Niña Curiosa 3

Despertar de una putica....

El agua de la regadera caía sin compasión, salpicando los azulejos de las paredes, y la sombra atlética de mi tío, se dibujaba a través del cristal de las portezuelas… bendita el agua que besaba su desnudez, bendita su desnudez que despertaba mi lujuria.

El momento mágico de mi primera vez, no había aplacado mi curiosidad, sentía unas ganas enormes de descubrir más; mis pensamientos se distraían continuamente, recordando aquel sexo que penetrándome me había causado tanto placer y la imagen de su reata chocando en mi coño, se repetía hasta en mis sueños, haciendo que despierte con una inquietud entre mis piernas y con el biquini húmedo perdido entre las sábanas.

Aquella tarde, me escabullí al interior del cuarto de baño, envalentonada por una curiosidad mal sana de espiarle, de recorrer nuevamente con mis ojos ese cuerpo que hace tan poco me había hecho mujer.

Sin duda mi tío era hermoso, tenía la espalda ancha, los brazos fibrosos, las manos grandes que me hacían recordar como mis pechos guarecieron en ellas,  los muslos fuertes como columnas macizas, un vientre firme lleno de vellos y las caderas ágiles, muy ágiles para dar batalla…

Instintivamente mis ojos bajaron en el  instante en que deslizaba la espuma a su pelvis,  acariciaba su pene, lo tomaba en su manos retirando el velo que cubre su glande, hizo un par de movimientos de subida y bajada, y automáticamente comenzó a endurecerse, a templarse tomando forma de una arma que  apunta hacia el frente, yo lo miraba boquiabierta y se me antojaba ser herida, apuñaleada repetidas veces hasta  matar mis bajos deseos; luego acarició con su otra mano sus esferas, dejando que  el agua tibia caliente sus ganas  y sé, que mientras se la halaba… pensaba en mi

No pude evitar que un estremecimiento en medio de mis muslos me traicionara, tampoco pude impedir que la tanga  se me mojara, estaba allí, absorta, gozando en silencio, mirando como su pieza crecía hasta marcar  sus venas y tomar el tono rojizo de un miembro  que goza de una buena manoseada.

Levanté la una pierna sobre el inodoro, haciendo a un lado la tanguita deslicé mis dedos por mis pliegues, imaginando que en lugar de  sus manos fuera mi boca la que se acoplara a su sexo, sé que podía entrar y darle al menos una chupada, pero me sentía pegada al piso… ¡cómo me incendiaba viéndole masturbarse.!!

Colgado de la portezuela  su bóxer se bandereaba, fetichista acerque mi rostro y percibí una vez mas su aroma, como si llenándome por dentro de ese olor carnal pudiera aplacar mis pinches ganas de ser cogida…soñaba con que me reclinara contra la pared, abrir mis piernas y a medida que el agua cayera sobre mis caderas, él chapuceara en mi coño…

Apurada levante mi camisetilla, mis manos corrieron a masajear mis senos, mis pezones dando muestras de alegría se tensaron y mis dedos se extendieron  hacia ellos para intentar calmarlos. Sentía mi sexo húmedo, los labios hinchados y el clítoris se levantaba exigiendo caricias. Quien era yo para negarle a mi cuerpo el placer que necesitaba, como podía impedir que mis dedos bajaran a descubrir los caminos   que me llevan a una buena corrida, sin embargo pese a mis crecientes deseos aun era una chiquilla inexperta y no hacia mas que sobar torpemente en busca de aquellos puntos que me hicieran gemir.

Estaba embebecida, la espuma caía por la espalda de Martín, perdiéndose en su trasero, mientras una ligero chorro de agua tibia bañaba su rostro deslizándose hacia el pubis, su mano continuaba aprisionando su falo mientras con la otra se apretaba los testículos, de rato  en rato las intercambiaba acompañado de un suave gemido que se confundía cono el ruido de la regadera.

De pronto la  cortinilla se abrió y heme ahí con la cara viciosa…las manos entre mi sexo y el cuerpo tenso en espera de un desenlace…

_Que pasa nena!!…será que en esta casa ya no es posible ducharse con privacidad? dijo mientras maliciosamente sonreía

Sentí arder mis mejillas, y huí hacia la salida acompañada de su risa burlona, pero llenándome de altivez me volteé diciendo:

_No puedes salir de la ducha… mientras no me hayas enseñado a masturbarme!!

