Niña Lucía (Luis e Iván)
El atlético moreno lamió las gotas de semen que habían llegado hasta su barbilla y susurró algo al oído de Luis que Niña Lucía no pudo escuchar a pesar de tener el volumen de los televisores al máximo.
Continuación de:
La mañana siguió su curso. Cuatro adolescentes desnudos se dejaron llevar por sus fantasías y Ángela redescubrió el morbo que le daba ver follar a alguien. Tal vez lo que le excitaba era ver follar a Niña Lucía. Sea como fuere, el orgasmo que, poco más tarde, le ocasionó Nacho, incluso le cortó la consciencia por un segundo, mientras Niña Lucía y Joan seguían follando una y otra vez.
Las muchachas les regalaron a sus novios un corto show lésbico que hizo que Joan y Nacho volvieran "a la carga" en un espacio increíblemente corto de tiempo.
Justo en ese momento, sonó un móvil.
"Joder"- se quejó Niña Lucía torciendo el gesto al ver el texto del SMS recibido.
"¿Pasa algo, Luci?"- preguntó Ángela.
"Nada nada importante vamos Angie ¿Podrás con los dos?"- dijo la joven de pechos niños mientras miraba a Nacho y Joan, ambos con una erección que perdía consistencia a cada segundo de diálogo.
"¿Estás loca?"- se horrorizó Ángela. No iba a aguantar dos pollas en su interior ni borracha.
"Está bien ven, Joan "- se resignó Niña Lucía mientras gateaba por la cama.
Seis minutos y cuarenta y dos segundos después, toda vez que Joan se hubiera corrido en su boca, Niña Lucía comenzó a vestirse con una sonrisa.
"Deja a la parejita follar tranquila, cari "- le pidió Niña Lucía.- "Nos vemos mañana en clase, tengo que salir pitando hazte un bocata si quieres y luego los ayudas a ordenar la casa. No quiero que mis padres entren y noten que esto huele a orgía."
Sin más, Niña Lucía salió de su casa, masticando un chicle mientras releía el SMS de Natalia.
"Niña Lucia, ha surgido un problema con tu cuenta corriente. Tienes q venir a la casa a cobrar. T spero."
I. ¿Me llevas?
El semáforo se puso en verde y la moto frenó justo a escasos centímetros del paso de cebra. La parada del primero de los tres autobuses que Niña Lucía tenía que coger para llegar a la Casa de las Chicas estaba en la acera contraria, pero la joven, por puro instinto, desvió la vista hacia el motorista antes de cruzar.
La pequeña rubia se extrañó al notar que el motorista tembló bajo su casco al verla. Con una sonrisa, se fue acercando a la moto.
"Hola Lucía "- contestó desganadamente el motorista levantando la visera del casco, tras la que se vislumbraron unos rizos rubios.
"Hola Luis Bonita moto. ¿Me llevas?"
El joven se quitó el casco y Niña Lucía sintió de nuevo clavarse en sus pupilas verdes los dos vivaces ojos azules de su compañero de clase. El compañero de clase que se la folló en una discoteca. El compañero de clase al que se folló con un strap-on.
"Me han dicho que has tenido una buena bronca con tus padres."-dijo Niña Lucía mientras se montaba en el vehículo.- "¿Qué pasó?"
"Tú tienes la culpa. Si no hubiera sido por ti yo no "
"¿No qué? Y por cierto ¿No pensarás dejarme sin casco, verdad?"
Luis sonrió y dejó que Lucía le agarrara por las caderas después de pasarle su casco.
"Estoy saliendo con alguien"- dijo al fin el joven. Mirando como al despiste el semáforo, que seguía en rojo. El sol del mediodía brillaba en sus frágiles rasgos de niño. Mirándolos a ambos exclusivamente a la cara, pocos podrían decir que Niña Lucía y Luis superaban los quince años.
"¿Cómo se llama?"
"Iván"
"Vaya ¿tanto te gustó aquello?"- respondió, sorprendida, Lucía.
"Digamos que sólo me ayudó a ratificarme algo que llevaba un tiempo pensando."
"¿Que eras gay?"
"Que era gay."
"¿Eso quiere decir que estás fuera del mercado?"
