Negocios y Placer 03

Acaso las cosas pueden ir a peor, pues creo que si es posible, aunque alguien podría llegar para ayudarme a sobrellevar este trago tan amargo.

CAPITULO 3

Tenía en mente que todo el trabajo de nuestra vida estaba pendiendo de un hilo, nuestra vida y la de la gente que trabajaba en nuestra empresa estaba en riesgo si no conseguíamos ese contrato, pero por otra parte el saber que para conseguirlo mi esposa debía estar con otro hombre en mis narices y con mi consentimiento era una sensación muy violenta.

- Si tú estás dispuesta... Yo te apoyaré en lo que hagas...- dije finalmente resignado y agachando mi cabeza plenamente consciente de que la vida con mi esposa sería completamente diferente a partir de ahora, no sabía que iba a suceder, pero estaba seguro que nada volvería a ser igual.

- Te amo a ti y no debes olvidarlo.

En ese momento salía Paul del baño y fue directamente junto a Tatiana, quien nuevamente lo esperaba muy cariñosa y atenta a sus arrumacos; aunque al final me guiño el ojo como cerrando nuestro trato y dejándome claro que ella iba a ir con todo para conseguir el contrato.

Tan pronto como se aproximó a nosotros él tomó de la cintura a mi esposa y susurrándole al oído alguna cosa que no escuché hizo que una risa muy sincera iluminara el rostro de mi esposa, desde ahí la llevó a la improvisada pista donde todos estaban bailando. Sabía que si quería detener esa locura ese era el momento preciso, mi corazón decía que no podría soportar que mi esposa se entregue a otro hombre pero por otro lado mi mente estaba consciente de que la firma del contrato era lo más importante para poder seguir con nuestra empresa y nuestra vida.

Haciendo de tripas corazón, intenté recuperarme y animar la fiesta, aunque poco más podía hacer ya que todos estaban más que alegres con la compañía que les había preparado. De mi parte intentaría forzar la firma del contrato de una vez más por todas, por su puesto antes de que Paul se lleve a mi esposa a la habitación y  así evitar que consumara lo que seguramente tenía planeado para con ella, que no sería otra cosa que follarla como más se le antojara, más eso era tan solo una esperanza cada vez más vaga.

Ya en la pista las manos de Sam y James se posaban por el culo de sus respectivas parejas, siendo Sam beneficiado por el cambio que Paul había hecho con Tatiana, ya que con él bailaban dos hermosas morenas que seguro arrancaban suspiros a más de uno cuando las veían por la calle. De mi parte igualmente trataba de bailar con una preciosa chica que se mostraba todo lo seductora que podía, mostrándome sus encantos y haciendo que mis manos la toquen incluso sin yo proponérmelo, ya que mi mente y mis ojos estaban enfocados a lo que Paul y mi esposa estaban haciendo en la pista y no en mi acompañante.

Había pasado cerca de media hora de risas, bailes y toqueteos, cuando de repente mi esposa se separó de Paul diciéndole algo al oído y obviamente dejando que ambas manos de aquel tipo se sujeten firmemente de su trasero mientras hablaba, haciendo que una fuerte punzada se clavara en mi estómago con el solamente hecho de verlos. Esa coquetería tan propia de mi esposa era expuesta para otro hombre y eso me estaba causando un grave dolor en mi vientre e incluso creo el temblor en mis manos.

- Venga chicas, vamos a preparar el show... estos señores tienen que hablar de negocios... - de pronto mi esposa les dijo a todas las chicas, que entendiendo el mensaje se metieron las cinco a una habitación,

Eso me daba la oportunidad que había estado esperando para poder concretar la firma del contrato, por lo que rápidamente preparé unos tragos y dispuse la mesa para poder sentarnos y seguir tratando el tema por el que estábamos allí, para ese momento yo había aprovechado para bajar mi dosis de alcohol al mínimo ya que no tenía la más mínima intención de perder el juicio bebiendo, pero como caída del cielo de pronto se me vino una idea.

- Veo que la estáis pasando muy bien... - pregunté mientras todos ingerían un buen sorbo de licor con mucho hielo. – Pero no quiero cansarlos, más veo que están algo más lanzados con las chicas y claro... antes de continuar quisiera poder contar con que revisaremos finalmente la propuesta que hemos tratando...

- Bien Julian... todo estar muy bien... - dijo Paul, comprendiendo claramente mi intención - …la propuesta ser buena... Nosotros firmar, solo esperar sorpresa en show... ustedes ser ganadores propuesta…

- Que bien Paul... ¿Entonces tras el show podemos firmar?

- Si... nosotros firmar y así poder seguir con fiesta... - dijo mientras tomaba un nuevo trago - Este contrato resultar muy bueno... para todos…

Una satisfacción enorme me llenó el corazón, ya el contrato lo podíamos firmar y con ello salvar a nuestra empresa, ahora quedaba ver si podía salvar a mi esposa. Continuamos tomando los cocteles que venía preparando pero si antes no los había preparado muy cargados de alcohol ya que no quería verlos embriagados antes de que firmen, ahora era otra cosa cuando sabía que firmarían el contrato; había decidido no mezquinar en nada el licor esperando que con suerte acabarían todos borrachos antes de que puedan llegar a hacer nada con las chicas y principalmente con mi esposa.

