No puedo dormir pero tengo un sueño

En la habitación contigua duerme una pareja que...

No puedo dormir, esta noche hace un calor horrible y este hotel no tiene aire acondicionado en las habitaciones. Salgo a la terracilla,  me siento en la silla reclinable a la espera que refresque un poco, solo un poco, lo suficiente para que pueda dormirme. Ya son más de las 2:00 am, no tiene pinta de cambiar, lo único bueno es que todo esto es que reina el silencio y puedo soñar despierto recostado sobre la silla con los pies apoyados en la barandilla.

Me toco la verga por encima del calzoncillo y me entran ganas de hacerme un buen pajote.Ya que no puedo dormir por lo menos me la pasare bien yo sólo. La leve brisa que viene desde el mar y este tocamiento es lo mejor de la noche.

Me estoy preguntando como lo habrán hecho mis vecinos de cuarto. Por la tarde los he observado, he podido ver que es un matrimonio de mediana edad que parece que están celebrando algo o que alguien les ha regalado una escapada. No me imagino como habrán podido conciliar el sueño con este calor… lo único que se me ocurre es que se hayan dado una buena ducha o que hayan echado un buen polvo. Quedarse bien satisfecho practicando sexo es una buena forma de relajarse y ayuda a conciliar el sueño.

Me agrada la idea. Ya que yo estoy, solo me la meneo un poco mientras pienso en la mujer que supongo debe estar frita a escasos metros. El hombre se puede sentir afortunado. Los he observado en el comedor durante la cena y luego en la terraza mientras tomábamos unas copas.

La señora tiene un cuerpo menudo, bien proporcionado y curvas muy femeninas. Unos pechos medianos y erguidos, un culo respingón y unas muy bien torneadas piernas completan su imagen. Además, unos ojos grandes, una media melena de cabellos castaños y una boca sensual le dan un aire de oculto misterio.

Mientras que he ido reconstruyendo su imagen, mi polla se ha ido hinchando y me parece que pide un masajito que la libere de la tensión acumulada. Estoy seguro que a mi también me irá bien y me dejo llevar por mi bajo instinto de la autosatisfacción.

Para completar mis desvaríos, se me ocurre algo que es más que una idea, es una locura. Podría saltar la separación de las terrazas e ir a contemplar su cuerpo mientras duermen. Aunque parezca mentira llevo a cabo mi descabellada idea, cuando uno está aburrido y despejado puede hacer cosas impensadas.

Lleva puesto un camisón muy sexy, finos tirantes que dejan ver sus bonitos hombros. Es tan corto que  apenas llega a tapar su culito respingón. Milímetro a milímetro me voy acercando atraído por una fuerza irresistible. Ella está echada sobre su costado mirando hacia su marido, que boca arriba resopla con fuerza.

Ella queda de espaldas a mí, su pierna derecha extendida y la izquierda doblada por la rodilla y sobre la otra. La cadera ligeramente inclinada hacia delante y los brazos recogidos a la altura de la cara. La curva de sus caderas y su culo destacan en la penumbra. Extiendo la mano y sigo su perfil a unos centímetros de distancia a su cuerpo, sin llegar al contacto.

Mi corazón late desbocado, mi mano tiembla en el aire y la polla ya no se contenta en permanecer debajo del calzoncillo. Al pasar la mano por encima de sus piernas parece que saltan chispas. Pienso en irme a mi habitación, masturbarme con le imagen que acabo de ver, y salir rápidamente  saliendo de esta situación tan escandalosamente arriesgada.

El morbo y la excitación pueden más que mi deseo de salir corriendo , me obliga a permanecer allí, de pie contemplando este cuerpo tan apetitoso. La mujer en sueños se mueve lentamente, queda boca arriba y con su brazo doblado por encima de los ojos. En el camisón se marca la curva de sus pechos y la parte delantera de sus braguitas queda a la vista.

Mi situación es cada vez más peligrosa me podrían descubrir en cualquier momento, solo con abrir los ojos me pillarían allí de pie, casi desnudo, en una habitación que no es la mía y sin ninguna excusa que pueda justificarme . Me arriesgo, protegido por la penumbra sigo inmóvil en mi posición disfrutando de la visión.

Mi mano siente unos deseos tremendos de ir en busca de mi polla, sacarla y frotarla enérgicamente. Eso sería demasiado arriesgado, pienso, y no me atrevo a hacerlo. Sin embargo necesito llegar a tener algún contacto, alargo la mano y muy lentamente rozo sobre su pecho levemente. Siento la dura punta del pezón y esto me hace enloquecer.

Retiro la mano, pero inmediatamente vuelvo a repetir, es mayor el deseo que la prudencia. En la penumbra busco el sitio donde poder acariciar su culo. Lo que encuentro sobre sus braguitas; coloco mi dedo encima y lo desplazo lentamente sobre el bulto que hace su felpudo.

A medida que voy bajando, ella separa casi inapreciablemente las piernas, pero lo suficiente como para que mi dedo pueda perderse entre ellas. Creo que la mujer está completamente dormida y soñando, se deja hacer. Quizá el cerebro no sabe distinguir entre el sueño y la realidad.

Me gustaría poder jugar con sus pelillos. Peco de osado, meto un dedo entre su piel y la tela. Por suerte las braguitas son de algodón y se separan de su cuerpo con facilidad. Inesperadamente, ella se mueve y se vuelve a poner de costado. No me da tiempo a sacar el dedo y lo que ocurre es que estiro de la braga hacia abajo, y esta queda bajada a la mitad del culo.

