Nnn, nnn...

(No, No), vació, aunque para mi fue como si escuchara Nnn, Nnn... salido de su vientre, con su boca estática y su mirada puesta en cualquier cosa menos en mi.

NNN, NNN...

Nnn, Nnn... (no, no) dejémoslo así y no volvamos a hablar de eso.

Pues si ella lo decía; ni modo, además después de eso, no habíamos vuelto a hablar de nada... y yo que le escribí el día de su cumpleaños sin obtener respuesta alguna: que de cualquier forma la quería mucho (como primo, amigo, confidente o amante) y que siempre la he querido. Si no fuera porque un día la encontré en el msn, mejor dicho porque un día entre varios me respondió en el msn, de no ser así ni siquiera me hubiera escrito su displicente (No, No), vació, aunque para mi fue como si escuchara Nnn, Nnn... salido de su vientre, con su boca estática y su mirada puesta en cualquier cosa menos en mi.

Si fuera displicente no me gustaría tanto, es solo que su cuerpo esta lejano y su alma mas aun.

Y fue justo cuando yo estaba lejos de verdad, en otro país y a punto de casarme, cuando ella me mostró algo de su vida, demasiado diría yo, que siempre la he deseado y querido, desde que era una niña, desde que se asustaba con mis intentos por aproximarme; ella es mi versión de Blancanieves, tal cual como la describe el cuento... y si algún día pude besarla con mutua pasión vampirica, ella al otro día se encerraba en una bóveda de cristal para dormir durante meses sin volver a dirigirme la palabra siguiendo con su vida cotidiana al lado de su príncipe.

Esta vez me dijo que después de varios años de una vida dedicada y responsable en todas sus facetas, necesitaba ser infiel, me lo decía a mi que le había confesado cosas mas intensas respecto a las mujeres que importaban en mi vida. Ya habíamos hablado de estas cosas antes de que me fuera del país, comenzábamos a ser amigos, ella sabia muy bien como mentir hasta el final... quizás si yo supiera hacerlo mi vida seria mas fácil. Es encantadora... se me hacia humana debido a la confianza que surgía, pero solo hasta que estuve muy lejos, fui abiertamente correspondido.

Resulta que su necesidad se había culminado sin satisfacción sintiéndose culpable, yo creo que no se debía a ella. Aquel amante fallido debió haberse asustado frente a semejante mujer. Se lo dije (chateando), halagándola; su inteligencia emocional superaba su destacado intelecto y profesionalismo... a mi me fascinaba su gracia y su sonrisa, ese sentido del humor sabia a lo que sabe su saliva. Creo que hay mujeres que se vuelven atractivas por ser: tiernas, interesantes o sensuales, ella tiene todas estas características de sobra... pero principalmente es femenina. Ella sabe que no miento y se lo acababa de decir, convenciéndola de que no fue su culpa (la culpa no es de nadie), alentándola para que lo volviera a intentar. Así fue como se le estaba ocurriendo algo hipotéticamente imposible... las circunstancias le daban la confianza de decirlo (de escribirlo en la pantalla, lo que nunca creí que fuera capaz de expresarme), en pocas palabras; quería conocer el país donde yo estaba, que yo fuese su anfitrión y que aprendiera a mentir, ella había probado muchos placeres deliciosos en su vida, pero nunca el incesto... me deseaba.

Mi vida personal se había complicado mucho, desde lo mas practico hasta lo mas existencial, ya no iba a casarme y había decidido regresar a mi país, sin avisarle a nadie, solo mi mama y mi hermana lo sabían. Era una tragedia que no me producía tristezas, los humanos solemos imaginarnos cosas con la mente o el corazón y hacerlas importantes dentro y fuera de nosotros, solo somos seres caprichosos y arrogantes. Yo acababa de formatear mi disco duro, de darle un reset de apatía... vació, sin nada por dentro ni por fuera, podría decidirme por alguna opción de vida aunque no me interesase la existencia misma.

Una noche después de mi viaje de regreso fue el matrimonio de una de mis primas mayores; allí me aparecí previendo que los iba a sorprender a todos y que me iban a fastidiar con sus preguntas indiscretas.

Yo solo quería verla a ella, a Blanca Nieves, a mi prima favorita.

