Ni en la Policía estás a salvo: el vecino

Continúan los abusos hacia Sonia, quien desea una cita con su vecino para paliar su desgracia.

NI EN LA POLICÍA ESTÁS A SALVO

Episodio3

Cuando Sonia miraba a Javi a los ojos se sentía muy bien. Las palabras fluían una tras otra y las bromas precedían a las risas. La joven policía, en esos momentos, no tenía tiempo de pensar en absoluto en todo el calvario que estaba sufriendo, por muy humillante y trágico que éste fuese.

El chico guapo, una vez había pasado un buen rato, no pudo evitar la necesidad de satisfacer su curiosidad. Le había estado rondando la cabeza desde antes de ver a ese moro salir de casa de la chica que tanto le gustaba, silbando y haciéndole un guiño con el ojo antes de entrar en su coche y abandonar el lugar. Se había dicho a si mísmo que no era bueno preguntar algo de lo que no te gustase la respuesta. Ya se lo decía su madre, pero él sentía la necesidad de saber si ese chico era realmente un tío que se acostaba con ella, o qué demonios era la relación que les unía.

Javi: No quiero meterme donde no me llaman, pero... ¿Ese chico es tu novio?

Sonia: ¿Qué chico?

Javi: El chico árabe que ha estado antes contigo.

Sonia pensó rápido. Tenía habilidad para ello e improvisó de inmediato.

Sonia: ¿Hadni? No. Jajaja ¡Que va! ¿Por qué lo dices?

Javi: Hombre. Como le has recibido en bragas jajaja.

Sonia: Ay calla... ¡Qué vergüenza! Me quedé dormida.

Javi: No entiendo.

Sonia: Sí. Que había quedado con él y me quedé dormida. No me di cuenta que estaba en bragas hasta que ya había entrado. Verás. Él no habla muy bien el castellano y yo le estoy ayudando.

Javi: ¿A qué te dedicas?

Sonia: Soy asistenta social. Me dedico a ayudar a gente con problemas y este chico tiene muchos.

Sonia le estuvo contando a Javi que ese chico tenía problemas de integración y que le ayudaba. Le contó que trabajaba con la comunidad en todo tipo de planes de integración.

A la policía le cuadró todo, incluido el sobre que traía Hadni como si de un trabajo se tratase. Javi se lo creyó todo y se sintió aliviado. Su camino seguía libre y esa chica tenía que ser suya.

Cuando Javi dijo que se hacía tarde y se fue de casa de Sonia, la pobre chica volvió a la realidad. Todas las imágenes de su violación y abuso le venían a la mente. Se sentía tan mal que necesitaba salir de allí, así que sin pensarlo mucho llamó a Mónica y quedó con ella para ir a cenar algo a su casa y al final pasó allí la noche.

Le estuvo hablando de su vecino Javi y lo guapo que le parecía. En ningún momento le mencionó el horror por el que estaba pasando. Eso no lo iba a contar a nadie.

Los siguientes días los pasó en el gimnasio y corriendo. No había rastro de Hadni, ni a la vista ni por el móvil. Sonia fantaseaba con que se hubiera cansado de ella o se hubiese sacado una novia, aunque con quien más fantaseaba era con Javi. Con ese chico las fantasías eran todas al estilo Disney. Veía en él un caballero que venía a rescatarla en su precioso caballo blanco y soñaba con sentir el dulzor de sus besos bajo la luz de la luna.

Siempre que pasaba por delante de Javi, éste le saludaba con una gran sonrisa. Esa preciosa sonrisa que la tenía cautivada.

¿Por qué demonios no me vuelve a invitar a salir?, ¿tan difícil se lo puse? Por qué se rinde tan rápido? ¿Será que no le gusto? - todas esas preguntas rondaban los pensamientos de la joven que ansiaba una nueva cita con aquel chico.

Llegó el viernes. Sonia estaba patrullando de copiloto en el coche junto a su habitual compañero,charlando un poco de todo mientras hacía la ronda. A falta de 2 horas para acabar el servicio e irse a casa le sonó el Whatsapp.

Hadni: Hola jefa, ¿echas de menos?

Sonia no contestó en un primer momento, pero después de varios mensajes de Hadni amenazándola, no tuvo más remedio.

Sonia: Hadni ahora no puedo hablar, estoy trabajando.

Hadni: Yo estoy caliente y quiero una foto de tu coño.

Sonia: Cuando llegue a casa te la mando, ahora no puedo.

Hadni: Quiero ya, me importa nada que haces, quiero una foto ya.

