Negocios y Placer 06
Un salto al vacío siempre es mas fácil hacerlo con alguien sujetando tu mano...
Ambos nos pusimos algo melancólicos, la historia de Karina me había dejado un sabor amargo en la boca, obviamente todos tenemos nuestros problemas y dificultades, pero claro una vida así de dura debe dar una perspectiva mucho más clara de las cosas. Pero mi apresurada tranquilidad pronto se vio rota con un nuevo golpe del destino, durante uno segundos la música paró y dejó nuevamente que los sonidos del cuarto vecino se pueda filtrar hasta mis oídos. El sonido de la cama en ese momento se hacía acompasado obviamente alguien llevaba el ritmo de aquella follada, no sabría decir que era mi esposa o su amante, ya que en ese minuto asumí que era eso, acaso algo más podía estar sucediendo en aquella habitación.
- Tranquilo cariño, venga no pienses en nada... - decía Karina mientras luchaba con su teléfono que aparentemente tenía algo que no funcionaba bien y había dejado sin música justo en aquel momento.
Yo en cambio había retornado a la realidad y escuchaba claramente el combate que se estaba dando en el cuarto vecino. El sonido de la cama ahora estaba acompañado por los gemidos de mujer tan característicos en estos casos, y donde estos eran muy conocidos para mí, era claro que en esos momentos Tatiana estaba gimiendo como loca ante cada embestida que le propinaba Paul, quien seguramente estaba disfrutando de una noche gloriosa junto a la mujer que amaba.
- Debe estar divirtiéndose mucho... - acabé por decir ante el silencio que existía en el cuarto -
- No lo sé, no creo... yo le dije que debe gemir mucho cuando se la estén comiendo... ya sabes para excitar más al macho... para que termine pronto, claro...
- Por supuesto... - dije sin ningún tipo de convicción, era obvio que aquello no era fingido en absoluto... ¿o sí?
Los gemidos se hacían más y más sonoros, de manera que mi concentración estaba completamente centrados en ello. De pronto miro como Karina se sube a la cama de nuestra habitación y comienza a hacer unos movimientos que forzaban la cama a moverse de forma igual de acompasada, claro está que por una razón muy diferente a la de nuestros vecinos, pero con el mismo efecto sonoro.
- ¿Qué haces? - pregunté algo nervioso...
- Pues hacer algo de ruido, van a pensar que nosotros no estamos haciendo nada... y no es buena coartada el encerrarte con una chica y tan siquiera no hacer ni un ruido... Apaga la luz, que no me gusta follar con la luz encendida... jaja.
- Tienes razón... - dije abrumado por la evidencia de que esto era necesario para aparentar que todo iba bien.
De pronto en el cuarto vecino el ruido cesó tras unos gemidos guturales emitidos seguramente por Paul, ahora solo Karina estaba a cuatro patas sobre la cama balanceándola hasta hacerla crujir, cuando comenzó a simular unos leves gemidos que comenzaron a aumentar de ritmo y fuerza a cada segundo. De mi parte estaba paralizado observando aquella actuación tan convincente. De pronto Karina comenzó a gritar más y más fuerte hasta que de pronto se calló simulando un orgasmo muy intenso y fuerte.
Pero no se detuvo con eso, siguió moviendo su cuerpo para hacer que la cama siga en movimiento, por al menos un tiempo más que no sabría decir cuánto ella mantuvo el movimiento sin emitir ni un gemido hasta que nuevamente comenzó a gemir incluso más fuerte que antes. Sentado donde estaba podía ver su espectáculo teatral en vivo y en directo y asombrarme por su capacidad de actuación. De pronto Karina volvió a gemir como una desatada mientras movía la cama aún más y más rápido, hasta que esta vez paró nuevamente, primero la cama y unos segundos después sus gemidos.
- Te mereces el oscar... - dije sin temor a equivocarme pero reconociendo la capacidad actoral de aquella muchacha.
- No ha sido para tanto... Lo que si con esto seguro que el gringo se queda convencido de que nosotros acabamos follando al igual que él.
