Negocios y Placer 01

Los negocios pueden llevarnos a senderos de donde salir constituirá un verdadero martirio... o placer.

Quien podría suponer que tras 8 años con Tatiana aún me vea tan enamorado como el primer día que le di un beso, ella es una preciosa mujer que a más de su físico que para nada pasa desapercibido lo que destaca en sí misma es su pasión, su cultura y creo que su pragmatismo que desde siempre es lo que más me ha encantado de ella, claro que su buen porte y sus curvas tan sinuosas no están de más, pero llegado el momento no es lo que más me impresionó de ella;  no digo que estamos casados porque no lo hemos hecho formalmente, pero desde que vivimos juntos como una pareja formal tanto ella como yo nos presentamos ante todos como marido y mujer, aún creo recordar lo emocionado que estuve cuando por primera vez me presentó como tal frente a unos amigos, me sentí extraño; con una pertenencia y un compromiso aún mayor desde ese momento y por supuesto que ella me contó después que un nudo en su garganta se formaba justo un segundo antes de decirlo, pero una vez declarado al mundo, le pareció que todo fue mucho más fácil.

Cuando nos conocimos en la universidad, ambos teníamos parejas distintas; pero nos unió un proyecto de trabajo que al final se constituyó en nuestra empresa; lo iniciamos y trabajamos juntos prestando servicios tecnológicos a compañías de petróleos y de derivados, esto generó que nuestra principal labor haya sido entablar negocio con este tipo de empresas que a más de representar proyectos muy rentables,  en los pagos nunca nos quedaron mal. Pasado un tiempo y cuando nos encontrábamos solteros, intentamos ser pareja y  al final nos enamoramos para poco tiempo después decidir ir a  vivir juntos. Legalmente habíamos formado ya una sociedad y no vimos oportuno casarnos para formar nuevamente otra, solo por cuestiones de practicidad, Tatiana nunca fue la de complicarse para nada más.

Siempre tuve la impresión que juntos podíamos transmitir a toda la gente con la que al trabajábamos la misma felicidad que sentíamos, ya que la empresa pronto creció y nos requirió contratar a cerca de 25 personas que pronto pasaron a  ser casi nuestra familia, un departamento nuevo y un auto no tan antiguo completaban lo que para cualquier mortal un cuadro de felicidad y tranquilidad.

Las cosas bien llevadas durante algunos años nos permitieron vivir desahogados hasta que el declive petrolero nos dejó muy terriblemente complicados económicamente, el cierre de nuevos negocios se había transformado en una tarea imposible en estos tiempos, ya que múltiples empresas pugnaban por un pedazo del pastel que cada vez era más pequeño, lo que en la práctica se había tornado en una forma de lucha por cada bocado; en esta situación se nos presentó una oportunidad de generar un gran proyecto para una empresa de Estados Unidos, que aunque había estado retrasándose por un tiempo sin definirse, de un momento a otro se había modificado y se había vuelto urgente y por tanto se sometió a una cotización incluso por encima de otros que parecían mucho más próximos y donde participaban muchos de nuestros competidores. Esto nos dio una oportunidad inmejorable de cerrar el año con cifras a favor, cosa que muchas otras empresas del sector e incluso nosotros mismo, no lo lograríamos sin ese contrato.

Es conocido que en el ambiente de las empresas petroleras, la mayor cantidad de puestos ejecutivos son dirigidas por hombres, que por la gran capacidad económica que gozan y la libertad de acción que tienen al pasar largas temporadas fuera de casa, hacen que la mayoría de ellos sean propensos a la promiscuidad y principalmente a contratar bellas scorts para amenizar sus encuentros y fiestas. Tanto Tatiana como yo no pretendíamos cambiar eso ni mucho menos por lo que nuestra empresa de igual que casi todas en el sector participaba en muchas de estas actividades y celebraciones, donde estos encuentros terminaban en buena parte en un prostíbulo de gran nombre y excelentes prestaciones o en salones de hotel reservados específicamente para cumplir con todos esos menesteres. Las inversiones en estos festejos eran claramente rentables ya que en ellos se cerraban muchos más negocios que en reuniones de oficina.

