No lo pienses demasiado 5

Empecé a trabajar y Carla vino de visita.

El día que teníamos clase, antes de tomar el café con Laura y Juan, Carla y yo quedamos en la parte de atrás de su coche.

  • Carla: Se han hecho largos estos días.

  • Irene: Bueno ya estamos aquí, aprovechemos el tiempo que tenemos.- Sonreí.

Carla se sentó encima mío y nos estuvimos besando, mi manos entraban por debajo de su ropa y acariciaban su cuerpo y para cuando llegaron a su pantalón, Carla me paró.

  • Carla: Vamos a dejarlo así vale? Tenemos poco tiempo y no quiero llegar a más hoy.

  • Irene: Está bien, como prefieras.- Acepté ya que le prometí que se lo haría fácil.

Seguimos besándonos un rato más, aunque prometí no hacerle nada más, con la excitación no podía evitar mover mis caderas y mover a Carla con mis movimientos. Mi corazón golpeaba con fuerza, ella lo notó y paró su mano en mi pecho.

  • Carla: Se te va a salir el corazón del pecho!- Dijo asombrada.

  • Irene: Sí...bueno...es lo que provocas en mí, es difícil contenerme y no poder tenerte.

  • Carla: Me gusta esto, pero deberíamos parar, tampoco quiero torturarte.- Sonreía.

  • Irene: Venga un ratito más y nos vamos.- Le devolví la sonrisa.

Era difícil aguantar la situación así, pero se me hacía más difícil aún tener que bajarme del coche y no poder tocarla. Estuvimos un ratito más y nos fuimos a la cafetería donde habíamos quedado con Laura y Juan.

Las siguiente semanas nuestros encuentros fueron iguales. Me encantaba poder sentirla y tocarla, pero volvía a casa con un calentón increíble y siempre acababa o con mi marido en la cama o yo sola en la ducha, sin poder sacarla de mi cabeza. Estaba siendo frustrante, pero si era lo que ella quería, así sería.

A principios de marzo me llamaron para trabajar,en una empresa que se dedicaba a lo que habíamos estudiado en nuestro primer fp, era una gran oportunidad y acepté. El problema estaba en que serían turnos de 12 horas y no siempre ibamos a poder vernos. En la próxima clase que tuvimos se lo expliqué a Carla cuando estábamos en la parte de atrás de su coche.

Cómo siempre se sentó encima mío y empezó a besarme.

  • Irene: Carla tengo que contarte algo.

  • Carla: Cuéntame.- Seguía besándome sin parar.

  • Irene: Me han llamado para trabajar, lo malo es que no siempre podré venir a clase ya que los turnos son de 12 horas.

  • Carla: Ya... entiendo...Bueno enhorabuena, me alegro mucho por ti.

  • Irene: Nos veremos menos, pero nuestra relación no cambiará. También era lo que tú querías algo de distancia, nos vendrá bien.

  • Carla: Se me hará difícil, venir y no verte, pero sí creo que nos vendrá bien.

Realmente no me esperaba la reacción de Carla, pensaba que se lo tomaría peor, ya que yo lo llevaba mal. Ella parecía indiferente y en cierto modo me sentó hasta mal. Nuestra relación se había enfriado y al decirle que nos veríamos menos ella reaccionó casi con indiferencia o eso parecía. Seguimos con nuestro encuentro en su coche como era últimamente, nos fuimos a tomar café y después a clase. Yo andaba algo molesta pero trataba de ocultarlo.

Salimos de clase, ella desapareció y llego un mensaje suyo a mi móvil.

  • Carla (móvil): Ven al baño de la primera planta.

Entre al baño y la llamé, se abrió una puerta y entré.

Carla me chocó contra la puerta nada más entrar y empezó a besarme, con la agresividad que normalmente utilizaba yo. Me mordía y casi no me dejaba moverme. Me quitó la camiseta, apretaba mis pechos y mordía mis pezones. Tenía rabia en sus besos y en sus movimientos, no estaba acostumbrada a esta reacción en ella pero me tenía loca, le dejé hacer y me limité a disfrutar.

