigaré si no cumple con sus obligaciones, pero nada de látigos ni cosa por el estilo. Estará en penitencia encadenada o algo similar. Eventualmente alguna descarga con picana. ¿Puede conseguir una esclava para ese uso?

-Todo se puede conseguir y lo que me pide no es nada extraordinario. Nosotros hacemos subastas de mujeres una vez al mes. Ayer me llamaron los muchachos que recogen mujeres en la calle y me dijeron que ya tenían once y venían para acá. Es un número elevado y si bien la primavera es la época más propicia de recolección, once es un número considerable.

-Entre las mujeres que traen, seguramente habrá alguna que cubra sus expectativas. Cuando mi padre comenzó este trabajo, hace ya cuarenta años, ha llevado un registro con fotos de todas las mujeres que pasaron por aquí y fueron vendidas y yo he seguido esa costumbre.

-De cada esclava tenemos una foto de frente y una de perfil, por supuesto desnudas, y una ficha técnica con el nombre, la edad al momento de la captura y de la venta, fecha de nacimiento, altura, peso y otras medidas, copia de la declaración de esclava por parte del juez, número de documento, etc. Esta empresa ha vendido al día de hoy 3.517 mujeres y tenemos las fichas de todas.

-Le propongo que busquemos los últimos remates y me indique cuál de esas mujeres sería de su agrado, para tener una idea de lo que busca.

-Ante todo busco una esclava de no más de veinticinco años, de caderas angostas pero buen culo y tetas medianas pero bien firmes.

-Bien, comencemos a mirar y usted me dice, al ver las fotos, cuál le gusta. Por supuesto esas mujeres ya han sido vendidas, pero sabiendo el tipo de cuerpo que busca, seguramente  entre las que se incorporan se puede encontrar la adecuada.

Comenzaron a pasar fotos de las mujeres que en los últimos doce meses habían sido subastadas o vendidas en forma directa. Lucas le indicó tres de las jóvenes que le mostró, que podían cubrir  sus expectativas, con lo cual Santos ya sabía qué buscaba su cliente.

-Tengo una consulta. ¿Las mujeres que vende, aceptan su condición de esclavas y que serán sometidas a la voluntad del comprador?

-Todo esto es un proceso. Mis hombres recorren las calles en busca de la presa a cazar. Una vez detectada, se la sigue hasta que encuentran el lugar y el momento adecuado para secuestrarla. El factor sorpresa es el más importante. Dos de los hombres se abalanzan sobre la mujer, la dominan y la introducen en la camioneta. El que estaba en el volante a la espera arranca rápidamente mientras los otros dos la amordazan, le atan los brazos y las piernas y se aplica un anestésico.

-Una vez capturada la mujer en la calle se la lleva a una casa rodante ubicada en las inmediaciones, que tiene diez celdas y dos pequeños dormitorios, un baño y una pequeña cocina. En las celdas se alojan las capturadas y en los dos dormitorios están los guardias.

-Se les administra un calmante y un somnífero que seguirán tomando mientras continúan las capturas y hasta que llegan a este hotel.

-Una vez aquí lo primero que se hace es que tomen un baño y pasen al consultorio del médico para proceder a un exhaustivo examen y se le realizan los análisis correspondientes. También el médico le estampa con tinta un número en la espalda que la identifica. Terminado este proceso, comienza el sometimiento. Se las reúne en una espaciosa celda con rejas. Allí deben esperar una media hora, estando, por supuesto, desnudas. Luego yo, personalmente, les indico cuál es el futuro. Quizás éste sea el momento más complicado. A veces se ponen a gritar, alguna puede desmayarse, otras lloran desconsoladamente. Se les suministra un amplio camisón, bastante transparente y las ubica en las habitaciones que ocuparán hasta la salida definitiva de este lugar.

-Los días subsiguientes deben ver cuatro horas de videos en los cuales las esclavas son sometidas a todo tipo de vejaciones, alternadas con videos de putas en plena tarea. Esto les va quebrando su voluntad, que es lo que se pretende.

