No que No...

Siempre me dijo mi esposa que nunca la vería coger con otro, pero

No que No

Siempre me dijo mi esposa que nunca la vería coger con otro, pero

Aquella noche salimos dispuestos a pasar una velada agradable, somos un matrimonio con mas de 20 años de casados y durante mucho tiempo yo le insistía en que me gustaría variar nuestra relación sexual, que me excitaría sobremanera el verla cojida por otro, ella siempre se negó.

Así, que aquella noche salimos para pasar una velada agradable, para esto ella accedió a arreglarse en forma muy atrevida para su gusto, pero lo hizo, llevaba un vestido corto que le ajustaba muy bien y un magnifico par de medias negras que hacían resaltar sus hermosas piernas.

Al llegar al restauran donde había reservado para la cena, el cual se encuentra en un mezanine, tuvimos que subir por las escaleras, con algún pretexto, yo me quede un poco atrás de ella para observarla, se veía magnifica.

Luego de acomodarnos en la mesa que nos designaron, el mesero se quedo viendo las piernas de mi esposa, las cuales al sentarse podían verse magnificas.

Pedimos una bebida mientras elegíamos el platillo para la cena, en eso estábamos cuando se acerco un conocido mío, con el cual tenia relación de negocios, me saludo cordialmente y le presente a mi esposa-

Mira Sergio, te presento a mi esposa.

Encantado en conocerla, señora, - dijo el tomando su mano.

Pude observar una mirada de lujuria en el al ver las piernas de mi mujer, lo cual me éxito.

Al retirarse esta persona, le comente a Lucy, mi esposa.

¿Viste como te veía las piernas?

Si, contesto ella – se quedo bobo mirándomelas.

Ge, ge, ge, le gustaron – le dije – y no es para menos, se te ven preciosas.

Seguimos platicando de diferentes cosas, mientras bebíamos algo más, hasta que llego la cena.

Después de cenar, pedimos otras bebidas, continuamos platicando y salimos a la pista a bailar unas piezas, las cuales eran ejecutadas en un piano.

Así seguimos hasta pasada la media noche, al salir del lugar y sentir el aire fresco de la madrugada, a Lucy se le subió la bebida, poniéndose completamente ebria.

Con paso vacilante llego hasta el auto y se subió en el, diciéndome,

Llevare a dar una vuelta para ver si el fresco de la noche me despeja un poquito la borrachera, ge, ge, ge,.

Esta bien – le conteste – vamos para que te de el aire.

Como el restauran se encontraba en las orillas de la ciudad, enfile hacia la carretera manejando despacio y con los vidrios abiertos, para que Lucy se refrescara, ella iba diciendo disparates y riéndose de cualquier cosa.

Mas adelante vimos una gasolinera, la cual tiene una tienda de 24 Hs. Y me dijo

Cómprame una cerveza, que tengo la garganta seca.

Llegue al lugar y le compre un paquete de cervezas, pague y me subí al auto, enseguida me dirigí nuevamente hacia la carretera.

Llegamos a un crucero con el periférico y tome hacia la derecha por el periférico, para regresar a la ciudad por otra parte.

Había avanzado unos kilómetros cuando Lucy me dijo-

Detente un poco, ya que tengo ganas de hacer "pis".

Como a esa hora no transita nadie por el periférico, me orille y detuve el auto, ella se bajo, dio unos pasos y se acomodo para hacer "pis". Termino y se enderezo, quedando con el vestido subido,

Bajate el vestido – le dije

No – contesto ella, y lo tomo de la parte de la falda y se lo quito completamente, quedando desnuda, ya que no traía ropa interior.

Hubieran visto que hermosa se veía parada en medio del camino, desnuda, cubierta solo por el par de medias y su liguero, así como unas zapatillas altas.

Vestido en mano se dirigió al auto y se subió.

Algún problema querido?- me dijo, al tiempo que me besaba y yo la acariciaba toda.

Ninguno mi reina, te ves sensacional. -Le dije.

Continué manejando hasta llegar al siguiente crucero y dando vuelta hacia la derecha, me dirigí a la ciudad.

Mientras conducía, le iba acariciando las tetas y bajaba la mano para acariciar su peluda concha, ella me había sacado el miembro y lo acariciaba placenteramente.

Al ver que me acercaba a la ciudad le dije

Ya vamos a llegar a la ciudad, será mejor que te vistas.

Ella respondió que no!

Bueno, - le dije- si alguien te ve, se recreara la vista.

Entramos a la ciudad por una venida solitaria y mal iluminada, de pronto ella me dijo-

Detén el auto, que quiero mamartela.

