Negocios Placer y Venganza 23

Al fin retomo el control de mi vida, al menos en parte. Llegando a conocer realmente los motivos de aquella venganza.

Al salir de casa de Karina me dirigí a un hotel cercano a la oficina, lo había visto tantas veces al pasar en el auto que casi se me hacía familiar. Tomé una habitación y compré un par de pastillas que me obliguen a dormir. Necesitaba pensar y dejar cosas en claro. El día siguiente y con el teléfono apagado me dediqué a pensar en lo que realmente había pasado en mi vida, qué había hecho yo tan mal para que alguien quisiera aprovecharse de Tatiana y de mí. ¿O acaso era solamente por un calentón con mi esposa lo que había llevado a armar esta jugarreta? Mis dudas por el momento eran más grandes que mis certezas.

La noche había resultado fatal, pero al menos me quedaba la satisfacción de que había podido tener sexo con una mujer nuevamente, aunque tras tanto engaño no sabía si esto fue o no posible porque mi esposa lo estaba escuchando o por otra razón, ¿Acaso solo podré hacerlo mientras ella esté consciente de ello? Esa idea comenzó al inicio como una situación ridícula y fantasiosa hasta tras unos momentos a presentarse como una real posibilidad. De ser eso cierto, debía alejarme de ella, no sería fácil, pero entendí que sería lo mejor para los dos.

Tras algunos cafés y mucha meditación decidí hacer un par de movidas de fichas adicionales que esperaba poder clarificar lo que sucedía y especialmente en qué o quién estaba detrás de todas las cosas que me han pasado últimamente. Por un lado, sospechaba de mi esposa y de que si me había ocultado algo más del supuesto chantaje que se supone sufrió de parte de Paul e incluso qué más podía estar evitando que conozca. El motivo de Karina, aunque me parezca algo ingenuo y digamos muy corto, era el que mejor se adaptaba a una posible verdad y finalmente el motivo de tanto show de parte de Paul, se suponía que con pedirle a mi esposa quedar en un hotel hubiera sido suficiente si era lo que realmente quería.

De mi esposa comencé a analizarlo en frío y pensé que, si en efecto Paul la chantajeó, el verdadero motivo era que o deseaba mucho a mi esposa y quería acostarse con ella sin problemas conmigo ya que no podría protestar ya que lo sabía aunque sea solapadamente o por otro lado quería que yo lo sepa para joderme en mi propia cara sin que yo pueda decir nada. Pero ¿Por qué?

En caso de que Paul no hubiera chantajeado a mi esposa, la única justificación por el que ella me diría eso es porque está complemente loca y lo que tendría que hacer es alejarme de ella antes de que cometa cualquier otra cosa … Me vino a la mente Lorena Bobbit y me estremecí pensando en aquella situación.

Conocía, o al menos pensaba conocer a mi esposa y a parte de su pragmatismo de mierda, nunca había hecho ninguna cosa que me diera al menos la sensación de que estuviera de atar, por lo que me auto convencí de que no era el caso. Tampoco era una mentirosa o al menos lo había hecho tan bien que jamás le había encontrado una mentira tan grande como esta y eso me dejaba toda la duda de su sinceridad respecto a todo. Decidí al final que lo de Paul debía ser cierto, pero no encontraba ningún motivo que justificara ello al menos por el momento, pero estaba seguro que Paul la había extorsionado.

Si el gringo había deseado lastimar a Tatiana, la mañana siguiente me habría contado todo a bocajarro y me hubiera dejado sin opción de reclamo ya que yo lo sabía perfectamente, además dejaba a mi esposa como una mentirosa y se habría armado una bronca del diablo entre nosotros, pero al final solo se burló de mi y dejó que me consumiera en el dolor y la angustia. Paul decidió callarse, pero podría ser por proteger a mi esposa ¿Acaso estaría enamorado de ella? Lo dudo a menos que ellos se hubieran conocido antes, cosa que no tenía sentido porque Paul había vivido casi toda su vida en Estados Unidos y no creo que hubiera tenido una relación con ella de antes.

Según mi lógica, ya solo me quedaba el deseo de joderme y humillarme a mí, estaba seguro de que esa era la intención del gringo, pero ¿Por qué querría eso? ¿Qué había generado esa acción de parte de Paul? No lo entendía en ese momento, pero lo que sí estaba seguro era que iba a averiguarlo.

En la empresa las cosas con nuestros socios extranjeros estaban de lo más avanzado a mi entender, pero mi estado de ánimo me había dejado muy descolocado, no me sentía con las fuerzas necesarias para seguir adelante con las tareas, cuando me di cuenta había estado casi dos días en ese hotel, pensando y embriagándome hasta que logré conseguir ver una luz, durante ese tiempo ni mi teléfono lo mantuve encendido ni tampoco había querido ver a nadie, al encenderlo muchos mensajes estaban en pendiente, pero no me interesaban, al menos los de Tatiana. El jueves de esa semana me armé de valor y fui a la oficina con la intención de dejar todo arreglado, el fin era no tener que aparecerme durante al menos un mes ya que pensaba que no soportaría estar con Tatiana cerca. Pero las cosas no siempre son como uno quisiera, tan pronto había llegado ya me estaba esperando Tatiana en mi oficina, con toda la intención de hablar, aunque yo no tenía nada en claro aún.

-Estaba segura de que vendrías – dijo mi esposa mientras me miraba con cierto temor el momento hablar.