Sonia volvió a sentir que no tenía ningún tipo de autoridad ante ese cerdo. Era una policía recientemente ascendida, jefa de varios policías que seguían sus órdenes y pese a su experiencia como policía, se había visto envuelta en un problema enorme con un maldito moro que la tenía como su esclava.

Le pidió al compañero ir a comisaría para hacer un pis. Antes de llegar, Hadni le mandó varios mensajes inpacientándose y amenazándole con hacerle daño como castigo si no cumplía con sus pretensiones.

Al llegar al baño, Sonia se encerró y, una vez quitado el sonido al teléfono móvil, le dijo que ya mismo se la mandaba. Se bajó los pantalones hasta las rodillas, y abriendo las piernas tal y como le permitía el pantalón, se hizo una foto dejando ver su coñito, sentada sobre la taza del wc.

Hadni: Así. Quiero otra. Que se vea coño y cara.

Sonia: Hadni. Por favor tengo que seguir trabajando.

Hadni: Coño y cara, no digo más.

Sonia hizo tal cual le pedía su odiado moro abusador y se hizo una foto acercando el móvil a su coño y cogiendo la parte superior de su uniforme en ella, mientras miraba con esos preciosos ojos esmeralda a la cámara.

Hadni le pidió que se tocase, y allí estaba Sonia; sentada sobre la taza del váter, haciéndose fotos mientras se metía los dedos en el coño y se los llevaba a la boca.

Hadni: Me encanta ver que eres mi puta. Mira como estoy.

El cerdo le envió varias fotos en primer plano de su erecta polla con el glande mojado de saliva y hasta le mandó un vídeo de un par de segundos masturbándose.

Hadni: ¿Te gusta mi polla eh?

Sonia: Sí, es muy grande.

Hadni: ¿Tienes ganas de comer?

Sonia: Sí me la comería toda ahora.

Hadni: ¿Te gusta que yo te follo?

Sonia: Me encanta.

Era tremendamente humillante para Sonia no solo tener que soportar los abusos, sino tener que hacer como si ella estuviera a gusto y desease a ese cerdo al que le encantaría ver entre rejas.

Tras varios mensajes más de humillación, el moro le preguntó que a qué hora salía de trabajar, diciéndole también que a lo mejor se pasaba a saludarle esa noche.

Sonia salió del baño y continuó el servicio. El poco rato que le quedaba lo pasó sin que esas palabras se le fuesen del pensamiento. Hadni quería volver a disfrutar de ella un día más.

Cuando se estaba cambiando en el vestuario, Mónica le dijo que el domingo iba a volver a quedar con sus amigas para ir al centro comercial. Le preguntó si le apetecía ir con ellas y Sonia le dijo que dependía de cómo se levantara del largo día de trabajo que les esperaba el sábado.

A llegar a su coche, justo cuando abría la puerta, apareció Hadni.

Hadni: Jefa, buenas noches.

Sonia: Hola.

Hadni: Tengo que ir a un sitio y mi coche roto. Me vas a llevar.

Sonia: Mañana tengo que trabajar muy temprano, yo...

El moro sin hacer caso a lo que ella decía le apartó y le dijo que él conducía. Sonia miró alrededor y vio que a pocos metros salían varios compañeros de trabajo, así que con el miedo a que le vieran allí con ese chico, se metió rápidamente en el asiento del copiloto.

Hadni: Tienes buen coche. Huele a ti.

Sonia: ...

Hadni: Me gusta tu ropa.

Sonia llevaba una blusa blanca y un pantalón apretado de color negro. Seguía sin contestar a Hadni, pero cuando llevaban un par de minutos conduciendo por la ciudad le preguntó dónde iban.

Hadni: Vamos a un sitio que tengo que ir. Luego te vas a dormir a tu casa, yo no. Me gusta tu foto, mira.

Hadni le mostró las fotos enviadas anteriormente en su móvil, y no contento con ello acercó su mano derecha al muslo izquierdo de su acompañante que en principio hizo un gesto natural de separarle, pero enseguida le dejó hacer.

Hadni manoseaba el muslo de Sonia y acercaba sus dedos a su parte íntima por encima del pantalón. Pronto, él mismo, aprovechando un semáforo, bajó un poco su pantalón de chándal y sacó su verga peluda sin los calzoncillos.

Nunca lleva calzoncillos el muy cerdo .-pensó Sonia.

Hadni: Baja tu pantalón, quiero ver tu coño.

Sonia: Estamos en la ciudad pueden vernos Hadni, vamos a otro sitio por favor.

