No hay dos sin tres (sin limites)

Espere que retornara mi esposa con su amante de la calle y me dio otra sorpresa.

No hay dos sin tres (y sin límites)

Mientras esperábamos que mi esposa regresara con su amante de la calle, adonde se fueron después de coger en la vereda en medio de la oscuridad ante nuestra vista, yo seguía besando los pies con sandalias de Puta, la amante que el macho de mi esposa compartía con Ella. Puta me tenía, por orden de mi esposa, sometido a sus pies, arrodillado y con arneses de cuero puestos. Atadas las manos, para que siguiera siendo obediente. Y aunque sufriera vejaciones y humillaciones, yo estaba feliz y excitado. Feliz porque mi esposa había encontrado un macho que la satisfacía sexualmente. Y excitado, por que todas las escenas de sexo que se habían realizado se hicieron ante mis ojos, y yo no podía satisfacerme, pues ni me tocaban la pija ni siquiera me permitían masturbarme. Ante lo cual yo sólo sentía como me mojaba lentamente con lo que goteaba mi pinchila. Y también excitado, porque al entregarme a su amante, mi esposa me convirtió en bisexual, y comencé a disfrutar de chupar la verga de él. Después de largo espacio de tiempo regresaron, pero esta vez acompañados de otra pareja que apenas entrar al dormitorio habían comenzado a quitarse la ropa en silencio. Yo los miré sorprendido, pues no alcanzaba a comprender hasta donde quería llegar mi esposa. Sin presentármelos ni decir quien era yo, cuando Ella vio el tamaño de la pija del recién llegado se abalanzó sobre esta diciendo

Ella -Con razón te llaman Toro. ¡Que hermosa pija enorme tenés! ¡Dejá que me la meta toda en la boca! Con razón vos hacés con ellos intercambio de parejas, Puta. ¡Esto es mucho más grande que lo que tiene el macho tuyo!

Puta -Y no sólo es grande sino que también es incansable.

Ella y su macho, mientras hablaban se habían ido quitando la ropa, y ya estaban las dos parejas desnudas. Entonces comenzaron a besarse en los labios y a acariciarse entre todos. La pareja de Toro, a la que nunca le dieron nombre, y a la cual llamaré Otra se abrazó al macho de mi esposa a quien llamaré a partir de ahora Macho. Y mi esposa era abrazada por Toro.

Toro - Vamos todos rápido a la cama.

Ella -Mas despacio, Toro, aquí la que dá las órdenes soy yo.

Toro -Eso era hasta que yo llegué. ¡Ahora la que manda es mi pinchila! ¡Así que subíte a la cama!

Ella -Este es un verdadero hombre.

Otra -Por eso lo comparto con Puta, porque es insaciable y dominador. Ni siquiera el macho de Puta puede contrariarlo. Aunque él, como también es bisexual le gusta que Toro lo domine cuando se entrega a él.

Toro se había acostado boca arriba en la cama y Ella rápidamente se sentó sobre él metiéndose esa enorme verga en el papo. Otra se sentó en la almohada abriendo las piernas y colocando la cabeza de Toro entre sus manos y al agacharse le puso sus tetas en la cara y él empezó a chuparle los pezones. Cuando Ella se inclinó un poco hacia delante, Otra comenzó a besar sus tetas. Y al estar Ella inclinada hacia delante aprovechó Macho para meterle su pìja en el culo. Mi esposa no paraba de quejarse del placer que sentía, la penetraban por adelante y por atrás.

Puta -¿Y yo que hago?

Ella -Busca que el esclavo te dé alguna satisfacción.

Puta -¿Puede él cojerme?

Ella -¡No! Te puede hacer lo que quieras menos cojerte.

Puta -¿Y cómo voy a volcar?

Ella -¡Hacélo que use la lengua! ¡Es un especialista en lamer!

Puta -Ya escuchaste. ¡En cuatro patas, basura, y a lamerme el papo!

Y Puta, arrodillándose en el suelo, se reclinó sobre la cama, ofreciéndome el papo. Yo comencé a lamerle los labios y el clítoris, y ella al quedar frente al culo de su macho y ver que los huevos de él se sacudían cuando cojía a Ella por el culo, los tomó y se los llevó a la boca.

Mientras culiaban, sólo se escuchaba el ruido de los movimientos y los jadeos de ellos. Todo esto era excitante. Y Puta, excitada exigía

Puta - ¡Laméme el culo esclavo de mierda!Y metéme dos dedos en el papo! ¡Movélos haciéndome la paja, pelotudo de mierda!

Cuando Macho empezó a moverse con fuerza porque estaba por volcar, Ella se enloqueció de placer y movía su papo de un costado al otro apretando la pija de Toro. Toro no podía contenerse y chupó con tanta fuerza el papo de Otra que ésta no pudo más y gritó al llegar al orgasmo. Esto fue el detonante para que tanto Ella como Macho y Toro volcaran. Ante el olor a semen que había, Puta comenzó a volcar su jugo en mis dedos, dejando de chupar los huevos de Macho, para pasar la lamer todo lo que había frente a sus ojos, las pijas de Macho y Toro y el papo de Ella. Sólo yo no podía volcar, al menos en forma normal, porque estaba todo mojado debajo del taparrabos que me apretaba la pija. Y como si eso fuera poco para mantener mi calentura, después que todos gozaron y se desplomaron, se acostaron los cinco en la cama, uno al lado de otro, acariciándose.

