Negocios Placer y Venganza 19

Por fin un poco de alivio a este corazón, al menos en teoría Julián logra un avance más que aceptable, pero será con la persona indicada?

El rostro de emoción de Karina era impensable, era una niña grande jugando a ganar una batalla, reía y se alteraba de la alegría al saber que los planes podían funcionar y que claro ella tenía una buena parte del crédito en todo esto. Me despedí nuevamente con un abrazo que me dejó el doble de alterado que el anterior, pero realmente muy contento de poder contar con una persona de las capacidades de Karina.

Al día siguiente el plan se ejecutó hasta en el más mínimo detalle, Nora aprovechó el llegar antes para conversar rápidamente con los contratistas y pedir hasta el medio día para iniciar, pero con la clara intención de que las negociaciones se acorten en caso de resultar positivo el acuerdo. Al final nos reunimos con ella y llegamos al final desenlace, la unión de las dos empresas podrían satisfacer todos los requerimientos y las fechas, sin requerir contratos extraordinarios ni terceros por lo que todos ganaríamos en cierta medida.

Dos horas me tomó acordar con Nora los puntos diferentes quedando un par que los desarrollaríamos en conjunto ya que ninguno tenía todo el equipo para hacerlo. Presentamos a los contratistas la propuesta y ellos estuvieron de acuerdo en todo. Aquella misma tarde nos adjudicaron al menos verbalmente el proyecto, las cosas no pudieron salir mejor, por lo que al final salimos a celebrar.

  • ... lo logramos mi amor - llamé a Tatiana tan pronto las cosas llegaron a un acuerdo. - Pudimos hacernos con la parte del negocio que nos interesaba y creo que con la gente de Nora podremos conseguir cumplir con todo y ganar un buen rédito.

  • Me alegro mucho Julián, les felicito de corazón... Deben estar muy contentos- Pude sentir la emoción con la que mi esposa recibía este contrato, todo esto nos iba a ayudar a salir del bache y por tanto las cosas seguro estarían mejor.

  • Si, estamos todos muy contentos... Nos vamos a reunir en una cena para acordar algunas cosas y para festejar.

  • Que bueno mi amor, me alegro mucho... Yo también voy a salir con algunas chicas del voluntariado a cenar y tomar unas copas, necesitamos recargar las baterías antes de terminar el proyecto que llevamos y bueno yo también quiero distraerme un poco.

  • Que bien... espero te diviertas y puedas pasarlo muy bien... - dije a mi esposa de todo corazón, ya que sabía lo tensa que estaba por todo lo del negocio y claro además está la abstinencia que estaba sufriendo debido a mi impotencia.

Tatiana siempre había sido muy solidaria y atenta para con las personas necesitadas y se había enlistado en una ONG que realizaba servicio social. Aparte de un aporte económico que realizábamos, su principal aporte era el participar en actividades de recolección de fondos y organizar las actividades con comunidades. A Tatiana siempre le habían gustado todo aquello y siempre conocía a mucha gente que igualmente tenía sus mismos ideales.

La cena para cuatro nos reunió en un exclusivo restaurant de la ciudad, Nora, Damián, Karina y yo habíamos acordado esta reunión para hablar de negocios, pero sobre todo limar las asperezas que en los momentos de negociación pudieron presentarse, al final ya no éramos adversarios sino aliados. Las conversaciones giraron en lo duro y difícil que fueron las negociaciones amenizaron al inicio la cena, durante esos momentos pude percibir intenciones algo solapadas, pero a mi entender muy claras de Damián hacia con Karina, era lógico ya que ella se había vestido con sus mejores luces y claro era la sensación dentro del salón, esto a pesar de lo atractiva que se mostraba Nora también.

Muchos hombres de las mesas aledañas tenían los ojos clavados directamente en mi bella compañera o al menos la miraban de reojo para evitar problemas con sus respectivas acompañantes, incluso alguna que otra chica quedaba hipnotizada en aquel entallado vestido largo y ceñido que daba cuenta de una figura por demás sugerente y claro un escote algo pronunciado mostraban mucho más de lo que seguramente están acostumbrados.