Desabrochó mi pantalón, empezó a masturbarme de forma brusca, esta vez no me miraba a los ojos y seguía mordiendome con rabia. No pude aguantar mucho más, llegue al orgasmo y ella tapó mi boca con su mano para silenciarme, ahora sí me miraba a los ojos, con sus ojos llorosos.

  • Carla: Te voy a echar de menos.- Apoyó su cabeza en la mía.

Ahora ya entendía su comportamiento.

  • Irene: Yo también te voy a echar menos, pero entiende que no voy a dejarte, seguiré contigo aunque nos veamos menos.

  • Carla: Ya...es sólo que me ha pillado por sorpresa, con la guardia baja. Realmente me alegro mucho por tí, de hecho me da hasta un poco de envidia.- Sonrió

  • Irene: Bueno vendrás algún día a verme a la base? creo que tenemos una habitación propia, ya te contaré según vaya sabiendo.

  • Carla: Eso estaría bien.

  • Irene: Qué tal si ahora vamos a tu coche y me dejas disfrutarte un ratito.

  • Carla: Sí vamos, estoy deseando.

Metí mi mano en su pantalón y su ropa interior estaba empapada.

  • Irene: Uy sí, esto hay que arreglarlo.

Subimos en su coche, nos fuimos a unos caminos apartados y pasamos a la parte trasera. Hacía tiempo que no había podido pasar de su pantalón, así que tenía pensado tomarme mi tiempo y disfrutarla.

Se sentó encima mío y mientras que la besaba, desabroché su pantalón, metí mi mano y la masturbé hasta que se corrió. Le quité los pantalones y la ropa interior, se recostó en el poco espacio que había, separé sus piernas y metí mi cabeza, el coche se llenó de gemidos y sus caderas se movían al ritmo de mi lengua. La miraba, miraba su cara de placer, como se mordía el labio y como gemía. Al mismo tiempo yo frotaba mi clítoris y disfrutaba de su sabor. Se volvió a correr pero esta vez no paré hasta que yo también llegué, lo que hizo que siguiera gimiendo, me tirara del pelo y su cuerpo se tensara y se retorciera del placer.

Para cuando terminé, Carla estaba agotada.

Nos besamos y me llevó va casa.

  • Irene: La semana que viene no nos veremos, pero estamos en contacto por móvil vale?

  • Carla: Sí ya me irás contando qué tal. Te quiero mi niña.

  • Irene: Yo también rubia, estamos en contacto.

Antes de bajarme del coche, le di un pequeño beso en los labios y me fui.

Empecé a trabajar y llevarlo todo se había convertido en quebradero de cabeza, tenía que llevar la casa, los estudios, mi familia, a Carla y las 12 horas que echaba los días que trabajaba, pero merecía la pena ya que mi trabajo me encanta.

Me adapté rápidamente al trabajo, siempre iba con el mismo compañero, un chico con un par de años más que yo que me ayudó a ponerme al día y con el que enseguida cogí mucha confianza ya que pasábamos muchas horas juntos.

Mi marido no llevaba muy bien el tema del compañero ya que tenía algo de celos de él (me sabe mal decirlo pero el pobre no sabía ni de dónde le venían), Carla también andaba celosa ya que pasaba muchas horas con él y era un chico muy atractivo. Era un chico que llamaba la atención, alto, morenito de piel, con el pelo negro, fuerte de gimnasio, era agradable a la vista pero para mí nada más. Hugo tenía pareja y estaba muy tontito con ella ya que llevaban poco tiempo juntos y yo ya tenía bastante con las dos relaciones que tenía como para ponerme a buscarme otra más.