Hadni: Yo quiero aquí, baja pantalón ahora.

Sonia miraba a uno y otro lado mientras se bajaba el pantalón lo más discretamente posible y le dejaba ver el coño a ese cerdo que se estaba manoseando la flácida polla con una mano.

Hadni: Aaahh ¡Qué bonito coño! Toca mi polla.

Hadni cogió la mano de Sonia y la dirigió a su polla. Al tiempo que el semáforo se ponía en verde, Sonia comenzó a masturbar ese odiado y peludo pene que poco a poco iba cogiendo firmeza.

Hadni escupió sobre la polla y mano de la policía para hacer más placentero el acto. La polla fue creciendo hasta alcanzar casi la total longitud y dureza.

Sonia notaba el calor en su mano. La había sentido crecer en su interior y sentía la saliva de Hadni entre sus dedos. Notaba como la piel bajaba y subía y como su mano era pequeña ante esa enorme verga.

Hadni a su vez tenía la mano derecha rozando el coñito de la chica que, a su pesar, estaba cada vez más húmedo. Separaba los labios con los dedos cuyas uñas estaban siempre sucias y que tanto asco le daban a Sonia. Jugaba con los pliegues y apretaba y rozaba por toda la zona exterior.

Hadni: ¿Tienes ganas de chupar?

Sonia: Sí, pero mejor en un sitio apartado. Me encantaría chupártela en un sitio oscuro.

Hadni: Yo quiero aquí, me gusta más.

Sonia no dejaba de mirar a un lado y a otro. Se habían detenido en un semáforo de una amplia calle que estaba repleto de vehículos, y su volkswagen Beetle de color blanco no pasaba desapercibido.

Ante las dudas de la chica, el moro le agarró del pelo y sin mediar palabra, dirigió su cabeza a su polla. Sonia, en cuanto la enhiesta verga le golpeó en la cara, abrió la boca y se la metió dentro.

Ese chico no se la lavaba, estaba claro. La polla le olía muy mal y sabía peor. Además estaba repleta de saliva e Hadni. No contento con ello, Hadni le cogió, y sin soltarle el pelo la dirigio hacia sus labios, dándole un obsceno morreo con mucha lengua y escupiendo dentro de la mísma después. Acto seguido la dirigió de nuevo a su polla.

Hadni: Así así, chupa como te he enseñado.

Sonia envolvía el glande con sus labios mientras su lengua estimulaba el frenillo. Su boca no se separaba de la verga ni para coger aire, y subía y bajaba ya hasta más de la mitad. Le entraban arcadas, pero aún con ellas seguía chupando y chupando mientras ese maldito enfermo conducía el coche que tanto sudor le había costado comprar.

Hadni: Aaaaahhh. No olvidas huevos jefa.

La lengua de la chica alternaba ahora entre lamer el enorme tronco del falo árabe y lamer los peludos y olorosos huevos, succionando los mismos metiéndolos en la calidez de su boca.

Hadni: ¡AAAAAHHH! Que boca más caliente.Chupa puta, chupa mi polla.

Sonia, sin haberlo querido, se estaba conviertiendo en una auténtica chupapollas que ya casi no necesitaba que le dijera lo que tenía que hacer. Se la metía todo lo que podía en la boca, movía su lengua como un torbellino en el interior y cuando la sacaba, era para lamer huevos, tronco y glande de los genitales de ese puto cerdo. Aún así, Hadni de vez en cuando la sacaba y le golpeaba la boca y cara con ella.

Disfrutaba menospreciándola como siempre, y le encantaba ver como ella trataba de metérsela en la boca y él se lo dificultaba, humillándola aún más mientras seguía diciéndole todo tipo de obscenidades. La obligó a que fuese ella la que se masturbara tambien con sus dedos mientras su boca estaba ocupada.

Sonia seguía mamando y llevando al cielo a su captor mientras éste conducía su coche por calles ya del extrarradio. Se contentaba pensando que almenos no podían verla otros conductores, si bien, en ningún momento había mirado a otro sitio que a la polla de Hadni y a su cara siguiendo sus instrucciones. Esperaba o deseaba que nadie les hubiese visto y a fin de cuentas era mejor chupar la verga de ese cerdo que dejar que se la metiese.

Hadni paró en un callejón cuando casi había llegado a su destino. Le ordenó que chupara con más ganas porque tenía prisa.