-También se pasan videos de lo que ocurre durante las subasta, para anticiparles las vivencias que tendrán cuando se proceda a su venta. También deben realizar ejercicios físicos para que sus cuerpos se mantengan en forma.  Cada tres días todas forman una fila con las muñecas esposadas en la espalda y yo, personalmente, procedo a una inspección de sus cuerpos, tocando sus partes íntimas y observando sus reacciones. A alguna de ellas la llevo al consultorio médico para que se acuesten en la camilla y proceder a una revisión con más detalle. Las reacciones de estas mujeres me permiten saber si son aptas para trabajar en burdeles, ser esclavas sexuales o esclavas para trabajos en las minas. Todo se anota en la ficha personal.

-Estas inspecciones, que a veces las hago acompañadas de algún guardia con el cual comentamos características de las mujeres, tienen como objeto adicional humillarlas y así comenzar su degradación.

-Dos o tres días antes de la subasta, se le toman las fotos que le comenté y yo personalmente completo la ficha de sus datos personales y reviso nuevamente sus cuerpos detalladamente, ahora todas pasan por la camilla ginecológica y el médico lo hace nuevamente. Pueden estar  presentes tres o cuatro hombres más y hacemos comentarios sobre el cuerpo que estamos evaluando.  Luego les pongo el precio base al cual saldrá a la venta, aunque ellas no lo saben. Así ya están preparadas para el momento en que serán vendidas.

-Le pregunto señor Santos, ¿no se rebelan en el momento de ser subastadas?

-Normalmente no. Ya su voluntad está quebrada y además le administramos una dosis de un relajante que no les permite razonar adecuadamente.

-¿Le han devuelto mujeres?

-Las mujeres no tienen devolución. Si luego quieren desprenderse de ellas, la tomo en consignación y cobro una comisión por el proceso. Algunas veces Ivette me ha traído alguna puta de la cual quiere desprenderse por no ser suficientemente obediente en su trabajo. Estas mujeres generalmente son compradas por mineros de la zona, destinando estos seres a trabajos forzados en los peores lugares de los establecimientos.

-¿Usted cree entonces que alguna de las mujeres que están por llegar podría estar dentro de lo que busco?

-Estoy seguro que sí

-¿Es posible que la compre fuera del remate? No estoy acostumbrado a estas transacciones y prefiero hacerlo de manera directa y más confidencial.

-No hay inconveniente. Yo lo llamo en día anterior a la subasta. De todas maneras no va a necesitar revisar a todas las esclavas. Con las indicaciones que me dio, le puedo seleccionar la que usted busca. Si no es lo que desea, esperamos a otra redada de mujeres.

-Muy bien, espero su llamado.

Capítulo 2.Venta de la Esclava

Cuatro semanas más tarde y como había acordado, Lucas recibió el llamado de Santos para que pasara por el hotel. Allí les presentaría a muchachas que estaban en venta y que podría adquirir, evitando asistir a la subasta, para convertirla en su esclava personal.

Lucas no era un hombre acostumbrado a estas transacciones comerciales. Cuando deseaba sexo, simplemente iba a un prostíbulo, se cogía a una de las putas que se ofrecían y regresaba sin preocupaciones. Ahora se llevaría una esclava para servirlo, pero al mismo tiempo asumía algunas obligaciones. Santos lo recibió en una sala que contaba con amplios sillones y una camilla ginecológica, cosa que sorprendió a Lucas.

-Tal como le había adelantado llegaron once mujeres, todas muy jóvenes. Con decirle que la mayor tiene solo 29 años. De ellas le he elegido dos. Son dos ejemplares que creo que se adaptan bien a sus preferencias. Creo que lo mejor será que usted mismo las vea y evalúe si es lo que desea. Estuve indeciso sobre una tercera, que apenas ha cumplido los 18 años hace una semana, pero sus tetas son muy desarrolladas y tiene el culo caído a pesar de su corta edad.

-Por lo que mes describe, no es lo que busco. Las otras, ¿Qué edades tienen?

-Mariana es la más joven, de 21 años y Florencia de 25. Cada una de ella tiene cosas destacadas. Ya verá y será mejor que usted mismo aprecie las bondades de ambas esclavas.

-¿Cuál su situación  legal?

-Ambas ya han sido declaradas esclavas de por vida. Todos los papeles en regla. Nunca he vendido una esclava o una puta que no esté en regla. Podrá hacer con ellas absolutamente lo que quiera, sin limitación alguna, como está expresamente indicado en la sentencia judicial. Ya pido que traigan a ambas aquí.

Santos llamó por interno a uno de sus ayudantes y le ordenó que trajera a ambas, desnudas y esposadas. Poco después un hombre traía a ambas tomándolas de sus brazos.

