No deseeis la mujer de tu projimo... (1)
Dialogo intimo entre compadres hace a alfredo desear ardientemente a la mujer de projimo...
NO DESEEIS LA MUJER DE TU PROJIMO
DIALOGO INTIMO ENTRE COMPADRES
Irene, de treinta y dos años, fuera de poseer un cuerpo bien formado, voluptuoso y de curvas llamativas, la dulzura y sensualidad de su rostro la hacían apetecible para cualquier hombre y en especial para Alfredo, que ha tenido la suerte de estar cerca de ella desde hace algunos años por el lazo de amistad que tiene con su esposo, ya que ambos eran compañeros de labores en una Empresa Importadora, lo que gracias a esa amistad, Irene y su marido se transformaron en padrinos de bautizo de Carlitos, hijo de Alfredo y Mónica, su mujer. Situación que los acercó sin ambages para compartir la amistad entre familias.
Los irrefrenables deseos sexuales de Alfredo, por la mujer de su amigo Prójimo Carlos, que para este relato conoceremos sólo como Carlos, diremos que esos instintos siempre habían estado latentes en su mente y en sus fantasías, ya que ella era una mujer que no pasaba desapercibida donde fuera que estuviera, se sabía atractiva, alta para el promedio normal, un físico que era envidia de sus amigas y de inquietud para sus admiradores.
Para Alfredo este fuerte atractivo aumentó considerablemente, después de aquella noche en que juntos a Carlos, decidieron pasar a tomarse un buen vino a ese bar cercano a la oficina donde ellos laboraban y que muy de tarde en tarde frecuentaban. Allí y luego de la primera botella, decidieron pedir algo de alimentación para servirse, apareciendo un delicioso lomo de cerdo al horno con puré y ensalada, esto había que amenizarlo con más vino y conversación, mientras a sus oídos llegaba el ruido ambiente de los parroquianos asiduos al lugar y un dúo de guitarristas que cantaban entre las mesas, trasnochados boleros del popular grupo mexicano "Los Panchos"
Alfredo estaba al tanto de la dolencia a la próstata que padecía prematuramente su Compadre Carlos, para lo cual hacía menos de un año lo habían sometido a una intervención quirúrgica en una Clínica de Santiago de Chile. También sabía Alfredo, que Carlos en estado normal, nada se le podía sacar de sus intimidades y menos las que lo ligaban a su apetecida mujer, pero con unas copas en el cuerpo y después de sus padecimientos, intentó llevar la conversación hacia allá e inquirir mayores antecedentes de Irene por la boca de su propio marido. Así esa noche y a insistencia de su Compadre Alfredo, se fue abriendo lentamente y le confidenció, que le preocupaba mucho el tener una mujer como la que tenía y que su enfermedad le impedía satisfacerla sexualmente, ya que después de la operación, sólo había logrado tener sexo en muy precarias condiciones, esto lo acongojaba anímicamente, aunque para revalidar su capacidad sexual, bajaba el tono de su voz y acercaba su cabeza a la de su compadre y le secreteaba sus vivencias de un pasado no muy lejano.
¡Yo creo Compadre, que mi Dios, me castigó con esto!.
¿Pero no se ponga así Carlitos? --- ¡ No le eche la culpa a Dios! --- Esa es una enfermedad que la puede padecer cualquier persona, claro que a Usted lo atacó más joven nada más.
Si pero eso es un castigo de Dios Compadre --- insistía --- Usted que es mi mejor amigo me conoce como fui yo de mujeriego y a todas les daba su "papita" y todavía me quedaban ganas de hacérselo a mi mujer. Perdóneme Compadre, si hablo carajadas, pero no debí haberme portado así con mi Irene, no debí andar buscando otras entretenciones en mujeres que no le llegan ni a los talones, porque usted no me puede dejar de mentiroso --- ¡ cresta que me salió tremenda mi morenaza!.....¡ Salud!.....
Si Compadre, Irene es una excelente mujer por donde se le mire y usted debe ser un agradecido del destino y de Dios por la tremenda hembra que le dio como compañera, y perdóneme la confianza Compadre, pero hasta yo lo he envidiado siempre a usted, por la tremenda suerte que tuvo con ella. ¿Porque usted cree que si la pobrecita hubiese sido feuchita y de físico esmirriado o poco atractivo? --- ¿ íbamos a estar hablando de ella en la forma que lo hacemos ?--- ¡ No pues Compadre!.