Hacemos turnos de 12 horas pero en ese tiempo no estamos todo el tiempo trabajando, ya que sólo salimos cuando hay faena, mientras tenemos que permanecer en un centro que es nuestra base. En la base tenemos una habitación común para comer y pasar el rato y una habitación para cada uno con una cama, para poder descansar en el turno de noche o durante el día. En los ratos libres que teníamos poco a poco según íbamos cogiendo confianza hablábamos de temas personales.

Hugo: Jo Irene echo de menos a Elena. -Hacía como que lloraba.

Irene: Ooh qué bonito al principio, seguro que tampoco hace tanto tiempo que no os veis.

Elena era la novia de Hugo, llevaban un par de meses saliendo, trabajaba en la misma empresa, las mismas horas pero a turnos distintos y en otra base. Sólo un par de compañeros y yo en la empresa sabíamos que estaban juntos ya que lo llevaban con discreción para evitar los comentarios.

Irene: Hugo estoy pensando que como está noche Elena no trabaja, dile que se venga aquí y así podéis dormir juntos, lo único que cuando tengamos algún servicio se quedará aquí sola.

Hugo: Puff no sé Irene es buena idea pero si se entera alguien vamos los dos a la calle.

Irene: Quien se va a enterar? Estamos solo nosotros, además lo mismo yo te pido algo parecido otro día si me guardas el secreto claro.

Hugo: Pues por mi perfecto, esto queda entre nosotros y tú ya me pedirás cuando quieras. Muchas gracias Irene!!

Elena vino esa noche y muchas más a dormir con Hugo y por supuesto nadie se enteró, y yo me estaba planteando invitar a Carla a pasar una noche también.

Por cambios en el cuadrante ésta iba a ser la tercera semana sin poder ver a Carla y ya era más que molesto, así que me decidí a hablar con Hugo para pedirle mi favor.

Irene: Hugo creo que voy a pedirte el favor que teníamos pendiente, puedo confiar en ti? Te va a parecer algo extraño bueno...

Hugo: Claro tía, pide por esa boquita que yo soy un tumba, gracias a ti Elena y yo ahora nos podemos ver más.

Irene: Bueno... verás... tú sabes que yo estoy casada no? A ver cómo te lo digo...

Hugo: Va suéltalo, que no me vas a asustar!

Irene: Me gustaría que alguien viniera a dormir algún día conmigo y ese alguien obviamente no es mi marido.

Hugo: Bueno tampoco es tan raro, yo te guardo el secreto.

Irene: Ya... La cosa es que, ese alguien, es una mujer... Ya sé que parece algo raro pero bueno, espero que puedas tener discreción con el asunto, no te lo pediría si no fuera importante para mí.

Hugo: A ver Irene, para mí viene una amiga a verte y lo que hagas de la puerta de tu habitación para adentro no es cosa mía ni de nadie. Puedes estar tranquila que yo no se lo contaré a nadie. -Se acercó y con una sonrisa me apretó con sus grandes brazos.

Irene: Jo muchas gracias Hugo, Carla se pondrá súper contenta.

Hugo: No hay de qué, ya me presentaras a Carla.

Según terminamos de hablar Hugo y yo, cogí el móvil y le escribí a Carla.

Irene: Buenas rubia, tengo una buena noticia y otra mala.

Carla: Bueno pues empieza por la mala supongo.

Irene: Me han cambiado el cuadrante y esta semana tampoco nos podremos ver...

Carla: Joder Irene... Es una muy mala noticia, te echo mucho de menos... después de esta tan mala no creo que la buena me anime...

Irene: Ya lo sé Carla yo también te echo de menos, por eso la buena noticia te va a gustar. He hablado con Hugo, le he contado lo nuestro y he quedado con él en que vendrías a pasar alguna noche conmigo a base. Podríamos estar juntas, lo único que si me sale algún servicio tendrías que quedarte sola en base hasta que volviera.

Carla: Eso es genial, pero seguro que Hugo es de fiar? No quiero que te metas en problemas.

Irene: Sí tranquila, él también lo hace con su chica.

Carla: Ok, pensaré en alguna historia que contarle a Fernando y la próxima noche que tengas iré. Ya lo estoy deseando.