El cuarto nuevamente estuvo calmado y los ruidos eran mínimos, al parecer todo había terminado, por lo que ya solo quedaba descansar. Karina se sentó en la cama y tomó una nueva copa de licor que aún no se terminaba.
- El show me ha dejado sedienta.
- Ya me imagino estuviste tremendamente convincente, si no fuera porque te estaba mirando hubiera creído todo lo que escuché.
- Nuestros vecinos también creo que tuvieron lo suficiente, por lo que creo que no debemos preocuparnos más...
Pero claro eso no era lo que yo tenía en mi corazón, en ese momento me sentía como un trapo, estaba muy cansado y creo que hastiado, no soportaba la idea de estar allí y hubiera querido salir corriendo tan pronto como pudiera.
- Sabes algo... les tengo mucha envidia a los dos... - dijo Karina mientras intentaba nuevamente iniciar la música en su teléfono.
- ¿Y porque? - pregunté sorprendido por aquella confesión, ya que en ese momento no creo que nadie en su sano juicio tuviera envidia de mi situación.
- Por la pareja que son... por un lado ella está consciente de lo importante que es para ustedes todo lo que representa este contrato y está dispuesta a poner todo en juego por seguir juntos en esto. Y tú por saber lo que ella está haciendo y no intentar entrar como loco al cuarto de al lado y armar un alboroto terrible. Aunque no lo creas hay que tener muchos huevos para poder aguantarse tremenda cosa…
- Pero eso solo nos hace un par de ambiciosos que hacen todo por dinero... ¿no lo crees?
- No no... yo he conocido gente sin escrúpulos y ambiciosa, y no se parece en nada a ustedes; ellos hacían lo que fuera por el dinero o poder, yo los veo y no lo hacen por dinero, eso lo tengo claro; lo que hacen es por su empresa y su gente... yo los reconozco en eso.
- Pero ¿cómo?
- Es fácil Julian, ustedes nos han tratado a todas las chicas con mucha consideración y no han tratado de engañarnos haciéndonos pensar que solo es una fiesta; tu esposa desde un inicio nos recalcó de su importancia e incluso nos ofreció un bono si todo salía bien, las personas sin escrúpulos no hacen eso... ellos solo tratan de aprovecharse del resto y dejarlos tirados por allí... Ustedes no son así, y te aseguro que yo conozco de gente.
- ¿Pero contratar chicas y digamos... que Tatiana se prostituya con tal de conseguir el contrato no nos hace unos ambiciosos y sin escrúpulos?
- No porque ustedes luchan juntos... Ella siempre estuvo pendiente de ti en todo momento, aunque sabía que se iba a acostar con el gringo ella más pensaba en como esto te afectaría que en concentrarse en esta labor tan complicada para una chica sin experiencia... No creerás que ser prostituta solo es entrar a un cuarto y abrir las piernas... Es una labor, digamos que difícil las primeras veces...
- Me imagino... - dije sinceramente, ya que sabía que el tener que acostarse con alguien por el que no sientes ni la mínima atracción debe ser completamente horrendo.
- No tienes ni idea mi amor... Eso que tú ves tan fácil en realidad requiere mucha concentración y fuerza de voluntad, debes saber actuar muy bien y claro tener el estómago para soportar muchas cosas completamente asquerosas...
- Pero nosotros al igual que todas las chicas al final lo hacemos por dinero...
- Si, por dinero pero también por amor... no seas bobo Julián, ella está tan o más enamorada que tú y solo por eso ha aceptado hacer lo que está haciendo... Si fuera solo por dinero no creo que lo hubiera hecho, ella lo hace para que ustedes sigan adelante, y tú lo soportas por la misma razón... como no sentir envida de ustedes...
- Si fuera amor... ella no ... - ya no pude continuar, lo sabía tan bien como me lo decía Karina; mi esposa jamás se hubiera prostituido por dinero, pero por nuestra empresa, por nosotros... es casi como si fuera un hijo, incluso más si pensaba en que estaba lleno de familias que dependían de nosotros, de gente que confía que como sus directivos no los defraudemos... y claro es nuestra forma de vida y sustento de nuestra familia también, tal vez ese si es un buen motivo.
