Negocios y Placer 12

Contracara....

Camino al ascensor.

- No eres una cualquiera - dijo sujetando mi brazo y sonriéndome, estaba segura que Julian había entendido el mensaje que le di – Creo que solo has tenido mala suerte...

- Eres un amor... pero me tengo que ir –dije dándole mi mejor sonrisa y arriesgándome para robarle un beso en los labios, se lo merecía por lo que había pasado aquella noche, pero principalmente porque me gustaba mucho su cercanía y si esa era la última vez que lo vería debía aprovechar.

Di media vuelta y me dirigí a tomar el ascensor, aquella noche había resultado completamente diferente a todas las que había estado, creo que este mundo llega a convertirse en una ruleta rusa llena de emociones, tristezas y encuentros. Mientras caminaba pensaba en lo que yo hubiera hecho en lugar de aquella pareja, acaso yo pondría en riesgo mi matrimonio o mi esposo por una noche loca, creo que no, pero tal vez porque yo ya he vivido muchas noches así.

El ascensor se abrió y miré hacia atrás, tal vez hubiera querido verlo viniendo hacia mi, tal vez me hubiera arrastrado a la habitación para hacer conmigo lo que no le permití debido al contrato con su esposa. Pero no sucedió, esperé hasta el último minuto el verlo, pero el ascensor se cerró y mis esperanzas también.

Mientras bajaba por los pisos, mi mente estaba en la conversación que mantuve con Tatiana, tan pronto como llegamos ya nos dejó claro lo que sucedería.

  • Ya todas saben que tienen que hacer, ustedes se dedican a los gringos y tú a Julián a menos que uno de ellos te elija, creo que no se confundirán. Lo que si deben saber es que no deben acostarse con Julián bajo ningún concepto, si eso sucede les juro que no les pago… Pueden jugar e incluso mostrarse algo cariñosa, pero solo un poco… no se pasen… Dentro de unos minutos más yo entraré para ser la chica que esté con el gringo, no quiero que se comporten diferente conmigo, actúen como si fuera otra más de ustedes

  • ¿Pero vas a ir vestida así? – pregunté ya que estaba en un traje normal, nada que ver con algo que se espera en este tipo de trabajos.

-No, por supuesto traje algo más en mi maleta... – nos dijo a todas, mientras el resto de las chicas se ponían a punto para poder entrar en acción esa noche.

A mí me quedaba poco para estar lista, por lo que con unos ajustes al maquillaje estaba dispuesta a lo que venga. Pero algo me intrigaba del trabajo de aquella noche. ¿Cuál era el verdadero motivo para armar tremendo teatro? No era más fácil solo pegarse un polvo.

-Señora… no entiendo bien, pero creo que nos dijiste que tú eres la esposa del tal Julián… ¿verdad?... ¿Acaso ustedes son de los que hacen esos juegos raros entre pareja?

-Algo así…pero no, lo que pasa es que el gringo, ha pedido que para firmar el contrato debo acostarme con él, por lo que esta noche me haré pasar por una de ustedes. – me dijo meditando bien sus palabras antes de decirlas. -  Julián estará de acuerdo, pero creo que será un mal trago para él. No es algo que hacemos en forma normal, por lo que supongo será algo muy duro, espero que todo salga bien.

-No entiendo muy bien, pero si no hay dramas innecesarios ni golpes no hay problema… - dije sin pensar mucho en la situación, pero una duda me saltó. – ¿Tanto te importa tu empresa para acostarte con el gringo?

-La empresa me importa mucho, ha sido un trabajo de muchos años, la gente que trabaja ahí depende de nosotros y de los negocios que lleguemos a cerrar, pero lo que más miedo me da es lo que le podría producir a Julián perderla. Este ha sido su sueño durante todo el tiempo que lo conozco, ha trabajado muy duro para ella y si al final la perdemos será un golpe terrible para él y bueno... para todos.

-¿Y el verte con otro no hará que entre con una pistola a matarnos a todos?

-Estoy segura que no, Julián siempre ha sido muy sereno, así que no te preocupes.

  • ¿Por qué no se lo dices en lugar de suponer que no entrará a dispararnos?