Pero claro que Nora tampoco se quedaba atrás, aunque ella ya con unos años más que yo, llevaba un vestido de coctel que a pesar de insinuar muchas de las pronunciadas curvas de su dueña, no se mostraba para nada tan atrevido y sugerente como el de Karina, pero era obvio que ella sabía lucirlo de manera sobria y elegante lo que permitía que su aire de seducción y misterio sea mucho mayor.

Nosotros con un traje y corbata para nada vistosos, pero claro Damián era un chico bastante atractivo para las damas y a más de una pesqué mirando al muchacho. Aunque como había dicho, él mostraba su clara intención de cortejar a mi joven compañera.

La velada transcurría muy amena, entre risas y negocios, aún faltaba mucho para poder empezar, pero ya nos hacíamos idea de lo que llegado el momento cada grupo podría y debería hacer, pero llegado a un momento estábamos claros que en una parte del contrato los dos equipos deberían trabajar mano a mano para poderlo ejecutar, tras mucho forcejeo terminamos acordando que lo mejor sería que esa parte la desarrollemos en nuestra empresa ya que teníamos la mayor parte de personal disponible.

  • ... Entonces al final nos veremos en cancha visitante... - dijo Damián al entender del viaje que tendrían que hacer a nuestra ciudad. - Pero no hay mal que por bien no venga, con suerte hasta podremos tener otra cena con tan bella compañía.

  • Seguro que si... - sonrió Karina ante la insinuación del muchacho, apoyando su idea mientras sujetaba su antebrazo en modo más familiar.

  • Dejá de echarle los galgos a Karina che… y vos Julián espero que no solo traten bien a los muchachos… - comentó también Nora mientras miraba y sonreía a Karina, estaba seguro de que a ella lo notaba claramente pero no se ruborizó en absoluto. –

  • Claro que los trataremos muy bien... - dije pese a que ninguno de ellos estaba enfocado en mí. - Pero cómo va la noche creo que será mejor retirarnos, que mañana el vuelo sale muy temprano.

  • Nooooo, vamos un momento más che... - dijo Damián sujetando el codo de Karina y atrayéndola hacia él. - Yo conozco un lugar para bailar que es estupendo.

  • Vamos Julián, una hora más no te hará daño... - Nora aumentó la presión mientras veía a Karina con una cara de aceptar aquello.

  • De acuerdo... de acuerdo... pero no más de una hora.

Mientras salíamos, un mensaje a mi teléfono me mostraba la fotografía de mi esposa junto a dos de sus amigas, todo esto en plan de chicas. Todas estaban muy bellas, mi esposa con un vestido sugerente, pero sin pasarse, sus dos amigas en cambio estaban vestidas mucho más provocativamente por lo que supuse esa noche las iban a asediar los muchachos. "Estamos listas mi amor... Nos vamos de fiesta. Diviértete en la cena, Besos.", era el mensaje que acompañaba a la fotografía que seguramente se habían tomado segundos atrás.

Me detuve uno minuto para poder contestar "Que te diviertas mi amor, nosotros igual nos vamos por una copa a un bar cercano". Tras enviar mi respuesta pude ver como Damián y Karina se marchaban delante mío, el muchacho llevaba una mano directamente en la cintura de mi bella asistente, nada extravagante pero aquel hecho me sentó bastante, una reacción algo extraña me provocaba el verlos juntos. Podría reconocer como celos, pero en realidad no tenía justificación, ella no me debía nada a mí y si en realidad quería estar con el chico yo no podía recriminarle nada, pero esas excusas no me impidieron que me sintiese así.

Al final me recompuse y pude ver como Nora regresaba con nosotros del lugar donde había guardado su abrigo; yo la esperé durante unos segundos ya que no quería que mi rostro pueda revelar alguna muestra de mi sinsabor, más al salir encontramos a los muchachos bastante más animados entre ellos, reían y bromeaban sin mostrar ningún reparo, aquello me sentó incluso un peor, pero hice de tripas corazón y seguí actuando como si nada.