Irene: Empiezo las rondas de noche mañana, así que cuando quieras allí te espero.

En la segunda noche Carla le contó a Fernando que pasaría la noche en casa de su hermana y se vino a pasarla a base. La hermana de Carla sabía que tenía algo y le cubría las espaldas, aunque realmente no sabía lo que tenía, pero tenían buena relación y no le importaba hacerlo.

Yo estaba ya en base empezando la noche sin parar de mirar el reloj.

Hugo: Tienes prisa o qué? Te recuerdo que acabamos de entrar y son 12 horas.

Irene: Ya lo sé - le saqué la lengua- Hoy viene Carla a pasar la noche, espero que no te importe.

Hugo: Anda no me habías dicho nada. Tranquila no me importa, Elena también vendrá cuando termine su turno.

Mi teléfono sonó, era Carla que ya estaba en la puerta, así que salí a abrirle y nada más entrar y cerrar la puerta Carla y yo nos besamos, con un beso largo y apasionado después de tanto tiempo.

Hugo: Va Irene, preséntamela primero y luego ya haces lo que quieras.

Los presenté, estuvimos hablando los 3 un rato mientras cenábamos algo y al poco tiempo llegó Elena. Ellos se fueron a su habitación y nosotros a la nuestra.

Irene: Ves como Hugo es buen tío, se puede confiar en él.

Carla: Sí parecen buena gente los dos, esperemos que sea así. Por cierto te he dicho que ese uniforme te queda muy bien?

Irene: No me lo habías dicho, pero me alegro de que te guste porque no me lo puedo quitar por si tenemos un servicio... Como mucho la camiseta y las botas.  Mi uniforme constaba de botas, pantalón, camiseta de manga corta, sudadera los días fríos y un chaleco con bolsillos.

Carla: De verdad que no hay problema. Me gusta el rollo del uniforme.

Las dos estábamos tumbadas en la cama besándonos, a Carla le había quitado la camiseta y estaba en sujetador, acariciando su espalda mientras la besaba, cuando la emisora pitó y entró el primer aviso.

Irene: Que oportuno... bueno me esperas aquí? No está lejos tardaremos poco.

  • Carla: Tranquila no me pienso mover.

Hugo y yo nos fuimos y en unos 40 minutos volvimos. Al entrar en la habitación Carla seguía sin su camiseta y estaba esperándome.

Carla: A ver por dónde íbamos. -Mientras me besaba me quitó el chaleco y la camiseta dejándome en sujetador-  Te parecerá raro pero déjate el chaleco.

Irene: Mmmm está bien, tú mandas.

Nos tumbamos en la cama, las dos nos comíamos a besos, le quité el pantalón a Carla, acariciaba sus piernas, apretaba su culo mientras la pegaba lo máximo a mi cuerpo y movía mis caderas moviendo a Carla que estaba encima de mí. Ella abrió la cremallera del chaleco y sin quitarme el sujetador sacaba mis pechos, los chupaba y mordía.

Era increíble volver a tener a Carla en una cama y la emisora nos estaba dando una tregua.

Me incorporé, agarré a Carla por la espalda, la tumbé a ella en la cama y yo me quedé arriba. Ella tenía la ropa interior puesta, metí mi mano dentro de su tanga y empecé a masturbarla mientras la besaba para silenciar el sonido de su respiración y sus gemidos. Teníamos libertad para hacernos, pero tenía que ser en silencio. Movía sus caderas con energía mientras la masturbaba, metiendo mis dedos, hasta que sus ojos se cerraron con fuerza, sus besos se pararon sin separar sus labios de los míos, su espalda se levantaba con pequeños espasmos y su cadera se quedó unos segundos para arriba para luego bajar despacio. Su cuerpo se relajó después de la tensión, sus ojos se abrieron y sus labios se separaron de los míos enseñando esa sonrisa perfecta suya.

