No hay dos sin tres

Cuando mi esposa se canso de relaciones sexuales conmigo y busco una alternativa.

NO HAY DOS SIN TRES

Cuando llegué a mi casa y entré, me encaminé al dormitorio a ponerme ropa cómoda. Cuando ya casi me había desvestido del todo escuché que mi esposa me llamaba desde el baño. Al llegar allí, observé que estaba desnuda, toda cubierta de jabón. Me pidió que la ayudara a quitarse el jabón, pues éste le había entrado en los ojos. Después de hacerlo, cuando me vio casi desnudo dijo que me quitara el resto de la ropa y me bañara junto a ella.

Así lo hice, y al sentir el contacto de su piel se me empezó a endurecer mi miembro. Ella no dio muestras de interesarse en él. Luego, nos secamos mutuamente y nos encaminamos al dormitorio a vestirnos. Al llegar allí, se sentó en la cama, y dejando caer sus pies al suelo me dijo: "arrodilláte y besáme los pies". Como siempre mi debilidad fueron los pies, le obedecí en el acto y arrodillado al lado de la cama, comencé a besar la plantas de sus pies. Me dijo "¿Te gusta?", y cuando le dije que me gustaba mucho, entonces me ordenó "pues ahora lamélos y chupálos", y comencé a hacerlo dedo por dedo mientras se los acariciaba con delicadeza. Colocó un pie en mi cara, y con el otro me pisó la pija y comenzó a masturbarme con él. Luego fue bajando el pie que estaba frente a mi cara y yo tuve que ir agachándome para no dejar de lamerlo. Cuando mi cara llegó a ras del piso me ordenó que tomara unas sandalias de taco alto y finitas tiritas que había debajo de la cama y se las colocara. Después que le calcé las sandalias, mi excitación era intensa al ver esos deditos de sus pies apretados dentro de esas sandalias. En ese momento me ordenó que me diera vuelta y pusiera las dos manos hacia atrás.

Me ató las manos juntas, con una correa y así arrodillado, también me ató los pies con otra correa. Luego se paró a mi lado y me colocó un collar de cuero en el cuello del cual salía una correa. Tirándome de ella me dijo"No te dí orden de que dejaras de lamerme los pies" y tuve que agacharme y comencé a lamérselos con sandalias y todo. Y diciéndome "seguí lamiéndolos" comenzó a caminar lentamente hacia los pies de la cama, y yo debí arrastrarme tras ella. Una vez en ese lugar ella se subió a la cama dejándome a mí abajo y acostándose dijo "vení, mi amor". Cuando yo quise subirme a la cama tomó una correa que había debajo de la almohada y castigándome me dijo "¡no te lo digo a vos, infeliz! ¡Seguí arrodillado! ¡Se lo digo a él! ". Sigo su mirada y veo que la puerta se había abierto silenciosamente y desde allí había un tipo, desnudo, contemplándonos.

El se acercó a la cama en silencio y subiéndose, se acostó al lado de ella y comenzó a acariciarle y besarle el cuerpo. Ella le respondía a sus caricias y a sus besos. Yo sólo podía mirarlos desde donde estaba, atado de pies y manos y arrodillado. En un momento él quedo acostado boca arriba y ella se subió a horcajadas sobre él y sentándose sobre su pija se la introdujo en su papo. Como acordándose de mí, se dio vuelta y me dijo "Ahora subíte a la cama". Cuando logré hacerlo, ordenó "¡Vos sólo podés lamerme el culo, boludo de mierda!", y se agachó sobre él besando sus labios. Cuando vi su hermoso culo me acerqué y comencé a lamérselo. Y desde allí, veía como ella se movía, y entraba y salía de su papo esa enorme pija hinchada. Cuando después de una interminable cojida llena de quejidos de placer de mi esposa y de él, terminaron con un fuerte orgasmo, entonces ella, bajándose de arriba de él, se acostó a su lado y me dijo "Limpiáme el papo con la lengua y tomá todo el semen de él de mi papo". Me arrastré hasta su papo y comencé a meterle la lengua, saboreando su jugo mezclado al semen. Luego me ordenó "chupásela a él". Como todavía estaba parada esa verga hinchada, me acerqué a ella y me la metí en la boca y comencé a succionarla con placer y entonces sentí que ella me metió el dedo en el culo y así pajeándome por el culo, comencé a llegar al orgasmo. Cuando yo terminé de volcar, me dio permiso para quedarme en la cama, pero ellos se levantaron y después de bañarse juntos y volver al dormitorio, se acostaron desnudos uno al lado del otro y abrazados se durmieron, pero ella me dio permiso para quedarme acostado en la cama, al revés de ellos, oliendo y besando los pies de ella. Si quieres saber más de lo que siguió, te lo puedo contar en besapies21 @ yahoo.com.ar . Y si deseas una experiencia igual para vos y tu pareja, como mi boca quedó insatisfecha aún, avisáme!

