No lo pienses demasiado 2
Hablamos y marcamos las líneas de lo que sería nuestra relación
A la mañana siguiente seguía alucinando con lo que había pasado por la noche, en mi mente estaban grabadas la imágenes con Carla, al igual que su respiración y gemidos. Había despertado sensaciones que hacía años que no sentía y en mi cabeza estaba el sentimiento de que no estaba haciendo nada malo, solamente era una amiga con quién lo pasaba bien, no eran cuernos, no habían sentimientos románticos y además era una mujer.
Esa mañana me esperé a que fuera ella la que me escribiera, yo estaba encantada con lo que había pasado pero no sabía cómo iba a reaccionar ella y quería dejarle espacio.
Carla : Buenos días mi niña, que tal?
Irene : Buenos días! Yo muy bien, y tú? has dormido bien?
Carla: Pues sí, he dormido muy bien y muy relajadita jajaja.
Irene: Me alegro, estaba algo preocupa por si esta mañana estabas arrepentida o algo así.
Carla: Estás de coña?! Hacía tiempo que no disfrutaba tanto, fue una pasada, repetiría mil veces sin pensarlo.
Irene: Me dejas más tranquila, por cierto, dime que no te dejé marcas!
Carla: Tranquila, me revisé al llegar a casa y todo estaba bien.
Irene: Uufff menos mal, me costó controlarme, no sé qué me pasó. Bueno y ahora qué?
Carla: Qué de qué? Concreta un poco con la pregunta.
Irene: Dices que repetirías mil veces... En qué queda eso? Las dos estamos en una situación complicada, pero no me gustaría que se acabara, no sé... podríamos ser algo así como amigas con derecho a roce o algo así. Realmente pienso que no hacemos nada malo...
Carla: Yo tampoco quiero que se acabe, pero creo que debemos tener claro que primero es una amistad y que después sólo hay sexo, una escapada de la rutina o llámalo como quieras, pero no será nada más.
Irene: Me parece perfecto, me alegra que nos entendamos y podamos dejar claro este tema.
Carla: Bueno voy a ver si empiezo con la faena, a ver si podemos cuadrar y nos vemos pronto.
Irene: Nos vemos pronto guapa que pases buen día.
Carla: Igualmente mi niña.
Ahora después de la semana de exámenes teníamos 10 días de descanso, 10 días que me parece que se iban a hacer eternos. En estos 10 días debía intentar sacar un poco a Carla de mi cabeza para que no se me fuera de las manos la situación, y así lo hice, aunque hablábamos casi todos los días por Whatsapp, teníamos que centrarnos en la amistad, el tema sexo se quedaría para los momentos en que nos viéramos y fuera posible, pero no debía ser nuestro tema principal.
Nos plantamos en diciembre (2017), este mes solo habría 2 clases antes de las vacaciones de Navidad, lo bueno era que todos los compañeros del curso quedaríamos para hacer la típica cena de Navidad. Nos apuntamos todos a la cena aproximadamente unas 40, contratamos la cena en un hotel en el que esa noche se harían también cenas de empresa y familiares, y después de la cena tendríamos 3 horas de barra libre incluido en el precio. Parecía una buena oportunidad para volver a tener un encuentro con Carla pero no iba a resultar fácil, habrían demasiados compañeros de clase y tendríamos que tener mucho cuidado con lo que hacíamos.
Llegué al hotel y todos iban muy arreglados ya que eran fechas señaladas, saludé a todos y al parecer Carla aún no había llegado. Enseguida nos separamos por grupitos y nos pasaron a un salón grande junto con otras de las cenas y nos dieron bebidas y algo de picar hasta que terminaba de llegar toda la gente. Yo estaba en un grupo con Laura, Juan, Luis, Carmen y dos más que todavía no he conseguido aprenderme sus nombres.
Juan: Ay el espíritu navideño!! Beber y comer hasta reventar!! Qué bonito!!
Laura: Uy sí! Muy navideño tu espíritu.
Irene: Juan para tí debe de ser siempre Navidad!! Jajaja.
Luis: Jajaja muy buena Irene, Juan te han pillado.