El semáforo, por fin, se puso en verde y Luis aceleró, mientras Niña Lucía colaba sus pequeñas manos bajo la ajustada camiseta de Luis. Bajo el casco, se mordió los labios con picardía al dibujar con facilidad la silueta de sus marcados abdominales.
Poco tiempo después, la moto de Luis frenaba ante la "Casa de las Chicas".
"¿Quieres entrar? No voy a estar mucho tiempo, sólo coger un dinero e irme luego si quieres podemos ir a tomar algo y me cuentas "
"Está bien Si me dejas"
"No creo que me pongan problemas Por cierto, ¿Cómo conociste a Iván?"- inquirió Niña Lucía, tras devolverle el casco a su dueño y que éste lo guardara en la moto.
"Por ahí "- respondió sin mucho énfasis Luis.
"No me convence tu respuesta."
"No es importante cómo lo conocí."- respondió tajante el chaval.
"bueno, vale, vale no quería que te pusieras así. Perdón "- Niña Lucía bajó la cabeza apesadumbrada.
"Lo siento Luci pero verás no es que esté muy orgulloso de ello. ¿Sabes guardar un secreto? Mira contraté una agencia para concertar una cita. No quería que me follara, eso ya sabía que me gustaba. Quería pasar una noche, salir, divertirme con un chico y sí, besarlo y ver si me gustaba. Así que llamé a esta agencia y me mandaron a Iván Digamos que yo también le gusté a él y, aunque sigue trabajando para ellos, es mi chico. En fin no espero que lo comprendas."
"Tranquilo te comprendo más que nadie, Luis "- dijo Lucía, enarbolando una sonrisa.- "Por cierto, ¿Cómo se llamaba la agencia?"
"¡Luci!"- replicó el rubio.
"Sólo curiosidad, te lo prometo"
"Natural Escorts o algo así no lo recuerdo bien."- dijo, rojo de vergüenza, el joven.
No se esperaba la brutal carcajada de Niña Lucía.
"¡Luci! ¿Qué pasa contigo? ¡Si lo llego a saber no te lo digo!"
"Tranquilo, Luis, tranquilo, no es por lo que crees. Ven, vamos dentro "- pidió Niña Lucía, tratando de aguantar como mejor podía la risa.
"Hola Luci Pensé que no llegabas"- la escueta vestimenta de Natalia sorprendió a Luis, pero no a Niña Lucía. Sólo unas sugerentes braguitas y una camiseta apretada que resaltaba sus dos generosos pechos vestían a Natalia. Luis y Lucía supieron que no llevaba sujetador por la forma en que se le marcaban los pezones.
"Hola, Nat es que cuando me llamaste estaba ocupada "- respondió la joven con la mejor de la sonrisa.
"¿Quién es él?"- preguntó la directora y fundadora de "Natural Escorts"
"¿Él? Se llama Luis. Y es el novio de Iván."
Luis se volvió hacia Lucía con los ojos como platos, y luego miró a Natalia con la misma cara. ¿De qué iban a conocer ellas a Iván?
"¿De Iván? ¡No jodas! ¡Iván!"- gritó hacia las escaleras Natalia.- "Gloria, sube arriba y dile a Iván que baje "
Luis creyó que el corazón se le paraba.
"Pe pe pero ¿qué pasa aquí?"
"Luis, bienvenido al cuartel general de Natural Escorts. Aquí es donde trabaja Iván"- le reveló Niña Lucía.
"¿Qué?"
"Y Niña Lucía es la última de nuestras adquisiciones "- continuó Natalia.
"¿Cómo?"
Niña Lucía respondió mordiéndose el labio inferior y sonriendo mientras juntaba sus manos detrás de la espalda en un gesto pícaro e infantil.
II. ¿Qué haces aquí?
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Un musculoso y mojado hombretón bajó las escaleras vestido únicamente con una escueta toalla blanca de felpa. A pesar de sus facciones duras, sus amplísimas espaldas y el exagerado moreno de su piel, tenía una delicada sutileza al caminar. Quien lo viera, le podría colocar más de veinticinco años, cuando la verdad es que no sobrepasaba los veintidós.
"¡Luis!"- exclamó el hombre, que pocos segundos antes acababa su ducha.
"¡Iván!"- Exclamó su novio, un joven menor de edad rubio y de sorprendidos ojos azules.