- Y es por amor... no te engañes... ella ama su empresa pero solo porque tú estás ahí... lo ví en sus ojos el momento que todo se derrumbaba, ella sabía que tenía una opción pero lo que le preocupaba era que pensarías tú.
- Si pero...
- Julián, acaso te imaginas el valor que se necesita para hacer lo que hizo hoy en la noche y saber que el día de mañana tendrá que plantarse aquí, frente a frente contigo y tratar de seguir adelante... Yo no sé si podría hacerlo, no sé si podría ponerme en sus zapatos y pararme aquí frente a ti... Creo que saldría huyendo antes de que llegue la mañana y no volvería jamás... pero claro yo no soy tan valiente.
- Yo se que ella es valiente y decidida, eso es lo que más me enamoró cuando la conocí. Pero ... - No encontraba justificaciones, tenía una mezcla muy extraña de sensaciones y eso me estaba comenzando a enfermar -
En ese instante un ruido en el cuarto de al lado nos interrumpió, el sonido de gemidos nos interrumpió nuevamente; estaba claro que Paul y mi esposa estaban follando nuevamente, pero no escuchábamos el sonido de la cama. Una insana curiosidad invadió mi cuerpo, quería ver que sucedía, esa sensación de no saber lo que sucede me estaba volviendo loco. En ese punto lo único que quería confirmar es si realmente mi esposa estaba actuando frente a Paul o realmente lo estaba disfrutando… o tal vez ambas cosas, esta incertidumbre me estaba matando y necesitaba saber.
Me levanté del sillón, en la penumbra de la habitación mis ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad que era cortada medianamente por la luz del exterior. Me dirigí hacia el salón que aún más oscuro no permitía ver casi en absoluto, pero me protegía de ser descubierto por la pareja que estaba en el cuarto contiguo.
- ¿Qué haces? No vayas... quédate aquí... - dijo Karina con un rostro que denotaba el asombro y miedo que le causaba mi acción. - Se van a dar cuenta... vuelve a entrar… no te vuelvas loco ahora.
- No... Déjame... tengo que verlos... - dije ya enloquecido por la angustia del no saber qué sucedía.
Abrí la puerta en forma muy cautelosa y me dirigí a la puerta de ellos, era una puerta de hotel que poseía una abertura en la parte superior para mejorar la ventilación y que para mi desgracia me permitiría ver lo que estaba sucediendo en aquella habitación. Pero obviamente era mucho más alta de lo que mi porte permitía, necesitaba algo para poder encaramarme y observar.
Tomé una silla que estaba cerca y deslizándola con mucha parsimonia me disponía a colocarla cerca a la puerta. Justo ahí voltee mi rostro hacia la cornisa de la puerta de la que era mi habitación y vi la cara de estupefacción que tenía Karina al estar observándome, en aquella arriesgada maniobra que estaba haciendo en ese momento, vi cómo sin emitir ningún sonido me indicaba que dejara eso y me dirigiera hacia ella, pero claro no le iba a obedecer, no podía hacerlo, definitivamente necesitaba saber, no podría vivir sin conocer que estaba sucediendo en aquella habitación.
La silla estaba colocada y me disponía a subir, mientras los gemidos dentro del cuarto se escuchaban todavía más claros ahora que me encontraba más cerca, incluso escuchaba como los dos cuerpos que estaban dentro chocaban el uno contra el otro en una clara muestra de lo que estaba ocurriendo, pero ¿qué… cómo?. Cuando de repente sentí la mano delicada de Karina sujetando la mía, pude ver su rostro de angustia rogándome que desistiera, pero no estaba en mis cabales, tenía que verlo.
- Déjalos... vamos al cuarto... - protestaba Karina mientras sujetaba mi brazo queriendo evitar que suba a la silla para ver lo que sucedía dentro de aquella habitación.
- No puedo, no puedo... tengo que verlo... - le dije mientras retiraba su mano suavemente, esperaba que me comprendiera, que entendiera que no podría vivir sin la certeza de saber lo que sucedía allí, que era más fuerte que mi razón.
