Ni contigo, ni sin ti

El contenido de este relato por el momento no es sexual, es una historia que vale la pena leer.

Capítulo 1- el comienzo…

Pasa que cuando te encuentras sola en tu habitación, empiezas un recorrido por las acciones que has hecho a lo largo de tu vida. Piensas en aquellas cosas que quisieras cambiar, aquellas que desearías volver a vivir y recuerdas a los amores que te hicieron VIVIR de verdad, que te hicieron SOÑAR, CREER, que te hicieron AMAR Y SUFRIR. Sólo entonces te das cuenta que el conjunto de esos elementos hacen a la persona que ahora eres.

Mi vida al día de hoy ha sido buena, en realidad... no puedo quejarme. Sin embargo siento que me falta algo, y no estoy hablando de algo material ni de una persona en particular… es algo interior, necesito algo que me llene totalmente, que inunde mi alma… algo que le dé sentido y propósito a mi vida.

Me encontraba en el metro, son las 4:00pm y como cada viernes me dirijo a mi cafetería favorita. Solo en ese lugar puedo leer tranquilamente, revisar mi correo electrónico, y chatear para variar. En casa me he quedado sin internet temporalmente, ¿la razón?... eso a lo que los padres llaman “castigo”.

Cuando por fin llegué; la mesa en la que siempre estoy, está ocupada por un par de chicas, al parecer nuevas en el local. Vengo a esta cafetería prácticamente desde que la inauguraron, conozco a la gran mayoría de las personas que están aquí, de vista, claro… y ellas en definitiva no habían venido antes.

Hecho un vistazo levemente a todo el sitio, solo para darme cuenta que han renovado algunas cosas, se ve lindo. Algo que llama mi atención es que hay un par de gorilas (hombres extremadamente musculosos y vestidos de traje muy elegante) en la entrada, observando con tal obsesión a la mesa de las chicas nuevas. Como no es mi asunto, me sumerjo en algunas páginas de internet.

Se acercó el mesero para traerme mi café expresso y una galleta de chocolate, lo gracioso es que ya no tengo que pedirlo… el simplemente se acostumbró a que cada viernes venía a consumir lo mismo, odio ser tan predecible.

No tenía ni siquiera cinco minutos de haber llegado, cuando de repente en la calle se escuchan un par de disparos, uno de los gorilas estaba tirado en el piso. La gente eufórica empieza a gritar y esconderse bajo su respectiva mesa. Las balas aún no cesaban, el gorila que seguía con vida disparaba con una mano, mientras que con la otra cubría su herida en el abdomen.

Ha como pude cerré mi computadora y me dirigí al baño con la cabeza gacha, los gritos se escuchaban hasta allá. Me di cuenta que el par de chicas nuevas estaban allí, tomé mi teléfono e inmediatamente llamé a mi papá, afortunadamente es policía.

Mientras lo esperaba, escuché decir a una de las chicas que pedía refuerzos:

Chica1: Papá necesito que mandes a tu gente –gritando- alguien le disparó a Bruno, ¡está muerto!

Chica2: ¡Dios mío! Jamás había estado tan asustada en mi vida –me decía-

En un intento de tratar de calmarla le dije: mi padre es policía y está en camino, no te preocupes.

Chica1: -mirándome enojada- ¿llamaste a la policía? ¿Acaso estás loca?

Yo: -confundida- ¿de qué hablas? Ellos están entrenados para esto…

Chica1:definitivamente no entiendes, necesitamos salir de aquí… ¿sabes si hay otra salida?

En eso entran dos hombres de aproximadamente 40 años de edad, con un arma cada uno. Amenazando la vida de las chicas. Mi padre me había dado un par de clases de defensa personal (en contra de mi voluntad), en ese momento lo agradecía profundamente. Logré desarmar a uno de ellos y dejarlo tirado con un gran golpe en la cabeza, mientras que el otro tenía a una de las chicas en brazos.