-No tenía ni el más mínimo deseo de hacerlo, pero es necesario. – pregunté algo alterado con la presencia de mi esposa, algo en mí no toleraba verla sin sentir angustia y deseo de irme de ahí.- ¿Qué quieres de mí?

-Verte… te fuiste y no has contestado mis mensajes ni me has llamado… - vi su rostro que delataba lo mal que ella también lo había pasado, pero yo tampoco había quedado muy bien parado que digamos. Mi rostro también había tenido que reflejar el mal rato que me había causado todas estas noticias tan inquietantes. – Necesitaba saber que estabas bien… me he preocupado mucho por no saber de ti.

-No creo tenga fuerzas ni argumentos para poder hablar ahora Tatiana. Y creo que ahora es un poco tarde para preocuparse… ¿No crees?

-Por eso mi amor… no quiero que te sientas solo y lo vivas así, ya muchos tragos amargos hemos pasado para romper con todo y tirarlo a la basura… Podemos seguir juntos y ser más fuertes, solo dame tiempo ha ganarme nuevamente tu fe en mi. Podemos tener un futuro juntos…

-Justo eso es lo que yo me pregunto, ¿Cómo fuiste capaz de jugarte nuestro futuro? Debiste haber confiado en mí y contármelo todo, ¿Cómo esperas que podamos seguir juntos si no confiamos el uno en el otro?

-Acaso tú también no me contaste ciertas cosas.

-Es cierto, pero no para herirte, no quería que supieras que te vi follando muy animada con Paul, algo que sinceramente distaste mucho a pesar de verte extorsionada. No sabes las noches que en mi mente te había visto una y otra vez con él y trataba de comprender e incluso encubrir los hechos mintiéndome a mí mismo que la excitación pudo más que tu buen juicio… Pero en realidad habías tenido mucho tiempo para pensarlo y decidiste al final que lo deseabas y te entregaste completamente… Así que ¡No compares nuestros silencios!

Los ojos de Tatiana se anegaban por completo, estaba muy enojado con ella y ahora que lo podía decir, no tuve reparos. Pensé inicialmente echarle en cara que yo también me había besado con Karina, pero me vi estúpido diciendo: “verdad que te follo Paul y te rompió el culo, que eso me ha dejado impotente todo este tiempo y que además estuviste tonteando con Daniel… pero no me importa… yo besé a Karina”. Que triste venganza hubiera sido.

-Lo siento mi amor…- ella se mostraba desconsolada. – Si pudiera echar el tiempo atrás estoy segura de que no lo haría, pero no puede ser y aunque te pida perdón mil veces veo que no será suficiente.

-No me vengas con eso… Tuviste que llegar a esos extremos para poder sincerarte, ¿Cómo pudiste permanecer en silencio viéndome caer en la desesperación? Ahora vienes a mi pidiendo disculpas que yo no puedo dar. Ahora por favor márchate, puedes dedicarte a buscar a cualquier otro que quieras ver como idiota, ahora necesito hacer algunas cosas que no pueden esperar y quiero que te vayas.

Mi esposa aún estaba muy contrariada, pero no se movía de su puesto, sus manos cubrían sus ojos y rostro, seguramente las lágrimas caían por su rostro; de mi parte no quería hacer un alboroto en la empresa, por lo que al final me tranquilicé y le hablé un poco más suavemente, pese a que lo que deseaba era darle una patada en el culo y sacarla de mi lado.

-Tatiana, no sé qué nos puede pasar ahora, pero las cosas no podrán ser como antes de ninguna forma. – me puse a su altura acuclillándome frente a donde se encontraba e intenté hablarle pausadamente, pero sin ninguna compasión- Me has engañado de una forma tan infame… que no logro comprender como has podido seguir mirándome a la cara mientras me has ocultado todo lo sucedido…Me has dejado sufrir, seguramente anhelando que tu amante vuelva… o tal vez encontrarte a otro como ese tal Daniel… ¿Pensabas que alguna vez no lo iba a saber? No te reconozco, no hubiera podido pensar que fueras capas de esto.

-Lo he hecho por… - de pronto mi esposa se quedó sin palabras, ¿qué podía decirme? Por nosotros, por la empresa, por miedo - … no lo sé, no tengo excusa… Al inicio tal vez fue por vergüenza o miedo, después, ya no lo sé… pero al final lo he confesado ¿No es cierto?

-Solo debido a que no tuviste otra opción… eso no es una decisión. No me vengas con que no me lo has dicho porque me amas, eso no te lo crees ni tu… ¿O es que acaso esperabas que Paul vuelva a por ti? ¿O ya buscaste en Daniel su reemplazo?

-Noooo – dijo Tatiana algo alterada ante mi pregunta. - Yo no espero nada de él ni de nadie mas, lo de Daniel fue solo un juego que me incitó Susana y aunque no he de negar que tras no tener sexo tanto tiempo la tentación fue mucho más grande, con él no hubo más de lo que ya sabes, me besó y me toqueteó… No tuvimos sexo… y no lo…

-¿No lo hubieras tenido? … Eso no te lo crees Taty, no te mientas otra vez. Si Susana te lo hubiera dicho te hubieras acostado con él… con la excusa de querer curarme… No seas ingenua… Reconoce lo que hiciste y lo que quieres… y creo que tú esperas que vuelva Paul.

  • Noooo, yo no quiero nada con él… ya te lo dije.