Luis era un chico de clase, de unos 30 años, alto, moreno y con la típica sonrisa de anuncio de pasta de dientes. Algunas veces se venía a tomar café con nosotros antes de clase y Carla estaba convencida de que me tiraba los trastos, a mi no me lo parecía, además de que él sabía que yo estaba casada.
Juan: Sí, sí, reíros pero sabéis que tengo razón, o acaso está noche estáis a dieta y vais a beber agua.
Carmen: Sí que tienes razón Juan, ya veremos en un par de horas cómo van todos.
Siguieron hablando y yo no estaba muy metida en la conversación, pues estaba pendiente de ver si Carla llegaba.
Luis: Irene! Estas un poco empanada, te pasa algo?
Irene: No, estoy bien, solo estaba mirando si veía a Carla llegar, me parece raro que aún no haya llegado, es tarde hasta para ella.
Luis: Tranquila habrá pillado algo de tráfico, en estas fechas coger el coche es una locura. Puedo decirte algo sin que te moleste?
Irene: Sí claro, dime.
Luis: Estás muy guapa esta noche Irene, hay que ver el cambio que pegas cuando te arreglas, que no es que yo quiera decir que normalmente no estás guapa, al contrario siempre me parece que estás guapa, pero...Se puso nervioso, se lío y parecía que no encontraba la salida, así que le corté para echarle una mano.
Irene: Jajaja tranquilo Luis!! Entiendo lo que quieres decir, gracias. La verdad es que no soy de arreglarme entonces cuando lo hago se nota.
Luis: Uuff vale, gracias, que forma más tonta de liarme yo solo. Te gusta bailar?
Irene: No es mi fuerte la verdad.
Luis: Si quieres y me dejas, luego te enseño, no soy un experto pero más o menos me defiendo.
Irene: Vale! En la barra libre, me enseñas, así si lo hago fatal tengo excusa jajaja.
Luis: Voy a por unas cervezas.
Luis fue a por unas cervezas y a la vuelta seguimos hablando, por un momento perdí la noción del tiempo y no me di cuenta de si Carla había llegado, así que pensé en mandarle un mensaje, tal vez había llegado y con tanta gente allí no me había dado cuenta, además faltaban 15 minutos para entrar a cenar.
Irene: Hola guapa, todavía no has llegado? Ya mismo entramos a cenar.
Carla: Buenas, sí llegué hace un rato pero te vi hablando con Luis y de risitas y no quería molestar, ni interrumpir.
Irene: Que dices?! Dónde estás?! Anda no seas pava.
Carla: A tu izquierda, en los sillones.
Carla tenía razón, no me había dado cuenta y estaba separada del grupo a solas con Luis, ella estaba en la zona de los sillones con Laura y Juan. Me acerqué rápidamente a la zona de los sillones al darme cuenta y vi que Carla iba guapísima, llevaba un vestido negro que dejaba sin palabras.
Irene: Anda que habéis avisado de que os cambiabais de sitio. -Les dije mientras le daba un codazo a Juan.
Juan: Au! Hemos avisado pero estabais hablando y no os habéis enterado.
Carla: Claro Irene es que estabas muy entretenida... Voy al baño, me acompañas Laura? -Cogió a Laura por el brazo y se fueron al baño, parecía molesta.
Podía ser que Carla estuviera celosa de Luis? No me molestaba, todo lo contrario me gustaba verla así y algo tendría que hacer para que se le pasara.
Irene: Juan yo también voy al baño, sujétame el bolso anda. -Le pegué con el bolso en el pecho.
Juan: Claro mujer! Di que sí! Reunión de chicas en el baño y yo aquí de percha.
Me fui dirección al baño pensando en una excusa para librarme de Laura sin que se notara mucho. Al entrar al baño Laura estaba sujetándole la puerta a Carla y aproveché la cosa de que Juan se había quedado con los bolsos.
Irene: Laura yo no te he dicho nada, pero Juan estaba mirando tu bolso en busca de tu móvil, decía que quería ver tus fotos.
Laura: Ay qué tío! Yo lo mato!! -Y salió corriendo hacia la sala.
Cuando Carla abrió la puerta Laura ya no estaba allí y antes de que se diera cuenta, la empujé un poquito dentro y cerré la puerta.
