Negrita morbo, mi nueva dueña 2

Continuación al relato anterior, Ama da un paso más en mi dominación e incluye a un nuevo perrito

NEGRITA MORBO, MI NUEVA DUEÑA 2

En el capitulo anterior, mi Ama me indicó que pronto reclamaría mis servicios. Durante la semana, seguíamos en contacto, enviándonos wassap continuamente y visitando la página donde habíamos contactado.

En esa página, un chico, bisex igual que yo y de 26 años, que también quería ser dominado por una mujer o pareja, este era su anuncio:

Encantado de conocer gente nueva con estos gustos. Sobre mi...mejor hablar y conocerme que no simplemente a través de una descripción.

Buscando chica dominante

El fue el primero en contactar conmigo:

El: Hola, soy un chico joven sumiso, busco parejita que me dominen entre los dos

Yo: Hola, yo soy hombre solo

El: Ah, como leí que estabas casado, pensé que tenías una mujer dominante

Yo: No, ojala que fuese así

El: Jaja, yo también busco algo así, pero no encuentro nada

Yo: Es complicado encontrar una pareja que busque eso

El: O que no sea pareja, aquí no hay ni una, jaja

Yo: Hasta que punto quieres ser dominado

El: No se como responder a eso

Yo: ¿Quieres ser dominado en encuentros sexuales o las 24 horas?

El: Para ser las 24 horas, debería ser algo más que una conocida, una pareja

Yo: Entonces, quieres ser dominado en encuentros sexuales. Si, yo por ejemplo, voy contigo a algún sitio, apartado y tranquilo. Y te ordeno que nos bajemos del coche y ya fuera, que saques mi polla y la mames, ¿lo harías?

El: Así, de esa manera…, debería estar muy cachondo. Ahora, si por ejemplo, hay una tía queme domine también, chupo, dejo que me den por el culo y lo que haga falta

Yo: Vamos que tiene que haber una tía, sino nada

El: Claro, si ella domina, hay que hacer lo que ella diga. No conoces a ninguna

Yo: Por supuesto, a mi también me gusta que me domine una mujer. Si tuviésemos sitio para hacerlo, quizás haya alguna

El: Yo vivo solo

Yo: Mmmm, que buena noticia. Si se de alguna, me pondré en contacto

El: Ok

Inmediatamente, envié un mensaje a mi Ama:

Yo: Ama, he encontrado a un chico que también quiere ser dominado por una mujer y, según dice, vive solo. Ama, ¿no le gustaría dominarnos a los dos?, ¿que seamos sus perritos y hagamos lo que nos ordene’, ¿no le gustaría ver como me desvirgan delante de usted o hacerlo usted mientras yo mamo su polla?

Ama: Si, me gustaría perro

Yo: Ama, le mando su nick, para que pueda verlo

Ama: Está muy bueno. Mira si puedes convencerle, para vernos el sábado próximo

Yo: Ama, lo intentaré

Al día siguiente, contacte de nuevo con el futuro sumiso

Yo: Hola, que tal

El: Hola, nada, sigo buscando

Yo: Pues tengo buenas noticias. No te lo dije antes, porque quería consultarlo primero

El: ¿Que no me dijiste?

Yo: Mira, yo soy el siervo de una mujer. Le he hablado de de ti, incluso te ha visitado y me ha dicho que estás muy bueno y que quiere conocerte

El: ¿En serio?, eso es genial

Yo: Ya lo creo, mi Ama es una mujer espectacular. Si quieres puedes verla, le dije facilitándole su nick

El: Ok, espera que la visito

Esperé unos instantes, mientras el visitaba el perfil de mi Ama

El: Bufff, está muy bien. Menudas tetas tiene. ¿En serio que quiere conocerme?

Yo: Si, quiere conocerte, este sábado

El: El sábado, perfecto

Yo: Dime tu dirección, porque iremos a tu casa

El: Ok, toma nota, ………..

Yo: Mi Ama es muy puntual y exigente, espero que tengas la casa en perfecto estado, sino nos castigará a los dos

El: No te preocupes, no tendrá queja ninguna

Yo: entonces, nos vemos el sábado por la mañana. Ten preparado café

El: Si

Finalicé la conversación y me puse en contacto con mi Ama

Yo: Ama, buenas tardes

Ama: Hola perrito, ¿que pasa?

