Niños Malos 3

Por esta noche no pensaba tomar en cuenta aquellas preguntas. Por esta noche volveré el tiempo atrás, elegiré otra cosa y haré las cosas simples. Por esta noche me deslizare. NO CONTIENE PARTES ERÓTICAS.

Nota de autor: Hola J

Antes que nada gracias a: Alejandra Marquez, pauli1234, Michelle, rube, Pedro, Albany, Greylook, Ella, latinomanizales y Keegan [uno de los más alentadores, por cierto ^^]  Gracias por sus comentarios, de verdad me sirven, voy a tratar de hacer todo lo posible por mejorar. Gracias por tomarse el tiempo de leer mi relato. Creo que Ella me había puesto en uno que esperaba que  no me moleste lo que me decía, pues, déjame decirte que no, al contrario me alegra mucho que comentes y remarques mis errores, como dije en el relato anterior quiero mejorar, quiero aprender.

Tratare de sacar  este relato en algo diferente. Aunque todavía no puedo saber bien para qué lado quiero llevar la historia  :/ me estoy encariñando bastante con los personajes y tengo muchas ideas para ellos y me cuesta decidir. Pero encontrare la manera de hacerlo bien o eso creo.

ACLARACION: nuevamente no hay partes eróticas. A decir verdad es un relato baaaastante tranquilo, si buscas acción, no lo leas :)

Adam  estaba tan nervioso y ansioso por el viaje de estudios que había llegado extremadamente temprano.

Se había despertado a las 5 de la mañana y sin siquiera necesitar del despertador o de su mamá gritándole en la puerta de su habitación. Fue una sorpresa hasta para él, no podía dormir porque no paraba de pensar en Gonzalo, en lo que le había obligado a hacer y lo mucho que le había gustado, estuvo todo el fin de semana con su mirada, su boca, su cara de niño asustado metida en la cabeza. Perecía que no podía pensar en otra cosa y eso lo tenía bastante nervioso y estresado, es que era obvio que no podía gustarle Gonzalo. O ¿sí? No. Rotundamente no. Eso era imposible. Solo debía ser un calentón del momento, por lo bueno que había sido Gonzalo con esa mamada, nada más. No debía dejar que esos estúpido pensamientos lo desviaran de su venganza, menos en este día en el que le daría de probar a Gonzalo de su propia medicina. Ya quería verlo. Estaba ansioso por tenerlo frente a frente.

El clima no parecía ser de lo más favorable para el viaje de estudios, por suerte tenía una chaqueta lo suficiente abrigada para tolerar 1 hora hasta que llegaran todos los demás. Por el momento debía encontrar algo que hacer para pasar el tiempo, ya se estaba cansando de jugar en su celular, ni siquiera tenía un mensaje. Bueno, era entendible ¿Quién manda mensajes a las 7 de la mañana? El Candy Crus tampoco estaba ayudando mucho. Quizás debería ir por algo de comida, ni siquiera había desayunado en su casa y no por falta de tiempo, claro está. Si no porque si el se metía en la cocina a prepararse algo, estaba más que asegurado prenderla fuego con solo poner un pie en ella-si, así de malo era cocinando-.

Mire la hora en mi celular, apenas habían pasado 20 minutos. Guarde mi teléfono en el bolsillo de mi chaqueta, tome la billetera de mi mochila y me dirigí a buscar algún bar o kiosco abierto. Me estaba muriendo de hambre.

Esta es una ciudad fantasma a estas horas ¡Maldita sea Gonzalo y su experta boca! Por su culpa estoy yo, muriéndome de hambre y de sueño en vez de estar como todos los demás disfrutando de mi cálida cama.

La brisa cada vez era más fría. Mire hacia arrida para ver como las nubes grises iban inundándolo todo, tapando el poco sol que había. Al parecer iba a llover. Doblo en una esquina y veo que a unos pocos metros había un bar abierto ¡Por  fin! Mientras cruzo a la otra vereda,  se me ocurre que ni siquiera sé a dónde iremos de viaje de estudios. Ni por cuánto tiempo. Ojala lleve el dinero suficiente.