NO HAY DOS SIN TRES (a la noche)

Ellos estaban acostados durmiendo, desnudos y abrazados. Ella con las dos manos, le agarraba la pija y los huevos, mientras que él, acostado por atrás de ella, le agarraba las tetas. Yo permanecía también desnudo pero atado de pies y manos y acostado al revés de ellos, con mi cabeza a los pies de la cama. Desde allí, como las manos estaban atadas a mi espalda, solo podía ver y oler los pies de ella. Así permanecí muchas horas, mientras ellos dormían, contemplando esos hermosos pies, sin atreverme ni siquiera a besarlos por temor a que se despertaran y se me acabara mi goce. Sin embargo, cuando comenzaron a despertarse, comenzaron nuevamente a besarse y acariciarse.

Observé que la pija de él comenzaba a pararse de nuevo y que ella disfrutaba cuando él, besando sus tetas, le metía la mano en el papo. Y cuando ella empezó a mover los dedos de los pies, no pude resistir la tentación y comencé a besarlos. Ella los comenzó a refregar contra mi cara, pero de golpe empezó a pegarme con ellos. Duramente me dijo "¿Quién te autorizó a tocarme los pies?", y entonces con los pies empezó a empujarme y me hizo caer de la cama al suelo. "¡Ese es tu lugar, basura, arrastráte hasta mis sandalias y con la boca, alzálas y traémelas"! Cuando lo hice, me tuve que arrodillar al lado de la cama para presentárselas, entonces me dijo "dejálas aquí, sobre la cama, y besá el lugar donde mis pies las pisan". Y así, arrodillado, empecé a besar las plantillas de las sandalias, sintiendo el olor del cuero mezclado al perfume de sus pies. Como ella había dejado de tocarlo para darme las órdenes, él había empezado a masturbarse, ante lo que le dijo "mi amor, no es necesario que vos lo hagás, tengo un esclavo que lo va a hacer por vos". Y me ordenó "¡hacéle la paja a mi macho, boludo de mierda!".

El se acostó en la cama de espalda y yo tuve que arrastrarme rodeando la misma para llegar hasta él. Allí, de nuevo de rodillas incliné mi cabeza y me metí esa dura pija en mi boca y empecé a succionarla. Ella se acercó y con su rostro a mi lado, me observaba de cerca, mientras le acariciaba los huevos a él. Cuando ella vio que la pija de él latía con fuerza y que estaba por eyacular, tomando mi cabeza en sus manos, primero comenzó a movérmela de modo que mi boca subía y bajaba a lo largo de esa enorme pinchila pero después de un momento me la hizo dejar de chupar, apartándome la cabeza de esa pija. Ella, dirigiéndose a él dijo "¿te gusta lo que mi esposo te hace?", y él asintió en silencio con un movimiento de cabeza, "entonces te lo va a hacer mejor, porque no solo lo acabo de convertir en homosexual para vos, sino que a partir de ahora será una esclava mía", y me ordenó "arrastráte hasta mi ropa y traémela".

