No me importa lo lejos que estés (L)

Corto pero intenso... lo siento por las fallas... lo escribí a las 6 de la mañana. Para mi amor, que me inspira con toda su dulzura.(L)

No se lo que me ocurrió, pero desde que la conocí, me hipnotizo. No me había pasado jamás algo así, pero desde el primer día que me habló, me enamoré de ella y no me importó no conocerla. Con cada palabra dulce, con cada evasiva, con cada insinuación, hacía que mi corazón se encogiese, que se agitase apasionadamente.

Así me pasaron los meses. Me enamoré de ella desde la primera vez que me habló por Messenger. Pero con el paso de los días, las semanas, los meses, cada vez me dolía más la distancia. Iba a la playa con mis amigas y maldecía al mar por ser tan grande, por tenerla tan lejos de mí. Así que los días pasaban y yo cada día la quería más que el anterior, hasta que llegó el punto en el que ya no pude más. Me pudieron las ganas de besarla, de abrazarla, de besarla, de rodearla con mis brazos llenos de pasión hacia ella, así que una mañana, me levanté temprano, arregle mi cabello castaño, maquillé mis ojos color miel, vestí mi cuerpo delgado, pero bien formado y salí de casa directa a la sucursal de mi banco. Cuando volví a salir de allí ya llevaba 4.000 euros en el bolsillo. De las oficinas bancarias me fui a la agencia de viajes.

-Quiero ir a Guatemala YA.- le dije con seguridad a la mujer que había en frente de mí y le enseñé el dinero.

No se demoró en buscarme un vuelo para la semana, aunque menos me demoré yo en volver a casa para contárselo a ella, a la chica de mis sueños. Encendí mi PC y me conecté al Messenger, como de costumbre.

-¡Hola mi amor!- le escribí contenta de verla conectada.

-Hola amor.- respondió ella al cabo de muy poco-. Te extrañé

-Eso ya se acabó Jessica… voy a ir a verte la semana que viene, al fin…- le dije emocionada y nerviosa.

Mantuvimos una breve conversación, hasta que nos despedimos.

-Te amo mi amor…- le dije algo triste por tener que separarme de ella-. ¡Qué ganas tengo de verte!

-Pronto me verás amor… yo también te amo…-dijo ella haciéndome sentir en una nube, como llevaba haciendo desde que la conocí.

Lo que me quedaba de semana antes de irme, me la pasé haciendo gestiones, pero siempre encontrando espacios para hablar con mi Princesa. Al fin llegó el día que tanto había esperado y me planté en el aeropuerto, dispuesta a no se cuantas horas de vuelo hasta llegar a los brazos de mi amor, y con todo el miedo que siempre me había dado volar, no me importaba… con el miedo que me daba el mar, si me hubiesen asegurado que llegaba más rápido a nado, habría nadado por todo el atlántico hasta encontrarte. No pude dormir en todo el interminable viaje. Por mi mente solo pasaba ella, ella y ella, por que había ocupado toda mi mente y todo mi corazón… y entonces (por fin) el piloto anunció nuestra llegada. Bajé del avión, recogí mi maleta y salí de aquél sitio. Y allí estaba ella… tan bella… tan hermosa… ahora la amaba más que nunca

( No se puede describir a la persona más bella del mundo… (L)).

Sólo tuvimos que mirarnos para reconocernos… y entonces la besé. Me daba igual que nos viese todo el mundo… me daba igual lo que pensasen… ahora, por fin la tenía allí conmigo

-Te amo princesa…- le dije mirándola a los ojos.

-Y yo a ti amor…- me respondió.

La tomé de la mano y nos fuimos a mi hotel. No podíamos perder ni un segundo del poco tiempo que teníamos para estar juntas. No me entretuvieron en la recepción, me dieron la llave de la habitación y subieron mi maleta. Cuando nos dejaron solas al fin, la agarré de la cintura y la atraje hacia mí para saborear de nuevo sus labios. Nos estrellamos contra la pared y la atrapé con mi cuerpo alzando sus manos sobre su cabeza y haciéndola suspirar. Me di la vuelta ágilmente y la lancé sobre la cama, poniéndome encima de ella. Posó sus manos sobre mi cintura, mientras nos besábamos apasionadamente. Le comencé a quitar la ropa lentamente, besándola en el cuello y en el pecho cuando me hube deshecho de su camiseta. Me deshice también de sus pantalones y la observé por un momento.

-Eres preciosa, Jessica…- le dije con un susurro y ella agarró mi rostro para besarme de nuevo, se la veía notablemente nerviosa.

-Sabes… sabes que soy…- hizo una pausa y yo le sonreí con ternura-. Virgen

-Lo se mi amor… no te voy a hacer nada que no quieras hacer…- le susurré de nuevo besándola en la frente.

-Hazme lo que quieras… pero hazlo despacio…- dijo ella sonriendo.

Para su asombro me levanté de la cama y cogí mi móvil. Puse el reproductor y comenzó a sonar la canción de Te Amo de Rihanna. La miré sonriendo. Hacía mucho que ella me había dedicado esa canción y desde entonces se había convertido en mi canción favorita.

Te amo, te amo She says to me, I hear the pain in her voice Then we danced underneath the candelabra she takes the lead Thats when i saw it in her eyes its over

Me volví a poner sobre ella, deseando que aquél momento no acabase jamás, que aquella canción fuese eterna. La besé y aquél fue el mejor beso que le he dado a nadie jamás… poco a poco las dos acabamos completamente desnudas

Then she says te amo then she put her hand around me waist I told her no, She cries Te amo i told her im not gonna run away but let me go My soul is crying, without asking why I said te amo, wouldnt somebody tell me what she said Dont it mean I love you Think it means I love you Dont it mean I love you

-Te amo mi vida...- le dije cuando nuestras pieles estuvieron completamente unidas.

-Y yo a ti mi amor…- contestó Jessica antes de volver a besarme.

FIN

P.D.: Para ti mi amor, que me inspiras cada día… (L)

Siento que esta historia sea tan corta… pronto tendréis la segunda parte de "En sólo una semana" de momento os dejo con esto. Gracias a todos.