-¿Y acaso no has pensado en que él volverá en algún momento? No te creo tan ingenua en pensar que no lo has previsto.

-Por eso contraté a Karina, ella habría de ser quien se encargue ahora… Ya no quería tener más tratos con él.

  • No me quieras ver la cara de idiota, ¿Acaso Paul no te iba a llamar a ti nuevamente? ¿No te podría pedir que te revuelques con él otra ves? Por favor, Tatiana, no seas tan…tan… ¿O es que lo has vuelto a ver?

-Tan idiota… pues sí, he sido una idiota en este tema y aunque no me creas no he vuelto a saber nada de Paul desde aquella noche, no he recibido ni llamadas ni mensajes de él y no creas que los esperaba… más bien me aterrorizaban cuando veía algo en los correos, pero siempre era por el tema de la empresa, el proyecto y nada más.

-Respiré hondo mientras trataba de calmar mi enojo, no debía terminar exaltado en la oficina. Pero la ingenuidad o estupidez de mi esposa me sacaba de juicio. No entendía como una mujer tan práctica y enfocada como ella se podía comportar como una completa tarada en estos temas… Sus ojos se llenaban de lágrimas hasta desbordarse, pero ya eso no me conmovía en absoluto.

  • Mira, no quiero entrar en discusiones que ahora nada aportan… Ahora tengo que pensar y decidir muchas cosas, quiero que me dejes y ya hablaremos después. – vi como mi esposa entre lágrimas dejaba la oficina, aunque muchas palabras aún estaban en sus labios yo no las quería escuchar y tampoco las quería decir.

Tras dejarme, intenté concentrarme para coordinar todo para que no fuera necesaria mi presencia en las oficinas durante los siguientes días, al final del día y tras muchos mensajes y reuniones con personal y colaboradores, decidí que debía hablar con Karina, la llamé y aunque ella me había visto desde temprano, ni siquiera hizo un amague de ir a mi oficina hasta que la llamé. Empecé con temas del trabajo y realmente no me tardé casi nada ya que sabía claramente lo que debía hacer y estaba clara en lo que le pedía. Pero tan pronto llegó el tema de hablar de mi esposa o exesposa, pude ver como su incomodidad era notoria, Tatiana había ya hablado con ella y le había comentado que ya yo sabía la verdad de lo sucedido con Paul en lo referente a la extorsión, y le había pedido que interceda por ella.

-Y ¿Qué vas a hacer? – pregunté tras conocer las intenciones de Tatiana.

  • Eso ya te lo dije, yo no quise ser quien dañara tu relación con tu mujer, pero si no funciona, yo no dejaré de aprovecharla. Yo te lo dije, si tú estás libre no dudes de que yo intentaré quedarme a tu lado, así que no puedo ayudarle… Mas bien le conté que nos besamos…

-¿Qué? – pregunté seriamente mientras veía incrédulo a Karina - ¿Fue en serio se lo dijiste?

-Claro que sí – dijo mientras se aproximaba a mí y me daba un beso, tranquilo y sin mayor efusividad ni drama, pero a su vez muy sincero. – Y aunque al inicio se quedó de piedra, creo que si hubiera tenido una pistola ya estuviera muerta… Pero ahora ya no me importa lo que ella piense.

-Yo no sé si podré corresponderte, yo aún siento muchas cosas por Tatiana y ahora mismo mi vida es un carrusel que me no se dónde me llevará.

-Ya lo averiguaré, pero no dudes que no intentaré que lo hagas.

-No prometo nada y tampoco he de decir que no lo intentaré, pero ahora tengo que averiguar muchas cosas y preciso un tiempo para hacerlo.

-No te preocupes jefe… - dijo recomponiéndose como una trabajadora más y saludando en forma militar- yo haré lo posible por mantener todo en orden y las cosas funcionando, aunque con Tatiana espero que no tenga problemas mayores.

Ya era noche cuando salí de la oficina, me había tomado casi un día dejar las cosas en orden, al salir creía que todos ya se habrían ido, pero mi sorpresa fue grande al darme cuenta de que Tatiana y Karina aún seguían en sus puestos. Esto fue realmente incomodo ya que no quería dar a ninguna de ellas alas de nada, al menos no aún. Aproveché el instante de sorpresa y me despedí y salí de ahí de manera apurada. No es que yo tuviera miedo, pero no quería más drama ni lloros, estaba muy molesto con Tatiana y no necesitaba volver a escucharla nuevamente. Pero tampoco quería que Karina se diera una falsa idea, aunque la idea de marcharme con ella mientras Tatiana nos miraba de pronto me vino a la mente, provocando una sensación de gozo casi casi sexual.

Al final me marché sin más, no dije nada a ninguna y tomé mi auto hacia mi hotel. Allí tras un par de tragos pude conciliar el sueño. Al siguiente día debía apurar mi plan para averiguar qué era lo que Paul tenía en manos, por lo que ni bien empezó, mis pesquisas iniciaron. Pensé en contratar un detective o algo así, pero no necesitaba perseguir a nadie, lo que debía averiguar estaba seguramente en el pasado. Inicié con lo básico, ¿Quién era Paul y qué lo había llevado a ocupar ese puesto en la multinacional?

Fácilmente obtuve información desde internet, su hoja de vida y relaciones pronto aparecieron en mi computador, por lo que al llegar la tarde tenía claridad desde donde estudió hasta su trabajo actual. Pero no me puede relacionar con nada de lo que él había vivido, nuestras vidas apenas y se vieron relacionadas cuando comenzamos a trabajar en el ámbito petrolero. Ambos habíamos fundado empresas y aunque él llevaba ya tres, mi esposa y yo teníamos la primera.

