Ni en la Policía estás a salvo: Orgía infernal

Cuando la pobre Mónica ve a su jefa desnuda y herida se le cae el alma a los pies. El abuso es vejatorio y humillante a más no poder en esta entrega, pero todo en esta vida tiene un final.

NI EN LA POLICÍA ESTÁS A SALVO

Episodio 7 (final)

Mónica estaba tan confusa que no había tenido tiempo de asimilar nada. Ver a su mejor amiga herida y cabizbaja a su lado y ver a quien para ella solo era un niño, desnudo, solo podía significar una cosa; le habían violado y muy recientemente.

Mónica: Sonia... Sonia ¿Estás bien?

Mónica se acercó a su amiga y cogió su cabeza entre sus manos para que le mantuviese la mirada. Trató de tranquilizarla, pero la joven Sonia solo alcanzaba a pedirle perdón entre lamentos.

He hecho lo que he podido... de verdad. Ojalá no estuvieras aquí. -le dijo entre sollozos la morena cumpleañera.

Tranquila Sonia. Necesito que seas fuerte. -le dijo la rubia al oído muy bajito.

Hadni les dijo que se separasen pero Mónica no soltaba a su amiga. El moro se acercó y cogió a Sonia del brazo, levantándola ante el intento desesperado de su amiga de aferrarse a ella. Una patada en el estómago le hizo no insistir.

Hadni: Jefa. Trae algo de beber para tus invitados.

Sonia se dirigió a la cocina y sacó unos refrescos. Cuando le acercó uno al chico desnudo, éste le dio un beso en los morros y le acarició la cara mientras le daba las gracias.

Se sentó en el sofá y le hizo sentarse a su derecha.

Hadni: ¿No tienes "servesa"?

Sonia: No me has dicho que querías cerveza.

Hadni: Maricones y niños beben esas cosas ¿Aún crees que yo maricón? ¿Eh? Dime ¿Yo maricón?

Sonia: No. Voy a por tu cerveza.

El hermano pequeño le recriminó algo en su idioma y Hadni le mandó callar.

Mónica sentía auténtica lástima por su amiga. Verla tan débil y cabizbaja le dolía más que incluso imaginar lo que le había pasado. Como jefa siempre la vio con una vitalidad y una valentía fuera de lo normal. Ahora era todo diferente. Su pena se transformó en rabia y no pudo callarse.

Mónica: Hadni. No sé lo que has hecho, pero más te vale entregarme la pistola y largarte de aquí antes de que cometas una estupidez.

Hadni: Jajaja. Pero si aún no hemos apagado las velas. Laarbi, trae la tarta.

El hermano pequeño de Hadni salió a por la tarta como dios le trajo al mundo. La tarta venía en un envase de plástico que se había roto del golpe, pero se había mantenido casi intacta. Estaba junto a un zapato de tacón al que no hizo caso. El chico la puso sobre la mesa.

Laarbi: ¿Y las velas?

Mónica tenía las velas en el bolso, pero si se lo decía vería entonces el espray de defensa, y la oportunidad que tenía de usarlo se desvanecería ante sus ojos.

Mónica: Se me han olvidado en la pastelería.

Laarbi: Vaya. Será verdad eso de que las rubias sois tontas.

A ti no ti hace falta ser muy lista con esas tetas tan grandes ¿eh, jefa? -le dijo Hadni mientras le tocaba un pecho.

Mónica le dio un manotazo en su mano para apartarle a lo que él rió.

Hadni: ¡Tranquila jefa! Si vamos a pasar bien tú y y yo.

Mónica: Déjame en paz Hadni.

Hadni: ¡Laarbi! ¡Trae un cuchillo! ¡Y grande!

El marroquí lo dijo con tal intensidad que ambas chicas se asustaron y el propio hermano se temía lo peor.

Hadni se hizo una raya sobre la mesa y la esnifó al tiempo de recibir en sus manos un cuchillo de enormes dimensiones.

Cuando Hadni sostenía el cuchillo en su mano izquierda, junto a la cara de Mónica, sin dejar de sujetar la pistola con su otra mano, los ojos de la policía se abrían como platos.

Hadni: En España las chicas quieren mandar, pero de donde yo vengo no valen nada. Es más importante el camello que la mujer. La mujer está hecha para servir al hombre. Creo que Sonia ya lo entiende... ¿Sonia?

Sonia: Sí.

Hadni: ¿Quién manda aquí?

Sonia: Tú.

Hadni: Si yo digo que tú chupas ¿tú que haces?

Sonia: Chupar.

Hadni: Bien, bien. A tu amiga le ha costado aprender. Yo creía que sabía pero sabes... ¡¡ME HA ENGAÑADO!! ¡¡HA HECHO QUE MI MEJOR AMIGO MI TRAICIONA!! ¡¡ MI MEJOR AMIGO MI HA ROBADO!! ¡¡AAAAAAAAAAAAAH!!

El moro tumbó de un empujón a la chica agarrándola del cuello, situando el cuchillo presionando su cuello y la pistola junto a su cabeza. Con la mirada intensa y pupilas dilatadas bajo aquella cicatriz, daba miedo a la valiente rubia.

Hadni: Ella ha costado pero aprende. Tú miras con asco y a Hadni no gusta. Miras como si fueras más que yo y a Hadni no gusta. Ahora no ti vas a mover.

El moro deslizaba el cuchillo sobre su blusa.

Mónica: ¿Que vas a hacer Hadni? No hagas tonterías. Te digo que par...

Hadni: !!TÚ NO DICES NADA!! ¡YOO MANDO! ¡¡YOOOO!! ¡¡PUTA DI MIERDA!!

El moro le rompió la blusa con el cuchillo. Le rozó la barriga haciéndole un leve corte del que brotó un pequeño hilo de sangre, pero Mónica no sabía si había sido más profundo. Había notado desgarrarse la blusa y el contacto del cuchillo en su cuerpo. No sabía si el miedo era más potente que el dolor o si estaba a punto de morir a manos de aquel loco. Aún así, con la pistola junto a su sien, no se la podía jugar.

Laarbi le dijo algo a su hermano y éste pareció calmarse. Se separó de su presa, que suspiro aliviada.

El moro soltó el cuchillo sobre la mesa y le ayudó a reincorporarse. La chica miró el cuchillo de reojo. Antes de que pudiera siquiera pensar en algo, esa voz, en ese castellano tan pésimo, le dijo que cogiera el cuchillo y cortase la tarta. No dejó de apuntarle con la pistola mientras lo hacía.

Le ofreció a su hermano primero y luego el cogió un trozo. Mónica no quería probarlo pero Hadni le insistió. Mientras las chicas comían aquella dulce tarta de chocolate, Hadni sacó una bolsita con pastillas de las que sacó dos grandes de color azul.

Una de ellas la partió con el mismo cuchillo y se la dio a su hermano, que la ingirió tras compartir con él unas palabras.

Cuando Hadni metió en su boca la pastilla y media restante, sonrió a Mónica y le guiñó un ojo mientras bebía el último trago de su botellín de cerveza.

Sin dejar de apuntarle con la pistola, le ordenó que arrastrase el sillón y lo acercase. Cuando lo hizo, le ordenó que se quitase el sujetador.

Mónica: Hadni, por favor...

Hadni: Mira jefa. Yo no mi gusta repetir las cosas. Quita el sujetador.

Mónica se lo quitó, pero se tapó instintivamente con sus finos brazos. Al moro no le gustaba que se tapase, y tras ordenarle que los separase un par de veces, ella lo hizo, dejando expuestas esas preciosas y enormes tetas blanquitas.

Tenía unos pezones finos y pequeños, con unas aureolas claritas y rosadas que casi se mezclaban con la blancura de su piel. De talla tenía una 100 b de sujetador. Sonia ya las había visto varias veces y sabía de sobras que eran más grandes que las suyas. Recordaba ahora como le había dicho que tuvo que dejar la natación a nivel competitivo nada más cumplir los 16, que fue cuando sus preciosos pechos acabaron de desarrollarse.

Hadni sentía como su boca se hacía agua. Tenía a la otra preciosa chica a su entera disposición. Se había follado muchas putas, pero aquello era de un morbo extremo.

Comenzó a manosearle las tetas, sintiendo su suave tacto y como se amoldaban entre sus dedos. Mónica le pedía que parase. Se lo pedía en voz baja y temerosa de cabrearle, pero el moro hacía como si no la escuchara.

Trataba de apretar esos pezones diminutos entre sus dedos, como no reaccionaban pasó su lengua en círculos sobre uno de ellos sin dejar de manosear ambos pechos y hacer succiones ruidosas.

Mónica estaba sentada en el sillón y él estaba inclinado pero sin llegar a arrodillarse en ningún momento.

Al principio la rubia policía vio como el moro cerraba los ojos disfrutando de su cuerpo sin ella poder hacer nada. De su boca brotaban hilos de saliva que extendía alrededor de sus pezones. Cuando Hadni abrió los ojos para mirarle, ella apartó la mirada a un lado, pero el moro le giró la cabeza, sujetándola de la barbilla para decirle que le mirase a los ojos.

Succionaba uno y otro pecho una y otra vez. Metía su cabeza entre ambos, aplastándose él mismo con ambas manos para mover la cabeza y resoplar con sus labios cual caballo relinchando. Era humillante a más no poder para la policía. Además, tenía la visión directa de su mejor amiga, de pie siendo desnudada desde atrás por el otro chico que bien parecía un niño.

Los pechos de su amiga quedaron al descubierto desprovistos de sujetador mientras el vestido ya se dirigía hacia sus pies.

El chico se sentó en el sofá tras ella. Sonia permanecía inmóvil y cabizbaja ante la atenta mirada de Mónica. La pobre chica sentía que ya nunca la vería con los mismos ojos. Se avergonzaba de no poder hacer nada para remediarlo.

Laarbi la recostó sobre él así como estaba. Comenzó a masajear sus pechos desde atrás y a besuquear y lamer su cuello.

Hadni seguía concentrado en absorber y morder levemente esos pezones que ya habían crecido ligeramente y estaban duros y mojados. Le encantaban las tetas de aquella chica. Le encantaban y se las imaginaba tal cual las tenía ahora desde hacía mucho y no iba a desperdiciar ese momento.

Mónica le hizo un gesto con la mirada a su amiga. El moro tenía entre su espalda y pantalón la pistola. Sonia entendió que quería que se la quitase, pero sentía miedo después de la paliza a la que había sido sometida. No podía volver a fallar. Hizo ademán de levantarse pero el chico la sujetó de manera tan natural que casi parecía romántica.