Ella me observaba mientras lo besaba y acariciaba a él, mientras que él le metía el dedo en el papo. Cuando llegué a la silla donde estaba su ropa, tomé con mis manos lo que pude, pero cuando estaba por retornar me dijo que llevara toda la ropa, ante lo que tuve que con la boca tomar lo que quedaba y así, de rodillas, regresé a su lado. Entonces desatándome los pies, me colocó primero sus medias, luego su bombacha y al final tomó lápiz labial, me pintó los labios y con maquillaje me pintó los ojos, me puso sus aros de clip en las orejas y le dijo a él "ésta es mi esclava, y ahora será para tu goce, cojéla por el culo!". Tomando la correa que tenía mi collar en el cuello, me hizo arrodillar en el suelo y apoyar la cabeza en la cama y él entonces se acercó por detrás de mí y se arrodilló. Ella primero me lubricó con vaselina el culo y luego le metió esa dura pija en mi culo. El dolor era insoportable, pues mi culo era virgen. Cuando me empezó a coger moviendo su pija en mi culo, ella se subió a la cama y acostándose en ella, abriendo las piernas comenzó a masturbarse, y me dijo "putita mía, laméme los pies, que sólo servís para eso". Así, ella llegó al orgasmo cuando él, me llenaba el culo de leche. Pero la noche todavía continuaba!! En besapies21@ yahoo.com.ar les puedo contar lo que siguió.

NOHAY DOS SIN TRES (¡qué noche larga!)

¡El amante de mi esposa me acababa de desvirgar! ¡Tenía mi culo lleno de su leche! Y yo aún no volcaba mi semen a pesar de mi excitación. Como el culo me dolía pero no tanto, pues cuando él me cojía, tuvo la consideración de hacerlo suavemente para no lastimarme. El dolor no impidió que, al lamer los pies de mi esposa y verla llegar al orgasmo masturbándose mi calentura llegara al extremo.

Al verme tan excitado, ella dijo "pobrecita, nuestra hembrita está caliente y no puede volcar, ¡pero de que serviría que vuelque si no puede darle la leche a nadie!" por lo que se acercó y tomándome de la correa del cuello me subió a la cama. Le dijo a él que aprovechara de lavarse la pija después de metérmela por el culo. Cuando él se fue al baño, ella se acostó nuevamente en la cama de espaldas y abriendo las piernas me dijo "ahora que no está mi macho, laméme el papo y sacáme el jugo que acabo de volcar". Cuando él regresó observó que yo estaba lamiendo el papo y ella le dijo "mi amor, la mantengo caliente a esta hembrita para que veas lo que tiene que hacer ahora para nosotros". Entonces, como aún tenía yo atadas las manos en la espalda pero los pies desatados, con rudeza me acostó de espalda en la cama y me levantó mis piernas. Luego ella arrodillándose abrió sus piernas y su subió encima sentándose con su papo sobre mi cara. El aprovechó al ver su culo abierto y acercó esa pija de nuevo erecta y lubricando con el dedo el culo de ella comenzó a metérsela lentamente en el culo. Yo la veía entrar y salir, dura, hinchada, cuando él se movía.

Y escuché que ella me ordenaba, "esclava hembra mía, chupáme el clítoris! Lo tomé con los labios y lo succioné con fuerza. Ella se estremecía y me dijo "metéme la lengua en el papo!", y comencé a masturbarla con la lengua. Su macho la cojía lentamente a pesar de que ella le pedía que lo hiciera con violencia, y como consecuencia de eso, ella tenía un orgasmo tras otro mientras que él no eyaculaba aún. Yo sentía como salía el jugo de su papo en cada orgasmo y entonces se lo tragaba. Y como ella me metía un dedo en el culo y con la otra mano había estado jugueteando con mi pija, toqueteando la punta, sentía como se me escapaba el semen. Así, a medida que este lentamente se iba derramando, ella lo recibía en su mano y me lo ponía en mi boca ordenándome que en lugar de lamer su papo me tragara mi propia leche, diciéndome "¡como sos un maricón, a partir de ahora solo se va a mezclar mi jugo con tu leche dentro de tu boca, porque dentro de mi papo sólo va a entrar la leche de mi macho!" ¡Y con más fuerza me penetraba con el dedo!

