Necesitada de un servicio de mi viejo bombero

La necesidad de sexo me hizo tirar de mi agenda y tomar prestados los servicios de este mi viejo bombero.

Pasados varios días de esa orgia de cine xx , Raúl nos visitó una tarde a tomar café, que menos esto tomamos de todo, pues él y mi marido se portaron como auténticos campeones ofreciéndome una sobremesa de los más calentito, nos contó que se había apuntado a unas clases de baile de salón y había conocido una separada necesitada de algo de cariño y que esperaba fructificase en algo más, comentándonos que en unos días estaría ocupado con esa amiga, mi marido también se marchaba de viaje durante una semana por temas laborales, y yo me quedaba sola reculándome un poco de eso últimos días de ajetreo en la cama.

Pero una estaba mal acostumbrada y pasados tres días de la salida de mi esposo, yo necesitaba de algún roce, pues le había pegado varias visionadas a la película casera nuestra y me calenté como una leona, y aunque me alivie con algún pequeño masaje, añoraba alguna de esas trancas que últimamente había tenido, por lo que trame una pequeña mentira para no quedar como desesperada y llame a Pablo con la excusa de que tenía que sellar un par de cosas con silicona en el baño que el antes había reformado.

El en su línea cuando le llame y le conté el problema me dijo si necesitaba sellar algo más aparte del baño, que se llevaría todas las herramientas incluso esa escopeta repetidora que tenia de sellar otros agujeros, yo entre risas le dije que mi marido no estaba y que por supuesto ya que pasaba que hiciera el trabajo completo, y quedamos para esa misma tarde que el la tenía desocupada, diciéndome que preparara cena que se cobraría en carne.

Rápidamente me arregle y me puse la ropas más picante que tenía además de ligera, aunque aquel semental no necesitaba de mucho estímulo para comenzar y seguro que en segundos quedaría toda sobre la cama.

Se presentó a las dos horas de aquella conversación, llego todo afeitado y bien guapo, como intentado agradar con su imagen, pero él no sabía que solo su presencia a mí ya me ponía, entro y me dio un soberano beso con un apretón en mis nalgas atrayéndome hacia el para mostrarme como estaba su maquinaria.

Entro al baño a ver el problema y como era mínimo lo soluciono en unos breves minutos, diciendo ahora  hay que dejar esto que se seque durante varias horas y luego veré si hace falta más, mientras tanto mi miro y dijo me cobrare esta dura faena, pegándome una mirada morbosa de pies a cabeza pero sobre todo en mi escote que andaba hinchado por mi ajetreada respiración ante aquel macho que tenía delante y sobre todo por lo que me esperaba y anhelaba.

Se lanzó sobre el metiendo su nariz  en medio de mis dos pechos y respirando hacia dentro fuertemente dijo, ummm que hembra más rica y que necesitada esta de un buen servicio, ya su mano bajo rápidamente a mi sexo y hurgaba en el con su demostrada maestría. Me había pegado ya contra una pared y acosándome con besos y sobeteos ya me tenía mojada, y pensé que ese semental me montaba allí mismo y aunque lo deseaba le propuse que me permitiera un juego.

El medio sorprendido me dijo que lo que yo quiera, que era la reina de la casa y el tenía toda la tarde y noche para mí, lo lleve a mi cama y desvistiéndolo lentamente para ponerlo ardiendo, aunque yo me puse más cuando baje su slip y vi que su máquina de sellar agujeros estaba como nunca de grande y dura, y con un brillo que demandaba comérsela rápidamente, pero le dije,¿ me permites que te ate desnudo sobre la cama y pueda jugar contigo sin que tú me puedas tocar? Te prometo que disfrutaras y te suelto cuando quieras. . El respiro profundamente y me dijo ummm esto suena bien, nunca me lo hicieron, seré tu prisionero cariño.

Tome cuatro medias gruesas que tenía en un cajón y le sujete sus manos abiertas al cabecero de la cama que era de forja e igualmente los pies también abierto a los palos de las patas de la cama, la imagen era colosal, aquel macho con su aparato tieso sobre su barriga con esas dos enorme bolas colgando y adornadas por una gran pelambrera negra y blanca, con su torso peludo y fuerte y mirándome como diciéndome no esperes y ataca ya.

