Niño explorador (2)
Las experiencias que viví en un campamento terminaron.
Estuvimos esperando a que se fueran a dormir hasta que quedaran pocos para ver si podíamos entrar a una tienda donde se guardaban víveres; entrada la noche ya casi para que todos se retiraran, nos arriesgamos a ser vistos y nos metimos a la tienda; como pudimos por la poca luz que llegaba, pusimos una colchoneta en el piso, Gaby me dijo que me acostara en ella; me quitó la camisa y me bajó el pantalón, acercó sus labios a mi pene para besarlo y chuparlo, para excitarme y que se me parara, lo hizo por un rato, pero sin masturbarme para no eyacular; se quitó la pijama y desnuda se montó encima de mí agarrando mi pene y metiéndoselo en su vagina; al penetrar, como su vagina y labios estaban secos, la fricción que tuvo mi cabecita con su panochita me excitó mucho que se me puso más duro el pene a la vez que sentí como si fuera a eyacular, de inmediato le dije voy a venirme, ella con tono de preocupación me dijo no lo hagas, aguanta a que empiece a excitarme para gozarte dentro de mí, haber si aguantas a que tenga un orgasmo
Del placer tan fuerte que estaba teniendo dudaba mucho que pudiera soportar hasta que ella se viniera, se empezó a mover hacia delante y hacia atrás, sus gemido aumentaron y yo no podía aguantarme; si no se detenía lo más seguro era que eyacularia, así que le dije si te sigues moviendo voy a eyacular; se detuvo, se inclinó hacia delante, me empezó a besar y después me pidió que le besara el cuello y las orejas para excitarla más, inicié lo que me pidió y mientras lo hacia sentí que ella movía su mano rápido en círculos masturbándose en el clítoris; mi pene se fue humedeciendo poco a poco hasta llegar a estar mojado, al sentir que escurría un poco de su líquido por mis testículos le dije te está lubricando mucho la vagina o es sudor; ella se movió hacia delante y atrás, sentí mi pene empapado de su fluido, me dijo estoy lubricando mucho porque estoy excitándome para tener un orgasmo, le dije si crees que puedes tenerlo antes que yo muévete para que tengas el orgasmo, yo te aguanto y si no te digo
Dejó de masturbarse y rápido empezó a moverse de adelante hacia atrás, de arriba abajo, sus quejidos y sudor empezaron a ser más intensos, mientras yo pensaba que tenia que aguantar todo para que tuviera su orgasmo. Gemía más fuerte, se estremecía su cuerpo, seguía moviéndose intensamente y un gemido de satisfacción a la par de venirse con un chorro de fluido vaginal me indicó que ya había tenido el orgasmo, descansada y relajada continuó moviéndose pero despacio como disfrutando, suspirando y jadeando, cuando reaccionó me dijo si quieres ya puedes eyacular, le dije sigue como vas y yo termino; bésame el cuello y muévete más rápido
La lubricación en exceso por el orgasmo que tuvo era tal que la cabecita de mi pene estaba muy sensible y mi pene resbalaba con demasiada facilidad entrando y saliendo, sin sacarlo de la vagina; llegó el momento en que me excité tanto que mi cuerpo lo sentía caliente, mi corazón y respiración eran rápidas, el líquido me iba salir, era tan rico el placer al que llegué que dejé salir el semen en una contracción, tuve otras contracciones pero arrojé poco semen.