Sonia comenzó a subir y bajar su boca más y más rápido. Las arcadas eran continuas y sus ojos rebosaban lágrimas. Hadni le hizo chuparle los huevos sin separar su boca de allí mientras se pajeaba.

Hadni: Aaaahh me vas a hacer correr. Eres una puta. Yo soy chico bueno. No voy a manchar coche. ¿Quieres mi leche?

Sonia: Sí.

Hadni: ¿Vas a tragar mi leche?

Sonia no tenía más remedio que seguir los oscuros y sucios deseos del moro y abrió bien la boca de nuevo, envolviendo la polla con sus labios mientras Hadni se seguía pajeando.

Hadni: ¡¡¡AAAAHHH TRAGA TODO... TODOOOOO!!!

Sin abrir los labios, y tras unos segundos con la polla en su boca mientras Hadni se pajeaba con mucha fuerza, un chorro espeso y abundante la inundó y la llenó de lefa. Le siguieron varios chorros y Sonia tosió aún con la polla dentro, saliéndole semen hasta por la nariz.

Hadni le apretó la boca en su polla metiéndosela aún más mientras se ordeñaba las últimas gotas.

Sonia se separó entonces hacia atrás tosiendo un poco más. Se había tragado bastante esperma, pero la cantidad era enorme y al darle el chorro en la campanilla le había salido por la nariz, cayéndole un poco a Hadni sobre la cintura.

Hadni: Mira lo que has hecho. Te has dejado un poquito ahí.

Hadni le señaló varios restos de semen que ella tuvo que recoger con la lengua despacio para deleite del moro, que nuevamente le dio un beso en los labios aún manchados y salió del coche diciéndole que allí se quedaba él y que ya la llamaría.

Sonia se montó rápidamente en el asiento del conductor y abandonó el lugar camino de casa. Solamente deseaba llegar y lavarse la boca cuanto antes. Al llegar encontró a Javi charlando con dos amigos mientras había algo de música en su casa.

Sonia aparcó su coche y pasó saludando con la mano pero sin detenerse. Javi se acercó rápidamente y le alcanzó, dándole dos besos. Ella se los devolvió, pero enseguida se sintió mal.

¡Dios! Le he dado dos besos con la boca con la que le he estado comiendo verga de ese cerdo ¡joder! Pobrecito. - pensó la chica.

La morena temía hablar por si le olía mal el aliento. No pensaba con claridad. No era posible que alguien sospechase algo así, pero ella sentía que se notaría.

Javi le ofreció una copa pero ella le dijo que trabajaba al día siguiente y que se iba a acostar ya. Ante la negativa, Javi insistió un poco más y viendo que ella no cambiaba de parecer decidió tirarse a la piscina.

Javi: Oye Sonia. Me preguntaba si te apetecería salir a cenar mañana.

Sonia: ¿Mañana? Es que por la noche he quedado ya.

Javi: Bueno... jejeje Ya lo pillo. No pasa nada. Buenas noches.

El chico se dio la vuelta. Sonia no lo entendió en un primer momento, pero enseguida lo vio claro. El chico le había dicho de tomar algo hoy y ella le dijo que no podía, le había dicho de ir a cenar al día siguiente y nuevamente le dijo que no podía. Ella no podía decirle el motivo de estar tan ocupada. No le había sido sincera con su profesión.

Sonia: ¡Javi espera!

Javi: Dime.

Sonia: ¿Te apetece quedar el domingo?

Javi: A mí me apetece quedar contigo siempre.

A Sonia le entró un cosquilleo en el estómago con esas palabras. Una sonrisa le iluminó la cara mientras Javi ocultaba el enrojecimiento de sus mejillas con la oscuridad de la noche.

Sonia: Pues el domingo por la tarde quedamos.

Javi: Perfecto.

Javi le dio otros dos besos pero ella solo puso la mejilla. Se fue a casa con la duda de si Javi pensaría mal por eso, pero era mejor que volver a pegar esos sucios labios en la cara del ángel que tenía por vecino.

Al día siguiente su compañero no pudo acudir al trabajo por estar enfermo. Mónica no tenía compañero porque ese día lo había pedido libre y por ello, ambas patrullaron juntas en el vehículo patrulla.

La gente se sorprendía al ver a dos chicas juntas bajar del vehículo patrulla, y no dejaban indiferente a nadie, tanto por la curiosidad y extrañeza de ver una situación así, como por la belleza que ambas desprendían.

Tras unas identificaciones y algunos conflictos resueltos en el transcurso de la mañana Sonia se fue a casa a dormir una larga siesta.