Yo: Ama, he quedado en ver a su nuevo perrito, el sábado por la mañana, como me ordenó

Ama: Buen perrito, pasa a recogerme a las 9

Yo: Ama, allí estaré

Era jueves y estaba deseando que llegara el sábado, para que mi Ama conociese a su nuevo perrito y pudiera domesticarnos a los dos a la vez.

Llegó el sábado y puntual, esperaba a mi Ama en la calle. Cuando apareció, mi corazón dio un vuelco. Vestía especialmente llamativa, con un vestido muy corto y un gran escote, que dejaba al aire gran parte de sus preciosos pechos. Raudo acudí para abrirle la puerta.

Yo: Ama, buenos días

Mi Ama, sin contestarme, entró en el coche, al sentarse, su vestido subió más allá de medio muslo y pude observar que no llevaba nada debajo de el. Cerré la puerta y me subí al coche. Arranqué e iniciamos el camino hacía la casa del nuevo perrito.

Mi Ama permaneció en silencio durante bastante rato. Por el camino pensaba que mi Ama estaba enfadada o que había dormido mal, pero no, su semblante no era de enfado, el brillo de su cara, no era de dormir mal, algo rondaba por la cabeza de mi Ama y me moría por saber que era.

Yo: Ama, puedo habalr

Ama: Dime perrito, que quieres

Yo: Ama, ¿le ocurre algo?

Ama: No, porque lo preguntas

Yo: Ama, como no ha hablado en todo el rato

Ama: Perrito, solo estoy pensando en lo bien que lo voy a pasar cuando os tenga a los dos juntos. Tengo el coño encharcado imaginando lo que vais a hacer

Yo: Ama, puede anticiparme algo de lo que haremos?

Ama: No perrito, no te diré nada. Ahora que vamos por la autopista, quiero que saques tu polla del pantalón, quiero verla

Sin esperar un instante, desabroché el cinturón, solté el botón y bajé la bragueta. Metí la mano y saqué mi polla, en ese momento, estaba a mitad de camino entre flácida y dura.

Ama: ¿Te estás empalmando perrito?

Yo: Ama, lo … lo siento

Ama: Tranquilo perrito, ya hablaremos de eso cuando lleguemos. ¿En que piensas para estar así?

Yo: Ama, no pienso en nada, solo la miro

Ama: ¿Solo me miras y te empalmas?

Yo: Ama, si, es que está usted preciosa y muy sexy

Ama: Buen perrito, dijo mientras ponía su mano en mi cabeza y la acariciaba. Te has ganado un premio perrito

Dicho esto, mi Ama subió su vestido y dejó al aire su precioso coño, depilado y brillante. Comenzó a tocarse, a pasar su mano por la raja y el clítoris. Mis miradas ya no eran de reojo, cada vez se alargaban más.

Ama: Perrito, mira a la carretera, no vayamos a tener un accidente

Muy a pesar mio, tuve que mirar a la carretera, perdiéndome el precioso espectáculo que se desarrollaba en el asiento de al lado. Los gemidos de mi Ama comenzaron a escucharse más altos, señal de que estaba muy excitada.

Ama: Mmmmmm ahhhhhhhhhhhhhh

El sonido de sus dedos entrando y saliendo de su coño encharcado, mitigaban de alguna manera sus jadeos. Volví a mirar, mi Ama se encontraba recostada, con las piernas totalmente abiertas y frotando su coño de forma bestial. Mi polla estaba dura como una piedra, no podía evitar

Ama: Siiiiiii me corroooooooooooo ahhhhhhhhhhhhhhh

Un gran orgasmo acompañó a esos gemidos, su coño comenzó a expulsar deliciosos jugos. Con la mano libre, mi Ama recogió todo lo que pudo y, cuanto terminó de correrse, aún jadeante y sudada, se giró.

Ama: Toma perrito, lame, toma mis jugos. Dijo mientras introducía en mi boca los dedos que habían perforado su coño

Los introdujo en mi boca y los movió, de tal manera que parecía me follaba la boca con ellos. Tenían un sabor delicioso. Su otra mano, aún permanecía con la mayor parte de los jugos recogidos. Cuando lo creyó conveniente, sacó sus dedos de mi boca, ya completamente limpios.

Ama: ¿Te gustan perrito?, ¿te gustan los jugos de tu Ama?

