Necesitada de sexo (2)

Volvi a caer, no pude controlar mis deseos.

Antes de comenzar con la segunda parte, espero hayan leido la primera parte del relato, para que puedan continuar la historia.

Ya habian pasado dos dias desde lo ocurrido con Diego, mi jefe. En esos dos dias, no habia ido a trabajar, habia dejado en el contestador, un mensaje diciendo que estaba enferma. Pero los dos sabiamos que esa no era la causa.

Me dio tiempo a pensar en muchas cosas, en sentirme culpable por haber engañado a mi marido, sucia por haber dejado que aquel viejo hiciese todo lo que quiso conmigo, humillada por todas las cosas que me habia dicho. Pero lo que mas me hizo pensar, es que por encima de todos aquellos sentimientos, el mas grande era que lo habia disfrutado, y el recordar todo, volvia a excitarme, y me masturbe en varias ocasiones recordandolo todo.

En el fondo no queria reconocerlo, pero me moria por repetirlo, por volver a sentirme utilizada por Diego, tan poco atractivo y vulgar. Sacaba fuerzas para no reconocerme a mi misma todos aquellos sentimientos de placer.

Al tercer dia, mientras Mario y yo cenabamos, tan en silencio como siempre, sono el timbre de la puerta. Mario se levanto a abrir:

-Cariño es Diego, tu jefe, que ha venido a ver si ya estas mejor.

Me asuste mucho,no podia creer que Diego se hubiera presentado alli, en mi propia casa, delante de mi esposo.

Mario le invito a tomar una copa, charlaban, porque yo no podia abrir la boca, estaba asustada y nerviosa, y mas cada vez que Mario se distraia,y mi jefe me miraba y se reia, y me repasaba mi cuerpo con su mirada de deseo.

Tras una hora, que se me hizo eterna, diego dijo que tenia que irse:

-Anabel, me acompañas a la puerta?

Para que mi marido no sospechara nada, lo hice, cuando llegue a la puerta, Diego se giro:

-Que tal zorrita, aun sigues pensando en mi y deseando que vuelva a follarte?

-Eso no volvera a pasar Diego, fue una locura.

-Como que no? Te espero mañana a las 7 de la tarde en mi oficina.

-Esta loco,no ire, jamas.

-Si que iras, porque estas deseando que vuelva a follarte, te vas a convertir en mi puta, Anabel.

Agache mi cabeza, sin decir nada, me sentia avergonzada. Cerre la puerta, no pude dormir en toda la noche pensando en lo que me habia dicho. Tenia claro que no podia ir, pero tampoco podia engañarme, estaba deseando ir, estaba deseando que ese viejo volviera a poseerme, estaba loca, como podia pasarme eso a mi.

Por la mañana no podia pensar en otra cosa, no fui a trabajar, pero llegaba la hora que Diego me habia dicho.

Y sin poder evitarlo, e invadidad por el morbo y la necesidad de sexo, comence a arreglarme para la cita. Tal como me vestia, me recriminaba a mi misma lo que estaba haciendo, pero no por ello me detenia.

Me puse una blusa de botones negra, y una falda justo por encima de la rodilla,tambien negra. Abri mi cajon y me puse la ropa interior que mas me gusta, ya estaba entregada a aquel viejo, y me deje llevar. Agarre un conjunto de bragas y sostén de color negro, de encaje, muy provocador con semitransparencias.

No tuve que dar explicaciones a mi marido de porque salia a esa hora y asi vestida, ya que , como siempre todavía estaba en el trabajo, y tardaria bastante en volver.

Me dirigia a la oficina, con una mezcla de nerviosismo, de excitación, morbo y culpabilidad, pero nada iba a detenerme, estaba entregada a ese hombre, necesitaba sexo, ser poseida y no podia mas.

Llegue y encontre la tienda ya cerrada, me dirigi a la oficina, que estaba en la parte posterior de la tienda, y alli estaba Diego, sentado en aquel sillon:

-Sabia que vendrias , eres una puta Anabel, y necesitas mi polla.

No dije nada, pero en el fondo tenia toda la razon, me sentia una puta,y necesitaba su polla, y esa sensación me gustaba y me excitaba.

-Quitate la ropa.

No le hice esperar, desabroche mi blusa,y la deje caer al suelo, junto con mi falda.

-Mmmm,cariño, me encantan esas braguitas, te hacen parecer mas puta todavía.

En aquel momento ya estaba muy caliente,estaba dispuesta a todo. Estaba bien cachonda.

-Ahora tocate Anabel, quiero que te toques mirandome.

Me acaricie, pasaba mis manos por mis pechos,y ya podia sentir como mis pezones estaban duros como piedras, baje mis manos hasta mis bragas, pasaba mis dedos presionando sobre mi ropa interior, podia notar la humedad de mi coño. Todo ello mirando a los ojos a Diego, que ya tenia sus pantalones bajados,y se acariciaba su polla ya erecta.

Ya estaba fuera de mi, dispuesta a cualquier cosa. Meti mis manos por dentro de mis bragas, me acariciaba. Empece a meterme un dedo, luego dos, con la otra mano saque mis pechos por fuera del sujetador, y me los acariciaba al mismo tiempo que me metia mis dedos en el coño.

Diego se masturbaba mirandome, mi lengua se escapaba de mi boca, humedeciendome los labios, debia parecer una verdadera puta, y asi me sentia. Sin poder evitarlo llego mi orgasmo.