Karina se resignó y soltó mi mano arrastrando su mano sobre la mía, aunque no lo esperaba esa última acción me dio la fuerza para seguir. Mis piernas estaban temblorosas y pensaba que lo más seguro era que me fallaran en el último segundo, pero por suerte mía no sucedió ya que con ello seguramente me hubiera delatado y pasado la peor de las vergüenzas posibles.
Cuando ya estuve encaramado de pronto perdí el valor, no me animé a ver al interior, lo primero que hice fue mirar a los ojos de Karina, que expectante a mi reacción esperaba seguramente atajarme en caso de que me desmayara. Al final, tomé fuerza y entre los gemidos y los golpes de cadera que se escuchaban en la habitación empecé a fisgonear dentro con la confianza que la oscuridad me daba.
Allí la vi, mi esposa de rodillas sobre un sofá idéntico al que yo me encontraba sentado en el cuarto vecino; con su cabellera recogida a un lado de su cuello y con sus brazos apoyados al respaldo del sillón, mostraba su grupa alzada y deliciosa a su embestidor, que con una furia inusitada golpeaba su cadera contra la grupa de mi esposa al tiempo que la sostenía de las caderas con esas enormes manos, evitando que de esa forma pueda escapar de él.
Cada golpe de cadera era acompañado por fuertes gemidos de parte de mi esposa, no podía ver los detalles de sus movimientos, pero era obvio que ambos estaban completamente fuera de control, podía ver como la pasión y la energía que entregaban era lo suficientemente fuerte como para despertar aquella furia al tener sexo, no recordaba haber visto algo así y mucho menos haberlo sentido tan personal y doloroso.
Un minuto más tarde aún estaba parado frente a la escena de mi esposa siendo follada por Paul, no podía moverme ni tan siquiera recuerdo haber respirado; mientras me sentía como si estuviera en otro planeta, sentí a Karina ahora a mi lado, no sabía si ella tampoco se había podido contener el poder ver que estaba sucediendo o tan solo quería apoyarme en este momento. Ella se estaba subiendo en la misma silla donde me encontraba, dejándonos casi sin espacio para poder permanecer de pie, pero en cambio acercando hasta el extremo nuestros cuerpos que quedaron rozándose por todos lados; al fin ella me tomó de la cintura con un brazo y apegó su cuerpo muy cercanamente al mío. Sentí como su pecho se pegaba a mi brazo y pude percibir claramente sus voluptuosidades.
- ¿Por qué te martirizas así Julián? ¿Acaso tenías que verlo con tus propios ojos?
Yo no respondí, como explicar que necesitaba estar seguro de la persona con la que me había casado, quería saber qué era lo que ella hacía, era importante para mi saber que sucedía, aunque jamás hubiera imaginado las consecuencias de esta decisión.
- ¿Acaso eres de los hombres que les gusta ver a sus mujeres empotradas por otros? - dijo mientras deslizaba su mano por mi entrepierna, pero esta vez no encontró lo que se suponía estaba buscando.
- No sé a qué te refieres... - dije quedamente mientras los embistes de Paul hacían gemir a mi esposa cada vez más fuerte.
Obviamente su mano se deslizó hacia mi verga, pero no encontró la excitación que seguramente esperaba. Creo que descubrir que yo no estaba excitado por ver a mi esposa, hizo que Karina se decepcionara de cierta manera ya que rápidamente retiró su mano de mi entrepierna sin decir nada más.
En la habitación en cambio las cosas se veían cada vez más y más calientes, ambos estaban gozando terriblemente de la follada que estaban teniendo; mi esposa seguía hincada sobre el sillón pero ahora Paul sujetaba su cabello con una mano mientras con la otra sujetaba uno de sus pechos en forma tremendamente brusca, pero sin que mi esposa de señal de sentirse incómoda por ello.
- Pronto Paul va a correrse... - me dijo Karina al oído abrazándose y pegando sus pechos a mi espalda aún más de lo que ya se encontraba - Debemos bajarnos... o nos descubrirán...
- Espera... quiero verla... - en ese justo segundo descubrí que no me importaba lo que él estaba haciendo, lo que precisamente necesitaba saber era si ella iba a correrse, quería saber si ella lo estaba disfrutando.
- Julián... nos van a descubrir...