Niña Curiosa 2

La curiosidad crece....primera follada

Salía del instituto, con la mochila al hombro y la carita aún inocente, quien hubiera sospechado que bajo ese uniforme, se escondiera una mujer que ya había despertado a la lujuria; me había adelantado a mis amigas, quienes exhibían con orgullo sus experiencias de novios que no pasaban de unos cuantos besos y las mas lanzadas de algunas caricias atrevidas, pero yo, que hasta un día antes me emocionaba imaginando lo que se siente dar un beso, en cuestión de horas ya había gozado de la sensación de un orgasmo y aun mas de haber sido precisamente quien había provocado una calentura a mi tío.

Me sentía diferente, era tonto pero tocaba mis labios como si algo en ellos hubiera cambiado, sentía que en mi cuerpo había quedado un rastro de sus besos, percibía mis manos como si aun guardaran el aroma de su sexo, y mi vagina conservaba la sensación de haber querido ser desflorada. En  lugar de caminar flotaba por el patio, una mezcla de emociones me tenían sensible, miedo, intranquilidad, alegría, satisfacción; había disfrutado del sexo, y definitivamente había actuado como toda una chica mala.

Mis ojos se iluminaron y mis temores se quedaron en la calzada, cuando le vi arrimado sobre su auto, esperándome, sentía que mis piernas temblaban y sucumbía ante esa mirada dulce que me regalaba, cielos!!  Era como un hermoso dios pagano y yo quería ser su ofrenda...su bocado.

Lastimosamente la mujer atrevida de la noche anterior en este momento me abandonaba, dejándome con las mejillas sonrosadas, la mirada rehuyente y una timidez para afrontar ese encuentro.

Abrió la puerta y sin cruzar palabra me acomodé en el asiento, puso algo de música, y pretendiendo relajarme preguntó:

_Como estuvieron las clases chiquita?

_Bien, lo de siempre, pero… no esperaba que me vinieras a buscar.

_Quería saber como estabas… nena, esto es muy difícil para mí,  aunque soy un adulto estoy temblando por dentro sin siquiera saber que decir, pero debemos hablar de lo que pasó anoche. Te parece si vamos a comer algo?

_Si, respondí sin dudar.

Manejó por la avenida principal, íbamos a una zona de cafeterías, café? yo? a quien se le ocurre, vaya que en verdad mi tío estaba despistado, en fin, dejé que manejara por donde quisiera. Aparentemente me distraía viendo los escaparates de los centros comerciales, pero mi cabecita estaba pensando en lo que nos diríamos allá.

Estacionó el coche, y cambió la cafería por un restaurante, subimos al piso superior, no era muy amplio pero era agradable, estaba construido en madera, la decoración era acogedora y el ambiente discreto,  escogimos una mesa que se ubicaba en una parte reservada, pues teníamos mucho de que hablar y no queríamos la mirada de nadie intimidándonos.

Me acaricio la mejilla

_Eres preciosa, dijo guiñándome un ojo, ni siquiera yo soy más guapo que tú

Que chiste mas malo, reí dándome cuenta de que intentaba  romper la frialdad

_Así me gusta verte chiquita,  sonriente, feliz, te prometo que no volveré a hacer algo que otra vez ponga tristes esos ojitos.

_Tío hay algo que quiero saber…que sientes por mi?

Golpe maestro…, le dejé noqueado varios segundos antes de que pudiera responder:

_Podríamos empezar por las preguntas fáciles?... Mentira mi niña, claro que se lo que siento por ti, mira tienes 18 años verdad?

_Sí, soy toda una mujer dije muy ufana.

_Ahhh con que la nena a demás de altanera me resulto vanidosa eh? Reímos juntos.

_Pues bien durante 18 años, haz sido la niña de mis ojos, mi consentida, mi dulce sobrinita a la que he visto como mi hermanita o quizá hasta como mi hija por nuestra cercanía, pero ahora estoy tan confundido, como sé que tu debes estarlo, no se que me pasó,  porqué deje que las cosas llegaran a ese punto contigo, se que no debió suceder….