- Venga muchachos no alarguemos más esto, más bien firmémoslo ya y nos podremos dedicar a las chicas... – dije tratando de terminar eso, pero sin muchas esperanzas.

- No no... esperar un momento... primero ver show....

No quise volverme pesado con el tema así que lo dejé así, me resigné a esperar el tiempo necesario y volver a insistir tras el show, que en realidad no tenía ni idea de lo que significaba ya que no tenía en los planes ningún tipo de show, seguramente había sido la idea de mi esposa, pero no entendía para qué.

Tras unos minutos de espera, las chicas comenzaron a salir; todas vestidas con una ropa para un show de striptease donde se apreciaban conjuntos de ropa interior muy sugerentes y prendas muy cortas que seguro pronto iban a volar por doquier. Todos gritaban y silbaban pero para mí el resto de las chicas me era completamente indiferente y a pesar de lo grandiosas que se veían a la única que veía era a mi esposa.

Tatiana llevaba un conjunto negro muy elegante asemejando una oficinista muy sexy con el que mostraba todos sus atributos a los presentes, esas curvas que hasta ayer solamente yo era quien tenía el privilegio de disfrutar.

- Bien muchachos... espero ya hayan terminado sus negocios y nos dediquen tiempo a nosotras... -dijo mi esposa en tono coqueto y desenvuelto - vengan vamos a darles el mejor show de sus vidas a estos guapos chicos...

Mi esposa puso música muy movida, mientras yo aprovechando esta acción me apresuré a ir junto a ella para hablar unos segundos. Estaba muy preocupado de cómo estaban ocurriendo las cosas y que era en lo que nos estábamos metiendo, pero ya no había atrás. Me aproximé y amague preguntar algo para poder cruzarle unas pocas palabras.

- ¿Ya firmó? - me preguntó mi esposa al tiempo que colocaba un set de canciones sugerentes.

- No... lo intenté y no me dio oportunidad... esperará el show... dijo que después.

- Me imaginaba... me pidió algo... antes de firmar... Y bueno, creo que no firmará si yo no... lo siento mucho mi amor... pero no quiero que me prestes atención a mí ni a Paul, te ruego que mires a las chicas y concéntrate en... el show... ¿De acuerdo?

- Pero... ¿Qué fue lo? - No pude terminar la pregunta cuando ya Paul se había acercado a nosotros y había tomado a Tatiana de la cintura acariciando su trasero al tiempo que le susurraba algo al oído.

- Venir conmigo... - dijo Paul al tiempo que tomaba del brazo a mi esposa, que delicadamente le brindaba una mirada de comprensión y entendimiento.

- Claro... claro guapo... - dijo Tatiana al tiempo que se llevaba a Paul a un lado y le hablaba entre el ruido de la música. Yo me quedé ahí, de pie y sin saber lo que había querido decirme mi esposa con el tema de que no debía prestarles atención.

Tras colocar la música adecuada, mi esposa se ubicó en el medio de las chicas y comenzaron a bailar sensualmente en frente nuestro, cada una de ellas se contoneaba más y más, mostrando sus encantos a todos. Podía ver como las curvas de mi esposa batallaban mano a mano con las experimentadas chicas que la acompañaban y que seguramente habían hecho muchas veces aquella escena. Por un momento me quedé atrapado mirando el tremendo esfuerzo que hacía Tatiana para poder seguir el ritmo, ella obviamente no estaba acostumbrada, pero apenas y se notaba su inexperiencia.

Una a una las escasas ropas de las chicas iban desapareciendo, Karina por su parte ayudaba y coordinaba todo en aquel escenario, un bello cuerpo se mostraba bajo aquellas pequeñas ropas, más aquella chicha sabía aprovechar hasta en el más mínimo movimiento para ensalzar su figura. Todo estaba saliendo de película pero pese al tremendo show, mis ojos apenas y podían desviarse de mi esposa, que con esfuerzo mantenía el ritmo y los movimientos que todas hacían. Cuando mi esposa le correspondió el turno de sacarse su primera prenda, se decidió por quitarse la minifalda; ella muy coquetamente miraba intensamente a Paul para de un giro dar la vuelta y mostrar su precioso culo mientras bajaba su falda hasta los tobillos y la dejaba en el suelo.

Los gritos de James y Sam no se hicieron esperar, Paul se mostraba menos inquieto pero igual ya los tragos hacían que se desinhibiera cada vez más. Ante cada contoneo de las chicas y mucho más con cada prenda perdida, los gritos y silbidos se hacían más sonoros en toda la habitación. Pronto Karina también perdió su primera prenda, ella escogió quitarse una blusa que aunque floja dejaba a la imaginación aquellos tesoros que guardaban. Dos tetas preciosas que parecían mejoradas por una o más operaciones, pero de lo más apetecibles para la vista,  se mostraban cubiertos por un pequeño sujetador que apenas y tapaban sus pezones, dejando ya muy poco a la imaginación.