  • Han congeniado muy bien - dijo Nora colocándose a mi lado y murmurándome al oído debido a la aún fuerte música que se escuchaba incluso ahí. -

  • Son jóvenes y quieren divertirse... No creo haya nada de malo.

  • No, no... claro que no. - Pude ver como Nora no dejaba de ver a los muchachos mientras yo me dedicaba a parar un taxi que nos lleve.

Aproveché esos segundos para revisar mi teléfono y encontré un primer mensaje de mi esposa acompañado de una foto con sus amigas, se las veía muy contentas y animadas en la entrada de un bar de moda de la ciudad, estaba seguro de que causarán sensación el momento que las vean entrar. Tatiana llevaba un vestido corto que mostraba muy bien sus atributos, aunque muy lejos de mostrarse vulgar o muy excesivo. Sus amigas en cambio mostraban vestidos más cortos aún y escotes profundos, de esos que causan estragos en los cuellos de los chicos por tratar de mirar un centímetro más del borde. El mensaje me decía "Noche de chicas... Listas para todo", de mi parte no sabía que significaba el "Todo", pero estaba seguro de que se divertirían.

Un segundo mensaje igual acompañado de una foto cuando ya estaban dentro del bar en el cual aparecían las tres chicas en una mesa, pero ahí reparé en que alguien debió haber tomado aquella foto, seguramente un mesero o algún otro chico que estoy seguro habría querido llevarse esa foto para poder tirarse una paja con aquellas bellas chicas. El mensaje en cambio me produjo un cierto malestar "La fiesta está muy prendida, listas para bailar." no debía asombrarme que quisieran bailar, pero claro para ello los chicos suelen ser indispensables y observándolas así seguro habría muchos intentarán sacar provecho.

Aun no llegábamos a nuestro destino cuando un tercer y último mensaje había llegado, aquí ya la foto estaba tomada por parte de una de sus amigas, pero ahora el grupo había crecido aún más, ya no eran tres chicas solas sino cuatro y ahora acompañadas por tres muchachos que seguro aparecieron por allí. Todos estaban muy arreglados y contentos, mientras un bosque de cocteles a medio consumir se encontraban en la mesa.

Tatiana se mostraba muy contenta siendo abrazada por una de las chicas, pero su rostro se mostraba ya muy sonrojado seguro producto de las copas que suponía ya había tomado o tal vez el calor del lugar. Este último ya no tenía ningún mensaje, aunque seguramente no era necesario decir que estaban felices, en lo que si estaba seguro es que ya no era una noche de solo de chicas.

Unos minutos en el auto y estábamos en un lugar bastante animado y no tan abarrotado como aquel bar muy lejano en el que mi esposa se estaba divirtiendo también, la gente bailaba al son de una cadenciosa y algo ruidosa música. Comenzamos tomando un par de copas y rápidamente Karina fue llevada a la pista por Damián, donde ambos demostraron sus grandes dotes para las piruetas, era incluso hipnotizante verlos en la pista dando vueltas al son de una salsa de moda. Suponía como mi esposa seguramente estaba bailando de igual forma, acaso con la misma cantidad de piruetas o tal vez muchas más, pero quien sería su pareja, acaso un fuerte y atlético muchacho de los de la foto o tal vez alguien más.

Cuando me di cuenta pude ver como los ojos de Nora también estaban fijos en la pista, ella no perdía detalle de los muchachos, cuando una idea me asaltó. Acaso ella tenía algún interés más que profesional para con Damián o tal vez por Karina, seguro era mi idea, pero la vi muy atenta a lo que ellos estaban haciendo en la pista. Tomé el teléfono nuevamente y no encontré nada de mi esposa, así que decidí escribirle para que sepa que estaba presente, claro que no iba a enviarle una foto de nuestro grupo. "Diviértete mucho... y toma mucha agua, no vayas a marearte."

  • Bailan muy bien - interrumpí la concentración de Nora tras enviar el mensaje, ella casi sin regresar a mirarme contestó. - parece que fueran profesionales...

  • Son tal para cual... aunque claro no me has visto bailar a mi... vamos...

