Negocios, Placer y Venganza 14

Comienza el tratamiento y Susana comenzará a analizar los pormenores y las certezas que aquella primera entrevista podía ofrecer. Acaso podrán sincerar sus corazones o aún existirán cosas ocultas para cada uno.

Una vez llegamos, dejé que Tatiana fuera quien contara los pormenores del motivo del que pensamos era la raíz del problema, lo fue detallando todo de manera casi literal, tanto la fatídica noche donde mi esposa fue tomada por otro hombre, yo de mi parte pasé a narrar todos los días posteriores a aquella noche en los que mi desempeño sexual se vino completamente al suelo y que era el motivo por el que la visitábamos; algo que me alegró es que mi esposa en ningún momento comentó que yo había visto parte de lo sucedido en aquel cuarto, donde entendí que tampoco Karina le había comentado nada, en ese momento me decidí a conversar con ella cuanto antes ya que existía la posibilidad de que por algún error podría comentárselo y eso realmente me avergonzaría aún más de lo que ya había estado.

De mi parte únicamente estaba apoyando las ideas y afirmando la historia que Tatiana estaba contando, algunas cosas hice hincapié, al final la historia era tal y como nos sucedió. Tras contar los últimos sucesos esperamos casi en silencio unos minutos en los que la sexologa estaba anotando los últimos párrafos en nuestra hoja de vida mientras nos mirábamos atemorizados y a la vez que muy abochornados, era un silencio extraño y algo cortante hasta que finalmente habló.

  • Bien chicos, lo bueno es que ustedes mismos saben la causa por lo cual ahora tienen el problema que me comentan, pero para poder darles un diagnóstico más detallado e incluso mucho antes de cualquier tipo de tratamiento he de pedirles que me cuenten nuevamente lo que ustedes consideren más importante en la historia y bueno todo lo que ustedes sintieron, pero ahora cada uno por su lado y siéntanse en libertad de contarme cualquier infidencia ya que prometo que guardaré toda la confidencialidad inclusive entre ustedes, lo que ahora debemos tratar es que ustedes lleguen a superar el problema, ya que tengo que decirles que no es solo tuyo Julián, también es de Tatiana como tu esposa así que he de tratarlos a los dos. Esto lo vamos a tratar uno a uno, por lo que pediré a uno que espere fuera mientras el otro inicia la conversación conmigo. ¿Quién empieza?

  • Está bien - dijo mi esposa ganándome la mano. - ¿Quieres comenzar tú?

  • Claro... creo que soy el principal afectado.

  • No no... - contestó Susana - Los dos son los afectados y aunque no creas es a partes iguales, no sientas que todo esto ha sido tu culpa... tranquilo y si no quieres puedes venir en segundo lugar.

  • No está bien, yo iré primero... - dije con entusiasmo, ya que en realidad quería resolver todo, aunque me sintiera lleno de vergüenza.

  • De acuerdo, yo salgo... - me dijo mi esposa mientras me daba un pequeño beso en los labios y tomaba su cartera.

Tan pronto salió mi esposa, un gran nerviosismo me inundó; al inicio tenía la idea de seguir con esa parte de la historia que había contado mi esposa, pensé que eso sería menos humillante que tener que decirle todo lo que vi a una extraña en frente de mi esposa. Primero pensé en negar todo y no contar a ninguna lo que vi, pero si quería mejorarme estaba claro que aquello sería algo fundamental confesarlo.

  • Julián, primero tengo que decirte que, aunque tu afección es algo complicada y digamos grave, es importante que conozcas que si las cosas resultan bien y tienes fe en que todo saldrá bien y seguro podrás recuperarte pronto.

  • Que bien... realmente todo esto me ha dejado muy ansioso... ya sabe.

  • Si, te comprendo y bien creo que hemos compartido la curiosa aventura que han tenido ustedes y no quiero ahondar en lo sucedido, sino más bien en ti y en los sentimientos que has podido vivir durante ese traumático momento.

  • Pues he meditado mucho y aunque no sé cómo poder decirlo creo que puedo resumirlo en una palabra… me he sentido impotente... sí, creo que esa sería la palabra para definir el no haber hecho algo para evitar que mi esposa tuviera que acostarse con otro... Y claro eso creo que me ha llenado de enojo para conmigo mismo...

