Nicholas, mi primera vez

Hola amigos, aquí de rgreso con mi primera vez como gay, para aquellos que ya han leido mis relatos habia puesto de nombre marcos, pero me llama David, creo que hay que ser sinceros, Disfrutenlo como yo lo hize. Besos.

He recibido unos cuantos mensajes, pidiendo que relatara mi primera vez como gay, trataré de contarles la experiencia del lado más pasional que me sea posible, pues siempre que lo recuerdo, me invade la nostalgia y la tristeza de mi primer amor, su nombre: Nicholas. Les contaré desde que lo conocí hasta la primera vez que tuvimos relaciones sexuales en nuestros 8 meses de noviazgo.

Estaba en la mitad del 4to. semestre de preparatoria, y aunque lo duden, me consideraba heterosexual, incluso tenía novia y nunca había sentido atracción alguna hacia algún chico, y ofrecimientos ya había tenido, sobre todo de parte del que fuese mi mejor amigo Andrés, pero no era lo que me "gustaba", ni lo que creía "correcto"

Andrés se confesó gay conmigo cuando estábamos en 3er semestre, me convertí algo así como su confidente, al principio me decía que me amaba, que representaba muchísimas cosas para él, incluso una ocasión me dio un beso, el cual no correspondí sólo era mi amigo, y no me atraía como otra cosa y no es que Andrés fuese feo, era un chico bastante atractivo, delgado, de piel blanca, de mi estatura (para ese entonces 1.75), ojos color turquesa, cabello castaño claro, todo lo debía a su ascendencia británica.

Los meses transcurrieron, y mi amistad con él se hizo fuerte, conocí a muchos de sus prospectos, que luego intentaban seducirme sin conseguirlo jamás, y nuestro vida siguió normal, hasta que en una fiesta de un compañero de la escuela, me presentó a Nicholas, recién llegado a la ciudad por el trabajo de se madre, con quien vivía solo, para empezar me impresionaron sus ojos, de color aceituna, brillantes, con cierto aire latino- oriental, sus labios pequeños, pero carnosos y con bella forma, seguido de su piel bronceada y su impresionante estatura (1.90), que resaltaba aún más con bien trabajado cuerpo y muy atlético, lo noté por como iba vestido, llevaba una camiseta ceñida a su cuerpo que marcaba sus pectorales, delineaba la "V" de sus espalda, rematando en un estilizada cintura, sus pantalones que sin ser entallados, marcaban sus nalgas redondas y firmes, sobre una piernas largas y fuertes, sin duda se trataba de un adonis, y no pude evitar esos 2 o 3 minutos sin pronunciar palabras, hasta que él, me dijo con su voz cálida y varonil: - Mucho Gusto David-

Cuando escuché mi nombre reaccione como un adolescente nervioso, le conteste el saludo y sentí el fuerte apretón de manos que él me dio al saludarme. Así transcurrió la fiesta, él era el centro de atención, yo sentado en una esquina platicando con amigos y mi novia, volteaba a verlo disimuladamente, realmente me había deslumbrado ese chico, lo miraba embelesado como sonreía y sus movimientos al bailar la música que el DJ ponía, se movía muy sensual con cada compás.

Me distraje unos minutos y fue entonces que lo perdí de vista, solo vi a Andrés en la pista compartiendo con nuestros amigos, cuando escucho una voz varonil que me dice: - ¿tu no bailas?- volteo a ver de quien salen esas palabras y me sorprendo al ver a Nicholas sentado a mi lado, -no me gusta bailar- respondí. El me comentó que le llamaría la atención a Camila por no obligarme a hacerlo, reímos por el comentario y seguimos platicando sobre él, así me enteré que era recién llegado a la ciudad, que tenía 19 años y que intentaría entrar a la universidad en el periodo próximo.

