Niños en uniforme II- Día de las madres

Una madre sigue los pasos de su viciosa amiga y se coge a su delicioso hijo, que luce el mejor culo bajo su ceñido uniforme.

Debía estar loca. Me lo repetía cada vez que me embargaba la pasión, que un calor recorría mi cuerpo. Esa era la única alternativa sino… ¿era posible que mi hijo me excitara tanto? Que al verlo con su uniforme de secundaria me pusiera tan cachonda que mis jugos escurrieran por mis piernas.

La temperatura había subido mucho y estaba cercano el día de las madres. Por ello con mis amigas decidimos tomarnos una noche de chicas, salir de juerga una noche sin nuestros respectivos maridos. La de la idea fue Olivia la más liberal, su marido era conocido por sus aventuras y ella también, su hijo era mayor que mi Saúl, rondaba los 19 años y estaba hecho un adonis, creo que mi propio hijo lo admiraba y lo tomaba como modelo sobre todo a la hora de ir al gym.

Salimos pasadas las 10 de la noche, a penas salimos empezamos a beber en el auto, estábamos verdaderamente chifladas, el día de las madres era una fecha demasiado sosa y deseábamos tomarnos un poco el pelo entre nosotras. Apenas entramos a un bar comenzamos a contarnos cosas picantes, si que tal chico nos movía las hormonas, de mi vecino sexy que salía a tirar la basura sin camisa. En esas estábamos cuando Olivia propuso ir a un show de hombres al otro lado de la ciudad. Todas asentimos y tomamos el auto con rumbo a una noche de cachondeo.

Cuando llegamos nos encontramos con un local sui generis, lleno de colores llamativos y de sillones semiprivados donde tendríamos oportunidad de ver shows privados que se salían de control. Al llegar vimos que las luces se apagaban y que varios chicos salían enfundados en ropa muy ceñida.

Los chicos, jóvenes todos, comenzaban a arrancarse la ropa   y todas nos sentíamos excitadas, con nuestra entrepierna sudando y en fuego. Y mientras mirábamos un chico atrajo nuestra atención, se acercaba mucho a jugar con Olivia lo hacía, llevando la mano de ella a su trasero, un trasero que me volvía loca, fuerte y respingón, perfecto como el de mi hijo, bajo su ceñido uniforme.

-          Dios mío ese chico quiere cogerte-. Le dijimos cuando se alejo un poco.

Cuando regresó, ella lo tomó de la nuca y lo besó, el ligero antifaz que cubría el rostro del chico, me impedía reconocerle. Pero tenía una sospecha que crecía en mi interior.

Tras verlo irse todas nos quedamos excitadas, ver a ese chico ansiar el cuerpo de una anciana como nosotras, nos encendió a todas, cuando la música ceso, una persona se nos acercó y Olivia ni tarda ni perezosa, apuntó con su dedo al chico, que lucía unos abdominales y unos pectorales de infarto, nos llevaron a un pequeño lugar semiprivado y el chico salió unos minutos después, estaba enfundado en una ligera bata y acercándose a Olivia que descansaba en un sillón rojo, se la abrió lentamente, ella al tenerlo cerca de su boca, le tomó el culo con las dos manos y bajo el tanga de él hasta tener el pene en posición y metérselo en la boca.

El arma del chico era hermosa grande y venosa, pero su culo era lo que me tenia loca, ella le metía un dedo mientras él le violaba la boca. Después de que él la interrumpiera, la recostó en el sillón y abriéndole las piernas y dando dos lengüetazos a su vagina, le metió su pene hasta el fondo ante la vista de todas que nos masturbábamos imaginándonos en lugar de ella.

Ver el cuerpo del chico transformándose en un semental sudando y embistiendo con su gran culo, me puso tan cachonda que al masturbarme alcance varios orgasmos como los que nunca tuve antes.

Todas estaban rendidas pero Olivia, no tras soportar las fuerzas bestiales del chico y de venirse varias veces al terminar él dentro de ella, se levantó y sentando al chico se le montó y lentamente al principio y después a una gran velocidad lo cabalgo hasta que como una perra gritaba y exhalaba antes de caer rendida.

Tras ello él chico se levantó y se acercó a nosotras, pero ya para entonces su antifaz se había caído y no pudimos sino gritar de sorpresa al ver frente a nosotras completamente desnudo y apetecible a Antonio el hijo de Olivia. Cuando estaba frente a nosotras y enseño su pene semi erecto y escurriendo semen, nos abalanzamos sobre él a dejarlo limpio mientras yo le agarraba con fuerza, casi exprimiéndole sus enormes y preciosas nalgas.

