Ni en la Policía estás a salvo: Chantaje

Sonia sigue en el mismo infierno,esclava de ese moro que la trataba peor de lo que se trata a una puta. Cuando Hadni se fue, Sonia no esperaba lo que pasaría más tarde...

NI EN LA POLICÍA ESTÁS A SALVO

Episodio 2-CHANTAJE

La escena de la televisión era de dos chicas chupándole la polla a un tío. Una de las chicas se parecía a Sonia, salvo que su pelo era largo en una coleta. La otra chica era una rubia de ojos azules con el pelo también recogido en una coleta. El chico tenía un pollón que clavaba alternativamente en las gargantas de las dos chicas. Ellas se atragantaban contínuamente y borbotones de saliva se les pegaban por toda la cara. Sus lágrimas habían corrido su sombra de ojos y chupaban como auténticas zorras, intercambiando besos y posiciones mientras le comían polla y huevos al suertudo del tío.

La imagen era lamentable y humillante para Sonia, aunque no lo era más que su propia sensación al tocarse y masturbarse frente al cerdo del moro que tanto odiaba, y que se bebía una cerveza desnudo sobre su sofá sin dejar de mirarla y decirle cochinadas, haciéndola sentir como una auténtica puta a merced de aquel cerdo.

Sonia había comenzado por frotarse el coño por fuera, con los dedos ensalivados por su propia boca. Hadni le fue dando órdenes y desde hacía varios minutos le había hecho meterse dos dedos y jugar con ellos mientras se los llevaba a la boca para saborear sus propios fluidos.

La cara de Sonia reflejaba la absoluta tristeza. No podía quitarse el sabor a polla sucia, y sobretodo, el sabor a culo de ese enfermo. Nunca había hecho nada parecido. Los escupitajos en la boca, la lengua saboreando el sucio ano de Hadni, y las guarradas que él le decía mientras Sonia le hacía disfrutar como si fuese su perra fiel.

Las lágrimas volvían a caer por su rostro. Lo peor era que se estaba mojando, y se sentía casi hasta culpable.

Hadni se comenzó a masturbar; arrastró un sillón y se puso frente a ella, casí tocándo el sillón con el sofá donde estaba Sonia. Miraba a la morena a los ojos, y ella le miraba a él.

Hadni: Ya no ríes tanto, ¿eh puta? Ahora te quedas callada. Te gusta tocarte mientras miras a Hadni, eres zorra guarra.

Sonia: Basta ya por favor, ¡vete!

Hadni la cogió por el cuello y le puso la cara frente a la suya a escasos centímetros mientras le miraba con rabia enérgica.

Hadni: ¡Yo mando aquí, no tú! Yo muestro yo no maricón, ti lo juro.

Hadni: Separa bien piernas.

Sonia(sollozando): No por favooooor.... a.aa..aa

Hadni: ¡Abre piernas y no lloras! ¡No lloras!

Sonia tragó saliva y con los ojos rebosando de lágrimas separó las piernas dejando vía libre a los dedos de Hadni para comenzar a jugar con sus labios vaginales, separándolos, acariciándolos y disfrutando del momento.

Con una mano masturbaba a Sonia y con la otra se masturbaba la enorme verga que estaba tiesa como el palo de una bandera.

Hadni: AAHH así, ¡aprieta joder!

Hadni le guíaba para que ahora fuese ella la que le agarrase la polla con fuerza. Le hizo estrujarla como si estuviese ordeñando, sacando una enorme gota de líquido preseminal. El marroquí la recogió con un dedo y se le restregó en el coño, extendiendo toda la cantidad que pudo, provocando un fuerte asco a su presa.

Hadni: Ahora quiero que te vengas y juegues con mi polla.

Siguiendo las instrucciones de su captor, Sonia comenzó a frotar el glande del moro sobre los labios de su coñito y sobre su clítoris. En ocasiones lo metía un poquito envolviéndo el capullo con sus labios y haciendo llegar al cielo a ese cabrón que no dejaba de decirle guarradas.

Hadni: Así así.. aaaahh como te voy a follar, aaaah... así, despacito.

Las palabras eran puñales en el pecho de la policía. En breves instantes el moro daría un paso adelante y se la clavaría y ella no podría hacer otra cosa que aceptarlo y esperar que pasara el calvario cuanto antes.

Tras varios minutos de burlas y risas del moro; varios minutos de tirones de pezón y pellizcos en los pechos, el moro dijo que era el momento de demostrarle que era un hombre de verdad y no un maricón.

Hadni cogió del pelo a la pobre chica y la llevó a rastras prácticamente hasta la habitación mientras ella trataba de ponerse en pie. La tiró sobre la cama y comenzó a gritarle que iba a hacer todo lo que él quisiera, que si no lo hacía no la mataría, pero le marcaría la cara de por vida y le clavaría el cuchillo con fuerza por el chocho.

Sonia asustada solo alcanzaba a decir que sí, que haría lo que él quisiese mientras se llevaba un par de bofetones y un par de empujones contra los muebles que no eran contestados por la chica.