Nora tomó mi mano y me llevó a la pista sin objeciones, era obvio que yo no era ningún bailarín destacado, no podía ni la mitad de las piruetas que los chicos, pero tras unos minutos pude sacar provecho a la excelente bailarina que tenía de compañera. Extrañamente mi cuerpo acabó bailando una cadenciosa bachata junto a aquella bella mujer, su cuerpo se notaba voluptuoso y sus movimientos hubieran enloquecido a cualquiera, pero su mente no estaba conmigo, ella estaba más pendiente de los muchachos que de mí. Ellos a su vez también bailaban muy cerca, sus caderas chocaban al son de la música mientras sus ojos se mantenían fijos en el otro, aquello era muy sensual y sexual de ver.

De pronto el recuerdo de mi esposa bailando en un lugar lejano me inundó, acaso estarían tocando esa misma canción, tal vez ella estaba con algún muchacho que al igual que con Karina la guiaba en ese candente baile, no lo sabía, pero lo imaginaba. No supe por qué, pero tomé mi teléfono y le envié un mensaje “Nosotros también estamos listos para bailar”, acompañado de una foto en la que se veía a Karina ya muy acaramelada con Damián y de mi parte a Nora pegada a mí, pero no tanto.

Justo antes de enviar esa foto, vi fijamente a Karina y pude ver lo bien que bailaba y movía su cuerpo, aquello me hizo imaginarla en una cama y de pronto algo cambió en mí, una extraña y deliciosa sensación se apoderaba de mi mientras Nora retomaba su baile junto a mi aunque tampoco perdía la vista de cómo nuestra pareja de acompañantes danzaban en la pista, de pronto aquella sensación estalló en mi cuerpo y en mi mente inundándome de una extraño y ansiado placer.

No sabía bien, pero por un lado, el estar cerca de Nora y sentir su cuerpo, el ver a Karina y Damián bailar tan provocativa y finalmente tener en la mente en que Tatiana podría estar de igual forma en otra pista, hizo que algo en mi cuerpo despierte, de forma que finalmente pude sentir entre mis piernas ya no solo un pequeño cosquilleo o algún indicativo de que algo mejoraba, cuando me di cuenta aquello era ya una erección y para mi incredulidad y alegría era una fuerte y firme erección.

De pronto pude ver en el rostro de Nora que se había dado cuenta de todo ya que su cuerpo seguía tan pegado al mío como mi propia ropa y aunque al inicio me corté un poco, ella no mostró ningún reparo en seguir bailando enganchada a mi cuerpo, mientras movía sus caderas sensualmente y acariciaba mi espalda al mismo tiempo. Me sentía eufórico por poder sentir una erección nuevamente tras tanto tiempo, era extraño alegrarse por algo así, al final solo disfruté de la sensación tan agradable de poder sentirme firme y dispuesto que me dejé llevar.

El baile junto a Nora estaba tornándose más y más sensual, podía sentir su cuerpo y ella obviamente el mío, sin palabras y sin mirarnos siquiera, aquello era únicamente entre dos cuerpos que sentían y deseaban. Pero si hubiéramos podido vernos desde fuera la imagen era dos personas bailando mientras miraba a otra pareja bailar, puesto que eso era lo que al final de todo estaba sucediendo, nos encontrábamos absortos de poder mirar a Karina y Damián bailando muy cerca de nosotros, aquello me perturbaba y no podía verlos por mucho, pero tampoco dejar de hacerlo, así que al final traté de no pensar y solo alegrarme de haber recuperado algo invaluable.

  • Se los ve muy bien... - dijo Nora hablándome al oído - Ambos son muy lindos...

  • Creo que si... - dije tratando de disimular que no había perdido la vista de ellos.

Podía ver claramente la espalda de Karina y como la pierna de Damián aparecía entre las suyas mientras sus caderas se movían al ritmo de la música; el muchacho había aprovechado aquella cercanía y mientras con una mano sujetaba la de Karina para marcar el ritmo del baile, la otra estaba depositada muy por debajo de la cintura de la chica, estaba casi en el medio de su trasero, que voluminoso se mostraba desafiante ante la débil tela que lo cubría.

