Nío, tu dama de las fantasias calientes, Esther!

Su tranca había tomado dimensiones impresionantes, respingaba una y otra vez entre mis nalgas, mi culito… mi culito no cejaba ni un ápice en torturar aquella verga… Aquella verga que lo estaba calentando como hacia tanto no lo hacían.

Toda la vida había trabajado en instituciones financieras, como representante de cuentas, pero recientemente perdí mi empleo, no me quedo más opción, que echar mano a mi gran hobby, la fotografía para sobrevivir, mientras hacia gestiones de empleo en otros bancos. Si algo aprendí en la institución financiera en la que laboraba fue que para subsistir hay que promocionarse, así que una vez decidí entrar de lleno al mundo de la fotografía, comencé a idear como conseguir lo antes posible, clientes. Pensando, tome unos minutos en analizar el mundo de hoy, donde para bien o para mal el enfoque en básicamente todo es…SEXO… teniendo esto bien presente me dije, "Esther, pongamos un anuncio en el periódico." – decidido esto volví a tomar un lápiz y cuestionarme, "Que podré poner en el mismo que atrape, que guste tanto que la persona que requiera estos servicios no dude en llamarme…" – pensaba, "Ya esta, lo tengo… Si necesitas que te tomen una fotos eróticas, llenas de sensualidad, contáctame, fotógrafa muy DISCRETA."—una vez decidí esto de inmediato me comunique con el periódico y le solicite la publicación a mi negocio. El anuncio salio y yo esperaba ansiosa por algún cliente, paso un día, dos, el tercer día mientras desayunaba algo decepcionada sonó mi celular. --"Buenos días," – conteste --"Buenos días, ¿hablo con la fotógrafa discreta?"—pregunto una voz que erizo todos mis vellos. --"Si ella te habla, me llamo Esther. ¿Llama por el anuncio en el periódico?" – que pregunta tan tonta, por supuesto que era por esto, ya que no había hecho ninguna otra promoción. --"Sí claro. Seré directo, necesito urgentemente unas fotos profesionales que, como bien dice su anuncio, presenten mi lado más sensual y erótico, pero también necesito tener la absoluta certeza que estoy ante una persona discreta. Por supuesto que una vez me entregue el trabajo, le exigiré que hago lo mismo con los negativos." – la voz masculina, fue clara, fuerte y llena de sensualidad. Después de asegurarle que todo estaría bien, presentarle algunas credenciales, coordinamos todo sobre la sesión fotográfica. De inmediato me di a preparar la habitación de mi apartamento la que ya había visualizado para esto. El caballero me había dicho que seria para mañana ya que partía en un viaje de emergencia, cosa que me hizo dar gracias al cielo, ya que yo también tenía que hacer un viaje al día siguiente. Esa noche apenas pude dormir. Dando vueltas en la cama pensaba, ¿que tan erótico seria todo? No era lo mismo pensar en hacer algo como fotos eróticas, y otra muy diferente tener que hacerlo. Me preguntaba como seria este caballero, alto, bajito, delgado, llenito, quizás calvo… solo recordaba aquella voz cargada de sensualidad, que al solicitarme que le tomara "fotos eróticas", logro erizar mi piel. A la hora en punto convenida, sonó el timbre de la puerta delantera de mi casa. Hacia ratito andaba yo esperando, con todo listo y ¿por que no? bastante nerviosa por cierto. Había cambiado mi atuendo varias veces, decidiéndome al final por unos jeans con varias aperturas estilo rockero, y una t-shirt blanca que realzaba el blanco de mi piel, y por el cual se traslucian mis botoncitos de carne. Dirigiendo a la puerta, pasaba las manos por mis jeans, para secar un poco el sudor frío de las mismas, respire hondo, conté hasta diez y abrí la puerta. Jamás pensé encontrarme un ejemplar masculino de mirada tan penetrante como aquel. Sus ojos oscuros, esas pestañas que parecían no terminar, pretendían evaluarme en tan solo una mirada. Cuando logre pestañear, sus labios reclamaron mi atención de inmediato… tenia una boca de labios no muy gruesos pero sensuales, rellenando lo suficiente para que mi