Negocios y quizás amor.
Hay decisiones que se hacen para valientes y otros para cobardes que se creen valientes, es decir, YO.
- ¿Cómo que no puedes venir esta noche Génesis? – me decía casi gritándome -
- No puedo hermosa, lo juro – trataba de sonar delicada – pero nos veremos el martes temprano.
- Pero por Dios, ya llevas casi una semana afuera y todos los días me dices que se pospondrá tu viaje.
- Negocios mi amor, mi papá ya sabes cómo es, terco y muy convincente.
- Va a llegar la boda de mi hermano y tu nada que llegas – dijo en una voz muy triste – a veces me cae mal Salvatore.
- Voy a llegar lo prometo, salúdame a Raúl, te quiero.
- Te amo – con su voz baja y solloza -
Colgué, necesitaba respirar, procesar y entender cómo es que había fracasado a un importante negocio de mi familia. Mi padre Don Ernesto Salvatore, no quería llegar a mi casa, enfrentarme con mi familia, mi padre, mi novia…
La vida es eso que pasa mientras no te das cuenta que los demás a tu alrededor sufren, es eso que pasa mientras el amor de tu vida te busca y tu no lo ves.
Mi padre dueño de una gran empresa de moda, habíamos logrado tener en nuestras manos el contrato de nuestras vida, había podido tener dinero para los hijos de mis hijos, y por una mal jugado lo dañe todo y se resume en “UNA MUJER”. Pues sí, me enrede con la hija menor de Ignacio Andrade, dueño de Women’s Fashion S.A y que me iba a imaginar yo que en medio de una cena, una pequeña tan tremendamente hermosa me iba a llamar tanto la atención – si admito soy muy mujeriega – pero termine en su habitación y por mi mala suerte no entendió que fue solo una noche, aunque ¡WOW QUE NOCHE! Pero, tonterías de niña le obligo a su padre que no hiciera negocio conmigo, nada que dije logro convencerlo su familia tenía la palabra.
¡Me regresaba de Madrid sin ese negocio y mi padre iba a querer medio matarme y más si es por faldas! ¡CARAY!
Decido salir a caminar un poco, y llego al Parque Dehesa de la Villa, hermoso lugar, muy natural siempre me ha encantado encontrarme con lugares cálidos, y este sitio siempre me recuerda al parque de la película 500 days of summer. Veo algún que otro carro pasar, pero muy solo todo...
- ¡Vamos no todo puede ser tan malo! – me dije a mi misma tratando de sonar animada.
Tenía a mi novia Fabiana Datolli, bueno venia de una familia con muy buen estatus social, él y mi padre a pesar de no estar en los mismos negocios se conocían muy bien, punto por el cual nos llegamos a conocer nosotras; mi padre no quería que me le acercara, no quería que dañara su amistad con Ricardo Datolli, pero pudo más el deseo y la tentación que todo, pero luego fui conociéndola mejor y es una mujer increíble, sencilla, detallista, amorosa y admirable pero muy controladora y celosa. ¿No todo es perfecto verdad?
Regreso a mi apartamento, si tengo uno que lo compre al finalizar mi carrera, me encanta Madrid, pero mi padre odia ese lugar así que por eso se siguió quedando en Italia. Nada mejor como dormir y tratar de conciliar el sueño en medio de tantas cosas malas.
Suena mi teléfono, justamente cuando decido ponerme a cocinar.
- ¡Buenas tardes! ¿Srta. Salvatore? – pregunto una voz muy gruesa.
- Si ella habla ¿Quién es?
- Le habla un hombre que la podría ayudar mucho – dijo en una voz muy segura –
- Disculpe señor ahorita no estoy para bromas.
- Soy quien le puede cambiar la vida a Ud., a su padre y su familia Srta. Salvatore – pude escuchar aquel tono de grandeza que suelen tener los hombres con mucho poder –
- ¿Un señor que me puede cambiar la vida? A menos que sea Ignacio Andrade dudo que eso pueda pasar – dije un poco insegura pero no iba a dejar que jugaran conmigo – pero muchas gracias.
- ¿Ignacio Andrade? No Srta. Mi hermano no sabe lo que acaba de perder, créame yo sí.
- Hola buenas noche mi amor –
- Hermosa, estoy en una reunión ahorita, te llamo luego – dije muy desinteresada en su llamada.
- Siempre me cortas, ya ni quieres hablar conmigo, ¡Santo Dios Génesis si ya no me quieres dilo ya!