Siento que voy a morir de un infarto, pero pasado el instante inicial, me gusta como ha quedado la cosa. Ahora, ya solo hace falta esperar otro cambio de postura. Pasados unos minutos, se revuelve en la cama. Parece que el sueño no termina de conducirse de la manera esperada. Cambia de postura varias veces y parece que no encuentra la comodidad que antes tenía.

Con tanto movimiento, de un lado a otros, he aprovechado para quitarle las bragas por completo. Ahora tengo delante de mí su hermoso y desnudo culo. Ahora si que no lo puedo evitar llevarme la mano a la verga, sacarla y darle varios meneos. Estoy a punto de caramelo.

Mi dama se queja, "uhmm....uhmmmm", y me hace volver a la realidad. Esta boca arriba, el camisón arrugado sobre el vientre; sus pechos y su almejita delante de mí esperándome.

No se si lo que pasa es realidad o ficción. Mientras dure lo voy a disfrutar como sea. Me acerco a ella, soplo levemente sobre su piel acalorada, saco la lengua y la paso tan suavemente como puedo sobre la punta del pezón. Vaya delicia y vaya excitación.

Mi mano vuelve a buscar su sexo. Coloco mi dedo a lo largo de la rajita y espero.

Ella lanza un gemido, "Uhmmm", arquea levemente la espalda y luego vuelve a relajarse. Sus piernas han quedado mas separadas y mi mano puede maniobrar con libertad. Me lo ha puesto mucho mas fácil.

Con tanta emoción, estoy a punto de perder el equilibrio y caer encima de los durmientes. Con el tembleque que tienen mis piernas no puedo estar seguro, así que opto por ponerme de rodillas junto a la cama. La visión es extraordinaria, pero el campo de mis caricias es más reducido, hasta que ella dobla la pierna, haciendo un puente que me permite el acceso directo hacia su sexo.

Doblo los dedos de la mano y acerco las yemas hacia su rajita. Desplazo en dedo medio a lo largo de toda ella, delimitando su amplitud y comprobando la suavidad de sus labios. Tras dos o tres pasadas aprieto un poco y meto la punta entre ellos. Encuentro una piel húmeda, caliente y aterciopelada. Me llevo el dedo a la boca, disfruto de su aroma y lo chupo dándole abundante saliva.

Lo vuelvo a poner entre los labios, aprieto un poco y encuentro la abertura. Meto un poco la punta y siento su piel húmeda y caliente. Mi "bella durmiente" ha estas alturas debe estar dudando si merece la pena despertarse o dejar que el "sueño" continúe.

Mientras que mi dedo acaricia los labios de su conchita, con la palma de la mano voy acariciando el extremo de su muslo y el inicio de la curvatura de su culo.Esto no puede ser real, para comprobarlo me llevo la otra mano hasta los huevos y aprieto. Debe ser verdad pues he sentido un gran dolor al apretujarme los huevos.

Mi dedo ya entra y sale con facilidad; mi dama me ha facilitado la situación poniendo ambas piernas formando un hermoso puente. Busco su clítoris, y lo encuentro endurecido e hinchado, del tamaño de un guisante.

"Uy, que rico...lo que daría por podérmelo comer!!!"

Cuando tengo metido el dedo, lo muevo como tratando de agrandar el agujero. Las paredes de la vagina se separan y se juntan alternativamente y las gotas de flujo van de un sitio a otro. La respiración de la dama se hace entrecortada, parece que se está aguantado la respiración hasta que no puede más y luego explota de forma lo más comedida posible.

Saco los dedos y acaricio toda la zona de alrededor, sus muslos, el inicio del culo, sus pelillos... Cruzo los dedos, en este caso, no esperando un acto de buena suerte sino para meterlos en el chochete tan hermoso y hospitalario que tengo.

Meto la yema del dedo medio, acaricio un poco los labios menores y finalmente empujo haciendo que el segundo dedo entre también.

-        Ahhhh...aaaahhhh..uhmm..uhmmm - me dice ella mientras separa las rodillas.

Aprieto un poco y meto ambos dedos hasta el fondo, sacándolos luego lentamente. Repito varias veces al tiempo que su vagina se adapta a la presencia de los dos dedos. Los pongo uno al lado del otro aumentando la presión sobre ella. Al principio muy despacio, cada vez mas deprisa y luego tan rápido como puedo.

Tengo miedo que estos movimientos me delaten y termine toda la historia con violencia. Por suerte, todo sigue en silencio. De vez en cuando saco los dedos para frotan sobre el "botoncito", cosa que mi dama me agradece.

Llega el momento en que ella cierra las rodillas y aprieta las piernas; mi mano queda prisionera e inmóvil. Siento sobre en mi mano y mis dedos todavía hundidos, las contracciones y espasmos que la sacuden de arriba a bajo. Baja las rodillas poco a poco y me obliga a que retire mi mano.

Levanta un poco la cabeza, golpea con la mano sobre la almohada, se acomoda sobre ella y se pone de costado, igual que cuando entre en la habitación. La aventura ha terminado, tengo la mente totalmente nublada por la emoción y tengo que volver a mi habitacion. Casi a tientas, sin saber muy bien donde pongo los pies y las manos salto la mampara que separa las terrazas.

De regreso a mi terraza me falta tiempo para sacarme la polla y hacerme una paja esplendida que termina con una eyaculación enorme. Uhmmmm ¡que gusto!, Tengo la mano llena de semen, y busco algo con que limpiarme… no encuentro nada…me desespero… me pongo muy nervioso… no se que hacer… ¿con que puedo limpiarme?. Estoy realmente incomodo…

Cuando ya estoy a punto de perder los nervios… me despierto… todo ha sido un sueño, aunque es bien cierto que me he corrido como un cerdo.

Deverano.