Yo: Ama, si, me gustan mucho

Ama: Ya lo veo, tienes la polla a punto de reventar. Vamos a ver si te corres sin tocarte perrito

Diciendo esto, acercó su otra mano a mi cara y comenzó a restregar los jugos por ella.

Ama: Perrito, vas a oler a mis jugos, ¿te gusta?

Yo: Si Ama, me gusta oler a sus jugos

Siguió restregando su mano, de vez en cuando pasaba por mi boca y yo podía lamer, saborear el sabor de su coño. Mi polla no aguantó más y comenzó a soltar leche. Mi Ama, al verlo, acercó una mano y recogía lo que podía.

Ama: Perrito, has soltado mucha leche, dijo al ver la palma de su mano llena

Yo: Ama, muchas gracias por este regalo

Ama: ¿Te gusta la leche, verdad perrito?

Yo: Ama, si me gusta la leche

Ama: Pues toma, toda para ti

Pensé que mi Ama quería que la tragara, pero me equivoqué. MI Ama restregó la leche por mi cara, haciendo una deliciosa mezcla entre ella y los jugos de su coño, esparcidos anteriormente. Cuando terminó de esparcirla, acercó la mano a mi boca.

Ama: Perrito, limpiala

Saque la lengua y limpié su mano, hasta dejarla sin rastro de leche

Ama: Perrito, irás así todo el camino, con la cara llena de tu leche y mis jugos. Quiero que el otro perrito, limpie tu cara con la lengua. Ahora guarda tu polla, ya la he visto bastante

Yo: Si Ama

Recompusimos nuestras ropas y continuamos camino. Notaba como la mezcla de leche y jugos, se secaba en mi cara, pero el olor no desaparecía. Por fin llegamos a casa de su nuevo perrito. Aparque y rápidamente, baje para abrir la puerta a mi Ama. Era un edificio de 10 plantas y el vivía en el séptimo. Llamamos al portero automático y nos abrió la puerta. Entramos al portal y nos encaminamos al ascensor. Yo rezaba porque no nos cruzásemos con nadie. Aún con mi cabeza mirando al suelo, podrían notar que mi cara estaba pringosa y despedía un fuerte olor a sexo. Pero la suerte no me acompañó y, justo cuando las puerta del ascensor se cerraban, una mano interrumpió esta maniobra. Tierra trágame, pensé.

La puerta se abrió de nuevo y nos zapatos de caballero hicieron acto de presencia

.- Hola, buenas tardes

Ama: Buenas tardes

.- A que piso van

Ama: Al séptimo, gracias

.- A bien, yo voy al quinto

El intruso apretó los botones y el ascensor comenzó a subir. Se colocó de lado, pudiendo ver la escultural figura de mi Ama y lo que es peor, podía verme a mi, con la cabeza gacha, mirando al suelo y en silencio. Esperaba que no se diera cuenta de mi aspecto. Durante los escasos momentos que tardó el ascensor, en llegar al quinto, tenía la sensación de que me miraba fijamente, como queriendo saber que era lo que llevaba en la cara. Por fin el ascensor llegó su destino, las puertas se abrieron y el intruso bajo, despidiéndose con un adiós. Mi Ama y yo, seguimos camino al séptimo.

Las puertas del ascensor se abrieron, mi Ama salió primero, yo detrás como buen sumiso. Llegamos a la puerta de su nuevo perrito.

Ama: Perrito, a que esperas para llamar

yo: Si Ama

Llamé, escuchamos unos apresurados pasos y el ruido de la cerradura al girar. La puerta se abrió de par en par y, ante nuestros ojos, apareció un joven totalmente desnudo, arrodillado, la cabeza mirando al suelo, los brazos a los costados y las palmas de las manos hacía arriba.

Ama: Mira perrito, así es como se debe recibir a un Ama

Mi Ama entró a la casa y yo la seguí. El nuevo perrito permanecía inmóvil en su posición.

Ama: Perrito, desnudate y venid aquí los dos

Me desnudé y los dos, a cuatro patas, nos dirigimos hasta nuestra Ama

Ama: Bien para distinguiros, os cambiaré el nombre. Tu, dirigiéndose a mi, a partir de ahora te llamaré perro, porque eres mayor y tu, perrito. ¿De acuerdo?

Los dos asentimos con la cabeza.

