Niño explorador

Las experiencias que viví en un campamento.

NIÑO EXPLORADOR

Otra de las cosas que me sucedieron en el aspecto sexual fue como a los diez y seis años, en un día de campamento, en el que nos tocó dormir por grupos de diez en casas de campaña, en ese momento éramos cuidados por una mujer exploradora de veinte y cinco años aproximadamente de nombre Gabriela; en la noche nos vestimos con pijama y cenamos. Eran tres casas de campaña y en una de ellas me quedé yo, llegó la hora de ir a dormir, después de estar contando historias de miedo; la mujer nos acomodó en hileras de dos; me quedé dormido y no supe que pasó después; creo que era muy de madrugada cuando estaba teniendo un sueño erótico intenso donde veía a mujeres desnudas, mi pene estaba parado y sentía muy rico con deseos de tener sexo; tenia mi cuerpo caliente y mi corazón latía aprisa.

Pasaron como veinte minutos en los que la excitación fue cada vez más en aumento y tenia en mi pene una sensación rica y sentía que en cualquier momento me vendría, instantes antes de eyacular recuerdo que me medio desperté y me ví o me sentí con los pantalones a las rodillas acostado de lado, y la muchacha que nos cuidaba me estaba mamando mi pene, teniéndolo todo dentro de su boca, llegó el punto en el que mi cuerpo no se pudo contenerse más y la excitación me ganó, soltando el semen en varias contracciones, sentí tanto placer y calor al eyacular que cerré los ojos y me quedé como dormido; mi cuerpo se quedó con una sensación tan rica y placentera, como si sintiera cosquillitas por dentro y un ardorcito leve de adentro hacia fuera en mis genitales; la chica me chupó la cabecita varias veces, se levantó y me cubrió con mi sábana; tardé en reaccionar más de una hora y para amanecer, ya más consciente me revisé y no estaba embarrado de semen por lo que deduje que ella se lo tomó al caer en su boca, me subí el pantalón y me quedé despierto hasta que nos indicaran que era hora de levantarse

Cuando llegó la chica nos dijo en voz alta, chicos es hora de levantarse, hagan sus deberes y en media hora los espero para desayunar; me senté cerca de la fogata como todos y empecé a desayunar, ella se acercó a darme un vaso con leche acariciando muy lentamente mi mano, se me quedó viendo por unos segundos y me dijo en voz baja, espero que te guste la leche, la escogí especial para tí, como a mí me gustó la tuya, que por cierto fue bastante; se lo creí, porque hacia meses que no tenia una eyaculación. Me quedé un poco avergonzado y enrojecido por la pena, por lo que me dijo; pero me confirmó que lo que había pasado fue real, al principio me dió vergüenza pero después me sentí excitado y con ganas de que volviera a pasar; cada vez que ella pasaba cerca de mí me miraba en los genitales; durante el día me la pasé esperando que se me acercara, para decirme algo o ponernos de acuerdo en lo haríamos en la última noche que estaríamos juntos

Al ir a explorar el campo, en el grupo que me tocó ir no era ella la guía, así que no tuve la oportunidad de verla; a la hora de comida no la ví y cayendo la tarde de regreso al campamento me tocó la suerte de que su grupo nos alcanzó, nos miramos y con un movimiento de su cabeza me señaló que me atrasara para quedarnos solos, pasó media hora y me dejó atrás el grupo y ella conmigo, en ese momento me dijo

-que suerte que logramos estar a solas

-sí

-te gustó lo que te hice anoche

-sí

-quieres que lo vuelva a hacer

-sí

-haz besado a una chica de mi edad

-no

-quieres besarme

-sí

Nos detuvimos unos minutos para sentarnos en unas piedras y platicar acerca de nosotros, ella se acercó a mi boca y me empezó a besar tomando la iniciativa de cómo hacerlo, nos besamos mucho todo el tiempo que pudimos; cuando me abrazaba, yo tenia mis brazos a los lados de mi cuerpo, ella los tomó y me puso mis manos sobre sus senos; se me paró el pene y ella lo notó diciendo, tienes el pene parado y se me antoja hacerte el amor ahorita mismo

-quieres que te haga sexo oral, te gusta que me tome tu semen

-sí

-te gustaría que esta noche que vamos a vernos fuera inolvidable y te hiciera de todo

-sí

-sabes hacer el amor, cuántas veces lo haz hecho. Lo haz hecho con chavas vírgenes, cuando sientes ganas de eyacular te masturbas como casi todo los chicos. Tienes revistas de mujeres desnudas. A cuántas mujeres haz visto desnudas

No contesté nada, se me quedó viendo y me dijo

-no importa, eso lo hablamos en la noche. Tenemos que alcanzar al grupo; antes de levantarse me dijo. Quieres ver mis senos y tocarlos, con la cabeza le afirme sí