Esa mirada provocó que mi erección resultara aún más intensa, era muy sensual observar bailar, pero a la vez me provocaba sentimientos encontrados ya que de pronto, me di cuenta de que deseaba intensamente ser aquel muchacho que bailaba y gozaba de aquella cercanía con Karina. Pero tampoco podía quejarme, ya que una bella, aunque no tan joven chica estaba entre mis brazos bailando de igual forma e incluso le demostraba toda mi firmeza sin que ella tenga ningún reparo.

La canción cambió a una mucho más rápida cuando pude ver como un intento de mayor acercamiento de parte de Damián era esquivado por Karina al echar su rostro a un lado tras el intento de besarla, aunque entre risas y sin apartarse ni un solo milímetro el uno del otro. Pese a ello ambos seguían bailando cuando un movimiento extraño de Nora me hizo trastrabillar.

  • Auch... me han pisado - dijo Nora mientras se detenía y se separaba de mi - ¿Podemos regresar a la mesa?

  • Claro claro... - contesté y llevando del brazo a mi acompañante.

Nos dirigimos a la mesa dejando a los chicos bailando aún en la pista sin que se percaten de nuestro retiro. Nora aprovechó para sentarse y ver su pie que apenas con una sandalia me indicó había recibido el pisotón, de mi parte instintivamente tomé mi teléfono y revisé si había más mensajes. Justamente tenía dos nuevos ya sin fotografías: "Estamos ya algo ebrias mi amor, pero nos hemos divertido mucho. ¿Como están ustedes? ¿Ya estás en el hotel?"

Pensé en contestar que también estábamos en una disco, pero preferí leer el siguiente, antes de nada: "Creo me he pesado de copas mi amor. Ya regreso a casa, me lleva Daniel." Una interrogante asaltó mi mente, ¿Quién diablos era Daniel? Aquello me había dejado mosqueado ya que ella jamás había salido con sus amigas y dejado que un desconocido la lleve a casa, eso si era nuevo y me había dejado muy preocupado. Cuando pensé que lo mejor sería llamarla llegaron Damián y Karina.

  • Uuuuf, que calor me ha dado - dijo Nora mientras tomaba un buen sorbo de su helada copa -

  • Ese baile ha estado candente - comentó Damián haciendo lo propio con su copa y mirando soslayadamente a Karina -

  • Si, el calor me mata... necesito algo frio - dijo Karina tomando un sorbo pequeño de su trago - pero si sigo tomando estos ricos cocteles terminaré ebria y una chica así es muy fácil para los gavilanes... así que creo que lo mejor sería ya marcharnos Julián...

  • Tienes razón, tenemos que levantarnos pronto y si llegamos muy tarde no lo lograremos. - apoyé su iniciativa tratando de quitar importancia a lo que había sucedido esta noche y tratando de poder llamar lo antes posible a mi esposa.

Nuestros compañeros de fiesta también estuvieron de acuerdo que la noche para nosotros había terminado y que lo mejor sería regresar a nuestros hoteles respectivos, terminamos las copas y al final nos despedimos muy animosamente, de mi parte un apretón de manos con Damián y un abrazo con un beso muy cerca de la comisura de mis labios de parte de Nora que me dejaron aún más descolocado.

En el taxi de retorno, un silencio incómodo se generó entre Karina y yo, era extraño que pese a todo lo que habíamos vivido algo así nos haya perturbado, pero creo que en ese minuto nos sentíamos extraños. Por mi parte sentía algo de bochorno el ver a Karina y saber que ella estaba tan enganchada con el muchacho, pero por otra parte pensaba que tal vez ella sentía lo mismo conmigo o incluso más al saberme casado con Tatiana y verme bailando tan acarameladamente con Nora le provocaba extrañeza, estaba seguro de que su solidaridad femenina me dejaría mal parado ante sus ojos.