-Señor Santos aquí están las dos esclavas. ¿Necesita algo más?

-No, puedes retirarte. Yo me encargaré de ellas.

Ambas estaban avergonzadas de tener que presentarse ante un desconocido,  desnudas y esposadas, aunque no sabían exactamente para qué las habían ingresado a ese recinto. Mariana estaba totalmente depilada y se sentía más desnuda que nunca. Florencia tenía un pequeño triángulo de vello en su pubis e igualmente se sentía más expuesta. Sus muñecas esposadas en la espalda les impedían a ambas siquiera cubrir parte de su cuerpo. Quizás por el frío del lugar, los pezones de ambas se endurecieron.

-Podrá observar señor Madariaga que no le he mentido. Dos excelentes ejemplares. Mariana, como le anticipé, tiene 21 años y era empleada de una tienda. La secuestramos cuando regresaba a su casa en una de esas calles oscuras del barrio Benítez. Por supuesto no es virgen ya que ha tenido relaciones (pocas) con un novio que la abandonó hace unos meses. Ha hecho alguna mamada sin tragar el líquido seminal. No ha sido sodomizada nunca por lo que su culito es muy cerrado. De sus tetas creo que no es necesario mencionar su firmeza y turgencia que sin ser de un tamaño excesivo tienen muy buena forma portando unos pezones que salientes y abultados, apuntan hacia adelante, como usted mismo puede apreciar.

-Piernas también muy bien formadas y delgadas que terminan en una conchita cerrada que no deja escapar ni los labios interiores ni el clítoris. Sin embargo cuando separa las piernas puede apreciarse la entrada al conducto vaginal estrecho pero elástico. Seguramente puede recibir una pija aún de gran tamaño.

-Sus caderas son estrechas con glúteos pulposos y marcados, de piel blanca y muy suave. Su cabello castaño realzan los ojos celestes verdosos inmersos en un rostro de curvas suaves. Realmente una esclava como no se la encuentra con facilidad.

-Debo reconocer señor Santos que es una muy buena hembra. Quisiera conocerla un poco más.

-Por supuesto. La podrá examinar en la camilla ginecológica, con las piernas bien separadas para que pueda acceder a sus intimidades. Le quitaremos las esposas para que se acomode mejor.

Luego de sacarle las restricciones de las muñecas, le indicó que se montara en la camilla. Separó al máximo los estribos, quedando las piernas de la muchacha bien separadas mostrando  la concha abierta. Los ojos de Mariana se humedecieron. Nunca imaginó que sería tratada de esa manera, sin saber que sus desventuras recién comenzaban.

-Podrá apreciar  humedad de la vagina, ese clítoris prominente y unos labios exteriores carnosos. Verá que no tiene perforaciones ni piercings. Esa concha ha sido usada, pocas veces, solamente para coger. Puede apreciarse que no se ha introducido objetos extraños.

-Debo reconocer que he visto muy pocas putas como ésta en la casa de madame Ivette.

Mientras pronunciaba estas palabras Lucas acercó los dedos a la vulva y el pubis de Mariana que hacía un enorme esfuerzo por contenerse,  por no gritar ni insultar. Estaba tocando su concha con total desaprensión. Luego el hombre subió su mano derecha por el vientre hasta llegar a las tetas. Los ojos de Mariana se humedecieron.

Magreó reiteradamente las firmes tetas de la muchacha y apretó con suavidad los salientes pezones. No había duda que se trataba de un muy buen ejemplar.

-Quisiera mirarle mejor el culo.

-No hay inconveniente. Bajamos la camilla hasta dejarla plana y Mariana se dará vuelta para exponer su parte trasera.

Así lo hizo. Una vez que la camilla estaba completamente horizontal, le indicó a la joven que se volteara. Mariana obedeció de inmediato.

Ahora las manos de Lucas se dirigieron al culo, que acarició reiteradamente para luego separar los glúteos y exponer el ano. Efectivamente se observaba un agujero muy cerrado. Lucas hizo volar su imaginación y por un momento tuvo la visión de tener a Mariana en cuatro mientras comenzaba a penetrar su virgen culito.

Al escuchar un ¿qué le parece? pronunciado por Santos, volvió a la realidad y deslizó sus manos por las piernas.

-No puedo negar que se trata de un buen ejemplar.  ¿En cuánto la vende?

