No puedo dejar de pensarte... (2)

Esta historia se desarrolla en una pequeña pero acogedora casa, quizás sea porque sirvió, para el cómplice encuentro de dos personas, que anhelaban y hasta podría decirse necesitaban que se diera ese encuentro.

Ella está sentada, disfrutando de un "buchito" de café, una taza que él amablemente le ha ofrecido, acaban de despertarse, ella siempre ha sido una dormilona empedernida, le agrada el gesto de que le lleven el café a la cama, es la primera vez que ella es objeto de tal cumplido, se siente rico!!! siempre fue ella la que se dedicaba a esos detalles. Compartieron una cama que no les pertenece, y que sin embargo es testigo mudo de lo que aconteció momentos antes.

Intercambian ideas, comentarios… el vuelve a la cama, y ella de un solo impulso comienza a hacerle cariño, en esos gestos va implícito lo sexual, pero también llevan una carga enorme de ternura… Para ella siempre ha sido importante las demostraciones de afecto y mucho más, previas al juego erótico, no concibe no dar las demostraciones de lo que siente, ayudada por sus dedos, por sus manos, por sus labios, por su lengua, todo es el conjunto perfecto para una entrega llena de lujuria. Comentan todas las fantasías que en su momento se escribieron y compartieron, y de está natural manera en ellos se va desarrollando el deseo de volver a compartir sexualmente la cama. Ella se arrodilla, comienza a jugar con su verga dormida, la lame, la chupa, la acaricia y su verga comienza a despertar, reacciona… Ella, comienza a disfrutar de lo que hace, mientras el acaricia su espalda, quieren verse ambos el rostro, quieren ver en sus rostros como se refleja el placer.

Cambian de posición, ella se encarama en la cama, el recoge su cabello para observarla, para deleitarse en la imagen que se proyecta y sentir lo que su cuerpo experimenta. El se incorpora y suavemente la recuesta de la cama, -maravillosa cama- y comienza por lamerle los pezones, hasta lograr que estos se pongan duros, los masajea y le comenta que le gusta su textura (para ella siempre han sido un complejo, y si tuviera que operarlos los pondría mucho más pequeños), su exquisita lengua sigue haciendo su trabajo, ella cierra los ojos y se dedica a experimentar el placer que él le ésta brindando. Sus bocas se unen en un beso… largo, húmedo, cálido, profundo, rico

Es el preludio a lo que luego ocurrirá, dos personas desbocadas en busca de placer y deseosas de darlo igualmente. Sigue él, recorriendo su cuerpo, sus manos no dejan de acariciarla, mientras que las uñas de ella, no dejan de delinear su espalda y cuando el placer es pleno casi sin querer se las entierra, expresándole como disfruta y como le gusta el juego de su lengua, con su cuerpo. El, nuevamente posa su lengua, su boca, en su húmeda rajita, en su deseoso bollo, es tal el placer que experimenta que ella intenta hundirle su cabeza dentro de sus piernas, la aprieta contra ella, le alborota sus cabellos, y comienzan los gemidos y las respiraciones entrecortadas. Busca uno de los regalos que ella le ha dado, especialmente para estos secretos y cómplices encuentros, una chupeta… Chupeta que lo ayuda a este juego maravilloso de placer y que tan bien él utiliza y que ella tanto disfrutará. Se confunde su lengua entre las lamidas de la chupeta y su bollito, ella sigue gimiendo y deseando, el con una calma preciosa se deleita en darle el más grande de los placeres, no hay prisa… Ella desea retribuirle igualmente todo el placer que ella está sintiendo.

Cuando ambos están en el punto máximo, vuelven a cambiar de posición y ella recostada de la cama y el detrás de ella comienza poco a poco a penetrarla, ella casi grita de desesperación, pero entiende que ese juego, es lo que ambos; más disfrutan, sólo que ella desea ser cogida y sentir el calor de su verga adentro, es una de las maneras de apagar su fuego interno que de manera perenne existe y convive con ella. Así cómo es parte de él, ese deseo, esa lujuria, esas ganas perenne de meter su verga en una cálida rajita, deseosa de dar y entregar ese mismo fuego que casi pareciera consumirlo.