En ese momento la mano de Hadni se metió entre las piernas de Mónica. Ella apretó sus muslos con fuerza y el cerdo de su agresor le trataba de meter la mano mientras con la otra le tiraba del pelo hacia atrás.

Hadni: ¡Haz lo que yo quiero puta!¡Ahora tú eres mi puta también!

Mónica: ¡Déjame!

Hadni: Ti has reído con la jefa muchas veces de mí. Me has tratado como mierda, pero ahora vas a ver que yo no soy una mierda. Yo soy un hombre.

Mónica: Eres un violador y un cobarde. Suelta la pistola a ver si eres tan valiente.

Hadni se puso furioso y le cruzó la cara de un manotazo mientras la rubia le pedía ayuda a su jefa.

Sonia se levantó pidiendo a Hadni que la dejase tranquila y que hiciera lo que quisiera con ella pero no con su amiga. Laarbi fue tras ella.

Hadni se giró y la ordenó que se tumbase en el suelo. Ante su duda un guantazo fue suficiente para hacerla caer al suelo de nuevo; y una patada en el estómago la mantuvo allí por varios segundos.

Laarbi se agachó junto a Sonia para decirle al oído que no fuera tonta, que su hermano cuando tomaba coca perdía el control y que si intentaba joderle la mataría.

Mientras Hadni agarraba del rizado pelo y arrastraba a la otra chica por el salón, el pequeño Laarbi daba besos en el cuello y en el rostro a la desnuda Sonia mientras le manoseaba por todas partes.

Laarbi: Tranquila. Conmigo estás a salvo. Yo no te voy a hacer daño. Pero si quieres que te proteja de mi hermano tienes que ser buena conmigo.

El muy cerdo le dio varios morreos con lengua a una Sonia que aún estaba recuperando el aliento mientras era manoseada por sus sucias manos por todo el cuerpo. Le ayudó a levantarse y volvió a ponerla sobre el sofá. Esta vez sentada sobre él y de frente, para chupar sus tetas con deseo mientras su verga comenzaba a despertar de su descanso ante el roce del bajo vientre de la policía.

Hadni dejó la pistola en la mesa pero lejos del alcance directo de la policía. Se quitó los pantalones dejando ver su peluda y flácida polla. Cogió el cinturón y lo usó para estrangular a la pobre chica mientras profería todo tipo de amenazas e insultos.

Le decía que era una puta como todas. Le decía que desde ese día se iban a acabar las risas en su cara y que iba a a aprender su posición; la de una puta a su servicio.

Le estrangulaba y amenazaba. Le decía que si no se portaba bien debería enseñarle como a una perra y le pellizcaba con fuerza los pezones. Mónica miraba de reojo la pistola. Deseaba poder tener el valor de lanzarse y cogerla, pero ahora ni tan siquiera podía moverse. No era el momento de pensar en jugársela. Ese moro la miraba con ojos de loco y no dudaba que después de haber disparado a Sonia lo haría de nuevo. Quizás no fallaría esta vez.

Cuando le dejaba respirar, ella emitía quejidos y súplicas, pero al cabo de un rato, cuando él le volvió a preguntar si se iba a portar bien, ella le dijo que sí.

Tenía los ojos cubiertos en lágrimas. El muy bestia le había asfixiado con fuerza hasta el punto de dejar la marca de la hebilla más allá de la marca del propio cinturón. A Sonia se le entrecortaba la voz, pero poco necesitó hablar cuando tenía la polla a medio armar dentro de su boca.

Hadni: No muerdas. Chupa como si fuera tu novio.

El moro mantenía el cinturón alrededor del cuello de la policía como si de su perra se tratase. La pobre Mónica rodeaba el glande con su lengua y comenzó un sube y baja con sus labios bajo las órdenes de aquel loco salido.

Le obligaba a mirarle a los ojos. Ella notaba como la polla cada vez crecía más y estaba más dura. Su sabor era asqueroso. Estaba segura que era orina lo que sentía y seguramente el sudor de una polla peluda sin calzoncillos mal lavada.

Alguna vez se la había chupado a su novio al llegar a casa después de una noche de fiesta sin previo paso por el baño, pero ni en ese caso había notado un sabor tan repugnante en su boca.

Le costaba evitar las muecas de asco. Quería usar las manos para hacer tope a sus movimientos de cadera, pero Hadni no se lo permitía.

El moro se mantenía de pie a su lado jadeando e incrustando su polla cada vez más en la garganta. Ella quería hacer ver que no podía abarcar esa polla, aunque lo cierto es que tenía experiencia en mamadas profundas y Hadni, en cuanto vio que su polla entraba algo más de la mitad sin apenas esfuerzo, tiraba del cinturón para hacérsela tragar entera.

Como no le permitía apenas respirar, su boca fue llenándose de saliva y el mal sabor fue menguando en su paladar, no obstante tenía arcadas a medida que esa polla entraba casi en su totalidad.

Sonia escuchaba los sonidos con los que no necesitaba ver a su amiga para comprender lo que estaba pasando. Los continuos comentarios obscenos y vejatorios de Hadni eran como puñales que se clavaban en su corazón. Su mejor amiga estaba sufriendo una violación porque ella no había sido capaz de hacer bien las cosas.

Laarbi, por su parte, ya tenía su polla dura. El roce de aquel coñito, y las tetas que ya había saboreado por algunos minutos, le habían puesto a 100. La pastilla también había hecho efecto.

Nunca había sentido su polla tan dura. Creía que el capullo le iba a reventar y cuando le indicó a la policía que se la metiese, el primer contacto de su glande al abrirse paso al interior de aquel ya húmedo coñito, le hizo dar un jadeo tan exagerado que Sonia casi creyó que se había corrido.

No había resto de líquido caliente que hubiese brotado de aquella polla y su ilusión por acabar tan rápido se desvaneció. La pobre chica tuvo que comenzar a botar mientras miraba a aquel chico observarla con lujuria y deseo. Verle con esa cara de crío le hacía recordar la imagen de Karim como la de un hombre.

Laarbi sin sacársela se echó hacia el extremo del sofá, lo justo para permitir a su hermano sentarse a su lado. Cuando Sonia miró a su derecha, podía ver a su pobre amiga tragándose la polla de aquel tío casi entera.

Hadni le hizo hacerle una cubana mientras le decía que tenía una polla enorme y que quería que se corriese en sus tetas.

Hadni: AAAH. Así puta. Chupa la punta joder.

El moro desde su posición apretaba el culo para hacerle llegar la polla a la boca.

Escondida entre sus tetas, permitía salir al glande y golpear los labios finos de la preciosa rubia, cuyos ojos dejaban rastro de pequeñas lágrimas. Ella ya había notado que el moro sonreía ante sus lloros y trataba de no satisfacerle más.

Ambas chicas cruzaron las miradas. Sonia no podía aguantar y miraba para otra parte. Era demasiado duro para ella.

Laarbi: Mira como la chupa tu amiga, jajaja. Parece que el cumpleaños es de ella.

Cada comentario era más humillante que el anterior.

Laarbi: Tranquila, tu también puedes chupar.

El chico le obligó a inclinarse a un lado y sin dejar de embestirla ella quedó cerca de la polla de Hadni.

El moro no tardó en aprovechar la situación y sacando la polla de las tetas de la rubia les hizo chuparla a ambas chicas. Había follado a muchas putas y a muchas guarras por algo de coca, pero nunca había estado con dos a la vez, y desde luego no con dos policías.

Hadni: AAAAH. Así, así ¡Chupad polla mora putas!

Hadni se levantó y cogió del pelo a Sonia separándola de su hermano.

El coño de Sonia ya estaba mojado de recibir verga y dejó un hilillo de flujo al desacoplarse de la polla de Laarbi, que lamentaba salir de ese paraíso caliente en el que estaba alojado.

Hadni le pasó su propio móvil a su hermano y le dijo que grabase. Ordenaba a las chicas chupársela una a cada lado.

Con mucha saliva, el moro deslizaba su polla entre los labios de ambas, sujetando sus cabezas para pajearse entre sus bocas. Por momentos se la metía a una mientras a la otra le hacía comerle los huevos y luego las intercambiaba.

AAhh.. Mira mis ojos rubia. Jefa.. tú también. ¿Os gusta chupar mi polla? - le decía entre jadeos de placer y espasmos.

Su hermano estaba dejando todo recogido en vídeo desde varios ángulos. Las miradas obligadas de mostrar placer, sus lenguas llenas de saliva desplazándose por el tronco y huevos o la mirada de rabia de Sonia que Hadni recriminó. Después de varios minutos disfrutando de meterle la polla en la boca a una y otra, Hadni volvió a meter su polla entre los labios de ambas.

Las pobres chicas se miraban con tristeza. Tan cerca una de la otra, pero tan lejos. No podían haber imaginado encontrarse en esa situación, con la polla de un delincuente de la zona separando sus bocas y humillándolas al son de todo tipo de soeces comentarios.

Hadni anunció que se corría y les dijo que abriesen la boca. Sonia ya estaba "enseñada" y lo hizo con una amplia separación de sus labios, pero la rubia no, quien además trató de separarse. Con el cinturón alrededor de su cuello, no le fue difícil a Hadni unir sus cabezas para su disfrute.

Cuatro espesos chorros de esperma inundaron sus caras. Gran parte cayó en la boca de Sonia que no tragó bajo la orden de aquel sucio marroquí. Mónica tenía la nariz y la boca impregnada de esperma, pero apretaba los labios tratando de sellarlos para que nada entrase.

Hadni, tras recuperar el aliento después de semejante corrida, dirigió su polla a la boca de Mónica. Como no reaccionaba le gritaba que se la limpiase. La chica no quería y él apretó con fuerza el cinturón. No tenía escapatoria. Abrió su boca y algo de esperma cayó en su interior.

Tras rodear el glande con sus labios y utilizar su lengua, cuando la polla de aquel moro salió, escupió disimuladamente ese semen que ya había dejado su sabor en aquella dulce boquita.

Hadni le dijo a la Oficial de policía que Mónica era su invitada y que debía compartir la leche. Las obligó a besarse con los restos de semen y les hizo tragárselo después.

Para Mónica no era la primera vez que se besaba con una chica. Recordaba en la época del instituto jugar con algunas amigas y haberse dado besos de tornillo e incluso algún morreo en algún juego picantón de beso atrevimiento o verdad. Nada era ni por asomo parecido a esto.

Se estaba besando con quien era su jefa en el trabajo, que además era su amiga y con restos de semen en sus bocas que debieron tragar. Ambas tuvieron varias arcadas que por poco no acabaron en vómitos.

