No llueve eternamente
Traiciones y el amor verdadero
No llueve eternamente
Maria estaba en su apartamento de Madrid recogiendo sus pertenencias había soportado la que seria la ultima infidelidad de su pareja, la que era su novia decía amarla y le traicionaba en cuanto se le presentaba una oportunidad.
Que Maria fuera lesbiana estaba mal visto en la familia solamente su prima Nadia, sus tíos y su padre la habían apoyado, su madre y su hermana fueron las más duras con ella y por eso le dolió tanto esta ultima infidelidad.
La mujer que estaba entre las piernas de su novia no era otra que su hermana, no soportaba la traición pero no entendía como su hermana podía ser tan hipócrita, lo tenia claro jamás perdonaría a su hermana.
Maria había grabado un el polvo de la ya ex novia con su hermana y se lo enseño a su madre para que viera lo bien que se lo pasaba su hija del alma después le dijo a su padre que se marchaba pero que no se preocupara que volvería para verlo y saber que se encontraba bien.
Había decidido llamar a su prima y viajar al norte, Nadia se puso muy contenta puesto que se querían mucho y la última vez que se vieron fue cuando viajamos a Madrid para presentarme a su familia.
En el norte yo me iba recuperando poco a poco de la muerte de mi padre con la ayuda de de mi pelirroja y de Isabella y también de mi ex que se estaba portando muy bien.
Con la que no terminaba de conectar era con la becaria novia de Isabella, había algo que hacia que no me fiara de ella y ella tampoco me tragaba, disimulábamos delante de Isabella pero cuando ella no estaba presente un hola y adiós por educación.
Esa noche de sábado yo tenia una cena con los compañeros de trabajo y Mi pelirroja e Isabella se quedarían en casa puesto que jugaba la selección Italiana y hay estaba con la camiseta azul la bufanda y la cara pintada de azul parecía un pitufo.
Antes de marcharme bese al amor de mi vida y le dije a Isabella pásatelo bien pitufina, ella me saco la lengua mientras se reía.
La cena fue estupenda la verdad que me llevaba muy bien con mis compañeros de trabajo y el ambiente era muy bueno, después de cenar fuimos a un garito a tomar algo y cuando estaba en la barra pidiendo me pareció reconocer a la novia de Isabella, no podía ser porque le dijo que no saldría porque no se encontraba bien y se metería pronto a la cama, declinando la oferta de mi pelirroja para cenar en casa las tres y ver el partido mientras comían una pizza.
Saque el móvil y saque unas cuantas fotografías y me dirigí a donde mis compañeros para decirles que algo me había sentado bien y que me iba para casa, me despedí de ellos y me dirigí a coger un taxi y mientras tanto pensando como se lo iba a contar a Isabella, cualquier forma de decírselo seria dolorosa para ella, pensé que como le podía pasar que le fueran infiel por segunda vez.
Al llegar a casa las dos se sorprendieron, no esperaban que llegara tan pronto y me preguntaron si estaba bien, mi rostro enseguida les confirmo que no estaba nada bien.
Yo: Sentaros por favor, Isabella esta noche he descubierto que tu novia te es infiel.
Isabella: No puede ser Unax estas de canchondeo, como broma no tiene ninguna gracia.
Mi Pelirroja: Estas seguro mi amor.
Yo: Sin ninguna duda y aquí tengo unas imágenes que lo confirman, lo siento de verdad Isabella.
En las fotos se veía claramente a la becaria besándose con una compañera de trabajo que había entrado a la empresa hace poco tiempo.
Isabela se puso roja de la ira apretó los dientes que parecía que iban a salir disparados, copio mi móvil lo apretó con tanta fuerza que pensé que lo partiría por la mitad, después lo lanzo contra la pared con tanta fuerza que lo izo añicos.
Se levanto y empezó a andar en círculos soltando improperios en italiano, yo me acojone de verdad, mi pelirroja estaba llorando de sentir el dolor de su sorella, Isabela se paro nos miro con la mirada sumida en la mayor de las tristezas y lloro unas lagrimas muy amargas.
Nos levantamos y la abrazábamos fuerte mienta decía que es lo que hacia mal para que le hubieran sido infiel otra vez, mi pelirroja le dijo que no era culpa de ella y que se quedaría en casa el tiempo que fuera necesario.
Yo cogi las llaves de Isabella y fui a su piso a recoger sus cosas, por suerte no había nadie y me dio tiempo de recoger todo.
Esa noche como la vez anterior Isabella durmió abrazada a nosotros y lloro durante horas, con una decepción difícil de superar hasta que se quedo dormida.