Me asegure que no se podía soltar y comencé mi juego con besos y mordiscos en sus pezones  a la vez que restregaba mi sexo por su duro rabo, que el intentaba en vano meter con movimientos en mi caliente agujero, yo me hacia la dura  y bajaba y le comía los huevos uno a uno a la vez que mojaba su cabeza brillante de aquel nabo gigante con saliva y la lamia, resoplaba como un león e intentaba mover las manos para tomarme, dándose cuenta que estaba bien sujeto.

Me pidió que me  montara sobre él, pero yo estaba dispuesta excitarlo al máximo, aunque deseaba más que el subirme en ese rabo duro y cabalgar como si la vida me fuese en ello, tome una tijeras pequeñas y le dije que le iba a arreglar un poco ese rabo y los huevos  pues los pelos los tenia largos y desaliñado, el sorprendido me dijo, no me vayas a cortar otra cosa y no me los dejes rapados que no me gusta, yo le dije que no se preocupara que solo era un arreglo, y tomarle el rabo con mi mano comencé a cortar punta y pelos largos, él estaba encendió con la imagen, y más cuando de vez en cuando le pegaba un lametón o una chupadita, que agradecía levantando la cadera  y resoplando.

Lo tuve a si varios minutos y le acicale bien los huevos y ese duro rabo y la verdad es que me había quedado bien, pues ahora resaltaba más su tamaño, me volví a subir sobre su barriga besándole ahora en la boca fuertemente, el sacaba su lengua como intentando con ella agarrarme, deslice mi sexo hacia la cabeza de esa enorme polla y con sumo cuidado y ayudada por mi mano la fui introduciendo en mi mojado y excitado coñito, eso lo agradeció y decía métela entera cariño métela y folla con ella que está a explotar.

Yo solo metía la mitad y jugaba a parar y sacarla y luego volvía a meterla un poco, el resoplaba e intentaba soltarse las manos para poder cogerme y follarme fuertemente, que era lo que estaba acostumbrado, el siempre dominaba las situaciones y esta le estaba siendo rara aunque por lo que veía muy placentera.

Ahora acerque mi coño mojado a su boca sentándome casi en su cara y sujetando sus sienes con  mis manos le decía comete este conejo que desea tu lengua, el no tardo ni un segundo en comer como un desesperado, una de mis manos bajo a su huevos y los acariciaba ahora fuertemente, cogiéndolos y sobándolos, su respiración era muy acelerada y sus gemidos en mi coño más, tanto que no pude aguantar y le di una corrida sobre su boca que devoro con una ansia de sed tremenda.

Absorbía mis jugos como sacando todo de mis entrañas, gire la cabeza y a ver como andaba su rabo y este estaba casi palpitando de ganas de follar, por la cabeza rezumaba un poco de líquido blanco, como preámbulo de la leche que tenía dentro y dispuesta a llenarme toda.

Me senté sobre esa polla y la metí toda de una sentada y moviéndome como una experta sentada sobre un semental salvaje, fui cabalgándolo lentamente a pesar que el subía  sus caderas con fuerza para que las penetraciones fuesen más profundas y fuertes.

Cuando veía que estaba a tope frenaba los movimientos y le besaba, el me pido que lo soltara pero yo poniendo  mirada picara, le dije que era mi esclavo por ese día y que hasta que no me saciar de él no lo dejaría libre, me suplico que lo soltara que estaba a explotar y necesitaba cogerme fuerte. Yo insiste con risas picarones que no y seguía jugando con él.

Como no quería que sufriera demasiado, cuando vi que yo me iba a correr otra vez, lo prepare para que fuese los dos juntos, y junto con mi segundo orgasmo acelere fuerte con golpes sobre el  a la vez que me pellizcaba mis pezones delante de su cara, esto fue el detonante que le hiciera tener una corrida tremenda, sentí su leche en mi conejo como si  con una manguera a presión me regara, sus gritos y gemidos eran calientes y morbosos, el corrernos los dos a la vez nos hizo tener un minuto de gloria inimaginable, quedándome sentada sobre esa estaca pero apoyada mis pechos sobre su torso y mi cara junto a la suya, recuperándome de aquel polvo.

Su respiración y la mía fueron tomando su ritmo normal, y ahora lo bese cariñosamente agradeciéndole aquel polvo. Él pensó que ya lo iba a soltar pero le avise que esto acababa de comenzar, que me tenía que demostrar lo macho que era, pero ahora a mi manera.

Volvió a insistir que lo soltara, y yo con una sonrisa y un no, no aun no cariñito, aun eres mi prisionero, más tarde si te portas bien, si, pero ahora toca lavar esas partes nobles que tienes.