Tras un día más de averiguación, pude encontrar que, entre los clientes de su última empresa, la multinacional con la que él estaba trabajando ahora, fue su más grande cliente antes de su quiebra, tras años de trabajo perdieron todo y se declararon en quiebra, eso hace unos cinco años, casi justo cuando nosotros empezamos a colaborar nosotros con la misma multinacional. A más de ello, un año más tarde se divorció de su esposa, perdiendo todo lo que había conseguido, ya que la casa y la cuenta de ahorros fue a parar al bolsillo de su esposa, el fallo judicial publicado daba cuenta de todos los detalles mas escabrosos son de fácil acceso.

De pronto algunas fechas me saltaron a la mente, revisé mis archivos antiguos y encontré que la licitación que habíamos ganado hace cinco años nos dio el impulso para contratar más gente y crecer, ese fue nuestro primer triunfo, aunque habíamos jugado algo deshonestamente, ya que en lugar de obtener dividendos nuestros costos fueron tan bajos que sabíamos que íbamos a salir con números rojos, pero que nos permitirían ganar nuevos clientes a futuro. Eso me dio una ligera relación, más nada que pudiera causar la reacción de Paul hacia conmigo.

De pronto se me vino averiguar a los socios de Paul en aquellas empresas, pude ver como en las dos últimas fue un tal Steven su socio. Pude rastrear que habían sido compañeros en la Universidad y había sido pariente de su exesposa. Y aquí algo me llamó la atención, su exsocio Steven ahora era el socio principal de la empresa que ahora era mi socia en el proyecto, era el jefe de Nora y Damián.

Algo comenzó a cruzar en mi mente, nuestros “amigos” argentinos debían saber algo que no me habían dicho o tal vez no lo sabían y que para mi sería importante, sea cual sea la causa tendría que averiguarlo. Por otro lado, comencé a buscar y averiguar datos adicionales que hasta ese instante no había tenido en cuenta. Tras un poco más de esfuerzo, pude encontrar los datos de los actuales jefes de Paul, los reales socios de la empresa que él gerenciaba, era un grupo de gente algo variopinta, pero encabezada por parte de Cassie, una mujer de unos 65 años que había heredado de su esposo el control de la organización hace unos pocos años y que como tal había confiado en Paul para que la pueda dirigir como su gerente, cosa que en papeles al menos hacía exitosamente.

Tras rastrear un poco pude dar con el rostro de Steven en una de las fotografías de una página web de sus anteriores empresas y me di cuenta de que lo conocía, el nombre me sonaba, pero hasta haberlo visto se me vino a la mente claramente que fue él mi rival en las negociaciones de aquel primer contrato que ganamos, pero donde ellos obviamente perdieron. Allí comprendí que a quienes habíamos ganado esa licitación era a Paul y su socio Steven, que para esos momentos fungía de gerente.

Entonces si até los cabos sueltos y me di cuenta de que Paul debía tener mucho en nuestra contra debido a que por ese contrato tanto su empresa, su matrimonio y parte de su patrimonio se perdió. Pero que lo llevaba a tratar de hundirnos de esa forma, qué era lo que él tenía en mente para vengarse de nosotros, o particularmente de mi si es lo que estaba entendiendo hasta ese punto.

Y algo que realmente resultaba importante era saber, ¿Cuál sería su próximo movimiento? ¿Acaso no había tenido suficiente con cogerse a mi esposa en mis propias narices? Aún había algo que descubrir y eso sería mucho más difícil que ponerse a buscar en el pasado.

Decidí llamar a alguien que en su desconocimiento me podría dar luces de que las cosas estaban saliendo en forma correcta o si existía inconvenientes. Me comuniqué con Nora telefónicamente, tras unas cuantas consultas técnicas que ella supo resolver casi sin problemas, abordé qué era lo que en realidad sabía de Steven y si conocían a Paul.

-¿Entonces no has visto a Paul últimamente? – pregunté con algo de sombra en mi intención.

-No… No muy a menudo – me contestó con algo de duda, creo que sobre mis intenciones reales. – Estamos en contacto, pero apenas por el proyecto.

-Pero entonces no es que se ve mucho con Steven – solté mi anzuelo, esperando que lo pesque.

-¡No!, che, supongo que lo básico como para tratar lo del contrato. – me mentía ya que ellos seguramente tenían mucha más cercanía.

  • Entiendo, este proyecto nos tiene a todos muy excitados… pero bueno, ya lo veré en persona uno de estos días.

  • Por cierto, te molestaría si voy a revisar los avances de uno de los puntos que tengo más duda, ya que quisiera no tener inconvenientes en la integración ya que entiendo en sus cronogramas están a punto de terminar.

-¿Cuándo vendrías? – me preguntó de inmediato y casi con desespero.

-Mañana salgo, a más tardar dentro de dos días. ¿Hay algún problema?

-Pues para mañana estaría difícil… ¿Creo que dentro de un par de semanas?

  • ¿Acaso están retrasados?... ¿Cuánto?... Nora por favor dime la verdad. El cronograma indica que están terminando algunas fases. Ahora más que nunca estoy allá mañana.