Irene: Hola Carlita, que guapa te veo esta noche.
Carla: Anda si estás aquí, lo mismo deberías salir, seguro que Luis se siente solo.me apartó y se giró para salir por la puerta.
Irene: Sí, debe de ser esto lo que te hace tan irresistible esta noche, bueno eso y ese vestidito que me llevas. -Sujeté la puerta con la mano sin dejarle salir.
Carla: No sé de qué me hablas, va déjame salir... -Dijo sin girarse con el tono algo triste.
Acerque mi cuerpo a ella, la cogí por la cintura y empecé a besarle el cuello desde la espalda.
Irene: A ver si te enteras de que a mi solo me interesas tú. -Le susurré al oído mientras bajaba la cremallera de su vestido y besaba su espalda.
Carla: No creo que sea el momento de esto Irene. -Sus palabra decían eso pero su cuerpo no se movió ni un centímetro para evitarlo.
Con una mano empecé a tocar su pecho por encima del vestido y con la otra empecé a acariciarle la pierna y a subirle el vestido hasta llegar a su tanga. Carla seguía inmóvil, sin decir nada pero con la respiración agitada. Metí mi mano dentro de su tanga y empecé a frotar su clítoris mientras besaba su cuello y su espalda, y apretaba mi pecho contra su espalda, enseguida el cuerpo de Carla se puso tenso y empezó a temblar. Aunque había mucho ruido y mucha gente Carla se tuvo que controlar y tener un orgasmo lo más silencioso posible, lo que se reflejó en su cuerpo. Saqué mi mano de su tanga, chupé mis dedos y subí la cremallera del vestido mientras que Carla se acomodaba la falda, se giró y por fin pude besarle en los labios, un beso que sabía a disculpa.
Irene: Te ha quedado claro que solo me interesas tú?
Carla: Sí lo siento, no sé qué me ha pasado. Me ha encantado... -Había una sonrisa en su cara mientras me besaba suavemente.
Irene: Venga vamos a cenar que seguro que ya se han sentado todos.
Carla: Vamos, aunque yo ya tengo aquí todo lo que me gustaría cenar. -Sonrió de forma picara y me guiñó un ojo.
Salimos del baño, nos arreglamos un poco en el espejo y salimos como si nada a cenar.
Al llegar al comedor donde íbamos a cenar, en la mesa solo quedaban dos sillas, y casualmente Luis estaba sentado entre las dos sillas.
Carla: Luis! Bonico! Cámbiate de silla y deja que me siente al lado de mi niña, es que en cuanto me descuido me la quieren quitar...Le daba golpecitos en el hombro con una sonrisa falsa.
Luis: Tranquila ya me quito! Pero que sepas que luego te la robaré un poco, me ha prometido un baile.
Carla: Anda Irene! No sabía que bailabas... -Me dijo con los ojos entrecerrados.
Irene: Yo tampoco!! Me he buscado un profesor jajajaja. -Al ver la cara de Carla no pude evitar soltar una carcajada y le di un pellizco en la cintura para hacerle cosquillas.
Carla: Tendré que buscarme yo también un profesor o profesora, o algo!!
Nos sentamos a cenar y enseguida nos metimos en la conversación con el resto de compañeros. Durante la cena me dediqué a putear disimuladamente a Carla, cada vez que tenía una conversación sería con alguien, yo le daba pataditas por debajo de la mesa y acariciaba su pierna con mi pie. Guardaba las formas y aguantaba mi acoso y me mandaba mensajes al móvil sin que se notara mucho.
Carla: Para un poquito no? Luego me las vas a devolver todas.
Irene: No sé de qué me hablas, alguien te está molestando?
Carla: Ya veremos luego quién juega con quién, avisada estás...
Irene: Muy mal Carlita, acabas de empeorar tu situación jajajaja.
Fue entonces cuando empecé a meter mi mano entre sus piernas. Era complicado de disimular ya que Carla no me lo ponía fácil, pero por suerte para mí la gente ya había bebido bastante y no parecían darse cuenta. Tuve que sacar mi mano de debajo de la mesa cuando la gente se empezó a levantar para ir a la barra libre.
Carla: Espérame aquí un momento. -Cogió mi bolso y se fue.