imaginación volara. Me transportaba pensando como seria un beso de este señor. "Uff pero que hago pensando en sus besos." – sacudí mi cabeza intentando alejar aquellos pensamientos. "Esther enfócate en el trabajo que lo necesitamos, sexo podría ser con cualquiera." –me reprendí a mi misma y dándole mi mano le salude. --"Buenos días, soy Esther." – el de inmediato tomo mi mano, y pude sentir un calorcito recorrerme a través de su mano dura. Era una mano grande, denotaba fuerza, sus dedos largos como tanto me gustan. "Esther, que haces, ¡vamos concéntrate!" – me reprendí una vez mas. --"¿Esther?, es un nombre bonito, a mí puedes llamarme Nío" –su voz me saco del trance en el que me encontraba. --"Pase Nío, le mostrare la habitación donde haremos las fotos." – como todo un caballero el me cedió el paso, y me siguió, pude darme cuenta que el observaba todo, parecía no querer perder un detalle de nada. Al percatarme de esto no pude evitar un escalofrió, yo aquí sola con un completo desconocido, el caballero alto, fuerte, sin duda si quisiera haría cualquier cosa conmigo. "Mi amiga vendrá un poco mas tarde, pues sabe que me gusta trabajar tranquila, y no le gusta interrumpirme cuando trabajo." – le comente casualmente esperando que creyera la mentira. El simplemente sonrió, quizás no me creyó nada. --"Mira Esther, ya sabes que quiero que me hagas una buena colección de fotos, sensuales, es muy importante para mí, además, ¿crees que te valdré como modelo para lo que estoy buscando? —me dijo tan pronto entramos en la habitación destinada para la sesión fotográfica. Comenzó quitándose la chaqueta de cuero negra que traía, quedándose camisa también negra que se ceñía a él como una segunda piel, metida entre sus jeans que todavía, me preguntaba como lograba entrar en ellos… o como podía permanecer en ellos, pues su paquete parecía estallar. --"Grghmmm, bueno la realidad creo que tiene motivo para sentirse orgulloso, tiene un cuerpo muy bonito."—al decir esto, me sentí como colegiada, pues mis ojos bajaron a su paquete y al mirarlo, el me estaba viendo. "¿Empezamos?"—el asintió y comenzamos las instrucciones, yo le decía algo, el me explicaba lo que deseaba, en fin todo lo que implicaba una sesión de fotos eróticas. Fui dándole instrucciones, el seguía todas mis indicaciones sin chistar, la verdad parecía un modelo profesional. Le pedía agresividad en su mirada, al tiempo que me le acercaba sacándole la camisa de dentro del pantalón, le pregunte, "Como están esos abdominales, podremos fotografiarlos a ver,"—diciendo esto mi mano se deslizo muy suave por todo su abdomen, "Uff nunca estuve con un hombre que tuviera ese six pack, Dios" – casi no logro despegar mis manos. Tome varias fotos a la vez que le decía, "Bien, dame ahora sensualidad, Nío, quiero que seas sensual, piensa en tu chica, en esa que quieres llevar a la cama, piensa con quien te gustaría estar Hoy en la cama. – Nío me miro de tal manera que por un instante deje de fotografiar… mordí mi labio inferior, casi me sentí esa chica en su cama. Parpadee varias veces, seguí tomando fotos. --"Nío, quiero tomarte ahora esas fotos atrevidas de las que me hablaste. ¿Crees que ahora estés bien?" – pregunte, ya que el quería tomar unas fotos donde se le viera muy bien su paquete, donde se pudiera apreciar una buena tranca debajo del tanga puesto. "Venga hombre a quitarse los pantalones." – le dije haciendo hasta lo imposible por que no me temblara la voz, como temblaba yo, en mi interior, de solo pensar que vería este monumento de hombre en tanga. "Señor que equilibrio me pides." -- rezaba para mis adentros. Respire un poco hondo, creo que Nío me escucho, pues subió su rostro a verme, mientras se despojaba de sus pantalones. Como traía botas al final, medio se le atrancaron y fui en su ayuda. Ambos luchábamos con aquel jean que como le dije antes, no entiendo como cupo en el. Forcejeamos ambos, hasta que al final salio, como resorte cayendo ahí a unos pasos de