  • Bien, es algo que reconoces y es un avance muy grande, pero no te cierres a lo que has venido pensando este tiempo, quiero que abras tu recuerdo y revivas tus sensaciones, tal vez tus recuerdos porque incluso existe la posibilidad de que bloquees recuerdos de cosas importantes y que te afectaron mucho, pero que tu mente se niega a revivir.

  • Muy bien... Lo intentaré...

  • Ahora quiero que te concentres... Cierra tus ojos y relájate... Respira profundamente y quiero que me contestes con una sola palabra lo que sentiste... Recuerda solo una palabra, la que más te llene de ese sentir que tenías en el momento justo; luego me comentas porqué la sentiste.

Apliqué la conocida técnica de relajación, lo que hizo que mi mente y mi cuerpo se comiencen a sentir más a gusto, aunque no digamos que me sentía completamente relajado, empezaba a sentir que podía responder sin tapujos.

  • Quiero que contestes tan pronto puedas... quiero oír tus sensaciones y sentimientos que primero vengan a tu mente... Vamos a empezar...  ¿Estás Listo?

  • Si

  • Quiero que me digas ¿Que sentiste al reconocer a tu esposa cuando entró en la habitación?

  • Miedo. - dije casi sin pensarlo, seguramente – yo estaba nervioso y digamos incrédulo de verla ahí, no estaba preparado para verla ahí, pensaba hasta unos segundos antes que la chica que entró era nuestra salvación y cuando la reconocí, sentí sorpresa, pero más miedo, un miedo terrible a que ella termine acostándose con Paul.

  • Muy bien, ahora ¿Cuándo tu esposa estaba bailando para todos, qué sentiste?

  • Dolor. - mi respuesta fue inmediata, en ese momento recordaba como las cosas estaban sucediendo sin que yo pudiera o quisiera hacer nada y lo único que recordaba era aquel dolor en el estómago por todo lo que sabía sucedería. – Me dolía verla bailar para otros, aunque yo mismo estaba ahí me dolía como la observaban.

  • Bien... muy bien, ahora quiero que te concentres, no pienses demasiado, solo siente... recuerda lo que sentiste, ¿El momento que viste a tu esposa teniendo sexo oral con aquel hombre?

  • Impotencia,  al inicio sentí que no podía hacer nada por detener aquello, aunque no era así ya que lo único que me detenía era el perder el contrato… pero con esto me arriesgaba a perder a mi esposa - aquel había sido un golpe bajo cuando en un primer recuerdo vi a mi esposa abriendo su boca y engullendo aquella verga en su boca, pero pronto una imagen diferente inundó mi cabeza y me hizo recordar el cuerpo de Karina sentada sobre mi regazo, en aquel momento también mi cuerpo estaba sintiendo el suyo y para mi sorpresa mi mente me hizo recordar a Karina.

  • Bien Julián, muy bien... Ahora... ¿Qué sentiste el ver a tu esposa siendo llevaba a la habitación?

  • Pérdida... - Recordaba cómo me quedé observando su partida y dejándome solo en aquel lugar con Karina, lo único que podía definir mi sensación era que la había perdido. – En ese instante supe que Tatiana pasaría la noche con Paul y sabía que la había perdido, ahí comprendí que ya no podía hacer nada para evitarlo.

  • Bien... vamos Julián respira hondo... concéntrate, ya que estos son los recuerdos más duros... ¿Qué sentiste cuando los escuchaste teniendo sexo?

  • Rechazo... Creo que al inicio no pude asimilarlo y rechacé la idea… pero también me sentí rechazado por parte de Karina, yo quise tener algo con ella y bueno, ella rechazo mi acercamiento. - No sabía por qué tuve ese sentimiento, pero cuando lo recordaba lo que más sentí fue la negativa de Karina a tener sexo conmigo, me sentí olvidado y rechazado como si fuera un ser inferior, un apestado, esa sensación no la había pensado antes, pero en aquel momento me di cuenta que era lo que realmente sentía.

  • Bien Julián, bien... ánimo ya terminamos... ¿Y cuando la volviste a ver por primera vez esa noche, que sentiste el momento de saber las intenciones de Paul?

  • Rabia... - dije recordando que me sentía enojado con todo lo sucedido, estaba desconcertado y profundamente enojado por saber lo que él pretendía con mi esposa y creo que un poco enojado por lo que ella había también pretendía. – Sentí mucho enojo con todos, no quería saber de nada ni de nadie.