Ama: Perrito, el perro viene sucio, mira su cara. Quiero que la lamas y dejes bien limpia

Perrito se puso a cumplir la orden de nuestra Ama. Con la lengua, repaso cada centímetro de mi cara, hasta dejarla bien limpia.

Ama: ¿Te ha gustado perrito?, es la mezcla de mis jugos y la leche del perro, ¿a que estaba buena?

Perrito: Si Ama, muy buena

Ama: Perrito, ahora quiero que lamas mi coño y tu perro, ponte a lamer su culo, quiero follarlo cuanto antes

Perrito se aproximo y comenzó a lamer el coño de Ama, por mi parte, me coloqué detrás de perrito y comencé a lamer su culo.

Ama: Mmmmm perrito, que bien lames, sigue así y tendrás un buen premio

Durante varios minutos, estuvimos en esa posición. Cuando Ama lo creyó conveniente, de un fuerte empujón, sacó de entre sus piernas a perrito.

Ama: Bueno, ya está bien, vamos que quiero follarte. Perrito, ¿tienes algún dildo?

Perrito: Si Ama

Ama: Trae todo lo que tengas

Perrito fue a la habitación y al regresar, apareció con una bolsa de plástico. La dejó sobre la mesa para que Ama pudiera ver lo que contenía. Había varios tipos de dildo, grandes y gordos, pequeños y finos, pero uno de ellos en particular, llamó la atención de Ama. Era un dildo enorme, de color negro y con huevos en la base, además de una ventosa.

Ama: Perrito, ¿te has follado con esto?

Perrito: No Ama, no lo he podido conseguir, me dolía mucho

Ama: Pues este será el que te folle hoy y luego a ti perro

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, era virgen y semejante dildo destrozaría mi ano. Pero permanecí en silencio, atento a lo que Ama se disponía a hacer.

Ama: Ven perrito, ponte delante de mi. Tu perro, agarra su culo y ábrelo todo lo que puedas

Me situé al lado de perrito y agarrando sus nalgas, las separé todo lo que pude. Ama acercó el dildo y comenzó a acariciar su ano con el, lo hacía suavemente, introduciéndolo poco a poco. Al fin y al cabo, Ama no parecía tan sádica como sus palabras indicaban.

Ama: Perrito, no quiero escuchar ni una queja, mejor vamos a hacer una cosa. Perro, mete tu polla en su boca, pero ni se te ocurra moverte, no quiero que aproveches y te haga una mamada

Hice lo que Ama me ordenó, mientras ella continuaba introduciendo el dildo en el ano de perrito.

Ama: Perrito, ya tienes la mitad dentro, pero quiero verlo todo enterrado en tu culo

Ama siguió empujando, suavemente pero decidida a introducirlo entero. Perrito no se quejaba, según me había comentado anteriormente, estaba acostumbrado a introducirse cosas por el ano, no obstante, nunca había llegado tan lejos como hoy. Ama empujó de nuevo, notando que topaba con una barrera que pretendía romper, era la virginidad de perrito, donde el nunca había llegado. En el momento que Ama empujó y la barrera se rompió, perrito hizo un gesto de gran dolor, a la vez que cerraba su boca sobre mi polla, proporcionándome un gran mordisco.

Yo: Ahhh, suelta, suelta, le decía mientras intentaba apartar su cabeza y sacar mi polla

Ama: Que pasa perro

Yo: Ama, me ha mordido la polla, diosssss que dolorrrrrr

Ama: Perrito, no sueltes, si tienes que morder, muerde pero ni se te ocurra sacarla de la boca

Yo: Ama, pero es que …

Ama: ¿Que?

Yo: Na .. nada Ama

Ama dió un fuerte empujón, esta vez el dildo se enterró entero dentro del ano de perrito, quien volvió a morder mi polla, flácida totalmente debido al mordisco. El sudor me corría por la cara, debido al dolor que tenía en mi polla y a la visión del ano de perrito totalmente abierto. Ama se dedicó a follarle, el dildo aparecía y desaparecía cada vez más rápido y profundo. Perrito dejó de morder mi polla y pasó a realizar una fabulosa mamada, haciendo que recobrase la dureza.

Durante varios minutos, Ama se dedicó a follar a Perrito, mientras este dedicaba sus esfuerzos a mamar mi polla. Rezaba por no correrme, pero la boca de perrito era maravillosa. Cuando estaba apunto de hacerlo, como si lo imaginara, Ama decidió dejar de follarle.