Hadni la cogió del suelo y la tiró sobre la cama, cogió sus piernas y la acercó al borde y por ende a su enhiesta polla. De un empujón se la clavó hasta la mitad.

No le gustaba la posición y el moro cogió las piernas de Sonia y las recostó sobre ella para poder tenerla a su merced total y tener también al alcancé de su lengua esas tetas y esos finos y estilados labios rosados.

La polla del moro entraba una y otra vez ya en su totalidad haciendo tope con los huevos en el coño de Sonia. La lengua de Hadni se entrelazaba con la de Sonia y salía solamente para lamerle la boca por fuera, la cara y las tetas.

Sorbía sus pezones y los estiraba con los dientes, saliendo de su boca repletos de cálida saliva. Sonia en un principio trataba de pensar en otra cosa, trataba de evadirse, de sacar su mente de su propio cuerpo, pero había ocurrido algo que había sido superior a lo que ella hubiera esperado. Había estado chupando polla durante varios minutos, había estado viendo porno, se había estado masturbando, y aún forzada en esos actos y ahora, tenía una enorme polla entrando una y otra vez en su coño. Los flujos eran abundantes. Los sonidos de chapoteo de los flujos vaginales empapando la carne ardiente que entraba en su coño ensenchando sus paredes y sintiendo la ventosa de esos labios que tanta hambre habían pasado últimamente la tenían tremendamente cachonda, y por más que quisiera evitarlo, comenzó a jadear, dando paso a unos fuertes gemidos fruto de una follada que la hacía rebotar en el colchón, presa por la postura de su captor.

Hadni: ¿¡Crees que soy maricón!? ¡¡CONTESTA PUTA!!

Sonia: No.... aaaaaahhh aaah mmm Noooo.

Hadni: ¿Te gusta polla mora? ¡¡HABLA!!

Sonia: Sí, me gusta...

Hadni: Más cosas, dime cosass, te gusta que te coma las tetas -slurp slup-

Sonia: Me gusta que me comas las tetas, que me folles fuerte...

Hadni: ¡¡AAAAAAHH TOMA POLLA PUTA!!

Hadni se separó y fue al salón, volviendo con un móvil y el cinturón del pantalón.

Sonia se asustó mucho, y cuando le dijo que la iba a castigar y que iba a grabar para tener un recuerdo de este día, se sintió de nueva con el mayor de los miedos y en la mayor de las miserias. Ese cerdo la iba a grabar y debía seguir sus intrucciones.

Las lecciones eran sencillas. Debía hacer todo lo que él quisiera y pedir que le diera más duro y decir que le gustaba cuando le hiciera daño. Si lo hacía bien sería soportable, pero si no le gustaba al moro como lo hacía se arrepentiría para siempre.

El moro había estado un par de minutos diciéndole estas cosas, pero el muy cerdo sonreía satisfecho y lo que más sorprendía a Sonia era que su polla estaba más y más dura aún no habiéndola penetrado. Ese tío era un sádico cabrón que se ponía más cachondo cuanto más la humillaba.

Hadni le hizo coger el móvil a ella y grabar como se la metía en la postura del misionero. Ella grababa como la polla de Hadni entraba y salía de su chochito, y alternaba con planos del moro y su cara de gozo, mientras él le grababa a ella la cara y tetas en otras ocasiones. Después la puso de rodillas en el suelo, y comenzó a grabarla mientras le hacía comer polla.

Sonia sonreía y decía que le encantaba comer esa polla tan dura, que lamentaba no haberlo hecho antes y que se la chuparía cada vez que quisiera. Hadni le golpeaba con ella y la humillaba con todo tipo de comentarios soeces como que su única función era chupar pollas y follar y que a partir de hoy iba a ser su puta para siempre.

Le hacía chuparle y sorber los huevos, le hacía atragantarse con su polla apretando su cabeza a fondo, pero nuevamente, entera no cabía.

Hadni: Pon cuatro patas puta, voy a follarte, ¿Quieres que pegue con cinturón?

Sonia: Sí por favor, lo estoy deseando.

La policía ocultaba sus lágrimas, no quería que ese loco hiciese algo que no tuviera marcha atrás y trató de complacerle.

Hadni se la metió a cuatro patas después de haber captado varios primeros planos del chocho chorreando de flujo y la cara de Sonia mientras le miraba de forma sensual.

Cuando la polla de Hadni entró de nuevo en el cuerpo de Sonia, sus labios volvieron a pegarse a ese trozo de carne, y el sonido húmedo -chof chof chof- hizo de nuevo acto de presencia.

Un par de azotes le calentaron las nalgas. Hadni la penetraba más y más rápido y hasta el fondo. Sonia sentía dolor al sentir la polla llegando al cérvix, pero también al sentir el calor de la piel del cinturón dejándole marcas en sus nalgas en varios azotes que la hacían gritar, pero a las preguntas de si le gustaba, ella, coaccionada, decía que sí y que le diera más.

El marroquí entonces la golpeó más salvájemente incluso con la hebilla, haciéndole sangre en las nalgas. Ella se derrumbó y él en un rápido gesto, soltó el móvil y enrolló el cinturón en su cuello, tirando de éste y estrangulándola en cierta medida mientras la volvía a poner en la posición idónea para seguir penetrándola a 4 patas.