También se sorprendió, era la única que para mi tenia derecho a hacerlo y a escuchar mi historia verdadera, además se emociono, no por que estuviera en su derecho sino por necesidad, quizás le gusto que estuviera usando un esmoquin alquilado solo para ella (puesto que usualmente no hago uso de colores ni me visto similar a algún otro ser humano). Y ella... divina, todo su atuendo femenino cuidado detalladamente, tanto así que no llevaba puesta ninguna ropa interior. Supe todas estas cosas después de que se bebió varios tragos; también me dijo lo que sentía en las entrañas, porque no estaba arrepentida de lo que antes me había expresado. El resto de la familia continuaba ausente, ignorante, comiendo, bebiendo, bailando, mientras que ella me acariciaba debajo de la mesa y me enredaba con sus piernas, yo no podía creer que tuviera iniciativas después de tantos años que he estado detrás de ella. Su madre (mi tía) se iría en un rato a otro compromiso, así que decidimos que yo no bebería ni un trago mas, para que al final me ofreciera a llevarla a su casa, junto con su hermana menor (mi otra bella primita), gentilmente... como un buen primo, especialmente para el resto de la familia.

Transcurrieron horas de ansiedad, no apropiadas para mi que no se disimular y que además debe soportar que sus otras familiares le saquen a bailar... hasta que por fin nos despedimos. Yo conducía cautelosamente sin perderme su sonrisa. Cuando llegamos me beso (después de tantos años... esos mismos labios de manzana) me hizo regresar a la maldita calle a comprar preservativos, los cuales nunca conseguí, no había nada abierto a esa hora. Al regresar mi primita (su hermana) se había ido a la casa de su novio que vive a un par de casas vecinas... estábamos totalmente solos.

Me condujo hasta su habitación, estaba mas ansiosa que yo que la he querido desde y para siempre... nunca olvidare el libido en su sonrisa, aunque se tratase de una mujer sumamente discreta, siempre femenina, estaba palpitando en la virilidad de todo mi torrente sanguíneo. Nos desplomamos en la cama, yo quería besarla delicadamente, ella quería devorarme, deje caer el peso de mi cuerpo sobre el suyo, suavemente mientras que ella abría las piernas, respire el sutil olor con el que la encontré en la fiesta; femenino, puro, sin mezclarse con el perfume, ahora además olía al alcohol de los cócteles que bebió, a sudor de hembra, feromonas y adrenalina. Parecía que fuese a ahogarse si me besaba y respiraba al mismo tiempo y yo intentando tranquilizarla un poco con besos románticos mientras que me devolvía la misma sonrisa, yo quería retener esa sonrisa y encerrarla en nuestra mirada, pero ella no podía esperar. Seguí con su cuello, sus orejas, diciéndole cuanto había deseado este momento, ella solo me respondía con sus suspiros, mis labios y mi lengua danzaron a su ritmo a través de los poros de su piel, ella sostenía mi cintura cuando yo deslizaba su vestido desnudando a sus pezones, sus manos ascendían por mi espalda estrechándome contra su cuerpo, quise escuchar su corazón pero no alcance a lograrlo, sus pezones se dilataban y oscurecían ante la blanca piel de sus senos, me estaban mirando fijamente como yo hubiese querido ver sus ojos que ahora estaban cerrados en la nada, me estaban consumiendo las pupilas... eran las tetas con las que había soñado todo mi vida, las estaba viendo, las yemas de mis dedos casi que las estaban tocando, acariciando aquellos vellos invisibles e intocables. Volví a la realidad cuando ella abrió sus ojos y dejo escapar un suave gemido, mi aliento se aceleraba empañando su nuevo olor, mi lengua y toda mi boca las levantaba de la gravedad con fuerza, mis manos descargaban todo sus dedos apretando sus carnes, mi erección buscaba posarse sobre su pelvis... mi romance se estaba volviendo erótico. Ella me miraba, sonreía, disfrutaba lo que estaba comenzando; mi lobuna bestialidad afilando los colmillos, ella no quería esperar por mas preámbulos, quería desnudarme, sentir mi equino cuerpo cabalgando. Se incorporo para agarrarme de la camisa y sacarla de mi pantalón, me apresure a desabotonarme sin ir a dañarla (porque hacia parte del alquiler), mientras tanto ella estaba lanzando su vestido y sus pantimedias quedando totalmente desnuda, yo desnude todo mi torso mientras que ella esperaba oscilando en su respiración, mirándome complacida. El deseo se hizo mas intenso ante las visiones y los cuerpos se estrellaron, se adhirieron, se frotaron, se estrecharon, intermitentemente desde el equilibrio de la simetría al caos; los ombligos, cada costilla, el pecho y el abdomen, inflándose y desocupándose por dentro. Hasta que algo me toco para que volteara a verle, sentí una leve punzada hundiéndose en mi piel, eran sus caderas suplicantes, se estaban meciendo como naufragas para que me hundiera en su marea.