Al despertar tenía el whatsapp lleno de mensajes de Hadni, y alguno de Javi.

Primero miró los de Javi. Le decía que había visto una película interesante en la cartelera, que si le apetecía ir a la sesión de las 19 y que luego le invitaba a cenar.

Ella le dijo que sí, pero con la condición de que iban a medias en todo.

Así pues, ya había quedado con el chico. Se levantó contenta con ello y se fue a dar una ducha refrescante para aguantar la larga noche de trabajo.

Sonia sonreía. Ya fantaseaba con un día de ensueño con Javi y estaba deseando que llegase el día siguiente. Al salir de la ducha se miró al espejo completamente desnuda. Sus pezones estaban duros por el agua fría. Se estrujó los pechos y se los subió y dejó caer para ver lo bien puestos que los tenía. Era algo que le encantaba. Se puso de lado y sacó culo mientras seguía mirándose. Aún tenía alguna marca de los golpes de hebilla de Hadni. Apenas le dolía ya, pero tenía un par de moretones que no eran demasiado oscuros, pero no dejaban de ser unos moretones en el culo que aún durarían un par de días más.

Al vestirse y prepararse para salir, le volvió a sonar el whatsapp.

19 mensajes de Hadni no leídos, ¡mierda! ¿Qué será ahora? -pensó.

No eran muy largos. Empezaba diciendo que había soñado con ella y preguntaba si a ella le había pasado lo mismo. Le decía que tenía ganas de verla y le decía que esa noche se pasara de nuevo por el parque de siempre, que quería verla de policía.

Había unos mensajes obscenos y finalmente cierta rabia por no tener contestación.

Sonia le escribió que si podía se pasaba, que dependía del trabajo y que siendo sábado tendría mucho. Hadni le dijo que le daba igual el trabajo, que quería ver a su puta hoy y que si no iba, él mismo iría a buscarla y se la follaría delante de su compañero.

A todas luces era una amenaza absurda. No se arriesgaría a algo así, pero Sonia creía que estaba loco, y en cualquier caso era mejor no provocarle.

De nuevo iba con Mónica cuando se acercó al parque. Allí solo estaban 2 chicas y 2 chicos de los habituales y Hadni.

Sonia aparcó el coche y ambas bajaron al parque.

Sonia: Buenas noches ¿No descansáis ni un día?

Es sábado por la noche. Si no salimos hoy... - dijo una de las chicas que no tendría más de 16 años.

Karim: ¿Le puedo enseñar algo agente?

Sonia: Claro. Puedes tutearme también. No pasa nada.

A Sonia le sorprendió nuevamente la educación de ese chico. Cualquiera diría que fue detenido dos veces por robar con intimidación.

Karim le mostró unos apuntes de su curso de fotografía y unas fotos de la pandilla entre otras. Eran muy buenas fotos y algunas de ellas de gran calidad. Se notaba que el chico sabía.

Además de super delgado y paliducho, el chico llevaba unos pelos rizados que parecían un bosque. Su ropa ancha le hacía parecer aún más delgado y a Sonia le seguía pareciendo un chico super tímido. Karim no le miraba a los ojos cuando hablaba con ella. Sonia creía que esta circunstancia iba más allá de la situación ciudadano y policía. Debía tener poca experiencia con las chicas seguramente, aunque ya tenía 18 años. Sus fotos en cualquier caso estaban muy bien.

Hadni: Jefa, ¿no me vas a buscar cosas hoy?

Sonia: No Hadni, me fío de que no llevas nada peligroso encima.

Hadni: Llevo algo peligroso, pero no sé si tú buscas jajaja.

Mónica: Un poco de respeto con la jefa.

Sonia: No pasa nada Mónica.

Mónica: ...

Hadni: Sí Mónica. No tienes que poner celosa.

Mónica se acercó enfadada, pero la jefa se interpuso en su camino y le dijo que le dejase hablar con él un momento a solas.

A la rubia le pareció extraña la reacción de Sonia, pero la dejó hacer. Ambos se apartaron unos metros bajo la atenta mirada de Mónica y hablaron en voz baja.

Sonia: Hadni, no puedes provocar así a la policía. Nos obligas a hacer cosas que igual no te gustarían.

Hadni: A mí me encanta obligarte hacer cosas.

Sonia: No te estoy hablando de eso ahora. Pon un poco de atención.

Hadni: Sí, tengo atención. Me gustan las tetas de tu amiga.

Sonia: ¿Qué?