Observé cómo se iba dirección al baño y no podía estar más intrigada, a los 5 minutos volvió con una sonrisa pícara en la cara.
Carla: Uy! Qué tonta si me he llevado tu bolso en lugar del mío, que despiste. Me miró fijamente a los ojos con esa mirada que me vuelve loca y levantó una ceja mientras sonreía. Se quedó de pie hablando con unos compañeros.
Eso tenía que significar algo, así que disimuladamente abrí mi bolso para mirar qué había dentro. Mi corazón pegó un salto fuerte y después se aceleró y aunque no me vi se me tuvo que poner cara de gilipollas, dentro de mi bolso estaba el tanga de Carla. Rápidamente buscaba su mirada que ahora mismo me estaba evitando con toda la intención. Parecía que tal y como me había dicho Carla empezaba a jugar conmigo.
Después de unos 10 minutos eternos la vi con el móvil en la mano y entonces sonó el mio.
Carla: Y si nos perdemos un ratito?
Irene: Como piensas hacerlo?
Carla: Sígueme y ya improvisaremos.
Carla se fue y esperé a que se alejara un poco antes de ir detrás sin perder ojo de a dónde iba. Al levantarme de la mesa apareció Luis con una copa en la mano.
Luis: Irene me debes un baile. -Dijo con su sonrisa de anuncio de pasta de dientes.
Joder que pesado y que oportuno él, pensé.
Irene: Sí Luis ahora enseguida te busco, espérame por allí, cuando vuelva del baño te busco. Lo mandé en la dirección opuesta a la que se había ido Carla.
Luis: Ok ahora nos vemos. -Me guiñó un ojo.
Me fui en busca de Carla, me pareció ver que se iba por un pasillo así que avancé sin tener ni idea de a dónde iba hasta que su cabeza asomó por una puerta que ponía "despacho 1", miré que no venía nadie y entré. Era una habitación pequeña con un escritorio y una silla de despacho, debía de ser utilizado cuando se organizaban congresos en el hotel, ya que había dos puertas más en las que ponía despacho 2 y 3 y al fondo había otra ponía salón de actos.
Irene: Cada vez estás más loca. -Mi corazón iba acelerado y sólo podía mirar sus labios.
Carla: Bueno ahora me toca jugar a mí.
Cerró el pestillo de la puerta y mientras me besaba me iba llevando a la mesa, hasta que choqué con ella. Me tumbó en la mesa, sujetó mis brazos y empezó a besarme en la boca con la peculiaridad de que cuando estaba cogiendo ritmo se alejaba lo justo para que aunque yo levantara mi cabeza, no pudiera besarla y me quedaba a unos centímetros de su boca. Se acercaba, me daba un pequeño mordisco en el labio y antes de que pudiera reaccionar se alejaba, y otras veces se acercaba a mi boca y justo cuando nuestros labios se rozaban, ella se apartaba. Era excitante al mismo tiempo frustrante.
Irene: Estás siendo cruel.
Carla: Tú has jugado antes, ahora me toca a mí, así que prepárate porque acaba de empezar.
Otra vez besaba mi cuello y mi oreja y en cuanto en acercaba más de la cuenta se alejaba de mí.
Carla: Ahora voy a soltarte las manos, pero tienes que prometerme que vas a dejarlas donde están y no vas a tocarme.
Irene: Te lo prometo, pero dame una tregua de un par de minutos para besarte, por favor...
Carla: Está bien, tienes dos minutos.
Me incorporé rápidamente y sujetando su cara para que no pudiera retirarse empecé a comerle la boca con rabia, hasta que sin cumplir los dos minutos me separó.
Irene: Eso no han sido dos minutos. -Me quejé.
Carla: De verdad te pensabas que te iba a dejar? Ahora cumple con lo que te dicho, manos quietas.
Irene: De acuerdo. -Gruñí.
Carla subió mi vestido hasta mi ombligo y empezó a besarme en la cadera, bajó mi tanga y continuó besando mis ingles y mis labios. Subió a besarme en la boca mientras con sus dedos acariciaba mi clítoris y me introducía dos dedos y volvió a hacer lo mismo, pero esta vez era más cruel, cuando notaba que me excitaba demasiado y estaba cerca del orgasmo, alejaba su mano y paraba por unos minutos, al menos ahora sí me dejaba besarla.
