Ni contigo, ni sin ti

Capítulo 2: LA CHARLA

Capítulo 2: LA CHARLA

Fue casi imposible poder dormir esa noche, estaba nerviosa por volver a ver a esa chica. Por más loco que suene, vivir esa experiencia, estar al borde del peligro ¡me gustó!, me hizo sentir tanta adrenalina, me hizo sentir viva.

En la mañana me arreglé normalmente, no la consideraba una cita especial. Eran las nueve y para mi fortuna o mi desgracia la puntualidad es vital en mí. Salí de casa sin el permiso de mi madre, y me senté en una banca, pasaban los minutos y con ella crecía mi ansiedad… ¡odio tener que esperar! Quince minutos después aparece una camioneta negra, muy grande, con los vidrios extremadamente polarizados… mi nerviosismo aumentó, hasta que la ví.

Chica:lamento la demora…

Yo: si bueno, creo que es importante mencionarte que esperar no es algo que disfruté hacer…

Chica:lo sé, te pido nuevamente una disculpa… sube al coche

Con un poco de miedo me levante del asiento, y un poco temerosa observé la calle y luego la camioneta, justo en ese momento recordé lo que mi padre mil veces me había dicho de pequeña: “no confíes en extraños”

Chica:vamos que no te voy a robar –ríe-

Yo: preferiría que caminemos

Chica:amm eso es un poco riesgoso, como te habrás dado cuenta ayer, esos tipos iban por mí y mi acompañante, sólo confía… vamos –extendiendo su mano-

Sin dudarlo me subí a la camioneta y el chofer arrancó, era el mismo que vi en el hospital. La chica seguramente se dio cuenta que miraba mucho por el retrovisor al “gorila”

Yo: -preguntándole al chofer- ¿Qué hacías ayer afuera del hospital?

Chica:queríamos saber cómo estabas… le ordené que siguiera la patrulla de tu papá

Yo: entiendo –seria-

Después de unos cuantos minutos de silencio, les digo:

Yo: un coche está siguiéndonos –nerviosa-

Chica:tranquila, están protegiéndonos, mi padre aumentó la seguridad para mí

Yo: supongo que tu padre debe tener mucho dinero ¿a qué se dedica?

Chica: ¡ vaya! Tu padre sí que te tiene bien entrenada, haces preguntas, sabes cuando un coche te está siguiendo ¿hay algo que no hagas? Chica misteriosa… -sonriendo-

Yo:mi estado de alerta es muy agudo, eso es todo… no has contestado mi pregunta –seria-

Chica:hemos llegado a una de mis casas, baja y en el desayuno te cuento todo…

Está por demás decir que esa no era casa, era una enorme mansión, después de nosotros entraron 4 coches más de distintos modelos, supuse que era de la misma seguridad de la chica, creo que es buen momento de preguntar su nombre.

Al entrar, la vista era estupenda sin embargo no lograba impresionarme del todo. Nos sentamos en el comedor solo nosotras dos, mientras servían el desayuno.

Yo:me gustaría al menos saber tu nombre

Chica: Jesse

Yo: un gusto Jesse, yo me llamo Adriana, aunque creo que eso ya lo sabías…

Jesse:así es… estoy hambrienta ¿tú no?

Yo: si, también lo estoy… es curioso como una chica que acaba de pasar un terrible momento el día de ayer esté así… como si nada hubiese pasado

Jesse: Adri ¿puedo llamarte así, cierto? –Asiento- no es la primera vez que ocurre, he estado en por lo menos 4 secuestros…

Yo: lo dices muy resignada

Jesse: en este mundo así es… te acostumbras a todo, ausencias, lujos, dinero, viajes, clases particulares, y secuestros… ¿gracioso, no?

Yo: ¿ a que se dedica tu familia?

Jesse: todos son narcotraficantes, no hay un solo familiar que no esté mentido –seria-

Yo: -silencio-

Jesse: si no te sientes cómoda, te llevo a casa… -su tono de voz pronunciaba preocupación-

Yo: tranquila.

Continuamos el desayuno en completo silencio, sabía que estaba en problemas con mi madre si se llegaba  a dar cuenta que no estaba en cama, al decir verdad estaba dándome un fuerte dolor de cabeza, casi insoportable. Pero no quería irme de allí, definitivamente quería saber un poco más de Jesse

Yo:la chica con la que estabas ayer ¿está bien? ¿Es tu prima? ¿Amiga? ¿Hermana?

Jesse:¿ella? Está perfectamente bien, es mi novia… o lo era, no estoy segura en este momento

Mi asombro fue tan grande que se atoró en mi diminuta garganta un pedazo de fruta.

Jesse:no creo que seas el tipo de persona homofóbica o ¿me equivoco?