Mientras él se esforzaba en darme mil explicaciones sobre  lo sucedido, yo no podía dejar de mirar sus labios mientras dibujaban las palabras que amorosamente formaba, miraba también su rostro, sus ojos oscuros con pestañas largas y rizadas, el cabello como despeinado, la vestimenta de moda que usaba, las pulseras de hilo que tenia amarradas, todo, cada detalle suyo, todo me importaba…también cruzó por mi cabeza, su piel bronceada, sus hombros anchos, su pubis con el vello casi al ras, su pene duro apuntando a mi….

_Entiendes mi niña? Entiendes lo que te digo?

_Ahhhhh sí tío, que no volverá a pasar porque…estas arrepentido dije dejándole sentir mi tristeza.

_Mi amor, es lo mas hermoso que me ha pasado, pero un día me agradecerás que no vayamos más lejos, es mejor para ti.

Comíamos en silencio y no pude evitar que un par de lagrimas se me resbalaran, el no entendía nada, no sabía todo lo que yo sentía, para el solo fue una noche de excitación pero para mi, era mi sueño hecho realidad… me levanté y salí corriendo al sanitario, no quería que me viera llorar.

_Dianita, abre por favor!

_No te preocupes tío estoy bien, dije ya calmada

Salí y me abrazó muy fuerte quedándonos así  varios segundos, ojala se hubiera podido detener el tiempo en ese momento…

Tímidamente susurre:

_Tío, yo no tengo los ojos tristes por lo que pasó, ni estoy confundida, quizá estoy algo asustada pero se exactamente lo que quiero…mas bien lo que me gustaría contigo…toqué suave sus labios rozándolos, sintiendo su humedad…miré en sus ojos un instante de duda, que no estaba dispuesta a desaprovechar.

Di unos pasos alejándome de él, empujé la puerta de ingreso al sanitario, y volteándome le dije:

_Ven Martín, ven conmigo…

Entrecerró los ojos y apretó los puños, sé que escuchaba cánticos celestiales, y ni el mismo infierno le podía poner una tentación tan grande…

_Dianita...yo…yo…

Me acerqué y tomándole de la mano, le conduje al interior. Acaricie sus mejillas, y como si sedujera  a un chiquillo murmuré:

_Tranquilo, no tengas miedo, estás conmigo…con Diana… con tu Dianita…

Me pegué a él buscando su calor, nos besamos con intensidad, su lengua recorría mis labios, besaba mis comisuras y entraba en la profundidad de mi boca, sus manos acariciaban mi espalda, y bajaban a mis caderas, juntaba su pelvis con la mía, ya nada podía detenernos, 40 minutos de charla quedaban en nada, las palabras se las llevaba el viento porque nuestro deseo y nuestra carne era superior a lo que sabíamos correcto, sus manos tocaron mis pechos estremeciéndome entera, bajó por mi cuello, por mis hombros, desató mi brasier y alzándome la blusa buscó mis pezones, los besaba, y yo gemía despacito; alzó mi falda, y con desesperación la metió  entre mis muslos haciendo a un lado mis braguitas, suspiró cuando se deslizó por mis labios encontrando humedad, sacó sus dedos mojados, los metió a su boca lamiendo mis jugos y me volvió a besar para compartir conmigo su sabor.

Me abrazó por detrás con furia,  su pelvis chocaba contra mis glúteos, sentía como punzaba su pene contra mi, y moviendo su cadera rítmicamente me hacia saber a través de la ropa lo que es una buena estocada, no podía mas que expulsar mi cola hacia atrás, demostrándole que sabía lo que hacía, no era ninguna chiquilla, y tampoco quería parecerlo. Gemía sintiendo como mi cuerpo se preparaba al goce, a recibir lo que él quisiera darme…

Unas  voces acercándose nos dejaron helados, bueno a él, porque a mi me pareció gracioso y reí suavemente, Martin me cubrió la boca obligándome a callar aunque casi se me escapaba la risa.

Desesperado me hacia señas de permanecer en silencio, y mientras el sufría, por que podríamos ser descubiertos yo maliciosa jugaba a pasar mis manos  entre sus muslos, sintiendo toda la potencia de su masculinidad, bajé la cremallera de su pantalón y metí mis dedos en búsqueda de su tesoro, lamí suave, besé su cabecita e intenté introducirlo completo en mi boca, bueno al menos hasta donde podía, aún no sabia de técnicas ni era la experta que ahora soy, simplemente lo hacia como podía, pero para sus ojos, corrección, para su pene en ese momento era la mejor mamada del mundo.  Que excitante y a la vez que divertida  situación, el pobre no sabía si dejarse llevar por la sensación de susto o de placer…

Al poco rato sonó el ruido del agua escapando por el inodoro y los murmullos se acallaron; riendo  salimos despavoridos hacia nuestra mesa.