Carla: Tranquila ya queda poco. -Debí de darle pena o algo por la forma en que me lo dijo. Me dio un beso en los labios y bajó.
Empezó a lamerme el clítoris y a introducirme la lengua y volvió a repetir la misma tortura, cada vez me daba menos tiempo de placer y más de pausa debido a mi nivel de excitación, mi cuerpo se retorcía, tanto cuando me hacía algo, como cuando me daba pausa, era increíble cómo leía mis reacciones y sabía cuándo detenerse.
Carla: Te has portado como una campeona mi niña, ahora ya prometo dejarte.
Empezó a lamer mi clítoris mientras introducía dos dedos y en cuestión de un minuto tuve un orgasmo brutal. Me sentía agotada y eso que yo no había hecho nada, simplemente me había dejado hacer. Mi cuerpo temblaba por la intensidad del orgasmo como no lo había hecho nunca. Carla limpió todos mis jugos, se limpió un poco la boca y subió a besarme de forma muy tierna.
Carla: Lo siento si te he torturado mucho, pero te lo habías ganado a pulso y lo sabes.
Irene: Ha sido increíble, creo que nunca había tenido un orgasmo tan intenso.
Carla: Me alegro mi niña, ahora tenemos que salir antes de que se note mucho más que faltamos.
Irene: Puff dame 5 minutos que me recupere y vamos.
Salimos con discreción del despacho y volvimos separadas a la barra libre para que no se notara mucho, yo antes de volver pase por el baño y al abrir mi bolso para retocarme un poco el maquillaje, vi que el tanga de Carla seguía ahí, se me había olvidado por completo y con razón. Le envié un mensaje.
Irene: Vas por la vida sin ropa interior? Sigo teniendo tu tanga.
Carla: Bueno la noche es joven, luego me acompañarás al coche no? Y así te acerco a casa.
Irene: Ah pues no sé, déjame pensarlo... tal vez me lo quede de recuerdo.
Carla: Ya veremos qué pasa...
Salí del baño y me fui para el grupito en el que estaban todos.
Juan: Irene, dónde andabas? Tienes cara de cansada, ya te has bebido el bar?!?! Me habrás dejado algo de ron no?! Jajajaja.
Carla: Eso Irene, dónde estabas? Luis te está buscando para bailar. Tiene razón Juan, pareces cansada Irene.
Irene: Ah pues, he salido a fumar.
Juan: Pero si tú no fumas loca!!
Irene: Tampoco bailo y parece ser que me andan buscando. Me has echado de menos Juan?
Juan: Yo siempre, la duda ofende. -Se hizo el ofendido.
Estuvimos un rato riéndonos hasta que se acercó Luis con dos copas en la mano.
Luis: Irene ya no te me escapas, topa una copita y vamos a por el baile que me has prometido.
Irene: Venga vamos, lo prometido es deuda. -Me bebí media copa de un trago y se la di a Carla- Me la sujetas Carlita?
Carla: Claro cómo no... -Y ahí volvía a estar su sonrisa falsa.
Luis se esforzó en enseñarme algunos pasitos para bailar juntos y gracias al alcohol, me daba un poco igual hacer el ridículo. Me miraba a los ojos con su sonrisa perfecta, y yo igual lo miraba a él, que miraba la carita de perro de Carla al otro lado de la sala que nos miraba mientras bailábamos. La mano Luis que estaba en mi cintura parecía que se empezaba a descolgar y iba buscando el camino a mi culo, y su cara parecía que cada vez estaba más cerca de la mía, me estaba empezando a incomodar pero tampoco quería ser desagradable con él, pues descaradamente tampoco estaba haciendo nada y podía ser una imaginación mía.
Luis: Puedo? -Me dijo al oído.
Irene: Que si puedes qué? -Contesté extrañada al oído, puesto que con la música era imposible hablar de otra forma.
Entonces noté como Luis empezó a recorrer el camino de mi oreja a mi boca con la intención de besarme, le puse la mano en el pecho y eché rápidamente mi cabeza para atras (una cobra en toda regla), quité su mano de mi cintura y me separé de él.