Sonia se había levantado rápidamente y olvidado e dolor de sus nalgas pues le faltaba el aire y aquello la asustaba más. Las embestidas de Hadni eran de auténtica bestia y algo que Sonia no hubiera esperado que pasase ocurrió.

La falta de aire intensificó las sensaciones que la chica sentía, y la polla ardiente en su coño entrando tan deprisa una y otra vez la hacían temblar. Sentía necesidad de jadear y gemir fuertemente, pero la falta de aire le impedía proferir sonidos y además la estaba mareando. Justo cuando un electrizante escalofrío en su zona lumbar se intensificó en su interior, Hadni aflojó la fuerza ejercida sobre el cinturón, dando paso a un fuerte grito de placer y a unas convulsiones en la vágina para el placer del moro, pero sobretodo de su querida presa policía.

Sonia: ¡¡¡¡AAAAAAHHHAA AAAAAAAHHH AAAAAAAAAAAAH!!!!

Hadni: ¡Córrete puta! Córrete que ahora voy yo.

Sonia se había corrido como una cerda y Hadni se tuvo que separar para ver como de su coño salían los flujos a chorros mojando la cama como si se estuviese meando.

La policía no podía creerlo, era la primera vez que se corría de esa manera y aún sentía las convulsiones y temblores por todo el cuerpo, sus ojos se habían puesto en blanco y aún trataba de recomponerse de semejante corrida. No tuvo tiempo ni de pensar en que había sido fruto de una violación, tampoco tuvo tiempo de achacarlo a la falta de sexo y a quitarse la sensación de culpabilidad creyendo que debería estar seca como el desierto en esa situación. Hadni levantó el blanco y terso y precioso culo en pompa de Sonia mientras ella se recostaba sobre la almohada, dirigió su polla cuyo capullo estaba rojo como el tomate para darle unas últimas embestidas antes de llegar al punto de no retorno.

Hadni la volvió a penetrar y con la sensibilidad de la zona ella solo podía emitir gemidos de placer en un tono agudo y de manera cortada mientras la polla entraba y salía a gran velocidad. Hadni le pisó la cabeza contra el colchón para hacerlo de manera más salvaje y le hizo chuparle el dedo gordo del pie quedando todo grabado.

Hadni: ¡¡¡¡AAAAHH AAAH ME CORRO, TOMA LECHE, LECHE PARA TU COÑO!!!!

Hadni descargó 5,6 y hasta 7 enormes chorros de leche caliente en el interior del coño de su puta particular, que no pudo abarcar toda la cantidad, cayendo hacia el exterior. Hadni la puso boca arriba y tras derramar las últimas gotas sobre su coño, fue metiendo los dedos en su interior y sacando el esperma que allí había y llevándolo con los mismos dedos a la boca de Sonia, que seguía fuera de lugar, pero que volvió en sí nada más notar ese fuerte sabor que solamente había olido a su novio pero que jamás había estado en su boca.

Era tremendamente desagradable, y más aún tener que tragarlo de las manos de ese hijo de puta.

Repitió la jugado un par de veces más y cuando terminó, le tomó un primer plano con el móvil y le hizo un par de fotos.

Me ha gustado mucho. Ahora mi voy que ya tengo lo qui quería. Como digas algo te juro que te mato, ti lo juro por Alá - le dijo Hadni tras darle un beso con lengua aún con la boca con restos de sus propios fluidos.

Sonia no se levantó hasta varios minutos después de escuchar cerrarse la puerta principal. Tras llorar a moco tendido y salir de la habitación, vió que ya estaba amaneciendo y se dirigió a la ducha, donde nuevamente se derrumbó mientras trataba de limpiarse una y otra vez el coño tetas e incluso echándose jabón en la propia boca.

Estuvo muchísimo rato llorando y perdió la noción del tiempo, cuando salió ya era de día; las 9 de la mañana. Se miró al espejo y vió que tenía un enorme hinchazón en la cara fruto de los bofetones. No se podía disimular de ninguna manera y mucho menos los moretones que tenía en las nalgas y le dolían al andar.

Aún así tras recoger todo lo destrozado y coger las sábanas de la cama y tirarlas a la basura, se dispuso, una vez vestida y maquillada, a ir a tirar la basura y salir a dar una vuelta, pues necesitaba salir enseguida.

Al salir de casa y antes de llegar a su coche, se encontró con Javi.

Javi: Ey, buenos días.

Sonia: Hola Javi, voy a tirar la basura y a dar una vuelta, tengo un poco de prisa.

Javi: ¿Te pasa algo Sonia?

Javi le había brindado la mejor de sus sonrisas, y ella había mirado para otro lado, esquivando su mirada y pasando de largo. Él no lo sabía pero ella solo quería evitar que le viese la cara.

Javi: Ey...

Sonia: Javi en serio tengo prisa.

Javi: ¿Qué te ha pasado en la cara?