- ¿Qué cosas dices mujer? Tu sei la ragazza della mía vita (Tu eres la chica de mi vida) – dije teniendo aquellos hombres frente a mi – no dudes de mi por favor.
- Queria decirte que Raúl ya llego, su esposa llega el Viernes, pero quiere celebrar contigo su fiesta de soltero – se rio un poco – quiere a su cuñado favorito – puso una voz picara - e voglio che il mio ragazzo qui (Y yo quiero a mi chico aquí)
- Jajaja pronto estaré allá, valdrá la pena todo.
- Te amo
- Ti voglio bene.
Al finalizar la llamada suspire, si quería verla, abrazarla un rato, sentirme en sus brazos pero estaba con gente muy poderosa a mí alrededor y me iba a proponer una suma de dinero gigante, hasta que creo que más que el de la compañía de su hermano, pero… siempre hay un peo.
- Sabemos que su familia tiene un buen status social Srta. Salvatore, pero toda gran decisión en la vida, tiene su consecuencia, y en su decisión tendrá mucho dinero solo necesitamos una cosa de Ud.
- Dígame Sr. Rodrigo, soy mujer de negocios, nací para esto – dije bebiendo una copa de Pétrus – me hice mujer en esto.
- Sabemos que viene de Italia, necesitamos que haga un trato y volverá allá lo antes posible.
- ¿A qué se refiere? – pregunte muy ansiosa – obvio volveré.
- Yo no tengo nada que ver con mi hermano y su empresa, pero si obviamente velo por los intereses de mi familia – tan soberbio como más no podía ser – y lo que sea mejor para ella, hare lo que sea necesario.
- Siga diciendo…
- Pues necesito que en Italia, Ud. Se encargue de conquistar y enamorar a Valeria Viggiani.
- ¿Quién? – pregunte en mi total asombro.
- ¿No sabe quién es? – me dijo en un tono muy déspota – me sorprende Srta. Salvatore – hizo una pausa – es hija de uno de los dueños de casinos más grandes de Italia.
- No tengo nada que ver con juegos de azar, no la había escuchado.
- Pues la tendrá que escuchar, es una chica muy guapa pero sumamente inteligente.
- Aja – bebí un sorbo – Y ¿Qué tiene que ver exactamente ella o su familia con ustedes? – pregunte curiosa
- Me encanta su serenidad, eso quiere decir que acepta – hace una seña – a pesar que tiene novia, si Srta. Salvatore no es sorpresa para nadie que la hija de Datolli es su novia.
- Nunca dije que aceptaría- dije muy molesta con su comentario.
- Nunca dijo que no aceptaría – al momento que dijo dos hombres grandes, en traje negro muy bien vestidos se sentaron en la mesa -
- ¿Y ellos son? – pregunte alarmada
- Los hombres que irán con usted a Italia, estarán al pendiente de lo que haga – hizo una pausa, se toco su reloj y volvió a mirarme fijamente – Srta. Salvatore, le hablaré claro, su padre, su familia y todos sus conocidos nunca se enteraran que Ud. no completo el negocio con mi hermano, es más pensarán que logro obtener más dinero, solo necesita enamorar a la joven ya mencionada, luego que la enamore la contactare y seguirá el otro paso – quise hablar – calma, solo serán dos pasos… No pasará toda la vida haciéndome negocios.
- Necesito procesar la idea.
- -Se rio muy descaradamente – no me diga que está pensando en ideas de fidelidad, sabemos que usted no es así, además me dijo… Es una mujer de negocio.
Estaba en una posición muy delicada, mi novia a pesar que no estaba enamorada de ella, la quería sentía algo por ella y engañarla así no me parecía bien, aunque yo me pueda acostar con algunas mujeres, eran solo cosas de una noche, jamás era para estar con nadie por siempre.
Génesis Salvatore, si es mi nombre… Mi padre Ernesto Salvatore, mi Madre Jessica Riviello de Salvatore. Hija única, muy privilegiada, desde pequeña tuve lo que quería, siempre fui y soy segura de mi misma, supe desde los 13 que me gustaban las chicas desde que me bese con mi prima, luego vino la vecina, la mejor amiga de secundaria, la primera vez, el primer amor, la primera desilusión y ser mujeriega hasta hoy en día. No soy para nada femenina, pero no por eso soy educada, tengo demasiada clase, mi pelo es castaño oscuro, es corto tampoco soy un hombre tiene un parecido al de Ellen DeGeneres, aunque algo más largo a los lados, siempre ando en traje formal, me encanta vestir bien, algún saco de Carolina Herrera, me encanta esa diseñadora, uso también bastante Armani, pero siempre ando muy bien vestida, soy alta, no soy blanca como mi madre por la raíces lejanas de mi padre, tengo un color intermedio, se podría decir morena, por eso llamo tanto la atención, es difícil conseguir colores oscuros en Italia, ojos grises a veces por el sol verdes, no pretendo mucho busto, pero si tengo buenos glúteos, mi cuerpo lo defino en PERFECTO para mi, las demás bueno… poco me importa, en la noche y a la hora nadie lo ve.