Sus ojos se abrieron sorprendidos y su pene volvió a tensarse….

Me besó dulcemente… la frente…los ojos…la boca, se puso en cuclillas mientras me ayudaba a sentarme en el filo del inodoro dejándome despatarrada.

_Es fácil mi niña…primero aprende a jugar con tus pechos…

Con sus manos abrazó mis senos dándoles suaves giros, primero hacia la izquierda, luego  a la derecha como si los enroscara, se sentía una tibieza especial, con sus dedos acariciaba hacia los costados, desplazándolos en forma diagonal desde las costillas hacia el centro, yo gemía entre cada apretón mientras él continuaba paulatinamente hacia los pezones rozándolos sutilmente y de cuando en cuando estirándolos sorpresivamente.

Con dos dedos como si fueran una tijereta  sostenía un seno mientras su otra mano  atornillaba deliciosamente el pezón, luego intercalaba; su lengua se paseaba por la aureola abriendo la boca totalmente y succionando desde la base hasta terminar halando los pezones con sus dientes, los chupaba incansable haciendo que yo expulsara el tórax hacia adelante en busca de más succiones, moría de felicidad…

Tomó mi mano e hizo que levantara mi seno a la boca, desde jovencita mis pechos fueron grandes, así que doblándome, con mi lengua alcanzaba a rozar  mis pezones… que  sensación mas deliciosa!!  mis propios labios jugueteando en  mis pechos.

Su mirada cachonda me animaba a continuar, a la vez que agachándose me ensalivaba las ingles, su palma quedó presionada sobre mi pubis imprimiendo movimientos de arriba  hacia abajo, que me hacían abrirme más,  jugueteó en mis labios menores frotándoles con pequeños golpecitos, la fricción  aumentaba sobre el capuchón de mi clítoris; sus yemas frotaban la base en forma circular mientras su otra mano tiraba de mis labios manteniendo una suave tensión a la a vez que un par dedos se introducían  en mi vagina, dándome la  sensación de querer venirme. A medida que aumentaba la presión y el ritmo, mis piernas se abrían y cerraban buscando alargar las contracciones, y justo en ese instante se zambulló en mi vagina  atrapando  los pliegues e introduciendo su lengua… no pude mas, me tensé, y exploté en un intenso orgasmo, que me dejó temblando.

Entre jadeo y jadeo miré hacia abajo, su pene estaba endurecido, destilando  gotillas, se incorporó y sujetándome de la mano me llevó a la regadera.

_Ven mijita …que ahora me toca a mí !!

Sin decir más me tomó de las caderas obligándome a doblar mi cuerpo hacia adelante  con  mis manos contra la pared, mis genitales quedaron abiertos a sus intenciones, y   agarrándome de la cintura, empezó un rápido movimiento de mete y saca, sus caderas golpeaban duro contra mi sexo y a medida que aumentaba el ritmo de sus embestidas el calor de sus palabras se hacia mas notorio.

-Te gusta putita? Te gusta como te la clavo?

_Siiii, Martín dame… dame mas fuerte, me gusta  mucho…

_Así esta bien mi golfilla ,? o quieres más duro…

_Mas duro tío ..,más duro… quiero correrme otra vez!!

Sus manos se aprisionaron de mis  pechos, mientas su sexo  me llenaba…el chorro de agua tibia caí en mi trasero y el choque de su pene contra mi vagina, producía sonidos como si chasqueara por dentro. Qué rico me la clavaba, entraba y salía sin compasión, follándome sin miedo, a momentos sus embestidas eran crueles  sin embargo mi cuerpo se acomodaba a sus embates… se sentó, y yo caí sobre él con las piernas separadas, le cabalgaba con furia,  mis piernas eran fuertes y no perdía el ritmo, ni tampoco  me perdía el placer de su rostro desencajado en un rictus de placer. Mi procedencia amazónica, mis raíces selváticas se imponían, despertando a una amazona, hambrienta por guerrear…

Mis tetitas se balanceaban y a momentos me tiraba hacia él dejando que las besara, para luego ofrecerle mi lengua antes de volver a cabalgar. Me sujetaba de las caderas dirigiendo el compás e impidiendo que me detuviera, tomó la manguera de la regadera, y abriendo el grifillo, dejó que un chorro con potencia cayera por mi culito, el agua tibia lo dilataba, y facilitaba la introducción de su dedo medio en mi esfínter, enloquecida y a punto de explotar de nuevo dejaba que me cogiera salvajemente. Aceleré el movimiento disfrutando de deliciosas contracciones que invadían mi vulva.  Notando que me corría, apuntó el chorro del agua contra mi clítoris alargando de manera gloriosa las pulsaciones y regalándome la mejor de  mis corridas.