nosotros. Nos reímos mucho, nuestros ojos se buscaron, sus ojos recorriendo mi blusa logrando que mis pezones se alzaran a la espera, indiscretamente mí mirada bajo a su tranca -- "Uff, -- una vez mas mordí mi labio, me voltee, encaminándome hacia la cámara, cuando pise el pantalón resbale, iba cayendo de espalda, Nío detrás mío sintiendo que me caía sin remedio, maniobró su brazo hasta que me atrapo jalándome hacia el. De pronto estaba de espaldas sobre el pecho y la tranca de Nío. Moví un poco mi trasero buscando que mis nalgas sintieran su paquete mejor. De inmediato el me rodeo con sus brazos, tomándome por los senos, introduciendo sus manos por debajo de mi t-shirt, abarcando mis pechos. Sujeto mis pezones y jalo de ellos provocando que el fuego quemara mis entrañas. "Ahh, ahhh"—impulsada por algo muy superior a mi, mi culito se resistió a dejar pasar ese momento, culeando una y otra vez sobre la tranca de Nío quien no desaprovecho la ocasión, levantando mi blusa se dedico a mis botoncitos de carne pellizcándoles inclemente, como si quisiera exprimir hasta quizás sacar leche de ellos…yo ya estaba sumergida en las profundas aguas de la pasión, ya no podía pensar solo podía sentir, y esto, esto me quemaba tanto que no me dejaba ver mas allá de eso, de lo que vivíamos en este momento Su tranca había tomado dimensiones impresionantes, respingaba una y otra vez entre mis nalgas, mi culito… mi culito no cejaba ni un ápice en torturar aquella verga… Aquella verga que lo estaba calentando como hacia tanto no lo hacían. Sus manos dejaron mis senos tomándome por mi cintura, una bajo hasta el centro de mi feminidad abriendo camino, y con cada movimiento encendiendo más el fuego que me consumía, hasta llegar a mi tesoro escondido… "Ahh, ahhh" – nuestros gemidos se unían, ambos dominados completamente por el sexo, como animales, como seres primitivos, dejándose arrastrar en el torbellino intenso de lo que sentíamos. Mis manos buscaron su verga, sus dedos penetrando mi chochita, mi mano comenzando un sube y baja, junto con el culeo, tratando de darle a Nío tanto placer, como el que el me estaba haciendo sentir… Aquellos dedos, dos, quizás tres, no se, en un momento perdí la noción, envuelta en el, en Nío, en su olor a macho, y en la gran necesidad que aquel momento nos absorbía Toc, toc, toc, --- el sonido de la puerta delantera nos sacudió, Toc, toccc, toc, toccc – la puerta tan imprudente fue como un baño de agua fría para nosotros. "No, no vayas, quienquiera que sea, se cansará de llamar" -- murmuro Nío, adentrando sus dedos mas en mi tesoro…a la vez que tomaba mi boca en un beso cargado de pasion. Devolvi el beso, con igual o mas pasion, queria vivir aquel momento, sin pensar en nada mas, solo deseaba una cogida intensa como bien sabia que aquel macho me podia dar. Los Toc, toccc, toc, toccc…" continuaron, la verdad es que yo no quería ir, pero aquella persona que estaba en la puerta de enfrente no quería irse tampoco continuando cada vez mas fuerte en sus llamados. "Parece ser algo importante, Nío, discúlpame un segundo." – diciendo esto e intentando componer mi ropa, mi pelo, me dirigí a la puerta. Era una vecina pidiéndome que la auxiliara, pues se le enfermo uno de sus hijos de emergencia y no tenia quien le cuidara sus otros hijos en lo que iba a sala de urgencias. Pronto le explique la situación a Nío y aunque un poco decepcionados, y a regañadientes, coordinamos que el se comunicaría conmigo para terminar nuestra sesión fotográfica, tan pronto llegara de su viaje, -- "No creas preciosa que esto se va a quedar así, ¿eh? Creo que nos queda mucho por hacer..." – diciendo esto, acerco su boca a la mía, tomándola en un beso lleno de promesas, pero entendiendo la urgencia de mi vecina, tomo sus cosas y partió. De inmediato quite todo de mi mente y corrí al ayudar a mi vecina. Toda esa tarde me fue muy difícil olvidarme de Nío, aun al cuidado de los tres angelitos que mi vecina me dejo a cargo mientras ella corría