  • Muy bien, sé que es complicado abrirse, pero lo estás haciendo muy bien... ya casi terminamos ¿Qué te pasó por la mente cuándo te diste cuenta de que tu esposa fue sodomizada?

  • Pérdida... otra vez - esa es la que más tiempo me demoré en contestar, al final reconocí que lo que sentí fue pérdida, sabía que aquello no lo había compartido nunca con mi esposa y ahora otro era quien se lo llevaba, pero también y por extraño que pareciera sentí que también perdí la oportunidad de tener a Karina entre mis brazos, aquello tampoco lo había pensado antes y me tomó nuevamente por sorpresa, pero aquella noche Paul tomó más de lo que yo había supuesto. – Creo que perdí la oportunidad de compartir con ella aquel momento, aunque no lo habíamos tenido nunca en mente, al pensarlo ahora lo que me hace es sentir una perdida enorme.

  • Y la final...  ¿Cuándo viste a tu esposa al siguiente día?

  • Lástima... creo… tal vez miedo… no lo sé - Me sentía mal por todo lo que había sucedido y por lo duro que tuvimos que pasar, tanto ella como yo. Me observaba a mí mismo y no podía reconocer nada más que un patético hombre que había perdido a su esposa por querer ganar algo de dinero.

  • Bien... Julián... Muy bien. Todo este proceso nos ha dejado sentimientos y sensaciones más allá de lo pensado por lo que aprender a reconocerlas y a superarlas deben ser nuestros objetivos. Ahora quiero hacerle este mismo tipo de preguntas a tu esposa y quiero ver lo que ella siente o sintió en esos momentos, ahora espéranos fuera.

Salí de aquel consultorio y pude ver el rostro de preocupación que Tatiana tenía el momento en que nos cruzamos en la puerta, mi rostro seguro mostraba todo el desconcierto de sentimientos que se habían generado tras recordar aquella noche y estaba claro que no me encontraba para nada cómodo.

En la sala de espera pude reflexionar sobre todo lo ocurrido y todo lo que había sentido y nuevamente me sorprendió las sensaciones y sentimientos que habían salido a flote al recordar lo sucedido aquella noche, pero los que más me preocuparon fueron los que concernían a Karina, estaba muy seguro de que sin su apoyo y ayuda no hubiera podido terminar la noche sin haber cometido alguna locura. ¿Pero acaso había algo más que agradecimiento en los sentimientos que tenía para ella? Y ahora más aún cuando no era solo un recuerdo, sino que se encontraba de forma tan cercana conmigo.

Durante al menos un cuarto de hora estuve fuera del consultorio, aunque me parecía una larga espera seguramente era lo mismo que mi esposa tuvo que aguantar antes de poder entrar. De pronto la puerta se abrió y pude ver a Tatiana que, con ojos con señales de haber llorado, aunque ahora estaba más tranquila, me abrió la puerta y me invitó a entrar.

  • Ven... mi amor entra...

Ya en el consultorio me senté nuevamente, pero notaba como la ansiedad invadía mi cuerpo, no sabía lo que mi esposa le había comentado a la terapista, seguro al igual que yo tenía sentimientos nuevos, así como los que yo pude reconocer hasta esta primera sesión, pensé que mi esposa debió reconocerlos y aunque no podía comprenderlos al inicio, habían estado ahí todo el tiempo.

  • Muy bien pareja, siéntense nuevamente... esta ha sido una primera sesión y creo ha resultado muy bien pese a todo. Primero he de decirles que bueno el caso ha resultado bastante atípico, pero creo que con sinceridad y trabajo podemos superarlo. El diagnóstico de la causa de su impotencia es psicológico como ustedes mismos se habrán dado cuenta, lo que quiere decir que físicamente no tiene ningún tipo de problema mecánico o fisiológico y que por tanto la solución está únicamente en tu cabeza.

  • Que bien... supongo – dije tal vez reconociendo lo evidente.

  • Pues por una parte si y otra no, porque al ser algo que no es físico debemos trabajar con tus sentimientos y deseos para que podamos superar el problema. Antes de nada, he de decirles el resultado de la entrevista, ya que a cada uno le hice preguntas sobre diferentes momentos que vivieron en esa noche y bueno las repuestas las voy a compartir con ambos a la vez para que podamos charlar un poco sobre esto y creo despejar las dudas que ustedes mismo tienen.