-No digas disparates… Mi esposo no haría eso, pero tengo que ocultar el trato con Paul eso sería un golpe muy duro para él saber que conscientemente me ha entregado por la empresa, creo que si lo piensa mucho él no lo haría, pero si le cae de sopetón tal vez pueda que me perdone después, lo malo es que por mucho que lo he pensado no he encontrado otra forma de hacerle creer que no ha sido mi intención ni lo he buscado, voy a tratar de hacerle pensar que las cosas salieron mal y que por eso al final tuve que entrar yo como último recurso. Si se lo hubiera dicho, seguro armaría alguna bronca y preferiría que nos vayamos debajo de un puente, pero no puedo dejar que haga algo así con todo lo que él ha trabajado en esta empresa y más aún con la gente que depende de nosotros para seguir adelante.

- ¿Y por qué no lo hiciste en otro lado? Un buen motel te hubiera resultado más fácil de ocultar… Creo yo.

-El gringo hijo de puta ese me exigió que Julián debía enterarse por las buenas o las malas, esa era la condición… El desgraciado ese se enteró que yo era la esposa de Julián y creo que se le ha venido la idea de que acostarse conmigo sería muy divertido, pero claro siempre que mi marido lo sepa, ya que me dijo que sin eso no tendría gracia. Me ha dejado entre la espada y la pared… - podía ver como aquella mujer al parecer no había contado a nadie esto, se había abierto a mí de una forma increíblemente fácil. Al final no me preocupé, era un trabajo más… o al menos así lo pensé ese momento. - No digas nada por favor, no le cuentes nada de esto a Julián si llegan a conversar algo de esto.

El ascensor había pegado un brinco que me hizo asustar y de paso recordé como había estado saltando en la cama junto mientras veía a Julián rumiar su dolor en aquel sillón. No me pareció mal en ese momento, él necesitaba sentirse mejor y creo que no encontré otra forma de que al menos sonriera un minuto. No imaginaba que hubiera tenido que saber que su esposa se entregaba a aquel gringo y mucho menos mirarlo en vivo y en directo, aquello debía estar matándolo por dentro.

Justo ahí recordé esa escena tan loca de nosotros dos parados en aquella silla espiando a la pareja del cuarto de al lado. En un momento pensé que Julián era de alguno de esos mirones pervertidos que uno se encuentra por doquier y que quería observar aquella escena entre su mujer y el gringo, pero no había rastros de que aquello le gustaba, su entrepierna parecía más apagada que una hoguera tras diluvio. Creo que ahí me di cuenta lo mucho que estaba sufriendo, sentí pena por lo que estaba sufriendo, eso no se lo desea uno a nadie, pero se veía que él la amaba de veras, si no fuera así no se hubiera siquiera preocupado por ella.

Pero mis pensamientos no duraron mucho, pronto recordé que Tatiana apareció de sopetón en la puerta de la habitación aparecería y por un segundo pensé que las cosas se desatarían y se armaría un desastre. Pero nada pasó y al final me llevó fuera de la habitación para pedirme que la acompañara a la habitación con Paul.

-No hicimos nada – dije antes de que cualquier cosa sucediera, no quería escenas ni dramas.

-Lo se… no… no es por eso... Necesito de tu ayuda… Estoy metida en un problema... – me dijo algo apurada, aunque la observaba tensa y algo apesadumbrada. - El gringo me ha pedido que me deje dar por atrás… yo nunca lo he hecho, pero el infeliz me ha dicho que si no acepto sale y cuenta todo a Julián…

  • ¿Y qué pito toco yo?  - pregunté algo sorprendida de la conversación que habíamos tenido hasta ese momento ya que para nada me lo esperaba.

-Tú ya lo habrás hecho, ¿Me puedes aconsejar?

-Qué va… yo ni loca hago eso… Y menos con la polla que se maneja el gringo. Eso debe doler horrores… - vi como Tatiana ponía cara de desesperanza, estaba realmente jodida y si no quería que la rompiera había que hacer algo. - Tengo una idea… Que te parece si intentamos un trio con Paul y de esa forma hacemos que entre las dos se corra lo antes posible y si al menos no salvamos tu culo… No te acaba destrozando.

-¿Crees que funcionará?… ¿Qué le digo a Julián?