Gaby sintió mi semen entrando en su vientre, se quedó quieta disfrutando de la sensación que le producía mi semen caliente dentro de ella y cuando me quedé quieto, ella se inclinó hacia delante acostándose encima de mí; nos quedamos descansando una media hora y con el pene todavía dentro de ella; sabiendo yo que ya era lo último que iba a gozar le dije, ayúdame a eyacular otra vez, muévete como lo hiciste, y bésame los labios y el cuello; lo empezó a hacer y de rato mi pene se puso otra vez duro y grande hasta que sentí como empecé a tener otro orgasmo; era poquito el semen que salió y le dije ya terminé, quédate acostada arriba de mí hasta que se me haga chiquito el pene. Nos quedamos así hasta que dimos por terminada la relación sexual, se levantó limpiándose con papel las nalgas, piernas y panochita; se sentó junto a mí y en un gesto de ternura me limpió las nalgas, los testículos y el pene; aún desnudos los dos, ella se acostó a mi lado nos abrazamos y nos empezamos a besar a platicar a estar en silencio mirándonos; la besaba y me besaba con cariño
De rato se puso su pijama, me dió la mano para que me levantara, me vestí y decidimos irnos a dormir a nuestras respectivas tiendas. Al día siguiente muy de mañana llegó Gaby en donde estaba dormido, se me acercó al oído y me dijo Carlos despierta, despierta, en el momento en que me movía abrí los ojos y cual fue mi sorpresa verla a ella mi lado en pijama, le dije que pasó y me contestó
-nos vamos a ir en grupos separados de hombres y mujeres, no nos vamos a ver para despedirnos; no me quiero separar de tí así, me quedé con ganas de hacerte el amor otra vez, me quedé con ganas de sentirte dentro de mí, levántate y vámonos lejos de aquí a amarnos antes de que se levanten todos; me puse los tenis y nos salimos de la tienda rumbo al campo donde había árboles; ella traía un cobija en su mochila.
Cuando llegamos a un lugar donde había césped y árboles que daban sombra, Gaby tendió la cobija, yo me bajé el pantalón y mi pene estaba flácido y pequeño, ella lo tomó con su mano sacó la cabecita que era cubierta por el prepucio y me lo empezó a mamar, mi pene se empezó a parar y poner duro, en eso ella se acostó sobre la cobija, se subió la pijama hasta los hombros y separó las piernas doblándolas hacia ella poniendo los talones en la cobija; yo estaba de frente a ella viendo su panochita, como se separaban sus labios mayores; aunque estábamos apurados porque teníamos el tiempo contado le dije permíteme besarte tu partecita que se ve bonita, me dijo que sí pero que no tardara.
Me incliné hacia ella y con la yema de los dedos empecé a acariciar su conchita depilada y suavecita, con el dedo metido entre los labios mayores lo recorría de arriba abajo, froté un poco la zona del clítoris y enseguida acerqué mis labios a su vientre empezando a besarla desde ahí hacia abajo hasta llegar a su tesorito, me la pasé besando su panochita, separé los labios mayores y besé la zona del clítoris; mientras hacia esto ella suspiraba y se movía contrayendo su abdomen acariciando mi cabeza, después de haber hecho lo que quería, pasé a acercar mi pene a su conchita estando sentado sobre mis rodilla dobladas, hincado con la ayuda de ella metí mi pene en la vagina, al meterlo rápido ella suspiró y me sujeto de la cadera, me dijo cógeme para que tengas orgasmo aunque yo no te alcance.
Me la empecé a coger rápido y con la sensación rica que sentía en mis genitales no tardé en tener un orgasmo, porque de semen solo salió un chorrito pequeño; me quedé acostado encima de ella y de rato me empezó a besar labios y cuello, cuando se me volvió a parar el pene continué penetrándola hasta que tuve otro orgasmo, me volví a acostar sobre ella y después de reponerme deseaba seguir penetrándola por la sensación tan rica que se siente cuando uno tiene un orgasmo, pero le dije ya estoy satisfecho gracias, ya me cansé, me dijo déjame tu pene dentro de mí, quiero sentirlo, disfrutarlo en mi vientre, como se siente caliente. No sé cuanto tiempo pasó cuando ella dijo creo que ya debemos irnos para que no sospechen; cuando empecé a sacar mi pene estaba pequeño, flácido y mojado, y los dos nos estremecimos; ella me limpió el pene, se limpió ella, nos arreglamos y fuimos con los demás, desayunamos y al estar listos para irnos, como nos íbamos a separar nos despedimos besándonos y abrazados, hasta que ella se separó de mí y me dió las gracias por hacerle el amor de esa manera, me dijo que haría lo posible por volvernos a ver y nos dijimos adiós