No lo pude evita 3 (final)
Cuando todo parece acabado, me dedico a adorar es culo que me sedujo.
Son las 11h40 todavía queda tiempo.
Me dispongo a desatarla, o eso se cree ella, porque con firmeza lo que hago es recolocar la, esta vez vuelta abajo. "Mas !?" pregunta ella extrañada. Su cuerpo ha tenido un momento de respiro y parece dispuesta a recibir más placer. "Ya que nos ponemos, hagamos lo bien" le contesto. Coloco sus piernas para que quede de rodillas, la cabeza apoyada en la almohada y sus brazos entre las piernas. Ella se queja, no acaba de fiarse a pesar de haberse corrido ya abundantemente. Bien atada ya no puede estirarse.
El sol del mediodía entra con todo su fuerza por la ventana, y ese hermoso trasero que me puso como cebo se presenta ante mí. "Por el culo no" suplica ella, la verdad es que ganas me dan, pero me acabo de correr y necesito media hora de descanso como mínimo, y solo en ocasiones especiales. "Tranquila, que no voy a penetrarte" le digo para tranquilizarla. "Ah" dice entre aliviada y apenada a la vez.
Acaricio su hermoso trasero y empiezo a besar los cachetes con mucha delicadeza y ternura, se relaja poco a poco, dejando ver su ojete rosado y apetitoso. Mis besos cada vez se acercan más, y siento como se tensa. Al llegar al agujero deseado saco mi lengua y empiezo a lamer la zona, "mmmhh" un grito ahogado de placer en la almohada me indica que le gusta, como no. No necesito lubricante, mi lengua va perforando poco a poco, y la resistencia inicial desaparece. Mi lengua llega cada vez más adentro, ella gime de placer, y mi polla se vuelve a poner dura, me duele. Pero disfruto del momento y sigo allí un buen rato.
Mi lengua no llega más adentro, abro el bote de lubricante y le echo un chorro en su caliente ano, "ah", frío, sorpresa y placer. Vuelvo a masajear todo la zona y con gran facilidad mi dedo anular se va introduciendo en su ano sin ninguna oposición. Mientras mi boca ha empezado a comerlo de nuevo el coño. Ella gime de manera desenfrenada, como me pone. Al estar justo tras ella y sus brazos atados por debajo de sus piernas, siento como agarra con fuerza mi sexo y lo magrea de cualquier manera dada la posición. Me gusta y me dejo, es más me acomodo mejor para que llegue con más facilidad."Penetra me" me suplica. Pero no cedo a la tentación, lo que hago es introducir el dedo corazón de la otra mano en su coño e inicio un suave masaje de su punto G, de vez en cuando intento juntar los dos dedos para que se toquen como dos imanes en un mesa, el dedo del ano y el del coño. Eso le provoca oleadas de placer, mini orgasmos diría yo, pero paro. No quiero que se corra todavía y además se olvida de mi sexo.
En cuanto deja de ser estimulado mi polla se desinfla. Me apetece restregar la un poco entre su sexo y su ano, se va poniendo dura con cada refriega, ella gimotea. Cuando la siento tiesa como un mástil lo dejo, y vuelvo a besarle el ojete con mi lengua. Vuelvo a iniciar todo el proceso, esta vez le introduzco en el coño los dos dedos, y masajeo con cada vez más intensidad la parte superior, "Para, para, que me meo" dice, si, igual que mi mujer, pero con ella tuve que parar, ahora no, ahora decido seguir a pesar de sus súplicas. "Para por favor que lo digo en serio". "Lo sé" le digo, "no te cortes" y vuelvo a introducir el otro dedo en el ano, y uniéndome al ritmo de los otros dedos intento de nuevo que los dedos se toquen. Los fluidos vaginales son cada vez más abundantes, ella se abandona totalmente y ya no me dice nada, no deja de gemir. Se acerca el clímax, su cuerpo empieza a contraerse, los fluidos son muy abundantes, mis dedos producen un ruido de chapoteo como nunca lo había visto (normal mi mujer es mucho mayor). Empieza a correrse es intenso y largo, su cuerpo se sacude sin control, ella chilla de placer, no se mea pero sale mucho jugo, no lo resisto y acerco mi boca al maná, a saborear su literalmente chorreante coño, eso le produce otra oleada de placer, no sé si es el mismo orgasmo u otro, ni idea, pero mientras me empapo de sus fluidos y absorbo y succiono su clítoris, ella no deja de gozar y gritar. Buff que pasada. Para limpiarme la cara restriego toda ella en su culo, por todas partes incluso en el ojete, y ella da un respingo de placer. Sigo allí, besando y frotando el culo con mi cara durante un buen rato, mientras ella gime de placer, pero ya relajada. Se deja, está exhausta y no puede ni hablar.
Mi polla sigue tiesa, creo que estoy tan excitado que seguro que me puedo correr de nuevo, echo un chorro de lubricante en sus manos para que me pajee sin ver y sin control, mientras sigo limpiando su sexo con mi lengua. resisto la tentación de penetrarla y me dejo magrear el miembro durante un buen rato, el tiempo suficiente para que ella siga dando respingos de placer y mas de un espasmo con mi inagotable lengua. Tardo pero llega, acabo corriéndome en sus manos lubricadas. Wao que gusto y que dolor parece que me vaya a estallar.
Es la una, tres horas de placer a pleno sol. Que pasada. La desato sin mediar palabra, "abrázame un rato ?" me pide con voz de gatita melosa, y en la posición de cuchara la abrazo cubriendo ese hermoso cuerpo desnudo. Y acaricio sus pies con los míos, me encanta.
"Cómo estás?" le pregunto, "La verdad es que agotada y encantada, he pasado un poco de incertidumbre, pero eso creo que me ha puesto más todavía, y tú?". La verdad es que yo por un lado estaba extasiado y por otro arrepentido. "Como te dije antes, si mi mujer estuviese aquí, sería otra cosa". " Ya sabes" me dice ella, "convence la".
Y eso hice, pero es otra historia.