Jadeaba emocionada, sintiendo aun como su pelvis golpeaba contra mi sexo, unas cuantas arremetidas más y el potente gemido de mi tío y la quietud de su cuerpo me indicaron que también se había venido.

Me quedé sobre él con mis piernas abrazando su espalda, y mi cabeza acomodada en  sus hombros.

Esa noche dormí delicioso, con el recuerdo de sus besos.

El fin de semana Martin llego de visita, siempre había tenido  la costumbre de pasar con nosotras y ahora lo hacía más frecuente que nunca. Aquel sábado nos habíamos quedado en casa, puesto que mi madre estaba algo desanimada y no tenia ganas de arreglarse para salir; se veía un tanto  marchita, creo que a la pobre le faltaba algo de compañía masculina.

En el almuerzo sentí la mano de Martin sobre mi muslo, deslizándose hacia arriba, últimamente no habíamos tenido  oportunidad de estar solos, y nuestros cuerpos se extrañaban; lamentablemente durante la mañana no habíamos podido pasar  de algún roce disimulado o un beso al apuro, y la tarde  no prometía nada ya que mamá se había recostado sobre el sillón, y ambos charlaban animadamente sobre trabajo y sus cosas  mientras yo definitivamente me aburría como una ostra.

Fastidiada me retiré, no tenia  ninguna intención de que llegara la noche en aquella monotonía, tomé una ducha, y para vestirme agarré una  blusita que me llegaba hasta el ombligo  de esas que marcan los senos, y que por la finura de la tela resaltan los pezones, escogí una falda corta la más corta de mi ropero, el modelo coqueto se amoldaba a las caderas dejando exhibir  la silueta, así como los muslos desnudos que se alargaban con los tacones; usé maquillaje un tanto mas de lo usual que pese a ello no quitaba de mi rostro los últimos vestigios de inocencia que ahora se aleaban con una dosis fuerte de sensualidad

Sali de mi habitación y me detuve en las escaleras, el cuadro era perfecto, mi tío estaba ubicado en el sillón del frente mientras mi madre quedaba oculta por el espaldar del mueble. Bajé los escalones despacio,  zarandeando las caderas y taconeando suave, quería llamar su atención y lo estaba logrando, su mirada no perdía detalle de mis movimientos,  arrastrándose desde mis pantorrillas hasta mi rostro, con una descarada pausa en mis pechos…en mis caderas…en mis muslos…

Al ruido del taconeo mi madre se  dio vuelta y  algo contrariada señaló:

_Para donde vas Diana y….vestida así?

_Ay mama, déjame salir un rato solo voy donde mis amigas.

_Sabes que no me gusta que salgas sola y menos con ese tipo de ropa!!

_Mamá se te olvida que ya no soy una niña…solo quiero dar una vuelta

_Hija entiendo en la edad que estás, pero de ninguna forma sales así,  mira hasta tu tío se ha sorprendido de verte asi!!!

Reí  para mis adentros mi pobre madre no imaginaba porqué mi tío me miraba así…Martín tragó saliva y entre dientes musitó

_Si Dianita, estas muy linda pero mejor haz caso a tu madre.

_ Ok, entonces iré a encerrarme en mi habitación mientras todos se divierten!! Vaya familia que me ha tocado!!!

_Espera…espera hija,…dijo mi madre conciliadora,  porque no le dices a tu tío que te lleve a dar una vuelta?

Estaba consiguiendo lo que quería de manera  fácil…

_Ay mama, no se si es buena idea después de todo…no se si a mi tío le aburre estar conmigo, esto ultimo lo dije plantando intensamente la mirada en la bragueta de Martin

_Ahh…este… que dices Dianita, por mi no hay lío…te llevo a donde quieras.

Ese “a donde quieras“ lo sentí remarcado… todo estaba resultando como yo quería, a mamá misma se le “ocurrió la idea” y fue ella la que sugirió que saliéramos juntos o no?

Subimos al auto y mi tío algo nervioso arrancó a toda velocidad.

_Sabía que mamá no me dejaría salir  vestida así,  sin un guardaespaldas….ves tío que fácil se logra permiso sin levantar sospechas­…a poco no soy muy lista?