Ella -¡Ahora viene la limpieza, puto de mierda, limpiáme el papo y el culo con la lengua, que los tengo llenos de leche! ¡Y después le limpiás el papo a Otra y a Puta, para terminar limpiando las pijas de Macho y Toro. Todo en ese orden!

Yo - ¡Si mi dueña!

Y cada uno de ellos, a su debido turno se limitaba a abrir las piernas, entonces yo metía mi cabeza entre ellas y comenzaba a lamer en el caso de las mujeres, por fuera primero y luego introduciendo mi lengua lamiendo por dentro, intentando sacar todo el semen que se encontraba. En el caso de los hombres, primero lamiendo por fuera pero luego succionando con fuerza. Así se me fue mezclando en la boca el sabor de la leche de cada uno. Y sin darme cuenta los iba calentando de nuevo. Cuando quise ver tanto Macho como Toro tenían las pijas duras y erectas. En el caso de Ella y las dos mujeres, se notaba porque se refregaban contra los hombres. Y yo no era menos. Pero siempre el taparrabos impedía que se notara mi calentura. Mientras yo los limpiaba, hablaban de mí como si yo no estuviera presente

Toro -¿Y a éste no le se para la pija nunca?

Ella -Si, pero no le permito que se le note, si se la veo parada lo castigo.

Puta -¿Y como se satisface?

Ella -Ahora no le queda otra cosa que hacerse la paja.

Otra -¿Y eso es todo lo que le da placer?

Ella -No, porque su debilidad es ser esclavo de los pies. Aunque ahora aprendió a practicar otras cosas y parece que le gustó.

Puta -Si, le lamió a mi pareja la pinchila y chupó lo que él volcó.

Ella -No sólo se la lamió, sino que él lo penetró por el culo. Se convirtió en bisexual. Le gusta lamer todo, de hombre o de mujer.

Puta - Como a mi pareja, que le encanta chupar de todo. Por eso con Otra no sólo intercambiamos de pareja, sino que tenemos sexo abierto.

Macho -Ella, ¿Me dejarías que Toro me la preste un poco?

Ella - Si, metéla en la boca y chupásela. Y ustedes chicas, bajen también de la cama y jueguen un poco.

Entonces Macho y Toro se bajaron de la cama, y mientras Toro se quedó parado, Macho arrodillado se introdujo esa verga en la boca y empezó a chuparla. Puta y Otra se acostaron en la alfombra, una al revés de la otra y empezaron a chuparse los papos y meterse los dedos en el culo entre ellas. Quedamos en la cama Ella y yo, entonces me ordenó

Ella -A lo tuyo, acostáte a mis pies y dame tu culito, que te voy a hacer gozar un poco. Mirá como disfrutan entre ellos mientras olés mis pies.

Cuando acostándome al revés comencé a olerle los pies, Ella me penetró el culo con el dedo y comenzó a moverlo dentro de él. Mi excitación aumentó tanto que no me limité a oler, sino que empecé a lamerlos, lo que hizo que Ella comenzara a castigar con fuerza mis pies. Y al sentir el dolor en la planta de los pies y que el dedo de Ella entraba y salía de mi culo, tomé un pie de Ella y me lo metí en la boca, succionando dedo por dedo, jugando con mi lengua entre los dedos de esos hermosos pies. Mientras contemplaba el otro hermoso pie que estaba ante mis ojos, y veía como se chupaban las parejas. Y no pude contenerme y se me salió el semen. Ella lo notó porque me latía el culo apretándole el dedo en mi eyaculación y en vez de pegarme en la planta del pie, me torturó los pies, clavándome las uñas en uno y mordiéndome los dedos del otro. Así fue como volqué mi leche. Cuando agotado quise parar, ella no lo hizo y continuó su tortura con mi culo y mis pies, y metía con fuerza su propio pie en mi boca, obligándome a seguir chupando. Cuando me retorcía de dolor y trataba de dar por terminado mi sufrimiento, ante mis gemidos de dolor, las parejas se detuvieron y nos miraron. Viéndola a Ella como me hacía sufrir cruelmente, se acercaron

Toro -¿Nos lo prestás un ratito?

Ella - ¡Hagan lo que quieran con él, pero sus pies son para que yo lo haga sufrir!

Toro -Tomá, metéte la pinchila en la boca y chupámela.

Macho -Aflojá el culo y dejáme que te meta a la pija en ese culito estrecho que tenés.

Mientras uno me la metió en la boca, el otro me enterró su verga en el culo y los dos se movían cojiéndome. Puta no se quedó inmóvil porque acercándose a Ella empezó a acariciar sus pezones y a lamer los labios de su boca, metiéndole la lengua dentro de ella. Y Otra, se abalanzó entre las piernas de Ella y metió un dedo en el culo de Puta y otro en el papo de Ella, moviéndolos frenéticamente. Cuando Macho empezó a quejarse volcando su leche en mi culo, Ella llegó al orgasmo por la masturbación de Otra, chupando con fuerza la lengua de Otra. Y Toro con su enorme pija en mi boca comenzó a eyacular, derramando semen no sólo dentro de mi boca, sino que rebalsándose me corría por la cara el semen. Y aunque a mi se me había parado de nuevo, no pude volcar por el dolor que sentía y porque estaba extenuado. ¡Pero quedé totalmente excitado! ¡Y deseando que nada terminara!

De hecho, no terminó allí esa noche sin límites, pero te lo puedo contar en besapies21@yahoo.com.ar