Natalia y Niña Lucía estallaron en risas. Los dos hombres se habían quedado petrificados, mirándose el uno al otro.
"¿Qué? ¿Qué demonios haces tú aquí?"- Preguntó Iván cuando dejó de boquear como un pez sacado del agua.
"Yo pues ella la moto yo Mierda"
A Niña Lucía se le saltaron las lágrimas de la risa. Natalia intentaba controlarse y Gloria, que observaba la escena detrás de Iván, también sonreía divertida.
"Habladlo en privado, chiquitines"- dijo Gloria al oído de Iván.
"Luis, vente, vamos arriba "- dijo Iván, extendiéndole un brazo a su novio mientras con la otra mano mantenía fija en su sitio la toalla.
Luis asintió y siguió al moreno joven que le dirigía a través de la casa.
"Y Luci ¿tú de qué conoces a Luis?"
"Somos compañeros de clase. Además hemos tenido nuestros encuentros."- sonrió la pequeña rubia, dándole a la última palabra un perverso soniquete.
"¿Y ahora es gay? Joder nena ¿Qué hiciste que lo asustaste?"
Niña Lucía rió.
"Nada al contrario fui yo el que lo enfilé por esa senda "
"¿Y eso?"
"Digamos que no hay demasiadas cosas que diferencien a un hombre de una mujer con un strap-on"
"Niña coge el dinero y corre de aquí porque me están entrando unas ganas de follarte por todos los agujeros que "- La exuberante mujer resopló y le tendió a la rubia su primera paga de Natural Escorts.
"Oye ¿Y qué estarán haciendo estos dos?"- preguntó Niña Lucía mientras agarraba los billetes.
Natalia sonrió y salió del salón de la casa. Niña Lucía recordaba bien la estancia. Era donde había pasado su iniciación a manos de las nueve veteranas
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Salió también la rubia y siguió a Natalia por el largo pasillo. Finalmente, llegaron a la librería donde Natalia había llevado a la pequeña adolescente el primer día, cuando le explicó lo que podría ser su cometido si ella aceptara. Y aceptó.
Niña Lucía miró a su alrededor. Nada había cambiado. Las librerías repletas de libros tapaban las paredes y la misma modesta televisión parecía el único entretenimiento no legible de la estancia. Los dos mismos sofás estaban en el mismo sitio, en el centro de la habitación. Natalia giró uno de ellos, encarándolos hacia la librería contraria al televisor.
"¿Ves esa tele? Pues es una mierda. Ni siquiera va sin embargo éstos "
Natalia movió un par de libros y la biblioteca pareció venirse sobre ella. Sin embargo, lo que pasaba es que esa librería era falsa, nada más que unas puertas decoradas de forma que conjuntaran con el resto de librerías reales de la estancia. La voluptuosa morena corrió las dos puertas cada una a su lado y descubrió cuatro enormes televisores rellenando media pared.
"Todas las salas de arriba están monitorizadas. Lo que allí pasa no se graban en vídeo a menos que alguno de los interesados lo pida expresamente. Un día te tengo que pasar el vídeo de nuestra sesión con Pedrito. No hay vez que no lo vea que no me ponga cachonda como una perra. Pero en fin Luis e Iván están en la sala siete. Los canales están de forma que el primer número sea la sala y el segundo, el número de cámara. Hay cuatro cámaras."
"¿71, 72, 73 y 74?"
"Exacto, niña Sólo el televisor de arriba a la derecha tiene sonido. Súbeselo al máximo si quieres escuchar algo. No hay videos disponibles, así que no lo vas a poder grabar. Pero puedes ver todo lo que hagan Iván y tu pequeño amiguito. Eres libre de masturbarte si quieres. Pero si lo ensucias, lo limpias. Tienes suerte de que me toque a mí llevar un cliente. Si no En fin disfruta de la película"
De un pequeño cajón, Natalia extrajo cuatro controles remotos idénticos a excepción de una etiqueta en cada uno que explicaba cuál de los cuatro televisores manejaba.
Natalia salió de la habitación, cerró la puerta y Niña Lucía tragó saliva.