- ¿Cómo va todo por allá Génesis? – escucho al contestar.
- Yo muy bien padre ¿Y tú? – dije después de un suspiro
- Jajaja, te quiero mi princesa, eso lo sabes “ Ya voy, dile que ya salgo” – escuche decir a alguien – Cuéntame rápido como va todo con Andrade, ¿Si es muy terco verdad?
- Más de lo que te imaginas viejo, pero ya estoy por solucionar.
- Lo sé princesa, nadie mejor que tu para estar allá, ni siquiera mi mano derecha podría.
- Gracias viejo, nos vemos pronto, saludos a mamá.
- Espera Génesis – hizo una pausa - ¿Has hablado con Fabiana?
- No viejo, desde el lunes en la tarde, la llamaré aunque pronto me iré.
- Me tengo que ir princesa, cuídate ti amo principessa.
- Ti amo vecchio.
Hay decisiones que te marcan en la vida, si tienes dos caminos te llevan a uno, dejando el otro preguntándote quizás a donde te conducirá ese, con la incertidumbre de que será y si es lo correcto. Hay decisiones que se hacen para valientes y otros para cobardes que se creen valientes, es decir, YO.
- Acepto Sr. Andrade, me encargaré de conquistar a la chica – le decía por teléfono – pero en ningún momento pienso renunciar a Fabiana, si se entera por alguna razón ya lo arreglare, pero no pienso terminar con ella solo para hacer el trabajo.
- No me interesa como lo hagas, solo que lo hagas lo demás te encargas tu, dame un segundo – se tomo unos minutos que me quede pensando si era lo correcto – listo, ya los hombres que viste el otro día, saben dónde buscarte, se irán en tu vuelo mañana mismo, ellos te entregaran tu boleto, y Srta. Salvatore, ya acabo de hacer el depósito a su cuenta, la mitad del negocio de su vida, al terminar el resto y su bolsillo con su familia completamente millonario.
- Sin duda me sorprende su velocidad – verificaba mi cuenta en la laptop – dígale a sus hombres que los espero mañana, y estamos hablando pronto.
Hoy regreso a casa, a enfrentarme a todos con una nueva mentira, una gran mentira pero estoy entre gente muy poderosa, el honor de una familia es algo sumamente grande y pocos pueden llegan a comprenderlo, yo estoy dándola toda por la mía aunque me toque arrepentirme algún día.
A veces las cosas son difíciles y cuando recordamos a la gente que nos espera los pesos se hacen más débiles y tus fantasmas menos atormentantes.
- Srta. Salvatore, somos los hombres que los acompañaremos a Italia aquí esta su boleto – dijo entregándome un sobre – al llegar allá tendrá el tiempo que desee para estar con su familia pero mientras pueda conseguir a la joven lo más rápido posible mejor.
- Aun no entiendo para que tengo que enamorarla – dije abriendo el sobre donde estaba mi boleto –
- Usted solo cumpla ordenes, después sabrá las razones.
- Ok y ustedes como se llaman – dije viéndolos parecían los hombres de negro, trajes negros y lentes oscuros – ¿No van a estar detrás de mi todo el tiempo verdad?
- Seguimos ordenes, el – dijo uno señalando a su compañero – es Alvaro, y yo soy Javier.
- Exacto se que siguen ordenes, pero yo cumpliré si van detrás de mí siempre será sospechoso, yo me encargare de avisarle a donde iré siempre.
- Ya veremos Srta. Mientras nosotros seguiremos ordenes.
- Calma chicos, no vine a engañar a nadie, soy mujer de negocios y mi palabra es mi palabra.
Al abordar el avión, tome mi Ipad y me puse a leer algo para relajarme, pensaba en Fabiana y que a pesar de todo le haré daño, no quería eso, pero no había nada que impedir, tenía que asumir mis consecuencias, me acosté con esa niña y ese negocio se perdió ahora tenía que cumplir un trato por quedar bien en mi familia.