Por más que intentó disimular con maquillaje, el hinchazón se notaba. La chica le dijo que se había caído, Javi intentó invitarla a tomar algo, pero ella le insistió en que tenia prisa y se montó en el coche y se fue dejándole con la palabra en la boca.

El pobre Javi solo intentaba ser amable, y viendo lo bien que se lo pasó ayer con ella fue un golpe para él estar tan distante.

¡Joder!, tenía que haber entrado ayer con ella, me cago en la puta -pensó para si mismo mientras la veía irse.

Tras tirar la basura, Sonia condujo sin destino aparente. Solo podía pensar en la noche infernal que había vivido, y no tenía tiempo ni de pensar en Javi. El chico por el contrario pensaba en la dulce y preciosa chica que quería hacer suya, y que ahora parecía más lejos de conseguirlo.

Sonia llegó al centro comercial más grande de la ciudad. Cuando pilló aparcamiento en el párking se dio cuenta de que debía estar lleno hasta la bandera, y así lo corroboró cuando tras 10 minutos sentada en el coche con la cabeza sobre el volante, decidió bajar.

Paseaba sin rumbo, y de repente una voz conocida la saludó.

Mónica: ¡Ey Jefa! Ven aquí.

Sonia: Hola Mónica, verás, tengo que ir a comprar unas cosas y...

Mónica: Nada nada, siéntate, tómate algo con nosotras.

La chica se levantó y casi la obligó a sentarse con ella y sus amigas. Estaban en un establecimiento llamado "La Sureña" donde los camareros van disfrazados de marineros y sirven cubos de botellines a muy bajos precios.

Mónica estaba con otras dos amigas.

Mónica: Éstas son Silvia y Ana.

Sonia les dio dos besos y se sentó con ellas.

Mónica: Vaya golpe te has dado ¿no?

Sonia: Sí, me tropecé al salir de la ducha y me di con el lavabo. Salir de fiesta después de tanto tiempo me despistó. Bebí un poquito y estaba un poco torpe.

jajajaja - rieron las tres sin tener ni idea de la realidad.

Mónica era una de las compañeras de trabajo del turno en el que Sonia era la jefa. Una de aquellas que al principio estaba celosa de su llegada. Viendo como trabajaba ya se llevaban mejor, pero tampoco es que se hubieran relacionado fuera del trabajo y eso sorprendió a su jefa.

Mónica era una chica de 22 años, rubia de ojos azules con el pelo muy rizado, casi hasta los hombros. Su piel era muy blanca y era muy coqueta.

Llevaba un top ajustado de color negro que realzaba sus enormes pechos, más grandes que los de Sonia. Era más alta también, sobre el metro setenta y cinco, y tenía unas largas piernas que lucía con minifalda. Iba maquillada y la verdad, a Sonia le sorprendió ver lo guapa que se veía fuera del trabajo.

Las amigas eran muy parecidas. Tenían el pelo largo de color negro, no eran ni guapas ni feas y medirían como Sonia. Los pechos eran pequeñitos y sus ojos eran oscuros. resultaron ser hermanas, amigas desde pequeñas de Mónica, quien evidentemente era la amiga guapa del grupo.

Tras las presentaciones estuvieron bebiendo cerveza y tomando tapas. Después fueron todas juntas a comprar y Sonia olvidó por un rato todo lo sucedido en el día de ayer.

Estuvieron riendo y hablando de lo bien que les quedaba la ropa a una y a otra. Sonia procuró no comprar nada de su parte baja, pues las chicas compartían los probadores y no quería que le viesen las marcas en el culo. Por más que insitía Mónica no se probó nada de esa parte de su cuerpo.

Cuando ya se iban a ir vieron la cartelera y decicieron ir al cine, así que fueron a sus coches a dejar las compras y regresaron y disfrutaron de la película.

Era una película española de humor: "8 apellidos vascos" Se lo pasaron muy bien y se quitaron a algunos moscosos que querían ligar con ellas. Era un día de chicas y los hombres no tenían cabida.

Al salir en lugar de ir a casa fueron a un pub donde sí estuvieron hablando de chicos y conocieron a algunos, aunque las únicas solteras eran Sonia y Ana.

Sonia no quería bailar, pero después de un par de copas lo hizo y se lo pasó en grande. Estaba bastante borracha y Ana le ofreció irse a dormir a su piso, cosa que aceptó con gusto.

Al final estuvieron hablando durante un buen rato casi hasta el amanecer. Tenían muchas cosas en común y como sucede muchas veces, parecía que se conocían de toda la vida.

El despertador sonó a las 13 horas, el tiempo justo para ducharse ambas e ir a trabajar.

Esa tarde pasó sin mucha historia. Sonia tenía miedo de encontrarse con Hadni. No sabía como iba a ser capaz de actuar con él como si nada. Sentía ganas de detenerlo y llevarlo a un descampado y torturarlo, pero eso era algo totalmente fuera de lo que ella sería capaz de hacer. Sonia llevaba la pistola a mano cuando llegaba a casa, y vigilaba todas las zonas oscuras en previsión de un acercamiento de su odiado secuestrador, pero éste no se produjo.