CAPITULO 15

Con mi esposa nos quedamos mirando de reojo, de pronto Tatiana tomó mi mano y la sujetó con fuerza mientras esperábamos a que Susana inicie el resultado de esta primera entrevista. En ese momento creo que me di cuenta de que podíamos lograrlo si en realidad lo intentamos y si el amor que nos tenemos se mantiene firme. Pero claro yo aún no había contado ni a mi esposa ni a Susana que yo vi como Tatiana se entregaba a su amante y de pronto algo disparó una alarma en mi cabeza, indicándome que también existía la posibilidad de que mi esposa pudiera estar ocultando algo también.

  • Bien, a la primera pregunta sobre lo que sintieron el momento en que Tatiana entró en la habitación, tú Julián respondiste que miedo y tu esposa desesperación, miren que ambos pese a vivir un mismo momento sintieron cosas diferentes y eso es lo que quiero que comprendan. Ambos sabían que las cosas estaban fuera del control y tomaron una decisión que cambió todo su matrimonio, pero ninguno sintió rabia ni lástima de lo que sucedía, ustedes tomaron esa decisión por diferentes motivos, pero al final de cuenta siguieron adelante juntos.

En ese momento mi mente intentaba comprender a mi esposa, recordaba lo sucedido y trataba de empatizar con la desesperación ante la posibilidad de perderlo todo que seguramente mi esposa sentía en ese momento y claro era el mismo miedo que yo sentí o tal vez peor ya que en todo momento también existía el terrible temor de que lo perdido fuera nuestro matrimonio.

  • A la segunda pregunta de lo que sintieron al estar bailando en el salón, Julián dijo dolor y Tatiana vergüenza, en ese punto ambos sintieron como las cosas estaban sucediendo más rápido de lo que esperaban hasta que al final se precipitaron, arrastrándolos a la realidad que les tocaría vivir durante la noche.

Estaba seguro de que mi esposa jamás había pensado siquiera bailar sensualmente frente a extraños, por lo que la vergüenza de mostrar su cuerpo debió haber sido muy grande, pero el verla así para mi había sido igual de difícil, pero claro no me había puesto a pensar en lo duro que esa experiencia también estaba siendo para ella.

  • En la tercera pregunta del momento en el que hubo la felación en medio del salón, Julián  me respondió que impotencia mientras Tatiana contestó que confianza, y como pueden ver aquí los sentimientos aunque no son contrarios ya se distancian mucho el uno del otro; aunque los dos son mundos diferentes y no son comparables, ese momento creo ha sido el que ha representado frente a los dos el punto más difícil de esa noche y aunque sucedieron cosas muchísimo más fuertes, este momento en particular considero es el que ha generado todo este shock que Julián sufre ahora, pero bueno no nos adelantemos...

A mis adentros no sabía cómo era posible que mi esposa hubiera podido responder con Confianza, como podía sentir eso mi esposa, acaso pensaba que podía salirse con la suya y que las cosas no podían llegar a ser lo que fueron y que al final no hubiera tenido que entregarse a otro hombre. O es que sentía confianza en Paul y en que él no le haría ningún daño. De pronto las dudas comenzaron a inundar mi mente.

  • Bueno, no quiero detenerme ahora, en la cuarta cuando ya fueron hacia la habitación, Julián contestó que pérdida mientras que Tatiana temor, y aquí, aunque no lo crean vuelven a sincronizarse sus sentimientos, ambos a la final sufrieron por tener que vivir aquello, pero cobraron fuerza y siguieron adelante.

Regresé a ver a mi esposa y ella luchaba con las lágrimas que querían brotar de sus ojos, seguramente ese fue el momento que más miedo tuvo mi esposa, no lo había pensado así, pero mientras yo me sentía como una mierda y pensaba que la perdía ella estaba aterrorizada por entrar con Paul a la habitación.

  • La quinta pregunta de cuando los sonidos delataban que Tatiana tenía relaciones, Julian dijo que había sentido rechazo en cambio Tatiana dijo... excitación... si y creo en este caso Tatiana ha sido lo más valiente al reconocer este sentimiento y de paso asegurarte que con todo lo que tú oíste esa noche ha sido verdad y de esta forma puedas asimilarlo y superarlo. Es verdad que ella sintió eso y bueno como cualquier ser humano el cuerpo a veces nos juega una mala pasada y nos traiciona.