Por otro lado, esperaba llegar lo antes posible al hotel y llamar a Tatiana, que no sabía cómo había sido su retorno a casa y más aun sabiendo que la llevaba un chico desconocido. Las calles pasaban rápido ante nuestros ojos y pronto llegaríamos, de mi parte ojeaba cada tiempo mi teléfono por si había noticias, pero ningún mensaje llegaba aún.

De reojo observaba a mi compañera mirar por la ventana del taxi sin apenas pestañear, estaba meditando seguramente lo que había sucedido o tal vez solo buscaba un tiempo para poder componerse, no lo sabía. De pronto tras virar una esquina, su rostro volvió a mirarme justo antes de expresarme su inquietud.

  • Esta gente está jugando con nosotros Julián...

  • ¿A qué te refieres? - pregunté extrañado por su afirmación, aunque no debería ya que ella era sumamente perspicaz en algunas cosas que yo ni siquiera imaginaba.

  • Todo lo que nos ha pasado esta noche... Solo han estado jugando... Nos estaban midiendo para confirmar si éramos amantes o algo así, tal vez intentaban... no se... sacar provecho con algo...

  • Pero ¿para qué ellos quisie...? - en mi mente se tornó todo mucho más claro y pensé que mi bella compañera tenía razón, intentaron medir nuestras reacciones y comportamiento, pero no sabía si efectivamente habían llegado a alguna conclusión.

De pronto un mensaje de mi esposa llegó antes de que pudiera llamarla: "Estanos en casa, todo bien... etsoy muy ebbria. Voy adormir". Lo bueno era que ella había llegado a casa, pero me preocupaba el plural que había puesto, "Estamos", ella no me había dicho nada de que iba a casa con alguien más, aquello me había dejado muy mosqueado. Al final decidí escribirle, “Estamos con Karina en el hotel, que descanses. ”

Mi desconcentración hizo que Karina se preocupe y me mire extrañada. Ella no sabía nada de lo que en ese momento estaba ocurriendo con mi esposa, de manera que no podía comprenderme, aunque mi rostro debía reflejar mi preocupación mucho mejor de lo que podían hacerlo mis palabras.

  • Julián, ¿Te sucede algo? Tienes una cara de angustia que no tienes idea.

  • No es nada... no.

  • Vamos Julián, que no engañas a nadie, tu mente está muy lejos de aquí. Seguro es algo con Tatiana ¿Verdad?

  • Debes comprar una bola de cristal... - dije rindiéndome ante lo evidente. - No es nada, pero me ha dejado algo preocupado... Mi esposa y sus amigas han salido de fiesta y... bueno han estado con unos muchachos, han tomado mucho, pero ya está en casa...

  • ¿Acaso piensas que no está sola? - la mirada de Karina era mucho más penetrante que un cuchillo caliente en mantequilla era impresionante, no conocía a nadie con su capacidad de empatía y síntesis del comportamiento humano. - No te preocupes... seguro ella se ha comportado muy bien... no es que has pasado sin follártela seis meses para que ande lanzándose a los brazos de cualquier tipo.

Creo que mi corazón se detuvo el momento que Karina mencionó que al final de ese tiempo yo no había podido follar con mi esposa, era obvio que Karina se había dado cuenta de que una suposición tan absurda como la que había pretendido decirme pudiera ser real. Mis labios pretendieron decir algo, pero todas las palabras sobraban en ese momento.

  • Pero... ¿Acaso ustedes? - Su mente seguramente trabajaba a mil por horas, ella hacía cuentas y seguramente ataba cabos. - No han estado juntos desde que nos conocimos... ¿Acaso tu ya no quieres...?

  • Si, bueno no... yo no he podido... - dije a aquella chica que con la primera palabra entendió que yo no había podido ser capaz de follarme a mi esposa desde aquella fatídica noche en que se entregó a Paul.

  • Lo siento mucho... Supongo que te afectó mucho lo que sucedió aquella noche. No me puedo imaginar lo que te habrá pasado en mente, no te conocía tanto como ahora y creo que nunca me puse a pensar que hubiera tenido tanto impacto en ti. Pero acaso tu... ¿No puedes nada?

  • No, no he podido... bueno tu entiendes.