Su mano tembló sobre el mando. ¿Se atrevería a irrumpir en la intimidad de una pareja? Recordaba la sensación que le había producido el espiar a Joan y Ángela mientras follaban, una mezcla entre celos, malicia, odio y lujuria, mucha lujuria. ¿Sentiría los mismos celos por Luis?
Sólo había una forma de comprobarla.
Encendió uno de los televisores y marcó el canal 72.
Una vista aérea de la habitación le reveló a Iván y Luis sentados sobre la cama.
Se estaban besando.
III. La sala número 7. PX
El beso entre dos hombres se le hizo extraño a Niña Lucía, que buscó en las otras tres cámaras hasta encontrar un buen plano de las dos bocas devorándose.
Un beso puramente masculino carecía de la parte sensible y delicada que, según suponía Niña Lucía, le imprimía la chica. Aún así, para la joven rubia, no dejaba de tener un fascinante morbo.
Niña Lucía dejó el primer televisor en el plano más cercano posible, con el volumen al máximo para escuchar cualquier susurro de la pareja, se quitó los pantalones y, con la mirada saltando de pantalla en pantalla, comenzó a acariciarse.
"No sabía que trabajaras aquí, lo prometo. Si no, no habría venido, no me habría atrevido a interrumpirte."- trataba de disculparse Luis.
"No te preocupes "- respondió el musculoso moreno dibujando garabatos con su dedo índice sobre la ajustada camiseta de su joven novio.- "Me alegro que hayas venido "- añadió, con una sonrisa pícara.
Incluso Niña Lucía, televisión de por medio, se dio cuenta del bulto que se formaba bajo la toalla de Iván.
"Joder, Iván ¿Aquí? ¿Y si entra alguien?"- preguntó Luis, dándose cuenta de la suculenta erección que se formaba en el cuerpo de su novio.
"No entrará nadie. Venga lo estás deseando "
Iván se levantó y se soltó la toalla, que cayó al suelo, alrededor de sus pies.
"Oh, joder, Iván "- gimió Luis, clavando sus ojos en la polla erectísima de su pareja.
"Oh, joder, Iván "- gimió Niña Lucía, clavando sus ojos en la polla erecta que dibujaban las pantallas.- "¡Qué pollón tienes!"
Sin siquiera pensarlo, Luis se arrodilló y se embutió el glande de Iván en la boca. Niña Lucía no pudo evitar gemir al ver las mejillas de su compañero deformarse a causa del enorme invasor.
"Necesitas algo más de experiencia, Luisito has de ir más suave "- se dijo a sí misma la adolescente.
"Tranquilo, cielo sin prisas "- se oyó decir a Iván, y Luis ralentizó sus caricias.
El joven rubio sentía pegársele al paladar el aroma a masculinidad de Iván. Trataba de mirarlo a los ojos mientras se la mamaba, pero cada vez que subía la mirada, no podía evitar entretenerse en pasear la vista por los marcados abdominales de su chico, el primer hombre al que había penetrado, y si no hubiera sido por Niña Lucía, el primero que lo hubiera penetrado a él.
Luis siguió con su trabajo bucal. Su boca, de labios finos y rectos, devoraba una y otra vez el bálano de Iván, mientras éste perdía su mano derecha entre los rubios rizos del más joven de los dos.
Iván gozaba de las caricias. Niña Lucía lo podía ver por la segunda de las pantallas. Luis podía comprobarlo por el latir de su polla. Después de comer tantos coños, el mamar una polla era una experiencia siempre distinta, una sensación de lleno absoluto en la boca, igual que el que sentía en su culo cuando Iván se la metía entre nalga y nalga.
"Quieto, cielo no quiero correrme ahora "- La voz del moreno, al igual que sus gestos, era decidida y dominante. Estiró de los rizos de Luis hacia atrás, sacándole su polla cubierta de saliva de la boca.- "Desnúdate".
Niña Lucía observó un ligero temblor en Luis. Eran los nervios propios de la excitación. Con presteza, el rubio adolescente se quitó la camiseta y la tiró a un rincón, exponiendo al aire el mismo torso desnudo e imberbe que una vez Niña Lucía había palpado en los baños de una discoteca. Ahora sabía la joven que no se depilaba completamente sólo para sus clases de natación, que tenía en verano únicamente. Era por estética, por limpieza, por suavidad, por coquetería femenina.