_Jajaja eres realmente un encanto y por cierto cual es el misterio, a donde vamos princesa­?

_A donde?...a…a… a tu casa…dije desviando la mirada hacia la ventana, un tanto avergonzada.

Llegamos, mi tío tenia un departamento que si bien no era muy grande si lo suficientemente cómodo; al cruzar el umbral, me abrazó por detrás llenando de besos mi cuello, y nos dirigimos a su habitación

_Espérame un minutico nena, voy a tomar una ducha, mientras puedes entretenerte viendo tv.

_ok, tío ve tranquilo.

Me tendí en su cama, me quite los tacones, y agarrando el control remoto empecé a buscar alguna programación que me entretuviera. Mi tío tenía cable internacional así que la cantidad de canales era innumerable, cambiaba uno a otro sin que nada llamara mi atención, hasta que una escena, me forzó a detenerme.

Una preciosa rubia se ubicaba en cuatro al filo de una mullida cama, sus cabellos caían por la espalda, y su desnudez dejaba ver la perfección de unas líneas que graciosamente se ensanchaban en las caderas, permitiendo ver entre sus muslos casi hasta su  alma…

Sus labios teñidos de rojo, se entreabrían, dejando escapar incesantes jadeos, sus pechos con botones disparados se bamboleaban al ritmo de los testículos del tipo que se la cogía, era  una diosa, una verdadera diosa del erotismo, y soñé… soñé con parecerme a ella…

Instintivamente, empecé a desvestirme, me quité la blusa, y saltaron mis pechos desnudos,  la falda cayó por el piso al igual que mi tanga. Coloqué mis rodillas en la cama, mis codos sobre el almohadón, y el espejo  del espaldar me devolvió la imagen felina de una morena sensual.

Me miraba a mi misma sin reparo, como desconociéndome, donde estaba quedando la jovencita inocente que se refugiaba dulcemente en brazos de su tío?.... Me sentía diferente, como si hubiera roto los grilletes que me encadenaban y al fin como una mariposa inquieta me abría a la vida y  al sexo

Un estremecimiento cortó el hilo de mis pensamientos, Martin estaba a mis espaldas contemplándome enmudecido, atreviéndose a rozar con su dedo el final de mi espalda, también  surcaba los senderos de mis caderas, las elevaciones de mis pechos, las planicies de mi vientre y cada recodo de piel que encontrara, mientras en la tv, la rubia  en igual posición gemía descontrolada…

Eres hermosa dijo casi sin aliento y yo  me sentí feliz, de ser la dueña de sus ojos y  la causante de que su toalla se levantara.

Con las yemas de los dedos, pellizcó mis labios mayores, juntándolos y besándolos lentamente. Abrió paso separando mis labios y  permitiendo  que su lengua acaricie mi sexo. Formaba círculos lentamente con su nariz, como si quisiera penetrarme con ella, luego hizo lo mismo con sus labios y su  barbilla… besaba profundamente. Mordisqueaba y chupaba suavemente el clítoris Intentando tomarlo entre sus labios y con ligeros soplidos me llevaba a la gloria…

_Ven chiquita quiero enseñarte algo…

Se recostó en la cama y yo quede sobre él, su boca a la altura de mi sexo y la mía al alcance del suyo en un magnífico 69, que me hacia alebrestar con una animalito goloso, separé todo lo que pude mis piernas para que el tuviera total acceso, a la vez que me llenaba la boca de toda su erección.

Mi lengua lo rozaba desde la base, se paseaba por la textura suave de su troco, alcanzando poco a poco la cima, mi boca llena de saliva formaba una cuna tibia que le ofrecía abrigo, y suavemente, engullí su glande.

Con mis labios  forme una O acorde a la medida de su vara, los ajustaba de modo que las sensaciones se multiplicaran, asi,  deslizándome hacia abajo terminé comiéndola entera, ligeras arcadas me hacían detener, por el tamaño y roce en mi garganta,  pero rápidamente conseguí ritmo y la gozaba increíblemente.

Que extraña y deliciosa sensación mezclada con la que él me regalaba… su lengua en forma de U daba largas y suaves lamidas, comenzando en el clítoris y acabando en la entrada de mi vagina. La endurecía e intentaba introducirla dentro. La agilidad de su lengua producía estremecimientos en mis labios mas aún cuando llevándola hacia atrás dejaba que jugueteara en mi cola. Su rostro zambullido llenándose de mi aroma y de mi humedad era el mejor incitante, y alocada, dejaba que mis pechos trabajaran en su pene para terminar desmayado en mi boca.