Al escuchar esas palabras Mariana no pudo contener el llanto. Estaba boca abajo en la camilla y su cabeza apoyada en el costado izquierdo. Las lágrimas le corrían en abundancia. Se sintió como en una de esas veterinarias que venden mascotas y que la querían comprar como tal, como una simple mascota para jugar con ella.

-Si la vendo en una subasta no saco menos de sesenta y cinco mil euros y le digo más, ese es casi el mínimo. Una esclava como ésta suscitará mucho interés. Ese es un precio justo.

-De ninguna manera pensaba gastar semejante cantidad de dinero. Estimo que esta esclava vale unos cuarenta mil.

-Mi estimado señor Madariaga. Este negocio lo heredé de mi padre. Yo comencé a venir cuando tenía catorce años y aprendí los secretos del oficio de mi padre. Son veinticinco años viendo y valorando putas y esclavas. Poniendo precio a mujeres para ser subastadas. Cuarenta mil es un precio irrisorio. Le pido que la revise nuevamente, que observe su culo, sus tetas, su concha, su cuerpo en general. Va a coincidir conmigo que es un precio justo.

Lucas le indicó a Mariana que se pusiera nuevamente boca arriba, dejando la camilla plana, con sus manos debajo del culo. La joven lo hizo entre pequeños estertores debido a los sollozos. Lucas le separó las piernas y comenzó a pasar sus manos por los muslos llegando a la concha, en la que introdujo el dedo pulgar.

-¿Por qué lloras? No te estoy lastimando ni haciendo nada malo, al contrario te estoy acariciando y apreciando las bondades de tu cuerpo. Repito ¿Por qué lloras?

Mariana no sabía qué responder ni tampoco quería hacerlo. Estaba tensa mientras las manos del hombre recorrían su cuerpo. Lucas sacó el dedo de la vagina y llevó su mano, lentamente, hasta las tetas. Estaban duras y los pezones, cual flechas, apuntaban al techo, demostrando su turgencia. Efectivamente, era el cuerpo apetecible de una hermosa muchacha.

Nuevamente se entretuvo manoseando las tetas y apretando ligeramente los pezones. Miró fijamente a sus ojos y percibió una mezcla de temor  y tristeza, mientras mantenía los ojos fijos en quien quería comprar su cuerpo. No pudo contenerse más y comenzó a llorar desconsoladamente mientras permanecía inmóvil con sus manos debajo del culo.

-La ha observado detenidamente. No me diga que una esclava así no vale la cifra que le he pedido. Si continúo observándola, voy a aumentar el precio.

-Sr. Valenzuela, no me cabe duda que usted conoce su negocio, pero eso de aumentar el precio, no se lo cree nadie.

Santos, con una sonrisa comentó: -Viejas argucias de comerciante.-

-Quiero ver con más detalle la otra esclava que me ofrece. ¿Qué me puede decir de ella?

-Florencia era estudiante de enfermería y un antiguo novio nos comentó la posibilidad de secuestrarla. Le tendió una trampa ya cambio de algún dinero y antes que comenzara a sospechar qué ocurriría, mis hombres la tomaron, la ataron y la subieron a la camioneta. En un santiamén ya estaba camino al hotel.

-¿Fue una venganza de él?

-Según nos relató todo comenzó cuando comenzó a negarse a hacerle una mamada.. Luego de mucho esfuerzo logró metérsela en la boca y justo cuando iba a descargar la leche, ella logró zafar de la posición y el semen acabó en suelo. Se enojó bastante y entonces intentó sodomizarla y ella se negó terminantemente. Así finalizó la relación y poco después pensó en vengarse y nos llamó para que la secuestráramos.

-¿Él sabía que terminaría vendiéndose como esclava?

-No solamente que lo sabía sino que fue una condición para facilitarnos que la tomáramos. Solamente si le asegurábamos que sería vendida como esclava, nos facilitaba el secuestro. No quería que terminara simplemente en un burdel. Más aún quería que fuera vendida a Oriente, pero eso no lo pudimos asegurar. Finalmente aceptó que fuera vendida como esclava localmente.

-Entonces por me dice no tiene experiencia en mamada y mucho menos en recibirla por el culo.

-Así es. Por supuesto no es virgen pero es el único agujero que alguna vez ha usado. Supongo que deberá ser firme con ella para que le obedezca. Pero vayamos a analizar su cuerpo.