Nos quedamos tumbadas en la cama, Carla en ropa interior y yo con el chaleco del uniforme abierto, en sujetador y con el pantalón.

Carla: Estoy pensando que mientras que solo te quites una prenda no habrá problema no?

Irene: Cómo que sólo una prenda?

Carla: Sí, ahora mismo estas sin camiseta, pero y si te pones la camiseta y te quitas el pantalón? Si tienes que salir es igual de rápido...

Irene: No lo había pensado así, tienes razón.

Me levanté de la cama, me quité el chaleco y lo dejé una silla y me puse la camiseta, Carla se levantó de la cama y vino hacia mi, me empezó a besar apasionadamente, mientras desabrochaba mi pantalón y me acariciaba por encima de la ropa interior. Me empujó a la cama y se tumbó encima de mí, me besaba en la cadera y en las ingles, apartó mi tanga a un lado y empezó a lamer mi clítoris. Miraba como Carla me comía y a veces me encontraba con su mirada, mi cadera se movía y mi manos se enredaban en su pelo. Estaba a punto de correrme cuando la emisora volvió a sonar y entró un servicio.

Irene: Mierda... no pares... por favor... -Con una mano seguía sujetando la cabeza de Carla y con la otra miraba el mensaje de la emisora.

Carla siguió con más energía y yo me corrí a los pocos segundos. Me senté en el borde la cama con la cabeza medio ida por el orgasmo, me puse el pantalón y las botas corriendo, mientras Carla estaba detrás de mí y me besaba en el cuello, me levanté, la besé y salí de la habitación.

Irene: Enseguida vuelvo.

Carla: Aquí te espero.

Al verme salir todavía abrochando el cinturón del pantalón y la cara que debía llevar Hugo empezó a reírse.

Hugo: Una noche "difícil"? Jajaja.

Irene: Ahora mismo me gustaría un poco más de calma, pero no me importaría que fuera así siempre. Jajaja.

Hugo: Tranquila no es nada grave, para un segundo y relaja que te veo un poco tensa. -Hugo se reía sin parar.

Irene: Un segundo, aunque en realidad estoy bastante relajada... -Me estiré, respire hondo y me reí siguiendo la broma de Hugo- Vale ya estoy lista, dónde vamos?

Hugo: Jajaja muy bien Irene!! Así mejor!!

Terminamos el servicio y nos enlazaron con otro, ya llevábamos una hora fuera y tardaríamos por lo menos media hora más.

Irene (móvil): Hola guapa, nos han metido otro servicio, aún tardaremos un poco en volver, descansa un poco.

Guardé el teléfono sin poder leer la contestación de Carla, cuando terminamos el servicio y ya íbamos de camino a base pude mirarlo.

Carla: Tranquila aquí te espero.

Junto con el mensaje había una foto suya en la cama en sujetador.

Irene: Puuff. -Se me escapó.

Hugo: Todo bien?

Irene: Sí todo bien. -Dije con una sonrisa de oreja a oreja.

Hugo: Carla?

Irene: Jajaja sííííí.

Hugo: Venga pues a base, a ver si nos dejan descansar.

Llegamos a base a las 3, todavía teníamos tiempo hasta las 9 para disfrutarnos un poco si nos dejaban. Entré en la habitación, Carla estaba dormida, me quite la camiseta, me tumbé despacito en la cama para no despertarla, podría haberme quedado simplemente mirándola pero no pude resistirme, me acerqué a su espalda, besé y acaricié su hombro y su cuello con delicadeza. Carla se giró y sonrió con esa sonrisa suya que me vuelve loca, nos besamos y empecé a recorrer su cuerpo con mis manos, con besos, con la lengua, mordiéndole... me gustaba ver cómo reaccionaba su cuerpo según lo que le hacía, su piel se erizaba, sus pezones se ponían duros, su corazón se aceleraba y sus pequeños quejidos cuando le mordía. Ella se dejaba hacer y a mi me encantaba hacerle. Nos pusimos de rodillas en la cama, me puse detrás de ella, con una mano la sujetaba por el cuello y con la otra recorría su cuerpo, besaba y mordía su espalda y su cuello. Pegué mi cuerpo al suyo, apretando mis pechos en su espalda, con la mano de cuello en ocasiones le permitía girarse un poquito para besarnos pero al poco tiempo volvía a girarle la cara. Jugaba con la goma de su tanga y hacía el amago de meter mi mano dentro pero no llegaba a hacerlo, cada vez que lo hacía Carla soltaba un pequeño gruñido y yo me reía. Su corazón y su respiración estaban a mil.

