No puedo creer lo que mi esposo hizo!

Por considerarme superior, me paso lo que no imagine jamas.

Hola

Mi nombre es Nadia, me describo un poco para los que aún no me conocen, Mido 1.69, cabello negro, ojos negros, tengo un cuerpazo eso dice mi marido, tengo hermosas piernas, busto grande (36 c), sin exagerar, una cintura bien cuidada, y mi mejor atributo ha sido mi trasero o culo, paradito y bastante pronunciado. Me gusta usar ropa entallada.

Bueno les cuento lo que me sucedió hace poco, por la situación actual el negocio que tenía mi esposo no va muy bien y optamos por venderlo y el dinero que se nos dio por él, lamentablemente no duro mucho tiempo y tuvimos que volver a trabajar los dos.

Ambos conseguimos trabajo relativamente muy pronto y la situación empezó a mejorar, con lo que ganábamos las dos era suficiente, pero lamentablemente eso no duro mucho. mi esposo perdió el trabajo a los meses por recorte de personal y quedo desempleado. Afortunadamente mi situación laboral fue mejorando y pronto me dieron un ascenso y una gran mejora económica.

Así pasaron meses y yo era la que llevaba el sustento a la casa, mi esposo dejo de trabajar y poco a poco se fue convirtiendo en un bueno para nada, dejo de preocuparle el llevar dinero al hogar. Yo al principio no le di importancia y pensé que era un mal momento por el cual estaría pasando y que con el pasar del tiempo empezaría a buscar trabajo. Pero al pasar los meses y los meses simplemente no salía a buscar empleo, y yo empecé a decirle que ya era tiempo de que volviera a trabajar, que no se quedara solo en casa viendo televisión o usando las redes sociales.

Como les comentaba, en lo personal mi trabajo mejoraba bastante, debo confesar que utilice mis encantos para lograr ascender dentro de la empresa donde trabajo, creo que eso afecto a mi esposo y entro en depresión, empezó a beber, a no comer, a no bañarse, totalmente descuidado en su persona. Y ahí fue donde empezaron nuestros problemas, cada día yo le decía que tenía que cuidarse, que buscara trabajo que no todo es estar en casa viendo futbol por televisión.

El empeoraba, y yo siempre le reclamaba, que necesitaba que se comportara como un hombre, y decide no tener más relaciones íntimas con él, como una medida de presión de que si no cumplía con llevar dinero a la casa se olvidara de hacer el amor conmigo.

Yo pensé que con mi amenaza lograría hacerle entender y que recapacitara, pero cuál fue mi sorpresa que no hizo ni el más mínimo intento por conseguir empleo. Fue todo lo contrario, empezó a beber más, a no bañarse, totalmente otro hombre al que yo me enamore. Todos los días peleábamos, discutíamos dormíamos en camas separadas nuestra relación se vino totalmente abajo.

Éramos dos completos extraños viviendo en nuestra casa, las cosas no mejoraban, yo en algún momento empecé a aborrecerle, ya no hablábamos, no comíamos juntos, cada quien tenía su propia vida. Yo empecé a salir con compañeros del trabajo, todos los fines de semana, a bailar, al cine, a cenar, me vestía lo más sexy posible para que mi esposo tuviera celos y recapacitara, debo confesarles que durante todo eso tiempo no engañe a mi esposo, y motivos no me faltaban, pero no sé cómo explicarlo, yo aún le amaba.

En respuesta a lo que yo hacía, el empezó a llevar a sus amigos a nuestra casa, pero no eran amigos nuestros, eran nuevas amistades que él había conseguido quien sabe dónde.

Mi esposo se llama Ernesto, yo molesta le dije, que, porque metía gente extraña a mi casa, que no se lo permitiría otra vez.

Su respuesta me dejo helada, me dijo,

¡esta casa es mía yo invito a quien yo quiera!

Que acaso yo le preguntaba o le decía con quién salía los fines de semana.

Sinceramente no espera esa respuesta de él. Así paso el tiempo, y cada viernes de cada semana, mi casa estaba siempre con sus amigos, bebiendo y viendo el futbol. Eran un grupo de 4 o 5 hombres, en su mayoría buenos para nada, holgazanes borrachos y cochinos. En especial un hombre llamado Alberto, era insoportable, de lo más vulgar y corriente. Un tipo de lo más despreciable, mi sexto sentido me decía que ese hombre no tenía buenas intenciones con mi esposo.

Yo procuraba no estar en casa cuando ellos estaban los viernes, pero era imposible, llegaba del trabajo y ya estaban en mi casa bebiendo.

Y aquí empezaron las cosas, que dan origen a mi relato.

Todo sucedió cuando empezaron a desaparecer cosas de mi casa, desaparecieron vajillas, cubiertos, figuras decorativas, cosas que al principio no llamaban mi atención, yo pensé, se habrán roto y las tiraron. Pero cuando empezó a desaparecer mi ropa interior, primero me faltaba una braguita, después unas medias, después unas tangas, empecé a preocuparme. Rápidamente pensé que los amigos de mi esposo han estado en mi habitación y quien sabe con qué intenciones estarán haciendo esto.

Pero lo que descubrí jamás lo hubiera imaginado.

Hasta aquí esta primera entrega de mi relato, espero sus comentarios y si les gusta favor de decírmelo para enviar la siguiente parte.

Un beso de su amiga Nadhia.

correo electronico nadhianez@gmail.com