-Dile la verdad… Que te van a coger por el culo, eso mañana seguro se nota y no creo que puedas engañarlo, menos aún si el plan va mal y el gringo te rompe. Yo me meto al baño para cambiarme mientras lo hablan.

Cuando entré al baño tomé de mi bolso un poco de coca que siempre llevaba y la usaba cuando la situación se vuelve demasiado desagradable, en ese momento pensé que ella sería quien más lo necesitaría. Me demoré un poco más ya que no quería interrumpirlos. Aquello no iba bien, el pobre de Julián debía estar pasándolo muy mal, no me imaginaba estar en esa situación, tener que estar escuchando a su esposa que va a ir a otra habitación a que le rompan el culo. Al final me decidí salir, al mal paso habrá que darle prisa.

- Vamos chica... - dije tirando mi bolso sobre la cama y llevándome la coca en la mano- Tu gringo seguro ya estará ansioso...

- Váyanse ya... – dijo Julián con una cara de cordero muerto. El pobre hombre estaba desecho cuando Tatiana intentó besarlo y él la rechazo. Que boba era ella, o tal vez estaba desesperada porque él la detuviera, como se le ocurría intentar besarlo después de haber estado con otro, eso no se hace jamás.

- No hagas ninguna locura cariño, yo saldré pronto... – dije esperando que él no cometiera una locura, pero me arrepentí dejarlo así, estaba convencida de que no se merecía lo que estaba sucediendo. De veras que la vida siempre se ensaña cuando no tienes oportunidad de levantarte. Esperaba que Julián no cometiera una locura, y mucho más si volvía a mirarnos, eso seguro lo volvería loco. - No vayas a mirar que yo no estaré ahí para ayudarte.

Me fui y antes de entrar le di a Tatiana la bolsita de coca por si quería pasar mejor el trago amargo que le esperaba. Pero yo conozco a las chicas, hay ocasiones en que los deseos estaban mucho más ocultos que los que nosotras mismas podemos reconocer. En ese momento tuve un presentimiento, pensé que ella no estaba tan en desacuerdo en hacer todo esto, tal vez al final lo estaba disfrutando, supuse en ese momento debía estar engañando a su esposo, pero no entendía para que todo el teatro…

-No creo que sea necesario... lo que pasa es que yo también he traído algo que me ayude a pasarlo mejor y no creo buena idea mezclarlo. No me quiero morir con una sobredosis.

-Claro, no hay problema - dije entendiendo muy bien que ella seguro había ya consumido alguna otra cosa para pasar el mal rato. A veces es mejor así, dejas que el cuerpo disfrute y tu mente vaya a otro lado…

Llegué al final de mi camino en aquel ascensor, las cosas seguro estaban muy mal con ese par que dejo en el piso superior. Aquella pareja estaba realmente loca o pronto enloquecería, pero al fin de cuentas que importa serlo si estás con la persona que amas. Ojalá yo pudiera tener un compañero que enloqueciera conmigo, alguien que se juegue todo por mí... Alguien que me acepte con mis errores y aciertos… Alguien con los huevos para volver a mí después de una noche como la que vivió Julián.

Una botella de vino

Mi esposo salió hace unos quince minutos de la que ha sido por ocho años nuestra casa, ahora se ve tan vacía y sola. Se fue para pasar una noche con una chica que yo mismo he contratado con el fin de que pueda resarcir en algo todo el mal que ha tenido que soportar. Pero pensándolo más detalladamente, acaso yo también no necesito ayuda para poderlo hacer llevadero. Como en el lapso de un mes mi vida se ha ido en picada, la empresa se salvó, pero a un costo altísimo.

Me había vendido por dinero a Paul, por conseguir el contrato para que nuestra empresa siga adelante. Aún recuerdo la llamada de un teléfono desconocido, una llamada directa de Paul en la que me solicitaba sin muchas florituras que estaba dispuesto a firmar siempre que yo me entregara a él. Aquello había sido el acabose, no creo que hubiera permanecido tanto tiempo sin respirar como en ese instante, me dejó estupefacta. Y claro ahí mismo me indicó que quería que Julián lo supiera, que caso contrario no tenía sentido el juego… un juego, eso era lo que yo significaba para aquel hombre… y lo peor es que estaba jugando lo que él quería, no había podido hacer nada por impedir que en aquella jugada me dejara en un jaque muy comprometido.