La mañana siguiente fue tranquila, pero por cuando llegó el servicio de noche, llegaron al parque donde se juntaban casi los mismos chavales de la otra vez. Hadni no estaba allí, pero aún así, el compañero de Sonia pidió apoyó a otros policías para identificar a esos chicos que debían ser unos 12.

Había 4 chicas y otro chicos, todos en una franja entre 16 y 20 años como mucho.

Los chicos estaban callados. Uno de ellos llevaba una mochila donde había una videocámara muy buena, digna de estudio de fotografía. El dueño de la mochila se llamaba Karim, tenía 17 años y era bastante callado. Era muy delgado; medía 1,78ctms y no pesaría ni 60 kilos. Era paliducho de piel y era del barrio. Se le preguntó de donde había sacado esa cámara y él dijo que estaba en un curso de fotografía y que le habían mandado un trabajo para casa y que el profesor se la había prestado, que por favor no se la llevaran que el profesor se iba a enfadar porque le dijo que no la sacara de clase y él lo había hecho para enseñársela a los amigos y hacer algunas fotos. El chico hasta enseñó algunas de ellas a los policías y la calidad de imagen era muy muy buena, FULLHD.

Policía: ¿Qué jefa, la confiscamos y que venga el profesor a por ella?

Sonia: No me llames jefa que sabes que no me gusta. ¿Habéis comprobado que no esté robada?

Policía: Sí, y no está, pero esta cámara tiene pinta de valer un dineral.

Karim: Por favor no, me van a castigar y hace mucho que no hago nada malo, esto no ha sido para tanto.

Sonia: ...

Mónica: A ver Karim, sabes como va esto, yo no sé si lo has robado porque vale un dineral y me extraña que te la dejen así como así. Y dices que la has sacado sin permiso.

Sonia: Compañera, déjalo estar. Te llamas Karim ¿no?

Karim: Sí, muchas gracias.

Sonia: No me las des. Por hoy te vamos a creer. Vamos a creer que no ha pasado de una gamberrada, pero si te vuelvo a ver con ella o algo parecido te lo quito.

Karim: No pasará te lo prometo ¡Muchas gracias!

Sonia: Tomamos nota de la cámara y quiero algo que me haga creer que estás en ese curso de fotografía.

El chico sonrió, y le dijo que el próximo día que la viera llevaría apuntes y algún trabajo para que lo viese.

Los compañeros de Sonia se quedaron atónitos de la reacción de la jefa. Más tarde les explicaría que le pareció convincente.

Procedieron a los cacheos en busca de objetos peligrosos o drogas y al instante Sonia escuchó la voz que no quería haber escuchado nunca más.

Hadni: Jefe, otra vez, no hacen nada estos chicos.

Miguel: Hadni a ti te quería ver yo.

Miguel fue como un miura a por el moro, y le dio un empujón.

Hadni: ¡Tranquilo, jefe! Yo no más problema. Quiero disculpar contigo.

Miguel: No las acepto Hadni, una cosa es insultar y portarse mal y otra golpear a un policía y más a una mujer.

Hadni: Tienes verdad, yo hice mal y pido perdón ti lo juro que nunca mas jefe.

Miguel le miraba con rabia, pero no había motivo para hacer nada más, excepto una agresión por venganza y eso no esa permisible aunque Sonia lo desease.

Sonia se limitó a dirigir un poco las actuaciones. eran seis Policías incluido ella, una de ellas su nueva amiga Mónica.

Hadni se puso a hablar con los chicos que iban quedando libres tras los cacheos. Con una de ellos hablaba en voz baja. Ese chico ya había sido identificado, era Karim.

Hadni le mostró algo en el móvil a la par que señalaba hasta donde estaba Sonia. La mirada de ella se cruzó con una cara de asombro del menor y unas risas de Hadni mientras hacía el gesto de una mamada moviendo su propia lengua contra la cara interna de su mejilla y acompañando el gesto con la mano.

Mónica: ¿De qué te ríes Hadni? ¿Te ríes de mi compañera?

Hadni: Yo no río, yo estoy viendo un vídeo con mi amigo Karim.

Hadni le acarició el pelo al chico y él estaba algo rojo.

Mónica: Vamos a ver ese vídeo a ver que gracia hace.

Hadni: Yo no he hecho nada, yo no ti muestro mi móvil.

Ella se acercó y Hadni lo alejó de sus manos, entonces otro compañero fue con Mónica y le volvió a pedir la documentación, yendo todo por los mismos derroteros de la otra vez fruto del machismo de ese sucio moro.

Cuando Hadni le dió el telefóno al policía, éste comprobó si estaba robado, al ver que no era así, le pidió que le enseñase el vídeo.

En ese momento ya habían terminado los cacheos, y no se había encontrado nada. Sonia en una rápida reacción dijo a todos los policías que se fueran de allí y evitó que Hadni mostrase un vídeo que a todas luces debía ser de ella.

Al dirigirse al coche, Sonia no pudo evitar girarse y vió como Hadni volvía a hacer ese gesto obsceno de la mamada, pero esta vez mirándole a ella y acabando con un beso. Acto seguido lo dijo algo a Karim, quien miraba a la policía fíjamente de arriba a abajo.