Yo:en realidad no, ¿sabes? Me da igual –tosiendo-

Una vez que terminamos de desayunar, me llevó a una pequeña sala de estar fuera de la residencia. El enorme y colorido jardín inundaba profundamente mis pupilas. Jesse se percató de mi malestar y consiguió un par de pastillas.

Un joven de veinte tantos años se acercó a nosotras, al parecer venía de muy mal humor…

Jesse: oh oh!

Joven: ¿estás loca? ¿Quién es ella? ¿Por qué la has traído?

Jesse:sabes perfectamente que no me gusta que me hables en ese tono, Omar… -hablaba relativamente calmada-

Omar: - gritando- este no es un hotel y lo sabes perfectamente, es una casa de seguridad… se supone que nadie debe saber de ella

Jesse: de no ser por ella, me hubiesen matado ayer… estúpido, además puedo traer a quién yo quiera.

Omar:claro, por ser tan confiada te han secuestrado tantas veces… ¿sabes qué? Veremos que dice mi padre al respecto –marchándose-

Yo:no quiero ocasionarte problemas, creo que es mejor irme a casa… te juro que no diré nada al respecto –tratando de levantarme-

Jesse: no tranquila, -interrumpiendo- él es mi hermano, como te habrás dado cuenta es un patán

Yo: quiero hacerte una pregunta… -seria-

Jesse: va, pregunta –mirándome-

Yo: ¿formas parte de la organización de tu padre?

Jesse: no sé si debo contestarle eso a la hija de un policía… -riendo- es broma,  no formo parte de ella directamente, mi papá me regalo una empresa informática, pues es eso lo que yo estudié.

Yo: esa empresa es producto del lavado de dinero ¿no es así?

Jesse: si, -seria- pero vamos, si lo dices de esa manera suena peor de lo que en realidad es… cambiando de tema, sé que estás estudiando gastronomía ¿cierto?

Yo: si, así es… estoy por terminar

Jesse: interesante, me gustaría al menos probar algo de lo que cocines

Yo: claro

Me encontraba un poco incomoda por lo que recientemente había escuchado, sinceramente no creo que sea prudente saber tanto de su familia, sabiendo que mi padre es policía y que seguramente está tratando de eliminar esa organización. Jesse se percató de ello y decidió llevarme a casa.

No supe de ella por un par de días, quería alejarme pero había algo que me hacía querer verla. La situación estaba comenzando a asustarme, ya no era un simple deseo, era una necesidad. Encendí mi lap top, no lo había hecho desde el accidente, pude notar que tenía un par de ralladuras muy notorias.

En la pantalla principal había una pequeña nota con un número de teléfono, sonreí al imaginarme de quién sería, inmediatamente lo registré en mis contactos para que me apareciera en whatsapp y poder comprobar que se trataba de Jesse.

Mi corazón comenzó a palpitar de manera exagerada al ver su foto, es una chica muy bonita… piel blanca y ojos marrón claro, su cabello era en definitiva lo que más me gustaba, ondulado y al parecer muy bien cuidado. No comprendía que era lo que me pasaba en ese momento, sin embargo, no era una sensación nueva para mí.

Hace más de tres años me sucedió lo mismo con una chica del colegio, la manera en la que nos llevábamos me indicaba que algo sucedería, pero no fue así. Dejó de hablarme sin explicación alguna, después de eso, solo lograba interesarme por los chicos.

Como dicen por allí, la curiosidad mató al gato y le llamé:

Jesse: pensé que nunca me llamarías

Yo: ¿Cómo es que sabes quién soy?

Jesse: te tengo registrada, Adriana… soy informática ¿recuerdas? Tienes sincronizado tu número de teléfono a tu cuenta de Gmail… así lo conseguí, espero no te moleste.

Yo: bueno y si sabías mi número, ¿porque no me habías llamado?

Jesse: pensé en darte tu espacio, supongo que no es fácil enterarte de algo así.

Yo: tienes razón, amm te llamaba para invitarte a una muestra gastronómica que habrá en la universidad –nerviosa- no sé si estés disponible, será hoy a las 11am

Jesse: me encantaría ir, tengo un par de cosas que hacer… si me desocupo rápido estaré por allá…

Yo: muy bien, te veo luego chao –colgué-

Miranda, es una de mis mejores amigas de toda la vida… estamos juntas desde que nacimos prácticamente (es mi vecina), su padre es policía y compañero de mi papá. Mientras cocinábamos le platicaba lo que había pasado el día del accidente, y sobre Jesse, claro que omitiendo ciertas cosas, como el pequeño detalle de su familia.

Miranda: amiga, no sé cómo no te dio un infarto… yo en tu situación me hubiese quedado paralizada

Yo:fue emocionante

Cuando terminamos de adornar los platillos, los llevamos a la mesa de muestra. Estaba un poco nerviosa por volver a verla. Cientos de personas caminaban por todo el salón y yo solo buscaba su mirada…

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