-          No es la primera vez que cogemos-. Nos confesaba Olivia de regreso a casa.

-          Pero…-. Le dije yo-. es tu hijo.

-          Lo sé y ustedes deben saber que siempre he sido puta.

Hace algunos años cuando mi hijo estaba en la prepa su padre y yo estuvimos a punto de divorciarnos, decía que estaba harto de mis infidelidades y yo de las suyas pero el que se lo tomó más a pecho fue mi hijo Antonio dejo de hablarme y me detestaba en una ocasión incluso le dijo a su padre que terminara de dejarme que él se iría con él. Eso me molestó.

Una tarde después de escuchar los comentarios de mi hijo a mi marido, llamándome puta y zorra, decidí que era momento de darle una lección, esa tarde cuando llego de la escuela lo estaba esperando con la ropa más sugerente que tenia, mi hijo trató de no mirarme pero fue imposible, le tenía en mis manos.

No diré que no me atraía, mi hijo me tenia loca desde antes, cuando su cuerpo comenzó a cambiar y lo miraba más como hombre que como un niño, sus brazos rompiendo las camisas de su uniforme, su culo redondo y respingón bajo su pantalón.

Seguí con la lenta seducción por varias semanas, él me miraba con odio mientras yo con disimulo lo toqueteaba y dejaba que me viera completita hasta que un día ya no resistió más.

Esa tarde, llegó y al verme así me tomo de las muñecas y me arrojó contra la pared, me dijo que era una puta, que le daba asco ser mi hijo y mientras decía eso, me arrancaba la camisa y me quitaba el sostén, me chupaba los pezones, me los mordía con odio. Luego me puso a cuatro y bajó lentamente mi faldita y vio que no llevaba nada.

-          Eres una verdadera puta.

-          Tu puta mi amor.

Y me dio muy duro, tan duro como esta noche.

Desde que empezó a trabajar de stripper vengo una vez por semana y cogemos sin ataduras en ese lugar.

Terminó su narración justo cuando me dejaba enfrente de mi casa. Estaba absorta de deseo y de culpa, en cuanto llegue a casa, me fui directo a mi cuarto y cogí con mi marido hasta el amanecer, era mi regalo del día de las madres.

Al día siguiente me esperaba un día de regalos y de cursilerías, pero como era costumbre tuve que levantarme temprano, mi hijo iba al colegio, al verlo bajar casi me caigo, llevaba su uniforme de siempre pero ahora más que nunca después de saber que una madre y un hijo pueden gozar tanto, verlo en su pantalón ajustado, con una camisa tipo polo que dejaba ver sus músculos incipientes por su nuevo vicio de ejercicio, sus brazos y sus pectorales. No pude evitarlo y me moje.

-          Hola mami, feliz día-. Me dijo, mi marido roncaba desde nuestra habitación-. Ayer se divirtieron ¿verdad?

-          Un poco mi amor… lo normal-. Que tocará ese tema no era habitual. Pero para entonces ya sumida en un trance que hasta hoy no explico, deje caer mi ligera bata y le enseñé mis senos. Mi hijo se quedo boquiabierto.

-          ¿Quieres darme un buen regalo mi vida?

-          Mami…

Me arrodille y abrí lentamente su bragueta, desabroché su cinturón y lo deje caer… baje su trusa, su pene estaba excitado pero no al tope y lentamente lo metí en mi boca, al sentir eso despertó y casi me atraganta.

Le di unas buenas lamidas pero yo no quería que se viniera en mi boca… le hice señas de que me siguiera, no decía nada, lo llevé a la sala.

-          Quítate la camisa-. Le dije y lo hizo, su cuerpo estaba esculpiéndose y pude ver a un hombre no a mi hijo.

Me puse a cuatro contra el respaldo del sillón.

-          Vamos mi amor, dame tu regalo.

Y sin dudarlo me la metió, estaba tan excitada que entró con facilidad, trataba de no gritar ante el peligro que mi marido despertara pero sentir a mi hijo dentro mío me tenía en el paraíso, podía sentir su cuerpo entrar y salir y sólo bastaron unas embestidas para que me viniera, el también me siguió y al sentir su chorro de semen llenar mis entrañas. Me puse de pie y me volví a poner de cuclillas, esta vez tome su culote con toda mi furia y me metí su verga en mi boca…

-          Mi amor es el mejor regalo del mundo, pero es sólo el principio, llega temprano hoy antes de papá para que termines de dármelo enterito…