No estás sola 4

Hay lineas que no deberían cruzarse.

Esa situación tan tremendamente morbosa, erótica y sucia me tenía al borde del abismo.

Mi querida hermana Patricia estaba escasos milímetros de engullir mi dura polla y yo no sabía si metérsela hasta la garganta, o salir corriendo a buscar un psiquiatra.

Y sus palabras, no ayudaron para nada

-¿Qué quieres, que te la coma?-dijo con un tono que no sabría si decir era de reproche o de deseo.

No pude decir nada, tan sólo seguí masturbándome y juraría que su boca estaba todavía más cerca.

-Por una lado te la comería, pero por otro no. Creo que tú piensas lo mismo que yo. Así que dime, ¿qué hacemos?

-No lo sé-dije entrecortadamente.

Entonces ella me agarró la polla con su mano derecha y sustituyó la mía.

-Vamos a optar por la decisión intermedia-dijo de una forma que pretendía ser razonable-.Te hago una paja y listo ¿vale?

Yo sólo pude asentir y dejarme llevar. Con la mano que le quedaba libre, comenzó a subirse sus preciosas tetas y me puso la polla entre ellas. Sí, esa fue la mejor cubana de mi vida porque sus tetas eran de otra galaxia.

Lo que más me perturbó fue que ella no rehuía mi mirada. Mi cara debería ser un poema, mientras que la suya parecía reflejar que le gustaba la situación.

-Te está gustando nene, disfrútalo y ya está.

-Sí, lo hago.

-No, se te nota que tu cuerpo dice una cosa y tu cabeza dice otra.

Sin duda, ella siempre había ido un paso por delante.

-Mañana vamos a ir a ese local, y vamos a hartarnos de follar, lo necesitamos-sentenció.

El placer que me estaba proporcionando con sus pechos mojados y enjabonados, es muy difícil de describir en palabras, hay que sentirlo. Cerré los ojos y me dejé llevar, pero esto duro poco.

-Nene, sujétamelas tú-solicitó

Cuando salí del trance, agarré sus pechos por los costados y los apreté contra mi polla

-Fóllamelas tetas nene-suplicó.

Cuando bajó sus manos en dirección a su coño, mezclado con esas palabras perdí toda noción fraternal, y empecé a follarle las tetas con ansia.

-Sí que me gusta Patri, me encanta tus tetas

Patri siguió masturbándose y bajó su cabeza hasta apoyarla en mi vientre. Su boca volvía a acercarse peligrosamente y yo cada vez tenía más ganas de metérsela en la boca.

-Joder nene, me voy a correr otra vez.

La cogí del pelo y la tiré hacia atrás, nos miramos llenos de deseo pero ninguno se atrevió a dar un paso más

-Me corró-grité al mismo tiempo que eyaculaba sobre sus pechos

Ella volvió a bajar la cabeza y a emitir gemidos cada vez más frecuentes y estridentes. Se estaba corriendo, desnuda, de rodillas en una ducha con la polla de su hermano apoyada en sus tetas.

La volví a coger del pelo y pude observar claramente como recorría su labio superior con su lengua, se estaba relamiendo de gusto con los ojos cerrados. En ese momento los abrió y no se me ocurrió otra cosa que plantarle un beso en la boca. Pero no fue un beso apasionado, ni de amor. Fue un beso de agradecimiento.

Así lo sintió ella, porque ninguno de los dos abrió la boca ni se retiró.

Patricia se levantó y me abrazó, los dos desnudos bajo la ducha abrazados, superando la vergüenza, superando el deseo irrefrenable. Pero unidos.

Tras esa noche ambos sabíamos que nada sería igual,  y quizá quisiéramos que no lo fuera.

Nos secamos, nos metimos en la cama y nos miramos suspirando

-¿Cómo te sientes?-le pregunté

-Confusa-respondió-pero bien.

-Ya, yo también. ¿Qué hacemos ahora?

-Pues dormir, ¿no? O tienes más ganas de marcha?

Se había puesto una camiseta muy ajustada y el short de otras noches. En esa postura no podía verla nada, pero era más erótico así.

-La verdad que estoy tan alterado, que no puedo decirte que no tenga ganas de marcha.

Ella soltó una gran carcajada y se puso boca arriba.