  • Lo entiendo Julián... pero no por eso creo que Tatiana se haya ligado con cualquier chico... aunque después de tanto tiempo creo que no se lo podrías reprochar... o al menos deberías comprender que puede suceder.

  • No debería... - sus palabras chocaron directamente en una muralla generada en mi mente, acaso Karina estaba pretendiendo que debía justificar que mi esposa me engañara. - ella no debería engañarme...

  • Claro que no debería engañarte, pero yo lo veo como mujer y bueno como ustedes nosotras también tenemos nuestras necesidades... Ya sabes... nosotras necesitamos tanto o más que ustedes del sexo y si no lo tenemos puedo asegurarte de que igual que muchos hombres nos ponemos realmente muy locas... incluso podemos llegar a hacer estupideces, casi como ustedes... jajaja.

  • Pero es que... - acaso podía objetar algo de lo que me decía, tal vez yo estaba pensando únicamente en esto como un problema mío, pero claro acaso no había dejado a mi esposa en abstinencia durante tanto tiempo. Estaba comenzando a desesperar, aquello me estaba sobrepasando – Yo ya no sirvo… no creo que pueda…

  • No te preocupes Julián, tu mujer no sería capaz de hacer algo así... mucho menos habiendo pasado lo que ustedes han superado... Seguro está en su cama durmiendo la borrachera sin enterarse de nada de lo que nosotros estamos aquí charlando.

  • Pero ella dijo que “Estaban en casa”, ósea más de una persona más... – mi rostro seguramente estaba ya congestionándose, creo que toda la alegría que aquella recuperación me debió haber dado, se iba al trasto.

  • Debe ser alguna amiga... ya sabes cómo nos ponemos cuando estamos ebrios, seguro que no ha pasado nada... tranquilo.

  • Ya lo sé… lo sé, pero eso no quita que entre el alcohol y algún muchacho avispado pueda suceder algo. Teniendo en cuenta que bueno… entre nosotros no hemos podido. – en ese instante Tatiana se acercó mucho a mí, sujetó mis manos dándome el apoyo que tanto necesitaba

-Déjalo así Julián, no te vuelvas paranoico. Ella es consciente de lo que hace y dudo mucho que te engañe por algo así, tú eres un hombre que vale mucho – mientras decía esto acercó mucho su rostro al mío, en clara intención de besarme. – y dudo que alguna mujer quisiera perderte por un simple polvo…

Justo en ese instante sus labios se juntaron a los míos y de pronto un beso selló mi boca para evitar que siguiera desesperándome. Karina con su singular habilidad había logrado impactarme y dejar que mi angustia siguiera creciendo. Pronto aquel beso casi de hermanos se fue transformando en algo mucho más pasional y potente; mis labios se abrieron a los suyos y mis manos se apropiaron de su cintura mientras ella abrazaba mi cuello.

De pronto y creo que casi sin pensarlo empezamos a besarnos con intención, con las ganas que dos personas tienen la una de la otra. De pronto para mi sorpresa, alivio y tranquilidad, una erección fue creciendo instantánea e inconscientemente. Podía sentir claramente el cuerpo de Tatiana apenas y separado por la fina tela del vestido que llevaba, sus curvas y el calor de sus labios me llevaron a una dimensión fuera de este mundo.

En ese instante recordé el mensaje que había puesto a mi esposa, donde le indicaba que estábamos en el hotel y algo en mi interior se quebró, la sensación de estar engañando a mi esposa con Karina me vino a la mente y de pronto pude sentir como una enorme y firme erección me invadía entre mis piernas. Me dejé ir, pude sentir su piel y sus formas con una sensación de placer inmensa.

Tras unos segundos que me supieron a gloria, nos separamos algo abochornados el uno con el otro. Unas tibias, atolondradas y nada sinceras disculpas fueron el fin de aquel beso que los dos deseamos, pero que ninguno pretendió. Al final Karina se marchó apurada a su habitación y yo me quedé allí, parado, en todo el sentido de la palabra, viendo cerrarse la puerta de un algo que no podía ser, pero extasiado por sentirme como un hombre nuevamente.