  • No Julián, no… ni siquiera hemos comenzado – dijo casi desplomándose Nora. – No hemos avanzado nada del proyecto, no consigo ni las directrices ni los fondos de inicio estamos terriblemente mal y solo es por nuestra culpa… Estoy segura de que si en una semana no se arregla… voy a renunciar porque no me van a culpar de todo este quilombo. Tal vez lo mejor sería que vengas, así todo saldrá a flote más rápido, pero Steven me ha indicado que es parte de las negociaciones y que no me preocupara.

-Entiendo… ahora si me queda muy claro. Lo mejor es que no digas nada a nadie de esta conversación y creo que no voy a viajar ahora, por lo que no te preocupes. Pero, si llegas a salir de la empresa, llámame.

-De acuerdo che, no se en que pueda acabar esto, pero creo que te llamaré de cualquier modo. Besitos… y espero verte muy pronto.

Nos despedimos tras algunos saludos más, me quedaba claro por ella que Paul tenía una gran influencia en la empresa de su socio y por tanto en el futuro que de este trato se planteaba. Lo peor de todo es que Nora estaba al tanto, pero o no quería contarme, no sabía o no podía, sea cual fuere el motivo, había gato encerrado y hasta conseguir ponerle el cascabel, debería intentar salvar mi empresa.

Habían pasado casi todos los días de licencia que pedí en la oficina sin que haya tenido noticias de Tatiana ni de Karina, apenas un par de cosas laborales habíamos tratado con Karina, pero nada importantísimo. Me daba cuenta que ellas debían estar haciéndose cargo de todas las cosas, pero la tensión entre ellas seguro estaba a flor de piel. En ese instante se me planteó la posibilidad y la necesidad de tener un socio que realmente me ayude a descubrir lo que realmente Paul estaba planeando, pero la única persona en la que podía confiar esos asuntos no era más que Karina.

No encontraba alguien más en quien poder confiar en la empresa y que supiera todo lo que había sucedido en la empresa y en mi vida si no en ella, por lo que la noche anterior a regresar a la oficina la cité en mi hotel. Se me había ocurrido algo y necesitaba urgentemente poder contar con ella para que me ayude o al menos me aconseje si es que decide no apoyarme.

Llegó para la hora del almuerzo y pudimos compartirlo en el restaurant, al verla llegar más de una mirada se perdió entre sus curvas al momento que estaba entrando, se la veía muy guapa y en un traje de oficina estaba claro que era una mujer distinguida y que absolutamente nadie hubiese adivinado cuál sería su anterior profesión.

Nos sentamos y cenamos amenamente durante al menos un par de horas, el tiempo con ella se me hacía cada vez más y más corto, en ningún momento tratamos temas personales, ella muy hábilmente me dirigió hacia lo sucedido en la empresa durante mi ausencia, se habían generado muchos rumores y malentendidos, pero al menos todos habían trabajado lo mejor posible y seguían avanzando con todos los temas posibles.

-El trabajo con Tatiana pasó a ser casi nulo, se mantiene en las oficinas tratando de ocuparse en algo, pero realmente su efectividad es desastrosa. – me contaba Karina sobre el comportamiento de mi esposa – Intenta hacerse la dura, pero el no saber de ti la tiene completamente desubicada. Hemos peleado un par de veces por tonterías, hay momentos que sin ti aquí creo que debería irme.

-Te entiendo si quieres renunciar, pero te has ganado el derecho de estar aquí, pero tampoco pienso que puedes quedarte si no quieres, creo que será tu decisión

-¿Debería buscar trabajo entonces? – me preguntó algo anonadada - Me gusta mucho lo que hago y… con Tatiana. Creo que debería hablar con ella y si ya no me quiere aquí, pues no hay problema me marcharé.

-Bueno, tengo que decirte algo, creo que no podré volver a la compañía, es muy doloroso tener que ver a Tatiana diariamente y espero que ella comprenda.

-No puedes abandonar todo… la empresa se guía con tu presencia y dirección, si te vas todo se irá al traste.

-No puedo hacer nada ahora… Voy a tratar el tema con Tatiana, pero necesito tu presencia y bueno algo más… ¿Aún crees buena idea tratar de ser algo más que… bueno amigos?

-Te lo dije y te lo repito – miré a Karina a los ojos y supe que en realidad me estaba diciendo la verdad. - Yo podré salir de la empresa, pero no pienso intentar seguir a tu lado, estos días has tenido que recuperarte y pensé que llamarte no era una buena idea, pero he estado pensando en ti todo el tiempo.

  • Vamos a mi habitación. – dije mientras sujetaba su mano indicándole mi clara intención, la cual fue contestada con una sonrisa. Estaba claro que iba a hacer, pero no sabía si Karina estuviera dispuesta.

Subimos juntos, tomados de la mano como si de cualquier pareja se tratase. No entramos siquiera cuando sentí como Karina se me abalanzaba a besarme, ella había entendido claramente cuál era mi deseo, pero aún tenía algo muy importante que debía hacer y en eso radicaba lo crucial de esta noche.

  • Espera un momento – le dije tan pronto mi boca tuvo algo de respiro de sus besos.

-Pero… - me dijo algo perpleja, pero creo que al final lo entendió. Tomé mi teléfono y llamé a Tatiana, en ese momento ya no sabía cómo debía decirle si mi ex o mi socia.

-Hola… Taty ¿Cómo estás?

-Julián… hola… no esperaba… bueno, yo estoy… creo que te lo imaginas… Pero me da mucho gusto escucharte.