-Tiene una buena figura, siendo sus caderas un poco más anchas que las de Mariana que si la mira de atrás, tiene un muy buen culo, firme y piel tersa y muy blanca. Sus tetas son algo grandes, pero naturales, no han sido rellenas con silicona ni nada parecido. Se mantienen firmas y apenas se balancean al caminar.  Sus pezones y la areola son de color intenso que se destacan sobre el resto de la tetas y se marcan a través de la ropa que use.

-Observará que su vientre es plano y firme y hemos dejado el vello del pubis. Como imaginará he analizado  cientos de mujeres para valorarlas. Ninguna ha tenido un vello tan suave como el de Florencia. Por ese motivo apenas lo hemos recortado para que dejara ver los labios vaginales. Parecen finas fibras de seda en lugar de pelos de concha, quiero que luego lo verifique.

-Sus piernas también están muy bien formadas y muy delgadas, con unos muslos firmes que terminan en una entrepierna que aloja una concha que invita a ser penetrada. Respecto justamente de la entrada a la vagina, creo que no es necesario remarcar sus cualidades. Labios carnosos,  que al separarlos, encontrará la humedad propia para mujeres de su edad, lo que facilita la penetración. Pero mejor que mis palabras será que usted mismo la observe. Florencia, te recostarás en la camilla.

Luego de quitarle las esposas y poner nuevamente la camilla con los estribos separados y altos, Florencia se ubicó en la misma con las manos debajo del culo como había hecho Mariana.

-¡Admire esa conchita! Una verdadera delicia observarla, tocarla y… usarla

Lucas se acercó a la muchacha y apoyó una mano sobre la pierna izquierda, apreciando la suavidad de su piel.

-¿Te depilas las piernas con frecuencia?

-Señor, he hecho depilación definitiva con láser. No necesito depilarme más.

Comenzó a subir su mano por la pierna hasta alcanzar la concha. Introdujo una falange del índice en la cavidad, notando la humedad interior. Tomó un labio vaginal entre el índice y el pulgar y suavemente tiró hacia un costado para separar los labios y acercó su cara. Quería no solamente ver bien de cerca la entrada a al vagina sino también oler los efluvios que partían de tan íntima parte. Florencia comenzó a sollozar pero no se movía de la posición en que estaba. Introdujo nuevamente un dedo en la vagina, notando cómo se apretó sobre su dedo, para luego relajarse. Sin duda la muchacha sabía que debía prestarse a ser revisada de esa forma, aunque instintivamente se resistía.

Luego de retirar el dedo de la vagina, buscó el ano y lentamente comenzó a penetrar su índice por el estrecho agujero. Florencia no pudo contener las lágrimas y su sollozo se transformó en un llanto con gemidos. Recordaba que su ex novio había facilitado su secuestro por negarse a recibirla por el culo. Quién finalmente la comprara, seguramente abusaría de ese agujero, posiblemente no solo por placer sino como forma de humillarla.

Lucas se detuvo en la observación del ano. Solamente en alguna oportunidad había solicitado a alguna de las putas del burdel ofrecerle el culo para penetrarlo, pero ahora decidía que quizás fuera conveniente usarlo para reafirmar que él tendría todo el poder sobre ella.

Sacó el dedo del culo y luego de limpiarse con alcohol, volvió a la concha. Ahora introdujo el pulgar todo lo posible palpando la cavidad interior. El clítoris se había hinchado y lo tomó entre el índice y el pulgar, apretándolo suavemente. Tanto los labios como los alrededores estaban completamente depilados.

Luego posó su mano sobre el pubis, comprobando la suavidad de los pelos que lo cubrían. Santos estaba en lo cierto. Eran sedosos y agradables de acariciar. Pasó una y otra vez su mano por la zona, alcanzando siempre la entrada de la vagina. Estas caricias estaban calentando a Florencia, muy a pesar suyo.

Luego subió las manos a las tetas. Las magreó por unos minutos y luego comenzó más específicamente con los pezones, que comenzó a apretarlos y tirar con suavidad con el objeto de hincharlos y hacerlos más notables, cosa que logró muy rápidamente.

-Lucas, usted ha podido comprobar lo que son esas tetas. ¡Una delicia! Imagino las marcas que pueden quedar si necesita azotarla. Seguro que esos pechos serán un objetivo.