Miré nuevamente a mi esposa y ella no alzó su rostro, unas lágrimas se derramaban entre sus mejillas, pero su rostro estaba sumergido entre sus hombros de manera que no podía verla. Tatiana seguramente se había abierto a Susana en lo referente a lo que en verdad había sentido durante esa noche y para mi desgracia solo confirmaba lo que yo ya había escuchado y peor aún visto con mis propios ojos. Yo ya sabía que mi esposa se había llegado a excitar fuertemente aquella noche y al final había disfrutado de todo lo que habían hecho con Paul.

  • En la sexta pregunta cuando se volvieron a ver, Julián reconoció que rabia al tiempo que Tatiana sintió vacilación y he de asegurarlos que aquí se evidencia un nuevo rompimiento en ustedes, pero claro habría que analizar cuanto fue que esto ha sido una de las causas del problema que ahora tienen.

Vacilación, ¿Tatiana en ese momento sentía eso? Yo no podía creerlo, yo hubiera jurado que ella sentía temor o cualquier otra cosa, pero jamás que ella estaba considerando siquiera la idea de entregarse a Paul de esa forma. O es que acaso no se decidía entre quedarse o salir huyendo de allí o su indecisión era frente a si quería o no ser sodomizada, esa es una de las preguntas que seguro tendría que hacerle a mi esposa más adelante cuando estemos a solas.

  • La séptima de cuando ya los actos con Paul terminaron consumados, Julián me confesó que sintió pérdida nuevamente y Tatiana nuevamente excitación... Aquí pienso que sus sensaciones y sentimientos solamente se mostraban mucho más fuertes, ya que los habían sentido anteriormente esa noche, por lo que, aunque no crean esto creo que ya no les ha lastimado tanto como como la primera sensación que tuvieron.

En ese instante creo que llegué a comprender a Tatiana, ella claramente terminó esa noche muy a gusto con Paul y eso obviamente era lo que yo pude notar cuando pude ver lo que en aquella habitación sucedía, allí no fue solamente una actuación o teatro, ellos efectivamente disfrutaron cada uno por su parte de lo sucedido. Pero por mucho que lo reconozco, creo que el dolor no disminuye en lo más mínimo.

  • Y bueno en la última pregunta cuando ya volvieron a verse, Julián dijo sentir lastima mientras que Tatiana sintió pérdida... nuevamente los sentires son equivalentes, aunque muy diferentes ya que ambos se han lastimado y han perdido, pero lo han hecho por su propia voluntad y habiendo sopesado los riesgos, por lo que ahora no deben lamentarse y no nos queda más que superarlo y perdonarlo, tanto entre ustedes, como a ustedes mismo... Bueno y como nuestro tiempo ya se termina, les dejo un ejercicio de taller; para que analicen sus verdaderos sentimientos y no los traten de racionalizar sin antes reconocerlos en su real impacto a sus vidas.

Es importante primero que conversen entre ustedes antes de poder iniciar cualquier tratamiento, hablen de lo que sintieron en ese momento y de lo que sienten ahora, de los cambios que han reflejado en todo el tiempo que ha pasado y traten de no dejar nada en su interior, saquen todo lo que reconozcan y convérsenlo entre ustedes durante esta semana, les invito y les reto a que sean abiertos y honestos entre ustedes, que es la única forma en que podrán salir adelante.

La sesión terminó un poco después, una vez que Tatiana se hubo calmado tras este primer impacto en nuestros sentires, salimos aún sujetos de la mano, pero algo en mi interior no se sentía igual, todo resultaba muy difícil de digerir y escuchar, pero me hice el firme propósito de seguir en la lucha para conseguir superar este terrible mal que nos afectaba, ya que como había comentado Susana, este es un problema de la pareja y como tal debíamos luchar para solucionarlo.

No conversamos hasta el siguiente día, creo que los dos necesitábamos primero digerir lo sucedido y luego ser honestos entre nosotros, pero yo aún no podía decirle todo, aunque debí haberlo comentado creo que no soportaría la vergüenza de haberme convertido en un fisgón y que al final había terminado observando a mi esposa teniendo sexo con otro hombre. Creo entre todas las cosas me acobardaba mucho lo que mi esposa podría pensar de mí, al fin y al cabo, quedé como un total idiota el momento que no hice nada por evitar que mi esposa se acueste con otro hombre.