  • Tú decirle tu marido antes o después, no interesa… Él tener que saber… Yo querer ver su rostro siguiente día después I fuck you, he must know…

Como pretendía aquel ser despreciable que iba a hacer algo así… Medité tanto que al menos en eso tuve algo de suerte e inventé todo este teatro… Pero muchas cosas no salieron como yo hubiera querido. Primero tuve que chupar la polla de aquel tipo frente a mi marido, eso no lo esperaba de esa forma, aquel gringo me tenía en sus manos en ese instante por lo que no pude hacer demasiado…

Un vaso de vino refrescaba en ese instante mi boca, pero mi mente estaba muy lejos, recordaba también como me sorprendió a mí misma el tamaño de la polla del gringo, suponía que debía estar acorde a su contextura, pero eso era demasiado. Justo antes de entrar al salón me había mandado una línea de una sustancia que según me indicaban ayudaba me sienta más libre y tranquila, pero por un efecto creo que secundario hacía que mi libido se incremente. No lo quería hacer, pero creo que al final me di por vencida… Disfruté, de aquella mamada, de aquellas caricias e incluso he de decir que en ese momento me excité de que Paul me llevara a la habitación ya que así podría apagar aquel fuego en mi interior.

Pensando durante los días posteriores, creo que el ingerir aquella sustancia potenció en mi cuerpo la respuesta en el momento en que creí escuchar a Julián follando con Karina, aquello generó que estalle en un grupo de sensaciones desconocidas en mi cuerpo, estaba tremendamente excitada y aliviada con el orgasmo que el infeliz del gringo me arrancó con su polla. Pero el bajón resultó terrible, sentí tanta rabia con ellos por haber roto el acuerdo, pero como podía culparle, acaso yo no estaba con alguien más en ese mismo momento, entregándome con una inusitada fuerza y deseo también. Pero mi mente no podía corresponder a lo que me decía mi corazón, me sentía muy enfadada y defraudada con Julián y en lugar de empatizar con lo que él seguramente estaba sintiendo ese momento una rabia contra él encendió mi corazón.

Y mientras yo estaba pensando en todo aquello, Paul comenzó a ensalivar mi culo e intentar abrirme con sus enormes dedos sin que yo tomara conciencia de sus intenciones libidinosas. De repente no pude dar más que un respingo antes de darme cuenta de sus apetencias, aquel tipo quería profanar mi última virginidad. Intenté liberarme, pero la fuerza y decisión de Paul me obligó a permanecer entre sus manos mientras él hurgaba en mi interior.

-Déjame… no quiero… - dije con mi rostro más firme y decidido.

-Pero si gustarte… bitch… I wanna fuck your ass…

-Nooo… leave me… eso no.

-So do you want me to tell your husband why you are here.

  • No… no… You can`t

  • Cmon… Don’t you belive I will leave your ass without fucking it… Maybe I must tell Julian why you are here…

-Fuck you… - dije entendiendo perfectamente el mensaje que el infeliz de Paul me estaba diciendo.

En ese instante me resigné a que me sodomizara, ¿Qué más podía hacer en ese momento?, salir corriendo y aceptar que Paul le contara cualquier cosa a Julián o tal aceptar mi destino. De repente sentí como el gringo me daba vuelta y me dejaba boca abajo, mi cuerpo estaba tenso y mis piernas estaban comenzando a temblar del miedo a lo que iba a ocurrir, necesitaba un poco más de aquella sustancia que tanto me había motivado, pero la tenía lejos en ese momento, de manera que me concentré para poder sobrellevar el mal rato.

Pronto Paul puso su enorme polla justo en mi entrada, provocándome una mezcla de temor y ansiedad, aquello no iba a resultar nada bien. Pero cuando lo único que esperaba es que Paul me penetrara, pude sentir como cambió su decisión y comenzó a follarme en forma natural, ante mi asombro.

-It will be funny Julian knows your ass is going to be fucked…

Nooo nooo…

Yes… y tu tener que decirle… aunque Julian estar divirtiendo mucho también.