-Lamento llamarte, estoy… en la habitación de mi hotel… junto a Karina… Hemos estado charlado durante la tarde de cómo va la empresa y quiero proponer que contratar a alguien que te ayude con mis tareas, ya que yo no voy a poder seguir así.

-Estás con ella… supongo que tiene lógica… - su voz sonaba completamente distante y sinceramente la escuché enfadada y muy rabiosa.

  • Voy a tratar de encontrar alguien que me reemplace, pero creo que no será pronto… Quiero que entiendas que no puedes seguir así, necesitas… no lo sé… pero tienes que ser más fuerte y dedicarte a la empresa.

  • Creo que ya la tienes en frente… - dijo sin tener en cuenta lo que estaba diciéndole, ella solo pensaba en que Karina estaba aquí junto a mi - ¿Ya te la has follado?

  • Aún no… - dije ya entrando en su cuestionamiento - y esa es la otra razón de mi llamada… Me la voy a follar por primera vez ahora mismo… y estaba seguro de que tú deberías saberlo. Lamento hacerte esto, pero necesitaba decírtelo... no puedo ocultártelo… No quiero …

-Lo sé y creo que me lo merezco… haz lo que quieras con ella o con cualquier otra… pero no olvides que aún te amo…

-También lo sé... – colgué justo antes de decirle que yo también a amaba con la misma fuerza que la odiaba, que deseaba tenerla junto a mi para besarla y azotarla sin piedad.

Karina me observaba con una cara de desconcierto muy grande, ella supo en ese instante que las cosas con Tatiana no tendrían arreglo amistoso entre nosotros, por lo que al final se recompuso y con una sonrisa esperó que yo mismo me aproximara.

-¿Con qué pretendes follarme? ¿Quién te ha dicho que yo te lo voy a permitir? – dijo mientras me desabotonaba mi camisa. - Tendrás que trabajar mucho para ganarte el derecho de estar en mi cama...

Me aproximé a su cuerpo y dejando el teléfono descolgado me fui a por su cuerpo, mis manos recorrían su figura sin ninguna traba y aunque sus palabras decían una cosa, su cuerpo y su piel me indicaban otra muy diferente ya que muy suavemente se aproximaba a mi para comenzar a besarme.

-¿Acaso te piensas que soy una chica fácil que se arrodillará ante ti para mamártela? – me decía mirándome a los ojos mientras se arrodillaba ante mí y abría los botones de mi pantalón dan.

-Claro que no… tu eres mi más sexy colaboradora y desde ahora serás parte de mi circulo de asesores personales… - dije mientras notaba como mi polla emergía totalmente erecta ante mi emoción y satisfacción.

La experiencia de Karina hacía lucir unas artes mucho más placenteras de las que jamás había disfrutado, sus labios atenazaban mi polla y la hacían vibrar con cada sorbo. Su cabeza se ladeaba tan obstinadamente que podía ver ya no su frente sino su perfil y claro la imagen de mi polla entre sus labios era lo principal.

No podría aguantar mucho en esa posición y con esa atención, por lo que se lo dije apenas en señas y ante mi asombro ella cerró sus labios a mi polla y se atragantó con todo el semen que tenía acumulado, sin que una sola gota se desperdicie de entre sus labios. Mis gemidos se escuchaban mientras llenaba su boca en forma copiosa.

-Espero tengas mucho más guardado por allí – Karina se levantaba suavemente, tras dejarme casi desnudo por completo. - Ya que tengo muchos otros planes para hoy.

  • Claro que tengo más… mucho más…

Nos besamos sin freno durante los momentos justos para poder retirarnos el resto de la ropa que estorbaba lo que pronto sucedería. Mis manos recorrían su cuerpo firme y joven, su piel a mi contacto se me hacía ardiente sus hombros, sus brazos y principalmente sus pechos, que firmes y desafiantes se presentaban ante mis ojos para mi deleite. Nos tiramos a la cama en un acto de profundo deseo, los besos iban por doquier sin que nada pudiera evitar que nuestra boca pudiera recorrer el cuerpo del otro. Nos besamos y acariciamos por no sé cuánto tiempo, pero cuando un giro de nuestros cuerpos nos dejó en posición optima procedí a penetrarla mirándola a los ojos.

-¡Que delicia! – gemía Karina mientras hundía mi cuerpo en el suyo, la sensación de calor era increíble, tan diferente con la que había tenido hasta hace un tiempo con Tatiana.

Entre gemido y grito fuimos tomando velocidad, con fuerza y constancia gozábamos del uno y otro. Pronto vi como el rostro de Karina se tensaba y auguraba un orgasmo muy próximo. Hundí con mayor potencia mi pelvis a la suya, que con sus piernas abrazándome me permitía sujetarme como un poseso a su cuerpo. Un gemido profundo y grave me hizo dar cuenta que había logrado que mi acompañante llegara a un orgasmo tan fuerte que casi y quedó sin sentido sobre la cama, en eso aproveché para disminuir mi ímpetu y tomar aire para poder seguir adelante.

Rodé lateralmente entre sus piernas que, aún abiertas de par en par y tras algunos temblores, recuperaban su compostura. Sus ojos observaban algún punto en el espacio que seguramente le recordaba algo tremendamente feliz porque su sonrisa era tan amplia que creo que iluminaba el cuarto. Con mi polla aún erguida y expectante a que Karina recuperara un poco de aire para volver a la batalla, la miraba tan bella e impúdica en aquella cama. Acariciaba sus pechos y su vientre con suavidad, observando cada bocanada de aire que intentaba llenar los pulmones que hasta hace unos minutos habían exhalado todo su aire en ese gutural grito.