Los días transcurrieron, yo evitaba preguntar por el chico que me había fascinado, No era gay, ni bisexual, era simple admiración, con eso me justificaba, pero no podía evitar masturbarme en las noches pensando en él, morirme de rabia cuando iba por Andrés a la escuela, desear tanto a un hombre, y complicarme tanto la vida por no aceptarlo.

Un triste fin de semana murió el abuelito de Andrés, el se tuvo que trasladar a la ciudad de Veracruz para el velorio y entierro, yo le envié mis condolencias, y Nicholas, se quedó en la ciudad, pensé llamarle para salir juntos, ¿pero con qué objeto? me preguntaba, no me gustaban los hombres, y además era el novio de mi mejor amigo. Decliné la idea, y decidí internarme buena parte del sábado en las salas del cine, las primeras 2 películas las vi solo, pero cuando salía del baño para entrar a ver mi tercera y última, me topeé con Nicholas, él también iba solo, y le pregunté, ¿Cuál vienes a ver?, el me contesto con su sonrisa encantadora que me derretía, - "Trece Fantasmas", el cine de terror es mi favorito-, ¿no podía ser más lindo?, justo lo que a mí me encantaba, le comenté que yo vería lo mismo, y después de comprar unos refrescos, entramos juntos, vimos la película, y al salir me preguntó si quería cenar, y nos fuimos a cenar, disfrutaba su platica inteligente, su sentido del humor, y sobre todo su compañía, platicamos acerca del mes y medio de relación con Andrés, me comentó que lo adoraba (morí cuando escuché eso), y que ya había encontrado trabajo como locutor y operador en una estación de radio local, yo no me perdía su programa de radio todas las noches, ponía música romántica y soñaba que me la dedicaba con todo su corazón.

Pasaron 2 semanas después de nuestra salida, durante ese tiempo Andrés me agradeció mucho el que haya acompañado a Nick, pero en mi mente yo agradecía el que él se haya ido de fin de semana, pero al pasar los 15 días la bomba explotó, Mariano había regresado a la ciudad, Mariano es el amor de la vida de Andrés, lo amaba demasiado y a mí me constaba, Mariano regresó por Andrés y se marchó con él, sin importarle dejarle el corazón destrozado a Nicholas, la noche en que se enteró de la decisión, Nicholas recurrió a una sola persona, aún no sé porque pensó en mí, pero llegó a mi casa, yo lo recibí y le escuché, me contó todo lo que había pasado, que incluso le había rogado a Andrés para que se quedara con él, esa noche lloré muchísimo, me dolía en el alma ver a Nick llorando, esa noche odié a Andrés, pero ahora le agradezco su decisión.

Nicholas continuaba llorando sobre mi pecho, estábamos acostados en mi cama, yo lo abracé, sentí la necesidad de protegerlo, y lo hice, pero no se en que momento, no sé que me motivó y lo besé y él correspondió, fue un beso mágico, dulce, cálido, suave y delicado, quizá tardó unos segundos, pero sentí que la vida se me iba con ese beso que tanto había deseado, y a ese beso le siguieron otros, más apasionados, yo sentía las ansias de comérmelo a besos, de devorarlo con cada rozar de nuestros labios.

No hubo preguntas, ni titubeos, sólo hacíamos lo que nos dictaba el corazón y nuestros cuerpos, él desabotonó mi camisa y acarició mi pecho desnudo, empezó a besarme el cuello, me recostó sobre la cama y empezó a bajar para besarme las tetillas, los mordisqueaba, las besaba y chupaba, hizo lo que quiso con mi cuello, yo solo disfrutaba del hombre que tanto me gustaba.

