No lo entenderían
Nosotros no sentíamos que lo que hacíamos estuviera mal, pero ellos, no lo entenderían.
Era de madrugada, la casa estaba en silencio, solo se escuchaban los sonidos de nuestros cuerpos chocando y nuestra respiración agitada. Mi hermana está en mi cama, en la posición de perrito; yo estoy detrás de ella, y mientras la follo, juego con su cabello. De repente, ella voltea, me mira y me sonríe. Entonces, siento como empuja su cuerpo hacia atrás, provocando que mi polla se encaje totalmente en ella. "Mmm... Hazlo de nuevo", le ordeno. Lo hace y no puedo evitar sonreír por lo afortunado que soy.
Afuera ya empezaban las aves a cantar. Solté el cabello de mi hermana y con mi mano recorrí su columna. Ella al sentir esta caricia, ronroneo como una gatita, al tiempo que perdía un poco el ritmo de sus embistes, lo cual aproveche yo para retomar el control y empujando su cabeza contra la cama, y agarrándome de sus caderas, empiezo a follarla con fuerza. "Ohhh, si... dame más, hermanito. Ya me falta poco", me dijo.
No pasó mucho tiempo y empezó a gemir y a estremecerse, yo empuje su cabeza para que ahogara sus gemidos en la cama, y así evitar que nuestros padres se enteraran lo que estábamos haciendo. Yo seguía follándola, cuando empecé a sentir que yo también estaba por correrme. Empujo mi polla, lo más profundo que puedo, dentro de ella y suelto todo dentro de ella.
Cuando acabo me dejo caer sobre ella, la abrazo y la beso para finalmente caer los dos en la cama. De pronto, ella me dice "Creo que deberíamos darnos una ducha", al tiempo que me besaba y se acurrucaba en mis brazos. "Creo que si" le respondí, mientras seguía acariciando sus cabellos. Podríamos estar así todo el día, pero sabíamos que nuestros padres pronto despertarían.