¿Negocios o placer?

La química y las chispan han saltado entre dos empresarios.

Camino por las calles en busca de esta nave que según me han dicho tiene los mejores mármoles de la ciudad, el sonido de mis tacones resuena a paso ligero mientras intento llegar antes de la hora del cierre, giro en una esquina y finalmente me encuentro ante la fachada de la anhelada nave, las luces aún están encendidas y me adentro en sus instalaciones. Parece no haber nadie, llamo nuevamente al timbre y pasados unos minutos la puerta se abre y emerge detrás de ella un caballero de ojos miel que te hacían caer en un abismo de perversión con solo una mirada. Aguanto la respiración mientras cruzo la puerta e intento mantener una conversación medianamente decente, mi cerebro lucha contra mis instintos de postrarme a sus pies y dejarle seco. Imagino mi cuerpo empotrado de diferentes maneras sobre las muestras que el Caballero de mirada perversa me enseña, intento disimular mi respiración alterada y enfoco todas mis energías en encontrar lo que estoy buscando y salir de allí, este hombre tiene efectos sobre mí que difícilmente lograré controlar como siga mirándome de esa manera. Después de un largo recorrido en el que pude controlar mis instintos más primarios llegamos a su oficina para firmar el contrato y discutir algunos detalles de este, siento su mirada clavada en mi escote, las temperaturas aún son altas y llevo un vestido ajustado con tull de encaje, medias semitransparentes y unos tacones no muy altos. Se lleva un dedo a la boca a modo de gesto de meditación mientras intercambiamos argumentos, imagino ese dedo haciendo maravillas de mí e inconscientemente me remuevo en mi asiento, un rayo ilumina su mirada y una sonrisa perversa cruza su cara, sus ojos claros se han vuelto profundos y revueltos, y aunque habla de números y de medidas noto perversión y deseo detrás de ella, quizás sea mi imaginación, aunque en lo más profundo de mí espero que no lo sea. Finalmente tenemos un acuerdo, se levanta a toda prisa y puedo notar un bulto prominente en su pantalón y sonrío, no puedo evitar hacerlo, al levantarme le encuentro sospechosamente cerca invadiendo lo que viene a ser mi espacio personal, el olor de su perfume me penetra el cerebro y hace que mi entrepierna se humedezca, posa sus manos en mi espalda baja a la vez que aprieta con la fuerza precisa para hacerme volver en mí, guía mi camino hacia la salida. Estoy en una espiral de emociones, siento que el mundo se mueve muy deprisa y antes de que pudiera abrir la puerta le digo que necesito un momento para ir al servicio. Nos desviamos de la salida y me lleva pasillo abajo hacía el corazón de unas instalaciones casi vacías donde el único ruido que se escuchaba era el de nuestros pasos.

Una puerta con el típico logo de baño compartido se abre ante mi mirada y el sonido de los halógenos  rompe el silencio, me indica el camino y amablemente se  medio aparta para que pueda pasar no sin antes asegurarse de dejar el espacio suficiente para que mi cuerpo rozará el suyo, siento su respiración un poco agitada, el bulto en su entrepierna se hace prominente y yo solo quiero que me empotre contra esa pared. Miro nuestro reflejo en el espejo y sonrío a la vez que clavo mi mirada en la suya, nos miramos y sonreímos, ninguno de los dos hace movimiento alguno,siento como huele mi cabellera y se acerca cada vez más a mi, apoyo mis manos en el marco de la puerta en busca de las suyas, sus dedos firmes se encuentran con los míos y la electricidad nace entre nosotros, nos observamos y nos tocamos, me huele, lo siento respirar con agitación, hunde su cara en mi cabellera y muerde mi oreja, me revuelvo y me alejo unos centímetros, le desafío con la mirada mientras arqueo mi espalda y toqueteo sus brazos, un ronquido leve sale de su pecho, me observa fijamente mientras murmulla palabras inentendibles, acerca sus caderas a mi cuerpo, nos movemos sobre nosotros mismos, su mano baja firmemente por mi brazo hasta alcanzar mi cuello y aprieta, cada vez más, la miradas desafiantes se cruzan en el espejo y me libera, recupero la respiración mientras me alejo y cierro la puerta, dejándole con la boca abierta y la entrepierna a reventar.

Intento recuperar el control de mi cuerpo mojándome la cara con agua y diciendo mis mantras anti vagilocuras pero llegados a este punto nada lo puede evitar, pasados unos minutos salgo y le veo apoyado en el marco de la puerta de su oficina, camino sensualmente hacía él y con un gesto de ternura y de placer le entrego mis bragas mientras le digo:

-¿Nos vamos a dar una vuelta Caballero?

Live.Love.Laugh.

venuss_