Nada como pisar tu tierra, tu casa, nada como tu familia, tu hogar, tu gente, la comida, el olor incomparable que sale hasta la puerta al llegar. Ya había hablado con los hombres de Andrade y estarán al pendiente de mi pero a una distancia lejana. Al llegar a casa era imposible no recibir abrazos y cariño, sobre todo de mi nana, mi segunda mamá, me había guardado Ravioli y me encanta como la prepara, no he probado uno mejor que el de ella.
Ese día prefería pasarlo entre familia, ya mañana era jueves e iría a visitar a Fabiana, seguro haríamos la fiesta de soltero de Raúl y quería descansar mucho antes de irme de fiesta.
- Ciao mia principessa (Hola mi princesa)– le dije al abrir la puerta – Fabiana se me tiro encima y comenzó a besarme, tenia tanto tiempo sin tocar sus labios, rodee su cintura con mis manos y la cargue, ella me daba besitos en la frente, en el cuello en todos lados, hasta llegar el sofá y la deje allí –
- Te extrañé tanto mi amor – me puso un carita tierna y estiro sus brazos hasta mi – no sabes cuánto, estoy falta.
- Jajaja si me lo dices así nos vamos de una a tu cuarto. – le digo riéndome, me encanta sus comentarios tan directos –
- Vamos ya – me jalaba del brazo – Me muero por qué me toques de nuevo y correrme en tu boca.
- Uffff Princess se dico che non mi deve resistere (Princesa si me lo dices así no me resistiré)
- Mi fanno il vostro amore (Hazme tuya mi amor)
- Calma – le di un besito en frente – tengo que saludar a Raúl y preparar la fiesta de mi cuñado.
- Cierto, esta vuelto loco con todo eso… Quiere celebrar antes de que llegue su novia.
- ¿Y ya tú por fin la conociste? – le pregunte –
- No amor, estoy esperando me dijo que es sorpresa que es muy bella digna de una Datolli, ella vendrá con la familia.
- Nada como tu mi Datolli – le dije dándole un beso profundo –
- Questo e il mio bel ragazzo. (Lo sé mi chico guapo).
Es un hermosura de mujer no lo negaría jamás, pero a veces así es la vida, tan complicada como que también la complicamos nosotros, no quería decirle tan rápido que a lo mejor pasaríamos poco tiempo juntas por estar buscando a Valeria Viggiani, pero tenía que hacerlo en algún momento. Al encontrarme con Raúl, fue inevitable un gran abrazo, Raúl es un hombre muy decidido y poderoso, es muy posesivo con su hermana por eso al enterarse de lo nuestro casi me mata, así como es buena persona también puede llegar a ser alguien muy peligroso cuando se lo propone, tiene más prestigio que su propio padre pero es por lo bien que ha sabido manejar sus negocios.
Ya el tenia casi todo preparado y obviamente llegue yo fue para que trajera a las mejores chicas, quería fueran las mejores, guapas y muy sexys. Sin dudas se las conseguí en un abrir y cerrar de ojos.
Ya faltaba poco para comenzar la fiesta, me puse una camisa blanca y un corbatín, unos pantalones cortos, quería verme casual pero sin perder mi elegancia. Al estar a punto de salir me consigo a Fabiana en la puerta de mi cuarto.
- Raúl quiere celebrar su fiesta de soltero, yo quiero la mía – me decía mirándome pícaramente –
- Espérese a casarse Srta. Datolli – le dije colocando mis manos en los bolsillos mirándola fijamente –
- Pero yo nunca dije que quería mi fiesta, quiero celebrar la fiesta de el – dijo lanzándome hasta mi – la agarre y comencé a besarla con pasión.
No perdió oportunidad para agarrar mi corbatín y soltarlo – te ves mejor sin el – dijo cerca de mi oído, y siguió dándome besos en el cuello mientras sus manos sacaban mi camisa del pantalón, mis manos ya estaban bajando hasta sus nalgas, y subía despacio su vestido – me encanta tu olor aquí, y aquí, y aquí – decía dándome besos por el cuello, lóbulo de la oreja, mi boca… Me encantaba su sensualidad cuando se lo proponía, no quise perder tiempo y la subí en mi, entrelazo sus piernas en mi cadera y seguía besando mis labios – usted me vuelve loca de pasión Srta. Datolli –le dije con mucho deseo encima de mí, baje el cierre de su vestido y ella ya iba desabotonando mi camisa, al colocarla sobre la cama pude quitar con mucha facilidad y ella lanzo mi camisa al piso, tenía sus pechos frente a mí y me fui directamente a su pezón izquierdo, ella se retorcía de placer y al tirar la cabeza atrás le besaba el cuello, una de mis manos detrás de su cuello y la otra por su muslo, ella me agarraba la parte de atrás de la cabeza haciendo presión y continuaba jugando con su pezón derecho, Fabiana no tenía la fuerza suficiente de quitarme el pantalón tampoco me hacía falta, baje hasta su pelvis, y con mis dientes fui bajando tu tanga, hasta llegar a sus labios mayores, que estaba sumamente húmedo para mí.