Yo no pegue ojo y mi pelirroja más o menos como yo, arto de dar vueltas me levante y prepare café, al rato se levanto mi pelirroja, me comento que le iba a decir a Isabella de quedarse en casa en su habitación porque la habitación de invitados prácticamente la había decorado ella.
Yo le dije que me parecía muy bien, al rato Isabella se levanto y estuvimos hablando no queria molestar y nos dijo que se iría a un hotel pero al final la convencimos y accedió a quedarse por lo menos hasta pasar este mal trago.
Pidió a mi pelirroja que la acompañara al día siguiente que había quedado con su ex para dejarle las cosas cristalinas y mi novia le dijo que sin ningún problema.
La conversación fue así.
Becaria: Porque te has ido de casa, me he preocupado mucho.
Isabella: Ya veo lo que te has preocupado, que has sido incapaz de mandarme ningún mensaje si hemos quedado a sido porque yo te he llamado.
Donde estuviste anoche porque en casa ya lo tengo claro que no.
Becaria: Bueno al final me convencieron y salí un rato, me lié un poco soltando una sonrisilla.
Isabella: Que te liaste lo tengo claro y con la becaria nueva ni mas ni menos.
Becaria: Eso es mentira quien te lo a dicho, yo jamás te seria infiel.
En ese momento por lo que me contó mi pelirroja Isabella estaba apunto de explotar como el Vesuvio, Nadia tuvo que sujetarla del brazo y pedirle que se calmara, por suerte grabe las fotos en mi tarjeta de memoria y las fotos se salvaron de la destrucción de mi móvil.
Isabella sacando el móvil enseño las fotos a la becaria y esta ya descubierta en su infidelidad solo agacho la cabeza y esbozo un casi inaudible lo siento.
Isabella acerco su cara a la de la becaria a escasos centímetros y le espeto apretando los dientes.
Isabella: Eres la segunda persona que desprecia mi amor y lo pisotea, tienes una hora para que no quede ni rastro de ti en mi piso, y te trasladaras a otra planta para que no tenga que volver a verte.
Isabella se levanto y aguanto estoicamente hasta llegar al coche para empezar a llorar de pena y de rabia.
Pasaron un par de semanas e Isabella no levantaba cabeza intentaba disimular delante nuestra pero la conocíamos demasiado bien, pero por lo menos intentaba distraerse con su trabajo y saliendo a pasear y a correr todas las mañanas.
Isabella creyó que el amor jamás le correspondería que equivocada estaba, el destino le tenia preparada una valkiria con el cabello negro como la noche mas oscura y los ojos del color de la miel mas dulce.
Dos días después Mi pelirroja fue a recoger a su prima a la estación de autobuses, Maria es de la misma altura que Nadia con una figura similar y un poquito mas de pecho.
Isabella estaba mirando por la ventana cuando vio llegar el coche de mi novia y cuando vio por primera vez a Maria se puso muy nerviosa, intentaba disimularlo pero parecía una chiquilla ante su primer amor.
Isabela sintió lo mismo cuando vio a Maria que cuando yo vi. a Nadia, y para Maria fue igual quedo impactada con la belleza de nuestra Isabella.
Conectaron muy bien desde el principio, parecía que se conocieran de toda la vida pero las dos tenían una pregunta que no se atrevieron hacer, Isabella me la pregunto a mi y Maria a mi pelirroja.
Yo le dije a Isabella que a Maria le gustaban las mujeres como a ella y se le ilumino el rostro, en ese momento vio una puerta de salida de su infierno y según me contó Mi pelirroja a Maria le paso algo parecido.
Salían a correr todos los días, se iban de compras y pasaban mucho tiempo juntas pero no terminaban de dar el paso, Isabella hablo con mi pelirroja y esta le dijo que su prima era lo que había conocido, que era fiel y sincera y si de verdad se había enamorado no durara en darla una oportunidad que no se arrepentiría.
Yo fui la que hablo con Maria, le conté como me ayudo, todo lo que me apoyo y que confiaba ciegamente en Isabella porque en esta vida solo había 2 personas que no me habían defraudado nunca y una sin duda era Isabela, le dije que no tuviera miedo y que si de verdad estaba enamorada no dudara.
Esa noche les dejamos a solas a las dos en casa y nosotros nos fuimos a cenar a un restaurante y después a un hotel a dar rienda suelta a nuestro amor, cuando volvimos a la mañana siguiente encontramos ropa tirada por todos los sitios y había vuelto mi Isabella y la cara de felicidad de Maria no era menos.
Por fin llego la felicidad a la vida de estas dos extraordinarias mujeres y esta vez si que hay final feliz porque hay siguen tan enamoradas o más que el primer día.