Hombre: no te metas en esto niña, ¡márchate!

Haciendo caso omiso a sus palabras, me abalancé sobre él, empujándolo lo más fuerte que pude. Evidentemente para una chica de 1.60 de estatura y un peso de 55kg era todo un reto que claramente no cumplí… me tomó del brazo y me lanzó con toda su fuerza a la pared, mi cabeza fue la que recibió casi todo el impacto, en estado casi inconsciente escuchaba a la chica que trataba de negociar con él, le prometía el triple de lo que le estuviesen pagando por ese trabajo, el simplemente lo pensó por un tiempo y al final no aceptó.

Mi héroe, como llamo a mi padre... se apareció por fin. Desarmó al tipo y le encargó a los oficiales que se lo llevaran. Un paramédico se acercó a mí...

En un cuarto de hospital

Yo: ¿Qué ha pasado? -Le pregunté a mi padre.-

Papá: no te levantes, hija. Al parecer esos tipos que te atacaron iban tras dos chicas, lo más probable es que se trate de un secuestro ¿Escuchaste algo?

Yo: -tratando de recordar- no papá, solo que una de las chicas le llamó a su papá, le pedía que mandara a su gente. ¿Ellos se llevaron a las chicas? –exaltada-

Papá:no Adriana, afortunadamente llegamos antes de que pudiesen llevárselas… una camioneta pasó a recogerlas, no le dieron oportunidad a las autoridades de entrevistarlas.

Unas cuantas horas después pude salir del hospital con tan solo un raspón en el brazo y la cabeza llena de vendas, al parecer el golpe había sido duro, pero sin algún riesgo aparente. Al entrar a la patrulla (coche de policías) observé al gorila en una enorme camioneta negra observándonos. Sin prestarle mucha atención tomé mis analgésicos y me recosté en el asiento. Mi padre me llevaba a casa.

Mi madre me recibió angustiada como era de esperarse, al verme la cabeza de momia empezó con su interrogatorio, afortunadamente mi padre me ordenó irme a mi habitación, la verdad es que no estaba con ánimos de hablar, tenía un dolor de cabeza terrible.

Después de dormir por no sé cuántas horas, revisé mi teléfono y decidí bajar por algo de almorzar… para mi sorpresa veo a una de las chicas de la cafetería.

Mamá: hija, ven mira… está aquí una de tus amigas del colegio –mintió- paso a ver como estabas

La chica aún desconocida para mí se levantó de su asiento y se acercó con gran velocidad, me abrazó por un par de segundos y me dijo en voz baja que le siguiera el juego.

Yo: claro amiga –haciendo énfasis- ¿Cómo estás?

Chica:muy bien, amiga. Estaba preocupada por ti, es todo.

Mamá: ¿Cómo te has enterado, cariño? –Preguntándole a la chica-

Chica:vivo cerca de esa cafetería señora, anteriormente ella me dijo que estaría allí ¿no es así amiga? –Respondía con tal naturalidad que hasta yo le creía-

Yo: cierto

Mamá: bueno chicas, las dejo que conversen… iré a preparar la cena… -se marcha-

Yo: ¿qué haces aquí?

Chica:vine a ver como estabas, además de entregarte esto, Adriana…

Yo: espera… ¿cómo sabes mi nombre? –Abriendo la bolsa, era mi laptop-

Chica: tu nombre no es lo único que se de ti ahora, -riendo- me gustaría hablar contigo en alguna parte más privada ¿te parece? Así aclaro tus dudas, supongo que tienes muchas

Yo: la verdad es que si, amm ¿te parece mañana?

Chica: claro, pasaré por ti a las 8:00am –marchándose-

Yo: a las 9:00am

Chica: a lo que sé de ti, siempre despiertas temprano

Yo: lo hago, pero mi padre se va a trabajar a las 8:30

Chica: de acuerdo, a esa hora será –guiñando- te veo mañana.