Mi rostro se fue directo contra su vagina, contemplándola por un breve instante, no estaba depilada en absoluto, como una presa oculta en el follaje del bosque, lista para ser devorada; no la hice esperar y me lance hambriento con todas mis fauces, algo de razón en mi cerebro me llevo repasar cada uno de sus pliegues aleatoriamente en medio del frenesí de lo que estaba; saboreando, oliendo, tocando, viendo y escuchando estremecer muy suavemente en la humedad, sentí el roce de sus uñas aproximarse en mis mejillas, sus dedos la estaban abriendo completamente y sus piernas se abrían y elevaban para que pudiera lamerla mas adentro, algunas veces me agarraba de la cabeza o me apretaba con sus piernas como si fuera a matarme, yo respiraba con el balaceo de su pelvis y el volumen de sus gemidos que ya comenzaban a articular pequeñas palabras. Fue cuando levante mi rostro y me dijo; que viera como la ponía, como la tenia, arrecha! así que me deshice de mis pantalones en un par de segundos quedando totalmente desnudo, manteniendo mis ojos sobre los suyos y mis oídos sobre sus palabras. No alcanzo a verme totalmente... tan pronto como sintió mas cerca mi cuerpo sobre el suyo, me tomo del pené con una de sus manos para que la penetrara de inmediato. Estaba muy, muy, muy caliente y húmeda, sus piernas me abrazaban y estrangulaban junto con el resto de su cuerpo, el gesto de su rostro estaba perdido, detrás de sus dientes y párpados apretados, subían la intensidad de sus gemidos. Para entonces mis intenciones románticas estaban olvidadas y estaba dispuesto a hacérselo con mas intensidad y fuerza, agarrándola de donde fuera, del culo, de las tetas o los hombros, para metérselo mas duro y mas profundo... ella literalmente me estaba gritando hijueputazos; no se si de dolor o de placer, yo solo sabia que no debía detenerme ni bajar la intensidad, seguía sin parar con furiosa pasión, escuchándola gritar mas fuerte. Le pregunte si no la estaba lastimando, que si estaba bien? Me respondió con otro jueputa afirmativo y un "malparido que verga tan rica", mas gritos, mas jueputas y mas malparido... dentro de un solo jadeo; cada una de estas palabras se iban aferrando en mi memoria. Lo erótico se había vuelto porno y ahora si no tendría ningún tipo de compasión, teniendo en cuenta la fuerza de mi falo, pero ella lo estaba disfrutando en la embriaguez, con su rostro perdido, sus párpados y dientes apretados, diciéndome, gritándome que era un malparido con una verga muy rica, aferrándose con todo su cuerpo para que no la soltara. Luego la voltee y la puse en cuatro, ella se apoyo sobre sus rodillas y sus hombros hundiendo su cara contra las almohadas, mientras que tomaba aliento y sus manos abrían de par en par cada una de sus nalgas para que la penetrara cuanto antes, se lo hundí hasta el fondo, completamente, una y otra vez, salvajemente, agarrándola de las caderas y las tetas, clavándoselo con violencia. Me estaba hipnotizando con las oscilaciones de sus tetas colgantes y como los huesos de mi cadera y pelvis apuñalaban la carne de sus nalgas, yo estaba enajenado con el eco de su voz y la visión de su precioso culo elevándose contra mis embestidas. Humedecí uno de mis dedos con saliva para perforarle el ano, por un momento sentí el movimiento de mi pené ir y venir dentro de su cuerpo. Luego sentí como me frotaba los testículos con sus manos y a la vez se acariciaba vehemente el clítoris (una mujer que sabe masturbarse... si fuera yo quien le acompañase solitaria)... ya no iba a poder resistirlo mas, estaba punto de explotar, ella seguía gritándome el mismo discurso y añadiendo en las palabras su deseo porque le maquillase el rostro con mi semen... también estaba apunto de llegar y de no ser porque yo ya no aguantaba mas y tuve que sacárselo para no eyacularle adentro, hubiese sido por segundos un orgasmo simultaneo. Así que cuando lo noto se volteo rápidamente y comenzó a chupármelo con la carne de sus preciosos labios mientras con una mano me masturbaba y con la otra se seguía masturbando, era todo un espectáculo, ver toda su carita apoderada de mi pené por completo, lamiéndolo absolutamente todo, chupándolo hasta donde podía, mirándome fijamente a los ojos mientras tenia un orgasmo con sus manos y se tragaba todo mi semen por completo.