Cada bajada en su pene era compensada con el ingreso de su lengua en mi sexo, y cada agarre de mi clítoris con el de sus bolas, él empujaba las caderas hacia arriba, mientras yo las llevaba hacia atrás… mi boca quedó con su sabor y su rostro con mi aroma.

No se cuanto pasamos así, pero por la facilidad que tengo para alcanzar orgasmos  irremediablemente  me corrí, disfrutando de lengüetazos en mi sexo mas allá de mi intensa explosión.

Dio vuelta, me besó, con esa mezcla de dulzura y erotismo con la que fácilmente  me vuelvo putica, se recostó sobre mí  dejando que su pene besara mi coño, ingresaba suave muy suave, el glande…el tronco… la base…metía y sacaba con la fuerza necesaria para despertar  nuevamente mi hambre, pero no conforme con esa posición, levanté mis piernas acomodándolas sobre sus hombros. Diablos!!   Eso si era morir en vida…y renacer

Sus fuertes arremetidas golpeaban  contra mi sexo, yo  levantaba mis caderas buscando más presión, entraba y salía produciendo el ruido del mar chocando contra las rocas, pero lo único que chocaba eran sus bolas contra mi cola.

El sudor perlaba su frente y goteaba sobre mi cuerpo, volví a gemir presintiendo otro orgasmo, pero su lengua comiéndome la boca me distrajo de la sensación de querer venirme, casi inmediatamente se incorporó, y ubicándose detrás de mí, me apresó como perrita, como la sucia perrita que disfruta cogiendo.

Su pene se introdujo bruscamente obligándome a huir de su embate, pero sin dar tregua me agarró de la cadera dosificando sus entradas; en cuestión de segundos era mi cuerpo el que buscaba mas profundidad, y haciéndome hacia atrás escuchaba el golpeteo rico de copular.

La rubia chillaba en la tv, y yo berreaba en  su cama…

_Cógeme…cógeme…pinche cabrón!!! …dale a tu perra…dale lo que se merece!!!

_Y que es lo que quiere esta perra cachonda…si ya me la estoy empalando

_Quiero mas…quiero mas verga papito!!!

A cada palabra sucia, me devolvía una fuerte embestida, mi vocabulario se ennegrecía y el suyo también…

_Que buena zorringa me resultaste eh?

Tan zorra que con gusto te daré mi leche…donde la quieres? puta!!!

No alcancé a responder, porque un orgasmo, me hizo gritar dejándome desmadejada,  pero él sin detener los embates continuó agitando su pelvis, hundiéndose en mi laguna, chapoteando en mi mar, sus movimientos se hicieron más intensos más rapidos, como si a punta de metidas me arrancara la vida. Aun sintiendo una fuerte carga de sensaciones, expulsé mi trasero hacia atrás facilitando la cogida, dispuesta como una perra  sumisa que solo oye la voz del placer. Empujó una vez mas, profundo e intenso, noté el temblor de sus piernas,  el dolor de sus dedos engarifados  en mis muslos,  un gemido potente y la tibieza de su  lava estallando en mis profundidades.

Se dejó caer sobre mi espalda, y yo me desplomé rendida sobre la cama. Nuestra respiración se iba calmando y el huracán volvió a ser brisa…

_Sabes qué?

_Qué?

_Eres una linda putita, dijo con su acostumbrado guiño y su sonrisa dulce.

Sonreí  y extrañamente me ruboricé.

_Epa chiquita, tranquila…solo bromeo, fueron palabritas ricas del momento.

Asentí con mi cabeza y me refugié en sus brazos buscando seguridad

Acariciando mi cabello murmuró:

_Siempre serás eso…mi chiquita linda y de vez en cuando….mi… mi…mi putita deliciosa!!

Ambos reímos mientras nos encaminamos a la ducha.

Iba a apagar la tv, pero una imagen de la rubia, practicando sexo anal me hizo buscar su mirada…

_Qué!! no sabes lo que es sexo anal?

_Jajaja tío claro que lo sé, tengo 18!!…..pero…aún no lo he probado! Dije socarronamente

Dándome un azote en el trasero, rió diciendo:

_ Un día de estos voy a acabar con tooodas tus curiosidades….

Nuevamente gracias a quienes continúan la historia.