Cuando los tres terminamos de volcar, quedamos tendidos exhaustos, uno sobre el otro. Ella encima mío, con su cabeza entre mis piernas y acariciando lentamente la pija y los huevos, y él sobre ella, y a medida que se fue poniendo más flácida su pija, comenzó a salirse del culo de ella y entonces la tuve frente a mi cara, goteando el semen que había derramado, sobre mi rostro. Cuando se repusieron un poco se levantaron de encima de mí y se acostaron nuevamente uno al lado del otro, pero antes me ató ella los pies de nuevo, pero esta vez uniéndolos con mis manos atadas en la espalda, de tal modo que mis manos tocaban mis pies. Con sus pies ella me empujó hasta quedar nuevamente a sus pies y me ordenó "¡besáme los pies hasta que me duerma, pero después no me molestés porque si no te voy a castigar hasta que llorés!". Así pasé el resto de la noche, primero besando los pies de ella, y luego, cuando se durmió, oliéndolos amorosamente. (Y viéndolos toquetearse dormidos durante todo el resto de la noche). ¿Querés saber que pasó a la mañana siguiente? Te lo cuento en besapies21 @ yahoo.com.ar

NO HAY DOS SIN TRES (A la mañana siguiente)

Cuando al final de la noche me quedé dormido, atado como estaba con mis pies y manos juntas, me desperté dolorido. Me dolían los huevos de tanta calentura y prácticamente sin volcar, pues cuando ella me hizo tragar mi propia leche no permitió que saliera toda. Pero me di cuenta de que estaba solo en la cama. Ellos se habían levantado en silencio. Así estuve un largo rato hasta que al fin aparecieron. Venían todavía desnudos y con los cuerpos mojados. Se habían estado bañando juntos. Ella me desató los pies y cuando me desató las manos sólo fue para atármelas pero ahora al frente. Como yo aún estaba con maquillaje, y tenía puestas sus medias y bombacha, se dirigió a mi como si fuera una mujer. Me dijo "Bueno chiquita, ahora tenés que atendernos". Yo empecé a protestar, pero me interrumpió secamente diciendo "¡Silencio! ¡No te está permitido protestar, sino por el contrario tenés que agradecer que te tengamos como esclava para nuestro servicio! ¡Date vuelta que te doy tu merecido!" y reafirmó sus palabras con una serie de latigazos sobre mis nalgas y mi espalda. Cuando fui a quejarme del dolor, nuevamente me dijo "¿No te dije que sólo podés agradecer?", y de nuevo el castigo, ante lo que yo tuve que responder con un "gracias", pero fue insuficiente pues me dijo "soy tu Ama, tu Dueña, y sólo así podés dirigirte a mi". Yo le respondí "si, mi Dueña".