Hadni: Comería tetas a tu amiga, mmmm. Jajaja

Sonia: Bueno. Nosotras nos vamos. Le he dicho a mi vecino que te estoy ayudando con el español.

Hadni: ¿Ayudando?

Sonia: Sí, para que no sospeche si te ve por ahí. No eres el tipo de chico que pega con una chica como yo y menos en su casa.

Hadni: ¿Que es pegar? Me gusta cuando pegas tu lengua en mi culo.

Hadni sacó la la lengua en un gesto sucio que no vió Mónica de casualidad. Sonia miró hacia atrás para corroborarlo.

Sonia le ofreció darle 3.000 euros por la grabación y a cambio no le denunciaría.

Hadni le dijo que pensara una cantidad más grande y entonces hablarían.

Sonia se quedó sin habla por un momento y Hadni la dió un morreo y le tocó los pechos por fuera del uniforme. Sonia le separó y se giró asustada por si hubiera sido descubierta por su compañera.

Hadni, viendo que en ese momento Mónica hablaba con una de las chicas de espaldas a ellos, se pegó a Sonia por detrás, apretando el culo de la policía contra su polla mientras le arrastraba tirando de sus muslos hacia él.

Llevó una mano a la cara interna del muslo de Sonia y frotó por encima del pantalón ante la mirada de Karim, que miraba alternativamente a Sonia y a Mónica temiendo que se viera lo que ocurría.

Hadni le dió un beso en el cuello y ella se apartó, o más bien Hadni le dejó apartarse. La chica le dijo que estaba loco, que podría haberlo visto Mónica. El moro se limitó a sonreir sin decir nada.

Sonia: Mónica. Vámonos.

La noche continuó con numerosas peleas de borrachos y algunos detenidos por lo que Sonia salió tarde de trabajar. Llegó a casa alrededor de las 10 de la mañana. No vió a Javi y se acostó cayendo profundamente dormida.

Se despertó a las 16 de la tarde, se dió una ducha y se calentó algo para comer. Encendió su móvil y vio varios mensajes. Por un lado su madre quería saber si todo iba bien. Por otro lado Hadni le mandaba fotos desnudo en las que estaba completamente empalmado y otras con toda la polla rebosando semen. En ninguna se le veía la cara, pero ella bien sabía que jamás olvidaría ni esa polla ni ese cuerpo. El muy cerdo además le decía que pronto la llenaría de leche. Por último tenía un par de mensajes de Javi en los que le decía cuando pasaría a buscarla. Le mandó unas caras contentas y le dijo que estaría preparada.

Se pasó el resto de la tarde mirando su armario y buscando algo con lo que ir a su cita. Se probaba toda la ropa del armario y hacía lo propio con la ropa interior. Se decantó por un vestido verde con poco escote muy fino que le caía en forma de falda a medio muslo. Unos zapatos negros de tacón con los dedos a la vista eran el final a sus tersas y trabajadas piernas. De ropa interior llevaba un tanga de color banco y un sujetador del mismo color. Se miró en el espejo en todas las posiciones. Se pintó los ojos para reafirmar la belleza de su mirada y con un poco de maquillaje se vió perfecta. Se pintó las uñas de color verde, tanto las de las manos como las de los pies. Antes de terminar de hacerlo ya tocaron a la puerta.

Javi: Soy yo ¿Estás lista?

Sonia: Un minuto.

El minuto se convirtió en 10, pero finalmente Sonia salió radiante dejando boquiabierto a su cita.

Javi: Madre mía tu estás tan guapa y yo que me he puesto lo primero que he pillado.

Sonia se fijó en Javi. Cuando separó su vista de los ojos preciosos de ese chico, se fijó que llevaba una camisa negra apretada, con 2 botones abiertos dejando ver un pecho trabajado. LLevaba unos vaqueros y unos zapatos de vestir de color negro elegantes y especialmente limpios. Lo que más le gustaba fue el olor.

Se acercó a darle dos besos y aprovechó para preguntarle que colonia llevaba y decirle que olía muy bien. Se deleitó por un segundo inspirando cerca de su cuello y diciendo que le encantaba como olía.

Javi, acostumbrado a citas desde hacía ya varios años, estaba nervioso. Era un chico muy guapo que había estado con bastantes chicas, pero ésta en concreto era alguien especial y para él, la más guapa que jamás habían visto sus ojos.

Se desplazaron en el coche de Javi al centro comercial y fueron directamente al cine. Javi invitó a las palomitas y mientras se cargaba de ellas, Sonia se fijó en que tenía unos brazos bien formados. Con esa camisa, ese olor de colonia, ese pelo castaño y sus ojos azules estaba deseando besarle. Esperaba que el desarrollo de esa noche diese almenos para unos buenos besos y magreos, y quien sabe si algo más.