El resto de la noche siendo lunes fue muy tranquila, y al llegar a casa Sonia tomó las debidas precauciones.

Javi estaba limpiando en coche, cuando vió llegar un Mercedes antiguo y hecho polvo. De él se bajó un moro que era grande y fuerte y que pasó por su lado llevando un sobre grande.

El moro llevaba además gafas de sol y una gorra de baseball, una camiseta roja de tirantes y unos pantalones cortos blancos con unas zapatillas deportivas.

Perdón ¿Vives aquí? - le dijo Javi al ver que pasaba de largo sin decir nada.

Hadni se detuvo y le dijo que no, que venía a ver a una amiga.

Javi: ¿Sonia?

Hadni: Sí, ¿hay problema?

Javi se quedó extrañado y dió un par de pasos detrás suya. El moro se giró de golpe y se acercó a modo de intimidación, pero Javi le echó un par y se quedó en el mismo lugar en el que estaba sin moverse.

Hadni: ¿Qué problema hay? Yo quiero ver Sonia ¿Tú la follas?

Javi: No, yo no.

Hadni: Yo sí. Ahora voy a ver si me la chupa. ¿Quieres ver?

Javi: Que te va a chupar a ti, flipao.

Hadni: ¿Flipao?

El moro se acercó y se quitó las gafas guardándolas en un bolsillo.

Javi: Que esa chica es mucho para ti.

Hadni: Tú quieres follar a Sonia, pero esa chica hace lo que yo digo.

Javi no se podía creer ni por asomo que eso fuese cierto, pero volvió a limpiar su coche mientras Hadni se giraba con una amplia sonrisa y se dirigía a la puerta de la casa de su víctima favorita.

Por un momento Javi recordó el hinchazón de la cara de Sonia y llegó a pensar en que fuera de verdad su novia y éste la pegase, al fin y al cabo dicen que esas cosas pasan en las personas más insospechadas. Siguió limpiando el coche pero ese pensamiento seguía en su cabeza mientras veía a ese marroquí entrar al jardín y tocar la puerta de la chica que tanto deseaba conquistar.

Antes de que sonase el despertador, los fuertes aporreos en la puerta y el timbre despertaron a Sonia, que asustada y algo desorientada, cogió la pistola y se levantó de la cama. Solo llevaba unas braguitas y una camiseta blanca de manga corta sin sujetador.

Se acercó y miró por la mirilla.

¿¡¡Qué demonios hace éste aquí otra vez!!?¿¡¡Qué hago!!? - se preguntó.

Hadni: Jefa, sé que estás aquí, he visto tu coche. Abre puerta o la tiro ti lo juro.

Sonia: No te voy a abrir Hadni, ya tuviste bastante. Vete o llamo a la policía y te juro que lo cuento todo.

Hadni: Jajajaja tú no vas a contar nada, vas a abrir.

Sonia: Yo no te abro, cuento hasta 3 para que te vayas o llamo a mis compañeros y te lo explican ellos.

Hadni: Mira lo que tengo.

Sonia miró por la mirilla y vió como Hadni abría un sobre y sacaba de allí una enorme foto tamaño folio que resultó ser una fotografía de ella con la polla de Hadni en la boca mientras sonreía. Le enseñó un par más a cuatro patas mirando y sonriendo y otra con la polla del moro en su interior.

La policía se quedó muda, era incapaz de hablar.

Hadni: Abre la puerta.

Sonia: ...

Hadni: ¡¡ABRE JODER!!

El grito y los golpes alertaron a Javi, que cogió del maletero el gato para cambiar la rueda y se acercó sigiloso para actuar, pues veía un peligro en ese chico.

Hadni: O abres o le enseño estas fotos al chico ese que pregunta por ti.

¡Javi!... pobre de mí -pensó la chica.

Cuando Javi estaba llegando la puerta se abrió y el moro entró. Javi llegó a tiempo de ver a Sonia antes de que cerrase la puerta. Ella le hizo un gesto de no no con la cabeza y la cerró.

Javi se quedó desconcertado. Sonia había recibido a ese chico en bragas, y eso era bastante esclarecedor. Echó el oído a la puerta pero no lograba entender lo que hablaban. Viéndose ridículo en esa situación decidió volver a casa.

Sonia estaba asustada pasó junto a Hadni casi protegiéndose cuando él se acercó, pero en lugar de algo como lo del día anterior el moro le dio dos besos en la mejilla y le preguntó que qué tal había dormido.

Sonia: ¿Qué quieres por las fotos? Tengo dinero, no mucho pero puedo conseguir algo.

Hadni: Jajajaja ¿Quieres negocio? Dinero está muy bien, pero yo quiero más cosas.

Sonia: No puedo darte más Hadni. Me hiciste daño, me violastes y ahora encima me chantajeas, no se puede ser más malo.

Hadni: Yo no tan malo. Tú te corriste, y eso es que pasaste bien.

Sonia: No me corrí.

Hadni: Sí, yo se cuando te corres, jajaja, todo mojado, muy mojado.

