Nicolás y la mujer de las comidas

Primero de una serie de un personaje que... bueno, ya lo conocereis. Aún no sé si decir "pobrecito" o "¡vaya!"

NICOLÁS Y LA MUJER DE LAS COMIDAS

La mujer del local de comidas tenía unos pechos desmesurados. Nicolás sólo iba a comer allí por verla, pues la comida no tenía nada de especial y hasta era un poco sosa.

Le calculaba más de cuarenta pero menos de cincuenta. Cada vez que se acercaba a la mesa a preguntarle que iba a pedir, Nicolás no podía evitar mirarle a los pechos en lugar de a los ojos.

En más de una ocasión, había pensado en decirle algo, pero no se atrevía. No era sólo la vergüenza natural del deseo contenido el que le inmovilizaba: también lo hacía el marido, un enorme hombretón fornido que solía aparecer por allí de vez en cuando.

Un día en el que no pudo aguantar más, entró al baño y comenzó a masturbarse. Tanta era su urgencia, que se olvidó de cerrar bien la puerta. En el momento en que eyaculaba salpicando el espejo, la puerta se abrió y la mujer le sorprendió con el manubrio en la mano, extasiado. Ella le echó del local gritándole todo tipo de cosas. Nicolás no volvió por aquel lugar.

Sin embargo, no vio lo que ocurrió a continuación: la mujer entró en el baño, tomó el semen de Nicolás con un dedo y se lo llevó a la boca. Después, cerró bien la puerta y se masturbó con una mano en su entrepierna y otra acariciando vigorosamente los enormes pechos que Nicolás tanto había ansiado.