Las manos del rubio temblaban al desabrocharse el botón de los vaqueros. Iván lo ayudó y vaqueros y slips cayeron al suelo.
Luis tenía una notable erección.
Su novio lo echó sobre la cama con un empujón decidido. El rubio cayó de espaldas y abrió las piernas, dejando que tanto Iván como Lucía, gracias a las cámaras escondidas, vieran el ano del delgado adolescente amanecer entre sus nalgas.
Iván sonrió con una seductora sonrisa de dientes blancos. La misma que había encandilado a Luis y la misma que había terminado por convencer a Natalia que Iván sería un estupendo acompañante. Luego ambos descubrirían los casi veinte centímetros de su polla y los estragos que podían hacer en su culo.
Iván se arrodilló a la orilla de la cama, y se inclinó hasta que su boca quedó al nivel de los cojones de Luis. Se metió uno en la boca, y con la mano acarició la polla del jovencísimo rubio. Luis se estremeció. Le hizo el mismo tratamiento al otro testículo y su mano se engarfió sobre la larga y delgada polla de Luis. Luis gimió.
Iván comenzó a masturbarlo lentamente, y su lengua abandonó los testículos para bajar más, mientras Luis abría aún más sus piernas elevándolas en el aire y facilitándole el acceso a la sinhueso de su musculoso compañero.
La lengua de Iván comenzó a lamer sin pudor el ano de Luis mientras lo masturbaba con la mano derecha.
Niña Lucía, con las braguitas encharcadas y una mano bajo ellas, recordó aquella tarde en el baño de su casa en que había hecho lo mismo. Lamerle el culo mientras lo pajeaba.
A Luis le encantaba. Se mordía el labio inferior mientras cerraba los ojos y se agarraba las piernas evitando sobrecargarlas.
Iván, mientras repetía lengüetazos sobre el cada vez más palpitante ano de Luis, masajeaba su propia polla con la mano izquierda y la de su joven novio con la derecha. Ambas al mismo ritmo suave y sin pausa.
Dejó de masturbarse cuando vio que iba a correrse. Estaba entrenado para aguantar. Cambió la mano que masturbaba a Luis, que seguía abrazándose a sus corvas, e hizo descender la derecha hasta que el índice se paró a la entrada del boqueante agujerito del alumno de instituto.
Apartó momentáneamente la lengua y el dedo avasalló los esfínteres de Luis, que respondió con un gemido gutural. Aceleró ambas manos. Niña Lucía veía cómo ése dedo no tenía más misión que hacer acto de presencia, demostrar a Luis que, mientras lo pajeaban, le follaban el culo.
La lengua se adaptó al dedo invasor y comenzó a acariciar los morenos bordes del ano con rápidos lengüetazos, mientras dedo índice derecho y mano izquierda iban aumentando la velocidad.
Niña Lucía no sabía cuántos minutos llevaba Iván masturbando a Luis. Pero sabía que su compañero de instituto estaba a punto de correrse, envuelto en gemidos y sudor.
"Iván Iván Iván Iván "- repetía Luis una y otra vez, al borde del delirio.
El índice entonces frenó su violento metisaca y buscó algún punto interno en el recto de Luis. Y, al tiempo que seguía masturbándolo, pareció encontrarlo, porque Luis gimió quedamente y comenzó a correrse sobre su propio vientre.
Inacabables chorretones de semen se esparcieron sobre su esbelto torso, llegando a embadurnarle los pezones e, incluso, tal fue la fuerza con que brotaron de la enhiesta polla del rubio, llegar a la barbilla de Luis.
Iván recogió algo del semen de Luis con el dedo que acababa de sacar de su ano, y lo llevó hacia la aniñada cara del joven, que, casi por instinto, abrió la boca y recibió sobre la lengua su propia semilla.
El atlético moreno lamió las gotas de semen que habían llegado hasta su barbilla y susurró algo al oído de Luis que Niña Lucía no pudo escuchar a pesar de tener el volumen de los televisores al máximo.
El rubio asintió y, lentamente, aún recuperándose de su poderoso orgasmo, se dio la vuelta sobre el lecho para ponerse a cuatro patas.
Iván iba a follárselo.
La cámara primera los grababa de perfil de tal forma que Niña Lucía podía ver la polla cada vez menos erecta de Luis colgando boca abajo mientras Iván, erecto y poderoso, se acercaba a Luis por detrás.