-¿De que te ríes?-pregunté

-Pues de que por algo somos hermanos

-No entiendo

Volvió a reírse, giró la cabeza y se mordió los labios. Me cogió la mano y la metió debajo de sus shorts y me la pasó por sus labios vaginales y su clítoris. Estaba mojada.

-Esto es muy extraño nene, pero desde la otra noche ando caliente perdida. Me siento sucia, asqueada, pero terriblemente cachonda y no sé qué va a salir de todo esto.

Suspiré hondo pero no retiré la mano de su coño.

-Ya, yo estoy igual. Patri, tengo que confesarte una cosa-dije mientras mis dedos se deslizaban por sus labios vaginales muy lentamente.

-¿Me vas a contar que la otra noche estuviste hurgando en mi culo mientras estaba borracha?-dijo con una amplia sonrisa.

Me quedé paralizado, incluida mi mano

-Pero no pares tonto-y ella mismo volvió a mover mis dedos sobre sus labios vaginales.

Con la mano que le quedaba libre, se bajó los tirantes de la camiseta dejando al descubierto nuevamente sus pechos.

-Cómetelos nene, sé que lo estás deseando.

Y en ese momento le metí un dedo hasta el fondo de su coño, lo cual la provocó un gemido y que arqueara su cuerpo.

No duré y atrapé su pezón derecho con mis lo que la provocó otro gemido, gemido que se volvió a repetir cuando la introduje un segundo dedo en su ya encharcada rajita.

Continué devorando su pecho, mientras mis dedos la penetraban hasta mis nudillos.

-Vamos, haz que me corra o te pediré que me folles-suplicó

Dudé que decir en esos momentos, pero el momento merecía la frase que la susurré al oído.

-Córrete pronto Patri o te pondré a 4 patas y te meteré mi rabo hasta el fondo.

Ella soltó un bufido y se giró hasta encontrar mi boca. Este beso sí fue apasionado, nuestras lenguas se entrelazaron y ella me mordió el labio.

-¿Te gustaría follarme cabrón?

A pesar del momento, era capaz de controlar la situación, estaba cachondo pero no en el punto de no retorno que estaba ella.

-¿Te gustaría que te follara ahora mismo?-le respondí

Pero antes de que pudiera responder, empezó a gritar fruto del orgasmo que le sobrevenía.

Su coño empezó a encharcarse aún más si cabe, y aproveché para comerme de nuevo sus preciosas tetas.

Poco a poco fue calmándose y saqué mi mano de su entrepierna.  Ella se giró y me plantó el mismo beso que le planté yo en la ducha.

Cuando se calmó un poco, me sonrió.

-Uff nene, que orgasmo...

-¿Mejor que el de la ducha?

-Casi siempre es mejor cuando te lo hacen en lugar de hacerlo tú sola.

Sonreímos y ambos nos pusimos a mirar al techo.

-Tenemos que ir a ese sitio mañana mismo-dije

-Sí, tenemos que ir cuanto antes.

Nos volvimos a mirar. Ninguno dijo nada, ambos sabíamos porque teníamos que ir cuanto antes a ese local.

Tras asearnos un poco, nos dispusimos a dormir.  Pero era imposible hacerlo. No paraba de dar vueltas, ella igualmente.

Inevitablemente quedamos uno en frente del otro.

-¿Por qué no me dijiste nada de...digamos mi pequeño incidente?-pregunté

Ella sonrió y se volvió a morder el labio.

-Porque me hizo gracia. Si te lo llego a decir en aquel momento, creo que hubiera sido muy malo. Te hubieras rayado y yo posiblemente me hubiera marchado.

Asentí, siempre dos pasos por delante.

-La verdad es que tienes un buen culamen, petarda-le dije al mismo tiempo que le daba un azote en el lateral de su nalga izquierda

-Umm, ¿te gusta mi culo?

Dudé si estaba en modo simpática o morbosa. Así que volví a azotarla

-Patri, me encanta tu culo

-Ufff. espera, espera...¿Qué hacemos?-volvió a cortarme, pero nuevamente con un tono indescifrable. Notó en mi cara que me había preocupado.

-No, no te rayes, tan solo preguntaba que, qué hacemos ahora?-sonrío

Solté una carcajada

-No te cansas de jugar eh, niña mala-repliqué divertido. Y la volví a soltar otro azote.