Irene: Luis me parece que te estás equivocando.
Luis: Lo siento, no ha estado bien. -Dijo avergonzado.
Irene: Ha estado totalmente fuera de lugar, sabes de sobra que estoy casada.
Luis: Tienes razón, lo siento, no volverá a pasar.
Irene: Desde luego que no volverá a pasar.
Iba a girarme para irme cuando noté que alguien me cogía por el brazo y tiraba de mí hacia atrás.
Carla: Muy bonito Luis! Lo siento pero Irene es mía.
Me fui con Carla entre risas en dirección al grupo donde estaban el resto de compañeros, dejando a Luis en mitad de pista muy avergonzado.
Juan: Bonita cobra Irene, le has puesto nombre ya?
Laura: Sí, creo que vas a tener que enseñarme a hacerla para mis encuentros con Juan.
Juan: Laurita pero si tú te derrites en cuanto me acerco.
Laura: Yo no me derrito, yo uso otras técnicas de huida, aunque esta me parece mucho más eficaz.
Irene: No te preocupes Laura que yo te enseñaré.
Estuvimos un buen rato los cuatro juntos bebiendo y charlando entre risas, hasta que decidimos que iba siendo hora de volver a nuestras casas y juntos salimos del hotel. Nos despedimos en la puerta del hotel, Juan y Laura se fueron en una dirección y Carla y yo en otra.
Carla tenía el coche aparcado en un parking cercano al hotel, por el camino íbamos parándonos a besarnos en portales y en calles en las que no se nos viera mucho, ya que era sábado por la noche y había mucha gente por la calle de fiesta que nos podía conocer. Era un incordio el tener que andar a escondidas, pero merecía la pena. En cada rincón o portal que parábamos, mis manos iban debajo del vestido de Carla, la agarraba fuerte por el culo y acariciaba sus labios que estaban empapados.
Irene: Todavía no hemos acabado la noche, así no puedes conducir, tienes que bajar un poco el alcohol.
Carla: Tienes razón, la seguridad ante todo.
Llegamos a su coche y directamente nos metimos en los asientos traseros, Carla se sentó encima mío, abrí la cremallera de su vestido, bajé el vestido hasta la cintura y le quité el sujetador y ella hizo lo mismo conmigo. Era la primera vez que teníamos ese contacto piel con piel y apretábamos con fuerza nuestros pechos. Me encantaba poder recorrer toda su espalda con las manos, mientras metía mi cabeza entre sus pechos y mordisqueaba sus pezones. Tenía una piel super suave que junto a su olor corporal y su perfume, me hacía perder la cabeza. Al no llevar la ropa interior puesta subí su vestido y la agarré por el culo, el vestido me molestaba, pues quería agarrar su culo y subir con mis manos recorriendo toda su espalda sin tener que encontrarme con él, pero era lo que había y tampoco me iba a quejar. Empecé a acariciar su coño, que seguía empapado y eso hacía que mis dedos se deslizaran con más facilidad. Nuestros corazones y respiraciones estaban a mil y los cristales del coche se empezaron a empañar. Carla sujetaba mi cara, me besaba con la pasión que sus gemidos le dejaban y apoyaba su frente con la mía mientras que clavaba sus ojos en los míos, su mirada y su cara era puro morbo cuando se ponía así. Empecé a introducirle los dedos y ella empezó a mover las caderas al ritmo en que yo la masturbaba, hasta que se paró en seco, soltó un gran gemido en mi oído, se tensó por unos segundos para después dejar caer el peso de su cuerpo sobre mí como agotada, mientras yo la abrazaba, la apretaba junto a mi cuerpo y besaba su cuello.
Irene: Me gustan estos encuentros, pero algún día me gustaría que las dos pudiéramos estar totalmente desnudas en una cama.
Carla: Lo sé mi niña, a mi también me gustaría y algún día llegará.
Seguimos unos minutos más besándonos en esa postura, después Carla se sentó a mi lado, apoyó su cuerpo sobre el mío y estuvimos hablando en esa postura mientras yo deslizaba los dedos por sus pechos, jugaba con sus pezones y acariciaba su barriga.