Mónica alguna vez había permitido a su novio correrse en su cara, e incluso algo había caído en su boca, pero nunca había notado tanto ese sabor que detestaba y que le parecía peor que el del semen de su ya ex novio.

Laarbi cogió de la mano a Sonia y se la llevó al sofá. Le hizo arrodillarse ante él.

Chúpamela a mí también un poquito. Me has puesto celoso. Jejeje. -le dijo el joven chico con burla.

Hadni recogió la pistola ante la mirada perdida de la pobre Mónica que estaba aún asimilando lo sucedido. Bajo la amenaza directa del cañón de la pistola apuntándola, la chica tuvo que quitarse el pantalón, dejando ver sus larguísimas, tersas y blancas piernas.

Cuando se dio la vuelta, el moro disfrutaba de la visión de aquellas duras nalgas separadas por un tanga de hilo color rosa que invitaba a lanzarse a enganchar con los dientes. Se acercó a ella aún cachondo. Con una mano manoseaba el culo de la pobre chica mirando atentamente su ano blanquito y limpio, sin perder detalle tampoco de ese coño que dejaba algo de flujo marcado en el tanguita.

Estás mojada. Eres una puta como la jefa. Toca tu coño. Yo quiero mirar. -le dijo desde la más absoluta superioridad ese moro.

La pobre de Mónica llevaba al menos dos semanas sin follar y en una chica tan activa sexualmente como ella no era habitual.

Después de las broncas castigaba al novio sin sexo, pero también se castigaba a sí misma porque le gustaba. En períodos normales se acostaba con su novio 3 o 4 días a la semana, siendo durante el fin de semana cuando lo hacía varias veces en un mismo día.

Le encantaba el placer de sentir una polla abrirle el coño. Hasta le gustaba arrodillarse frente a su novio en el sofá y ver su cara mientras le chupaba la polla. Esa posición sumisa pero dominante. Ser la máxima responsable del placer de su chico. La polla en sí no tenía sabor, pero era el morbo de sentir su calor, y de sentir que le hacía vibrar y ver en sus ojos que estaba rendido ante ella.

Ella era la que estaba de rodillas pero era su chico quien estaba rendido ante su lengua y boca. Veía ese recuerdo con angustia. Deseaba no haber roto con él. Pensaba en que ahora podría estar dando una vuelta con su chico y tomando algo. No era así, debía satisfacer a ese sucio moro y esperar el momento para hacerse con el arma. Su bolso debía ser la clave.

Estaba tirado en una esquina del salón. Debía encontrar la manera de hacerse con él.

Como la chica no reaccionaba, Hadni tiró del cinturón y la llevó como a una perra hasta el borde del sofá. Se sentó, y sin quitarle el tanga se la puso encima.

Rozó su dura verga contra el coñito, separando el tanga un lado y mezclando sus fluidos. La chica sentía asco moral, pero su coño pedía guerra. Las pastillas mantenían la erección a pesar de haber descargado. El sucio Hadni se puso más cachondo al ver el bello púbico rubio recortadito pero abundante de la rubia policía, y sin dudar, se la metió hasta la mitad sin apenas dificultad.

Hadni: Uuuf. Tú follas mucho. Jajaja

Hadni quitó su mano del cinturón aunque permaneció en su cuello como una correa. Le separó las nalgas con ambas manos. Rozaba su ano con el dedo medio de la mano derecha mientras la hacía botar sobre su polla.

Le insistió varias veces en que pusiera de su parte, en que ella apretase su coño y estrujase su polla, pero la chica actuaba como la peor puta de carretera, sin implicarse en absoluto. Estaba pasando el peor rato de su vida y no había hecho más que comenzar.

El moro comenzó a cabrearse. Le agarró del cuello y ella puso sus manos sobre el brazo del moro tratando de separarse. Hadni se las cogió.

Sonia miraba a su amiga mientras hacía pausas en su mamada. Sentía auténtica lástima, pero no podía hacer nada. Cualquier cosa que se le ocurriese implicaba poner en peligro más aún a ambas chicas y los dolores de su cuerpo eran ya suficientes como para no querer sufrir más.

Sentía su ojo derecho algo cerrado por el hinchazón. La mejilla izquierda le dolía y también las costillas y la espalda.

Laarbi le devolvió a sus obligaciones de puta sumisa y le hizo tragar polla hasta los huevos. Mónica se fijó en esa profunda mamada. Ella lo había hecho alguna vez, pero no imaginaba que su jefa fuera capaz y además por tanto rato.

Apenas sufría arcadas mientras aquel chico le sujetaba por la nuca y echaba la cabeza con los ojos cerrados hacia atrás roto de placer.

Hadni, ya harto, le tiró del cinturón hacia atrás, estrangulándola y tirando de su cuello de manera que le hacía daño a la par que le impedía respirar.

La chica le araño la cara y Hadni se levantó tirándola sobre la mesa muy enfadado, cayendo la pistola el suelo desde el otro lado.

Hadni le dio la vuelta y quitándole el cinturón del cuello, lo utilizó para atarle las muñecas a la espalda como ya hizo con la morena.

Apoyándola en la mesa de espaldas comenzó a embestir su coño con mucha violencia hasta el fondo, provocando los gritos de dolor de la rubia mientras sus tetas sufrían pellizcos y apretones violentos.

La visión de la tremenda follada de su hermano a aquella policía, que le detuvo unos años atrás y que le metió en el reformatorio, mientras sentía la cálida humedad de la boca de la preciosa Sonia le llevó al cielo, y Laarbi descargó su leche a borbotones directamente al fondo de la garganta de Sonia, que tras más de un minuto con la polla alojada en la garganta, tosió y expulsó semen hasta por la nariz.

Laarbi le hizo sentarse a su lado y tras limpiarle la cara con un cojín le masturbaba con la mano mientras le hacía a ella hacerlo con su polla lentamente, observando ambos el espectáculo. El chico nunca había tocado un coño de esa manera; disfrutando el momento tan intensamente y notando los pliegues mojados del coño de sus sueños. Se sentía el chico con más suerte del mundo y poco le importaba que la dueña de ese chocho no quisiera ser tocada por sus dedos.

Hadni gritaba a Mónica que era una puta y que si no aprendía a comportarse le haría mucho daño.

Tras bajar el ritmo un poco, pero sobretodo la profundidad de las penetraciones, la chica cesó en sus gritos de dolor, y fueron sensaciones placenteras las que invadían su coñito mojado.

El moro notaba que su polla entraba y salía con absoluta facilidad y notaba el calor en su glande casi ardiendo. Esa chica estaba poniéndose muy cachonda.

La pobre Mónica, al igual que su amiga no entendía porque le ocurría algo así siendo forzada, pero no podía controlar su cuerpo.

La mano de Hadni masturbaba su clítoris y exterior de la vagina mientras embestía con su polla una y otra vez ese coñito. La pobre policía comenzó a emitir gemidos de placer que trataba de evitar, pero los jadeos y la dificultad para ocultarlos en el silencio de la habitación la dejaban en evidencia.

Un dedo entró en su culo hasta la segunda falange.

Hadni: Jajaja. Mira, jefa. Tú amiga es puta. El culo no es virgen.

Que me follara mi novio el culo no me convierte en puta ¡cerdo de mierda! -pensaba Mónica.

Hadni no pudo resistir la tentación y sacó su polla empapada en flujo para dirigirla a ese culo. Le dio la vuelta y echó el tanga a un lado y apretó su glande, que entró despacio pero sin pausa.

El primer empujón lo recibió Mónica con un grito de dolor que a Hadni le pareció exagerado. En cuatro mete saca, sin hacer caso de las quejas de la chica, su polla entró a la mitad. Ese culo le apretaba con fuerza. Sin duda la chica estaba muy tensa y el moro se inclinó para besarle el cuello y decirle al oído que se tranquilizara o sería peor.

El moro fue muy despacio, todo lo contrario que la salvajada de follada de coño de minutos antes. Su hermano disfrutaba del espectáculo ante la masturbación de Sonia que veía en la cara de su amiga muecas de placer.

Laarbi era la primera vez que veía a una chica siendo follada en directo con otra tocándole el pene, y desde luego era confuso ver sus palabras pidiendo que parase entre gestos de placer.

Tras un par de minutos el ritmo aumentó y la chica comenzó a gemir sin poder evitarlo. Los dedos de Hadni frotaban su coño, que empapaba el tanga en flujo vaginal y hasta sus rubios pelitos.

Pese a no ser virgen, Hadni no se la metía entera. Ni falta que le hacía, pues el placer era absoluto. Estaba apretado y caliente y su glande era un polvorín de sensaciones a punto de explotar. Ver sus manos atadas sobre su espalda ya sudorosa le excitaba más. Su melena rubia, que no se veía por sus tierras, era otra de las cosas que aumentaban su morbo, y poder follársela a su antojo sin permiso era el colofón.

Le comenzó a tirar del pelo mientras la levantaba un poquito sacando la mano de su coño para estrujarle una de esas enormes tetas y disfrutar de su tacto.

La chica estaba disfrutando muchísimo aunque le pesara. Le costaba no mostrarlo y se lamentaba por ello. Su culo estaba falto de polla y se abría ante aquella verga mientras su coño se empapaba en flujo deseando ser el siguiente.

Mónica quería pensar en su ex para quitarse la idea de ese moro rompiendo su culo, pero aquello no funcionaba.

El moro aceleró las penetraciones mientras le decía que era una puta y que se iba a correr con la polla de un moro metida en el culo. Tiró más fuerte de su pelo. Con la otra mano le daba palmadas en el culo. La chica jadeaba a punto del orgasmo, muy cerca de llegar, pero no le dio tiempo. Hadni sacó su polla y tirando de su pelo la puso de rodillas y le obligó a hacerle una cubana.

El moro estaba ya sin poder aguantarse más y en uno de sus empujes entre los enormes pechos de Mónica, salió un primer chorro espeso de semen que le impactó con fuerza en la barbilla salpicando por las tetas. Dos pequeños chorros más líquidos salieron sin fuerza, ensuciando aún más sus tetas con aquel líquido caliente que le sentaba como veneno a la policía. Tras ser obligada a lamer las últimas gotas de aquella verga, Hadni le dijo que había sido una buena follada y preparó dos rayas sobre la mesa.

Hadni: Tienes un buen culo. Has ganado un premio.

Mónica: No quiero. Yo no tomo drogas.

Si ti invitan hay que tomar. -le dijo tras esnifar él la suya.

