Ni borracha se salvó

Ni por andar toda borracha se pudo librar de que se la enterrara, aunque ella no lo recuerde...

Hola a todos.

Soy mexicano, tengo 28 años. Mi relato comienza cuando invito a dos amigas a venir a la ciudad de León, Gto., México a pasarla bien. Bety es morena, delgada, nada fuera de lo común. Mi otra amiga es July, también morena con un cuerpazo, no es bonita pero llama mucho la atención con esas carnes que tiene.

Ese viernes las fui a levantar a la central de autobuses y como ya era tarde propuse se cambiaran ahí mismo para irnos directo a algún bar. Cuando salieron del baño se me heló el cuerpo de verlas: ambas con unas minifaldas, zapatos de tirantes, July con una blusa pegada q resaltaba sus pezones erectos por el fresco, Bety llevaba una blusa con tremendo escote hasta el abdomen, muy suelta que entre cada movimiento dejaba ver sus pechos. Todos los taxistas se quedaron boquiabiertos y de ojos saltones al ver cómo iba acompañado por estas dos chicas.

Nos fuimos a cenar y de ahí a un antro con banda en vivo. Menuda sorpresa recibí cuando me dijeron que habían invitado a unos amigos suyos de una ciudad vecina. Me molesté un poco pero no iba a dejar que estropearan mis planes una noche de acción con Bety. Yo no dejaba de atender a Bety, de sacarla a bailar, de decirle cosas al oído, de adularla. Lo malo es que la hice beber mucho y ya no se podía controlar. Mientras tanto July era fajada por uno de sus amigos, le metía mano y yo miraba su rajita cada que cruzaba las piernas.

Cuando salimos todos del antro como yo las invité me llevé a ambas chicas a dormir conmigo pese a la mirada atónita de aquellos idiotas de sus amigos que no pudieron hacer nada.

Cuando llegamos al departamento, Bety estaba super tomada, apenas podía estar de pie y balbuceaba cosas. Nos fuimos a la habitación. Bety se puso un camisón muy cortito y la tuve que acompañar al baño. Mientras ella intentaba devolver el estómago, al inclinarse, acerqué mi cara a su rajita, que era cubierta por una fina braga, muy delgadita y transparente. Pude ver su rajita apenas peludita, eso me provocó una erección enorme. Regresamos al cuarto pero Bety cayó rendida en la cama, se cobijó y se durmió. Como no estaba decidido a rendirme me desnudé y me metí a la cama. Le comencé a acariciar sus pechos, unos pechos pequeños pero super firmes y con unos pezones muy ricos. Los besaba con ganas y lamía sus pezoncitos. Al mismo tiempos tomaba su mano y la colocaba en mi erecta verga para que la acariciara pero había perdido sus fuerzas. Seguí en mis ánimos de revivirla y conseguir excitarla. Después de un buen rato parecía que entre su borrachera y semiinconsciencia comenzaba a mojarse. Ya para entonces tenía mis dedos jugando con su rajita, sobando su clítoris y poco a poco comencé a meter mi dedo en su conchita que estaba muy mojadita.

Podía escuchar unos gemidos muy suaves, como si los emitiera entre sueños. Eso me animó a acomodarla sobre su costado, hice a un lado su tanga, apunte mi verga y la introduje lentamente en su agujero. Solo metí la cabeza por temor a que reaccionara, estaba realmente caliente y húmeda, mi tranca entraba con facilidad. De pronto no se qué tan consciente se encontraba ella, solo escuchaba que sus gemidos se hacían más fuertes y por instinto echaba hacia atrás su culo para que mi verga se enterrara más en su concha. No podía creer como la calentura la había traiconado en sueños y comía mi palo con aquél agujerito tan delicioso. Terminé cuando saqué mi verga y apunté a sus nalgas bañándolas de leche.

Al siguiente día ella no recordaba si había sido un sueño, solo decía que se sentía rara. Yo sabía por qué. Había sido mía sin darse cuenta. O ustedes qué piensan ?

Pero esa no fue la única aventura con mis amigas. Ya será en otra ocasión...

Manden sus comentarios.