De pronto la potencia del gringo fue incrementándose, aquello no era solo una follada, aquel tipo quería divertirse haciendo cornudo a mi esposo y para mi vergüenza yo estaba dispuesta a colaborar en todo en ello. ¡Que bajo había caído!

El infeliz continuó follándome de forma firme y con toda la intención de gozarme, pero obviamente estaba pensando cómo llevarme a sufrir la peor de las vergüenzas al tener que decirle a mi esposo que otro hombre sería el primero en sodomizarme y con toda mi cooperación.

No sé si mi cuerpo, la habilidad de Paul, pensar en lo que él pretendía hacer conmigo o aquella sustancia que aún persistía en mi sangre lo que hizo que me abandonara y me dejara llevar a un orgasmo nuevamente. No he querido preguntarme más por ello, lo único que al final se es que otra vez quedé rendida ante un formidable orgasmo que me hizo sentir completamente en las nubes. Pero la caída de allí fue igualmente dolorosa, por lo que tan pronto me recuperé me puse a pensar en todo lo que sucedería y en el daño que seguramente todo esto haría a mi matrimonio.

Todas las mas malvadas maquinaciones que pudieron ocurrir esta noche estaban prontas a volverse realidad, este hijo de puta de Paul iba a tomarme como jamás un hombre lo había hecho y lo peor yo tendría que decirle a mi esposo que eso iba a suceder. No sé qué iba a hacer ni mucho menos si podría escaparme de este dilema, adicionalmente no estaba segura de lo que había sucedido en el cuarto de al lado, tal vez ellos habían follado y eso agravaría mucho mi estado de ánimo que ya de por sí estaba por los suelos.

Los minutos pasaban y mis opciones se terminaban, pronto Paul se levantó ya recuperado y tras tomar un trago más me apuró en la decisión que debería tomar.

-Go ahead… Decir a Julian que yo follarte el culo… No engañarme, yo mañana felicitar por haber follado tu culo…

-Hijo de puta… - dije levantándome y tomando mi blusa para luego salir para la habitación donde estaba Julián y Karina.

En camino a la puerta aproveché para suministrar a mi dolorido cuerpo de una dosis doble de aquella sustancia que me daba la fuerza y el entusiasmo para seguir, si algo iba a suceder estaba segura que sin ello jamás podría lograrlo. Golpee la puerta con decisión y algo de enfado, pero con la seguridad que mi vida se estaba jugando en los siguientes minutos. Mi sorpresa fue enorme al darme cuenta que ellos no habían hecho nada más que seguir un guion para hacerme creer que habían follado. Algo de mí se alegró, pero otro me hacía sentir un terrible bicho que estaba traicionando a su esposo.

Conversar con Karina me dio algo de esperanza de poder salir de aquel embrollo con algo más de dignidad, pero tampoco tenía toda la fe en ello. Adicional, el desgraciado de Paul seguro le decía a Julián que me había follado el culo, por lo que pensé estúpidamente que sería mejor contárselo yo misma, aparte el consejo de Karina creo que me abrió los ojos a que esto no quedaría sin tener consecuencias y lo mejor sería al menos decirle esta parte de la verdad.

- Perdóname por no decirte nada desde un inicio mi amor... Pero es que... no sé cómo decirte...

- Dime por favor... no me tengas en ascuas... – tenía terror a ver como reaccionaba mi esposo, no sabía cómo empezar.

- Ya... ya... – dije tomando fuerza y decisión frente a esta horrenda verdad - Seguro te diste cuenta que Paul y yo estuvimos follando, eso creo que ha sido lo que al final sabíamos que podría llegar a suceder casi de seguro, lo hemos hecho dos veces ya, por lo que yo pensé que con eso sería suficiente y ya terminaría la noche, pero hace unos minutos Paul se despertó y ha querido... bueno... tomarme nuevamente...

- Yaaa... ¿Pero...? - vi su cara de miedo e incluso de desilusión, aquello estaba sobrepasándome y lo único que yo hubiera querido es no hacerle pasar por este terrible dolor.

- Bueno... quiere probarme... por detrás – dije avergonzada y humillada, no podía ni siquiera mirar a los ojos. - He intentado que cambie de parecer, incluso... bueno... le he ofrecido hacer otras cosas, pero al final no lo he convencido y quiere sodomizarme.