Mónica no había probado la coca. Sabía de sobras lo que era por su trabajo y porque muchos amigos y amigas la habían probado, pero ella no quería. No tuvo opción de negarse y lo tuvo que hacer. Como no podía usar sus manos le entró cocaína por ambas fosas nasales.

Una extraña sensación en su cabeza. Era como si temblase por dentro, pero enseguida sintió que aquello no estaba tan mal y que una sensación placentera invadía su cabeza y como si un montón de energía la llenase.

Sintió que podía darle un fuerte bofetón a aquel cerdo y arrancarle la cabeza. Se imaginaba hasta arrastrándole de los pelos, pero para ello debía estar liberada del cinturón y aunque lo imaginase, no iba a partir el cinturón por mucha fuerza que creyese tener.

Hadni fue a la cocina a buscar alcohol y se llevó a Sonia para que le indicase donde estaba y le preparase unos cubatas con vodka. Le había dicho a su hermano que limpiase a la zorra y el chico lo hizo en la ducha, repitiendo por unos instantes el roce de su pene con la parte externa del chochito rubio como hizo con Sonia la última vez.

Hadni le gritó en su idioma que no era momento de follar y el chico caliente y empalmado volvió al salón con ella. Mónica pensaba que de no haber tenido el cinturón habría estrangulado a aquel cerdo y habría tenido una oportunidad para librarse de ellos, pero no fue el momento.

Estuvieron un rato bebiendo. Pasaron muchos minutos y tomaron varios cubatas. Sonia se sentía algo borracha. Se había tomado tres cubatas y a un ritmo muy alto que había hecho que se le subiese enseguida. Mónica estaba peor, se notaba en sus ojos. Estaba como mareada y decía que le dolía mucho la cabeza. Sin duda, la coca y el alcohol no le habían sentado bien y hasta estaba más pálida de lo normal. Sudaba mucho. Se veían gotas resbalar por su cabeza y parte del pelo pegado a su frente. Solo había tomado una copa que le había tenido que dar su amiga, pero tenía mala cara.

Laarbi dijo que él sabía como hacerla sentir mejor y tumbándola en el suelo cogió un hielo y lo llevó a su frente. Lo deslizó por su cara despacio hasta sus labios. El chico no perdía detalle de esos ojos entrecerrados y esos finos labios que quería besar y saborear. Solo la idea de la polla de su hermano en esa boca le impidieron hacerlo.

Desplazó el trozo de hielo por su cuello. Veía como se ponía la piel de su pecho de gallina. Al llegar al pezón, la chica suspiró y éste estaba puntiagudo.

El chico recogió con su lengua las gotas de agua y metió el pezón en su boca succionando con deseo. Mientras tanto, con ambas manos tocaba su vientre y su cintura, desplazándose hasta esas largas piernas sin dejar salir de su boca ese manjar.

La polla de Hadni ya había vuelto a su estado de reposo pero la de su hermano estaba dura como una roca. El chico se la acercó a la rubia a la boca, que asqueada, la recibió mientras entraba despacio sin poder levantarse del suelo. El chico la tenía totalmente vendida. Tumbada con las manos bajo la espalda y él de rodillas a su lado, inclinado para penetrarla como si se estuviera follando su coño con cariño. Era el colmo para la rubia. Un nuevo abuso por aquel niño que tenía la edad de su hermano pequeño. Se sentía angustiada. No poder moverse y tener a la vista solo una enorme polla y un ombligo, más el dolor de cabeza, no le ayudaba nada. No veía escapatoria.

La pobre Sonia era obligada a masturbarse mirando el espectáculo mientras Hadni hacía lo mismo con su verga.

Su coño comenzó de nueva a mojarse irremediablemente.

¿¡¡Cómo puedo mojarme viendo como abusan de mi amiga!!?¡¡Soy una hija de puta!! -pensó.

Lo cierto era que ver a aquella preciosidad inmóvil, y aquella polla entrar cada vez más profundo en su boca, era una visión excitante.

Hadni le enseñó que su polla ya estaba dura de nuevo y la obligó a sentarse sobre ella.

Sonia: ¡Por ahí no Hadni por favor! Aún me duele.

Hadni: Eres una puta y a las putas se las folla por el culo.

Sonia: Ay. Para por favor. Noo.

¡CALLA PUTA! -le gritó al oído tras tirarle fuerte del pelo.

Hadni: ¡¡MI HAS TRAICIONADO!! ¡¡O HACES LO QUE YO QUIERO O TI MATO AQUÍ AHORA!! ¿¡¡ENTIENDES!!?

Los gritos podrían escucharse a un kilómetro a la redonda. Estaba fuera de sí y sin pensarlo más, la polla entró en su culo con fuerza sin haberle dado tiempo a dilatar.

Los gritos de Sonia eran de auténtico dolor. Mónica sentía mucha pena por su amiga. Se sentía mal también porque se alegraba de no ser ella la que sintiera ese dolor. Ella prefería que le follase la boca ese cerdo a lo que estaba sufriendo su jefa.

Lo siento Sonia, pero no puedo hacer nada. -pensaba.

Un par de lágrimas caían de sus ojos. Lágrimas que cayeron también por el rostro de su amiga cuando minutos después, estaban siendo enculadas por ambos cerdos y obligadas a mirarse una a la otra.

Sonia estaba al lado de su amiga. Tenía las manos libres para apoyarse, pero debía mantener su cabeza apoyada en el suelo mirando a su amiga en la misma postura, quien no podía usar sus manos. Ambas con el culo en pompa, recibían polla con fuerza en su culo.

Laarbi había sido bueno, si es que puede considerarse bueno a alguien que te viola. Había usado abundante saliva y había metido su polla poco a poco en el culo experimentado de la rubia policía. Ahora ya se la metía hasta el fondo.

Hadni por su parte la había penetrado en un principio seca y rompiéndole el culo, y solo uso saliva para sentir más placer porque le molestaba en su glande que estuviera seco. Además no dejaba de llamarle zorra y puta y de recriminarle haber roto su amistad con Karim. Le gritaba que era su mejor amigo y que ella con su coño le había embrujado. Decía cosas sin sentido y le pellizcaba por todo el cuerpo, especialmente en los pezones y el culo, donde daba fuertes palmadas dejándolo rojo y dolorido. La coca le estaba afectando muchísimo y Sonia creía que ese iba a ser su último día.

Los gemidos, que no pudo impedir por la velocidad de la follada, eran una mezcla de placer y el dolor de sentir, sin duda, algún tipo de lesión en su culo.

Hadni estaba más violento que nunca y la paliza de minutos antes aún le hacía temblar de miedo. Pensaba que ese día acabaría todo.

Le venía a su mente el día que se hizo policía, el día en que ascendió y todos los detenidos que hizo. Se acordaba de su traslado a esta ciudad, donde ahora se arrepentía de haber venido. No. No se arrepentía. Se arrepentía de no haber sido capaz de parar esto en un primer momento. Si hubiera denunciado Hadni estaría entre rejas. Daría igual el vídeo. Mejor una humillación pública que una continua violación que bien podría acabar en muerte. Se arrepentía de no haberle dicho a Javi que era policía, y se arrepentía de no haberle pedido ayuda a su novio para salir de todo aquello.

Eran poco más de las siete de la tarde. Javi volvía a casa cuando vio un coche que no conocía junto a su casa. Era una pena para él haber tenido que cancelar la despedida de soltero, pero cuando el novio tiene apendicitis no se puede hacer nada. Había pensado en llamar a su querida Sonia, pero creyó que sería mejor darle una sorpresa en su cumpleaños.

Le había comprado una funda para su móvil y una taza de esas que cambia de color con el calor, en la que ponía su nombre y el de ella y un corazón. Había pedido consejo a sus amigas y tampoco quería hacer un súper regalo por el poco tiempo que llevaban juntos.

Esperaba que le gustase y esperaba pasar el resto de la tarde con ella, en casa o donde ella quisiera. Creía que seguramente estaba triste aunque no lo mostrase por ser su cumple y que él se hubiera ido de despedida de soltero.

En esos pensamientos estaba cuando llegó a la puerta de su novia y vecina. Vio un zapato de tacón y algo pringado en el suelo, pero eso no fue lo que más llamó su atención. Siendo una zona tan tranquila, los gritos y gemidos del interior eran audibles de sobra.

Javi quería pensar en cualquier cosa. Trataba de imaginar que su querida novia estaba viendo porno, pero aquello no sonaba como el televisor. Además reconocía la voz de su chica y había otra más; había varias más.

Se estaba desmoronando. Un gélido escalofrío pareció estallar en su pecho. Estaba muy nervioso y estresado.

Por eso no le ha importado que me fuera con mis amigos ¡¡Joder con quien está!! Tranquilo. Esto no puede estar pasando ¡¡Joder si suena como una orgía!! Que no, que ella me quiere. Esto debe ser otra cosa. -pensaba totalmente confuso el pobre de Javi.

Con el temor de saber que debe comprobar algo que le puede hacer mucho daño tocó el timbre con insistencia.

Los dos hermanos dejaron de bombear, y Mónica miró a su jefa con sorpresa como preguntando quién podría ser.

El timbre seguía sonando cuando Hadni cogió rápidamente la pistola.

Javi: ¡Sonia! ¡¡Abre!! ¿¡Qué está pasando ahí dentro!?

La pobre policía ni siquiera pudo pensar. Un grito en forma de alarido de dolor, salió de lo más profundo de su garganta gritando el nombre de su novio. Era como el grito desesperado de auxilio en el momento de máximo miedo, y ni siquiera la pobre chica pensó que aquello pudiera costarle llevarse un tiro de su pistola en las manos del marroquí.

Javi entendió enseguida aquel grito como una petición de auxilio.

¡¡Sonia!! ¿¿¡¡Qué pasa!!?? ¡¡Dime algo!! -gritaba angustiado el chico mientras golpeaba una fuerte puerta que a golpes no iba a lograr abrir.

Hadni hizo que su hermano trajese un cinturón con el que ató a la chica mientras le tapaba la boca con su mano y le susurraba al oído que se callase.

Su novio no dejaba de golpear la puerta, y justo cuando iba a sacar el móvil escuchó las llaves de la puerta girar la cerradura. La puerta se entreabrió ligeramente y así se quedó por un par de segundos.

Sin pensar en nada, entró con energía abriendo la puerta de un empujón. Vio que la puerta rebotó. Un fuerte golpe en la cabeza con algo muy duro le hizo caer al suelo entre cristales rotos que le hicieron pequeños cortes en las manos.

Recibió una patada en el costado, y luego otra más. Soltó la pierna con fuerza golpeando al autor de aquella agresión al que pudo observar por primera vez.