_Niña, en dos días cambias mi vida, primero me vuelves un loco pervertidor de sobrinas y ahora un depravado exhibicionista…a quien saliste así de loquita eh?

Mirándolo como si lo que me dijera fuera un halago, me levanté de la silla y plantándole un beso en la mejilla murmuré a ti tío, a quien mas?

Terminamos de almorzar, mientras  cancelaba la cuenta me adelanté a esperarle en el auto.

_ A donde iremos?

_A donde? A tu casa tontita, mira la hora que es…se me hizo tardísimo para llegar al trabajo.

_Pero valió la pena o no? tío.

_Ay niña!! …niña...niña.….

Hizo una llamada telefónica, creo que a su trabajo justificando su demora y empezó a conducir, al llegar a un cruce que daba a una calle secundaria, chispeando sus ojos de malicia murmuró:

_Amor, quieres terminar lo que empezaste en el baño del restaurante?

Sorprendiéndole respondí:

_No es lo correcto, es mas,  recuerdo que  textualmente dijiste que no volvería a pasar… y yo soy muy muy obediente, dije sarcásticamente

_Perdona, perdona no se lo que digo, pero es que contigo paso de la dulzura a la lujuria en un par de segundos…

Llegamos a casa, iba a despedirse, pero me anticipé

_Espera tío,  me gustaría continuar con lo que empecé en el restaurante…claro...si me alcanzas….

Corrí al interior, el reía persiguiéndome,  crucé la sala, subí a brincos los escalones, iba a entrar a  mi habitación pero un recuerdo me abofeteó:….el altillo….la bodega…..Raquella….

Raquella ya era historia, pero aun quedaba el altillo y la bodega, corrí hacia allá. Al fin la vida me recompensaba en la misma bodega que marcara mi sexualidad, esta vez no me sacaría de la habitación, ni me quedaría tras las puertas a oír sus gemidos.

Busqué sus labios, hambreando sus besos, su lengua, su saliva, me deslicé hacia abajo hasta dejar mi rostro sobre su bragueta, su pene punzaba a través de la tela y crecía cada  vez más. Desaté la correa… bajé el cierre... el bóxer….escapó el rehén… si, aquel prisionero que clamaba por ser encarcelado en mi boca. Percibí el aroma de su sexo, aleando mi saliva con su semen…

_Así amor asiii lámelo, abre más esa boquita y deja que entre hasta donde resistas…. esoo, despacio, sácalo…mételo…sácalo, mmm mi niña sí que aprendes rápido….huyy huyy huyy...

_Tío déjame intentarlo sola…o acaso no te estoy demostrando que puedo hacerlo muuuy bien!!

_Ay!! Mi niña, mi niña curiosa, como me enloqueces!!

Le empujé contra la pared, de forma que quedara arrinconado, mientras yo de rodillas impregnaba en mi rostro ese aroma especial que aun ahora no se definir, pero sin embargo siempre me transforma en una putica hambrienta por complacer.

Su miel dejaba rastros en mis mejillas, en mi cuello, en mis pechos mientras mis manos amasaban sus testículos; no resistí las ganas y yo misma separe sus piernas haciendo que mi lengua alcanzara a lamer sus nueces, succionándolas suavemente al ritmo de sus gemidos, me fascinaba descubrir que con simples lengüetazos en sus ingles su pelvis contorsionaba, empujando hacia adelante como si su pene se desesperara por encontrar refugio en mi boca, se lo chupe varios minutos jugando en su glande y poco a poco bajaba hasta llenar mi boca de casi toda su arma, alternaba movimientos lentos y luego lo hacia rápido siguiendo la guía de sus manos aprisionadas en mi cabello.

Entraba y  salía, mi saliva facilitaba el movimiento de mete y saca… ¡¡cómo amaba sus ojos enloquecidos, su rostro distorsionado, y su sexo alborotado de placer.