- Pero si... ni nosotros... – esto estaba seguro causándole un terrible dolor y rechazo ya que nosotros jamás lo habíamos logrado, tal vez por mi miedo o mi falta de decisión de disfrutar de esta parte de mi cuerpo, pero ahora ya era tarde.

- Yo sé... Por eso he pedido ayuda a Karina... No sé qué hacer.... Aparte Paul bueno... ya sabes... él es muy grandey… - ya no pude decir más, aquello me sobrepasaba.

- Lo que me quieres decir que a más de todo el gringo la tiene muy grande... – mi pobre esposo estaba seguro más que humillado por lo que le había dicho y creo que mucho más dolor por lo que otro estaba a punto de arrebatarle.

- Bueno… si, pero le he dicho que debo pedir algo a Karina y he ganado tiempo, pero pronto él saldrá y seguro vendrá a ver qué sucede. – traté de quitar el hierro al asunto, pero estaba más que claro que eso era inútil.

- ¿Y… qué van a hacer?

- Pues... Vamos a entrar las dos con Paul, inventaremos que has quedado dormido y borracho; de manera que entre las dos podamos convencerlo de hacer algo diferente... O de ser el caso... bueno que Karina se entregue en mi lugar o al menos me ayude para que no me destroce. – El momento queexpresé el plan me pareció lo más ilógico y descabellado que puede ocurrírsele a alguien, estaba claro que no tenía futuro y todo terminaría terriblemente mal, creo que estaba a punto de estallar.

- ¿Qué puedo decir? – vi su mirada de desengaño y me rompió el corazón, ansiaba poder darle un abrazo y un beso para poder hacerle sentir que pasara lo que pasara él era el hombre de mi vida.

- Vamos chica... Tu gringo seguro ya estará ansioso...

- Váyanse ya... – dijo mi esposo mientras yo no pude resistirme e intenté darle al menos un beso, pero lo único que recibí fue rechazo, lo entendí, como se me pudo haber ocurrido hacer algo así… pero mi desesperación por darle ánimo fue superior a mi razón.

Salí primero porque no soportaba a mi esposo verlo de tan abatido, esperé a Karina en la puerta de la sala para entrar juntas. Tal vez el plan funcione por algún astro que se cruce en el cielo, pero parecía que no era lo que sucedería.

-Lista para que te rompan el culito... – dijo Karina mientras se acercaba a mí, creo que no lo hizo con mala intención, pero en aquel comentario me hizo perder toda esperanza de salir sana y salva de aquella situación. - No te preocupes mujer… lo mejor es que te relajes y no pienses en nada… déjate llevar, que así será mucho más fácil.

Creo que no… - dije a esta chica que, aunque acababa de conocer, me estaba brindando una mano en este terrible percance. – pero lo voy a intentar…

Y al final creo que lo fue, el efecto de aquella sustancia pronto hizo efecto en mi cuerpo y un calor enorme me llenó el vientre y el pecho, creo que hasta ese momento fui completamente consciente de lo que iba a suceder y creo que ya me dejé llevar. Recuerdo cada momento, cada sensación e instante, pero no me reconozco, aquellos momentos con Paul me dejé embriagar de una excitación tan grande que terminé aceptando y entregándome por mi propia voluntad. Creo que eso fue lo que no hizo que mi mente se bloqueara y renegara de lo sucedido ya que sinceramente lo que el gringo hizo conmigo fue una extorsión en todas sus formas, digamos que casi estaba abusando de mí, pero al final yo también disfruté, por lo que no podía echarle toda la culpa.

Recordaba con claridad como Paul empezó follando a Karina, ver su cuerpo y el de Paul tan juntos era como una película en vivo y en directo. Jamás había estado tan cerca de dos personas teniendo sexo y creo que incluso eso hizo que mi libido se dispare a límites que jamás había tenido antes. Sentía la fuerza de Paul el momento en que penetraba a Karina, era hipnótico y sensual estar los tres en esa misma habitación, por lo que no me sorprendí a mí misma acariciando y besando el cuello de Paul, me excitaba pese a lo mala persona que era, sabía cómo moverse y hacer disfrutar a una mujer y eso me estaba volviendo loca.