Una campañilla en la puerta anuncia mi llegada al bar. La señora en la barra levanta la vista, me sonríe y le hace unas señas para que vengan a atenderme a alguien que no logro ver. El lugar es bastante cálido, parece esos típicos bares norteamericanos. No hay mucha gente; solo unos cuantos hombres que por lo que se oye hablan de negocios y una señora escribiendo en su portátil.

Cuando estoy por dirigirme a la señora de la barra a decirle que no es necesario alguien que me atienda que solo voy a pedir algo para llevar, sale la persona a la cual la señora le hacia las señas, es una chica alta de ojos grises, cabello oscuro hasta la cintura, vestida con un vestido algo raro pero bastante bonito- parecía cosplay-supongo que es el uniforme de trabajo. Se da cuenta que la estoy observando y me sonríe, lleva brackets que mona es. Creo que no pierdo nada quedándome a desayunar aquí, quizás sea lo mejor, perderé algo de tiempo y disfrutare de la vista.

Me acodo en una mesa cerca de la ventana y la chica cosplay se acerca. Ordeno y no pasan ni 5 minutos y mi desayuno ya está en mi mesa. Eso me hace recordar que debo estar a tiempo en el colegio. Reviso la hora en mi móvil. Dios, ya es tarde. Pago por mi desayuno y salgo corriendo del lugar.

Corrí lo más fuerte que pude. Revisaba la hora en el celular a cada rato. Seguramente Gonzalo ya debía estar allí… O no... Por primera vez en este día se me ocurrió considerar la idea de que el quizás, podía no ir al viaje de estudios. Podía justificarse enfermo o no conseguir el permiso de sus padres. Soy un idiota . Y lo que le dije solo servía para cagarla ¿Quién iría a un viaje en el cual está amenazado? ¿Por qué hago todo esto? ¿Por qué lo quiero meter a él en esto? Sé que es por mi venganza, pero ¿a que me llevara todo eso? ¿Qué ganare con algo así? No lo sé. Sin embargo estoy harto de ser humillado, estoy harto de ser el débil. Nadie jamás, me volverá a ver sufrir, nadie jamás me volverá a ver roto.

Cuando llegue el autobús  que nos llevaría al lugar del campamento ya había llegado.  Solo quedaban algunos pocos subiendo al colectivo. En eso me ve la directora, me mira enojada y  me hace un gesto con la mano para que me acerco a ella. No veo a Gonzalo por ningún lado.

-Vamos chico, solo te estábamos esperando a ti.

Entro al autobús, después de darle el permiso de mis padres al secretario de profesores.  Los asientos de la parte baja están todos ocupados y no hay señales de  Gonzalo por ningún lado. Me dirijo a la parte de arriba, comienzo por la izquierda, donde hay más asientos,  recorro el pasillo perdiendo  mi paciencia con cada paso. Doy media vuelta y voy a revisar los cuatro asientos de la parte delantera. Los primeros a mi vista están vacios, solo quedaban los que dan justo a esas enormes ventanas delanteras del autobús, los asientos de la derecha estaban ocupado con dos bolsos y una mochila ¿Por qué tanto equipaje si solo es una semana? Y a mi izquierda; mi alivio. Ahí estaba Gonzalo con los pies recostados contra el vidrio de la ventana, tapado con una manta, durmiendo ¿Cómo alguien puede dormirse tan rápido ? Supongo que es mejor así. Dejo mi mochila en la pila de equipaje a la derecha y tomo el asiento libre al lado de Gonzalo. El motor de bus indicaba que estaba arrancando. El viaje acababa de comenzar.