Ama: Por hoy creo que es suficiente. Te toca perro

Saqué la polla de la boca de perrito, totalmente hinchada y empapada de babas

Ama: Vaya, se ve que te ha gustado la mamada, espero que se la devuelvas tu ahora. Vamos, ponte delante de mi, quiero que hagáis exactamente lo mismo que antes

Acercándome a Ama y metiendo la cabeza entre sus piernas, me dispuse a lamer aquel precioso y ya encharcado coño, mientras perrito se dedicaba a lamer mi ano, con el fin de prepararlo para que Ama lo follara. La historia se volvió a repetir, seguimos uno a uno los pasos dados anteriormente, cuando Ama folló a perrito, salvo porque yo no mordí su polla, todo transcurrió de la misma manera.

Ama no dejó que nos corriésemos ninguno de los dos, a pesar de que nuestras pollas permanecían totalmente hinchadas.

Ama: Perros, ya estáis desvirgados y seguro que queréis correros, ¿verdad?

Los dos hicimos gestos afirmativos con la cabeza

Ama: Como os habéis portado como buenos perrito, os dejaré que lo hagáis, pero quiero que os folléis el uno al otro y que vuestra leche acabe en vuestro culo. Perrito, follate a perro

Me coloqué a cuatro patas, perrito detrás de mi comenzó a meter su polla en mi ano. Debido a la recién follada que me había dado Ama, aún permanecía abierto, por lo que no noté como su polla entraba. Lo que si notaba era, como se deslizaba dentro, proporcionándome un gran placer. Durante muchos minutos, perrito estuvo follándome, mientras Ama se dedicaba a follar su coño con el gran dildo. De mi polla no paraba de manar líquido, llenando el suelo de un delicioso precum.

Ama: Perro, te está gustando como te folla, ¿verdad?

Yo: Si Ama, me gusta mucho

Ama: Perro, eres una putat, una puta maricona, ¿lo sabías?

Yo: Si Ama, lo sabía

Perrito no dejaba de follarme, sus embestidas hacían que mi cabeza se acercara a la entrepierna de Ama

Ama: Perro, abre la boca

Abrí la boca y Ama introdujo el dildo dentro, se tumbó un poco más y apunto el dildo a su coño. De esta manera, las embestidas de perrito hacían que mi cabeza se acercara al coño de Ama, mientras el dildo se introducía dentro. Perrito me follaba a mi y yo a Ama. Por fin perrito no aguantó más y descargó toda su leche dentro de mi ano, dejándolo totalmente inundado.

Ama: Perro, enseñame el culo

Me giré y Ama pudo ver mi ano, totalmente abierto y lleno de leche.

Ama: Perrito, traé algo para taparlo, no quiero que se pierda ni una gota

Perrito trajo un plug anal y lo introdujo en mi ano, haciendo que su leche permaneciese dentro.

Ama: Perro, ahora te toca a ti follar a perrito

Una vez más, repetimos la operación, pero esta vez Ama, hizo que perrito mordiera el dildo desde el principio, con el fin de que su follada durase más.

Cuando me corrí, Ama quiso ver también el ano de perrito, con mi leche dentro.

Ama: Bien, os he dado el premio de correros, ahora quiero daros el premio de lamer vuestros culos llenos de leche. Quiero que hagáis un 69 y os traguéis la leche del otro, hasta dejar los culos bien limpios.

Nos pusimos a ello, ambos comíamos y lamíamos el culo del otro, hasta dejarlos bien limpios de leche. Cuando terminamos, Ama decidió dar por finalizada nuestra primera cita.

Ama: Perrito, me has gustado, eres muy obediente y buen sumiso. Pronto volveremos a vernos. Perro, vístete que tenemos que marcharnos

Me vestí rápidamente y, sin tan siquiera despedirnos, nos marchamos de casa de perrito, dejándole en el suelo, arrodillado y sudoroso. Por el camino a casa, Ama no abrió la boca. Yo notaba como el ano me ardía, me escocía y quemaba, la follada había sido brutal. Llegamos a casa de Ama, abrí su perta y bajó del coche.

Ama: Perro, te llamaré muy pronto. Tengo pensado un gran futuro para ti

Ama se dio la vuelta, dejándome a mi merced.