Ambos cuerpos desfallecieron, sobre la cama, de medio lado, yo detrás de ella. Despeje su nuca de la hermosa cabellara azabache sin que se enredara entre mis dedos y seguí intentando respirar, aferrándome a todo su cuerpo, abrazándola como en un sueño dormido que alguna vez hube de contarle, un sueño donde la cama se me hacia demasiado grande mientras que el frió amanecía y solo se sentía su ausencia de siempre contra mi esternón. Con un suspiro donde nace la medula pude despertarle de su ligero ensueño, sonreía, sonreía e incorporaba sus alientos, sonreía y me miraba lujuriosa, sonreía y se reía complacida, yo también me reía, me reía de ella. Mientras que ella ronroneaba; diciéndome que yo era todo suyo y que íbamos a hacerlo muchas veces... que ya no era la niña de antes, como aquella vez que no volvió a hablarme después de habernos besado. Hablamos de varias cosas; me contó como llego a su orgasmo, mientras que me mostraba el movimiento sus dedos como si pulsaran un arpa invisible, me dijo que si ella fuera su hermana y escuchara nuestro ruido al regresar no se atrevería a entrar en la casa, estaba cansada, yo le dije que estaba mas que sorprendió por su forma de tener sexo que por la experiencia misma y ella se reía diciéndome que ¿como así? ¿qué acaso que dijo o hizo? Yo solo trate de explicarle que lo había idealizado mas romántico, sutil y delicado, ella se seguía riendo, dándole muy poca importancia a lo que dije, como si solo fuera algo de lo cual pudiera aprovecharme para burlarme de ella... yo solo acariciaba la piel, el cabello, y los labios de mi hermosa Blancanieves.

En fin... casi llegando al fin.

Aunque nunca olvide los actos sucedidos a continuación, advierto que mencionare muy poco para no extraviar la mente en los detalles de otra sesión de placer carnal (fueron como burbujas embriagantes de fluidos corporales estallando en el mismo escenario) hay cosas mas encantadoras que prefiero recordar antes de que el final se haga mas inminente que el inicio; los diálogos, sus palabras, porque quizás nunca vuelva a decirme nada parecido.

Mi nueva erección despertaba a nuestros ojos del letargo, después de verla se cruzo un enigma en las miradas, hasta que su voz retumbaba casi muda.

¿Qué... va a volvérmela a meter? Dijo la súcubo sonriendo.

Aun lo tengo untado de semen. Dije responsablemente.

Ella me dijo sin pronunciar palabra alguna; que no había ningún problema y que tenia la solución. Las súcubos sonríen levemente antes de chupar y alimentarse (aunque no sea la ocasión de morder en búsqueda de sangre).

Mas de las mismas burbujas se estallaron entre una y otra frase de palabras (de las que me dijo anteriormente y volvía a repetirme y algunas pocas que mencionare a continuación):

Así es como me gusta... sentirme bien culeada.

Es como una especie de dolorcito... pero rico.

Bueno quédese un ratico... pero júreme que no se va quedar dormido.

Esto ultimo, lo dijo cuando ya estábamos vestidos y habíamos terminado. Veíamos televisión en la cama de mi tía, ella estaba rendida del cansancio y temía que su madre y hermana fueran a encontrarnos cuando regresaran (puesto que yo debía irme a dormir a su habitación) además tenia algo de nauseas después de tanto movimiento mezclado con comida, licor y esperma.

Si, seria rico quedarnos así, todo rico... ya tendremos muchas veces.

Un día de estos paso por su casa. Dijo casi dormida

Yo me quede un largo tiempo mimándola y viéndole dormir, antes de escabullirme bajo el peso de su cuerpo inerte, resignándome a hacer un sueño realidad si hubiese podido despertarme junto a ella. Todo lo que acababa de vivir con ella me parecía tan extraño y tan confuso después de tanto idealizarla en mis anhelos, sin embargo; estaba absolutamente seguro que ahora me gustaba mas que antes... mas de lo que pueda decir o imaginar.

Mientras desayunamos me reí al recordarle como me había llamado, al parecer ya le había vuelto totalmente la cordura a la cabeza y estaba un poco fría e inclusive paranoica con su propio pecado.

Luego la llame por teléfono porque accidentalmente me había traído las llaves del carro en un bolsillo del esmoquin y quedamos en que ella vendría a mi casa a recogerlas. Días después la invite a salir, pero tenia un resfriado terrible, otro día la volví a llamar, pero estaba con su novio. Todas las veces su voz iba siendo esquiva y presurosa por colgarme, hasta que llego el día de su cumpleaños.

Nnn, Nnn...Dijo Blancanieves.

Y nunca mas he vuelto a verla... algún día le mostrare este escrito.