Y bajando a esa polla en estado morcillón pero grande,  con restos de leche impregnados, la tome con la mano y ayudándome de mi  boca di cuenta de ella con una serie de comidas y lametones que la dejo limpia y lustrosa, de sus huevos ahora relajados también di cumplida cuenta con una sesión de chupetones  y masajes que le estaba  volviendo loco.

Fui a la cocina y tome un bote de nata en spray , lo mire y le dije voy a tomar algo de dulce, le agarre la polla y en la cabeza le ponía toques de nata que comía con lentitud pero saboreando aquella cuchara, estaba volviéndose a poner malo, le puse sobre los pezones y los comía igualmente chupando a la vez que mesaba su vello sobre su pecho,  me puso sobre mis pezones y se los ofrecía a comer, me volvió a suplicar que lo soltara que deseaba follarme salvajemente, mire su rabo y le dije aún no está bien preparado, después ya veremos.

Volví a derramar nata ahora en cantidad sobre sus huevos y ese mástil que ya andaba tomando algo de forma y nuevamente volví a devorar con chupetones intensos que se acrecentaban con más ansia en su rosada cabeza, en pocos minutos este semental ya se había puesto en forma otra vez, no con esa dureza de antes pero si con buen grosor, la tome y ahora dándole la espalda me senté sobre ella, y agarrándola empecé a frotar con su cabeza en mi conejo mojadito, me deja caer un poco hacia atrás y le decía , ahora no puedes ver cómo está tu bicho este desenado comer mi conejo, pero lo vas a sentir como me masajea.

Lo tuve así al menos varios minutos escuchando sus resoplidos y de vez en cuando pidiendo que lo soltara, ya yo estaba caliente otra vez con esa pajilla me qué estaba haciendo con su rabo, pues restregaba su dura cabeza por donde más placer me sentía yo, a la vez disfrutaba de su bolas que tenía para acariciar a mi antojo, el en su estado de excitación me dijo que tomaría justa venganza de esto cuando pudiera, yo riendo le decía espero que sea así pero hoy eres mío solo mío.

Viendo que su polla ya tenía una dureza digna para follar la tome en esa posición y me la clave bien dentro, puse mi cuerpo hacia adelante para apoyar mis manos sobre la cama y moviendo mi cadera comencé a follarlo, mostrándole mi culo como subía y bajaba en aquella tranca gorda, dejándole a él una visión magnifica pero solo visión pues no podía hacer nada más que aguantar y usar aquel trípode para darme placer.

Yo no me podía imaginar que me corriera tan pronto otra vez, parecía una colegiala en celo, pero el morbo de esta situación me encendía, aunque realmente lo que me estaba dando placer era aquel macho con ese rabo tan duro y es cuerpo tan tremendamente viril, que me hacía perder la cabeza.

Cuando acabe mi orgasmo, me gire y me puse cara a él con su mástil clavado en mí, me apoye sobre su pecho y lo bese durante largo rato mientras movía más lentamente mi cuerpo sobre su duro rabo, y como premio tome las tijeras y corte las media, el resoplo y dijo ummmmmmmm gracias tesoro, pego un tirón con los pies y soltó estos, entonces me tomo y me volteo poniéndose sobre mi sin dejar de besarme, tomo la almohada y la metió debajo de mi cadera, subiendo mi pelvis hacia arriba para mostrar más abierto y alto mi coñito empapado en mis jugos.

Y mirándome fijamente comenzó a follarme con la intensidad que él me tenía acostumbrado, y como se había corrido anteriormente ahora su aguante era tremendo, pues estuvo asi durante diez o quince minutos de monta y empuje colosal, tanto que mi conejo  sonaba a chasquidos de agua de lo empapado que estaba, y más con lo que estaba disfrutando, de pronto tenso su espalda levantando la cabeza en señal de que estaba a punto de llenarme toda.

Y como el semental que me tenía acostumbrado rego mi  coñito con su dulce manjar que ahora no podía degustar con mi boca pero que agradecía y lubrificaba mi castigado agujero.

Les diré que fueron unos polvos colosales los de esa tarde, aunque lo cierto es que tuvimos que tomarnos un merecido descanso sobre la cama, durmiendo los  dos plácidamente durante más de dos horas, posteriormente  nos dimos un baño en esa ducha de hidromasaje que él me había instalado días atrás, y para que esta fuese algo más relajante la acompañamos de algo de sexo oral por ambas partes, terminando ese día con  otra corrida en sendas bocas, convirtiendo a esa tarde en una de las mejores tarde de sexo de mi vida.