Las otras chicas hacían de las suyas y en un pequeño juego cada una retiró a la otra su prenda, una minúscula falda y otra blusa volaban entre los presentes. De mi parte estaba tratando de mostrarme tan entusiasmado como mis compañeros, pero un dolor de estómago había comenzado a punzar cada vez que mi esposa se adelantaba de entre todas y se mostraba en un baile muy sensual donde parecía que solo prestaba atención a Paul. Pronto las prendas nuevamente comenzaron a volar y claro mi esposa fue la primera, dándonos nuevamente la espalda abrió su blusa y la deslizó lentamente dejando al descubierto su espalda desnuda, no llevaba sujetador y por tanto cuando se dio vuelta su pecho desnudo estaba por ser descubierto.

- Nooooo... dejarnos ver... - decía Paul al tiempo que mi esposa muy coquetamente se daba vuelta pero ocultando en algo su desnudez con sus manos, pero obviamente aquello no podía durar mucho, pese a mi esperanza de que no ocurriera.

- C'mooon ... - decía Sam mientras levantaba sus manos como indicando a mi esposa lo que querían de ella.

Pero Tatiana se hacía de rogar y uno a uno fue contoneándose frente a nosotros mientras mantenía oculta sus tetas entre sus manos, primero con Sam y luego con James que aunque muy lanzados no tocaron ni una sola vez a mi esposa, luego vino a mi lado volviendo a hacer su baile tan sensual pero sin quitar sus manos, la única diferencia fue que casi al final se acercó a mi rostro como queriéndome besar, más en el último minuto se dirigió a mi oído para decirme algo.

- Quédate con Karina... - me dijo al final sin que yo pudiera contestar nada.

Tras apenas unos segundos más, mi esposa se dirigió donde se encontraba Paul, dejando que las otras tres chicas terminaran de quitarse el resto de sus sugerentes trajes, entre gritos y silbidos de aliento de parte de los dos hombres que aún esperaban su turno. Pero mi rostro estaba enfocado al lugar donde mi esposa estaba siguiendo el mismo baile sensual que nos presentó pero ahora casi solamente para Paul, quien al sentirla tan cerca, no tardó en acariciar el cuerpo de mi esposa mientras se contoneaba frente a él, acariciaba sus piernas y su trasero tan pronto lo tenía a su alcance entre las piruetas que mi esposa ejecutaba. Al otro lado de aquel pequeño salón yo trataba por todos los medios disimular el interés que tenía en lo que estaba sucediendo entre ellos, pero no podía evitar regresar a ver tan pronto tenía la oportunidad de no ser descubierto.

Unos instantes después, mi esposa quedó de espaldas a Paul, contoneando su trasero muy cerca de donde él estaba sentado; ahí vi como aún con las manos aun ocultando la desnudes de sus pechos bailaba sensualmente a Paul, que ya había tomado confianza y se encontraba acariciando su cintura y su cadera, de repente y ante mi sorpresa nos conectamos, mi esposa me miró fijamente mientras meneando su cadera se iba sentando en la falda de Paul. Llegado el momento mi esposa cerró los ojos para no mirarme directamente mientras alzaba sus manos dejando descubierto su pecho y apegando su espalda y su cuello muy cerca del hombre a quien dirigía todas sus atenciones, pero aquellos bellos pechos no tardaron más que unos segundos  desnudos ya que inmediatamente sus manos fueron sustituidas por otro par que lujuriosamente las acariciaban en frente a mis ojos.

En ese momento no pude más y retorné la vista a las chicas, una de ellas estaba sentada a horcajadas sobre las piernas de Sam, mientras que las otras dos bailaban muy cercanamente a James, que al igual que los otros dos no desaprovechaba para acariciar el cuerpo de las bellas chicas. De pronto la silueta de Karina atrajo mi atención, ella se acercaba sinuosamente hacia donde me encontraba, miraba fijamente como sus pechos ya libres de cualquier atadura se balanceaban a cada paso que su dueña procuraba, ahí caí en cuenta que mi creencia de que aquellas perfectas curvas habían sido producto de alguna cirugía eran completamente infundadas, ya que claramente se notaba que eran producto de la bondad que sus padres habían tenido con el mundo al proveer de aquellas maravillas.

- Te has olvidado de mi cariño... - dijo mientras se contoneaba a mi encuentro. - ¿Acaso no te parezco atractiva?

- Muy atractiva... pero... - dije recordando en ese minuto a mi esposa, traté justo en ese momento de girar mi cabeza y mirarla otra vez, pero Karina me lo impidió sujetando mi rostro entre sus manos.

Ven mi amor... no te comas la cabeza... mejor disfruta el momento y deja que suceda lo que debe pasar...