-Espero no tener que azotarle las tetas. Creo que hay otros métodos más convincentes para que las esclavas obedezcan, pero no me negaré a torturar sus tetas si es necesario. Ahora quiero que se ponga boca abajo para evaluar el culo, la espalda y los muslos.

Luego de acomodar nuevamente la camilla, Florencia se montó en la misma exponiendo su parte trasera. Esperaba que no hurgara nuevamente en el agujero del culo, ya que lo había hecho antes. Lucas comenzó por las pantorrillas y fue subiendo sus manos hasta los muslos. Allí se detuvo un momento para segur subiendo y llegar a los glúteos. Luego de pasar sus manos reiteradamente por ambos los separó dejando a la vista la pequeña entrada del ano.

-Florencia, ¿es cierto que no quieres ser sodomizada?

Florencia permaneció callada. Intervino Santos.

-El señor Madariaga te ha hecho una pregunta. Sabes que no me gusta que no contestes adecuadamente. Te reitero la pregunta. ¿Es cierto que no quieres ser sodomizada?

Florencia comprendió que algo debía contestar.

-No quiero que me la metan por el culo, no me gusta.

-¿Sabes que si te compro y quiero cogerte por el culo deberás aceptarlo?

-Lo sé y lo aceptaré, pero eso no quiere decir que me guste ser sodomizada.

-Adecuada respuesta tiene la esclava.- Acotó Lucas.

Pasó sus dedos por la raya del culo, dando círculos alrededor del ano. Mientras tanto Florencia hacía esfuerzos para no moverse de la posición en que estaba.

-Tienes un agujerito muy apretado. Será un placer meter mi pija allí. Supongo que te va a doler un poco pero, si te compro, ya te acostumbrarás. Puedes levantarte. Quiero compararte junto a la otra esclava.

Florencia se levantó y comenzó a sollozar nuevamente. Ambas jóvenes se ubicaron frente a Lucas que las observaba. Ambas mujeres se sentían más desnudas que nunca, frente a este hombre que estaba evaluando sus cuerpos como si fueran dos animales de raza. Por su parte Lucas se sorpendía a sí mismo por tener a estas dos jóvenes cuyo futuro dependía de la decisión que tomara.

-Puedo ofrecer algo más por una de ellas. Cada una tiene sus bondades pero creo que me inclino por negociar por Mariana. Digamos unos cincuenta mil. ¿Qué le parece?

Ambas jóvenes se abrazaron mientras lloraban desconsoladamente. Mariana asistiendo a su propia venta y al regateo que esto generaba, mientras que Florencia tomaba conciencia que su futuro no difería mucho del de Mariana.

-Por cincuenta mil no la vendo. Ese es el precio por una esclava joven con algunos años de recibir castigos, con marcas definitivas en su cuerpo, con el culo y la concha dilatados de tantas penetraciones. Éstas son otra cosa. Esa es una oferta muy baja. Mariana vale mucho más. Es una esclava de gran valor.

-¿Cuál sería el último precio por ella?

-Sesenta y dos mil.

-Si me acepta sesenta mil, me llevo ahora mismo.

-¡Hombre! ¡Qué difícil es negociar con usted!

-Usted será comerciante de esclavas y putas pero yo soy abogado y defiendo mis clientes con vehemencia. Sesenta mil y cerramos trato.

-Está bien, se la vendo en sesenta mil.

Mariana ya no pudo contenerse y comenzó a llorar y gemir más fuerte mientras se abrazaba a Florencia que trataba de consolarla.

-¿Cómo quiere llevarla? ¿Vestida, desnuda, en una jaula, encadenada?

-La llevaré desnuda, amordazada, con un collar metálico, con las muñecas esposadas en la espalda y precintos en los codos, tobillos y rodillas.

-¿No quiere que le vendemos los ojos?

-No es necesario. Irá en el baúl del auto con lo cual no podrá saber hacia dónde nos dirigimos.

-Muy bien. Les digo a mis muchachos que la preparen mientras nosotros arreglamos cuentas.

Santos dio la orden a su gente que tomó a Mariana para atarla de la manera indicada y a Florencia para conducirla nuevamente a la “habitación” que tenía asignada.

Terminada la firma de la transferencia llevaron a Mariana hasta el auto, la ubicaron en el baúl, cerraron la tapa y auto partió rumbo a la casa de Lucas. Al llegar introdujo el auto en la cochera y abrió el baúl. Mariana ya no lloraba pero las marcas de las lágrimas secas en su rostro delataban la angustia de la muchacha. Lucas le quitó los precintos de los codos, tobillos y rodillas, le colocó una correa unida al collar, ordenándole que lo siguiera mientras él portaba la correa.