“fammi tuo (Hazme tuya)” fue lo último que dijo antes de lanzarme a su clítoris, y comenzar a succionarlo y frotarlo con mi nariz, con una de mis manos comenzaba ya a penetrarla, con mi lengua la acariciaba y con mi otra mano le hacía roces en su vientre que la hacían contraerlo, no iba aguantar mucho estaba a punto de venirme cuando decidí penetrarla con mi lengua, nada mejor que probarla después de tanto tiempo escuche su grito que no pudo aguantar y ver como su cuerpo se elevaba al momento que sus brazos se resguardaban en mi cuello y caí lentamente en la cama, con mi peso acompañándola. Ya encima de ella logre darle un beso en los labios, estaba exhausta y la quería dejar descansar, quería a ir a la fiesta un rato, la deje en mi cama dormida y me volví arreglar aunque sin tanto perfume ahora, tenía el de ella.
- Tremenda noche la de anoche ¿No Raulito? – le decía mientras tomaba jugo de naranja –
- Completamente mi Génesis, si que la disfrute – me miraba mientras desayunaba – ¿Y Fabiana durmiendo?
- No tu sabes que sale a caminar temprano – y escucho la puerta sonar – a lo mejor ya llegó.
- Supongo que ustedes también la pasaron bien – me miró pícaramente –
- Supones bien hermanito – hablo ella entrando con su chaqueta deportiva morada – increíble como mucho tiempo.
- Jajajaja disfruto ella - dije riéndome – yo tenía una fiesta que dirigir
- Uhhh golpe bajo hermanita – le dijo Raúl riéndose – como que no dejaron a alguien satisfecha.
- Cállate Raúl – dijo algo molesta Fabiana mientras yo me reía – ¿Y tu mujercita cuando llega?
- Bueno chicos yo los dejo, tengo que salir a hacer unas cosas, yo los dejo – digo levantándome de la mesa –
- ¿Cómo que te vas? – dijo Fabiana sorprendida – pero si llegaste ayer y ya tienes cosas que hacer.
- Negocios mi amor, tu sabes cómo es todo.
- Cuñada pero quédate hasta que llegue mi novia ya está por llegar.
- De verdad lo siento, quisiera quedarme –digo ya caminando hasta la puerta – yo vengo más tarde o mañana y la conozco.
Escucho que abren la puerta de la cocina.
- Sr. Raúl ya su novia está aquí con sus familiares.
- ¡MARAVILLOSO! A mis suegros acomódenlos, y díganle a ella que pase – dijo Raúl levantándose de la mesa –
- Yo me voy chicos, ya llego tu novia tienes que tratarlos bien y ganar puntos cuñado – le digo picando el ojo –
Abriendo la puerta alguien más viene entrando y chocamos, ella casi se cae y la agarre por la cintura evitando que cayera al suelo, aferro sus manos en mis brazos y mire esos por primera vez, esos ojos que me hipnotizaron me miraban fijamente, no podía despegar mi vista de ella, era una muñeca de mujer, era una diosa de mujer.
Mi amor casi te caes – dijo Raúl ayudándola a levantarse, yo no podía despegar mi vista de ella – la próxima vez ten más cuidado al abrir la puerta y tu también Génesis – dijo mirándome Raúl, al escuchar mi nombre ella volteo sorprendida como si nunca hubiera visto a una mujer como yo, supongo por mi pelo o mi vestimenta o quizás por todo yo no dejaba de mirarla ningún momento, ni siquiera cuando Fabiana se acerco y se agarro de mi brazo.
Bueno hermanita, Génesis, aquí la tienen, les presento a mi novia y próxima futura esposa – le agarro su mano y ella sonrió y mi mundo se vino abajo, su blanca dentadura y sonrisa es como ver la galaxia completa, le dio un beso en la mano y la presentó - Valeria Viggiani.