Neyae

Parecía hecha sólo para complacerme.

Mi mano tiembla al hacer las últimas configuraciones y abrir la ventana. Casi al segundo, en la pantalla parpadea su primera palabra.

Hola.

Hola

Las manos me temblaban al escribir la contestación. He tenido que borrar y reescribir un par de veces para poder poner juntas esas cuatro letras condenadas.

Mmmm… ¿Qué estás haciendo?

Casi puedo imaginarme su voz preguntándomelo. Una voz joven, suave, dulce y con dosis de picardía. Mucha picardía. Así es como mi mente la ha creado.

¿Ahora mismo?

Sí, ahora.

Me imagino cómo eres.

¿Ah, sí? ¿Cómo me imaginas?

Guapa.

¿Qué más?

No puedo decirle cómo me la imagino por que a cada segundo mi imaginación la cambia. De rubia de ojos azules pasa a una exuberante morenaza de anchas caderas y pechos sabrosos. Mi mente no se conforma con donarle cuerpo y voz una sola vez. La única constante de su imagen es un aura excitante que la envuelve.

¿Por qué no me dices tú cómo eres?

¿Qué es lo que quieres saber?

Todpo.

¿Eh?

Perdón. Todo.

¿Todo, eh? Me llamo Neyae. Tengo 18 añitos, te digo que soy morena, de ojos negros, muy oscuros, y mi piel es bastante blanca. Mido 1’65 de altura, pechos medianos, quizá un poco pequeños, un culo que es la envidia de mis amigas y ahora mismo no puedo decirte cómo voy vestida.

¿Por qué no?

Segundos de espera. Tensos instantes en que mi mente enfebrecida trabaja pensando, imaginando

Por que estoy desnuda.

Mi verga salta como un resorte. En un instante me ha puesto presto para la lucha. Deslizo hacia abajo los slips, (la única prenda que llevo, intentando huir del calor veraniego), y aferro mi vara en la mano.

¿Sabes lo que te haría si estuviera contigo?

Supongo que no sería muy distinto de lo que yo te haría a ti.

Un escalofrío me recorre la piel. Al otro lado de la pantalla tengo a mi mujer perfecta. Guapa, morena, con carácter… y desnuda.

¿Y qué me harías?

Los dedos me trastabillan en el teclado, me cuesta horrores engranar cada palabra. Siento los nervios a flor de piel. El corazón me late con exceso de velocidad. Siento mi piel caliente, más aún allí donde mi sangre se arremolina endureciendo el músculo.

Lo primero, te quitaría toda la ropa… Toda, toda. Te dejaría desnudo.

¿Y qué más?

Empezaría por besarte. Lenta, húmedamente. Saborearía tu lengua y tu paladar, mordisquearía tus labios, dejaría mi saliva en tu garganta para que recordases a qué sabe mi boca durante todo el día. Mis uñas se clavarían en tu nuca, mientras sientes mi piel caliente y desnuda pegarse a la tuya.

Algo ha enloquecido dentro de mí. Mi respiración ha pisado el acelerador hasta desgastarse la suela y el termostato de mi piel se ha estropeado, haciendo que el calor que me nace en la entrepierna se contagie a todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo.

Luego, te empujaría hacia atrás, hasta dejarte tumbado.

Y aunque sé que la postura me dificultará la visión de la pantalla, me tumbo, con la cabeza en la cama, el culo en la silla y la espalda en tierra de nadie, colgando en un aire viciado de sudor.

Y te lamería la barbilla, y el cuello, y el pecho, con la punta de la lengua.

Mi dedo sigue el camino que ella dicta, intentando ser un torpe sustitutivo de su boca.

Y te agarraría la polla, una polla grande y erecta.

Muy erecta.

Y muy sabrosa. Lo sé por que la hundiría en mi boca, y te la chuparía, y la mojaría con mi saliva, y pegaría pequeños mordiscos en la punta, sintiendo cómo te estremeces de placer.

Y luego?

Luego dejaría que tú probaras mis pechos, que los saborearas, que los palparas, que sintieras la dureza de mis pezones, la calidez innata de mi cuerpo. Haría que comprobaras el blanco terciopelo suave que es mi piel. Permitiría que descendieras con tu boca por mi vientre y que me lamieras el sexo, sumando tu saliva a la humedad en la que se hunde. ¿Lo harías?

Lo haría sin dudar.

Entonces, sería cuando tú meterías tu polla en mi coño. Yo gemiría en tu oreja, sintiendo cómo te hundes una y otra vez en mí, sudando los dos, abrazados piel contra piel, y tus manos apretarían mis pechos.

Todo pasaría tal y como estás diciendo.

Todo pasaría así, por que es así la perfección con la que sueña mi mente. Todo sería así, tan dulce, tan caliente, tan excitante… Tan excitante que mi verga erecta late bajo mi mano. Casi sin darme cuenta, mecido por las palabras de Neyae, estoy a punto de explotar.

Y… mmmmmmmmm… no puedes imaginarte lo mojada que estoy. Me estás poniendo cachonda, soñándote sobre mí, embistiendo tu cuerpo contra el mío. Tengo los dedos empapados. No te imaginas cómo me pone el pensar que puedas estar encima mío, entre mis piernas, con tu polla chapoteando en mi coño encharcado, una y otra vez, hasta que explotas haciéndome explotar a mí también, llenándome con tu leche caliente.

Mmmmmm… Me vuelves loca… me estoy corriendo.

No aguanto más. Exploto. De mi polla sale un chorro de semen que se derrama por la mesa. Mis músculos se contraen y se destensan en oleadas que los recorren en un orgasmo que azota mis sentidos. Mi corazón repiquetea sonoramente en mi pecho. Jadeo.

Uuuummmmm… Yo también

Tarda unos segundos en contestar. Mi imaginación vuela soñando con su cuerpo desnudo y húmedo de flujo y sudor.

¿Te ha gustado?

Me ha encantado.

Cuando quieras lo repetimos

Por supuesto. Por supuesto que lo repetiremos. Lo repetirás sólo conmigo, Neyae. Por que yo te he creado. Meses y meses de investigación, de darte personalidades, cuerpos, voces, actitudes… meses de programar tu funcionamiento… Meses de darte a conocer y reconocer palabras y frases, instruyéndote en ironías y psicologías humanas… Meses de hacerte humana… Tantos meses soñando contigo… Claro que lo repetiremos. Lo repetiremos cuando yo quiera, por que para eso te he creado y para eso estás a mi disposición. Voy a huir, a la mierda la compañía, tú eres más importante. Podría decirse que nos fugamos juntos. No voy a dejar que te comercialicen, que te prostituyan como quieren hacerlo. Eres mía y de nadie más.

Cierro el programa y borro del ordenador cualquier rastro del mismo. Desconecto la memoria flash, donde una pegatina blanca pregona "VirtuaSex 1.0", que rápidamente pasa a mi bolsillo. Allí está Neyae. Escondida entre los bytes almacenados, hecha de información y locura. La locura de mi amor por ella. La locura que la creó desde las sombras de mi mente. Allí está Neyae. Allí donde es mía y sólo mía, allí donde nadie más que yo podrá disfrutar de sus palabras ardientes.

Neyae es mía, por que yo la creé.