Se ensalivó la polla con esmero. Apuntó al anito del rubio y empujó. El gemido de Luis se prolongó durante segundos, los que tardó la polla de Iván en hundirse completamente en sus entrañas.
Niña Lucía se maravilló. Nunca había pensado que una polla así le pudiera caber en el cuerpo a Luisito.
Una, dos, tres, cuatro, cinco embestidas. El choque de las caderas, los cojones golpeándose, los gemidos de Luis e Iván Niña Lucía deseó poder subir más el volumen del televisor para que los sonidos llenaran completamente la salita.
La polla del moreno aparecía y desaparecía en el estrecho culito del rubio, que se arqueaba de placer, a pesar de los intentos de Iván de mantenerlo con la cabeza pegada a la almohada para que su polla entrase mejor.
La morena piel de Iván contrastaba con la de Luis, que sin ser nada pálida, no llegaba al ligero tizne árabe que parecía poseer el más mayor de los dos.
"Me vuelves loco, Luisito tienes un culo perfecto me encanta tu culito, putita"
Niña Lucía nunca pensó que a Luis podría excitarle que le llamaran "puta". Pero aunque su polla estaba otra vez arrugada y sin vida, su sonrisa lasciva y sus gemidos de placer delataban una excitación creciente.
Iván extrajo la polla del cuerpo de Luis y lo obligó a girarse, quedando de nuevo acostado de espaldas sobre las deshechas sábanas de seda. Arrastró sus caderas hacia el borde de la cama y, colocándose él de pie en el suelo y subiendo ligeramente el culo de Luis, lo volvió a penetrar de esa forma, a la vez que se echaba las estilizadas piernas de Luis sobre los hombros.
Y nuevamente el choque de pieles. Y los gemidos. Y el "puta" de Iván. Y la sonrisa de puta viciosa y satisfecha de Luis. Y sus ojos en blanco cada vez que Iván le penetraba hasta el fondo.
Niña Lucía había olvidado su sexo. De rodillas sobre el sofá, se masturbaba por el culo, soñando que cada embestida de Iván la recibía ella.
"Te quiero, Luis me vuelves loco "- Los jadeos de Iván era cada vez más pesados.
Finalmente, tras unas últimas y poderosas embestidas, Iván extrajo la polla del culo de Luis, le separó las piernas y se masturbó sobre él hasta volverlo a pringar de su semen, que se mezcló con el de Luis sobre el delgado vientre y el depilado torso del rubio.
Los últimos trallazos de semen se descolgaron por la polla de Iván, manchándole también la mano con la que se masturbaba, pero Luis, aún enfervorizado de sexo, lamió la polla de su chico hasta no dejar una sola gota de nada que no fuera saliva sobre la verga de Iván.
Niña Lucía lo observaba todo sin atreverse a pestañear. Había vuelto a masturbarse y se notaba próxima al orgasmo, pero alguien tocó a la puerta.
"Mierda"- gruñó Niña Lucía, que pensó si seguir masturbándose o vestirse para atender a quien tocaba.
Se decidió por lo segundo y se puso de nuevo los vaqueros y sus zapatos.
"¿Hay alguien ahí?"- preguntó una voz femenina.
"Sí, un momento "- dijo Niña Lucía, mientras terminaba de abrocharse los vaqueros y le echaba un último vistazo a las pantallas, donde Luis e Iván se abrazaban desnudos y mirándose tiernamente.
Apagó los televisores y abrió la puerta.
"Hola, Vane estaba viendo unas cosillas"- dijo Niña Lucía tras abrir la puerta, aún con un escandaloso rubor en las mejillas.
"¿Lo has grabado?"
"No hay cintas"
"Mierda "- se quejó la veinteañera.
Poco después, la puerta de la sala número siete se abría repentinamente, interrumpiendo el beso de Iván y Luis.
-
"¡Lucía!"- se quejó Iván.
"¡Luci!"- lo secundó Luis.
"Creo que ya os lo habéis pasado bien ¿No?... Ahora, Luis ¿Me llevas a casa?"- preguntó Niña Lucía tratando de poner cara de niña buena.
Ya no le salía.
CONTINUARÁ
Kalashnikov.