Entonces me ordenó "andá y hacé el desayuno, para mi macho y para mí". Cuando estuve por retirarme, me tomó por el cabello y tirándolo hacia ella me dijo severamente "No te vas a ir sin secarme el cuerpo antes", por lo que me llevó de los cabellos hasta el placard y abriéndolo sacó una toalla y me la entregó. Yo procedí a secarla con mucho amor, comenzando por su cara y luego fui bajando por sus pechos, espalda, piernas y cuando llegué a su pie, como me había tenido que arrodillar, lo colocó sobre mi hombro y empujando me tiró de espalda al piso y pisándome la cara me ordenó "primero lamélo bien, putita". Yo lamía y entre lamida y lamida le daba gracias por permitirme que lo hiciera. Después de secarle los pies, me tiró de la correa del cuello y me hizo levantar del suelo, me colocó un delantal de cocina y me ordenó que me pusiera sus sandalias. Sentándome en la cama me coloqué las sandalias taco alto de ella, con vergüenza, porque su amante se había secado y me miraba acostado desde la cama, y comencé a irme a la cocina, con dificultad porque me ajustaban los dedos las tiritas finitas lo que eran más pequeñas que mi pie y porque no estaba acostumbrado a caminar con tacos altos. Así me dirigí a la cocina y preparé el desayuno para todos. Cuando volví al dormitorio, los encontré acostados. Él mientras le acariciaba una teta, con la otra mano le metía un dedo en el papo y la masturbaba. Y ella acariciaba sus testículos.

Cuando me acerqué a la cama me ordenó "servíme de rodillas, esclava inútil", yo me arrodillé al lado de la cama y me dijo que le fuera dando el desayuno a ella en la boca. Mientras yo lo hacía, ella tomaba de la bandeja el pan y se lo daba en la boca a su hombre, que se acostó a su lado y desde allí la acariciaba por todos lados. Cuando yo quise llevarme un trozo de pan a la boca, con su mano me dio un cachetazo en la mejilla. "Vos no podés desayunar como una persona, sos esclava, ponéme un trozo de pan entre los dedos del pie y comélo desde allí pero solo cuando yo te lo ordene". Tomé un trozo de pan y de rodillas fui hasta sus pies, ella alzándolo me permitió que lo colocara entre sus dedos, y cuando quise tomarlo nuevamente con la mano para comerlo, con el otro pie, pisándome la cara me lo impidió, "yo no te ordené aún que lo hagas, pero ahora hacélo con la boca". Y tomé con mi boca el pan de entre los dedos de su pie y lo comí, regresando a darle de nuevo a ella en la boca. Así fue todo el desayuno, mientras ella le daba a su macho en la boca, yo le servía a ella en la boca y cuando ella me lo ordenaba, me llegaba hasta sus pies y desde allí recibía mi ración. Cuando terminaron de desayunar, me ordenó "retirá la bandeja y andáte a lavar las tazas, y no molestés pues tenemos que coger", y después ignorándome, se subió él sobre ella y le puso de nuevo la pija dura en su papo y comenzó a culiarla. Yo me tuve que ir. ¿Querés saber que pasó en el resto de la mañana? Te lo cuento en besapies21 @ yahoo.com.ar

Yo los escuchaba desde la cocina, como ella se quejaba de placer y pedía más y más a su macho. Terminé de lavar las tazas del desayuno y tenía mi pija parada y dura que asomaba por el costado de su bombacha, y no aguantando más la tomé entre la manos y empecé a masturbarme. Había comenzado a hacerlo cuando noté que los dos estaban en silencio observándome desde la puerta. Ella sonreía y mirándolo a él le dijo "¿te das cuenta que es un pajero que no sirve para nada?". Yo dejé de masturbarme, avergonzado, pero ella me miró con dureza y dijo "¿quién te dijo que parés, infeliz? ¡Seguí haciéndote la paja hasta que yo te ordene parar!".