Si está bien lo que usted dice compadre, debo reconocer de ser un tipo con suerte al tenerla a ella y aunque fuera de las embarradas que me he mandado, la he tratado de hacer feliz y nos entendimos muy bien; a pesar de no haber podido concebir hijos por un problema de ella, pero por empeño no nos quedábamos.
¿Será problema de ella y no suyo Compadre?--- rió Alfredo.
Usted bien lo sabe compadre, fuera de estar comprobado médicamente, también está comprobado en la practica,
¿Cómo en la practica? --- Eso no lo entiendo.
Yo le voy a confiar un secreto Compadrito y esto es para usted no más, por que usted es como mi otro yo, que me aconseja y me da confianza, porque lo poco que domino la sicología de las personas; el ser humano es débil compadre y todos tenemos una doble personalidad, una la normal, la que damos a conocer en nuestra vida diaria y por lo que se nos admira o respeta y la otra es la intima, la que llevamos solapadamente escondida, la de los instintos, buenos, perversos a veces, también animal, la que nos domina por la excitación del sexo o por la embriaguez del alcohol, así como estoy yo ahora --- embriagado hablando puras cabezas de pescado --- ¿Verdad?
¡Compadrito ! --- interrumpió Alfredo-- lo que usted acaba de decir en estos últimos minutos, perdóneme, pero es lo más cuerdo que le he escuchado en toda la noche y en mucho tiempo y de las cosas de su intimidad que usted me comente, yo siempre seré una tumba, pero que conste que no le estoy pidiendo que me cuente nada de lo suyo, ahora si usted lo quiere así, es cosa suya, ¡Estamos!
¡Correcto! --- continuó Carlos --- después de vaciar una nueva copa de vino --- Cuando empecé a sentir los primeros síntomas de mi enfermedad, notaba que me fallaba la erección cuando quería fornicar con Irene y eso me preocupaba, pues estábamos acostumbrado a hacerlo casi todos los días y en cualquier parte, ella siempre estaba dispuesta y preparada y si un día no se lo hacía, al llegar al día siguiente, la encontraba desesperada por que le faltaba su alimento, por lo tanto imagínese con ese volcán encendido en la cama y no poder apagar el fuego, es algo que no le doy ni a mi peor enemigo.
¿ Y que hacía compadre?
Lo que podía y otras veces nada, por lo que ella quedaba súper encendida y se veía obligada a sacar debajo de la almohada un siempre listo miembro sintético que muy lubricado se lo perdía todo en su ardiente vagina, mientras yo la acariciaba por todos lados y le ayudaba con fantasías erótica mientras ella se satisfacía una y otra vez con el milagroso aparato hasta quedar agotada.
O sea que usted estaba enfermo de la próstata y mi Comadre enferma de caliente.
Así fue no mas Compadre y lo peor es que nuestras mentes empezaron a trabajar conectadas a nuestros genitales y nos dábamos a las tareas mas impensables, yo me la llevaba a una tienda y le compraba la ropa más fina y más sexy que ha ella le gustaba, los sábados por la noche salíamos a comer a un buen restaurante, para después irnos a bailar a algún lugar concurrido, Ud., sabe lo lindo que baila y como se mueve en la pista mi morenaza, Con esas falditas cortas o esos pantaloncitos ajustado, dejaba a los tipos acabando solos Compadre --- se lo prometo --- Después que bailábamos un par de piezas para mostrar la mercancia, yo me hacía el leso y me distraía conversando con cualquier persona y en un segundo aparecían los tipos mas capos del local con unas tremendas "pintas" y se hacían los lindos para sacarla a bailar, yo los dejaba no más, hasta me excitaba cuando veía a los tipos ardiendo por mi mujercita"e incluso yo la instruía, diciéndole que les dijera que entre nosotros no pasaba nada, que éramos como medios hermanos e incluso que yo era medio "Gay".
Esa cosa compadre Carlos, es jugar con fuego ----- ¿Nunca temió quemarse?.