-MMMmmmm, se me escapo un gemido bien fuerte, y mis dedos se llenaban con mis flujos.

-Anabel, quieres mas?

-Si, quiero mas Diego-. Esta vez no tuvo que pedirme que le contestara, estaba dispuesta a ser su puta, ya no ofrecia resistencia a mis deseos.

-Quitate las bragas.

Las deje caer al suelo, y me quede solo con mi sostén, con mis pechos por fuera de el. Me tumbo sobre el sillon, boca arriba, abrio mis piernas y empezo a lamer mi coño, con insistencia, con fuerza, lo sentia intensamente.

Lanzada como ya estaba, no me reprimia y estaba fuera de mi:

-Folleme ya, necesito sentirle dentro.

-Pero que puta eres Anabel-.

Se preparo para penetrarme, echo su cuerpo sudoroso y mal oliente sobre mi, notaba su barriga rozando mi cuerpo. Abri bien mis piernas y le rodee su cuerpo con ellas, y sin mas , note como su polla entraba en mi interior. Con mis piernas lo apretaba contra mi, estaba como loca,como poseida, muy caliente. La metia y la sacaba con violencia.

-Toma zorra,te gusta sentirte mi puta?

-Si,si si, su puta Diego, fálleme-.

Mis palabras hacian que mi jefe se calentara mas, y me penetraba cada vez con mas fuerza y violencia. Nunca me habian follado asi, pero cuando estaba fuera de mi, poseida por mi deseo, escuche un ruido, gire la cabeza y pude ver como se abria la puerta del pequeño baño que tenia la oficina.

-Pero que pasa?,solo acerte a preguntar.

En ese momento vi a aparecer la sombra de alguien, era otro hombre mayor, anciano, de una edad parecida a la de Diego, pero este era muy delgado, casi parecia estar enfermo,en los huesos. Y ya tenia su polla fuera, pude reconocerlo, era el dueño de una tienda cercana, una fruteria. Empece a gritar:

-Que pasa aquí, que hace ese hombre aquí?

Diego no se detenia, seguia penetrandome con mucha violencia.

-Es un amigo, queria demostrarle lo puta que eres.

-No quiero seguir, pare-.

Era imposible quitarmelo de encima, no podia, en realidad tampoco queria que dejara de follarme, estaba muy cachondaa.

-Anabel cariño, solo va a mirar,sigue cariño.

-Pero….-

Y no supe que decir, aquello era demasiado, pero lo acepte, y segui con mis piernas sobre Diego, me deje llevar,estaba ardiendo, comprendi que aquella situación me excito todavía mas.

Mientras la verga de diego entraba y salia, no podia dejar de mirar a Pablo (asi se llamaba el hombre),como agarro mis bragas, las enrosco en su pene, y comenzo a masturbarse con el contacto de mis bragas en su verga.

No podia imaginar que esa vision, mientras Diego me follaba,me puso a mil, no podia mas, estabaa punto de tener otro orgasmo, y vi como Pablo llenaba mis bragas con su semen, chorreaban por mi ropa interior.

Me excite tanto al verlo, que tuve mi orgasmo.

-MMMMMMMMmmmm, no pude reprimir mi grito.

Y a los pocos segundos, note como mi coño se llenaba con el liquido caliente y espeso de Diego, la dejo inmóvil dentro de mi, soltando su leche en mi interior.

Me besaba toda la cara,mibocaa, pasando su lengua por mis labios, estaba extasiada, no habia sentido tanto placer en mucho tiempo.

Pablo se subio sus pantalones, y se marcho rapido, como avergonzado, sin decir nada. Y dejo alli mis bragas en el suelo, llenas de su semen.

Diego se quito de mi, me levante,meti mis pechos en mi sostén, agarre mis blusa y mi falda y me vestia, restableciendome de mis orgamos y mi cansancio.

Seguia sientiendome sucia y culpable,pero ya no me importaba, sentirme la puta de ese viejo tan desagradable me excitaba demasiado.

Mi jefe me miraba mientras me vestia:

-Eres un cielo Anabel, que buena eres follando, toda una putita.

Iba a marcharme

-Ponte las bragas.

-Pero Pablo las lleno de su….

-Pontelas puta, asi sentiras su semen en tu coño.

No le puse ni mala cara,y lo hice, ese viejo mandaba en mi,estaba entregada a el y el lo sabia..

Me las puse,y pude notar su semen todavía caliente, mojar mi entrepierna. Pero en lugar de darme asco, senti una excitación especial, algo muy morboso.

-Mañana volveras al trabajo verdad?

-No lo se- conteste, pero tanto Diego como yo, sabiamos que si lo haria, que estaba deseando volver a verle y a sentirle dentro de mi.

Camino a casa, al andar notaba como los fluidos de Pablo resabalaban por mis bragas y mi coño. Me sentia de nuevo excitada, y nada mas llegar a casa tuve que masturbarme de nuevo.

Ese viejo, lograba convertirme en su puta, lograba que hiciera cosas que jamas imagine capaz de hacer.

Después de tanto tiempo sin tener buen sexo, Diego habia vuelto a hacerme sentir una mujer atractiva, y no podia detenerme, no podia negarme a nada, mi excitación, esa sensación de sentirme su puta, era demasiado fuerte.

Continuara