-Cuanto tiempo había deseado esto… - dijo una vez recuperó su fuerza y recostándose a su costado se acomodaba frente a frente a mi cuerpo. – No sabes cuánto te he soñado con este momento Julián… Ha sido como un sueño vuelto realidad.

-Ni tú sabes cuantas veces había intentado no pensar como sería rozar tu piel y absorber tu aroma. Creo que podrías hacer que me vuelva loco con un par de movimiento de tus pestañas.

-O de mis piernas… - contestó intentando subir encima de mí, pero no se lo permití y le expresé cual era mi deseo en ese instante.

Tomé su cadera y ubiqué mi cuerpo de rodillas sobre la cama, Karina había quedado casi de costado por lo que le indiqué con ese movimiento que deseaba que se pusiera en cuatro patas. Ella muy atenta a mi deseo empinó su delicioso trasero directo frente a mis ojos, cual gatita en celo su pecho se dispuso hasta el colchón dejándome clara la intención de entregarse en aquella lujuriosa posición.

-Tienes un precioso culito – dije mientras sobaba sus glúteos y mis manos se hundían entre ellos separándolos impúdicamente y mostrándome su tesoro oculto.

-No es virgen… pero solo lo entregado por amor… - dijo en lo que creo fue una clara alusión al hecho de que Tatiana fue sodomizada por Paul, lo que llegó nuevamente una ola de furia en mi alma, eso provocó que con una fuerte nalgueada me hundiera a saborear su entre pierna justo en la posición que ella se encontraba. - Ummmm … cuando tú quieras es tuyo… Puedes hacer con él lo que tú quieras…

-Ya habrá tiempo… - dije incorporándome.

Me incorporé tras sorber todos sus jugos y me dispuse a penetrarla nuevamente, aquel precioso cuerpo se mostraba tan impúdicamente que me hacía suspirar, tomé de sus caderas y con un fuerte empujón me hundí en aquella gruta que tras el anterior orgasmo se mostraba jugosa y excitada. Con movimientos impetuosos fui hundiendo cada vez con mejor disposición mi polla que ya ofrecía apenas y resistencia con lo húmedo que estaba. Tras unos minutos Karina por su parte, comenzaba a sentir nuevamente un orgasmo que invadía su cuerpo, por lo que esta vez opté por tomarla de su cabello y jalar su cuerpo al mío mientras que aumentaba la fuerza de las embestidas que daba. Al sentir como su cabeza era jalada cual si fuese una potra se tratara, un nuevo orgasmo estalló en su cuerpo y de paso me arrastró a mí al éxtasis de correrme muy dentro de su cuerpo.

Sus gemidos esta vez fueron nuevamente guturales, dándome clara señal del disfrute que había tenido, aunque yo al igual que ella había quedado casi exhausto sobre su cuerpo. La intensidad había sido tal que casi sin movernos nos quedamos dormidos sobre aquel colchón que me había dado una de las mejores sesiones sexuales que había vivido.

Tras casi una hora de descanso, me desperté abrazado a Karina, aquello me había dado una tranquilidad increíble, al inicio me cuestioné lo que iba a realizar, pero ya las cosas no podían seguir así, debía dar un vuelco a mi vida en forma absoluta por lo que al menos por este lado la compañía y consejo de ella me ayudarían a seguir adelante.

Tomé mi teléfono durante un segundo y allí pude ver el motivo de haberme despertado. Un mensaje de Tatiana se mostraba enviado, con curiosidad y algo de recelo lo leí.

“Ha sido terrible saber que acostarías con ella, pero no te culpo. Si al final vuelves conmigo soportaré esta y mil noches más. TE AMO”

No pude más que pensar que, aunque yo la amo también la confianza y admiración que algún día tuve de ella se habían resquebrajado muy profundamente y no sabía si alguna vez podría volver a ser su pareja, ni tan siquiera si podría volver a hablar con ella sin que algún sentimiento muy incómodo se apodere de mí. Lo mejor sería ser claro con ella, debía hablar con ella ya que no podríamos seguir así. Por lo que al menos en teoría debería iniciar el plan que había nacido en mi mente para poder recuperar mi vida, mi cordura y mi sexualidad finalmente.

“Necesito hablar contigo, voy a tu casa a medio día.”

Traté de dormir nuevamente y tras algunos minutos de pesadumbre y desgana, el cuerpo cálido de Karina hizo que el mío recuperara la sensación de bienestar necesaria para poder dormir. Al siguiente día bajamos a desayunar juntos, cual, si fuésemos una pareja de novios, abrazados y dándonos uno que otro beso en los sitios de espera, la podía ver muy contenta, pero claro algo en su aura me daba a entender que sabía que las cosas no necesariamente estaban bien. Al final, nos despedimos tras algunos arrumacos más, pero no quería engañarla, por lo que le conté que me vería con Tatiana al medio día y aunque su rostro no mostraba mucha satisfacción al final aceptó que aquello no tenía que ver necesariamente con ella sino con la empresa, por lo que tras una breve negociación aceptó sin poner mayores peros.