-Deja los azotes para mañana-y me dio un beso en la boca. No en los labios, sino un buen beso con un poco de lengua.

No dijimos más.

No pude dormir apenas, eran casi las 6 de la mañana y durante las dos horas que faltaban para levantarme di dos o tres cabezadas.

El despertador sonó implacable, y como estaba todavía alterado me levanté.

Me fui de la habitación no sin antes  contemplarla. Estaba de lado pero ligeramente boca abajo.

Esta vez no dudé, y le abrí bien el culo para mirarle el coño. De buena gana se lo hubiera comido, pero no era el momento.

Me fui, esta vez sin culpa, agotado pero contento. Habíamos cruzado una línea que no sabríamos donde nos llevaría, pero ambos parecíamos disfrutarlo.

Trabajé sin ganas y pendiente del móvil. Cuando vi a Patricia conectada, la escribí. No obtuve respuesta. Lo dejé pasar porque necesitaba concentrarme.

Pero durante todo el día fue así, la llamé, la escribí pero nada.

Llegué a casa antes de tiempo, y ella no estaba. Me alegré de pensar que su maleta seguía allí.

Pasaron las horas y no daba señales de vida, excepto por verla online en su teléfono.

Se hizo de noche, las 2 las tres. Yo estaba roto, y me quedé dormido en el sofá.

A la mañana siguiente Patricia seguía sin dar señales de vida. La preocupación ya tomó un cariz distinto. No temía por un posible sentimiento de culpa y huida, sino que temía por su vida.

Me duché y vestí a toda prisa, y cuando me disponía a salir recibí un mensaje suyo.

Se había quedado sin batería, y hasta ahora no había podido cargarlo. Por lo visto había ligado y se había quedado a dormir en casa del chico.

Sentí celos, y en ese momento supe que mi hermana significaba algo más para mi.

En los mensajes, me pedía disculpas y me dijo que me fuera a trabajar tranquilo

Obviamente apenas pude trabajar tranquilo, y cuando llegué a casa de vuelta, la encontré sentada en el sofá. Tan sexy como siempre.

Se levantó entre lágrimas y nos fundimos en un fuerte abrazo. Lloramos ambos.

Nos miramos, y no hizo falta decir nada. Volvimos a abrazarnos y en ese momento me di cuenta nuevamente de sus pechos. Me separé porque no era momento para calenturas.

La cogí de la mano y nos sentamos

-Patri, no sé si quiero que te quedes o que te marches-le dije con pena

-No te preocupes, creo que mañana mismo me voy

Ambos nos miramos apenados, la carne había sido demasiado débil y lo había arruinado todo.

-¿Salimos a cenar  para despedirnos?-le pregunté

Ella asintió sin decir nada, y con una asepsia total nos duchamos y vestimos por separado. No obstante, su escote y su falda no faltaron a la cita.

Fuimos en coche hasta una zona alejada de restaurantes tranquilos, donde ella había estado la noche anterior con su ligue.

-Es que vi un Griego que tenía una pinta estupenda pero este tío no quiso entrar-protestó

-¿No lo pasaste bien?-pregunté intrigado

-Regular, la verdad-contestó resignada

No quise indagar más, pero los celos disminuyeron al escuchar eso.

La cena fue tensa, charlando de cosas banales. Pero se veía interrumpida por continuos mensajes en su móvil.

-No quiero ser cotilla, pero es molesto. ¿Lo pones en modo avión porfa?

-Espera que le llamo y termino antes-Patricia se alejó de la mesa pero pude verla en la distancia.

No estaba teniendo una conversación agradable; finalmente colgó y se reunió conmigo

No le pregunté nada, y volvimos a la charla trivial.  La situación empezaba a ser molesta así que tuve que soltar lo que llevaba dentro

-¿Te está molestando el tío de anoche?-inquirí

-No es nada en serio-se defendió.

-Patri, es la ultima noche juntos. Vamos a pasarlo bien ¿vale?

Ella suspiró y dijo.

-Nene. vámonos ahora mismo al local swinger que teníamos planeado.

Tardé décimas de segundo en pedir la cuenta.

Esa noche sería una buena despedida.

Continuará...

Lamento le retraso en publicar esta parte, pero si te gusta, déjame un comentario que me motive a seguir escribiendo.