No me di cuenta cuando se quitó la camiseta que llevaba puesta, pero se acostó sobre mi, y nuestros pechos se unieron, fue una de las sensaciones más delirantes que nunca he vuelto a sentir, el regresó a besarme el pecho hasta llegar a mi abdomen, el lo besó y mordisqueó, desabotonó mis jeans, y sacó mi verga dura, lubricada, y sin pensarlo empezó devorarla, la beso y chupó, primero recorrió el glande con su lengua, saboreó el sabor de mi liquido seminal, recorrió todo mi pene desde la punta hasta la raíz, lo hacía suyo como ningún otro hombre lo había hecho, después de juguetear con su lengua, lo metió a su boca, y comenzó su labor de arriba hacia abajo, con cada chupada que el daba, yo daba un gemido de placer incontenible, para mi suerte no había nadie en casa, estuvo chupando un buen rato, se deshizo por completo de mi estorboso pantalón y slip, chupaba delicioso, metía su lengua por el orificio de mi pene, chupaba mis bolas con delicadeza, mis ingles las besaba y yo sólo gemía del placer que me estaba dando, el notó que iba a terminar y paró su labor, y me dijo aún no, se quitó sus pantalones, el no traía nada bajo el pantalón de tela que ya estaba empapado por su lubricación, se colocó sobre mi pecho y fue entonces cuando vi por primera vez la verga de mi deseado hombre, era descomunal (alrededor de 20 cm.), gruesa, a tono con su color de piel, con cabeza grande y roja, que destilaba liquido seminal, el cual yo probaría, debo admitir que la sensación me desagrado al principio, pero cuando empecé a lamer esa verga deliciosa todo se me olvidó, repetí su labor, pero se la chupaba como si se tratara de un delicioso helado, que contradictoriamente éste estaba caliente, su sabor era dulce, como miel, chupé gustoso un buen rato, pero él me detuvo, y continuamos besándonos apasionadamente, se colocó entre mis piernas y empezó a dar un suave masaje a mi ano con su verga, era una nueva sensación y me estaba gustando, puso un poco de saliva sobre su glande y empezó a intentar penetrarme, cuando metió su cabeza sentí como si me partieran en dos, grité y me salieron unas lagrimas del dolor, pero el deseo de sentirlo fue más fuerte, tomé un poco de crema para el cuerpo y se la di, él se la colocó en el pene, y empezó de nueva cuenta a penetrarme, ésta ves con más éxito, logró meterme la cabeza, aun sentía el dolor, pero la sensación de placer fue más fuerte, empezó a cogerme el culo de manera suave, con delicadeza, procurando no hacerme daño, poco a poco fue acelerando el ritmo, me penetraba con movimientos rápidos, se movía delicioso, sentía sus bolas chocar con mi culo, sentía su verga taladrándome las entrañas de la manera más deliciosa, se movía al ritmo de nuestras respiraciones, yo lo empujaba hacia mi, quería sentirme lo más unido a él que se pudiese, quería fundirme en el, que su verga fuese parte complemento de mi, cuando de repente, sin tocarme empecé a terminar, grité del placer que sentí, el siguió por unos segundos y después terminó dentro de mí, sentí lo caliente de su semen recorriendo el interior, nos empezamos a besar alocadamente, no deshicimos en abrazos y caricias de satisfacción.

Nos bañamos juntos, casi no hablamos, sólo sabíamos que habíamos disfrutado inmensamente ese encuentro, nos recostamos en la cama testigo de nuestra pasión, y dormimos abrazados, al despertar, me encontré abrazado a su pecho, descubrí que no era un sueño y el me dio un beso. Nos vestimos, salimos a desayunar, platicamos sobre lo sucedido, ambos lo deseábamos, y hasta esa ocasión se dio la oportunidad, pero él aún amaba a Andrés (lo odié de nuevo), pasaron días sin vernos, hasta que él me buscó, he iniciamos nuestra relación que duró hasta que él se fue de México, creímos poder con la distancia, pero el amor no fue suficiente, nuestro romance duró 8 meses, los 8 meses más felices de mi juventud, durante ese tiempo continuaron nuestros tórridos encuentros, en ocasiones yo le penetraba a él o él a mí, o ambos en a misma noche.

Creo que fui afortunado, tuve mi primera experiencia homosexual con el hombre que me encantaba y fue por amor, no simple deseo.

Hasta un próximo relato amigos.