Continúan dándose el mayor de los placeres, gozando al máximo uno del otro, haciéndose comentarios que suben el grado de excitación, ese acoplamiento que logran y que los lleva al máximo grado de excitación y terminan en un orgasmo estruendoso, divino, y pleno… Ella, sin quererlo (pero le es inevitable) enciende un cigarro, complementa su placer, espera que él lo entienda, aunque no le guste, y luego de… ella va al baño a intentar quitarse el terrible olor de su vicio, tan sólo para que el siga estando a gusto.

Salen del lugar que les sirve para sus encuentros, ella orgullosa de compartir con él, esos momentos. Comparten en otros espacios, disimulan ante el mundo, la pasión que compartieron momentos antes. Y de vez en cuando sus miradas se cruzan, ella nota un brillo especial en sus ojos, quizás es porque le encanta, verse reflejada en esos ojos color del tiempo, disfruta de esos roces casuales de mano, de hombros.

Ella nuevamente se retira a su mundo, a recordar y plasmar en el papel, todo lo que significan para ella esos momentos, estos quedarán como parte del recuerdo que la ayudará a tener la certeza de que no fueron parte de un sueño las experiencias vividas.

No le cabe en el pecho todo lo que siente, aunque no tenga con quien compartirlo,, decide hacer cómplice sus hojas de papel, que en silencio aguantarán todo lo que ella desea expresar. Escucha canciones, escucha y se deleita con el cantar de los pájaros, de donde ella viene, son casi imperceptibles, es un mundo rápido, frío, no como este donde se desarrolla su vida ahora, que con carencias y defectos, le gusta y disfruta, claro!!! Él es la mayor razón, sin embargo se convence que de donde es él, hay la posibilidad de desarrollarse como ser humano, no se tasa a las personas por el dinero o los bienes que poseen, se demuestra la solidaridad, ella luego diría, "muchas de nuestras necesidades son impuestas, inventadas… lo segundo que más me gusto es que el ser humano se desarrolla plenamente, independientemente de…"

Siguen sus oídos embriagados con el cantar de los gorriones, siguen sus ojos embrujados con los colores de los muchos atardeceres; y sigue su piel extrañando a la persona que le brindó él placer… ese placer que él le entrego

Último Encuentro

Pasaron los meses, cada cual siguió su camino como correspondía, ambos entregados a sus proyectos de vidas, sin embargo una mala jugarreta del destino los puso nuevamente cerca. No era para nada igual un encuentro del otro, muy al contrario ya sus vidas habían tomado caminos muy distintos.

Se produjo el encuentro, de parte de ella el nerviosismo era evidente, de parte de él, una tranquilidad que se da producto a esos mismos rumbos distintos. Aunque ella pensaba muchas cosas, sentía otras, se dedicó a su nueva misión, a su nueva prueba ante la vida.

Se dieron pocos encuentros, -quizás más de los que ella muy en el fondo pensaba que se darían- siempre estaban cargados de una solidaridad, de un apoyo incondicional, de muestras de afecto que ella jamás podrá olvidar y es una razón más, por la que siempre lo guardará en sus recuerdos como alguien que llegó a ser tan especial. No se equivocó, era inmensamente humano, sensible, sincero. Suficientes atributos para llegar a pensar que en su corazón siempre tendría un lugar especial. Está vez, sirvió el encuentro para poner las cosas en el justo lugar, para clarificarse a sí misma, y poner un poco en orden sus sentimientos, quizás, si esto no hubiese ocurrido; ella seguiría buscándolo en sus sueños, intentando mantener algo que no sería nunca más. Seguía a pesar de todo enamorada, -para que negarlo- los sentimientos no cambian de un día para otro, y menos cuando se ha querido con la intensidad que ella lo quiso. No obstante, creyó siempre que antes de ella misma, estaba la felicidad de los demás, está vez no sería distinto.

Pasaron los días, semanas y meses, un día como cualquier otro, cuando menos lo esperaba, y ya cuando quizás no lo deseaba, él comenzó una conversación que a ella la puso extremadamente nerviosa, el debió notarlo, dijo cosas, de manera tal que ella, se turbó y su mente se nublo, le era imposible pensar con frialdad –jamás ha podido-, él conocía su lado débil, ella pensó que el lo sabía y que estaba nuevamente jugando con fuego… Salió está vez airosa, con millones de expectativas, de sueños, de alegrías, de pensamientos posibles que le hicieron olvidar por momentos el nuevo rol que jugaba está vez en la vida. Nuevamente lo dejo pasar… pero no dejo ella de sentir.