Ni tardo ni perezoso, detuve el auto y ella se agacho dándome una mamada de campeonato, mientras yo metía la mano entre sus nalgas, acariciándole la concha y el culo.

Ella estaba desconocida ese día, totalmente ebria, desnuda y mamandome la verga dentro del auto.

En eso vi. que se acercaba un tipo y le dije-

Detente, que se acerca alguien.

Ella se detuvo y se enderezo, encendí el motor del auto, pero ella me detuvo.

No, espera a que se acerque-

Pero te va a ver – le dije.

Deja que vea algo bueno, j aja ja. – contesto ella

Al acercarse más el tipo, pude ver que se trataba de un joven como de veintitantos años, el cual a pesar de la poca iluminación de la avenida ya se había percatado de que estaba una dama desnuda dentro del auto.

Encendí un cigarro y lo seguí contemplando, el se acercaba mas y comenzó a pasar su mano por encima del pantalón acariciando su miembro.

Permanecimos en silencio, Lucy dormitaba, efecto de la borrachera que traía, y yo viendo como el tipo admiraba su desnudes, llego hasta la ventanilla del auto y me dijo,

Buenas, me das un cigarro – mientras veía con morbo el cuerpo desnudo de Lucy.

Toma – le dije extendiendo la cajetilla.

Que bien esta la dama- dijo el tipo, ignorando el cigarro que le ofrecía – puedo tocarla?

Claro – conteste.

El metió su mano por la ventanilla amarrándole con una mano las tetas a Lucy y con la otra acariciándose la verga.

Bajo la mano y la metió entre las piernas comenzando a dedearle la peluda concha.

Yo me masturbaba viendo aquel espectáculo erótico.

¡Un desconocido acariciando a mi mujer! ¡

Estaba súper excitado, a tal grado que también acariciaba las tetas de Lucy, mientras el la dedeaba.

Te la quieres coger? – le pregunte.

Claro que si!!! – contesto el.

Súbete atrás – le dije

El se subió a la parte trasera del auto, mientras encendía el motor del auto y luego me puse en marcha, dirigiéndome a un motel cercano.

Mientras llegábamos el se inclino hacia el frente y siguió acariciando las tetas y la concha de Lucy, ella respondía con gemidos de placer. Llegamos al motel y baje para pedir una habitación, luego de tener la llave de la misma, dirigí el auto hacia una cabaña, me metí en el garaje, y apague el auto.

El tipo, que por cierto se llama Abel, y yo nos bajamos, abrí la puerta del cuarto y regrese para bajar a Lucy, ella estaba dormida, caliente, pero dormida.

Entre los dos la cargamos y la metimos al cuarto dejándola sobre la cama.

Abel se sentó en la orilla mientras acariciaba y mamaba las tetas de Lucy, yo me senté en un sillón a observar como el otro acariciaba y cachondeaba a Lucy, mientras me masturbaba.

Abel se saco la verga del pantalón y abriéndole las piernas a Lucy, la penetro de un solo golpe, ella gimió ricamente mientras se la cojia con buen ritmo.

Pero Abel, quitate la ropa- le dije – para que goces mas el momento.

El se detuvo, al tiempo que me decía –

Quieres que me desnude y me la coja lentamente?

Claro, - le conteste, - no llevamos prisa.

Bueno!! – dijo el parándose de la cama y quitándose la ropa.

Al quedar desnudo, se acerco a ella y nuevamente le acaricio y mamo sus tetas al tiempo que metía la otra mano en su pucha.

Debo aclarar que Abel tiene la verga más grande que la mía, yo estaba al máximo de excitación, viéndolo cachondearse a mi mujer.

Se acomodo abriéndole las piernas a Lucy y nuevamente se la dejo ir de un solo golpe, ella se retorcía y gemía de placer, alcanzando a decir-

Mas, mas, así, así, aaaaahhhhhhhhh.-

Yo veía como entraba y salía aquella verga de la pucha de mi Lucy, veía como el tomaba entre sus manos las tetas y la mamaba alternadamente.

Oía los gemidos de placer de mi esposa que se la estaba cojiendo y puteando un tipo desconocido, mientras me masturbaba placenteramente.

Minutos mas tarde, todo sudoroso y con la cara de excitación, Abel se salio de la concha de Lucy y agarrandose la verga le aventó chorros de leche caliente, bañándole la pucha, el abdomen, las tetas y la cara.

Termino, se vistió y dándome las gracias, se fue. Dejando dormida y sonriente a mi esposa.

Después que se fue Abel, mientras embarraba la leche de el en todo el cuerpo de Lucy, pensé.

  • no que no te vería cojida por otro -