Su brazo estaba descansando en el apoya brazos de asiento y algo en el capturo mi atención. En la blanca piel de sus muñecas se notaban marcas que seguramente había dejado el cinturón con el que le había atado las mismas. Puede que suene  raro, pero ver eso me resulto excitante, como también así me hacía sentir culpable, la bipolaridad de mis pensamientos me estaba sofocando. Quería curar sus heridas como si fueran las mías. Me incline a sus muñecas y las bese ¿Por qué lo hice? No lo sé. Pero en ese momento nada me importo, por lo menos hasta que vi su mirada clavada en mí ¿En qué momento despertó?  Me pregunte. Mi corazón comenzó a latir con fuerza y no sabía que decir. En sus ojos no había más que sorpresa y eso me tranquilizo un poco. Él no dijo nada, yo me aclare la garganta, aun sin saber que decir y me acomode en mi asiento.

-Todos estaban tan alborotados por tu culpa. Me estaban fastidiando demasiado, con el sueño que tengo, tuvimos que aguantar a la directora gritándonos por tu culpa. Gonzalo no lo decía en un tomo demasiado molesto, lo cuan era raro. Aunque no me importaba si lo decía enojado o no, había roto el incomodo silencio y eso era lo que contaba.

-Amm sí, yo pensé que tú no vendrías. Dije distraídamente.

-Casi no vengo.

-¿Qué te hizo cambiar de opinión?

-¿Importa? No lo creo. Solo déjame dormir. Dijo Gonzalo, dándome la espalda. Así termino la conversación. El silencio lo reino todo una vez más. Conecte mis auriculares a mi celular y puse música. Quizás a mí también me vendría bien algo de sueño.

Las horas pasaron y solo desperté dos veces para ir al baño y una cuando trajeron la cena. El aburrimiento era palpable. Ya ni siquiera podía dormir. Los asientos se habían vuelto realmente incómodos con el pasar de las horas y faltaban como 14  más de viaje. Estábamos en una ciudad llamada Rosario, las luces de la misma hacían el ambiente much o más agradable gracias Gonzalo por haber elegido estos asientos . También daban cierto aire de melancolía, vistas como estas no se ven todos los días.

-¿Ver esto no te da algo de miedo? Dijo Gonzalo casi susurrando.

-Sí, supongo. Si chocáramos o algo seriamos lo primeros en salir despedidos.

-No es a eso a lo que me refiero. Riendo por lo bajo.

-¿Entonces a qué?

-Son lugares que no conocemos y  quizás nunca conozcamos. Todo es tan grande y nosotros estamos tan perdidos. Me hace pensar en todas las oportunidades que tenemos y todas las que desaprovechamos. No lo sé, solo me da miedo pensar en todo lo que nos espera. No quiero que el brillo de una ciudad me devoré, ni tampoco quiero quedarme fuera.

-Oh pues…  Dije. Jamás había oído hablar a alguien así y no me esperaba que el primero sea Gonzalo. Me sorprende lo mucho que cambio todo.

-Jaja no tienes que responder a eso, son ataques de pensamientos cursis que me agarran. No me hagas caso.

-Hey. Escucha: no es cursi. Solo que algo así, jamás se me había cruzado por la cabeza.

-Si… bueno ¿ya trajeron la cena?

-Sí. Como hace dos horas, si quieres tengo un sándwich. Dije desinteresadamente.

-Sí, me muero de hambre.

Y la conversación siguió normalmente como si ninguno de los dos recordara nada.  Aunque ambos sabíamos que no era así. Resultaba bastante extraño.

¿Por qué todo tenía que ser de esta manera? ¿Por qué no podíamos ser solo niños inocentes y sin prejuicios? ¿Por qué no podíamos volver el tiempo atrás? ¿Por qué elegíamos lo que sabíamos que podía hacernos mal? ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado?

Por esta noche no pensaba tomar en cuenta aquellas preguntas. Por esta noche volveré el tiempo atrás, elegiré otra cosa y haré las cosas simples. Por esta noche me deslizare.