Volví a tomar entre mis manos la pija y seguí pajeándome, y cuando estaba ya por volcar, ella se me acercó y comenzó a castigarme con el látigo, no dejando que llegara a volcar mi leche, mientras decía "¡hijo de puta, no volqués porque te haré mierda si lo hacés! ¡De rodillas, sirvienta puta, besá mis pies y dame gracia por no dejarte volcar! Así de rodillas volvía a besar sus hermosos pies. Entonces me llevó de la correa al dormitorio y le dijo a él "a esta putita no se la puede dejar sola", y me desató las manos, luego me empujó y me hizo caer de espalda sobre la cama, y haciéndome abrir brazos y piernas me los ató a los extremos de la cama y quedé estaqueado. La mañana continuó y ellos la pasaron acostados, por momentos a mi lado y por momentos sobre mí, acariciándose y besándose. Debo reconocer que era un verdadero macho, pues su pija estaba casi permanentemente parada, pero mi esposa estaba irreconocible, era insaciable de sexo. Sólo en una ocasión ella se acostó encima de mí metiéndose mi pija parada en su papo mientras que él se la metió por el culo y entonces moviéndose él, le llenó el culo de leche mientras ella me mojaba mi pija con su jugo, pero a mí de nuevo no me dejó volcar pues cuando ella veía que se me estaba por salir la leche, se incorporaba un poco y hacía que se me saliera la pinchila de su papo, impidiéndome llegar al orgasmo, para después de un momento metérsela nuevamente adentro y continuar con mi suplicio.

A media mañana se levantaron y después de amordazarme se fueron, dejándome estaqueado en la cama. Recién volvió ella sola al mediodía, todavía desnuda, solo con sandalias taco alto, y quitándome la mordaza y desatándome dijo "llegó la hora de comer, estúpida, de rodillas a agradecerme"; yo me arrodillé y le dije "gracias mi dueña por darme de comer", y me respondió "con gracias sola no sirve, sino que agradecé también besándome los pies". Mientras yo le besaba los pies, tomó mis manos y nuevamente las ató juntas atrás. Y llevándome de la correa del cuello llegamos a la cocina. Allí estaba su macho, desnudo sentado en una silla, ante una mesa que tenía comida preparada que sin duda se habían hecho traer. Ella se sentó en la falda de él, metiéndose la pija en el papo, y me ordenó que me metiera bajo la mesa. Me arrodillé y cuando agachándome me introduje bajo la mesa allí recibí la orden de ella de lamer sus pies, hasta que me tocara comer a mí. Yo estaba lamiendo sus lindos pies con sandalias, cuando me dijo que descalzara un pie con la boca.

Después de un gran esfuerzo lo logré, entonces ella puso un plato bajo la mesa que contenía trozos de pan, fiambre y queso y pisándolos me ordenó que comiera los que ella tenía bajo su pie descalzo. Como tenía las manos atadas a la espalda tuve que hacerlo tomando lo trozos con la boca. Bajando otro plato que puso al lado del primero derramó sobre él un poco de vino y cuando ponía el pie en el plato del vino, debía beber vino de ese plato, y cuando el pie regresaba al plato de los alimentos, tenía que comer ellos. Así sin palabras, me informaba cuando tenía que lamer el vino y cuando debía comer. Mientras tanto ellos se daban de comer en la boca y bebían vino, y mientras lo hacían ella se movía sobre él haciendo que la pija entrara y saliera de su papo. En varias ocasiones escuché que ella llegó al orgasmo. Cuando ella lo hacía sacaba el pie del plato y haciéndome acostar boca arriba me pisaba la cara mientras gozaba, diciéndome "laméme el pie, basura de mierda, chupámelo, esclava puta" y acercándome el otro pie con sandalia me ordenaba "laméme el pie con sandalia, puta... ahora laméme el pie descalzo... oléme las sandalias, lamélas". Fue imposible no volcar. Por fin mi pija dejó salir toda la leche, pues yo cuando estuve de rodillas mi pija pasó entre mis piernas para atrás y la había tomado con las manos, y como permanecí sin soltarla me pude masturbar sin que ella lo impidiera. Ese fue el mejor postre de mi vida. Y mi esposa, satisfecha del sexo de su macho, lo acompañó hasta la puerta y lo despidió. ¿Qué será ahora de mí? Si alguien lo sabe que me lo diga. Ahora mi esposa no quiere más sexo, dice que ya se despidió de la actividad sexual. Por eso si alguien tiene una pareja, y me permite ser esclavo sexual, lo agradeceré infinitamente. Por favor, háganmelo saber en besapies21@yahoo.com.ar