con el mas pequeño al medico, el recuerdo de lo ocurrido me golpeaba llenándome de calor. Tan pronto ella llego corrí a mi hogar, pues ya estaba tarde para preparar mis cosas para el viaje. La estación estaba algo vacía, y es que no era temporada vacacional, así que tan pronto llegue pude entrar al tren y tomar mi lugar rumbo a Cádiz. Saque una novela pensando leer durante el viaje, pero quien me observara se daba cuenta que no pasaba una página y es que, por milésima vez Nío invadía mis sentidos. Ya con calma, recordaba su boca, sus labios sensuales, reviví aquellas manos, cuando recorrían mi cuerpo, logrando encender mi fuego descubriendo mi cuerpo… su paquete, aquel paquete, "Ufffff Dios" -- como habían premiado aquel hombre con semejante paquete… el recuerdo del mismo entre mis dedos definitivamente hizo subir el color de mis mejillas… el recuerdo de sus dedos invadiendo mi tesoro ufffff definitivamente termino por calentar mi caldero Pronto escuche que el tren partía, y nos daban las instrucciones de rigor. El tren era muy grande, tenía unas cabinas privadas para que personas que viajaban por más de un día pudieran también echar una siestecita, y descansar un poquito. Había un salón bar, donde se podía tomar una copa quien quisiera. La verdad con tanta calentura me apetecía algo que me refrescara, además el área donde yo estaba bastante vacío por lo que se me ocurría ir hasta el baño y despojarme del tanguita que traía, para rozar mi chochita contra el asiento. Ya llevábamos un tiempo prudente por lo que me levante, encaminándome por el pasillo en busca del baño y el bar. Según iba adentrándome por el pasillo sentía las miradas siguiéndome. Ante tanta mirada me sentí hermosa. Para este viaje decidí ponerme una blusa blanca que se amarraba en mi cuello cosa que acentuaba mis pechos que dejaba ver mi ombliguito con la pantalla coqueta que le adornaba, una falda a la rodilla, también blanca que caía estilo gitana, moviéndose según el contoneo de mis caderas. Había recogido mi largo pelo ondulado en un mono hacia mi lado derecho con una flor roja que combinaba perfectamente con mis sandalias de alto tacón amarradas hasta mis rodillas, y con el rojo de mis labios. El maquillaje fue discreto, un poquito de sombras para acentuar mis enormes ojos azabache y un poquito de rubor, muy poco pues la calentura que me asaltaba constantemente recordando lo que hice con Nío, era mas que suficiente. Encontré el baño de las damas, decidí entrar antes de pasar por el bar para despojarme del tanga, y ya sentirme libre. Una vez liberada ardiendo como un volcán en erupción, fui a solicitar una copa que me ayudara a calmar, si esto fuera posible mi calentura. Al entrar sentí un murmullo y pronto ceso, eran pocos hombres algunos siete pero dejaron de hablar al verme entrar. Lenta seguí mi contoneo hasta la barra, donde el mozo al se le caía la baba viendo como mis botoncitos de carne se translucían a través de la blusa, erguidos paraditos. Viéndolo le sonreí coqueta y le solicite un trago exótico, dedicándome a mirar a través del espejo. De pronto lo vi, no lo podía creer, incluso parpadee varias veces a ver si era un problema en mi vista, o algo así, pero no. Lo cierto es que ahí mismo estaba el, "¡Ufff no lo puedo creer, esta con una mujer!" – me dije. Estaban parados en una esquina del bar que daba a la salida hacia las cabinas. "Ufff, como es posible, no lo puedo creer… yo quiero que el me vea." – fue el primer pensamiento que llego a mi mente, así que tomando el trago que me entregaba el mozo, le obsequie una ultima visión de mis pechos, guiñándole un ojo partí camino a el. El estaba de medio lado, no me había visto, cosa que me ayudo mucho pues ni pensé bien lo que haría, pero me encamine hacia el. Con la copa en una mano continué contoneándome hasta llegar justo a su lado. Justo llegando frente a el, di un pequeño traspié, como si fuera a caer, y fui a poner mi mano justo en su paquete una vez mas, Nío vio una sombra