Jamás había imaginado que era tan fácil enloquecer a un hombre, y aquella tarde descubrí lo maravilloso de hacer sexo oral; sin duda fue un buen inicio para que se convierta en mi práctica favorita, sin embargo mi curiosidad y mis ganas exigían mas…

Le obligué a sentarse, y separando mis piernas pretendí jugar  más profundo, levanté mis caderas y me acomodé sobre su punta,  mi coñito chocó provocándome dolor pese a toda mi humedad. Lo sujeté con mi mano y lo hacia rozar por entre mis labios,  acariciaba mi clítoris con él, pero mi calentura pedía mucho mas que  eso…así que intenté introducírmelo.

_Espera niña ….espera….

Mis movimientos parecían no entender…quería sentirlo dentro, moviéndose sinuoso, resbalando por ese camino que sabia me daría aun mas placer, pero Martín se detuvo, tenía miedo de penetrarme, por temor, por sensatez, por sentimiento de culpa, quien sabe porqué.

_Tío mírame, así como te gusto a ti….a otros también, no necesito hacer ningún esfuerzo para tener un novio y perder mi virginidad, pero yo quiero, deseo, y sueño perderla …contigo…solo contigo….

Me abrazó emocionado, mi jugada había  sido perfecta…

Tomando mi saliva se lo embadurnó entero, desde la base hasta la puntica, lo tenía durísimo, y sosteniéndolo fuerte, a la vez que lo agitaba me mostró cuan dispuesto estaba a coronarme.

Inicio un juego de vaivén y poco a poco el glande empezó a entrar, haciéndome  gemir desesperada, se detuvo un par de segundos y dijo:

_Mi amor es tu última oportunidad para salir corriendo porque que si no lo haces en dos segundos, nadie te salvará de que te lo dé completito…

Mi piel se erizó ante aquellas palabras  y como respuesta  me abrí lo que más pude invitándole a entrar, su pene empezó a empujar más fuerte, centímetro a centímetro, abría mi sexo, dolía, quemaba, empujó un poco mas desgarrándome  hasta el alma… grité mientras él se detuvo quedándose totalmente  quieto en lo profundo de mi ser.

Poco a poco sus movimientos se incrementaron entraba y salía con suavidad, sentía como mi cuerpo se llenaba, como mi carne era ensartada, y a medida que repetía la acción, el dolor disminuía y solo me dejaba una sensación de querer morirme, de querer matar, de querer quien sabe qué.

Desde lo más profundo de mi ser, sentí como una ola de contracciones me devastaba, era como si un huracán arrasara hasta la playa de mi vulva, formando remolinos de palpitaciones que de tanta intensidad me  hacían levantar la pelvis, apretar los dientes y sin piedad clavarle las uñas, simplemente exploté, exploté con la más grande felicidad.

Mis paredes internas ahorcándolo, parecían absorber sus fuerzas, sus ganas, su hombría, pues en escasos segundos, empezó empujar con más fuerza, como si hubiera estado haciendo un esfuerzo sobrehumano de aguantar hasta saciarme, y ahora inexorablemente se dejaba llevar, empujo una vez más quedándose pegado a mi sexo, mientras nuestras transpiraciones, nuestros fluidos y nuestros gemidos se volvían uno solo.

Su semen llenaba mi útero, y al descender me regalaba nuevos latidos que me volvían a hacer gemir, su dedo ayudó acariciando mi clítoris;extraña y fácilmente me volví a correr. Su esperma resbalaba por mis ingles, mientras él con cara de la más grande felicidad, sostenía su pene dormido, manchado…. por un hilillo de sangre.

Cayó junto a mi, inhalaba profundo y sin embargo parecía ahogarse; poco a poco nuestra respiración fue calmándose

_Al fin soy totalmente tuya solté en un suspiro

Mientras acariciaba mi cola susurró:

_Sí mi amor ya eres mía, pero no totalmente …. aún te falta mucho por aprender…

Sonreímos y quedamos mirándonos tan profundamente como si nuestros ojos buscaran su propio orgasmo….

Unos minutos después, me trepé sobre él y pícaramente susurré:

_Y qué es eso….que aún me falta aprender?

_Jajaja …Curiosa!! Dijo mientras me besaba nuevamente…

Muchisimas gracias a quienes calificaron y dejaron sus comentarios en mi primer relato, espero me acompañen en la lectura de la tercera parte.