A los dos nos encantaba el jueguito y ambos gozábamos de ello, cuando retornábamos a casa, mi mujercita llegaba más caliente que una fragua con tanto miembro que dejaba parado y ahí yo hacía un esfuerzo supremo por satisfacerla o le aplicaba una buena sesión de consolador, con uno nuevo que le regalé y que bautizamos como el "Poderoso" en recuerdo de un burro que tenía ese nombre y que conocimos algunos años atrás, en una linda Posada en un paraje pre-cordillerano, donde pasamos unas vacaciones inolvidables, debo argumentar que esos parajes son pequeños valles en las estribaciones cordilleranas de Los Andes Chile, donde subsisten pequeños agricultores con alguna crianza de ganado de todo tipo y algunos con mentalidad mas comercial construyen algunas posadas para darle cabida a gente que gusta en vacaciones de la Cordillera en vez de las playas del litoral. Esa gente pasan gran parte del año a solas imbuidos en sus quehaceres campestres. Ahí en ese lugar conocimos a "Poderoso" burro macho que no dejaba mula o yegua en celo que no se montaba, para que le cuento, que mi Irene, no se perdía detalles de esas tremendas fornicadas de "Poderoso" y como descubrimos además un refugio secreto cercano donde el animal demostraba sus dotes, la muy caliente mientras no se perdía detalle de las montas que hacía Poderoso, se bajaba los jeans y calzoncitos y me suplicaba que la penetrara mientras ella se deleitaba con el acto animal. Terminaba estruendosamente pidiéndome casi a gritos que le trajera al burro, para que le digo Compadre, calientes de sexo como estábamos en más de una oportunidad estuve tentado de cumplir con sus deseos, pero era mucha verga para esa excitante "zorrita", asi que prefería que acabara conmigo. Si algo rico posee mi mujercita, fuera de su físico y su manera de ser, es la forma como le vienen los orgasmos cuando esta súper excitada, no hay otra igual, pero frente a lo que le ofrecía ese suertudo burro, acababa en forma extraordinaria y el que pagaba los platos rotos después era yo.
Ahí en la Posada se hizo muy amiga de la mujer del dueño, Hellen, 38, una tremenda mujer de aspecto nórdico, que bajo sus rudimentarias vestimentas de campo, ocultaba un cuerpo para extasiarse de él, sus padres habían llegado de Suecia hacia algunos años. Ella se casó con un hombre bastante mayor que en ese entonces cruzaba los sesenta años Me decía Irene, que ese matrimonio ahí en los semi soledades de esos parajes, practicaban la zoofilia, o sea el acto sexual con animales, que a él le fascinaba desvirginar a hembritas nuevas antes de cruzarlas y que Hellen, mantenía en sus corrales o pesebreras unos cinco machos de distintas razas, bien cuidados y alimentados, entre los que se podían distinguir un potrito pequeño llamados "Pony o Falabellas", un hermoso macho cabrío, un precioso carnero alpino. Hellen asistida por su marido, le contó a Irene que en más de alguna ocasión le había aguantado la gran verga a "Poderoso" , claro está que un trozo no más porque el marido se la regulaba, pero en lo que la mujer no tenía restricciones era con su ovejero alemán, quien se había constituido en su gran entretención de la "Gringa". Una tarde salió Irene con Hellen y se perdieron por unas buenas horas, la vi retornar demacrada y maltrecha, aunque de muy buen animo y sonriente, claro que en la noche no me permitió que ni la tocara y menos hacer el amor, porque me decía que estaba muy adolorida. Nunca quiso confesarme lo que habían hecho, aunque yo tengo toda la impresión Compadre, que la muy caliente de mi mujer se dio una gran sesión de sexo duro con la Hellen, su perro y capaz que hasta haya probado una buena parte del burrito "Poderoso". Y le digo esto, pues por las tardes, yo me hacía mi buena siesta y ella desaparecía con su amiga "Gringa", hablaban en secreto y volvía después ojerosa y sin ganas de nada. Además pues compadre que a Irene, después de esas vacaciones adora los perros y no le llaman la atención los perros chicos, si no su predilección son los de raza grande y todo este tiempo me ha estado insistiendo que compremos uno.
Muy sospechosa la situación pues Compadre, agregaba el sorprendido y entusiasmado Alfredo.
Ya le he relatado que después que retornábamos de esos bailables, nos metíamos a nuestra cama a gozar de lo lindo y así nos desquitábamos entre los dos --- y en medio del acto yo lo interrumpía para preguntarle por los hombres que habían bailado con ella y cuales eran sus proposiciones que yo veía que le hacían. --- Para que le cuento Compadre --- todos se mostraban calientes por llevársela a la cama --- y cuando acababa o le llegaba el orgasmo, lo único que pedía la muy cachonda es que la dejara fornicar con alguno de ellos.