que se caía y su reflejo inmediato fue evitar que me cayera, con ambos brazos me agarro a la vez le venia encima. Cuando nuestras miradas se encontraron, lo mire directo a los ojos mordiendo mis labios, mi mano en su paquete se movió discretamente palpando. El abrió un poco los ojos, mi mano le recorrió la verga que respingo igual que el día anterior. "Discúlpeme caballero, no fue mi intención, no se lo que me paso." – le dije como si no lo conociera, pues la dama junto a el, observaba un poco molesta. "Iba camino a mi cabina y no se como me enrede, ¿me disculpa usted?" – mis ojos lo buscaron, desafiándolo a delatarme. "Tranquila, no se preocupe señorita. Vaya con cuidado, no vaya a tropezar de nuevo y se lastime, estoy seguro que la necesitan enterita y saludable, cuidese" – diciendo esto volvió a mirarme. "Gracias Señor, soy Esther," – dije tendiéndole mi mano, tan pronto la de el estrecho la mía, no pudo evitar sonreír sintiendo el trozo de tela de mi tanguita entre sus dedos. Inclinando mi cabeza sonreí un poquito, y le dije…"Quizás es el tiempo, no se bien el porque, pero he sentido tanto fuego, digo calor desde ayer."—medio mordí mis labios y despidiéndome le dije: "Quizás el aire de las cabinas me ayude a calmarme un poco. Nos vemos Señor." – dije dejándole con la tanguita que me había quitado en las manos. Nío de inmediato, guardo el mismo dentro de su bolsillo sonriendo. La dama junto a el le dijo "Que muchacha mas tonta esa, casi te babeo Nío, ufff." "Bueno, bueno, hermanita, conozco a esa mujer y tú me conoces a mí, por lo que te imaginarás que… tengo que dejarte un rato. Vuelvo mas tarde, querida hermanita… Tengo que atender un negocio que dejé a medias el otro día, jejeje – diciendo esto de inmediato partió por donde mismo vio a Esther salir. Nío camino pronto por el pasillo de las cabinas, viendo una puerta entreabierta, la abrió y ahí estaba Esther como sospechaba. De inmediato puso el mensaje "Cabina ocupada, favor de no molestar." – entrando la cerro. Sacando la tanguita del bolsillo del pantalón, lo paso por su nariz… absorbiendo el aroma a hembra que despedía. "Uhmm, ¿has visto Esther lo que me he encontrado? ¿Se te ocurre de quién puede ser?" – me pregunto. Lentamente me senté con las piernas separadas mi falda cayendo en el centro. Lo mire de medio lado con mis manos en mis muslos me impulse un poco hacia el frente, logrando que sus ojos se dirigieran a mis senos. "No se, pero ¿quieres que me lo pruebe a ver? ¿Me lo pondrías tú? – Nío sintió como su verga se endurecía, como todo caballero no podía dejar de ayudar a una dama, así que arrodillándose frente a mí, abrió mis piernas un poco mas, subiendo la tanga por las mismas. Cuando llego a mis muslos me levanto, quedando muy cerca de su boca, mi conchita que se había impregnado con el olor que Nío tanto estaba disfrutando. Ya con su boca tan cerca de mi tesoro, desecho el tanga y abriendo mis piernas acerco su rostro a mi chochita, lento comenzó a delinear mis labios vaginales, mis caderas enloquecieron con aquello que Nío me provocaba. Aquella lengua pronto comenzó a penetrar primero suave y luego entraba y salía lamiendo mis jugos que se escurrían entre mi chochita, y por mis muslos impregnando el aire con mi olor de hembra caliente. Su boca parecía tener una brocha que absorbía todo de mi, yo sentía que enloquecía con tantas sensaciones, su lengua busco mas profundo, entrando a mis mas lejanos confines provocando que estallara en temblores incontrolables "Aaahhh ahh ahhhh Nío me corrooooo. Coñooo Nío que rico me comes mi chochita, que rico me comes mi amor." Nío sabia muy bien, que yo estaba enloquecida, que me estaba haciendo sentir un mar de sensaciones, pero el quería darme el placer que yo parecía tanto necesitar. Me había incendiado como un volcán en erupción, yo era el tipo de hembra que a el le gustaba dominar y montar bien rico. Esa hembra caliente que le gusta que le den bien duro, y Nío estaba mas que dispuesto a darme bien