Sonia: Da igual, yo no me voy a acostar más contigo.

Hadni: Tú vas a hacer lo que yo digo. ¿Tienes vídeo?

Hadni sacó un dvd y lo puso en el reproductor que le señaló Sonia. El vídeo estaba editado en base a las grabaciones del móvil del día de la violación.

La mamada, la comida de huevos, la polla de ese cerdo entrando en el coño de Sonia, incluso los azotes y las marcas que éstos dejaban.

El cerdo de Hadni se ponía cachondo y se tocaba la polla por encima del pantalón. A Sonia se le puso el corazón a cien viendo el vídeo y viendo como se podía interpretar como absoluta sumisión por su parta hacia su amo.

Sonia(sollozando): Por favor Hadni.... te pagaré, te daré todo...... mi dinero pero no abuses más de mí, déjame tranquila.

Hadni: Eh eh, no llores, a Hadni no le gusta.

Hadni le dijo que tenía hambre que le preparase algo de comer y entonces hablarían de negocios.

Sonia calentó un arroz de paella que tenía del día anterior y juntos se sentaron a comer. Ella pensó por un momento en su vecino Javi, quien le gustaba y a quien no había invitado nunca a comer a su casa. En lugar de él estaba Hadni, que le dijo que le gustaba su boca y su coño y que de momento quería disfrutar de ella por un tiempo.

Sonia le preguntó cuanto tiempo iba a durar esto y él dijo no saber, que cuando se cansara la dejaría tranquila.

No se lo podía creer; se sentía en el infierno y esto parecía no tener fin.

Hadni se levantó de la mesa de la cocina y se dirigió al salón. Sacó todas las fotos y las puso sobre la mesa.

Hadni: Estas fotos y la película son para ti, es un regalo.

Hadni fue al baño a mear, luego le pidió el teléfono y comprobó con una llamada que no le había dado otro. Le dijo que se lo guardase y que ya la llamaría para quedar.

Cuando ya se iba a ir por la puerta, Hadni se paró en seco miró el reloj y se dió la vuelta.

Hadni: Sabes.. tengo 25 minutos todavía. No te puedo follar, pero puedes chupar un rato. ¿Quieres?

Sonia: No, vete por favor.

Hadni: Creo que no has entendido pregunta. ¿Quieres chupar polla?

El tono amenazante de Hadni le hizo recordar a Sonia su posición y no tuvo más remedio que satisfacer a ese canalla, tanto física como verbalmente.

Sonia: Sí, quiero chupar esa enorme polla mora.

Hadni: Jajaja Si tú quieres yo no puedo decir no.

El moro se acercó y se bajó los pantalones de golpe. No llevaba calzoncillos y tenía la polla igual de peluda que la otra vez, y a medio armar.

Se sentó en el sofá y le dijo que se arrodillase.

Sonia se puso de rodillas y lamió la polla de ese cabron, de la base al glande en varias ocasiones hasta que la metió en su boca tirando hacia arriba con ella succionada, estirándola y notándola crecer en su interior.

Recién había meado por lo que sabía a orina y además tenía el olor repugnante de los abundantes y sudorosos pelos púbicos de ese cerdo.

La polla de Hadni ya estaba dura y empinada como una estaca, y él la guió para que le masturbase mientras no dejaba de chuparla.

Le hizo quitarse la camiseta y las bragas y la obligó a tocarse mientras la chupaba.

La boca de Sonia, caliente y húmeda envolvía con sus labios la suave piel tensa por la erección de la polla mora que se estaba comiendo.

Otra vez sumisa, otra vez metiendo los huevos en su boca y succionándolos para deleite de su captor.

Hadni: AAAAHH como ti gusta la polla mora, puta.

Sonia: mmmmm slurp glup glup

Hadni: Chupa hasta el fondo, aaaahhh tienes qui aprender.

Sonia trataba de tragársela toda pero eso era demasiado grande. Borbotones de saliva pegajosa mezclada con los fluidos de la polla de Hadni iban desde su boca a sus tetas y a la polla de ese cerdo.

Hadni metió la polla entre las tetas de Sonia, que las apretaba presionándola entre ellas y subía y bajaba masturbando a ese hijo de puta.

Hadni jadeaba y le hacía sacar la lengua para tocar en ella con el glande entre las embestidas a esas tetas.

Hadni: ¿Quieres comer culo de moro?

Sonia no podía hacer otra cosa que saisfacer a ese tío y sería mejor que se acostumbrase pues estaba cogida por los ovarios.

Sonia: Sí cariño, quiero hacerte disfrutar con mi lengua en tu culo.

Sonia bajó mientras él levantó la pelvis para darle acceso fácil a ese culo que no olvidaría jamás. De nuevo sintió el asqueroso sabor al notar la textura rugosa de su esfínter en la punta de su lengua. Esta vez le hizo apretar aún más fuerte la lengua entrando en ese culo mientras Hadni jadeaba como un cerdo y se masturbaba con mucha fuerza y velocidad. Tras más de un minuto así, a la pobre chica le faltaba el aire, y es que cada vez que trataba de despegarse el moro le apretaba la cabeza impidiéndoselo.