Era el maldito moro que le había dicho que se follaba a su entonces vecina. Era el chico al que su pobre novia ayudaba y que tanta mala espina le daba. El muy cabrón estaba completamente desnudo y con la verga a medio armar. Miró a su izquierda y vio a su novia desnuda sujetada por un niño también desnudo. Tenía la cara amoratada y el ojo hinchado y además, marcas de golpes por el cuerpo. Tumbada boca abajo al otro lado, había otra chica que parecía ser Mónica, la amiga de su novia.

Un sentimiento de rabia tan intenso que casi le hacía estallar se expandió como una explosión por su cuerpo y se lanzó en un rápido movimiento contra aquel moro.

A Hadni no le dio tiempo a apuntarle con la pistola, y a aquel chico poco le importaba la sangre que brotaba de su cabeza entre su castaño pelo derramándose por su cuello. Se lanzó contra el cuerpo del moro haciéndole chocar contra la pared.

Pensar en su pobre novia violada y golpeada le daba una energía fuera de lo común. Hadni era un tío más fuerte, pero en ese momento las fuerzas estaban bastante parejas.

Javi aprovechó el haber tirado al moro al suelo para golpear con sus puños en su hígado con fuerza. Se escuchó otro disparo y varios gritos de las chicas. La pistola cayó al suelo y Javi se lanzó a por ella.

En ese momento, el pequeño chico desnudo se acercó corriendo y le dio una patada a la pistola lanzándola lejos. Hadni aprovechó ese desconcierto para patear a Javi en el costado. Le dio varias patadas y algún pisotón en la zona lumbar. Finalmente le cogió del pelo y le golpeó contra el suelo con fuerza en varias ocasiones.

Sonia: ¡¡BASTAAAAAAAAAA!! ¡¡LE VAS A MATAR!!

Hadni: ¡¡HIJO DE PUTAAAAA!! ¿¡¡AHORA QUÉ EH!!? ¡¡AHORA QUÉEEEE!!

¡¡Para ya por favor!! ¡Él no ha hecho nada! Solo venía a por mí-i-i-i... Pa... r-ra-a-a... por favor Hadni... Por favor te lo pi-i-i-do. -soltaba Sonia entre sollozos.

Hadni levantó su cabeza y le escupió. Estaba sangrando abundantemente e inconsciente.

Minutos después, Javi despertó con fuerte dolor de cabeza. Estaba desconcertado. Le habían empapado con agua en el rostro despertándole. La sangre reseca de su cara comenzaba a correrse por su camisa azul marino, que había perdido varios botones.

Frente a él estaba Hadni profiriéndole insultos y vanagloriándose de ser un auténtico hombre y no perder nunca una pelea.

Caminaba de un lado a otro totalmente exaltado. Se le veía muy nervioso. Tenía una brecha en la cabeza que se unía a su cicatriz reciente y a la de siempre, haciéndole una cara digna de un personaje terrorífico de cine. No era cine lo que allí sucedía, era la realidad.

Javi: ¡Eh tú! ¡Suéltame! Sé un hombre y lucha como los hombres.

Hadni se acercó corriendo y le dio un puñetazo en el estómago.

Sonia: ¡¡Nooooo!!

Javi: Pegas como una niña.

Hadni: ¡¡MARICÓN DI MIERDA!! ¿¡¡QUIERES MORIR!!?

Hadni acercó el cuchillo con el que cortó la tarda a su cara. Javi le dijo que era un cobarde y eso enervo a aquel loco salido, quien deslizando el cuchillo por su muslo le hizo un buen corte.

El grito de Javi fue sonoro y se retorcía sobre una silla sin poder defenderse. Estaba atado a la silla sin poder hacer nada. Tenía ambos brazos atados tras la espalda y tras el respaldo de la silla. Ambos pies estaban también atados a las patas delanteras y por más fuerza que hizo no podía librarse.

Javi: He llamado a la policía. Ya está de camino.

Hadni: ¿Policía? ¡¡TÚ NO HAS LLAMADO A NADIE!!

Javi: Sí. Te van a pillar aquí.

Laarbi: Jajaja. La policía ya está aquí.

El cerdo estrujaba las tetas de Sonia, quien, de pie, lloraba ante la mirada de su novio.

Jajaja. Mira lo que hago con la policía .- dijo Hadni dando una patada a Mónica en el costado y un bofetón a Sonia para después agarrarla del pelo y arrodillarla a un par de metros del chico.

Javi: ¡Suéltala cobarde!

Hadni: ¿Soltar? Yo no suelto. Esta policía es mi puta ¿entiendes?

Javi: ¿Policía? Estás drogado hijo de puta ¡Déjala en paz!

Hadni: Jajajaja. ¿Él no sabe? Jajaja. Dile jefa. Dile tu trabajo.

Entre abundantes lágrimas Sonia le confesó que era policía. Le dijo que se lo quería decir, pero que no encontraba el momento. Le gritó que ese tío le había violado y que le había chantajeado con fotos desde el día en que le vio ir a su casa.

Javi se sintió hundido. Poco le importaba que su novia le hubiera ocultado que fuese policía, al fin y al cabo, sabía que era un trabajo peligroso y entendía que le costara contarlo. Lo que le tenía roto era que tuvo ante él a aquel moro que tanta mala espina le daba y que le dijo en su cara que Sonia se la chupaba y hacía lo que el quisiera. Entonces él no era su novio, pero de haber sabido algo de esto, le habría reventado la cabeza con lo primero que hubiera tenido a mano.

Le venía a la cabeza a Sonia en bragas gesticulando una negación con la cabeza, y le venía a la cabeza que estaba con ella cuando seguía sufriendo este abuso.

Empezó a gritar de rabia y a revolverse cayendo casi al suelo si no interviene Hadni que le amenazó con el cuchillo con que o se estaba quieto o le cortaba el cuello.

Hadni comenzó a tocar las tetas de la chica.

Javi: ¡¡No la toques hijo de puta!!

Hadni: ¿Cómo no voy a tocar a mi puta? ¿Tú estás loco? Jajaja.

El moro la levantó y lamió sus tetas mordiendo y retorciendo un pezón con los dientes. La chica no podía usar sus manos así que solo le quedaba mirar hacia un lado. Le pedía a su chico que no mirase y le pedía perdón sin dejar de llorar.

La obligó a agacharse de nuevo y dirigió su polla a medio armar a su boca. Cuando se la metió, le obligó a mirar a su novio.

Tener la polla en la boca de ese cerdo era humillante, sobretodo por sus vejaciones continuas. El que fuera una polla peluda y sucia era asqueroso .Pero ahora, que le obligase a chupársela delante de su novio era lo peor.

Se le pasaba por la cabeza arrancarle la polla a mordiscos. No quería morir, y sobretodo no quería que muriesen sus amigos, y estaba segura de que aquello sería su sentencia de muerte.

Como no se esforzaba, Hadni comenzó a pellizcarle y a gritarle que lo hiciera como le había enseñado.

Javi: ¡¡Sonia no lo hagas!!

Hadni: ¡¡ESCUCHA PUTA DI MIERDA!! ¡HACES TODO LO QUE YO DIGO ¿¡ENTIENDES!?

Sonia: Hadni, por favor, vamos a otro sitio. No le obligues a mi chico a verme.

Hadni: ¿Mi chico? Si tu quieres él no mira. Le mato. ¿Quieres que yo le mato?

¡Nooo! ¡No Hadni por favor! -le dijo angustiada Sonia que temía que llegase a hacerlo.

Hadni: Escucha. Yo no necesito follar a chico. Yo no maricón ¿recuerdas?

Sonia: Ya sé que "tú no maricón", pero es mi novio. No le hagas pasar por esto. Él no te ha hecho nada.

Hadni: Él ya no tu novio. Yo ti lo prohíbo.

Sonia: Hadni por fa..

¡¡TÚ ERES MI PUTA Y HACES LO QUE YO DIGO!! -le gritó Hadni tras darle un tremendo bofetón que la lanzó al suelo. Sin tiempo a reaccionar, la levantó de un tirón de pelo y le metió la polla en la boca.

Javi le gritaba que era un cobarde y un hijo de puta. El marroquí se acercó más para que tuviera una visión cercana y comenzó a bombear en su boca.

Hadni: No veas como chupa esta puta, aaaahh. A ti seguro que no te la chupa igual ¿verdad que no?

Hadni se la metía hasta los huevos para luego sacarla y golpear con su glande sobre su lengua. Le arrastraba las babas por la cara y le golpeaba con la dura polla en las mejillas. La humillaba llamándola puta y diciéndole que se estaba poniendo cachonda delante de ese chico porque era una auténtica puta.

Sonia estaba destrozada mentalmente. Su físico dolorido era ya lo de menos, aquello era el peor momento de su vida con diferencia. Se sentía culpable de ser abusada. Ni todo su conocimiento de policía le había llevado a comprender que no podía hacer nada y que no tenía la culpa de tener que hacer esas cosas frente a su pobre novio al que tanto quería en tan poco tiempo que llevaba con él.

El chico dejó de mirar y Hadni le hizo un pequeño corte en el brazo con el cuchillo.

Hadni: No quiero que dejes de mirar, a tu novia gusta más poner cuernos en tu cara, aaah ¡chupa joder!come toda, aaaaah... aaah.

El chico tenía sus preciosos ojos azules enrojecidos de pena y dolor. Enrojecidos de rabia con los que le hubiera desintegrado en ese momento si hubiera podido hacerlo con ellos. Deseaba estar libre. Daría la vida con tal de evitar que su novia sufriera ese infierno, pero se sentía impotente y no quería hacer nada que la perjudicase más.

Hadni le ofrecía los huevos a la morena para que los succionase. Luego le guiaba para subir y bajar envolviendo entre sus labios todo el tronco de su verga mientras sentía aquella lengua estimular su frenillo. Hacía todo tipo de gestos de placer y casi se le notaba temblar.

Hadni: AAAHH.. JODER. ¡¡LA CHUPAS COMO LAS MEJORES PUTAS!! ¡¡AAAAAAHH!!

Le mantuvo la polla hasta el fondo de la garganta y le dijo que le chupase los huevos.

Javi no podía sentir mayor humillación en ese momento. Su preciosa novia a la que le hacía del amor con cariño estaba siendo follada como una furcia. Tenía una polla más grande que la suya hasta el fondo de la garganta y aún así, podía sacar su lengua. Era como una porno en directo, solo que la actriz era forzada y era su novia.

El marroquí le dijo a su hermano que trajera a la puta rubia.