La proyección era una película de risa muy divertida. A la chica le encantaba como reía, como la miraba y como hablaba. Le encantaba todo de él. Se sentía como cuando fue quinceañera en su primera cita.

Después del cine fueron a cenar a un italiano. Ella pidió un plato de pasta y él se decantó por una pizza. Pidieron una ensalada para picar ambos. La velada era perfecta. El vino corría, congeniaban, no había silencios. Javi le ofrecía cumplidos pero sin ser demasiado baboso, y cuando todo terminó y Javi pidió la cuenta, ella se lamentó de que acabase la cita, aunque por otro lado, deseaba que ocurriese algo más.

Javi le acompañó hasta la puerta de casa. Eran las 12 de la noche pasadas y de nuevo ella se vió en la misma situación que la última vez.

Comenzó a mover las llaves entre sus dedos. Sentía como un "Déjà vu", solo que esa situación ya había ocurrido de verdad.

Javi estaba nervioso. Había besado a numerosas chicas en su primera cita, no era un novato precisamente. Además, con alguna había habido más tema, pero no quería cagarla con ésta.

Sonia ante su indecisión tiró las llaves al suelo de manera disimulada, como si se le hubiesen escapado.

Sonia: ¡Uy! ¡Qué torpe! jaja. Se me sube el vino.

Javi se agachó para cogerlas, y cuando se fue a levantar ella estaba ligeramente inclinada hacia delante. Sus ojos verdes estaban radiantes aún con la poca iluminación del lugar; brillaban con luz propia. No dudó ni un segundo más y acercó sus labios lentamente.

Un primer beso cálido y suave. Labios que se unían y trataban de conocerse. El chico se separó unos centímetros hacia atrás. Una distancia cortísima pero suficiente para comprobar si ella realmente quería seguir adelante. Fue entonces cuando ella le siguió con la boca, buscando esos labios de nuevo y abrazándose a él con un deseo que iba en aumento.

El tiempo se detuvo, no escuchaba nada, solo sentía los fuertes brazos de ese chico rodearla mientras sus labios y su lengua calientes y húmedos se enzarzaban en una batalla de dominio con los suyos.

Sonia: ¿Te apetece pasar?

Javi: Me encantaría.

Se besaron un poco más suave entre risas y cumplidos. Él le decía que además de preciosa besaba de maravilla y ella le decía que hacía días que le apetecía que él la besase.

Se abrió la puerta y fueron besándose por toda la casa sin despegarse el uno del otro y cayendo en el sofá; él sobre ella. La besó con más detenimiento. Javi se separó un poco y le tocó el rostro apartándole el flequillo de la cara. Ella inclinó su cabeza y le dio un tierno, dulce y suave beso en el cuello que le erizó los pelos.

No hubo muchas palabras. Javi le fue tocando por todas partes suavemente. Le tocaba los pechos desde fuera del vestido, pero pronto se introdujeron en él para poder notar piel con piel. Notó los pezones duros y la notaba cada vez más caliente. Ella le quitaba los botones de la camisa y cuando vió la tableta de chocolate, en este caso chocolate blanco, sonrió pícara y también se mordía el labio inferior.

Javi le quitó el vestido y ella se quitó el sujetador dejando sus blancos pechos al aire. Ella le desabrochaba el cinturón mientras él trataba de besar con dulzura esos pechos.

No quería parecer demasiado fresca, pero enseguida notó la dureza de la verga de ese chico en el interior de sus calzoncillos y no pudo evitar querer tocarla. La sacó y comenzó a masturbarle. Dirigió una rápida mirada a esa verga aún con el chico encima. Se veía gruesa, y al tacto lo parecía aún más, aunque no era tan larga como la de Hadni.

Javi le masturbaba a ella con suavidad. Los dedos estaban empapados del flujo vaginal de esa preciosa chica.

El vecino se sacó el pantalón y ella se acabó de sacar todo. Un condón que Javi tenía en su mano se lo quitó Sonia para ponérselo, haciendo como que le costaba un poco para no parecer tan experimentada como en realidad era.

Le dio varias sacudidas para ponerla completamente dura y cuando estuvo así se llevó la mano a la boca y escupió para mojarse un poco más el coñito, aunque ya estaba bien lubricado.