Encerrada en una habitación, escuchaba canciones que siempre quiso escuchar a su lado, decirle que significaban para ella, que recuerdos le traían de él, que pensó cuando las escuchaba, y muy dentro de ella comenzó una lucha interna… Salió vencida… Volvió a perder, está vez si perdió.

Volvieron a encontrarse, él astutamente –así lo percibió ella- comenzó a buscar los temas que sabía que ella no iba a negarse a seguir, ella también lo disfrutaba, y porque negarlo, ella también lo deseaba, seguía deseándolo como el primer día, seguía hasta entonces manteniendo la esperanza que el viento soplara a su favor… y fue tal la fuerza del viento que se estrelló, él si la conoce, ella se rindió.

Se excitó con los temas tratados, él la buscó, ella intento huir, le pedía que no tentará al diablo, que podía encontrarlo y que era mejor no seguir, él no se detuvo, se besaron, ella necesitaba de esos besos, de sus caricias, sentir nuevamente el contacto de su piel con la de él, su piel lo extrañaba, por más que ella busco en sus caricias solitarias, por más que ella lo evocará en sus masturbaciones, jamás sus dedos produjeron esa sacudida interna que el solo roce de sus dedos causaron en ella, y mira que ella se masturbaba casi a diario pensando en él, lo beso, en esos besos se le iba la vida, deseó se detuviera el tiempo, que no existiera en el mundo nadie más que ellos dos, que ese momento no cesará jamás.

Sus labios, sus manos, su olfato, ella toda lo extrañaba, anhelaba tenerlo nuevamente, le era insuficiente… caricias torpes, deseaba que el la hiciera suya, que la volviera a coger, que la penetrará, que le mamará de nuevo su cuca deseosa de él. Ella no dijo nada, se dejo llevar, se dejo tocar, besó, tocó, lamió, y sintió que el le robaba lo poco que le quedaba, pero también se sentía viva, acompañada

Sus dedos causaron efectos, sus besos casi la enloquecieron, sentir como sus dedos entraban y salían de su húmeda cuca, era casi sentir que se puede tocar las estrellas, en plena luz del día, luego le tocó a ella, lamer, chupar, sentirlo, ella si hubiese sido más valiente le hubiese pedido que se la cogiera allí mismo, en el piso, -nuevamente por miedo y era mejor así se quedo callada-, con un corazón desbocado, con un sentimiento de culpabilidad que estaba a la par de los sentimientos que se le agolpaban en las sienes, en el pecho, en su clítoris, en su cuca, en su culo, en toda ella

Sentía que flotaba, no caminaba, sentía entre una paz, y un ahogamiento, más tarde intentaría calmarse, sería evidente para los demás como se sentía, ahogo las inmensas ganas de llorar, de reír, de gritar. No podía dejar de pensar, de soñar, que en cualquier momento la invitaría a coger, lo deseaba tanto, aún cuando volvía a ir en contra de sus principios y valores.

Se calmó, disimuló, calló, y decidió que era tiempo de continuar su vida, entendió que aquellos 2 años que habían pasado antes de conocerse personalmente debían quedar en los archivos que guarda su computadora, decidió que no podía guardar nada que le trajera su recuerdo, ella tiene bastante, con los que a cada rato le trae su muy buena memoria. Decidió que los sentimientos por el debían extinguirse, se dio millones de razones, pero igualmente tomo la determinación que mantendría la amistad, seguirían siendo compañeros de aventuras cibernéticas, pero decidió que debía acabar con sueños y fantasías que no serían jamás realidad.

Espera el momento oportuno, se dedica a lo que siempre le ha gustado, sigue con su ritmo de vida, quizás un poco más fuerte, se le hace necesario ahogar sentimientos, y volver a vivir en el mundo de la realidad, debe construirse su futuro, volver a empezar… Ella está segura que lo logrará y que ellos seguirán manteniendo correos y experiencias, el callará algunas, ella decidió no guardarse con él ningún secreto, ella cumplirá lo que una vez le prometió, espera que él se cumpla a si mismo su propia promesa de ser feliz, él se lo merece… Ella sigue su vida, lo recuerda, solo eso