Hadni: Come culo puta, ¿te gusta eh? te gusta chupar ¿¡EH!?

Sonia asentía pero apenas se la entendía al estar en esa posición. Hadni la liberó y le hizo comer polla a base de bien y Sonia cada vez se podía tragaba más sin que Hadni tuviera que apretarle el cuello, aunque él seguía haciéndolo porque le gustaba sentirse más dominante.

El moro le pidió que le metiese el dedo en el culo, y Sonia lo hizo primero sin cuidado metiendo gran parte del índice y llevándose un fuerte bofetón.

Hadni: ¡¡Has hecho daño putaa!! Ahora chupa dedo y mételo despacio, así.

Hadni le mostró el dedo en forma de garfio y al verla mirar el dedo que acababa de utilizar, él mismo le cogió la mano y le metió ese dedo en la boca.

Si nauseabundo era el olor y asqueroso meter ahí su lengua, no menos asqueroso le resultó chupar ese dedo.

Le entró una arcada, pero enseguida siguió las órdenes de su amo y le masturbó en el culo con su índice derecho del modo que le había mostrado Hadni, mientras le comía las pelotas y le masturbaba la polla con la mano izquierda.

El puto moro la tuvo así durante un minuto mientras jadeaba como Sonia nunca había oído jadear a nadie.

Hadni: AHAAHA AAAAAAAAHH NO QUITAS BOCA Y DEDO HASTA QUE YO DIGA O TE MATO.

Hadni comenzó a eyacular como un auténtico géiser mientras gritaba de placer. Los dos primeros chorros de espeso semen fueron en su mayor parte por encima de Sonia a caer en la mesa del salón saliendo disparados a mucha altura. Le siguieron otros 3 espesos chorros más débiles que no llegaron tan alto y cayeron sobre la cara de Sonia. El semen que se arrastraba por su cara y los siguientes chorros más líquidos que seguían saliendo de la polla del moro y caían sobre los huevos de éste fueron a parar a la boca de la policía, que siguiendo succionando como le había ordenado su captor, metía en su boca ese semen asqueroso que nunca antes había probado con ninguna pareja y que con ese enfermo había probado varias veces ya.

Hadni seguía jadeando, y no tardó en burlarse de ella.

Hadni: Jajajaja, no paras de chupar. Dices que no gustan los moros pero mi polla la chupas como una puta jajajaja.

Hadni la separó y le acercó la polla a la boca para limpiar el semen espeso de su glande y tronco en la boca de su presa. Ella lo escupía sobre su barbilla y de ahí caía a sus tetas. Le hizo limpiarle los huevos con la lengua y cuando miró el reloj dijo que habían pasado 20 minutos, se levantó y se fue.

20 minutos en correrse con una mamada de campeonato, no puede ser - pensaba la pobre Sonia.

Se levantó y se fue a limpiar. Las lágrimas que aguantó con Hadni las sacó en ese momento. Se limpió 3 veces los dientes para quitarse el sabor a polla y culo, y hasta entonces, no sintió que ese sabor desaparecía.

Pensó en quemar todas las fotos, pero tuvo miedo de que se las pidiese el cerdo de Hadni y al no verlas se enfadase. Cogió el dvd y las fotos y las guardó en lo más profundo del armario. A continuación limpió el semen que había sobre el suelo y la mesa.

No sentía más que repugnancia, si por ella fuera quemaba el sofá.

Se vistió y cuando estaba terminando de colocar todo comenzó a sonar el timbre.

¡Otra vez ese cabrón, sí se acaba de ir! - se dijo Sonia preocupada.

Al mirar por la mirilla vió que en lugar de la cara cicatrizada de su odiado captor, estaban los preciosos ojos azules y el pelo castaño de la cara más bonita que había visto.

Abrió la puerta y saludó a su vecino.

Sonia: Hola Javi.

Javi: Hola Sonia buenas tardes. Veo que ya no tienes el hinchazón en la cara.

Sonia: No, por fin se me quitó.

Javi: Me alegro.

Me caí en la ducha la otra noche. No me gusta acostarme sin ducharme y como vinimos contentillos, pues no sé como pero me caí. jajaja - le dijo Sonia sin haber sido preguntada.

Javi no se lo creía del todo, aunque sonrio y bromeó como si lo hubiese hecho.

Javi: Oye Sonia ¿Te apetece un café?

Sonia: Siempre me invitas a café, hoy te invito yo. Lo único, ¿Podrías traer esos dulces que tienes en casa?Me vuelven loca.

La sonrisa de Sonia dejaba prendido a Javi que dijo que volvía en dos minutos, justo el tiempo que aprovechó Sonia para quitar del alcance de la vista cualquier cosa que la comprometiese, escondiendo todo lo relativo a su trabajo y ordenando el poco desorden que provocó el moro.

Javi: Ya estoy de vuelta.

Sonia: Pasa pasa.

Sonia le dio pasó y fueron a la cocina, donde le sirvió una gran taza de café y se dispuso a pasar una tarde agradable; almenos el resto de ella.

CONTINUARÁ...