Conversamos largamente, tras haber almorzado y con una botella de vino abierta comenzamos dejar libres nuestras almas, yo tenía decidido no contar nada sobre lo que vi, más quería dejar claros mis sentimientos y que era lo que más me estaba afectando. Pero tras una hora de divagar recordando todos los puntos que nos habían llevado a aquella noche, llegaron las preguntas más difíciles.

Tatiana me confesó que ella había sentido mucha vergüenza al sentirse observada por todos mientras bailaban, aunque la idea de hacer un strep tease había sido una de sus fantasías no había pensado que pudiera realizarla en esa forma; todo había resultado muy diferente, ya que fue muy al apuro y en un ambiente fuera de lo que ella se había imaginado. Pero tras ya algunos días después, ella lo veía con otros ojos, en ese momento se liberó y me dijo, aunque un poco abochornada, que alguna noche había soñado con volver a bailar así en un bar y que entre los asistentes estábamos nuevamente todos quienes participamos esa noche y claro eso la había puesto muy excitada pese a lo sucedido.

De mi parte le conté el dolor que me había causado verla ahí, me sentía muy mal ver como esos hombres la estaban viendo ya que entendía que solo era un objeto que ellos tenían a su mano para darles placer y ver a mi esposa así me dolió. Ahora tras estos días y sabiendo lo que pasó, creo que ya lo veía diferente ya que aquel dolor era insignificante con el que sentí después, creo que para amortiguar el tema llegué a bromear con Tatiana en sobre cómo yo había notado su nerviosismo y claro la elogié un poco ya que comparándola con las otras chicas que siendo profesionales ella había dado un espectáculo casi similar. Pero todo era únicamente una distracción para quitar fuego al asunto, ya que en mi mente recordaba como ella se había adaptado a aquel impase y lo bien que se veía esa noche mientras bailaba.

En ese momento de la charla me sentía muy tranquilo y cómodo, tenía la ilusión de que, si seguíamos así, pronto podríamos superar todo y volver a ser la pareja que siempre fuimos. Pero claro ahora teníamos las partes más dramáticas frente a nuestro rostro, ya que el ver a mi esposa de rodillas chupando la polla de Paul había sido un golpe muy fuerte aquella noche, claro que nuevamente en perspectiva tampoco había sido lo peor que había vivido durante aquella terrible noche.

Tatiana me dijo que en cambio ella se sentía confiada porque había demostrado que la comprendía y estaba a su lado, eso me dejó un poco perplejo ya que yo supuse otra cosa, ahí mi esposa me sorprendió, ella en ese momento había ya asumido que tarde o temprano acabaría follando con Paul, pero se sentía confiada de que yo comprendía que no tuvimos más remedio que aceptarlo y que como yo no había hecho nada por evitarlo pues entonces estaba de acuerdo con ello.

En cambio, yo tenía terror de que ella llegara a hacerlo, aunque en el fondo de mi corazón había ya asumido esa posibilidad, aún guardaba la esperanza de que no sucedería. Por eso cuando la vi de rodillas con la polla de Paul entre sus labios me sentí impotente de poder hacer algo, aunque ya con el tiempo pude darme cuenta de que fui cobarde en no actuar, en no evitar todo y aunque nuestro negocio se hubiera ido al diablo debí haber detenido todo. Aquella confesión me hizo ganar un rostro agradecido de parte de mi esposa, que hasta ese punto suponía que yo también la veía como una mercancía más y no como la mujer que amo.

El siguiente punto nos tardó mucho en poder tomarlo, era el más duro para ambos y creo el que era la causa de todos estos males. Para que Tatiana pudiera decirme lo que había ya en una sola sesión había dicho a Susana, se tardó al menos veinte minutos y algunos profundos sorbos de vino que llegado el momento nos acompañó en esa conversación, podía ver su frustración y sus intentos de evitar decírmelo, pero al final me lo confesó: se había excitado al entregarse a Paul, lo había disfrutado y ya nada podía cambiar aquello.