Sentir a ese chico tan guapo abrirse paso en su interior, era como estar en el cielo. En ningún momento pensó en el moro. Solo estaban ella y ese ángel, ese caballero que la protegería y la haría disfrutar. Postura de misionero suave y despacio, entrando lentamente para aumentar poco a poco el ritmo.

Los jadeos y el disfrute. El olor a sexo mezclado con esa colonia que tanto le gustaba. Estaba disfrutando de lo lindo, y él más.

La cogió en volandas y sin sacársela se la llevo a la cama, recostándose y quedando ella encima. Sonia botó sobre él mientras Javi le masajeaba las nalgas, apretándolas entre sus fuertes manos mientras disfrutaba del calor ardiente de ese coño.

Sonia gemía más fuerte y Javi la tumbó a ella, acercándola al borde de la cama para volver a embestirla mientras la besaba. Se separó y se la folló más fuerte mientras le magreaba las tetas. A veces se acercaba y se las lamía, y otras también se besaban con pasión mientras ella le decía que le encantaba.

En unos minutos llegó al punto de no retorno y sacó su verga de su paraíso, se sacó el condón y eyaculó abundantes chorros de líquido esperma sobre la tripa de Sonia. Ella le escurrió las últimas gotas y rozó el glande con su tripa.

Se besaron y ella se fue a limpiar. Al salir se volvieron a besar y estuvieron un rato charlando tumbados hasta que decidieron echar otro, para quedar rendidos y dormidos abrazados poco después.

A la mañana siguiente Sonia despertó sobre las 10, y cuando vió que a su lado no estaba Javi se sintió por un momento decepcionada. Le llamó sin levantarse de la cama, pero no recibió respuesta.

¿Me ha usado y tirado como un pañuelo?¿No sintió nada y solo quería un polvo?¡Joder!, se podía haber despedido almenos .-pensó la policía.

Se levantó de la cama. se puso un tanga limpio y una camiseta. Descalza salió al salón. No había rastro de la ropa, móvil o cartera de Javi. Se dirigió a la cocina y allí, en la mesa, había unos churros, un croissant y una nota:

"BUENOS DÍAS PRECIOSA. TENÍA QUE IR TEMPRANO A TRABAJAR Y NO QUERÍA DESPERTARTE. LOS CHURROS ESTARÁN FRÍOS, PERO TIENES CHOCOLATE EN EL MICROONDAS. EN LA NEVERA TIENES UN VASO DE ZUMO DE NARANJA. UN BESO. TE LLAMO ESTA TARDE."

En ese momento, quizás había miles de personas, o quizás cientos de miles de personas más felices que Sonia, pero ella sentía que volaba y tenía la sonrisa más grande que había tenido jamás en su rostro, almenos que ella recordase.

Sacó el zumo de la nevera y calentó el chocolate. No podía explicarse de donde había sacado los churros y el chocolate, y el zumo de naranja era natural y ella no tenía. Debía haber ido a su casa a prepararlo y haber vuelto y todo sin hacer ruido. Ese chico era un tesoro. Su ex jamás le hizo el desayuno.

Saboreaba los churros mientras recordaba lo guapo que ese chico era y lo bien que se lo pasó. No llegó a correrse, pero no le fue necesario para disfrutar. Llevaba la mitad de los churros cuando unas voces en el exterior precedieron al sonido de su timbre.

Hadni: Jefa, buenos días.

Sonia: Hadni ¿¡Otra vez por aquí!? ¿¡Cuando vas a dejarme tranquila!?

Hadni: Abre, tengo que enseñar cosa.

Sonia abrió y Hadni le dió un morreo con lengua enorme no correspondido por ella.

Hadni: Vamos amigo, hoy vamos a pasar bien.

Karim estaba fuera con la cabeza agachada. Hadni pasó al lado de Sonia y le dió una fuerte cachetada en el culo a su paso que resonó y la hizo ponerse de puntillas y exclamar de dolor.

Sonia: ¿Qué haces aquí Karim?

Karim: Hadni me dijo que viniera.

Hadni: Jefa, no eres mala con el chico, el solo quiere hacer fotos.

Sonia: ¿¡¡QUÉEE!!?

Hadni: Ya has oído. Karim entra.

El delgaducho y paliducho joven tímido de 18 años pasó a la casa provisto de su mochila sin levantar la cabeza del suelo, aunque la giró para ver el culo desprovisto de pantalón de Sonia bajo la camiseta.

Por dios, ¿¿¡¡QUÉ MÁS ME PUEDE PASAR A MÍ!!? - pensó la chica.

CONTINUARÁ...