La arrodilló al otro lado. Las puso de modo que pudiera meter entre sus bocas la ensalivada polla estando él de frente al chico para que pudiera verlas bien. A ellas las obligó a mirar al chico. Por si aquello fuera poco, las humilló aún más.

Hadni: AAAH. Que bien la chupan estas putas... Jefa, ¿tienes hambre?

Sonia: ...

Hadni: ¿Ti gusta mi polla? Dime como ti gusta.

Slurp. me gusta.. mmm me gusta chupar tu polla. -decía la pobre policía con dificultad.

Hadni: ¿mi polla mora?

Sonia: Tu sucia polla mora.

Hadni: ¿Quieres probar culo?

Sonia: ...

Hadni se dio la vuelta dirigiendo su polla a la rubia y con la mano izquierda dirigió a la morena a su culo.

Vamos. Sé buena chica, jefa. Sé que tu quieres.- le dijo el moro con una ternura que era un insulto al acto tan sucio que le iba a obligar a cometer.

Hadni: No vuelvo a repetir,jefa.

Sonia: Javi... Yo.. lo siento.

Javi: ¡¡Noooo!! ¡¡HIJO DE PUTAAAAAAA TE VOY A MATAR!!!

La pobre chica hundió su cabeza en el culo del moro. De ese modo Hadni movía su polla en la boca de Mónica mientras Sonia sentía el sucio sabor de su culo en la punta de su lengua. Hadni le decía que la moviese y que no la separase ni por un segundo de allí. Le decía que a partir de ahora solo serviría para chupar culos y pollas y que no iba a volver a disfrutar de otra cosa. Además, le preguntaba al chico de ojos azules que si le seguía gustando aquella puta. Y que si le había hecho algo así a él.

Hadni: A mi mi come el culo jaja. A mi me quiere de verdad jajajaja.

La lengua de la chica le llevaba al cielo mientras su glande se desplazaba por una cavidad húmeda y ardiente llena de saliva que salía por la comisura de los labios de Mónica cayendo en sus tetas.

Hadni: AAAAHH... AAAAAH... ¡MI VOY A CORRER!

El moro apretó la cabeza de Mónica con la mano derecha hacia su polla y la cabeza de la oficial de policía en su culo con la izquierda. No podían escapar de ninguna manera al tener los brazos inmovilizados.

La rubia policía notó que su boca se llenaba de semen. Hadni se retorcía de placer. La eyaculación fue bestial y asquerosa. No sabía cuantos chorros le habían salpicado dentro de su boquita, pero Mónica no pudo tragarlo todo y con una arcada salió una abundante cantidad de semen y babas de su boca, derramándose por su barbilla y tetas.

El moro cogió a la morena y la dirigió a las tetas de su amiga. Les obligó a besarse y compartir ese semen diciéndoles que era la merienda entre risas.

Así las mantuvo; besándose y chupándose las tetas mientras preparaba otra pastilla y otra raya.

Se tomó la pastilla y se metió otra raya y comenzó a dar saltos como un mono por la casa. Tiró varias cosas de los muebles y comenzó a lanzar gritos en su idioma.

Javi miraba fijamente a Mónica. Ella al parecer también era policía y había caído en la trampa de aquellos hijos de puta. Sentía también mucha lástima por no poder hacer nada. Lástima e impotencia.

Hadni: Miras mucho a la rubia. Jefa. Ese chico creo que quiere a tu amiga más que a ti jajaja.

Javi: ¡Vete a la mierda!

Mira esto ¿A qué huele? ¿Ti gusta? -le dijo el moro acercándole el tanga empapado en flujo de la rubia a la nariz.

Hadni: Creo que ti gusta. Jefa, mira a tu novio lo que hace.

El moro le metió a la fuerza el tanga en la boca pero el chico lo escupió y le dijo que era un hijo de puta.

Hadni le golpeó la cara y le dijo que no se le ocurriera volver a tirarlo apuntándole con la pistola. Asustado, el chico mantuvo ese tanga, con muy mal sabor, entre sus dientes y soportando una primera arcada.

¡Mónica! Ven aquí. - le dijo el moro a la chica.

La chica trató de levantarse pero el moro le dijo que viniera de rodillas. Humillada, la chica fue arrastrando las rodillas por el suelo hasta llegar a su lado.

Hadni: Este chico es mi invitado y quiero que tratas bien ¿entiendes?

La chica le miró extrañada, pero casi convencida de lo que le iba a pedir hacer.

Hadni le bajo la cremallera y el chico trató de moverse, pero de nuevo le apuntó con la pistola. Cuando fue a bajar el pantalón del chico vio en el rostro de la rubia algo que no le gustó.

El moro cogió a la chica del pelo y le dio un beso en la cara cómo a él le gustaba; desplazando su lengua por todo su rostro como un perro, para después darle un fuerte tirón de pelo hacia atrás.

¿Crees que yo soy maricón? -le dijo con mirada lunática.

Mónica: ¡¡Nooo!! ¡No eres maricón!

Hadni: ¿¡Por qué mi miras como si lo fuera!!? ¡AÚN NO APRENDES NADA TÚ!!

Con la otra mano le apretó la mandíbula. La chica aguantó la compostura y a duras penas le dijo que sabía que no era maricón, e era un hombre y que le follaba mejor que su ex novio.

Las palabras gustaron a Hadni, que estaba siendo cautivado por la rubia.

Hadni: ¿Ti follo mejor que tu novio?

Mónica: Sí. Le dejé. Le dejé porque no follaba bien. Ojalá hubiera follado como tú.

Hadni: Jajaja. ¿Crees que soy tonto? ¿Voy a creer que mi quieres?

Mónica: No te quiero y no me gusta estar aquí. Pero eso no significa que no folles como un hombre. Ojalá la gente buena follara así y no un hijo de puta como tú.

En este punto Mónica creyó que Hadni la iba a golpear hasta dejarla inconsciente por insultarle, pero ocurrió algo más bien al otro lado de lo esperado.

Hadni le besó de nuevo y ella acompañó con su lengua el beso, haciendo de tripas corazón y soportando la humillación que sentía en ese momento.

Hadni: Quiero que chupes la polla de este hijo di puta. Quiero que pongas muy dura como la puta que eres. Chupa como la chupas a Hadni.

Hadni se echó a un lado. La chica se acercó al pantalón del chico y trató de bajarlo con los dientes. Hadni apuntaba a Javi con la pistola en la sien y él mantenía aquel tanga en su boca.

Laarbi llevaba un rato pajeándose. Se levantó y puso a la morena a cuatro patas frente a su novio. La penetró por el culo y comenzó a bombear despacito. Sonia se quejaba de dolor, pues tenía una herida en su pobre ano por las embestidas violentas de Hadni de minutos atrás.

El cerdo de Laarbi levantó su cabeza para que mirase a su novio mientras le besaba el cuello y le magreaba las tetas al penetrarla. Estaba aprendiendo lo peor de su hermano y encima se la follaba como si no fuera una violación, como si aquello fuera algo normal.

Vamos a ver lo hombre que eres. Sonia dice que eres un poco maricón, que no se te pone dura. - le dijo en tono lascivo la joven Mónica mientras lamía el pantalón en la zona de la ingle y mordisqueaba como tratando de localizar la verga.

Hadni rió fuertemente y le pidió que siguiera con ese lenguaje.

Mónica: Voy a demostrar a esa puta que yo puedo hacer que su novio se corra en un minuto. Seguro que te folla con condón, la muy estrecha.

Todos estaban sorprendidos por el lenguaje. Sonia no daba crédito a que su amiga dijera esas cosas sin haber sido obligada a ello. Se preguntaba si la coca y el alcohol tenían algo que ver, pero no tenía fuerzas para recriminarle nada.

Javi, aun desconcertado, notaba que su polla comenzaba a despertar. Comenzó a marcarse un bulto en el pantalón y Hadni reía al oír a la chica decir que si aquella era la polla de un hombre o la pollita de un niño.

La chica se puso de espaldas y con las manos atadas trató de bajarle los pantalones.

Hadni: Espera. Así es muy difícil.

El marroquí le soltó las muñecas y la chica en un gesto de dolor estiró los brazos tratando de recuperar la movilidad natural de éstos.

Hadni: Vamos, no pierdas tiempo. Quiero que Sonia vea como su novio está con otra chica, jajaja.

Desde su posición, siendo enculada, Sonia vio como su mejor amiga en la ciudad bajaba con sus manos el pantalón del chico que le hacía gestos con la cabeza para que no lo hiciera sin soltar el tanga.

Mónica: ¿Te gusta mi tanga? ¿Te gusta su sabor? jijiji ¡Qué cochino eres! y con tu novia delante... ¿qué pensara ella?

A Javi le pareció ver un guiño en su mirada pero no estaba seguro.

La rubia le acercó las tetas a ese bulto que ya se marcaba mucho preguntándole si le gustaban. Bajó los calzoncillos con los dientes ayudándose de sus manos. La polla quedó ante sus ojos disponible en exclusiva para ella. La apretó entre sus manos. La estrujó viendo como salía por la punta una gorda gota de líquido pre seminal. Desplazó su lengua por el tronco muy despacio. Recorría centímetro a centímetro hasta llegar a ese punto donde recogió esa viscosa sustancia.

Es mía jijiji. -dijo pícara la rubia.

Javi se sentía mal por su novia, pero su polla en pocos segundos estaba dura como una roca, siendo devorada por la boca de aquella rubia amiga de su novia, quien no dejaba de mirarle con los preciosos ojos azules parecidos a los suyos.

El chico trató de moverse, pero con ello casi parecía que se la quisiera clavar más profundo.

Mónica: Uhm. Veo que quieres que me la trague más hondo.

La chica la engullía entera. Le dolía la mandíbula porque era muy gorda. Hadni le ayudaba a tragar empujando su nuca. Le dijo que se tocase mientras la chupaba cosa que hizo con los largos dedos con las uñas de perfecta manicura pintadas de rosa.

Hadni sudaba con el espectáculo. Laarbi estaba más y mas cachondo y follaba despacio a la morena para disfrutar de cada embestida. Le encantaba prolongarlo para evitar correrse. Estaba aprendiendo como follar bien a pasos agigantados.

Sonia jadeaba pero no gemía, y se quejaba de dolor cuanto más profundo llegaba la polla de aquel crío en el interior de su roto culito. No podía creer que su mejor amiga se la estuviese chupando a su novio, pero sobretodo que dijera esas guarradas. Ya creía que la humillación no podía ir a más, pero como tantas otras veces, estaba equivocada.