Gabriela empezó a desabrocharse la blusa, al terminar se subió el sostén a la altura del pecho; descubiertos sus senos me les quedé viendo, eran medianos como unas bolas firmes y un poquito caídas, su areola era de tamaño medio, arrugadita, su piel era blanca y su pezón como una ruedita paradita pequeña. Con las manos empecé a acariciar un seno, le apreté su pezón un poco y después ella me empezó a desbrochar el pantalón, me sacó el pene que lo tenia parado y me empezó a masturbar, me dijo chúpame los pezones, me acerqué y empecé a mamar sus pezones, nos estábamos prendiendo mucho y el tiempo era poco como para hacer algo más apasionado; ella detuvo la masturbación y me dijo mejor lo dejamos para la noche porque se les va a hacer raro que no lleguemos; los dos excitados, nos quedamos con las ganas de seguirle, nos vestimos; antes de alcanzar al grupo nos besamos apasionadamente y después empezamos a caminar aprisa para alcanzarlos

En el campamento empezamos a preparar todo para cenar, tener todas nuestras cosas guardadas para después del desayuno emprender la caminata hasta la carretera para regresar a la ciudad; así que solo era esta la noche en la que podríamos hacer todo lo que quisiéramos y teníamos que aprovechar porque nos habíamos quedado muy excitados, yo por lo menos tenia dolor en los testículos a pesar de que en la noche había tenido una gran eyaculación; yo supongo que si ella no se había masturbado, por lo menos tendría dolor en su vientre y ovarios por la congestión provocada por la excitación, tanto de la noche que me hizo sexo oral, como del agasajo que nos dimos en la tarde.

En la noche se encendió una fogata; entre la penumbra, los compañeros y la incertidumbre de saber lo que íbamos a hacer nos vimos Gaby y yo, nos hicimos señas para separarnos del grupo y estar a solas, nos encontramos y nos empezamos a besar como desesperados acariciándonos el uno al otro. Ella traía una pijama larga y yo vestía una pijama, pantalón y camisa; tratando de ocultarnos para amarnos nos fuimos detrás de unos árboles donde estaba un poco oscuro; nos arriesgamos a encontrarnos con algún animal, y ahí de pie, nos empezamos a excitar mutuamente; para empezar me tomó mi mano y me hizo que le tocara por debajo de la ropa para que yo viera que no traía sostén, me bajó la mano hasta su panochita y la tenia depilada y suavecita, no traía pantaleta; yo me bajé el pantalón y supo que no traía trusa; Gaby me empezó a besar y a masturbar y yo le acariciaba sus senos y enseguida con el dedo medio, lo metí entre sus labios mayores, frotando la zona del clítoris y después frotando los labios menores hasta llegar a la entrada de la vagina metiéndole el dedo lo más que pude varias veces por un buen rato para que ella se excitara más

Me dijo bésame el cuello, las orejas, chúpame los pezones con mordiditas suaves que eso me prende mucho y continua metiéndome el dedo más rápido; traté de meterle dos dedos al mismo tiempo pero le dolió con lo que me dí cuenta de estaba cerradita; quiero tener un orgasmo, hice lo que me pidió mientras ella me masturbaba, después me tomó la cabeza y me la llevó a sus senos para que chupara sus pezones otra vez; unas veces en el cuello y otras en sus pezones, no tardó mucho para que empezara a jadear y a gemir, su cuerpo empezó a sudar y a estremecerse, cuando me dijo sigue, sigue voy a tener un orgasmo. Continuaba gimiendo y jadeando, cada vez más fuerte, respirando entre cortado y su corazón latía aprisa, su cuerpo empezó a sudar más y de rato dió un gemido más fuerte para después moverse suavemente y minutos después me dijo ya tuve el orgasmo; mi dedo estaba adentro de su vagina metiéndolo y sacándolo y lo tenia mojado, como si se hubiera orinado, le saqué el dedo y nos besamos abrazados

De rato me dijo, que rico orgasmo me hiciste sentir, me gustó mucho, quieres metérmela, le dije sí, dijo vamos a hacer el intento; me subí a una piedra para alcanzarla y ella agarraba mi pene para meterlo en su vagina pero lo único que lograba era meterlo entre los labios menores que estaban lubricadísimos por el orgasmo; era una sensación riquísima frotar mi cabecita entre sus labios menores mojados, que le pedí me moviera el pene de arriba abajo para sentir placer, mis genitales por dentro me ardían, mi pene estaba teniendo contracciones y soltando lubricante constantemente, mis testículos congestionados me dolían mucho, pero no alcanzaba a penetrarla, al ver ella que no alcanzaba dijo no nos queda más que esperar a que se duerman para hacer el amor acostados.