Sus palabras no eran algo nuevo para mí ya que la había visto aunque no lo sabía, pero el escucharlo de mi esposa era muy diferente, me dijo como a pesar de su miedo a la situación que tenía que enfrentar estaba aún más temerosa a mi reacción, ya que a pesar de que me había visto tranquilo y que había aceptado la situación, dudaba que mantuviera el control y no armara un escándalo entrando a golpes en la habitación, aunque para mi vergüenza también me indicó que en cierto momento hubiera querido que sucediera.

Pero aquel temor se fue difuminando mientras los minutos corrían durante esa noche y nada sucedía. Pronto me contó que Paul y ella habían terminado ya desnudos tan pronto se quedaron solos dentro de la habitación, ella aun mirando la puerta por si yo entraba como una tromba intentando cualquier locura. Pero nuevamente para mi vergüenza nada sucedió y ella se fue tranquilizando poco a poco hasta que logró sentirse más confiada de que nada malo sucedería conmigo, pero por otro lado estar con otro hombre le había impactado sobremanera. Pude ver como el rubor se encendía en el rostro de mi esposa mientras me relataba como se iba sintiendo cada vez que Paul la acariciaba, al inicio pensó en que todo sería apenas y mecánico, que no pensaría en nada y que podría tan solo dejarse llevar y apenas y notar lo que sucedía, pero nada salió como ella se lo había imaginado.

Sus palabras me herían tanto como dagas clavadas profundamente en mi piel, pero no podía detenerla, ya nada podría hacerlo en ese instante ya que no solo lo recordaba, creo que incluso lo estaba reviviendo en su mente y creo que hasta entre sus piernas. Contó como ya cuando se dio cuenta estaban desnudos y desde ese instante todo fue un cambio repentino, un resquicio de pudor aún la dominaba y mientras ella luchaba con tratar de sentirse desinhibida y libre como el papel que estaba interpretando, Paul se aprovechó de su lucha interna para deleitarse con su cuerpo y sus curvas. Mi esposa me contó que aquello no lo había previsto, pero que en un momento dado las caricias y besos de él estaban doblegando su voluntad, Paul estaba demostrándole ser un muy buen amante, que sabía que puntos debía acariciar en su pareja para que pueda llegar a niveles más altos de excitación. Pero no solo era eso, el gringo hasta ese momento había mostrado un físico acorde a su fama de jugador de football americano, su corpulencia y fortaleza se mostraba incluso por encima del traje de sastre que llevaba.

Yo en cambio no pude sino compararme con aquel hombre y claro la diferencia era notoria, yo no estaba con un físico despreciable pero no había comparación, jamás había jugado football ni mucho menos y claro Paul me llevaba al menos una cabeza de alto. Justo ahí fue cuando mi orgullo fue golpeado nuevamente ya que mi esposa también realizó en su mente aquella comparación, me dijo todo lo diferente que éramos, lo potente y definido que sentía a su amante en ese momento y claro yo terminé perdiendo... al igual que ella, ya que tras la comparación terminó cediendo a su cuerpo y a sus instintos sucumbiendo ante los encantos que aquel nuevo cuerpo le presentaban. Me contaba aquello sin mirarme, la copa de vino en su mano la transportaba a sus recuerdos, pero también ocultaba sus ojos de mis posibles reproches, veía como con cada palabra algo de aquel momento era revivido en su mente y su cuerpo, pero el poder contármelo la liberaba y creo que al final esta terapia era lo que buscaba, aunque yo no estaba tan seguro de poder contar todo lo que había vivido.

Mi esposa continuó con su relato detallado, creo que incluso se estaba desahogando de todo lo vivido o tal vez recordándolo, al final aquello era una confesión que, seguramente pretendía una posterior absolución de culpa, de esa culpa que yo creía que mi esposa se había impuesto a sí misma. Al final dijo que había llegado el momento que Paul tanto había deseado, ella de espaldas en la cama mirando directamente a los ojos de aquel enorme gringo mientras casi sin pensar separaba sus piernas con el propósito inequívoco de permitir acogerlo dentro de su tesoro más preciado. Un condón puesto con su boca lucía extraño en el cuerpo de aquel hombre que de rodillas en la cama se aprestaba a juntar su cuerpo con el suyo, pero en el último segundo ella lo admitió ahora y en ese momento, mi esposa también lo deseaba y abrazando su torso le indicó que viniera a su cuerpo, se lo ofreció buscando el placer que ella misma tanto deseaba y que estaba segura que él se lo proporcionaría, justo ahí mi esposa me miró, justo cuando me iba a confesarme lo que realmente sintió.