De mi parte como principal de la empresa siempre participaba en la organización y desenvolvimiento de los eventos y claro estaba atento a las necesidades de cada uno de los hombres que asistían. Esto garantizaba en cierta medida el compromiso de continuar con los negocios, ya que así nuestros clientes se sentían con la obligación de ser recíprocos ante las atenciones que les dábamos. Siempre trataba de ser transparente con Tatiana sobre los eventos y las acciones que en estos se desenvolvían, pero para evitar inconvenientes y levantar sospechas nuestros invitados y para que no llegaran a pensar que no éramos confiables yo mismo participaba en las reuniones e incluso contrataba a una chica con la cual pasaría a una habitación,  aunque nunca tuve nada con ninguna de ellas ya que realmente no me sentía con el valor de estar con una chica de scort.

Esta vez todo el asunto se volvió muy complicado, ya que igualmente nuestros competidores trataban de cerrar el contrato de este proyecto y por tanto debíamos movernos rápidamente, por lo que tan pronto pude me comunique con Sam, el jefe comercial de la zona, a quién ya conocía por algunos proyectos anteriores y con quien tenía algo de afinidad, algo que no tenía con Paul el jefe del proyecto ni con  James el jefe técnico con quienes no había tenido contacto anterior. Con un par de cenas, algo de Lobby y mucha insistencia, logré conseguir la cuenta y sentarnos a negociar los últimos temas con todo el equipo, pero había algo que necesariamente teníamos que organizar para cerrar todo, precisábamos una reunión con final feliz para todos. Tatiana no había participado en estas negociaciones ya que ella estaba más atenta al área técnica y de soporte, mientras que yo negociaba los precios y cronogramas.

Usualmente era yo el que se encargaba de todos los preparativos para este tipo de fiestas, pero debido a complicaciones en mi horario, no lo pude hacer y pedí ayuda a mi esposa para que realice los contactos y prepare todos los detalles como el hotel donde haríamos la reunión, todo el tema del bar y catering y por supuesto algo que era indispensable: las chicas para el final feliz de todos nosotros.

Tatiana era una chica de mundo y aunque no estaba acostumbrada al trato directo con estos temas, tampoco se alteraba ni se comportaba mojigatamente, en muchas de las ocasiones habíamos pasado la mar de divertidos cuanto le contaba todas las anécdotas que teníamos y los fiascos que estos asuntos usualmente nos traía. Esta vez, Tatiana trataba de lucirse en todo y había contratado una suite en un hotel lujoso, la comida y bebida y claro lo que más le costó fue el buscar cuatro chicas para animar la fiesta. Las trató de ubicar por teléfono en una empresa de scorts con el que solíamos trabajar, lo gracioso una vez me lo contó era que a pesar de que había sido tratado todo por teléfono, el tener que revisar las chicas y seleccionar las adecuadas le había causado mucho bochorno, aunque había tratado de mantener el aplomo.

- Ha estado fatal... -me decía Tatiana mientras conversábamos los últimos temas referentes a la fiesta - me he sentido como en otro mundo, el hablar con la madame del scort me ha causado una impresión bastante fuerte.

- ¿Por qué mi amor? si todo fue muy bien de acuerdo a lo que me dices... -contesté mientras apuraba el café y me mostraba muy divertido ante las peripecias que mi esposa había tenido que sufrir esa tarde-

- Todo resulta muy surrealista - contestó mostrándome lo inquieta que le había dejado el hablar de eso durante la tarde - la tal Lidia hablaba de las chicas como si estuvieran en una vitrina o una revista de catálogo, donde uno describía el objeto y el vendedor se lo bajaba del mostrador. Fue realmente muy intenso el tener que describir las chicas que irán y saber perfectamente lo que van a hacer esa noche.

- Y estaban disponibles todas las chicas, mira que los yankees son exigentes - dije dándome un aire de chulo conocedor, que claramente ella no se lo creía - Y la que me escogiste para mi, ¿Qué tan buena está?...

- Para ti irá mi abuela - me dijo riendo, aunque dándome un golpe con su mano en el hombro - Y no te niego que estuvo difícil, pero encontré dos chicas negras de muy buenas piernas y culo y dos morenas de rostro lindo.

- Que bien - contesté abrazándola y haciéndome perdonar - así podrán ver quien se va con quien entre las cuatro, me han dicho que a James como a Sam les gustan las negras, y a Paul las morenas, por lo que queda perfecto y dejamos que Paul escoja entre las dos chicas y la que sobre me la llevo a la habitación... - reí con complicidad y clara falsedad ya que de haberlo dicho realmente estaba seguro que mi esposa me mataría.