Así llegaron al despacho de trabajo de Lucas que había instalado un pesado sillón de madera que portaba correas para fijar los brazos y las piernas, una argolla para el collar, impidiendo movimientos del cuello y una correa adicional que podía ceñirse a la cintura, que no fue usada en esta oportunidad.

-Voy a quitarte la mordaza y quiero que me escuches atentamente en silencio. Luego te haré algunas preguntas.

Le quitó la mordaza.

-Te he comprado para que me sirvas de puta y esclava. Como puta debes estar siempre dispuesta a ofrecer tu cuerpo para ser gozado por cualquiera de las entradas. Tendrás que acostumbrarte a tragar el semen cuando lo deposite en tu boca, relajar el culo cuando quiera sodomizarte. Por supuesto usaré con más frecuencia tu concha.

-Como me disgusta usar  preservativo, mañana te llevaré a una clínica para que te esterilicen y así poder cogerte sin riesgo de embarazo.

-Serán tus obligaciones mantener la casa siempre limpia y ordenada, lo mismo  que la ropa lavada y planchada. En cuanto a tu cuerpo, lo tendrás siempre depilado y escrupulosamente limpio, de manera que pueda cogerte aun por el culo sin ensuciarme.

-Ante la menor  falta o desobediencia serás severamente castigada, no admitiendo fallos en tu comportamiento. Normalmente estarás desnuda y solo con mi autorización podrás usar alguna prenda de vestir. Dormirás en una habitación contigua a la mía si es que no requiero tus servicios. Durante la noche podrás estar atada o encadenada, de acuerdo con lo quiera hacerte en cada momento.

-Como sabes, has sido declarada esclava de por vida con lo cual no tienes ningún derecho y podré hacer contigo lo que desee. Mi intención es que permanezcas como mi esclava por mucho tiempo, pero eso también dependerá de tu comportamiento. Si debo castigarte con frecuencia dejando marcas sobre tu piel, te venderé. No me gusta coger mujeres con marcas en su cuerpo.

-¿Está claro? ¿Tienes algo que decir?

-¿Por qué me ocurre esto? No soy una esclava.

-Te equivocas. Eres una esclava porque así has sido declarada, esclava de por vida y las esclavas se venden y se compran y son eso, esclavas, para hacer con ellas lo que se quiera. Lo que más me interesa es tenerte como puta, cogerte cuándo y dónde quiera, usando tu boca, tu concha o tu culo. Adicionalmente te tendré a mi servicio en la casa. Tienes un cuerpo que espero disfrutar mucho. Esas tetas tan duras y turgentes fueron las que me decidieron a comprarte.

-¿No me queda otra esperanza que ser esclava toda mi vida?

-No, no te queda otra alternativa. Lo que te aseguro es que estarás bien alimentada, por lo menos mientras estés conmigo. Tendrás sexo en abundancia y deberás acostumbrarte a mamarla y tragarte la leche. También a relajar el ano para que te penetre por el estrecho agujero. En cuanto al uso de la vagina, ya conoces lo que es eso. No eres virgen.

-No señor, no soy virgen, pero he cogido solamente en tres oportunidades y de eso hace más de un año. Dicen la penetración por atrás duele mucho.

-Ya te acostumbrarás. Por supuesto que no me detendré en metértela por el culo  porque a ti te duela. Solamente busco mi placer, no el tuyo.

-¿Voy a tener que estar siempre desnuda?

-Tienes un cuerpo hermoso, no solamente esas tetas sino también un culito firme y un poco respingón y no quiero que quede oculto detrás de telas. Por otra parte si debo castigarte, me gustará que luzcas las marcas producto de tu desobediencia.

-¿Llevaré siempre este collar?

-Sí, es el símbolo de tu esclavitud. Así recordarás en cada momento que eres una esclava y como tal me debes respeto debes siempre pensar en mi placer, aun a costa del tuyo.

-No tengo nada más que preguntar. Me invade una angustia y desazón enorme.

-Para hacerte olvidar esa angustia y desazón nada mejor que una buena mamada, seguido de un buen polvo. Acompáñame a mi dormitorio que te estrenaré como mi puta.

FIN