  • ... lo supe en ese instante... deseaba que me tomara, deseaba sentir todo lo que quería hacer conmigo, una angustia y un deseo irrefrenable me llevaba a sus brazos y estoy segura que, aunque hubieras entrado en esa habitación en ese instante no creo que hubieras podido evitarlo. Al final cuando sentí su cuerpo en el mío, un placer inexplicable me invadió, una mezcla de temor y excitación, creo que de desesperación... inconscientemente cerré mis muslos a su cadera, aunque casi de nada podía servir ya que su torso y sus piernas obligaban a las mías a abrirse obscenamente.

Yo estaba estupefacto mientras la miraba a los ojos en mi mente todo estaba confuso y lleno de miedo y angustia, mi mente por una parte observaba a aquella mujer sentada frente a mi; estaba abriendo su corazón y sus recuerdos, con sus palabras me habría su alma para buscar mi perdón por un placer que jamás había buscado, aunque me dijera que en ese instante lo deseaba con locura. Pero por otra parte mi corazón sentía la angustia y dolor de no haber podido impedir aquello, sentía celos y rabia; con ella, conmigo… con todo.

  • Me folló... duro y sin contemplaciones, no puedo negar que mi cuerpo le respondía con igual ímpetu, que mis piernas temblaron más de una vez mientras me poseía ni que mi voluntad no hacía más que pedir que aquello no terminase. Paul hizo lo que quiso conmigo aquella noche... y a mí me encantó... Lo siento Julián, no quiero hacerte daño contándotelo, pero Susana me ha pedido completa honestidad en los sentimientos que tuvimos aquella noche y eso fue lo que sucedió.

  • ¿Y al final?

  • ¿Al final? - mi esposa tomaba un buen Sorbo de aquel vino, dejando que su sabor inunde su boca. La pregunta le asombró, pero comprendió mi curiosidad – Bueno pues él terminó... en su condón...

  • No no... no me refería a eso... bueno yo preguntaba si... ¿tú?

  • ¡Ah! Bueno si yo… terminé… si, me corrí como una loca mientras su polla aún estaba penetrándome, me corrí desesperadamente... no pude evitarlo - mi esposa se había percatado de la real motivación de mi pregunta y de mi necesidad de saber lo que ella en realidad sintió.

El escuchar ese detalle de la propia boca de mi esposa me había provocado por un lado alegría de que no tratara de ocultarme nada y por otro lado culpa al yo no poder hacer lo mismo, ese era el momento pertinente para poder abrir mi corazón a Tatiana y seguramente aumentar mi probabilidad de cura, pero es que no podía, era más fuerte que yo, el bochorno de tener que confesarlo era más de lo que yo podía soportar.

  • Y tú... ¿por qué hicieron el teatro de tener relaciones con Karina?

  • Se lo inventó ella, creo que un poco para darme algo de ánimo y por otro para que tengamos una coartada por si Paul sospechaba, me pareció muy cómico verla saltando y gimiendo en la cama.

  • A mí no me pareció así... aquella noche - dijo algo seria mi esposa, aunque creo que injustamente - en ese momento nosotros estábamos tomándonos un respiro, yo te imaginé en la otra habitación con Karina y te juro que me hirvió la sangre de solo pensarlo, no fui a verte en ese instante solo porque Paul hubiera sospechado algo raro, pero poco faltó para mandarlo todo al diablo y entrar en aquel cuarto y verlos yo misma. Lo que si mascullaba mientras los escuchaba fue que me la pagarías si te habías acostado con ella.

Nos miramos nuevamente, aquella conversación nos dejaba al descubierto nuestras inseguridades y miedos, pero creo que nos estaba sanando al fin de cuentas. Yo le conté a Tatiana todo lo ocurrido, mis temores y la conversación con Karina, le dije como aquella chica me dio ánimo a que no lo tomara muy dramáticamente ya que al fin de cuentas solo era un polvo y que recordara lo valiosa y valiente que era mi esposa, todo aquello hizo que Tatiana al final sonriera de satisfacción, confesándome que no se había equivocado con ella al contratarla.