- Claro que te la llevas, pero donde le toques un pelo me enteraré – me amenazó Tatiana siguiendo el juego, pero con cierta intención bastante seria, aunque ella sabía que nunca había tocado a ninguna chica de las fiestas y que tampoco tenía la intención de hacerlo esta vez. – ya lo sabes…

Los días transcurrieron y algo realmente preocupante llegó a nuestros oídos un día antes del que esperábamos fuera el cierre del contrato; una empresa competidora había invitado la semana anterior a los tres directivos a una cena con las mismas características que la que estábamos preparando.  Ellos habían estado negociando hasta el fin en dos frentes y no sería hasta ese fin de semana cuando se revele el verdadero ganador de la licitación.

Otra cosa adicional era que una de las firmas que eran nuestros excelentes clientes caía en bancarrota y amenazaba con dejar de pagar, al menos hasta su liquidación, importantes rubros que tenían para con nosotros, haciendo que la búsqueda de liquidez se vuelva desesperada ya que corríamos el riesgo de  ser arrastrados con ellos ya que nuestro balance desde antes ya estaba en  números rojos, esta segunda noticia nos espantó de veras, ya que todo pintaba muy mal si no sacábamos ese contrato.

La preocupación nos invadió, el riesgo de perder la cuenta estaba nuevamente latente y por tanto nos enfocamos en tratar que todo se resuelva la noche de la fiesta, buscando si o si la firma del contrato. Pusimos todo nuestro esfuerzo en averiguar todo lo que fuera importante y de esta forma no correr riesgo de perder la cuenta, entre esas múltiples averiguaciones y pesquisas nos enteramos que la otra empresa estaba como una segunda opción y por tanto solo se activaría su contrato si nosotros no lo firmábamos antes.

Llegada la noche en de la cena y posterior negociaciones finales, Tatiana y yo estábamos cargados de tensión y nervio, tratábamos que todo resultara perfecto, pero hay ocasiones que no todo termina como uno planea; ya habíamos cenado y estábamos tomando un licor suave, mientras se llevaban el servicio que habíamos contratado.

- Excelente velada Julián  - me decía Paul, mientras nos servían una nueva ronda de licor- todo parece que ir bien... Ya lo único que preocupar, es capacidad financiera de empresa... Tener mis dudas si ser solvente...

- Por su puesto Paul, no cabe duda... si podemos ver los balances... - trataba de contestar todo lo que me consultaban y claro con la firme certeza que realmente no había problema.

- No creo se puede ver en papeles... -dijo Sam mientras impedía que abriera la carpeta - Paul se refiere a que si la empresa no puede costear una pequeña cena como esta... que será de sus finanzas...

Allí Comprendí todo, lo que en verdad querían era que empiece la diversión y ver si realmente el trabajo de tantas semanas finalizaba con la excelente fiesta que se suponía les esperaba. Todo estaba dicho y tenía la esperanza de que ya no había inconvenientes para la firma y solo era cuestión de tiempo.

-          Por supuesto Sam, no te preocupes... - dije dando por entendido el mensaje que me había dado- Justamente a esta hora ya debían estar aquí los bocaditos que pedimos, dame un segundo y seguro resuelvo el tema.

Me separé un momento y timbré a Tatiana, quien estaba en el cuarto de al lado de la suite que habíamos contratado, ella estaba alistando la música y las chicas que nos acompañarían en la velada. Siempre se necesitaba un cuarto adicional para poder coordinar todo y que los invitados no miren cosas que no caben, allí era nuestro cuarto de control y seguridad.

- Hola amor ¿Cómo van? ya están listos y necesitamos empezar - dije con la seguridad de que el plan iba tal y como se necesitaba.

- Estamos cagados - me contestó con una voz bastante irritada y asustada - la hija de puta de Lidia nos mandó cuatro chicas mulatas, que realmente están muy guapas; pero ninguna ni por asomo pasa por blanca aunque todas tienen cabello negro... Hablé con ella y me dice que de las chicas originales una canceló y la otra puede llegar más tarde, como en media hora.

- Ok… ok  pero dile que mande dos por un acaso... – respondí apresurado y tratando de armar un plan para capear el temporal - hasta tanto manda a las chicas dentro de 10 minutos, hasta que llegue yo entretengo a Paul unos minutos con las chicas que tenemos... Y tan pronto lleguen las otras chicas las envías...

-          Listo mi amor, no hay problema - me contestó y me cerró nuevamente -

-          Caballeros, me confirman que los aperitivos están llegando y que la fiesta empezará muy pronto...

-          Bien Julian, veo que entendernos muy bien... -dijo Paul en su particular español-