Tras recostarme y tranquilizar mi alma, los pensamientos pronto me llevaron junto a Tatiana, estaba seguro de que algo más había sucedido aquella noche con mi esposa; pero de ser así, ¿Acaso yo podría echárselo en cara? y ¿Y si la llamaba por tratar de averiguar alguna cosa más y terminaba dándome cuenta de que se ha enrollado con otro hombre? Aquellas dudas habían nacido en mi cabeza mientras me encontraba tan lejos de ella, ya avanzada la madrugada el cansancio me venció y pude dormir un poco.

Al día siguiente me levanté sobresaltado por el despertador, nuestro vuelo salía temprano y debíamos apurarnos, así que tan pronto me desperté preparé lo poco que tenía que llevar, al menos dos veces tomé el teléfono para llamar a Karina ya que sospechaba ella aún estaba dormida, pero un cierto recelo en escucharla me lo impidió. Cuando terminé de arreglar todo y me tomaba valor para tomar el teléfono fue Karina quien se anticipó.

  • Despierta dormilón... Tenemos que salir en media hora...

  • Estaba por llamarte, no hay problema... yo estoy casi listo. – dije algo acobardado.

  • Cuando termines ven por mí y no ... - por primera vez Karina mostraba duda sobre algo que iba a decir, ella siempre se mostraba muy segura de lo que pensaba y casi no se cohibía en meditar antes de decírnoslo. - ... no dejes de llamar a Tatiana.

  • Ok, voy a hacerlo cuando termine... - dije pensando más en sus labios que en la llamada a Tatiana. - Nos vemos al rato.

Al colgar un flash me indicaba que dos mensajes estaban en la bandeja de espera, seguro debían ser de mi esposa. Tomé un respiro tan profundo como mi propio miedo y abrí la aplicación.

Ambos mensajes eran de mi esposa: "Lo siento mucho mi amor... creo que me pasé de copas. Ven pronto." y "Te amo más que nunca.". Tras leer aquellos mensajes mi rostro debía ser un poema al desconcierto, no sabía que pensar con todo lo que me había puesto y aunque no me decía nada en mi mente me decía todo. Acaso estaba pidiendo disculpas por algo que había sucedido y me quería recordar que pese a todo me ama o simplemente se disculpaba ante sí misma por el exceso y me extrañaba. No lo sabía y hasta verla frente a frente no creía que pudiera descubrir la verdad.

No quise llamar a mi esposa, aún no quería hablar con ella, seguro ni siquiera estaba aún despierta. Tomé valor y salí de la habitación con mi maleta lista. Allí me esperaba Karina, con un traje de viaje muy cómodo pero que tampoco podía ocultar todas sus curvas. Me acerqué y tuve la intención de saludarla de lejos, pero ella me lo impidió y con un beso en la mejilla rompió aquella incertidumbre que tenía de verla nuevamente.

  • Lo que sucedió anoche fue eso, un beso y nada más… - dijo Karina mientras tomaba su maleta y comenzábamos a caminar. – No me arrepiento de nada, pero tampoco exageremos… ¿Estás de acuerdo?

-Si por supuesto… no ha sido nada…

-Yo no diría eso… ha sido lo que ha sido y punto… Y por cierto a Tatiana ni una palabra… no quiero arruinar nuestra relación con algo así. Ahora apúrate que nos retrasamos…

Aquel dialogo tan parco selló aquel beso y lo depositó en el olvido, o al menos eso era lo que yo pensé. El viaje de retorno fue agotador, aunque mi ansiedad por llegar se notaba claramente, tanto así que Karina me hizo alguna observación sobre mi ánimo. Lo peor es que había cosas que a aquella chica no se le escapaban, por lo que al final creo que ella descubrió mi temor.

  • No te preocupes Julián, seguro es idea tuya lo que piensas... Tatiana te ama y te lo ha demostrado, no te rompas el coco con ello.

  • Tal vez tienes razón... creo que siempre sabes que decirme para evitar que me lance al vacío...

  • Tal vez alguna vez te diga algo para que saltes a él... Ojalá cuando suceda si lo hagas…