De Pronto el plan que habíamos tramado con Karina se venía abajo cuando Paul me susurró al oído que me preparara para ser la siguiente, que esa noche mi culo iba a ser suyo... Ahora tras el tiempo pasado podía darme cuenta que en ese instante yo también lo deseaba y por tanto no dudé más y me preparé para lo inevitable, porque él me lo pedía, porque él lo deseaba… porque he de reconocer que yo también lo hacía. Pronto estuve lista, lubricando mi culo lo suficiente como para permitir cualquier penetración.

Llegó mi turno y reemplacé a Karina en la cama, pero claro mi posición era muy diferente, yo ofrecía mi culo a que el gringo lo poseyera y de paso calmara aquella ansiedad y deseo que me inundaba y desbordaba. De reojo pude ver como Karina, inmune a esos momentos apenas y miraba a otra parte, a un punto lejano a nuestro momento, seguro que no estaba tan deseosa como yo, pero no me importaba, yo lo deseaba y al final Paul tomó con sus manos de mi cadera y enfiló su herramienta hacia mí ya más que dispuesto culo y penetró…

Hubiera querido decir que estuvo dentro de mi durante mucho tiempo y me calmó completamente mis ansias, pero apenas dos o tres minutos después estalló en un orgasmo muy fuerte y espasmódicos, de mi parte apenas y ayudándome un tiempo más con mis manos pude alcanzar un orgasmo que me permitiera tranquilizarme y recuperar el control de todo. Lo necesitaba y esperaba poder con eso recomponerme y volver a mi realidad, en la que seguramente mi esposo estaba en el cuarto de al lado escuchándome follar con otro. Traté de dormir, consciente de todo que, aunque la empresa podría estar a salvo, mi matrimonio necesitaría mucho más que un contrato para salir avante.

Al siguiente día con Julián, tras el bajón me cayó toda la culpa y humillación que había sentido e incluso los sentimientos de perdida y desesperación al no ver a mi esposo en la habitación de junto cuando salimos con Karina me dejaron ver que todo pudo haberse terminado con él, miles de imágenes vinieron a mi mente, una cada vez más desastrosa que la otra, me había abandonado o solo habría salido para no escucharme, volvería a mi o me pediría el divorcio inmediatamente, ¿tal vez se pudo haber suicidado por el dolor causado? Aquella imagen de mi esposo muerto me hizo desesperarme por saber de él por lo que rápidamente lo llamé llena de angustia.

Me tranquilizó tanto escuchar su voz y saber que aún estaba cuerdo o al menos que aún no había echado todo por la borda y me pedía el divorcio inmediatamente. Tenía esperanza… Una esperanza que ahora junto a esta botella de vino se enlazaba a que mi Julián pueda recuperar su confianza con otra mujer, que con esta chica pueda al menos en algo lograr lo que conmigo no podía. Creo que deberíamos hablar y escucharnos con ayuda de alguien que nos guie y oriente, pero… entonces debería ser clara y sincera con él en todo… y creo que eso me aterra, más si eso es necesario yo lo intentaría e incluso estaría dispuesta a perder toda la empresa con tal de tener una oportunidad de poder seguir con él.

Creo que desde el inicio me di cuenta que las cosas no saldrían bien, esto nos había afectado tanto a él como a mí, pero cual avestruz intenté ocultar la cabeza en la arena y no afrontar los problemas. Y que esta posición incluso ahora es la que estoy buscando, ya que sé que esta última intención de que Julián esté con otra mujer sería solo una pequeña compensación por lo sufrido, pero sabía que, si él tendría que pasar por mil camas antes de volver conmigo, estaría dispuesta a seguir esperándolo siempre y cuando vuelva conmigo…

Mis pensamientos deambulaban por miles de mundos y escenarios cuando de pronto escuché la puerta y un vuelco se dio en mi corazón… Julián volvía a mí, tal vez recuperado o no, pero al fin y al cabo estaba a mi lado y yo lucharía por recuperarlo…

- ¿Qué sucedió? - pregunté con una enorme alegría de verlo y mucho más de haber tenido esta conversación conmigo misma - Has venido muy pronto... ¿Acaso ella no asistió?