duro. Tan pronto estalle en una serie de orgasmos que me tenían casi aullando de puro placer, Nío me levanto, volteándome soltó mi blusa dejando mis senos al aire, levanto mi falda un poco apuntando a mi culito. "Nío clávame, hazme tuya mi amor, Nío, te necesito, quiero sentir esa verga rica que tienes papito, clávame, vamos hazme tuya." -sin hacerse esperar mas, complaciéndome de inmediato, enfilo bien su cargamento y de una sola estocada, me clavo. "Aaahhhhh, puñeta ahhhhhhh, coñooo." -le decía entre murmullos pero sin dejar de culear, Nío a su vez agarrado a mis senos, los estrujaba sin compasión. "Esto es lo que querías, ¿verdad? ¿Querías ser mi putita, eh? Y estoy seguro que esta polla es la que estás deseando de hacer tuya, ¿a qué sí, Esther? Veo en tus ojos claros de zorrita que quieres que te la clave una y otra vez, ¿la quieres de verdad? Pues pídemelo que te quiero escuchar, quiero oír tu voz suplicando que te folle" – me decía Nío dominante. "Sii, siii no la saques, Nío dame mas, vamos clávame con esa verga mi amor, dame mas, quiero ser tuya, tuya. Que rico, que rico." – escuchándome pedírselo a gritos, Nío culeaba mas y mas fuerte, apretaba mis senos, estrujaba mis botoncitos de carne. "Esther, zorrita mía, me voy a correr," – diciéndome esto me voltee de inmediato, y arrodillándome mame su verga muy fuerte, chupe y chupe toda aquella verga que momentos antes me clavaba, toda, me taladraba hasta no dejar nada de mi sin poseer. Mi lengua aprisionaba su glande y los chorros estallaron brotando el semen caliente, cayendo por mi rostro en mi boca, y yo sin dejar peder una gotita, lamía todo. --"Esther mi puta ahhh ahh, mi puta, eres mia, miaaaa…" – me decia entre quejidos y temblores, mientras mi boca sedienta recogia su semen. "Joderrr, dónde has aprendido a comer una polla así, uhmmm, que rico, uhmm, que bien lo haces, Esther, eres toda una putita con esa boquita" – gemia una y otra vez entre temblores mientras aun brotaban chorros de su leche caliente. --"Nío, Nío, comeme mi chochita, vamos, cogeme rico papito, quiero sentir esa polla entrando en mi horno, mi rey…" – diciendo esto Nío me levanto de inmediato, acostandome en el asiento abrio mis piernas, y me miro, tomo un segundo para admirar mi tesoro todo rasurado, mojando, esperando su verga. Mirando toda mi chochita, por la que se escapaban mis jugos me introdujo sus dedos. Entraron suavemente, primero "Ahh ahh que rico Nío, que rico… sigue, sigue…" las sensaciones se habian aduenado de mi cuerpo, mis caderas no podian contener su culeo, buscando sentir mas, anhelando llegar a ese punto donde explotas en un torbellino de puras sensaciones. "Nío, ahora, cogeme, Níooo ahora te necesito, vamos clavame bien duro mi amor." – sin poder contenerse mas, Nío pronto saco sus manos, y enfilo su tranca a mi chochita, de un solo golpe sestero me tomo. "Ahhh, ahhh Nío, Nío que rico. Ahhh." – no podia detener mis gemidos, sintiendo como Nío se aduenaba de mi tesoro. Mis chochita se igualaba a las caderas de el en un vaiven erotico que nos transportaba hasta el mismisimo cielo estallando esta vez juntos gritando, gimiendo y abrazandonos envueltos en el sudor de la mas intensa pasion. Nío busco mi boca, aquella boca que me llamaba y que me había mandado de lleno a las puertas del cielo, o tal vez a las del infierno… pero aquella boca que yo deseaba una vez más. Levantándome un poquito me acerque a sus labios, busque su lengua, el calor amenazaba mi sensatez, no podía dejar de querer mas, estaba envuelta en una vorágine de sentir muy fuerte y me sentía desfallecer. "Nío, Nío, no me canso de ti…" – suspire en su boca. "Uffff, a partir de ahora, Esther, vas a ser la Dama de mis fantasias más calientes… ufff jamás pensé que me abrasaría en tu hoguera… Esther, mi fantasia… mi fantasia hecha realidad" "Nío, mi rey… me daras un poco mas? –murmure entre sus labios, y rodeada por sus fuertes brazos, esos brazos de los que no me querria despegar por un largo tiempo.