No aguanté más...
Yo no paraba de ver y pajearme lentamente como si estuviera ido o medicado, tuve que ir a mi habitación, estaba más que caliente, mi ropa ardía así que me la quite, con la pija parada y babosa me acerqué nuevamente a espiar.
No aguanté más...
Mis padres estaban otra vez en su habitación con la puerta mal cerrada, cogiendo, cuando enganche la escena, mamá estaba debajo de él, con los pies en la cama empujando su sexo contra el de mi viejo, se notaban los años que llevaban juntos, estaban totalmente compenetrados, sincronizados.
Irene acariciaba a José con lujuria, con pasión, con ese deseo de quienes verdaderamente están enamorados, papá le daba caña como si fuera la primera vez juntos, entraba y salía igual en ritmo y fuerza, lo que ambos disfrutaban.
Yo no paraba de ver y pajearme lentamente como si estuviera ido o medicado, tuve que ir a mi habitación, estaba más que caliente, mi ropa ardía así que me la quite, con la pija parada y babosa me acerqué nuevamente a espiar.
De un momento a otro papá se fue para atrás saliéndose del interior de mamá quién levantando y cruzando una pierna se fue dando la vuelta mirando fijamente a los ojos de papá, cachonda, sexy y segura.
Mi viejo retrocedió de rodillas, mientras ella que se sostenía de la cabecera esperaba que se la vuelva a meter. Cuando la tuvo dentro le dijo "no te muevas" y fue ella quién llevaba la batuta ahora, era verdaderamente escandaloso como ella empujaba y se restregaba en él.
Empujando con el culo a papá éste quedó sentado sobre sus talones y mamá sentada sobre su pene. Deseé ser José en ese momento. Ella subía y bajaba gozándolo o saltaba sobre él, pero lo que más me gustó fué cuando se le pegó y solo movía la cintura en círculos y de atrás hacia adelante, él tenía ambas manos pegadas a sus tetas, mamá se acariciaba el clítoris y la pierna de José.
Cuando Irene se levantó de él, pude verle todo: ano y concha, ella girando lo empujó suavemente con la mano en el pecho y éste cayó de espaldas sonriendo, su pija durísima golpeó sus abdominales.
"No cerraste la puerta" dijo, "no importa" dijo él, "nos puede ver", "entonces subite y apúrate".
Ella hizo caso y creo que hasta se dió cuenta que estaba desnudo detrás de su puerta con la pija babeando en mi mano.
Lo digo por cómo parecía que miraba hacia mí cuando lo hacían, miraba hacia la puerta cuando saltaba sobre él o le ponía los pezones en la boca y se contoneaba suavemente o cuando apoyando los pies en la cama y las palmas hacia atrás se abría toda para el placer de los tres.
Después de mucho papá acabó dentro suyo y la invitó a ducharse con él, mamá solo dijo quiero tener un rato más tu leche dentro.
Yo me fui a mi habitación, pero la excitación me cegó... volví, entré a su dormitorio; ella sonreía con los ojos cerrados repasando lo que había sucedido como soñando, la encontré con las piernas abiertas acariciando su pezón, con un pie en la cama y el otro en el suelo.
Aprovechando los 20 minutos que tarda papá en el baño tapé fuerte la boca de Irene con la mano aplastando su cabeza en la almohada mientras volvía a estar dentro suyo, se resistió pero en pocos minutos cedió, aflojé la fuerza con la que la silenciaba y pudo quitar mi mano de sus labios; cruzando sus dedos en mi nuca levantó su torso comiéndome la boca, me la cogí de parados, fue muy intenso, cuando terminé la bajé suavemente a su cama cuando me iba a ir me sostuvo la mano y estirándome hacia ella me dió un beso más.
Cuando dejé la puerta entreabierta papá le pregunto: "no te vas a bañar?", "No, quiero tener está leche un rato más", me di vuelta al oírlo y ahí estaba todavía agitada mientras degustaba mi semilla con un dedo.