Irene: Me encanta sentirte tan excitada. -susurré en su oído.

Carla: Esto me recuerda a algo, es una venganza?

Irene: Puede ser... -Me reí y le mordí en la espalda, esta vez algo más fuerte.

Carla: Uuuffff.

Irene: Lo siento no me puedo aguantar, estás muy rica.

Por fin metí mi mano dentro de su tanga y empecé a frotar su clítoris, nuestros cuerpos estaban tan juntos que cuando ella se movía por el placer mi cuerpo seguía el suyo. Cuando ya estaba cerca del orgasmo, giré su cara y la besé para silenciarla aún con mi mano en su cuello. Carla se corrió, su cuerpo se quedó relajado apoyado en el mío, desde su clavícula podía ver sus pezones duros después del orgasmo, chupé mis dedos, nos tumbamos y nos seguimos besando.

Carla: Dormimos un ratito a ver si nos dejan?

Irene: Sí, vamos a descansar un poco, hasta el próximo aviso. Gracias por venir a pasar la noche, me encanta tenerte aquí.

Carla: No tienes que darme las gracias, no se me ocurre un sitio mejor donde estar ahora mismo. Te quiero.

Irene: Yo también rubia, que descanses.

Nos quedamos durmiendo aproximadamente una hora y media hasta que volvió a sonar la emisora y me levanté con mucho cuidado para no despertarla. Volvimos a las 6:30 a base, entre con mucho cuidado a habitación y al meterme en la cama Carla se giró a verme.

Irene: Hola rubia, estoy hecha polvo, he puesto el despertador a las 8, crucemos los dedos para que no suene más.

Carla: Pobrecita mi niña, ven a dormir un ratito.

Por suerte no volvió a sonar la emisora y pudimos dormir hasta que sonó el despertador. El cambio de turno de hacía a las 9 así que como muy tarde a las 8:30 Carla debía salir de base para no encontrarse con los compañeros de cambio.

Carla: Buenos días - me besó - voy a vestirme.

Antes de que pudiera levantarse de la cama la cogí por el brazo, tiré de ella, la senté encima de mí y empecé a besar sus pechos.

Irene: Nooo, no te vayas todavía, todavía no te he disfrutado lo suficiente.

Carla: Va no me hagas esto, sabes que tengo que irme, no me lo pongas más difícil.

Decía eso pero su cuerpo no se movía ni un centímetro, yo aproveché para seguir metiéndole mano.

Carla: Para por favor, ya se oye a Elena también por fuera, tengo que irme.- Esta vez si se separó un poco de mí.

Irene: Vaaale, pero es un pecado dejarte así.

Las dos nos levantamos, nos vestimos y acompañé a Carla hasta su coche.

Irene: Volverás otra noche? Necesito más de ti.- Le puse cara de pena.

Carla: No puedo decirte que no y lo sabes. -Me sonrío, me cogió por la barbilla y me besó.

Irene: Me lo apunto.

Nos despedimos, Carla se fue a casa y yo volví a base dónde ya estaban los compañeros del cambio del turno.

Julio: Qué tal la noche? Mucha faena?

Hugo: Mucha faena verdad Irene? -Se reía de mí.

Julio: Mala cara tenéis desde luego.

Irene: Uy sí, no hemos parado. -Le di un codazo a Hugo.

Cogí mis cosas y me fui a casa.