Veíamos un coche de color rojo cerca del nuestro en el que parecía que alguien se lo estaba pasando muy bien, ya que la amortiguación del coche subía y bajaba, los cristales estaban empañados y se podía ver una silueta en los asientos de atrás.
Carla: No somos las únicas que se lo están pasando bien.
Irene: Seguro que no se lo están pasando tan bien como nosotras esta noche.
Carla: Eso seguro. Bueno ya va siendo hora de que nos vayamos no?
Irene: Sí, se está haciendo tarde y luego tendremos que dar explicaciones... Prométeme que algún día pasaremos una noche entera.
Carla: Es difícil pero de alguna forma podremos hacerlo, a mi también me apetece mucho.
Nos vestimos, bajamos del coche y apoyadas en la puerta del coche nos estuvimos besando un ratito a modo despedida, eran los últimos besos hasta la próxima vez que pudiéramos tener nuestro momento y tenía pinta de que iba a pasar algo de tiempo ya que llegaban las vacaciones de Navidad. Mientras estábamos en lo nuestro oímos una voz, que nos resultaba familiar y venía de enfrente de nuestra posición.
Juan: Joooder!!!
Irene: Mierda!! -Miré hacía donde estaba Juan y apoye la cabeza en el hombro de Carla.
Carla: No me digas qué... -No se quiso girar para mirar.
Irene: Sí... es Juan...
Carla: No será el del coche rojo? -Ahora sí se giró corriendo para mirar.
Juan: Vale yo no he visto nada si vosotras... -No pudo terminar la frase cuando una voz se oyó detrás de él.
Laura: Qué pasa? -Todavía no se había dado cuenta de la situación.
Carla: Qué fuerte lo tuyo!!
Laura: Ostras! Lo mío? Qué fuerte lo vuestro!!
Irene: Eeeh vale! Sí! Muy fuerte lo de todos, vamos a calmarnos y a dejar de pegar voces.
Nos acercamos los 4 visiblemente avergonzados, los 4 estábamos haciendo algo que no debíamos, los 4 estábamos casados y estaba claro lo que estábamos haciendo.
Juan: Bueno pues parece que se ha quedado buena noche! -Bromeaba mientras se rascaba la cabeza y se hacía el despistado.
Carla: Todos somos adultos y no tenemos que dar explicaciones, además yo personalmente me alegro por vosotros.
Laura: No, si nosotros no estábamos haciendo nada...
Irene: Laura os hemos visto, llevamos en el coche de Carla cerca de una hora...
Juan: En realidad esto es bueno no? No tenemos que ocultarnos entre nosotros, ni disimular, es agotador... -Laura le pegó un codazo- A ver Laura es tontería, no han pillado, y ellas estaban haciendo lo mismo!!!
Carla: Vamos a hacer una cosa, es tarde y estamos cansados, cada uno a su casita y ya hablaremos otro día de esto, vale?
Irene: Me parece bien
Laura: Si está bien.
Juan: Perfecto pues.
Volvimos a nuestros coches, y al llegar al nuestro, Carla y volvimos a besarnos antes de subirnos al coche.
Juan: Jooder!!! Yo es que flipo!
Irene y Carla: JUAN!!!
Juan: Vale, vale!! Perdón chicas!! Ya os dejo.
Laura ya se había subido al coche, era la que peor se había tomado la situación, Juan se subió al coche y salieron del parking.
Irene: Alucinante lo de estos eh?
Carla: Eeeh... es un poco fuerte que digas eso mientras me estás agarrando por el culo y me besas no?
Irene: Jajajaja visto así...
Nos estuvimos riendo, terminamos de despedirnos, nos subimos al coche y salimos del parking dirección a mi casa. Cuando llegamos nos dimos dos besos cerca de la boca y cuando me iba a bajar Carla me agarró del brazo.
Carla: No se te olvida algo?
Irene: Pues... No sé, creo que no?
Carla: Hay algo en tu bolso que me pertenece.
Irene: Aaahh!!! Eso!!! No, no, de eso nada, lo que hay en mi bolso me pertenece... Es mi trofeo, puede que algún día te lo devuelva.
Carla: Vale... me lo apunto... Que descanses!
Irene: Adiós guapa, que descanses.