Laarbi: Mira como la chupa la puta de tu amiga jajaja. Menos mal que estoy yo aquí para darte polla mientras tu novio está ocupado.

Hadni: ¿Te gusta como la chupa? Quieres que ti folle?

El pobre Javi no podía hablar y gesticulaba con la cabeza como si no quisiera, aunque sus ojos se cerraban,su pecho se hinchaba y su cadera daba respingos con la mamada. Sin duda era la mejor mamada de su vida, aunque la situación era vejatoria.

Hadni ayudó a la chica a levantarse. No fue nada violento, sino que le dio la mano y la levantó. Le acarició el rostro y le acercó el pulgar que ella lamió con lujuria.

Hadni: Ahora vas a montar su polla y a follar. Vamos.

La dirigió a aquella enhiesta verga y se la metió poco a poco, gimiendo al poco de empezar a botar. Los huevos le rebotaban en el culo, su coño se encharcaba y dejaba paso a aquella verga. Le acercó las tetas a la cara; esas enormes tetas que habían sido lefadas por el moro y lamidas por la pobre Sonia minutos antes.

Hadni se preparó allí mismo otro cubata. De tres tragos lo bebió en apenas 30 segundos. Estaba completamente eufórico y con un aliento a alcohol escandaloso. Nadie podía entender que pasaba por la perturbada mente de aquel sádico sexual, pero lo cierto es que dentro de su estado de drogadicción y exaltación, Hadni sentía que era el amo, que tenía a dos putas a su merced y que una ya se había rendido a que fuera su chulo. A partir de ahora haría lo que él quisiera, estaba seguro de ello.

Mónica acercó su boca al oído del novio de su amiga.

Tengo un espray de defensa en el bolso. En cuanto pueda acercarme le rociaré la cara con él. He hecho esto para que me quite el cinturón. -le susurró la chica para después mirarle a la cara y guiñarle un ojo.

Laarbi se follaba a Sonia cada vez más rápido y ella comenzó a gemir. Era muy confuso ver sus lagrimas caer por el espectáculo que tenía delante mientras jadeaba y gemía de placer. Casi parecía que llorase de alegría.

Su hermano se acercó y le dijo al pequeño que la cogiese del cuello, cosa que hizo Laarbi provocando ese estado de excitación que hacía poco había descubierto Sonia con Hadni.

La pobre Sonia no pudo evitarlo y comenzó a gritar de placer en cada embestida. El chico, viendo su reacción, apretó con sus manos más fuerte de la garganta y la recostó en el suelo de costado para penetrarla más fuerte.

Separó su polla del culo y lo dirigió al coño, penetrándola hasta lo más profundo y acelerando cubierto en sudor cuando más gritaba ella. En esa posición su glande se apretaba cuando más entraba, pero a la vez, entraba sin dificultad por el abundante líquido que escupía ese chochito apretado.

Sonia: AAAAAHH... AAAAAH.... MMMHHH.... ¡¡JOOO--D-DEEEEER!!

La chica se corrió a chorros como la otra vez y el chico no pudo soportar como ese coño estrujaba su polla y descargó la corrida mas grande que nunca había tenido en ese coño mientras notaba como si se le measen encima.

Sonia quedó avergonzada en el suelo escuchando los gemidos de Mónica mientras trataba de recuperar el aliento y se encogía en una posición de defensa más propia de un niño.

No seas vaga. Ahora tienes que ayudar a tu amiga a correr -le dijo Hadni arrastrándola del pelo.

De frente veía en un primer plano el coño de su amiga envolviendo y engullendo la gruesa polla que debía ser solo para ella.

Miró a Hadni. Estaba como ido. Le pareció como si tuviera la mirada perdida. El moro le agarró por el pelo y le dijo que le comiese el culo a esa chica. Sonia le pidió que no le obligara a hacer eso.

Hadni: ¡¡YA ME TIENES HARTO VAS A..!!

Antes de que acabará la frase, Sonia, temerosa de lo que pudiera hacer aquel psicópata, dirigió la boca al ano blanquecino de su mejor amiga.

No estaba tan malo como el de Hadni, pero no dejaba de ser un culo sudoroso que además, había sido follado recientemente. La pobre Sonia se sentía como la puta más barata del mundo. De hecho, tan barata que ni siquiera cobraba. Estaba ayudando a su amiga a correrse mientras ésta se follaba a su novio.

Por su parte Mónica comenzó a retorcerse de placer. La polla de aquel chico era lo suficientemente grande para disfrutar de cómo su coño se ensanchaba en cada embestida. Además ella controlaba el ritmo, y aún inconscientemente, aquel hombre se encontraba inmovilizado y a su merced, solo para darle placer y sentirlo sin tener el control. Nunca le habían chupado el culo mientras era follada. Su novio había usado su lengua para estimular el ano antes de follársela, pero la lengua de su amiga se movía de otra forma. Parecía que se la estuviese follando con ella.

Se sentía mal por lo que sentía en ese momento, pero no podía evitarlo. Estaba disfrutando tanto que no quería que separase la lengua del culo. Poco le importaba que fuera su jefa, que fuera su amiga o que se estuviera follando a su novio. El cuerpo le temblaba y tardó bien poco en pegar un alarido de placer y correrse.

Hadni: Jajajaja ¡¡Bien jefa!! jajaja.

Hadni: Veo que sabes follar a estas putas. ¿No vas a correr?

Como no entendía lo que decía con el tanga, el moro se lo quitó. Estaba repleto de babas y pensó en tirarlo, pero prefirió darle otro uso. Se lo puso a Sonia en la cabeza como un sombrero.

Cualquier cosa que salga de su cabeza solo vale para humillarme más. ¡Ojalá estuviera muerto! -pensaba la morena.

Javi: ¡Te vas a arrepentir de esto maldito cerdo!

Hadni: Vas a correr en el chocho de la amiga de tu novia jajaja. Eres tú el cerdo creo yo jajaja.

Hadni obligó a quien consideraba su primera puta oficial a utilizar su lengua para lamer y humedecer esos huevos. También la obligó a hacer succiones de los huevos de Javi mientras éste follaba el coñito de Mónica.

Los flujos de la corrida de la rubia empapaban tronco y huevos, y estos estaban ya con contacto con la lengua y boca de la pobre morena de ojos verdes. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas. Sus enrojecidas y pecosas mejillas que estaban hinchadas de tanto golpe.

El olor era demasiado intenso. Era nauseabundo, y el sonido húmedo de la penetración y los huevos rebotando en aquel coño, no ayudaban a Sonia a llevar mejor aquella vejación tan injusta y desproporcionada.

Hadni: Jajaja ojalá Karim estuviera aquí con la cámara. Es un recuerdo muy bonito ver a dos amigas compartiendo a un chico, jajaja.

Sonia comenzó a llorar mucho y le costaba mantener su labor. Hadni la golpeó con el cinturón en las nalgas y ante sus gritos, le decía que siguiera chupando, que hasta que no se corriese no iba a parar de pegarle.

A Sonia le ardían las nalgas con cada golpe de cinturón y no podía evitar gritar de dolor. Mónica pensó en hacer algo. Javi le susurraba que era el momento, pero ella le decía que aún no.

Esos gritos impidieron a todos escuchar lo que sucedía en el exterior. Una moto había llegado hasta la casa. El chico que la conducía era un chico muy delgado con el pelo rizado y abundante. Karim bajó de la moto con el casco en la mano. Antes de acercarse, Karim reconoció el coche como el de un amigo de Hadni, por lo que intuyó que estaba allí.

Se había pasado un par de días fuera de casa. Había sido capaz de engañar a su amigo Hadni para robarle las fotos y el vídeo que le pidió su amiga Sonia, pero a punto estuvo de pillarle Laarbi y se asustó mucho, escondiéndose en la casa ocupa de unos amigos hasta tener el valor suficiente de hacer algo.

Había venido con la idea de decirle a la chica que todo lo había borrado, pero que tenía mucho miedo y que necesitaba su ayuda como policía.

Estando Hadni ahí la cosa no pintaba bien. Se acercó junto a la puerta y escuchó antes de llegar los gritos de Sonia. Escuchaba a Hadni gritarle que era una puta y que chupara con más ganas.

También escuchaba los golpes de cinturón. Se imaginaba que el amigo de Hadni estaba violando también a su pobre amiga. Quería hacer algo. Se maldecía por no llevar el teléfono encima.

Dentro de la casa, el pobre Javi no pudo aguantar más. Pese a no querer hacerlo, aquello era demasiado placer para no correrse. Su glande llevaba muchos minutos rozando las paredes interiores de aquella rubia que se había corrido y había elevado aún más la temperatura y humedad, y el chico, con los huevos siendo chupados al mismo tiempo, estaba lo más cerca que pudiera estar del cielo. Eyaculó abundantemente en el coño de la rubia que no podía recibir tanta leche y ésta fue cayendo por el tronco de aquella gruesa y dura polla hasta sus huevos.

Sonia trató de apartarse pero el enfermo y loco de Hadni le obligó a seguir chupando los huevos mientras sus labios se llenaban de leche.

Chupando el semen de su novio por primera vez. La primera vez que lo hacía con un novio y encima salía del coño de su compañera de trabajo. La enésima corrida que entraba en su boca hasta su estómago.

Su amiga separó su coño poco después de aquella polla que salió ya sin apenas consistencia.

El marroquí obligó a limpiar el coño de esperma con la lengua a la policía. Mónica temblaba de gusto y trataba de pensar en otra cosa. La piel se le ponía de gallina y le temblaban hasta los tobillos por la sensibilidad de su coñito.

Hadni: Jajaja. Ya nunca la mirarás igual. Ni ella a ti ojos azules. Habéis engañado uno al otro.

Sonia: Vete ya Hadni por favor... No diremos nada.

Hadni golpeó de nuevo a Sonia, lanzándola a un lado y le pateó en el suelo. Su hermano estaba en el sofá extasiado.

Mónica le pidió a Hadni que le pusiera otra raya. Que le había gustado lo que se sentía. Hadni fue a preparar dos pero solo le quedaba para una en condiciones.

Hadni: Lo siento rubia. Has portado muy bien pero no hay para los dos.

Mónica: No pasa nada.

Hadni le dijo que se sentara en el sofá y que pajeara a su hermano.

Mónica: Pero yo prefiero estar con...

Hadni: ¡¡¡ESTOY HARTO DE ESTAS PUTAS DI MIERDA!! ¡¡SIENTA EN EL SOFÁ Y HAZ LO QUE TI DIGO!!