Cuando llegué a mi antigua casa, ya que no la veía de otra forma, un sentimiento de nostalgia me invadió el alma. Había tantos recuerdos tan felices que había vivido allí junto a la que yo pensaba era el amor de mi vida y ahora se la veía muy distante. Al abrir la puerta pude ver el rostro de mi esposa doblemente maquillado, se había puesto su traje de domingo, estaba muy guapa y sensual; estaba claro lo que pretendía, pero ese no era el problema, ella nunca me dejó de gustar e incluso ahora la seguía amando mucho, pero sentía que no podía seguir con ella, que era mucho más fuerte que yo. Tras unos minutos de romper el hielo, hablando de todo y nada, tomé fuerza y ante su mirada atenta intenté ser lo más práctico posible, casi como ella había sido siempre en su vida.

-La empresa no puede seguir así Tatiana, se han descuidado muchas cosas y sinceramente no te culpo, pero debemos encontrar una solución. Por lo que he pensado que lo mejor para todos es que venda mi parte y puedas tener un socio diferente para que puedas volver a enfocarte en lo mejor para ti y la empresa. Hasta tanto intentaré mantenerla a flote y con esperanza en el futuro, me dedicaré al proyecto que llevamos con toda mi fuerza para que sea exitoso, pero también buscaré quien compre mi parte…

-¡Pero si ese ha sido nuestro sueño… No te puedes ir¡ - me dijo completamente alarmada -No… no… tú eres la fuerza y el motor, si quieres ya no iré más, puedes regresar y no me verás por allá.

-No, no podría y no deberías tú tampoco. Es muy difícil que pueda volver sabiendo lo que esta empresa me ha costado, por lo que si quieres podrías seguir trabajando y ocupando tu mente en sacarla adelante, porque yo ya no puedo.

-Acaso ya no es tu sueño.

-Fue el nuestro, pero si ya no existe el nosotros… creo que ya no tiene sentido. Porque también he venido a decirte que lo nuestro no puede seguir tampoco – vi justo como en esos momentos sus ojos se llenaban de lágrimas, pero las contuvo, supongo que ya lo sabía – No puedo hacer lo que te hice anoche otra vez, he de reconocer que el saber que sufres me llena de satisfacción y me encantaría poder herirte cada vez más y más, pero no puedo, también te amo, pero no puedo…

-¿Te vas con ella, verdad? Con Karina…

No me voy con ella Tatiana… tal vez ella sea quien quiera acompañarme, no lo sé. Lo único que se es que debo marcharme o terminaré en algún manicomio como su principal cliente.

  • No es alguien para ti… Ella es… No es para ti… Debí darme cuenta de que ella estaba tras de tus huesos… Seguro que se te ha ofrecido antes… la muy zorra

-Y ¿Qué sabes tú de quién es para mí? Yo pensaba que eras tú y mira, me equivoqué, no pienso que sea una cualquiera, aunque tampoco soy tan ingenuo como para pensar que es una santa… No lo sé ahora, todo mi mundo y mi empresa se han ido al diablo. Todo lo que en mi mundo era seguridad ahora no representa nada… ¿Qué voy a saber si algo es o no para mi? Y si quieres saber… ella siempre se me insinuó, pero yo nunca tuve algo más que un beso con ella… Un mismo beso que el que se supone tu tuviste con Daniel, el mismo día incluso.

-No me hubiera importado que te hubieras follado a cien Karinas, siempre que no te enamoraras de ninguna. Pero creo que ella si ha logrado encontrar la forma de encontrar un lugarcito en tu mente y tu corazón y eso es lo que me vuelve loca.

-Déjalo ya Tatiana, tú eras el amor de mi vida y lo tiraste todo… Ahora no me vengas con estas idioteces… - al final reaccioné, no quería maltratarla, aunque en realidad hubiera deseado torcer su precioso cuello. – Ya lo nuestro no puede ser… No puedo creer en ti y eso está matándome, tengo que alejarme, aun te amo... pero no puedo tener nada contigo.

Mi cuerpo me pedía tregua, los sentimientos cruzados de verla tan bella e indefensa me generaba una terrible tentación de abrazarla y cuidarla, pero un sentir desde el fondo de mi corazón deseaba cruzarle la cara con una bofetada, castigarla por todo lo que me había hecho y principalmente quería verla sufrir como jamás pensé que podría sentir por alguien.

-Creo que ya lo sabía… No lo hubiera querido entender, pero es así… Y claro que yo también te amo y si alguna vez me perdonas, tal vez incluso podríamos…

-Ser amigos… creo que eso es lo máximo que podríamos ser… Lo siento, pero debemos separarnos.

-No quiero separarme de ti, no quiero que salgas de mi vida y mucho menos que intentes estar con otras mujeres, pero creo que ya no puedo darte nada para retenerte… Esperaba con ilusión que llegues y al verme tan arreglada te me tires encima y tomes mi cuerpo al menos una última vez… Pero al final solo fueron eso… ilusiones. ¡Vete ya¡… no puedo soportar ver esa desilusión en tus ojos…

  • Adiós.

Salí de la que había sido mi casa, de la vida de la mujer que amaba y principalmente salí de la vida que hasta ese instante había sido la mejor época de mi vida para caminar por la calle de la oscuridad, mientras una lluvia pertinaz caía, sentía como mi cuerpo y mi mente se quebraban en un sentimiento de perdida y dolor, pero también un sentimiento de venganza contra el hombre que seguramente intentaría darme la estocada final… Pero como dice el refrán… Quien ríe al último…