En una oportunidad y para festejar el inicio de mis vacaciones, nos fuimos a bailar a un lugar súper exclusivo para gente de adinerada, una amiga le había contado algunas cosas de ese lugar por lo que me dijo que si la dejaba actuar a ella nos iba a salir gratis todo. Su atractivo sensual y su lindo físico no pasaron desapercibidos, menos para tres tipazos de aspecto árabe que estaban en una mesa cercana. Recién nos estábamos tomando el aperitivo cuando se acercó el garzón y le preguntó a Irene si yo era su marido o amigo, ella se apresuró en decirle que sólo éramos amigos y para rematar le indicó que yo era medio gay.
Diez minutos más tarde y a insistencia de los árabes fuimos invitados a su mesa departiendo con ellos exquisitos platos y tragos, sólo uno de ellos hablaba castellano a medias, pero algo se entendían en ingles con Irene, quien vivió tres años en Los Ángeles Calif.. La velada estuvo sensacional y los tres árabes no se perdían detalle de los movimientos de mi mujer y ella no se cansaba de coquetearles en ingles. Del restaurante fuimos invitados a una casa que arrendaban en un barrio exclusivo, a todo lujo, Ahí los esperaba otra mujer relativamente joven, un tanto excedida en kilos que cuidaba la casa y al parecer también les daba servicio de cama a los árabes. Allí siguieron los tragos y la fiesta. Lo único que recuerdo es que me hicieron fumar de un artefacto donde le salen unas mangueras que terminan en una boquilla. Después de eso no supe de mi, desperté no se cómo, al día siguiente en mi casa, como a las siete de la tarde, con una resaca del porte de un buque y mi mujer por ninguna parte. Me preocupé mucho y a la vez me recriminaba solo, pues me sentía culpable de lo que a ella le pudiera pasar, aunque me tranquilizaba que los tipos eran decentes, pero no tenía ninguna pista de ellos, fuera de recordarme que vivían en algún lugar de ese barrio. Me tomé un analgésico para el dolor de cabeza y no fui capaz de levantarme, me sentía como las pelotas compadre, volví a dormirme.
A eso de las doce de la noche me llamó el árabe que hablaba algo de castellano, diciéndome:
¡Hola amigo! --- Te llamo para tranquilizarte y decirte que tu Irene esta muy bien.
Ah, que bueno --- fue lo único que se me ocurrió decirle --- A lo lejos escuchaba voces de hombres y la risa característica de mi morenaza, le suplique al árabe de m... que me diera la dirección para ir a buscarla, pero se fue de negativa .
No te preocupes amigo, mañana te la llevaremos sin falta y te haremos un buen regalo.
Lo mandé a buena parte con su regalo --- le grite enojado --- Que se imaginan que mi mujer es ramera .,.. m.... O me traen a mi mujer en una hora más, o los denuncio a la policía por secuestro.
¿Como secuestro amigo? --- si tu mismo viniste con ella hasta acá y cuando te fuimos a dejar a tu casa, le diste permiso para que ella se quedara con nosotros --- Eso, tengo entendido, no es secuestro acá.
Bien, pero quiero hablar con mi mujer, ahora.
Al parecer cambiaron de teléfono y después de esperar un tanto, sentí a mi mujercita bastante agitada, parecía que se la estaban fornicando firme, porque escuchaba que le pedía al árabe, que se tranquilizara y el tipo la clavaba mas fuerte y al final escuchaba puros chillidos y gemidos.
¿Qué pasa mi amor! --- ¿Te están culiando?
¡OH! --- ¿Qué crees tu?--- no me lo han sacado desde anoche mi amor --- Me respondió medio ebria y contagiada de la risa. --- colgué resignado Compadre.
¿Ah! --- se la pusieron dura los árabes "Compadrito"
¡Claro que si ! --- dormí poco esa noche pensando la media orgía que se estarían dando los jeques con mi caliente mujer y a mí los celos me tenían muy mal.