Karim escuchó más golpes y gritos de al menos dos chicas. Sin pensar tocó al timbre.

Hadni cogió la pistola y se acercó a la mirilla, vio que era Karim. Abrió rápidamente la puerta, y apuntándole con la pistola le hizo entrar delante de él, sujetándole del cuello.

La cara de sorpresa fue increíble ante lo que veían sus ojos. Cristales y objetos por el suelo, un chico desnudo de cintura para abajo con sangre en el rostro, su amiga Sonia llena del golpes desnuda con restos de semen en la cara y en el sofá, la otra policía a la que conocía hacía tiempo, Mónica. A su lado estaba el hermano pequeño de Hadni, siendo pajeado por la rubia despacio con la verga sin ponerse dura.

Hadni: ¡A qué has venido! ¿¡Vienes a traicionar otra vez a Hadni!?

Karim estaba asustado, y ante su silencio, el moro le golpeó en la cara con la pistola y de un empujón lo tiró al sofá junto a la rubia.

Karim: Hadni... Lo siento.

Hadni: ¿¡SIENTES!? ¿¡QUÉ HACES AQUÍ!? ¡YO TI DADO MI AMISTAD Y TU PAGAS ASÍ!

El marroquí apuntaba con su pistola al chico para después darse la vuelta. No dejaba de caminar. Estaba muy mal y parecía que fuese a disparar en cualquier momento.

Lo siento de verdad. Me equivoqué. Traigo mi cámara. Podemos hacer otro vídeo. Me arrepiento de lo que hice.- le dijo entre lágrimas el chico. Unas lágrimas de angustia y dolor por el golpe de la pistola en la cara que le dejaría una buena marca en el pómulo.

¿Por qué Karim? ¿Por qué? Yo ti quería. -le dijo entre sollozos y rabia el marroquí.

No parecía oír las explicaciones de Karim solo parecía estar debatiendo internamente sobre qué hacer.

Al hermano pequeño de Hadni le entró una arcada y fue corriendo al baño a vomitar. Hadni apenas pensó en la situación, seguía con los ojos llorosos dando vueltas y hablando en su idioma sin entenderle ninguno de los presentes.

Se valiente, Karim. Vas a tener que atacarle. -le susurró Mónica.

¿Cómo? -susurró Karim.

¿¡TÚ QUÉ DICES!? ¡¡EH!! ¡¡HABLO CONTIGO!! -estalló Hadni arrastrándola del pelo y lanzándola junto a su amiga.

Hadni: Que le has dicho a Karim. Contesta rápido. El moro le apuntaba a la cabeza con la pistola.

Me ha preguntado si me he follado a su amiga yo también. -improvisó Karim.

Hadni: ...

Karim: Eso me ha dicho.

Hadni: Jajaja ¡Karim! Viene aquí.

Karim se acercó tembloroso y casi pensó que iba a morir. Hadni le frotó el pelo y le dijo que le perdonaba, que sacase la cámara. Karim le dijo que la tenía dentro del casco y Hadni se acercó con él.

Vio que la rubia se acercaba a la mesa y se giró rápidamente para preguntarle qué estaba haciendo.

Mónica: Necesito la raya Hadni. ¡La necesito!

Hadni le golpeó con la pistola en la cara haciéndole una brecha en la cara. Le gritó que la raya era suya y se dispuso a esnifarla.

Fue en ese preciso momento cuando Karim miró a la rubia, quien le dirigió una directa e intensa mirada y después miró hacia donde estaba Hadni, inclinado sobre la mesa para esnifar la coca. El tiempo pareció detenerse. Casi pudo sentir su corazón palpitar en su interior. La boca estaba seca. Deseaba tragar saliva pero no había rastro de ella. Cogió el casco y se acercó diciéndole que iba a salir un vídeo mejor que la otra vez, pero no había traído ninguna cámara.

Justo en el momento que Hadni echaba su cabeza hacia atrás por la esnifada de coca, con todas sus fuerzas, Karim golpeó con su casco en la cabeza al moro.

El golpe fue tan tremendo que en un primer momento Hadni creyó que había sido fruto del subidón de tanta coca y que se había pasado con la dosis ese día. Cuando empezó a sentir el dolor y la sangre salir casi disparada de su ceja se dio cuenta de que no era así. Vió su pistola caer a escasos centímetros y se dirigió a por ella. Antes de cogerla, notó como unos brazos la daban la vuelta. Mónica dirigió un largo chorro de espray a su cara.

Los gritos de dolor de Hadni eran tan fuertes como los de un cerdo en un matadero. El espray de defensa provoca un ardor en los ojos insoportable que los hace llorar y obliga a cerrarlos durante mucho rato sin poder ver nada. En su caso, escocía hasta la enorme brecha que dejaría aún más marcada su terrible cara.

Karim cogió la pistola y desató a su amiga mientras Mónica no dejaba de golpear a Hadni. En breves segundos eran dos chicas las que le golpeaban. Vio

Las policías perdieron el control de manera total. Hadni gritaba al principio. Golpes de cinturón, patadas en el torso, pisotones, bofetadas, puñetazos y tirones de pelo.

Fue el propio Karim quien separó a su amiga, que llorando desconsolada se aferró a aquel chico que le había salvado.

Le miró a los ojos y besó su frente nerviosamente. El chico sonrió. Por fin había hecho una buena obra.

Liberaron a Javi y Sonia le dio un enorme beso y un abrazo sin importar qué había estado en la boca de ella. Solo sentían afecto y cariño el uno por el otro. Fue entonces cuando pensaron en el joven Laarbi. Fueron a la habitación y al baño pero la ventana estaba abierta. Al parecer había huido, seguramente al escuchar a su hermano gritar.

Hadni permanecía inconsciente en el suelo. Seguía vivo, pero debía tener varias costillas rotas y debería recibir puntos en el rostro.

Sonia hizo lo que creyó que debía hacer. Le hubiera encantado castrar a ese cerdo y dejarle morir desangrado, pero era policía. No iba a tirar su vida a la basura por aquello. Saldría de allí más fuerte, aunque tuviera que compartir aquella historia. Llamó a la policía comunicando que era policía y que ella y su amiga habían sido violadas.

Sonia habló a solas con Karim aprovechando que éste fue al baño a mojarse la cara y a recuperarse de la tensa situación.

Javi se subió el pantalón y se quedó en el salón junto a la otra policía, comprobando que Hadni no escapase.

La morena de preciosas pecas y ojos verdes con el rostro hinchado y enrojecido le dijo a Karim como debían actuar. Decidió obviar que Karim se había acostado con ella y aquello quedó como un secreto entre ellos. No quería que su novio lo supiera. Dirían que había hecho todas las fotos bajo las amenazas de Hadni y que sospechó que era forzado y se deshizo de las fotos y vídeo. Diría que le entró pánico y por eso tardó en reaccionar y fue primero a casa de Sonia.

Cuando llegó la patrulla la escena era dantesca. Poco después llegaron las ambulancias y después los investigadores.

Sonia le preguntó a Karim cómo había logrado hacerse con las cosas de Hadni.

Había actuado de manera muy lista. Había convencido al marroquí de que estaba muy contento de que le hubiera dejado follar a aquella chica y le invitó a una puta. Le llevó a un puticlub y aprovechó que el moro desconfiaba de las putas para ofrecerse a guardar sus cosas. Hadni estaba muy bebido y no dudó ni por un momento en hacerlo, aunque le dijo que se follase el chico también a una.

Karim le contó a Sonia que se negó y que fue corriendo a la casa y buscó en su cuarto las cosas que no le costó nada encontrar. Salió de allí y se cruzó con su hermano pequeño que subía en el ascensor, y fue entonces cuando se le cayó el DVD al meterse el propio Karim en el ascensor. Laarbi le ayudó a cogerlo y vio una de las fotos. Trató de hacerse con ellas y Karim le dio un fuerte empujón dándole el tiempo justo para que el ascensor cerrase las puertas y bajase. Salió corriendo y se montó en un autobús a un par de calles. Luego el resto fue esconderse asustado en la casa ocupa de unos amigos.

Justo hubo un silencio cuando apareció Javi por detrás.

Karim: Siento haber sido tan cobarde. Y siento lo que hice. Te lo digo de verdad. Quiero que sepas que no volví a robar, y que desde hoy, no pienso hacer nada malo nunca más en mi vida.

Sonia: Confío en ti. En lo que a mí respecta eres mí héroe. Has sido muy valiente.

La chica le dio un beso en los labios cariñoso y Karim se puso rojo de vergüenza. Ella se giró hacia Javi y le abrazó.

Javi le estrechó la mano al chico y le dio un abrazo dándole las gracias por todo. Sentía aprecio y orgullo por haber podido hacer lo que el no pudo. Aunque partiese de la ventaja de conocer a aquel sucio moro no debió ser fácil sacar ese valor. Sin duda no sabía que se había follado a su novia, pues hubiera pensado diferente de él. Ese secreto permaneció entre el chico y la policía para siempre.

Años después, Sonia estaba en otra ciudad. Ya había salido el juicio y Hadni había sido condenado a 20 años de prisión. Ellas salieron absueltas de las lesiones que le provocaron. Su hermano fue encontrado poco después, y por ser menor de edad, su condena fue irrisoria. Estaría en el reformatorio hasta los 18 años y después estaría en prisión 4 más, que serían la mitad por buena conducta. La ley del menor libra a los peores seres de buenas condenas.

La pobre Sonia no pudo mantener la relación con su chico. Fue demasiado duro lo que les ocurrió y cada vez que se acostaban le venían aquellas imágenes a la cabeza.

Sonia ahora tenía un folla amigo. Quedaban para follar y de vez en cuando para ir a cenar o al cine, lo que solo era una excusa que el sexo de después no pareciese la relación de una prostituta y un cliente.

El chico era mayor que ella varios años, y aguantaba mucho en la cama y disfrutaba con ella como con ninguna otra. Se habían conocido haciendo footing y no tardaron mucho en acabar liados. Se llamaba Carlos, y pese a su larga experiencia con las mujeres por ser tan atractivo y su posición social, sentía que aquella chica le hacía las mejores mamadas que nunca había tenido. Ella le pedía que le apretase el cuello cuando se la follaba. Llegaron a un punto de confianza que el chico le ataba y se la follaba duro hasta provocarle orgasmos brutales con eyaculación a chorros.

Él no tenía ni idea de donde había aprendido aquellas prácticas. Ella nunca se lo diría. Cuando la chica rememoraba esos polvos con su folla amigo solo podía pensar en una cosa:

"Hasta de las peores experiencias podemos sacar algo positivo"

FIN