Al otro día me la trajeron de vuelta como a las dos de la tarde, se veía sonriente y feliz, aunque ojerosa y demacrada, en su bolso traía dos boletos de avión a Cancún y un fajo de verdes dólares que sumados eran como cinco veces mi sueldo. Aunque estaba furioso conmigo mismo por lo sucedido, pensaba que también era la respuesta a lo que íntimamente andaba buscando con la complicidad de mi mujercita y los riesgos que debíamos asumir en esta aventura estaban ahí hecho realidad, por lo que opte por no reprocharle nada a ella, aunque después conversamos largamente el tema sin recriminaciones, también me comento todo, con lujos y detalles, la trataron como una verdadera reina, me relataba como extasiada que se la habían fornicado los tres en todas las poses, tuvo sexo como nunca lo había imaginado, inclusive con participación de la rubia Ama de Llaves que le metió le lengua hasta el cerebro. Me decía que se sacó del cuerpo todos los orgasmos que tenía acumulados e hizo acabar con delirio a los tres, aunque me contaba Compadrito, que al final quien se apoderó de ella y que era como el jefe, fue un tal Said, que poseía una capacidad copulativa extraordinaria y era el más vergón de los tres. Eso me produjo algo de celo, por que no soy de hierro, pero con mi calentura se me pasó de inmediato a tal punto que como hacía algunos años atrás se me erecto firme este diablo y le eché la cacha mas rica de mucho tiempo.
Yo creo Compadre que usted, exagera o se pasa películas con mi comadre porque me cuesta creer una cosa así.
¡Nada de películas Compadrito! --- ¿ No se acuerda de mi viaje a Cancún? --- ¿Con que dinero cree que iba hacer ese viajecito y en esas condiciones ?---- lo que le he contado es la pura y santa verdad, y se lo cuento a usted con lujo de detalles, es porque es mi compadre y mi mejor amigo y esta es la primera vez que le cuento a alguien estas intimidades.
Pero no me cuente esas cosas compadre que son exclusivamente suyas Usted sabe cuanto los estimo a los dos. Existe un viejo adagio que expresa: "Se dice que los ebrios y los niños siempre dicen la verdad" y ahora que estamos con unos tragos yo me sumo a ello y quiero decirle una gran verdad Compadre.
¿Y se puede saber esa verdad Compadre?
Bueno, --- Dijo Alfredo, pensando muy bien lo que iba a comentar --- Yo siempre y usted lo sabe, lo he envidiado a usted por su tremenda suerte de haberse encontrado la mujer que se encontró, bonita , buen pellejo, más sensual que la cresta, con ese par de piernas que a mi me dejan bizco a veces, por eso le pido no me cuente esas cosas, no ve que uno tiene su corazoncito de macho y yo no soy de piedra pues compadre. Además en las condiciones que está usted ahora, tiene que cuidarse y cuidar a su mujer, no ve que de repente se va a calentar con un tipo con plata y lo va a dejar a Usted, mirando la vitrina y ahí va a empezar su desgracia.
Yo se --- continuó Alfredo --- que ustedes siguen saliendo a bailar los fines de semana y por mi experiencia, a ese tipo de mujer como mi comadre, perdóneme que se lo diga y usted lo ha comprobado, el hombre debe gastarse un buen miembro y tener la capacidad copulativa del león, pues es sabido que el león cuando la leona se pone en celo, ello le dura tres días pero fustiga al macho elegido, para que se la monte cada quince minutos y si el macho después de las primeras montadas no puede más, ella a la hora siguiente se busca otro macho joven para que continúe la obra y así se asegura de quedar preñada. Entonces mi consejo es que usted tiene una tremenda leona en permanente celo y que usted ya no se la puede montar como quisiera por lo que mi sugerencia es que, no le ande regalando esa carne de filete a las hienas o a los buitres, para eso le queda la lengua, los dedos y por último el consolador es una buena solución y la hace gozar igual, si no a la palomita le van a seguir gustando los jeques árabes y se le va a perder no por dos días, sino por semanas completas.
¡Que tal! --- que le salió larga y bonita la versaina compadre Alfredo, pero no es para tanto, Usted le pone mucho color o yo estoy borracho y hablando puras macanas --- Perdón Compadre, pero vamos caminando ante que la siga embarrando y usted se enoje conmigo.
Esa noche Alfredo pasó en su auto a dejar a Carlos a la puerta de su casa, Pero Carlos con los tragos haciendo efervescencia en su cerebro, no dejó irse a su amigo sin antes invitarle a servirse el bajativo de rigor. La noche se presentaba con esa calidez típica de mediados de Noviembre, en el hemisferio Sur, con una temperatura que bordeaba los veintiún grados, Irene que al parecer ya se había dormido profundamente, ni soñaba lo que estaba próximo a suceder al interior de su hogar, el reloj marcaba las 01,30 AM..
Este relato continua con el mismo titulo pero con el número 2, no se lo pierda